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COMPORTAMIENTO, RESISTENCIA Y
DEFORMACIÓN DE ELEMENTOS DE
HORMIGÓN ARMADO SOMETIDOS A
FLEXIÓN.
CATEDRA: HORMIGÓN I
CAPÍTULO 3 -1era.PARTE
2001
Profesor: CARLOS RICARDO LLOPIZ.
FACULTAD DE INGENIERÍA.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO.
MENDOZA. ARGENTINA.
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CONTENIDO.
3.1. INTRODUCCIÓN.
3.12. REFERENCIAS.
3
3.1. INTRODUCCIÓN.
Fig. 3.1
Unión de Losa, Vigas y
Columnas a la espera
Del Hormigonado.
se comparan dos tipos posibles de falla, el dúctil y el frágil. La viga que se estudia se
supone con una relación elevada luz/altura de sección, con cierta distribución de
barras de acero en la parte superior, en la parte media y en la parte inferior. Al
respecto se hacen las siguientes observaciones:
La Fig. 3.3 muestra una porción de un elemento sometido a flexión, que bien
podría ser el que corresponde a la sección crítica de la viga de la Fig. 6.1. si
admitimos que el esfuerzo axial P es insignificante o nulo, y que la porción de viga
seleccionada es suficientemente pequeña como para admitir que el momento M es
6
dx ε c . dx ε s . dx
θ = = =
R kd d(1-k)
1 εc εs
= =
R kd d(1-k)
Por otro lado, 1/R, o sea la inversa del radio de curvatura, es la curvatura del
elemento, ϕ , es decir la rotación por unidad de longitud, que resulta ser:
1 εc εs (ε c + ε s)
ϕ = = = = (3.1)
R kd d(1-k) d
Lo cual demuestra que la curvatura no es otra cosa que el gradiente del perfil
de deformaciones del elemento en la sección considerada (o mejor dicho en el tramo
de longitud considerado). Claramente se ve que la ecuación anterior es una relación
cinemática, es pura geometría y compatibilidad de deformaciones.
Fig. 3.3.
Deformaciones
de un Segmento
de un Elemento
Sometido a
Flexión.
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∑X = 0 ∑Y = 0 ∑M=0 (3.2)
C=T (3.3a)
C. jd = T . jd = M (3.3.b)
kd
M
E.I = (3.5)
ϕ
Fig. 3.4.
Respuesta Local:
Relaciones Momento vs.
Curvaturas para Vigas
Simplemente Armadas.
(c) A partir de cierto instante, solamente el acero ubicado bajo el eje neutro
podrá equilibrar al momento actuante.
Es claro que hay una gran diferencia entre estos dos tipos de “fallas”: si el
hormigón llega antes a la deformación por compresión que el acero al comienzo de
fluencia, significa que, a menos que el hormigón en compresión esté confinado por
estribos a poca separación entre ellos, acá termina la historia de la viga, pues se
produce su falla completa. Su representación M-ϕ sería del tipo de Fig. 3.4(b), como
respuesta global, e induciría una respuesta global del tipo “brittle behaviour”,
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ϕu
µϕ = (3.6)
ϕy
donde:
µϕ = ductilidad de curvaturas.
ϕu = curvatura última
ϕy = curvatura de fluencia
falla balanceada, para lo cual existe una cuantía de acero balanceada, y el objetivo
del diseñador debe ser entonces estar bastante por debajo (digamos por ahora
menos de la mitad) de la cantidad de armadura que corresponde a ductilidad
unitaria. Más adelante, cuando se vea en profundidad el comportamiento en flexión y
se deduzcan las ecuaciones que lo gobiernan, se analizarán cuales son los
contenidos mínimos, máximos e ideales de armaduras en tracción. Por ahora se
trata de llamar la atención sobre el comportamiento físico.
Fig. 3.5.
Diferentes Idealizaciones de
Relaciones Momento vs.
Curvaturas para Secciones
con falla primaria por tracción.
En definitiva, como aplicaciones útiles del los diagramas M-ϕ se puede señalar
que muestran en forma muy clara los diferentes niveles de resistencia asociados a
los estados de comportamiento analizado, y la ductilidad local de la sección. Otra
aplicación que no debe dejar de aprovecharse es la que corresponde a la
verificación de la rigidez del elemento estructural. La ecuación (3.5) es generalmente
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Mcrk
E.I = (3.7a)
ϕcrk
(b) otro (el de más aplicación tal vez) el que corresponde a valores de fluencia:
My
E.I = (3.7b)
ϕy
Mu - My
E.I = (3.7c)
ϕu - ϕy
En 1676 Robert Hook expresó la célebre frase “Ut tensio sic vis”, que
traducida significa “como sea la tensión así será la fuerza” y que se transformó en la
Ley de Hooke. En este caso tensión significa deformación, y fuerza no es otra cosa
que la tensión por el área analizada. En definitiva, la ley de Hooke expresaba la
relación directa y proporcional entre las tensiones y deformaciones para materiales
elásticos y homogéneos. Sumado esta observación al hecho, observado por
Bernoulli, de que durante la flexión una sección vertical gira con respecto a otra
suficientemente cercana permaneciendo en un plano (es decir la curvatura o rotación
unitaria es única), posibilitó a Navier desarrollar, unos 150 años después, los
fundamentos de la teoría para flexión.
C = k1 k3 f´c b c (3.8)
y el brazo elástico es (d – k2 c), donde con c se designa la profundidad del eje neutro.
Extensos estudios se han llevado a cabo para determinar la magnitud de estos
parámetros, que corresponden a hormigón sin confinar. Los más conocidos son los
llevados a cabo por E. Hognestad en el PCA (Portland Cement Association) en la
década de 1950-1960, y por H. Rüsh en Berlín también en esa época. En la tabla 3.1
se muestran los valores que se encontraron en el PCA, los cuales se encontraron
igualando las fuerzas y momentos internos y externos.
(i) Tal cual se ve en la tabla, y quedó manifestado en las curvas de la Fig. 2.5 del
capítulo II, la deformación ε c es función de f´c y disminuye a medida que
aumenta la resistencia del hormigón.
(ii) Para los hormigones de más resistencia, la máxima tensión que se alcanzó
en los especímenes en el momento de desarrollo de máxima resistencia dado
por k3 f´c, resultó levemente menor que la resistencia cilíndrica f´c.
(iii) Los parámetros k variaron en función de f´c (decrecen con la resistencia).
318, y por otras normas como el NZS:3101, ref.[4], y el código inglés CP110, ref.[5].
El ACI en su sección 10.2.7.1 establece que el rectángulo equivalente tiene una
tensión media de compresión igual a 0.85f´c, y una profundidad a, donde la relación
a/c = β 1 debe tomarse igual a 0.85 para resistencias del hormigón f´c hasta 30 MPa,
y para valores superiores responde a esta expresión:
pero nunca menor de 0.65 (es decir que a partir de f´c = 55 MPa, β 1 debe tomarse
igual a 0.65). La reducción en el valor de β 1 para hormigones de alta resistencia es
debida a la forma menos favorable de la curva tensión-deformación que se vio en
Fig. 2.5.
para f´c en MPa. De todas maneras impone como límite inferior el valor de α 1=0.75.
y además:
k2 c = 0.50 a ⇒ k2 = 0.5 a/c = 0.5 β 1 (3.12)
Fig. 3.9
Propiedades de la
distribución de tensiones
de compresión del
hormigón al desarrollar la
resistencia a flexión de una
sección rectangular:
comparación de los
parámetros que adopta el
ACI con los resultados de
los ensayos.
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La Fig. 3.11 muestra esta aseveración en forma muy clara: para una viga de
hormigón simplemente armada (sólo armadura inferior) y con dos bien diferenciadas
cuantías de acero, se grafica la relación entre el momento resistente evaluado a
partir de una relación fc-ε c y el momento evaluado de acuerdo a la norma ACI versus
la deformación que en cada caso se toma para la deformación del hormigón en la
fibra extrema en compresión. La ref. 2 explica la forma de evaluar los momentos. Lo
importante de notar es que tomando una deformación máxima de 0.007 para el caso
de cuantía ρ=0.005 la disminución de resistencia fue de apenas el 1% y para
ρ=0.025 menor del 6%.
Fig. 3.11
ejemplo, algunas alternativas que se utilizan son las que recomienda el CEB-FIP, las
normas DIN y que han sido adoptadas por el CIRSOC 201, tomo II, sección 17.2.1.
Las principales diferencias que se pueden mencionar, sólo en el aspecto de
hipótesis para evaluar resistencias a flexo-compresión, entre el ACI y las normas
Europeas (excepto el CP110 del Reino Unido) son las siguientes:
Como se ve, las diferencias de criterios entre las normas del CEB-FIP y las
DIN, y por ende las actuales CIRSOC, no son triviales. Existen aún más
diferencias en los criterios de adopción de factores de carga para solicitaciones
últimas (referir a Capítulos I y II), y en los criterios de armado, en particular
cuantías mínimas y máximas de acero, a los que nos referiremos más adelante.
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Fig. 3.12
Equilibrio de una sección
de viga en el desarrollo
de la resistencia a flexión.
(i) compatibilidad:
c – d’
ε´s = ε cu (3.13a)
c
d-c
ε s = ε cu (3.13b)
c
f’ s = ε’s . E (3.14a)
fs=ε s.E (3.14b)
Cc = 0.85 f’ c a b (3.15)
Cs = A’s . f’ s (3.16a)
T = As . fs (3.16b)
Cc + Cs + T = 0 (3.17a)
El momento resistente, que en este caso debe tenerse muy en cuenta según
lo que se expresó en el capítulo I (sección 1.6) es el momento nominal, se puede
tomar con respecto a cualquier punto de la sección. Por ejemplo, si se toma
respecto del baricentro de la armadura traccionada resultará:
Md = φ Mn ≥ Mr (3.19)
Cc + Cs + T = P (3.17b)
(ε cu + ε s)
ϕu = (3.20)
d
La Fig. 3.13 muestra los esquemas necesarios que antes se explicaron para
analizar la viga en el estado límite último, es decir sección transversal con
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εy fy/Es d-cb
= =
0.003 0.003 cb
0.003 E s
cb = d (3.21)
0.003 E s + fy
Fig. 3.13
Sección de hormigón
Armado simplemente
Armada al momento de
Alcanzar la máxima
Resistencia a flexión.
0.003 E s
ab = β 1 d (3.22)
0.003 E s + fy
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0.85 f´c a b b = As . fy = ρb . b . d . fy
0.85 f´c ab
ρb = (3.23)
fy . d
lo cual implica que, por ejemplo, para un hormigón de f´c = 20 MPa la cuantía
balanceada es del orden del 2 %. Así entonces, si la viga fuera de b=20 cm con
altura útil de d=50 cm, la cantidad de armadura de tracción para falla balanceada
sería de 20 cm2 (aproximadamente cuatro barras de 25 mm de diámetro).
Fig. 3.14
Perfiles de distribución de
deformaciones de una
sección al desarrollo de la
resistencia a flexión en
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(i) If ρ < ρb, entonces es c < cb, es decir ε s > ε y, por lo que fs = fy y corresponde a
una falla primaria por tracción (fluencia del acero antes que rotura por
compresión del hormigón). La ductilidad de curvaturas es µϕ > 1.0.
(ii) If ρ > ρb, entonces es c > cb, es decir ε s < ε y, por lo que fs < fy y la falla es por
compresión (fluencia del acero antes que rotura por compresión del
hormigón). No existe ductilidad de curvaturas.
(iii) If ρ = ρb, entonces es c = cb, es decir ε s = ε y y ε c = 0.003, y la falla es también
del tipo frágil, ya que no existe desarrollo de fluencia. La ductilidad de
curvaturas es µϕ = 1.0.
La Fig. 3.15 muestra como ha fallado un modelo físico de una unión viga-
columna de hormigón armado y donde se nota que antes de la rotura por compresión
del hormigón ha existido una importante fisuración de tracción por flexión, lo que
implica que la armadura de tracción se ha plastificado y se ha producido lo que se
llama “falla de tracción primaria”. Tal cual se expresó antes, el término de falla por
tracción indica que la armadura se plastificó en tracción y dio la oportunidad de
“avisar” que se acercaba a la falla definitiva, no sin antes haber disipado bastante
energía por deformación plástica. Es importante reconocer que las vigas en definitiva
falla por compresión, y que el término “falla por tracción” puede llamar a confusión.
En realidad, deberían mencionarse “falla con fluencia de acero en tracción” y “falla sin
fluencia del acero en tracción” los casos de falla dúctil y frágil respectivamente,
porque en realidad la existencia o no de la fluencia por tracción es lo que las
distingue, y en cambio la falla última por compresión está en ambos casos.
Fig.3.15
Fig. 3.16
Resistencia a la
Flexión de la sección
de una viga
simplemente armada
con distintos
contenidos de
armadura de
tracción.
Fig. 3.17
En definitiva, los límites de cuantía máximo son entonces, para acero ADN-
420, los siguientes:
Los comentarios del ACI señalan que estudios hechos por Cohn y Mattock
demostraron que el agrietamiento y la deformación de las vigas diseñadas por
medio de redistribución de momentos no son mucho mayores, bajo cargas de
servicio, que las de vigas diseñadas con la distribución de momentos dado por la
teoría elástica. Los estudios además indican que queda disponible una adecuada
capacidad de rotación para la redistribución de momentos permitida si los
elementos satisfacen los requerimientos de cuantía máxima limitada al 50 % de la
balanceada.
Note que el criterio de las normas europeas para fijar los límites de cuantías
máximas no es el mismo que el del código ACI y el NZS.
deformación elevadas como las que se dan ante sismos es significativamente más
alto que el valor estático. El peligro existe si ante muy poca armadura, se forme una
sola fisura en la región plástica, con gran concentración de deformación y de
demandas de ductilidad, lo cual puede llevar a la fractura del acero en tracción, y un
tipo de falla muy repentino y frágil. Por ello la norma fija estos límites:
que para el caso del acero con fy = 420 MPa, y hormigones por debajo de 31MPa de
resistencia característica, la cuantía mínima es del orden de 0.33%.
Pueden presentarse los dos casos que se ilustran en la Fig. 3.18(a) y (b)
respectivamente. En el primero, el más común, el eje neutro c < hf y el cálculo es
idéntico al de la sección rectangular, con el ancho de la zona comprimida igual a b,
ancho del ala. En el segundo caso, si c>hf, la resultante de las fuerzas de compresión
actúa en el centroide del área comprimida con forma de T. Pero los principios
fundamentales no cambian y se sigue usando el bloque de tensiones equivalentes.
Para la evaluación de las resultantes de compresión parciales, por ejemplo, se
puede dividir el área comprimida en un rectángulo de ancho bw y altura a, y un
rectángulo con ancho (b-bw) y altura hf.
Cuando una losa de hormigón armado y sus vigas soportes son construidas
en forma monolítica, lo cual es práctica común y se mostró en la Fig. 3.1, estos
elementos van a trabajar en conjunto. La Fig. 3.19 muestra un esquema del sistema
losa, viga y columnas, que es lo que el diseñador debe contemplar siempre, la
concepción en 3D del problema a resolver.
Fi. 3.19
Esquema tri-dimensional de la
unión viga-losa-columna en una
Construcción monolítica.
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A los efectos del diseño, para tener en cuenta la variación de las tensiones de
compresión en el ala, es conveniente el uso de lo que se llama un “ancho efectivo”
que puede ser menor que el ancho real pero sobre el que se considera que actúa
una tensión longitudinal de compresión constante.
siendo:
l = luz de la viga.
bw = ancho del nervio de la viga.
hs = altura de la losa.
lny = distancia libre al siguiente ala.
Para el caso de que las vigas tengan losa de un solo lado, sección 8.10.3 del
ACI, las restricciones son:
Fig. 3.2. Resumen de anchos Efectivos de las en compresión (M+) sugeridos por ref.[3]
para resistencia y rigidez
(i) Hacer economía sobre la cantidad de acero que se coloca sobre el nervio de
la viga.
(ii) Evitar congestiones de acero como las que se mostró en la Fig. 3.16
(iii) Estimar de la forma más aproximada posible la verdadera resistencia de las
vigas a flexión a los efectos de proteger la misma viga en forma efectiva
contra esfuerzos de corte y contra la potencial rotulación de las columnas que
aportica.
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La citada norma además especifica que se “permite” incluir las barras dentro
del ancho efectivo en tracción para evaluar la resistencia de diseño, pero “obliga” a
incluirlas cuando se requiere cuantificar la sobre resistencia.
Fig. 3.22 Anchos efectivos de alas traccionadas de vigas con momentos negativos para
sistemas de entrepisos monolíticos. Norma NZS:3101.
La Fig. 3.22 ilustra la forma de interpretar los criterios que define la norma
NZS:3101 para determinar el ancho efectivo en tracción, designado como be, que
debe ser el menor entre los siguientes casos:
La citada norma a su vez especifica que tanto las barras de la losa ubicadas en
cara superior e inferior, paralelas al nervio de la viga, pueden ser consideradas
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como efectivas si están dentro del menor de los límites antes descriptos y a su vez
están correctamente ancladas. Para ésto exige que las barras tienen que desarrollar
su resistencia a tracción, tal cual se ilustra en la Fig. 3.23, dentro de una zona de la
losa que se llama de anclaje efectivo. Esta zona se determina a través de una línea
que se inicia en el centro de apoyo de la columna y se extiende con ángulos de 45º
hacia ambos lados del eje longitudinal de la viga. El extremo de la barra debe
quedar dentro de dicha zona, y a su vez la longitud de anclaje se debe contar a partir
de la línea a 45º antes descripta.
Fig. 3.23 Determinación del número de barras de las losas dentro del ancho efectivo
en tracción que están efectivamente ancladas y que pueden tomarse como activas en la
resistencia a momentos negativos. Norma NZS:3101.
El texto de F. Leonhardt, ref. [6], tomo III, sección 9.4, muestra claramente, ver Fig.
3.24, las ventajas de colocar gran parte de la armadura de tracción bien distribuida
en las alas. Este texto recomienda incluso colocar entre un 40 a 80 % de la armadura
necesaria para momento negativo dentro de las alas de la losa. El texto menciona
que las normas DIN 1045 sugiere la distribución en forma uniforme de dicha
armadura dentro del 50 % del ancho efectivo, según se ilustra en Fig. 3.25.
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3.12. REFERENCIAS.
[2] “Reinforced Concrete Structures”. Robert Park y Tomas Paulay. John Wiley &
Sons. 1975.
[3] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Buildings”. T. Paulay &
M.N.J. Priestley. J. Wiley & Sons. 1992.
[4] “Concrete Structures Standard”. NZS 3101:Part 1:1995. Standards New Zealand.
[5] “CP110“. Code of Practice for the structural use of Concrete. Part1. Noviembre
1972. British Standard Institution. Oreste Moretto.