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ISSN 0717-5744

Número 14 · Junio de 2009


Revista de Estudios BASES DE PUBLICACION

Mujeres en la etapa de ejecución penal Número 14 · Junio de 2009

Criminológicos
La Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios es
una publicación de Gendarmería de Chile cuyo propósito
es la difusión e intercambio de aportes al desarrollo del
conocimiento conceptual y práctico en torno a la criminología,

y Penitenciarios
Gendarmería de Chile atiende a más de cien mil personas en el penitenciarismo y otras disciplinas afines.
Los artículos que se remitan serán evaluados por el Consejo
etapa de ejecución penal, en los subsistemas cerrado, abierto y Editorial, el que considerará la pertinencia de su publicación,
acorde a criterios temáticos, rigurosidad técnico-científica
postpenitenciario. Un 10,4% de esta cifra (12 mil 233) y relevancia para el Servicio, reservándose el derecho a
corresponde a mujeres, de las cuales más de tres mil se introducir modificaciones en cuanto a la extensión y formato,
sin menoscabar o alterar su contenido, lo que será siempre
encuentran privadas de libertad. convenido con el autor.
Los trabajos deben ser inéditos y cumplir con los siguientes
requisitos:
El acceso a prestaciones penitenciarias, si bien es limitado

Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios


dado los recursos disponibles para estos fines, contempla como Presentación y extensión
Los originales se presentarán en español, en hojas tamaño
principios la voluntariedad del sujeto y la igualdad de carta, con interlineado simple, a un espacio entre párrafos y
en letra Times New Román tamaño 12, máximo 20 carillas.
oportunidades. Además deberá acompañar soporte en CD u otro que contenga
el artículo.
Si el trabajo es el resultado de una ponencia presentada en
Cabe mencionar que en los últimos 5 años el acceso de la seminarios u otro evento, o es el producto de una investigación,
mujer penalizada a programas y acciones que favorezcan deberá agregarse un asterisco (*) al final del título, que remita
al lector a una nota al margen en que se haga presente tal
su proceso de reinserción se ha incrementado sostenida- situación. Bajo el título se dispondrá el nombre del autor,
mente, ejecutándose a partir del año 2003 una serie de título profesional o técnico, universidad o instituto que lo
haya otorgado y lugar de desempeño laboral.
compromisos institucionales en el ámbito de la equidad de Si se trata de un funcionario/a de Gendarmería o del Ministerio
de Justicia, deberá especificar también el departamento, área
género, alineados con las directrices que entrega SERNAM. o unidad de trabajo. Es preciso agregar un resumen de los
objetivos y contenido fundamental del trabajo, en no más de
dos carillas. El artículo debe ser numerado página por página
El año 2008, de la población femenina en reclusión (tres mil 663) en forma correlativa, indicando la última página.
un total de 852 mujeres accedió a educación básica y/o media y
Bibliografía
mil 378 a alguna actividad laboral en los recintos penitenciarios. Las notas al pie de página deben ir enunciadas con números
arábigos. La bibliografía debe ser incluida al final del
trabajo, indicando fuentes y ordenadas alfabéticamente por
Las directrices éticas de nuestro Estado nos obligan a apellidos. Se requiere una carta de los autores que autorice
su publicación en la revista, confirmando el carácter inédito
reconocer que la mejor estrategia para ocuparnos del del artículo, un teléfono de contacto y dirección electrónica.
fenómeno del delito es reconocerle como parte de la vida
Los trabajos deben ser remitidos a
comunitaria y, en cuanto tal, nos obliga a promover la integra- Unidad de Investigaciones Criminológicas, UNICRIM
ción del penado, reconociendo que necesita de nuestro aporte, Rosas 1264, Santiago. Teléfonos 685-1305 y 685-1299 (fax)
Email: lcasanova@gendarmería.cl
solidaridad y por sobre todo de nuestro respeto como persona.

GOBIERNO DE CHILE
GENDARMERIA DE CHILE
SUBDIRECCION TECNICA
Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios
Número 14

Junio 2009

ISSN 0717 - 5744

Director Nacional y Representante Legal: Alejandro Jiménez Mardones


Director Nacional de Gendarmería de Chile

Editor: Myriam Olate Berríos


Subdirectora Técnica de Gendarmería de Chile

Consejo Editorial: Pedro Castillo Cubillos


Ximena Verbal Ríos
Paula Espinoza Grandón
Marcos Riveros Lepé

Fotografía: Matías Torres Bustamante

Diseño e Impresión: Feyser Impresores


Dirección: Traslaviña 1928, P.A.C.
Teléfono: 563 5460
Sitio web: www. feyser.cl

Ministerio de Justicia

Gendarmería de Chile
Unidad de Investigaciones Criminológicas
INDICE

7 Editorial
Myriam Olate Berríos

11 Madres privadas de libertad


Natalia Lobos Sepúlveda, Paz Mena Tobar, Nayen Pavez Pedraza

35 Satisfacción en usuarias de libertad vigilada participantes del módulo de


comunicación con enfoque de género
Ximena Verbal Ríos, María Nelly Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez

83 Grado de conocimiento y actitudes de personas privadas de libertad ante la


epidemia del VIH
Leonardo Arenas Obando

113 Reincidencia/s: crítica metodológica y propuesta de medición e interpretación


desde el sistema penal chileno
Andrés Aedo Henríquez
EDITORIAL

La Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios presenta ésta,


su 14 versión, con la manifiesta intención de aportar elementos a la reflexión, al
conocimiento y a la comprensión de una serie de aspectos que dicen relación con la
etapa de ejecución penal, la cual se encuentra permanentemente siendo analizada y
por sobre todo cuestionada, muchas veces sin las bases o antecedentes suficientes que
permitan un análisis realista y con perspectiva. Pretendemos contribuir así con ideas
y planteamientos que se aproximen a la solución de las dificultades que presenta esta
etapa del proceso penal.

Publicamos en esta edición el estudio, “Reincidencia/s: crítica metodológica y


propuesta de medición e interpretación desde el sistema penal chileno”, desarrollado
por el antropólogo social Andrés Aedo. Este estudio adquiere especial relevancia
respecto de la confusión que suscita a menudo, especialmente a través de los medios
de comunicación, el concepto mismo de reincidencia. La propuesta planteada en este
artículo apunta a configurar una estructura de registro, concepto y medición de datos
que permitan definir una concepción general de la reincidencia legal e instalarlo como
tema de debate informado. La reincidencia puede ser medida de varias formas, y algunas
de estas metodologías tienen la capacidad de constituirse en fuente de información
relevante para las instituciones que manejan este concepto de manera técnica, porque
les sirve de indicador primordial para su labor. En el caso de Gendarmería de Chile, si
bien no es el principal indicador, tiene directa relación con su quehacer, toda vez que
estas cifras se hacen parte de los procesos normales de auto observación del Servicio.
La estandarización posible de las tasas de reincidencia representa el objetivo central de
este trabajo.

En otro ámbito, y con la intención de aportar desde la perspectiva de género,


hemos incorporado en esta edición la investigación “Madres privadas de libertad,
percepción frente a un eventual ingreso al ciclo delictivo de hijos/as adolescentes”,
elaborado por las asistentes sociales Natalia Lobos, Paz Mena y Nayen Pavez, donde
se describe la eventual relación de madres encarceladas con sus hijos/as, con el
circuito delictual. Se dan a conocer las diversas percepciones y miradas de madres de
adolescentes, condenadas por los principales delitos registrados en el país, frente a
un eventual ingreso al ciclo delictivo de hijos/as adolescentes. Estudiar y comprender
la situación de encarcelamiento de las mujeres en su condición de madre es una tarea
compleja, pero insignificante frente al cómo la mujer enfrenta, resiste y se sobrepone a
la adversidad en su mayor expresión de dolor, el alejamiento obligado de sus hijos/as.

Otro estudio que se incluyó fue el de “Satisfacción en las usuarias de libertad


vigilada participantes en el módulo de comunicación con enfoque de género, realizado
por profesionales del Departamento Tratamiento en el Medio Libre de Gendarmería
de Chile. El estudio revela que la experiencia del personal encargado de animar los
talleres, la modalidad con que se desarrollaron los mismos y los materiales de apoyo,
por ejemplo, fueron los ítems mejor valorados por quienes participaron en ellos. Las
variables de calidad evaluadas y las sugerencias de las 142 penadas encuestadas cierran
un círculo que posibilita introducir modificaciones enriquecedoras, para mejorar
la calidad del servicio y elevar el grado de satisfacción que las futuras beneficiarias
del Módulo pudiesen experimentar. En cuanto al impacto en la calidad de vida de
las usuarias, si bien fue evaluado positivamente, se observó una puntuación bajo el
promedio en todos sus ítems. Se espera que las necesarias modificaciones que de este
estudio se desprenden, mejoren los resultados de esta variable en el futuro.

Finalmente, a través del estudio “Grado de conocimientos y actitudes de


las personas privadas de libertad ante la epidemia del VIH-SIDA”, el director de
Proyectos-CC AKI, Leonardo Arenas, constata un cierto saber tan elevado como
erróneo respecto de la transmisión y prevención de esta temible dolencia, todo ello en
medio de estereotipos y prejuicios. En lo referente a las actitudes, se manifiesta un bajo
nivel de discriminación hacia las personas que viven con VIH-Sida y a los mal llamados
grupos “de riesgo”, lo que acerca la presencia del VIH a la vida de cada persona. La
utilidad del estudio está dada en la construcción de las estrategias de abordaje de la
temática en los recintos penitenciarios, lo que revela que es necesario hacer diferencias
entre el riesgo real y el riesgo teórico de la epidemia. Basado en el marco ancho de la
experiencia internacional acumulada y de la actual situación en Chile del VIH-Sida, el
autor ofrece lineamientos para eventuales estrategias de intervención en los recintos
carcelarios.

Sin más, pretendemos aportar, sumar, desde distintos ámbitos de acción en


el quehacer penitenciario. Este es uno de ellos, el desarrollo del conocimiento y la
discusión informada, enfocado hacia lo medular, hacia el verdadero sentido de nuestra
misión, cual es dar condiciones de vida y un trato digno a las personas puestas a nuestra
disposición, promoviendo las mejores prácticas que permitan tratarlos con toda la
dignidad que un ser humano se merece, evitando criminalizarle innecesariamente y
buscando la forma de apoyarlo eficientemente para superar su estado de exclusión y
vulnerabilidad.

MYRIAM OLATE BERRIOS


Periodista PUC
Subdirectora Técnica
Percepción frente a un eventual ingreso al ciclo delictivo de hijos/as adolescentes.

MADRES PRIVADAS DE LIBERTAD


Percepción frente a un eventual ingreso al ciclo delictivo de hijos/as adolescentes.
MADRES PRIVADAS DE LIBERTAD

Nayen Pavez Pedraza


Asistente Social. Instituto Profesional Inacap
Natalia(Sename)
Corporación Renacer Atacama Lobos Sepúlveda
Copiapó
Paz Mena Tobar
Nayen Pavez
Paz Mena Pedraza
Tobar
Asistente Social. Instituto ProfesionalSociales
Asistentes Inacap
Dirección de Desarrollo Comunitario, Municipalidad de Maipú

Natalia Lobos Sepúlveda


Asistente Social. Instituto Profesional Inacap

RESUMEN
El presente artículo tiene como finalidad dar a conocer las diversas miradas de las
protagonistas de la investigación: madres de adolescentes condenadas por los principales
delitos registrados a nivel país, para conocer su percepción frente a un eventual ingreso
al ciclo delictivo de hijos/as adolescentes. Al respecto es importante mencionar que el
aprendizaje y repetición de patrones conductuales delictivos de miembros pertenecientes
a la red familiar facilitan un eventual involucramiento al sistema carcelario. La
existencia de la interrupción del ciclo delictivo se enfoca en primera instancia a impedir
el ingreso al sistema penal, debido a las consecuencias que trae consigo la privación de
libertad y de esta manera ofrecer una alternativa favorable a los hijos/as, posibilitando
la opción de no incurrir en conductas transgresoras. Cabe señalar que comprender la
situación de encarcelamiento de las mujeres en su particularidad exige adentrarse en la
comprensión de los componentes de género que cruzan el ser mujer desde una reflexión
biopsicosocial, incluida su condición de madre.
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

INTRODUCCIÓN

La investigación tiene por objetivo conocer la percepción de la mujer en contexto


privativo de libertad acerca de un eventual ciclo delictivo de hijos e hijas adolescentes.
Es un estudio de carácter comparativo de acuerdo a la tipología delictual que presentan
las mujeres participantes de esta investigación.

Sabemos que hoy nos enfrentamos a diversas realidades, debido a los profundos
y múltiples cambios experimentados durante el tiempo reciente. La delincuencia en
Chile es una temática difícilmente abordada y que ha variado a lo largo de la historia. Si
bien antiguamente esta problemática se presentaba de manera homogénea con respecto
al género, actualmente se observa cómo la mujer ha adquirido gran protagonismo en
este aspecto social. Este involucramiento femenino en el mundo delictual es sancionado
por organismos controladores como la cárcel, entidad básicamente disciplinaria.

La sanción legal recibida por las mujeres, producto del ejercicio de actividades
delictivas, conlleva además un castigo moral que la sociedad ejerce sobre ellas. Por
lo tanto, estar privada de libertad es doblemente estigmatizador, respecto de los roles
asignados y asumidos por las mujeres a lo largo del tiempo.

El mismo sistema penitenciario fortalece en la mujer la construcción de una


identidad particular y esto refuerza, a su vez, las desventajas que existen al interior
de la misma, precisamente por su condición de mujer. Si bien sabemos que la prisión
en primera instancia fue creada como ente de control social, dirigido y regido por
un modelo masculino, la condición de mujer queda en un segundo plano, brindando
menores oportunidades para la movilidad social.

El involucramiento femenino se constata a través del alto incremento de este


género al sistema penitenciario. Es posible apreciar, según antecedentes de Gendarmería
de Chile, la existencia de una población femenina dentro del sistema carcelario
representada por el 6% en relación a la población masculina recluida: a nivel nacional
existen unas 3.500 mujeres que ingresan al sistema penal.

Con respecto a las edades de las mujeres que se encuentran en un contexto


privativo de libertad es posible suponer que gran parte de la población femenina reclusa
tiene hijos/as que pueden encontrarse en etapa de adolescencia, lo que puede facilitar la
incorporación de dichos hijos/as a un eventual ciclo delictivo, aumentando los riesgos
de ingresar al sistema penitenciario.

La presente investigación se realizó por medio del estudio aplicado a ocho


mujeres en calidad de condenadas, dos por cada tipo de delito, considerando los cuatro
ilícitos de mayor importancia dentro del sistema carcelario: robo, hurto, tráfico de
drogas y homicidio. Se aplicaron técnicas de carácter cualitativo, como la entrevista en

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Natalia Lobos S., Paz Mena T., Nayén Pavez P.
Madres Privadas de Libertad

profundidad, y durante el desarrollo de cada sesión se abordaron tópicos que debían


dar respuesta al objetivo general del estudio.

MARCO REFERENCIAL TEORICO-CONCEPTUAL


El ingreso al sistema carcelario y la interrupción del rol materno

La posición de “ser madre” en una cárcel presenta características propias, no sólo


por cuestiones materiales de inconvenientes en el espacio disponible, las comodidades
y las dificultades para concretar la maternidad como ellas creen que deben ejercerla,
sino también porque ninguna madre está a tiempo completo en contacto con sus hijos.
La relación se ve obstaculizada, pues, al interior del sistema parental.

Las madres que permanecen en un contexto privativo de libertad se ven


eventualmente imposibilitadas de fijar límites, ya sea para la seguridad física del hijo/a
o para lograr una cierta estabilidad emocional.

El encarcelamiento significa y supone un castigo y desarraigo para hombres y


mujeres. El significado que tiene encontrarse en un contexto privativo de libertad y
todo lo que incluye en su interior, específicamente con el género, hace que no sólo
vivan y perciban el encierro de manera diferente, sino también que las consecuencias
que ello implica y el grado de afectación tanto personal como familiar sean de igual
manera distintos.
Uno de elementos que sin duda afecta en mayor medida a las internas es la
separación de su núcleo familiar, especialmente de sus hijos/as, quienes son dejados
generalmente al cuidado de terceros o llevados a instituciones, facilitando una posible
desvinculación afectiva. Son circunstancias que hacen aún más penosa la situación de
las mujeres, por su rol de madres y en su mayoría únicas responsables del hogar.

Los delitos que cometen las mujeres se ven influidos según la experiencia
personal de cada una, y ello permite encontrar un cierto perfil criminológico de las que
ingresan al mundo delictual. Esta situación en ocasiones dependerá de las habilidades
sociales, del entorno familiar, del nivel de su ingreso económico, etc.. Podemos señalar
que las mujeres condenadas por delitos atribuidos al tráfico de drogas, en mayor
grado corresponde a quienes se caracterizan por ser jefas de hogar con una situación
socioeconómica baja, con varios hijos y/o adultos mayores pobres, lo que, a su vez,
dificulta la posibilidad de ingresar al sistema ocupacional normativo.

Es conocido, por ejemplo, que el robo (apropiación violenta o amenazante de un


bien) y el hurto (sustracción de bienes sin violencia o amenaza a su legítimo propietario)
constituyen ilícitos que comprometen gravemente también a las mujeres. El punto que
hermana a estos delitos es que ambos permiten a ellas ingresos económicos a través de
la venta de las especies conseguidas ilegítimamente.

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Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

Pertinente es, por último, reparar en uno de los delitos que significan mayores
consecuencias sociales: el homicidio, que se diferencia del asesinato por su carencia
de ensañamiento o alevosía, u otras circunstancias.

• Encarcelamiento de la mujer-madre y la repercusión en hijos adolescentes

La adolescencia, como etapa de crisis, constituye un proceso transitorio


determinado por varios factores: la vida en familia, la experiencia escolar, el marco
cultural, las condiciones económicas y políticas que imperan en la generación que pasa
por la experiencia de ser adolescente.

Las diversas generaciones han manifestado diferencias entre sí, aunque existen
a su vez elementos que las ligan, originando una continuidad de ellas en la historia
social de una cultura. Esta situación genera características propias de los adolescentes
de todas las épocas y particulares de cada generación.

Sin embargo, los adolescentes que se desarrollan en un contexto determinado y


en condiciones poco favorables a nivel familiar y social estarían más susceptibles a
cometer actividades de riesgo, producto de la ausencia de la madre encarcelada. Esto,
a su vez condiciona un medio con escasas normas y límites en el hogar, lo que conlleva
a los adolescentes a un eventual involucramiento en actos delictivos.

Por lo tanto, las probabilidades de que los hijos/as de las mujeres privadas
de libertad deserten del sistema educacional formal son cada vez más elevadas. Los
índices de mayor deserción escolar se encuentran en las comunas de más bajos ingresos,
producto de la búsqueda de estrategias de ingreso económico que muchos niños/as y
jóvenes deben asumir a temprana edad, con el objetivo de mantener o ayudar al ingreso
del grupo familiar. Los jóvenes de sectores periféricos, marginales o pertenecientes a las
comunas con mayor vulnerabilidad, en ocasiones se ven en la obligación de abandonar
el sistema educacional, como efecto de factores socioeconómicos, que obstaculizan o
estancan su movilidad social.

Esta situación genera una gran brecha entre los jóvenes que se encuentran en
contextos que posibilitan la integración social, sectores de mayor ingreso económico,
y aquellos de sectores populares. La movilidad social se ve amenazada debido a sus
distintos niveles educacionales, optando (en ciertos casos) por estrategias para obtener
ingresos económicos que bordean lo ilegal, y desembocando en conductas delictivas y
por ende en riesgos que los puedan conducir al sistema carcelario.

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Natalia Lobos S., Paz Mena T., Nayén Pavez P.
Madres Privadas de Libertad

OBJETIVOS DE INVESTIGACION

OBJETIVO GENERAL

• Describir la percepción de las mujeres privadas de libertad del CPF Santiago, acerca
de los riesgos de un eventual ingreso al ciclo delictivo de hijos/as adolescentes.

OBJETIVOS ESPECIFICOS

• Describir la percepción de las mujeres respecto a su condición de reclusas, de


acuerdo al tipo de delito.
• Descubrir el significado que le otorgan las mujeres privadas de libertad al ciclo
delictivo.
• Identificar situaciones de riesgo de ingreso al ciclo delictivo que las internas
reconocen a sus hijos/as en etapa de adolescencia.
• Examinar las medidas protectoras que las mujeres privadas de libertad reconocen
frente a los riesgos del ingreso al ciclo delictivo a que están expuestos sus hijos/as
en la etapa de adolescencia.

TIPO DE ESTUDIO

De acuerdo a las características del fenómeno objeto de estudio y la orientación


hacia la percepción de las mujeres intramuros, es pertinente un estudio interpretativo
enfocado hacia el diseño y aplicación de una metodología cualitativa, reafirmando
nuestra visión epistémica como grupo investigador, perfilada al rescate de los sentidos
subjetivos que las personas otorgan a raíz de su experiencia de vida. Por otro lado,
es importante mencionar que el presente trabajo se distingue por tener un carácter
comparativo, dependiendo de la tipología delictual que presentan las mujeres,
considerando los cuatro delitos más importantes dentro de la población penal: robo,
hurto, tráfico de drogas y homicidio.

METODOLOGIA

En este estudio es necesario poner énfasis en la individualidad y particularidad


de cada una de las mujeres privadas de libertad que se estudiaron (sujetos de estudio),
comprendiendo su mundo de forma holística, sin excluir sus aspectos biológicos,
psicológicos y culturales.

Unidad de análisis

La unidad de investigación está constituida principalmente por madres intramuros


en el CPF, Santiago.

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La cantidad de participantes considera dos mujeres por tipo de delito. El estudio


consideró un total de ocho mujeres, cuyo rango etáreo fluctúa entre los 30 y los 55 años
de edad, en calidad de condenadas por tráfico de drogas, robo, homicidio y hurto, y con
una permanencia de un año o más dentro del sistema carcelario; igualmente incluye a
madres de adolescentes de entre 12 y 19 años de edad, y que al momento de ingresar al
sistema penal estuvieran viviendo con su hijo/a adolescente.

• Estrategias y técnicas de recolección de datos.


Entrevista en profundidad

La investigación tuvo lugar en base a una entrevista semiestructurada, para la


cual se elaboró una pauta orientada hacia los tópicos que se pretendían indagar, según
la búsqueda planteada en los objetivos.

La entrevista de subdividió en tres etapas, con lo que cada entrevista constó de


tres sesiones cada una, de una hora aproximadamente de duración, con el objetivo de
recabar en su totalidad la información requerida para la investigación.

La primera sesión procuró abarcar los dos primeros tópicos: experiencia de la


privación de libertad de la mujeres madres y relaciones familiares a partir de la privación
de libertad. La segunda sesión cubrió todo lo referido al significado del ciclo delictivo y
la tercera a los elementos de riesgo y protección del delito en hijos/as adolescentes.

RESULTADOS

EXPERIENCIA DE LA PRIVACION DE LIBERTAD

• Significación del delito.

En relación a esta categoría surgen elementos identitarios, respecto del robo y el


hurto, frente a la validación de dichas actividades, en donde el ejercicio del delito a las
mujeres les reporta orgullo y satisfacción. Esta situación cambia de manera considerable
en comparación de los otros dos ilícitos que se encuentran en análisis.

En mujeres condenadas por tráfico de sustancias se puede observar que


la significación que le atribuyen a este tipo de acto presenta cierta dicotomía, de
acuerdo al grado de compromiso delictual que ellas poseen. Por otro lado, en cuanto
al homicidio, si bien existen diferencias en el grado de compromiso delictual de las
mujeres, también se detectan puntos comunes frente al sentimiento que les genera ese
delito. En efecto, genera sentimientos de culpa, vergüenza y arrepentimiento, producto
de la desestructuración familiar de la victima y el impacto que esta situación produce
en sus propias familias.

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Madres Privadas de Libertad

En cuanto a la significación del hurto, para las mujeres que se encuentran


privadas de libertad simboliza una estrategia donde los niveles de condena son menores
a otros delitos, de modo que esta actividad les permitiría seguir en un tiempo breve con
actividades delictivas, sin arriesgar extensos períodos de condena al interior del sistema
carcelario.

Las entrevistadas significan el robo como una estrategia de sobrevivencia que


les reporta un grado de estatus dentro de la subcultura del hampa. Esta situación
varía de un delito a otro, donde jerárquicamente el robo se posiciona dentro de un alto
nivel jerárquico delictual, seguido del hurto y por último del tráfico, como una de las
actividades más repudiables dentro de la subcultura del hampa.

Si bien el robo se ubica, según las mujeres, en una alta escala jerárquica, existen
dentro de ella subcategorizaciones, como parte de un código ético que manda no
delinquir si se perjudica a personas que se encuentran dentro de su mismo nivel socio-
económico.

Una de las visiones destacables que existen dentro de la subcultura del hampa es
la conciencia de clase, cuyo principal eje de expresión es la comprensión de una realidad
económica caracterizada por la diferencia entre ricos y pobres. De acuerdo a ello, el
robo cometido contra un sector socio- económico elevado es señal de justicia social,
respecto de personas que no presentan altas posibilidades de desarrollo o movilidad
social dentro del sistema económico imperante. El sentido opera desde un valor de
justicia redistributiva que compensa, despojando a quienes tienen, ya que lo pueden
recuperar, para satisfacer necesidades de quienes de otra forma no podrían acceder a
ello.

• Conciencia y proporcionalidad del castigo.

Las mujeres privadas de libertad son constantemente víctimas de una gran


estigmatización a nivel social y cultural, producto de su propia condición de mujeres
y más aún de lo que implica su situación de reclusas, y el rol activo de madre que se ve
dificultado a causa del encierro y la distancia de los hijos/ as.

Según la verbalización sistematizada, es posible observar que las mujeres


condenadas por hurto y tráfico de drogas reconocen que tal actividad provoca daño
social, generando entre ellas un cierto grado de conciencia y culpabilidad por los
perjuicios que ello causa. Así, las mujeres privadas de libertad por tráfico de sustancias
denotan un mayor nivel de preocupación en torno al involucramiento de sus hijos /as
en conductas transgresoras, como el consumo de drogas ilícitas.

Una característica común existe respecto de la conciencia del daño que tienen
las mujeres sobre las consecuencias familiares y personales que acarreó para ellas el

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delito, del mismo modo como asimilan también la proporcionalidad del castigo que
el sistema carcelario supone. El sentido del castigo con que las mujeres significan la
separación física de la familia, en especial de los hijos/as, resulta ser la consecuencia
que más lamentan y de la que más expresan sentimientos de arrepentimiento; por otra
parte, también asumen una suerte de extensión del castigo, por cuanto son los hijos/as
quienes sufren un castigo indirecto al privarse de la presencia de la madre en la vida
cotidiana y en los roles propios de la crianza.

El castigo está representado por los largos períodos de privación de libertad que
implican una interrupción del normal continuo de sus vidas, y que se vivencia como un
cambio en la rutina diaria y el distanciamiento de quienes forman parte de sus núcleos
familiares como fuente de apoyo afectivo.

Con arreglo a todo lo anterior, se puede deducir que los integrantes de la


estructura familiar se ven afectados de manera directa con el ingreso de la madre al
sistema carcelario, no sin ignorar que las internas relacionan también la sanción de
la que son objeto con el castigo extendido hacia el otro, los restantes miembros de la
familia en este caso.

• Dimensiones de la experiencia carcelaria

La experiencia de la mujer privada de libertad registra un doble impacto: el que


tiene lugar en el ámbito parental y el referido a las relaciones interpersonales que surgen
dentro del sistema carcelario.

Cabe destacar que, debido a nuestras pautas culturales y educativas, existe una
estrecha relación del núcleo familiar y el hábitat de éste. El ingreso a la institución
penitenciaria suele provocar en la mujer mayores niveles de angustia que en el hombre,
especialmente por la situación del grupo familiar y por la ausencia existente en la
unidad doméstica.

Respecto a la experiencia de la vida carcelaria de las mujeres, es posible


interpretar una total similitud entre los cuatro delitos en análisis, entre los que destacan
dos aspectos que ellas reconocen en relación a la categoría.

• Familia.

En cuanto a la subcategoría relacionada al ámbito familiar, es posible distinguir,


además, que el impacto a nivel familiar sugiere la sensación de culpabilizar su privación
de libertad frente al daño provocado a la unidad doméstica, principalmente a sus hijos/
as. En efecto, existe una reiterada preocupación de los riesgos a que se puedan exponer
sus hijos/as ante la ausencia de la madre en la vida cotidiana.

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Natalia Lobos S., Paz Mena T., Nayén Pavez P.
Madres Privadas de Libertad

En lo que concierne a la privación de libertad referida al ámbito familiar, las


mujeres proyectan que su angustia es parte del sufrimiento de sus familiares más
cercanos.. Por lo tanto, el sufrimiento de sus hijos vendría a ser un componente que
acrecienta el dolor y la experiencia negativa de encontrarse encarcelada.

Otro aspecto está dado por la ausencia en etapas iniciales a nivel familiar,
reflejado en hitos significativos en las estructuras familiares, ya sea en la maternidad
y paternidad de sus hijos/as, ingreso de sus hijos al sistema escolar, fallecimiento y/o
pérdidas de parientes, entre otras situaciones importantes en la vida de estas mujeres en
contexto carcelario.

Si bien la familia constituye un pilar fundamental para las motivaciones


personales de las mujeres, existe un contraste que se ve reflejado en el temor de ellas
en relación a lo que significa la experiencia de ingreso al sistema penitenciario de la
familia, durante los momentos de visita.

• Cotidianeidad intracarcelaria

En relación a la experiencia de la cotidianeidad intracarcelaria se visualizan


elementos importantes frente a la privación de libertad que dan cuenta de la experiencia
vivenciada por las mujeres.

Se distingue una visión negativa que ellas manifiestan respecto al sistema


carcelario, expresada específicamente en las relaciones ejercidas de manera jerárquica,
establecidas por el poder de los gendarmes con respecto al contexto de encierro.

A lo largo de las entrevistas destacan igualmente las relaciones que emergen


producto de la interacción con sus compañeras, limitándose a un carácter netamente
funcional, evitando de esta manera conflictos que aumenten el grado de tensión que
se vive al interior de la Unidad Penal. Las mujeres expresan que la convivencia se
caracteriza por una violencia constante, donde la ley del más fuerte es la que se impone
en su diario vivir. Demostrar emociones, considerado como debilidad, implica riesgos
que exponen su integridad física y psicológica, generándose un blindaje emocional en
su cotidianeidad.

Por otra parte, la privación de libertad, de acuerdo al discurso estudiado, presenta


distintos matices, en el sentido de no sólo percibir esta forma de control social como una
limitación en cuanto al contexto físico, sino que, además, implica una transgresión de
la integridad, en relación a las condiciones de habitabilidad y convivencia a las que son
expuestas las mujeres. El contexto se caracteriza por ser un lugar inhóspito, en que la
intimidad se ve transgredida por el sistema al cual se ven expuestas, considerando que
el espacio físico donde se desenvuelven no presenta mínimas condiciones de dignidad.
Sin embargo, señalan que esta situación está en línea con el castigo derivado de haber
incurrido en delito.

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Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

El tiempo de condena representa un factor importante dentro de la motivación


que existe para sobrellevar la vida en prisión, en este caso buscando mecanismos que
les permitan comprender la situación a la cual se ven expuestas. Expresión de ello, por
ejemplo, es que existen mujeres que se refugian en comunidades religiosas, encontrando
protección emocional y una salida al dolor que experimentan.

Otro factor que las mujeres consideran sustancial en su diario vivir es la


participación en el sistema educacional al interior de la Unidad Penal, debido a que la
educación les reporta un cierto grado de satisfacción personal, de acuerdo a la necesidad
de autorrealización. Esta situación es comprendida por ellas como retribución y orgullo
para sus hijos/as, y, como queda dicho, un medio para sobrellevar el encierro.

• Involucramiento y ejercicio del delito

En cuanto al involucramiento del delito, las mujeres condenadas por tráfico,


homicidio y una de las condenadas por hurto, señalan que la incorporación al mundo
delictual se efectuó de manera autónoma, fundamentada en el aprendizaje de ciertas
prácticas ilícitas, ya sea por medio de contextos institucionalizados, o bien por la
ausencia de apoyo de la red familiar. Si bien este aprendizaje se desarrolla en dicho
contexto, la adopción e ingreso a la actividad delictiva se concreta al vincularse con
personas que forman parte de la cultura del hampa.

Es posible visualizar igualmente que las mujeres que se hallan cumpliendo


condena por robo, y una de las mujeres condena por hurto, señalan que el involucramiento
en conductas delictuales es aprendida y promovida desde la unidad doméstica, toda
vez que el ejercicio del mismo delito es percibido por estas familias como una de las
principales fuentes para el sustento familiar. Por lo tanto, se destaca la adscripción
a patrones y conductas ejercidas por el subsistema parental, que son traspasados y
aprendidas por las mujeres durante el proceso de socialización primaria.

Cabe señalar que las mujeres condenadas por homicidio se involucran en este
ilícito debido a una situación accidental, destacándose la inexistencia de la repetición de
patrones de comportamientos delictivos heredados y aprendidos en el seno familiar.

RELACIONES FAMILIARES

• Relación madre e hija/o

La importancia del vínculo madre-hijo al interior del sistema carcelario tiene


una connotación de gran relevancia para la mujer. Dentro de este contexto, donde la
hostilidad se vive constantemente, mantener una relación de cercanía con sus hijos/as
es un elemento considerado fundamental, que les ayuda a sobrellevar el encierro.

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Natalia Lobos S., Paz Mena T., Nayén Pavez P.
Madres Privadas de Libertad

En el ámbito de las relaciones familiares, las mujeres condenadas por los distintos
delitos acá estudiados ponen énfasis en la existencia de un vínculo cercano en la relación
parental. Respecto a la relación madre e hijo/a se puede manifestar, según el corpus
analizado, que las mujeres mantienen una relación positiva con sus hijas/os en etapa
de adolescencia, considerando la visita como un espacio significativo para compartir,
relacionarse y comunicarse con su sistema familiar, siendo un elemento fundamental
que potencia el subsistema parental.

Es importante destacar que las mujeres manifiestan que existe un apoyo


continuo por parte de sus hijos/as adolescentes ante las condiciones que genera la
privación de libertad en las que se encuentran. Por consiguiente, es posible enfatizar la
intensificación de la relación parental, considerando las situaciones que condicionan el
contexto carcelario.

Si bien las internas desarrollan un grado de culpabilidad por su ausencia física al


interior de la familia de origen, no deja de ser importante que la relación que mantienen
con sus hijos/as constituye un elemento crucial para sobrellevar la cotidianidad de la
prisión.

Dentro de esta categoría se valora la importancia de mantener una comunicación


constante con los hijos/as. Las condenadas por los cuatro delitos acá en estudio
consideran que mantener un contacto prolongado ayudará a sus hijos a sentir en menor
magnitud la ausencia producida en la unidad doméstica.

A pesar de las situaciones que puedan influir de manera positiva o negativa en la


relación madre e hijo/a producto de la privación de libertad, existe de igual manera el
ejercicio de estrategias por parte de las mujeres para mantener el vínculo con sus hijos.

Quienes han sido condenadas por hurto utilizan dos clases de estrategias para
mantener el contacto con sus hijos. La primera es posibilitada por la relación epistolar,
a través de la cual las madres expresan sus sentimientos de angustia, felicidad, tristeza,
experimentados mientras cumplen condena, al mismo tiempo que se mantienen al día
acerca de la situación en la que se encuentran sus hijos/as. Cabe consignar que una de
las mujeres llama la atención diciendo que éste es el único medio de comunicación con
el exterior, y por ende, con sus hijos, debido al escaso apoyo familiar que ella recibe,
negándosele las funciones básicas de la maternidad.

La segunda estrategia de comunicación con los hijos/as es revelada por dos de


las mujeres condenadas - una por tráfico y otra por el delito de hurto-, quienes recurren
al contacto telefónico ilícito desde el interior de la Unidad Penal. Conseguir un tubo
(celular), como ellas señalan, es un recurso penado por el sistema carcelario y que
implica riesgos de sanción, pudiéndose afectar y dificultar la relación familiar.

A diferencia de los delitos de robo o tráfico, las recluidas por homicidio no

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Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

utilizan estrategias ilícitas para mantener una comunicación constante con sus hijos/as
adolescentes. Las mujeres condenadas por homicidio, en cambio, se abstienen de estas
prácticas, debido al temor de ser sancionadas adicionalmente, toda vez que al extenso
tiempo que deben permanecer encarceladas puede prolongarse considerablemente de
ser sorprendidas. Por el contrario, observar conductas que estén dentro de los parámetros
establecidos en la institución penitenciaria supone una posible disminución del tiempo
de condena y/o otorgamiento de ciertos beneficios intracarcelarios.

• Ejercicio del rol materno

El ejercicio del rol materno en un contexto privativo de libertad se ve obviamente


obstaculizado debido al distanciamiento físico que esta situación provoca. Sin embargo,
las mujeres ejercen medidas de control con el fin de ser parte del proceso de crecimiento
de sus hijos/as.

La responsabilidad en cuanto al cuidado de los hijos/as generalmente es delegada


en figuras representativas de la red familiar, compromiso asumido principalmente por
la madre de las internas.

Mujeres condenadas por el delito de robo y hurto, y otra por tráfico y homicidio,
durante su encarcelamiento perciben que no han sido parte de la crianza de sus hijos,
por lo que quienes, según las mujeres, se encuentran en condiciones de establecer
normas y límites, son las personas que han estado presente y han asumido las funciones
que corresponden al rol de madre.

Desde otro aspecto se puede indicar que las mujeres condenadas por hurto
consideran que la imposición de límites y normas dentro del sistema familiar, en
especial con sus hijos en etapa de adolescencia, es imposibilitada por su condición
y culpabilización de lo que significa su incorporación al sistema carcelario. Sin
embargo, en lo que concierne a la toma de decisiones, los hijos consideran como
principal referente a la madre, siendo ésta la figura más representativa frente a los roles
socialmente atribuidos.

CICLO DELICTIVO

• Percepción del ciclo delictivo

Es pertinente comprender la significación otorgada por las mujeres a la repetición


de conductas delictivas por medio de la red familiar, intentando además entender
la posibilidad que identifican que el ciclo se reproduzca o culmine en un momento
determinado, evitando que integrantes se involucren en el mundo delictivo.

Las condenadas por el delito de robo o hurto perciben el involucramiento en

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Natalia Lobos S., Paz Mena T., Nayén Pavez P.
Madres Privadas de Libertad

actos delictivos como parte de su historia de vida. De las entrevistas se puede deducir
que en ambos delitos existe conocimiento del significado del ciclo delictivo, y la forma
en que lo han incorporado y naturalizado a la subcultura del hampa a lo largo de su
experiencia de vida.

Este ciclo delictivo es comprendido como un proceso de circularidad que ha


comprometido a integrantes de su red familiar, donde se ha reproducido tanto a nivel
ascendente (padres) como a nivel descendente, involucrando a uno de los hijos con
mayoría de edad, culminando en el ingreso al ciclo penal.

En un caso específico del delito de robo se constató la reproducción del patrón


conductual delictivo del hijo mayor y por ende la inserción al sistema carcelario.,
producto de la ausencia de factores protectores del contexto en el que se desenvolvía.

De otro lado, si bien existe un ciclo delictivo y penal a nivel ascendente por
parte de los padres de la mayoría de las mujeres condenadas por estos dos delitos, hay
también ausencia con respecto a la repetición de conductas delictivas por parte de sus
hijos.

No obstante las mujeres validan el acto delictual como estrategia de sustento


económico para la unidad doméstica, es observable igualmente la existencia de un ideal
de familia, ideal que se daría por el ejercicio de actividades o trabajos formales para el
ingreso económico al sistema familiar.

Respecto al tráfico de sustancias se aprecian dos versiones contrapuestas. La


primera alude a la inexistencia del ciclo delictivo en el sistema familiar, por lo que el
involucramiento a las actividades delictivas y al sistema penal se generó de manera
independiente. La otra experiencia apunta al involucramiento en conductas ilícitas por
medio de la red familiar.

En el delito de homicidio, en cambio, cabe destacar que se observa la presencia


del ciclo delictivo dentro del núcleo familiar, aunque ellas no hacen alusión de forma
explícita a esta circularidad. Es importante señalar que la repetición de estas conductas
delictivas no se relaciona con el delito por el cual ellas se encuentran condenadas.

• Percepción sobre el eventual ingreso de hijo/as al ciclo delictivo

La percepción de las mujeres privadas de libertad en relación al posible ingreso


al ciclo delictivo de los hijos adolescentes varía, dependiendo del tipo de delito por el
que cumplen condena.

De acuerdo al relato de las mujeres que se encuentran condenadas por robo, es


posible apreciar una cierta dicotomía. Si bien dos señalan no anhelar el involucramiento

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Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

de sus hijos/as adolescentes en actos delictivos, cada una de ellas visualiza las
posibilidades del ingreso de manera distinta. Por un lado, se observa una interrupción
del ciclo delictivo, y, por otro, ciertas posibilidades de un eventual ingreso al mundo
delictual.

No obstante existir un rechazo de las mujeres a que sus hijos se involucren en


actos delictivos por las consecuencias que ello supone, ellas reconocen que su ausencia
podría facilitar la reproducción de esas conductas. Esto se debería al cambio rólico en
que las responsabilidades asumidas por la madre antes del ingreso al sistema penal son
asumidas por otros integrantes del núcleo familiar (padres, hermanos, suegras) para el
sustento y equilibrio de la unidad doméstica.

Las mujeres condenadas por hurto identifican el significado del ciclo delictivo
como parte del sistema familiar. Una de ellas, por ejemplo, alude al concepto de
“cadena”, en que el compromiso con actividades ilícitas se repite gracias a la red
familiar. Sin embargo, no vislumbra un eventual involucramiento de sus hijos/as al
sistema delictual, poniendo énfasis en la subcultura del hampa, como un mundo en el
que sus hijos no se sienten parte.

Existe también una visión distinta planteada por una de las mujeres condenadas
por el mismo delito, quien advierte un eventual involucramiento al ciclo delictivo de
su hija adolescente. Si bien ella asegura que no anhela esta situación, al mismo tiempo
parece vivir la implicación con el delito como una naturalización, no considerándola
necesariamente como una situación negativa para el desarrollo de sus hijos.

Frente al tráfico de drogas, las internas no reconocen riesgos para un eventual


involucramiento en el ciclo delictivo de sus hijo/as adolescentes. Las mujeres aluden
al compromiso con actividades delictivas como una estrategia de sobrevivencia para
satisfacer las necesidades económicas del grupo familiar. Es por ello que aluden a la
conducta delictiva como una práctica fortuita que fue necesaria en cierto momento
de la vida familiar, y no como una conducta que se desea replicar dentro de la unidad
doméstica. No existen refuerzos conductuales, según ellas, para que sus hijos cometan
este tipo de ilícitos u otros.

A pesar de que las mujeres condenadas por homicidio señalan que el


involucramiento al ciclo delictivo de sus hijos/as adolescentes no se encuentra presente,
existen riesgos en los cuales se podrían ver implicados. La repetición de estas conductas
no se limita solamente al delito por el cual estas mujeres se encuentran condenadas,
sino más bien a todo tipo de conductas transgresoras que puedan llevar a sus hijos /as a
incurrir en ilícitos.

Importa destacar que, entre todas las entrevistadas, el principal anhelo de


interrumpir el ciclo delictivo se enfoca en primera instancia a impedir el ingreso al

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Natalia Lobos S., Paz Mena T., Nayén Pavez P.
Madres Privadas de Libertad

sistema penal, debido a las consecuencias que trae consigo la privación de libertad y
de esta manera darle una alternativa favorable a los hijos/as, posibilitando la opción de
no incurrir en conductas transgresoras.

RIESGO Y PROTECCIÓN DE LOS HIJOS/AS ADOLESCENTES FRENTE A


UN EVENTUAL INGRESO AL CICLO DELICTIVO.

• Percepción de los elementos protectores del delito en hijos/as

En esta categoría es posible rescatar el significado que le otorgan las mujeres a


los factores protectores para la interrupción al ingreso del ciclo delictivo de sus hijos/as
adolescentes. Estos factores estarían determinados por la predominancia de elementos
que permiten el desarrollo integral de los hijos/as en un ambiente favorable.

Otro factor protector importante -de acuerdo al discurso de las mujeres en calidad
de condenadas por robo, hurto, trafico u homicidio-, hace referencia en forma explicita
al ingreso y/o permanencia de sus hijos/as en el sistema educacional, percibido como
contexto normativo y regularizador, que permite a los/as adolescentes forjar su futuro
y de esta manera posibilitar el ingreso al mundo laboral.

No es sólo la alternativa educacional la que detectan las internas en estudio al


momento de pensar en los hijos.

En efecto, una de mujeres que cumple condena por hurto y homicidio, por
ejemplo, visualiza como elemento de protección la incorporación de sus hijos/as en
actividades deportivas y recreativas, pues es un tiempo que, piensa ella, les puede
reportan beneficios.

Otro componente significativo que emerge del relato expuesto es la participación
de los hijos/as en instituciones religiosas, identificando un Dios único, que reconocen
como salvador y protector en la vida de sus familias.

Se puede apreciar, como queda dicho, que las mujeres condenadas por hurto y
tráfico le reconocen importancia al contexto en que se desenvuelven sus hijos/as, ya
que puede influir en la adopción de ciertos comportamientos riesgosos, producto de
la interacción con personas pertenecientes al mundo del hampa. Ellas mismas señalan
que un contexto favorable para el desarrollo integral de sus hijos/as debe ser un lugar
tranquilo y en lo posible libre de actividades delictivas, en especial del consumo y venta
de estupefacientes que podrían propiciar el ingreso de los hijos/as adolescentes al ciclo
delictivo. Distinta es la percepción de las mujeres condenadas por robo y homicidio,
quienes, en vez valorar el quehacer deportivo, recreacional o la preocupación religiosa
como factores protectores, enfatizan la actividad educativa.

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Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

Corresponde consignar igualmente que, al menos una mujer por tipo de delito,
destaca como un factor de protección importante la delegación de la crianza y cuidado
de sus hijos/as a un miembro de la red familiar, mientras cumplen condena.

Una de las mujeres condenadas por robo concibe como elemento protector
la permanencia de su hija adolescente en un centro perteneciente a la red Sename,
debido a los riesgos a que se expone en la calle; en este caso, la protección de la joven
fue delegada en primera instancia a la red familiar de la madre, mas al haber existido
condiciones que imposibilitaron su cuidado, se consideró a la mencionada institución
pública como alternativa de protección.

De cualquier modo, uno de los entes protectores que adquiere significativa


relevancia en todos los delitos, con excepción de una que cumple condena por tráfico
de drogas, es la visualización de las mismas condenadas, en su condición de madres,
como activo factor importante de protección ante eventuales conductas riesgosas que
sus hijos/as pudieran adoptar, indicando a través de sus relatos que la entrega de apoyo,
afecto y confianza de parte de ellas, constituyen elementos fundamentales para evitar
la repetición de posibles actividades delictivas.

• Percepción de los elementos riesgosos del delito en hijo/as

En cuanto a los factores de riesgo que percibe una de las entrevistadas condenada
por robo y otra por hurto destaca el reconocimiento del contexto como elemento
riesgoso para el desarrollo de sus hijos/as adolescentes, aunque en general reconocen
y se encuentran al tanto de que existen factores en el entorno en que se desenvuelven
y desarrollan sus hijos/as adolescentes que puedan incidir de manera negativa en el
comportamiento de los mismos. Los riesgos se traducen principalmente en características
negativas del contexto, como la ingesta excesiva de alcohol, el consumo y venta ilícita
de drogas, jóvenes y adultos que se encuentren en problemas con la ley, y que por
lo tanto, según las mujeres, pueden influir negativamente en la vida de los hijos/as
adolescentes.

Una de las mujeres condenadas por hurto, por su parte, reconoce como principal
factor de riesgo el ambiente en que se desenvuelve su hija, producto de la relación
personal que mantiene con una adolescente cuya madre desarrolla actos ilícitos. Este
entorno estaría marcado por la presencia principalmente de la droga, por lo que es
considerado como un ambiente poco favorable y que dificulta un adecuado desarrollo
y aprendizaje de conductas socialmente aceptadas.

En relación al delito de tráfico se registran dos visiones acerca de los elementos


riesgosos que las madres perciben en sus hijos adolescentes. Una de ellas indica que su
propia experiencia carcelaria, considerada como consecuencia negativa producto del
castigo recibido por el delito cometido, ha generado un tal aprendizaje en sus hijas que

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Natalia Lobos S., Paz Mena T., Nayén Pavez P.
Madres Privadas de Libertad

no podría permitir la repetición y/o involucramiento de conductas ilícitas. La visión de


la otra interna revela como factores de riesgo el contexto y entorno que rodea a su hija
adolescente, determinado por la presencia de ilícitos como robo, y tráfico de drogas.

En concordancia con esta categoría, una de las mujeres condenada por homicidio
distingue la presencia de dos factores de riesgo en la vida de su hija adolescente: el
embarazo a temprana edad y la convivencia con su pareja, no sin que la progenitora
ignore ciertas conductas delictivas por parte de la pareja de su hija, que pueden propiciar
que ella incurra en ilícitos.

Cabe consignar, por último, que las mujeres de los cuatro delitos, excepto una
de tráfico, identifican actividades delictuales desarrolladas en el entorno que rodea
y en que se desenvuelven sus hijos/as adolescentes, como los principales elementos
riesgosos, que pudieran permitir el involucramiento de ellas en ciclo delictivo y de esta
manera facilitar el ingreso al sistema penal.

CONCLUSIONES

A partir de la investigación realizada al interior del Centro Penitenciario


Femenino Santiago con el objetivo de describir la percepción de condenadas ante el
eventual involucramiento en ciclo delictivo de hijos /as adolescentes, es posible obtener
conclusiones reveladoras, aunque, primero, es necesario abordar ejes transversales
relevantes para un conocimiento y comprensión cabal de la realidad investigada.

En sociedades patriarcales, los géneros tienen características y roles claramente


estereotipados: es tarea de los hombres, fecundar, proveer el sustento familiar, ejercer
la autoridad, defender a la familia de terceros. A las mujeres, en cambio, se les asigna
dominantemente la maternidad, el cuidado del hogar, una atención preferente de los
hijos, velar por la salud de todos los integrantes de la familia, brindar afecto, ofrecer
permanentemente una disposición sicológica positiva en momentos de dificultades,
etc.. Aunque en países desarrollados se advierten diferencias, dadas también por la
incorporación masiva de la mujer el mercado de trabajo y todo lo que ello implica
como el logro de espacios de autonomía, en sociedades como la chilena, sin duda el rol
o responsabilidades asignadas a la mujer son de alta significación, desde el rol materno
y todo lo que desde ahí comprende.

Los conceptos que aluden a la maternidad se encuentran relativizados por lo


histórico y lo sociocultural, toda vez que existen construcciones simbólicas desarrolladas
a partir de una cierta división social del trabajo en que, como las ideas y los valores, el
carácter de la familia y los roles dentro de ella cambian con el transcurso del tiempo
(como que en otras épocas la mujer desarrollaba el trabajo principal para el sustento
familiar, mientras el hombre cuidaba en parte el hogar y, sin trabajar, se preparaba para
la guerra).

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Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

Las mujeres en la actualidad han incrementado, pues, su participación y


protagonismo en diversos aspectos de la vida social y frente a estos protagonismos,
podemos mencionar que dentro de la subcultura del hampa ella ha adquirido una mayor
relevancia. Si bien hasta hace unos años los actos delictivos eran asumidos como
un problema social en que los actores dominantes eran los hombres, la mujer se ha
incorporado hoy de manera activa al mundo delictual.

La diversidad del delito en relación al género se desarrolla en Chile


dominantemente en contextos urbanos e industriales, antes que en áreas propiamente
rurales. En esta situación influyen factores como altos índices de pobreza y extrema
pobreza, falta oportunidades, desempleo, exclusión, lo que no necesariamente significa
que el pobre, por serlo, tiene que delinquir.

Más bien la marginación, la extrema desigualdad en la distribución del ingreso


existente en el país, la diferencia abusiva entre ricos y pobres (como denuncia la Iglesia
Católica, por ejemplo), y una publicidad masiva y sostenida a través de los medios de
comunicación que incentiva la adquisición de bienes materiales como significante de
éxito que contribuye a una frustración rampante, son componentes que influyen en
buscar salidas recurriendo a la comisión de ilícitos. La ingesta inadecuada de alcohol y
el consumo de sustancias, especialmente entre los jóvenes, parecen también constituir
vías de escape, causa y efecto de una vida social compleja, atravesada por cambios
sociales profundos no aún suficientemente elaborados y asumidos colectivamente.

Todo lo anterior tiene lugar en una situación en que la sociedad chilena se


desarrolla en un esquema de libre mercado en que la lógica de la propiedad privada
subordina prácticamente a todo el resto del quehacer humano. Por lo mismo, el Estado,
reducido, parece instrumento sólo destinado a garantizar el orden existente y con
instrumentos disminuidos para implementar políticas públicas que apunten al bienestar
social general.

En ese contexto económico-social descrito muy sumariamente aquí es preciso


entender, por ejemplo, esa cierta paradoja existente entre la lógica del mercado que
destaca casi religiosamente el valor de los bienes materiales sobre cualquier otro y
la conducta existente en el mundo del hampa cuando algunos de sus protagonistas
perciben la comisión de ilícitos como forma especial de redistribución del ingreso
para lograr también bienes materiales, robando o hurtando a quienes identifican como
ricos...

El ingreso al mundo delictual parece así lícito y se transforma por lo mismo en


aspiración tangible para lograr posicionamiento y aceptación social, donde al bien
material se le atribuyen elementos simbólicos positivos que propician reconocimiento
y de alguna manera gratifican: -Tengo, y, por lo mismo, no he fracasado: soy un tipo
exitoso- es decir, expresión de la misma lógica dominante hoy en la sociedad capitalista
chilena.

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Natalia Lobos S., Paz Mena T., Nayén Pavez P.
Madres Privadas de Libertad

El estudio revela que la conducta delictiva que conduce a la mujer madre al


sistema penitenciario provoca su primer impacto en la estructura familiar, y, por ende,
en el ejercicio de roles de la mujer, principalmente en su condición de progenitora.

Al interior de la institución carcelaria el desempeño materno presenta ciertas


características particulares no sólo por cuestiones materiales, sino por las limitaciones
específicas para el ejercicio del rol materno, de acuerdo a lo socialmente establecido: la
relación del subsistema parental se ve obstaculizada por la ausencia física de la madre
al interior del sistema familiar

Si bien antecedentes anteriores señalan que existe una interrupción del rol
materno durante el cumplimento de la pena, hemos constatado que el ejercicio de esa
responsabilidad se mantiene, a pesar de las limitaciones que pueden existir al interior del
sistema penal. No obstante los límites y normas establecidas por el sistema carcelario, es
posible observar que en ciertas mujeres tiene lugar la delegación de responsabilidades a
figuras significativas de la red familiar.

Desde la Unidad Penal, la condenada procura ejercer su rol materno exponiendo


de manera cuidada su manifestación de interés, de saber, de escuchar, de estar informada
del quehacer y preocupaciones de sus hijos/hijas, ofreciéndoles gestos de amor,
confianza, protección, afecto, apoyo. Su esfuerzo está direccionado, pues, a trasgredir
los límites de hierro de la privación de libertad con el fin de contribuir a mantener vivo
el vínculo con las hijas/hijos: la información de terceros, el contacto epistolar y la hora
de visita en el patio de la cárcel representan así momentos privilegiados en toda esta
relación compleja.

Todo lo anterior es parte del castigo y desarraigo que implica la prisión, como
han puesto de manifiesto las internas participantes en este estudio, quienes al hallarse
privadas de libertad no sólo viven y perciben esta forma de sanción social de manera
diferente, sino también las consecuencias que ello implica y el grado de afectación
personal y familiar sean a la vez distintas.

Estas condenadas por los delitos aquí considerados significan su condición de


reclusas como una manera de pagar socialmente el daño provocado, producto del delito
cometido que las condujo al involucramiento al sistema penal.

No hay evidencia de que existen diferencias respecto a la significación de la


experiencia carcelaria, considerando la tipología delictual, en la medida de que atribuyen
significados similares en lo que implica la cotidianeidad en este tipo de instituciones
coercitivas.

No obstante la energía desplegada por proteger la relación con el grupo familiar


y muy señaladamente con los hijos/hijas adolescentes, la reclusión implica ciertamente
costos.

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Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

La privación de libertad –acredita este trabajo- representa un impacto grave en


el ámbito familiar, que en este tipo de internas genera un sentimiento de culpa por el
daño provocado a la unidad doméstica. Las mujeres proyectan la angustia derivada
del encarcelamiento en el subsistema parental, acrecentándose el dolor –compartido-
durante permanencia en el sistema carcelario.

La experiencia carcelaria significa igualmente un maltrato a la integridad,


tanto física como moral, e incluso es visible que los vínculos interpersonales con las
compañeras de presidio adquieren a través del tiempo solamente un carácter funcional,
aunque, objetivamente, todas están hermanadas en parecidas angustias y necesidades.

Una cuestión de relevancia mayor en esta movilización de recursos simbólicos


y energías sicológicas es la apelación-subordinación a una autoridad metasocial. En
efecto, en la vida de estas mujeres condenadas (como en los reclusos en general) es
fundamental el componente religioso. Descubren o revalorizan la presencia de un dios
identificado como agente protector, seno de refugio que, por el delito cometido (el
pecado), es sentido como fuente que sirve de auxilio para explicar el encarcelamiento
como penitencia (la salvación). Así, Dios aquí (y no sólo aquí) es eso: amparo y
compañía inestimable en el sufrimiento de la cárcel.

La negatividad que implica la permanencia en la Unidad Penal es, entonces,


encarada por las internas tratando de desarrollar estrategias que les permitan sobrevivir
y mantener un cierto equilibrio integral.

La información suministrada por las condenadas permite conocer que un número


considerable de mujeres reconoce la existencia del ciclo delictivo en su red familiar y
que lo caracterizan de manera negativa, ya que ello puede facilitar la incorporación de
sus hijos/hijas adolescentes a la actividad delictiva. Por su propia experiencia de haber
permanecido encarceladas, en modo alguno ellas desean que sus hijos se incorporen al
ciclo delictivo, para evitar precisamente su ingreso a la cárcel.

En lo que respecta a los factores riesgosos identificado por las mujeres en la


vida de sus hijos/as adolescentes, se hace alusión específicamente al contexto en que
se desenvuelven los jóvenes, condicionado severamente por el consumo excesivo de
alcohol y de drogas en ambientes hostiles.

Los factores protectores que principalmente las mujeres identifican son la


inserción y permanencia en el sistema educacional de sus hijos/as adolescentes,
considerándolo como una institución protectora y formadora para el desarrollo integral
de sus hijos/as.

En relación a la tipología delictual se puede señalar que las condenadas por


tráfico de drogas y el delito de homicidio no vislumbran un eventual involucramiento

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Natalia Lobos S., Paz Mena T., Nayén Pavez P.
Madres Privadas de Libertad

de sus hijos/as adolescentes a actividades delictivas. Las mujeres encarceladas por


los delitos de hurto y robo, en cambio, perciben la posibilidad de que sus hijos/as
adolescentes ingresen al ciclo delictivo, considerando este fenómeno como un proceso
natural al interior del sistema familiar. Cabe señalar que ambas mujeres condenadas por
los delitos señalados anteriormente pertenecen a familias con historial criminológico.

Para concluir, pensamos que es posible pensar que otros trabajos podrán contribuir
también a elaborar colectivamente estrategias para este segmento de la población penal,
aunque el punto es que este estudio de madres privadas de libertad no ha hecho sino
poner de manifiesto una contradicción precisa: el legítimo interés humano de vencer
el aislamiento, en este caso dirigido a trascender los límites de hierro de la cárcel para
conservar o ganar el vínculo con hijos-hijas adolescentes expuestos al acuciante riesgo
de la libertad…

BIBLIOGRAFIA

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cuestión social”, UNICRIM, Gendarmería de Chile. (2007)

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prisión” (2004)

(11) Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios, Ministerio de Justicia,


UNICRIM, Gendarmería de Chile.

34
SATISFACCIÓN EN LAS USUARIAS DE
LIBERTAD VIGILADA PARTICIPANTES
DEL MÓDULO DE COMUNICACIÓN
CON ENFOQUE DE GÉNERO
SATISFACCIÓN EN LAS USUARIAS DE LIBERTAD
VIGILADA PARTICIPANTES DEL MÓDULO DE
COMUNICACIÓN CON ENFOQUE DE GÉNERO

Ximena Verbal Ríos


Médico Psiquiatra, Departamento de Tratamiento en el Medio Libre
María Nelly Carreño Cañas
Asistente Social, Departamento de Tratamiento en el Medio Libre
Andrés Aedo Henríquez
Antropólogo Social, Unicrim
Gendarmería de Chile

RESUMEN
El presente artículo expone el nivel de satisfacción con la calidad del servicio recibido,
expresado por 142 mujeres en Libertad Vigilada del Adulto que participaron del Módulo
de Comunicación con Enfoque de Género entre Marzo de 2007 y Septiembre de 2008,
a lo largo de todo el país. Tal evaluación se obtuvo gracias a un estudio realizado a
fines de 2008, de tipo exporatorio, descriptivo y transversal, en el que se aplicó una
Encuesta de Satisfacción de Usuarios a las penadas que accedieron a participar de él.
Los resultados indican que, en general, las usuarias evalúan positivamente el Módulo.
Las variables de calidad mejor evaluadas fueron el personal que realizó los talleres,
la modalidad de trabajo empleada y el material de apoyo utilizado. Las variables de
calidad evaluadas con puntajes inferiores fueron el estado de las instalaciones, algunos
de los contenidos trabajados en los talleres y los horarios en que éstos eran realizados.
Paralelamente, las encuestadas entregaron múltiples sugerencias para mejorar la calidad
del servicio y elevar el grado de satisfacción que las futuras beneficiarias del Módulo
pudiesen experimentar. En cuanto al impacto en la calidad de vida de las usuarias,
si bien fue evaluado positivamente, se observó una puntuación bajo el promedio en
todos sus ítems. Se espera que las necesarias modificaciones que de este estudio se
desprenden, mejoren los resultados de esta variable en el futuro.

37
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

1. INTRODUCCIÓN

La proporción de mujeres en el sistema penitenciario chileno había sido


históricamente marginal respecto del total de personas que le correspondía atender,
lo que sumado a otros factores (culturales principalmente) redundaba en que no se
consideraran las diferencias de género en la planificación de sus programas de
intervención. Sin embargo, durante los últimos 8 años esta situación ha comenzado a
cambiar. En el caso del Subsistema Penitenciario Abierto - encargado del control de las
Medidas Alternativas a la Reclusión (en adelante, MAR)1 - el crecimiento observado
en la población femenina durante el citado período ha sido superior al 170 % (de 2.092
penadas en el año 2000, a 6.545 en el año 20082). Ello ha modificado las condiciones de
trabajo para los operadores del sistema, exigiendo al Departamento de Tratamiento en
el Medio Libre (en adelante, DTML3) iniciar un proceso de revisión y reestructuración
de todos sus programas asistenciales, incorporando en ellos el enfoque de género4.

La organización de un proyecto de trabajo con población femenina se inició con


la identificación de los ámbitos específicos sobre los que era prioritario intervenir. Entre
los años 2004 y 2007 se realizaron dos estudios con ese fin en la población condenada
a Libertad Vigilada del Adulto5 (en adelante, LVA). Entre los problemas más relevantes
que presentaban las mujeres del grupo estudiado, estaban los conflictos al interior de
su núcleo familiar (principalmente con la familia de origen). Y las circunstancias que
más frecuentemente se asociaban a estos conflictos resultaron ser: (1) los problemas de
comunicación, (2) los problemas económicos, (3) el mal ejercicio de los roles familiares,
(4) el abuso de alcohol o drogas de otros individuos con los que la usuaria convive,
(5) el abandono o soledad y (6) la violencia intrafamiliar. Otros problemas frecuentes
eran la escolaridad incompleta, falta de capacitación laboral, trabajos informales y altas
tasas de cesantía.

En el marco del Programa de Mejoramiento de la Gestión, durante el año 2007


el DTML diseñó y desarrolló estrategias para posicionar la temática de equidad de
género en los niveles operativos. El objetivo era implementar en todos los Centros de
Reinserción Social del país (en adelante, CRS) un Programa con Enfoque de Género,
1
El subsistema penitenciario abierto es aquel que atiende a la población condenada que ha accedido a alguna Medida Alternativa a la Reclusión (Li-
bertad Vigilada, Reclusión Nocturna o Remisión Condicional de la Pena), por lo que cumple su condena en el medio libre. Su finalidad es reducir la
aplicación de la pena privativa de libertad y permitir una intervención no institucionalizada de quienes han cometido un delito, ampliando el espectro de
servicios disponibles para resolver problemas y necesidades que dificulten la integración social e involucrando al resto de la comunidad en el proceso.
2
Fuente: Subdepartamento de Estadística y Control Penitenciario, Gendarmería de Chile.
3
El Departamento de Tratamiento en el Medio Libre, dependiente de Gendarmería de Chile, es el responsable de supervi-
sar el cumplimiento de las Medidas Alternativas a la Reclusión (MAR), proponer políticas para perfeccionarlas, generar progra-
mas que mejoren la gestión y garantizar su ejecución. A nivel operativo, son los Centros de Reinserción Social (CRS) los encarga-
dos de administrarlas, quedando a cargo del control y asistencia de quienes las cumplen. Más información en www.gendarmeria.cl.
4
El enfoque de género es una metodología de trabajo que incorpora las diferencias existentes entre hombres y mujeres en el diseño e implementa-
ción de una política pública, entre otros aspectos, respecto de sus roles sociales, expectativas y circunstancias socioeconómicas. Fuente: Dirección
de Presupuestos (DIPRES) del Ministerio de Hacienda, División de Control de Gestión.
5
Verbal, X. “Caracterización de la Población Condenada a Libertad Vigilada del Adulto”. en Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios
Nº 8, pp. 82 – 106. Santiago de Chile (Octubre de 2006); y Verbal, X. “Evolución de la población femenina en el subsistema penitenciario abierto
entre los años 2000 y 2007 y caracterización de las mujeres condenadas a Libertad Vigilada del Adulto”. En Revista de Estudios Criminológicos y
Penitenciarios Nº 12 pp.157-187. Santiago de Chile (Agosto de 2008).

38
Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez
Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero

consistente en acciones diferenciadas por medida para crear un sistema de control,


asistencia e intervención específicamente orientado a mejorar la calidad de vida de las
mujeres a su cargo, considerado los problemas y necesidades pesquisados en los estudios
citados, su realidad social, roles y expectativas. Como resultado, a los programas
asistenciales habitualmente desarrollados en el subsistema se incorporaron 3 programas
específicamente dirigidos a la población femenina con Medidas Alternativas y uno a los
profesionales encargados de su asistencia e intervención. Estos ejes orientadores fueron
los siguientes:

1. Implementación del Módulo de Comunicación con Enfoque de Género:


adaptación realizada al Modelo de Intervención Diferenciada de la LVA,
orientada a entregar herramientas comunicacionales a las penadas, para
enfrentar mejor sus problemas familiares y sociales, incrementar su
autoestima, mejorar el desempeño de sus roles familiares y sociales y la
percepción que tienen de sí mismas para resolver sus propias necesidades.

2. Difusión y educación en los derechos de la mujer: trabajo orientado a la


promoción de derechos en los ámbitos familiar y laboral, para prevenir el
mal trato, la discriminación, el abuso y la violencia física o psicológica.

3. Programas de capacitación laboral específicamente dirigidos a mujeres: apuntan a


promover la autonomía y mejorar la situación económica de las mujeres beneficiarias
del programa de reinserción laboral, a través de su participación en cursos de
nivelación de estudios, capacitación en empleos con mejores expectativas económicas
en el mercado laboral y apoyo a la inserción laboral dependiente o independiente.

4. Capacitación a los profesionales de los CRS en el tema de la violencia intrafamiliar


y enfoque de género: en temas de prevención, pesquisa, intervención y uso de
recursos comunitarios para la atención de éste y otros problemas prevalentes en
la población de mujeres condenadas con Medidas Alternativas a la Reclusión.

Para el año 2008 se contempló continuar y ampliar la cobertura de los programas


mencionados y elaborar un estudio de satisfacción hacia el Módulo de Comunicación
con Enfoque de Género en las mujeres condenadas a Libertad Vigilada del Adulto que
hubiesen participado de él.

Los estudios de satisfacción en los beneficiarios de un programa asistencial


constituyen una excelente vía para evaluar las políticas públicas, en particular aquellas
dirigidas a mejorar la calidad de vida de las personas. No hacerlo puede afectar

39
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

significativamente la capacidad de un servicio para adaptarse de manera eficiente y


eficaz a las necesidades de la población que atiende y, de este modo, poder cumplir
con su misión institucional. En el caso particular del Módulo de Comunicación con
Enfoque de Género, el servicio ha optado por iniciar este proceso atendiendo la
evaluación que las propias usuarias de la LVA puedan tener sobre los talleres en los que
debieron participar. El presente trabajo expone los resultados de tal investigación. Con
estos elementos, durante el año 2009 se pretende desarrollar un proceso de reflexión
y revisión junto a los operadores del sistema, a partir del cual se puedan generar
eventuales cambios en las orientaciones, metodologías y objetivos, entre otros, a fin
de perfeccionar el servicio ofrecido por el subsistema y, con ello, acercarle al objetivo
general propuesto para este programa, cual es mejorar la calidad de vida de las usuarias
en LVA.

II. MARCO TEÓRICO

1. MODELO DE INTERVENCIÓN DIFERENCIADA DE LA LVA

La Libertad Vigilada del Adulto (LVA) es una de las Medidas Alternativas a


la Reclusión en la que el condenado permanece en un régimen de libertad a prueba,
tendiente a un tratamiento intensivo e individualizado, bajo la vigilancia y orientación
permanente de un Delegado de Libertad Vigilada (en adelante, DLV) habilitado por el
Ministerio de Justicia. Este beneficio se puede otorgar a sujetos sin antecedentes penales
previos que han cometido un delito cuya pena restrictiva de libertad esté en el rango
de 2 a 5 años6. Su principal objetivo es disminuir los factores de riesgo de la conducta
delictiva e impedir la reincidencia mediante una intervención específica conocida como
Modelo de Intervención Diferenciada7 (en adelante, MID) que opera de acuerdo al perfil
de necesidades del individuo y el tipo de delito que ha cometido. Basándose en este
Modelo, los DLV deben trabajar con los penados en forma integral, incorporando en
su repertorio conductas alternativas que posibiliten su inserción positiva a la sociedad.
Para ello, deben organizar el trabajo con cada usuario en tres etapas:

11∫.
o
Etapa de Diagnóstico: permite identificar y jerarquizar problemas, necesidades y
potencialidades del penado en los ámbitos social, familiar, educacional, laboral,
criminológico y psicológico.

22∫.
o Diseño del Plan de Intervención: el DLV debe procurar la adquisición de contratos

o acuerdos con el usuario en los que se especifiquen un conjunto de metas a alcanzar


durante su permanencia en la medida que, por una parte, promuevan la solución de
sus conflictos, el desarrollo de sus potencialidades y de su capacidad de autogestión
y, por otra, contribuyan a romper pautas cognitivo conductuales que perpetúen sus
problemas.

6
“Normas Técnicas de la Libertad Vigilada del Adulto”. 3ª Edición. Ed. del Ministerio de Justicia. Agosto 2003.
7
Mendoza, P. y Ramírez, M. “Modelo de Intervención Diferenciada para la Libertad Vigilada del Adulto”. Revista de Estudios Criminológicos y
Penitenciarios, Nº 3, pp. 9-28. Santiago de Chile (Noviembre de 2001).

40
Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez
Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero

33∫.
o Intervención: el DLV debe entregar herramientas al penado que permitan resolver

efectivamente los problemas y necesidades pesquisados, insertarse positivamente


en la sociedad y evitar la reincidencia en conductas delictivas. Esto último se lleva
a cabo mediante el trabajo a dos niveles:

- Nivel individual: se desarrolla durante todo el período de condena y comprende


acciones en los ámbitos familiar, comunitario y psicológico. Se realiza por contacto
periódico directo con el penado, de acuerdo con las necesidades sentidas y/o
detectadas, en un lugar previamente acordado con éste para no interferir con las
actividades que realiza como parte de su proceso de reinserción social.

- Nivel grupal: se desarrolla preferentemente durante los tres primeros años luego
que el sujeto ingresa a la medida y se realiza en dos etapas, denominadas de apresto
y de intervención diferenciada por delito. Los Módulos de Apresto consisten en
entrenar para la adquisición de habilidades personales que le permitan progresar
en el programa de intervención general, interviniendo sobre su capacidad de
comunicación, autoestima, motivación por el cambio, y receptividad a la autoridad.
Los Módulos de Intervención Diferenciada por delito trabajan sobre la capacidad
de resolución de conflictos, para desarrollar y mantener vínculos y para enjuiciar
la realidad (o juicio moral). En promedio, cada Módulo consta de 5 a 7 talleres,
aunque se acepta agruparlos para mejorar la adhesividad de los usuarios al programa
de trabajo.

Una vez egresados de los módulos, los DLV continúan reforzando a los penados
mediante tareas, acuerdos y compromisos terapéuticos, apoyo asistencial y refuerzo
positivo de sus logros y habilidades que fortalezcan la autogestión. Además, los
DLV involucran a la familia y a una amplia gama de organismos comunitarios en
la elaboración y ejecución de proyectos tendientes a desarrollar habilidades en los
penados y mejorar su calidad de vida. Aún cuando la ley indica que las personas
deben someterse a las condiciones impuestas por el Tribunal, existe consenso entre
los operadores de la LVA en que los programas de intervención deben ser definidos de
común acuerdo con los penados, tomando en cuenta tanto los problemas detectados
por el Delegado en la fase de diagnóstico, como las necesidades y deseos expresadas
por el propio individuo. Así, los DLV actúan como agentes conciliadores, motivadores
del cambio y mediadores sociales, facilitando la identificación y jerarquización de los
problemas o factores asociados a la conducta delictiva y el acceso a los servicios que
fueren necesarios para su resolución.

2. EL MÓDULO DE COMUNICACIÓN CON ENFOQUE DE GÉNERO

Teniendo como base los resultados obtenidos de los estudios más arriba citados
– de caracterización y diagnóstico en la población con LVA – durante parte del 2005

41
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

y 2006, se adaptó el Módulo de Comunicación del MID para su aplicación a grupos


conformados sólo por mujeres cumpliendo condena en la LVA. La implementación
de esta versión adaptada comenzó en Marzo de 2007 en todos los CRS del país. Su
población objetivo son todas las mujeres a las que se les pesquisaron deficiencias en las
habilidades comunicacionales durante la fase de diagnóstico, para quienes la realización
de los talleres tiene carácter obligatorio. Sin embargo, penadas que no deban realizar el
Módulo, pero que deseen participar de él, también son recibidas.

El Módulo de Comunicación con Enfoque de Género fue diseñado tomando en


consideración las recomendaciones generales de la División de Control de Gestión –
dependiente de la Dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda (DIPRES)8
– y los problemas específicos que en este ámbito presentaba la población femenina en
LVA. Consta de siete talleres grupales a realizar en horarios definidos entre las propias
usuarias y sus DLV, con el fin de no afectar el desarrollo de sus actividades familiares,
educacionales, laborales y/o terapéuticas habituales. Además, el número de sesiones
grupales puede disminuir (fusionando las actividades de dos o más sesiones en una
sola) o se puede sustituir por talleres individuales, dependiendo de las necesidades
de las usuarias y los DLV. Tal flexibilidad en la metodología permite a los operadores
del sistema crear las condiciones óptimas para el desarrollo del Módulo, aumentar
la adhesividad de las usuarias a las sesiones programadas y superar circunstancias
especiales que obstaculicen su realización.

El objetivo general del Módulo es potenciar las habilidades comunicacionales


de las penadas, a fin de que logren transmitir contenidos racionales y/o emocionales
asertivamente a los demás. Los objetivos específicos son los siguientes:

(1) Lograr que las usuarias identifiquen los diversos tipos de comunicación.
(2) Lograr que las usuarias identifiquen los elementos básicos que componen la
comunicación.
(3) Lograr que las usuarias reconozcan y expresen sus sentimientos.
(4) Lograr que las usuarias tomen conciencia de sus dificultades para expresar
sentimientos y emociones.
(5) Desarrollar en las usuarias conocimientos y destrezas que faciliten la
comunicación.
(6) Desarrollar en las usuarias conocimientos y destrezas comunicacionales que les
permitan enfrentar asertivamente diversas situaciones conflictivas en el ámbito
interpersonal.

En las seis primeras sesiones se trabaja con las penadas en pos del cumplimiento
de cada uno de estos objetivos. En la 7ª sesión se evalúa el desarrollo completo de los
talleres y la medida en que las usuarias perciben que se han cumplido los objetivos
propuestos. Para desarrollarlas, los DLV pueden apoyarse en el video musical “Papa
8
Fuente: DIPRES, “Análisis de Género en la Formulación de Programas”. Texto disponible en http://www.dipres.cl/572/articles-37369_doc_pdf2.
pdf.

42
Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez
Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero

don’t preach”9, el Naipe de la Comunicación10 y 6 fichas de trabajo, de las cuales la


última recoge la evaluación general que las usuarias hacen del Módulo.

3. LAS ENCUESTAS DE SATISFACCIÓN DE USUARIOS COMO MÉTODO


PARA EVALUAR SERVICIOS PÚBLICOS

Las reparticiones públicas pueden ser consideradas genéricamente como


organizaciones productivas, cuyo output es un producto intangible habitualmente
denominado “servicio”. A diferencia de los bienes tangibles – que poseen características
que se pueden medir y cuantificar con precisión, o que los consumidores pueden devolver
en caso de disconformidad – los servicios intangibles ofrecen considerables dificultades
para medir y cuantificar su calidad. En primer lugar, de las dimensiones que interesa
evaluar, muy pocas se pueden establecer objetivamente (como los horarios de atención
e infraestructura del lugar en que se presta el servicio), mientras que la mayoría de sus
características básicas sólo son evaluables en función de la satisfacción subjetiva que
producen en los usuarios. En segundo lugar, las múltiples dimensiones que involucra
la prestación de un servicio poseen diferentes pesos específicos o jerarquías para el
usuario que las evalúa. Así, por ejemplo, el profesionalismo y el trato entregado por los
funcionarios suelen ser considerados aspectos más importantes en la evaluación de los
usuarios, que la calidad de los materiales de apoyo utilizados durante la prestación.

La mayoría de los Servicios Públicos cuenta con ciertos instrumentos –


generalmente disponibles en las dependencias donde se atiende al público - para que
los usuarios manifiesten sus percepciones sobre la calidad del servicio entregado;
algunos ejemplos son los libros de reclamos, encuestas autoaplicadas con buzones
dispuestos en lugares visibles y las Oficinas de Informaciones, Reclamos y Sugerencias
(OIRS). Todos ellos son espacios de comunicación que retroalimentan la gestión de las
reparticiones públicas, al activar ciertas señales de alarma relacionadas con la calidad
de las prestaciones. Y aunque son parte integrante del conocimiento de la calidad,
no son suficientes para obtener una evaluación global del servicio, pues no permiten
conocer las situaciones que no activan dichas señales, ni contrastar ciertas creencias
generalizadas entre los funcionarios con la opinión real del público, ni permiten mejorar
la calidad de aquellas dimensiones que suelen pasar desapercibidas por los usuarios
cuando son consideradas menos relevantes.

Por consiguiente, evaluar la calidad de un servicio implica medir del modo más
riguroso posible (1) la satisfacción de los usuarios con cada una de las dimensiones
involucradas en la prestación (sean éstas objetivas o subjetivas) y (2) la satisfacción
con respecto al servicio propiamente tal, tanto a nivel general como diferenciada
según ponderación o peso específico que los usuarios asignan a cada dimensión
9
Papa don’t preach es el segundo sencillo del álbum True Blue de la cantante pop estadounidense Madonna, publicado el 11 de junio de 1986.
Cuenta la historia de una joven que le pide a su padre que no la sermonee por haber quedado embarazada En los talleres se solicita a las penadas
identificar el mensaje de la canción, no por su contenido verbal (en inglés), sino interpretando sus expresiones corporales.
10
Material didáctico distribuido por el Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación (CIDE), Erasmo Escala Nº 1825, Santiago de Chile.
Teléfono 698 71 53. (1994).

43
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

involucrada en la prestación. Para lograrlo, existen ciertas técnicas de investigación


social especialmente apropiadas a tal efecto, conocidas como Encuestas de Satisfacción
de Usuarios o ESU.

Las ESU son un tipo especial de encuesta que solicita información al cliente o
usuario sobre dos ámbitos diferentes:

- Por una parte, cuestionan al cliente sobre una serie de elementos involucrados en el
servicio propiamente tal (o dimensiones de la calidad), con el objeto de medir su
satisfacción con los mismos y, posteriormente, poder llevar a cabo mejoras en los
que han recibido una valoración más baja (o debilidades del servicio) y refuerzos
en los que han recibido una valoración más alta (o fortalezas del servicio). A estas
opiniones se las conoce como variables valorativas.

- Paralelamente, las ESU recogen información sobre ciertos rasgos generales de


los usuarios, que pudieran condicionar sus valoraciones acerca de las diversas
dimensiones de la calidad que se pretende evaluar. El perfil o perfiles obtenidos
de los clientes determinan los que se conoce como variables discriminantes (o
variables independientes).

Al cruzar ambos tipos de variables en el análisis estadístico, se puede determinar


si las fortalezas y debilidades de un servicio son de carácter general o si, por el contrario,
dependen en mayor o menor grado de ciertos rasgos subjetivos de los usuarios.

Para resolver el problema de la ponderación o asignación de pesos específicos


a los distintos aspectos del servicio – con el objeto de ajustarse mejor a la diferente
importancia o valor que los usuarios dan a los mismos cuando lo califican globalmente
– existen diversos enfoques o procedimientos. Los más usados son los siguientes:

- Ponderación por convenio: consiste en asignar pesos a los indicadores de


los distintos aspectos tenidos en cuenta en la valoración del servicio, en base a
la importancia que la Institución les concede – o la que supone que los clientes
le conceden –. Se trata de un procedimiento relativamente arbitrario, aunque no
caprichoso, orientado por la información disponible sobre las valoraciones que los
clientes hacen de las dimensiones involucradas en la prestación del servicio. Si no
se cuenta con información confiable al respecto, este procedimiento corre el riesgo
de reflejar parcialmente la realidad, ya que se prima a unas categorías por encima
de otras en una medida que tal vez no se corresponda con la que le dan los usuarios
del servicio en realidad.

- Ponderación en función de la importancia atribuida por el usuario a cada aspecto


del servicio: consiste en solicitar al usuario, en el mismo cuestionario del ESU, que
otorgue una calificación a cada atributo de la calidad en función de la importancia que

44
Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez
Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero

tiene para él. Este procedimiento ofrece diversas dificultades a los investigadores,
especialmente si la ESU es autoaplicada, de las que se destacan las siguientes:

a) confunde sobre el sentido de las preguntas, generando rechazo a continuar


participando en el estudio y/o aumentando el riesgo de respuestas erróneas o
falseadas, y
b) requiere de una compleja y laboriosa técnica de cálculo que se debe aplicar a cada
individuo al que se le administra el cuestionario, antes de proceder al cálculo del
valor asignado al indicador, con lo que el tiempo destinado al análisis de los datos
se puede prolongar indefinidamente, dependiendo del tamaño de la muestra.

- Ponderación asignada por una muestra de usuarios independiente: Para superar


los problemas inherentes a los procedimientos anteriores, habría que obtener la
información para el análisis desde dos muestras independientes de usuarios: una
muestra que entregue información sobre el peso relativo de cada variable involucrada
en el servicio y otra a la que se le aplique la ESU. Las dificultades asociadas a este
procedimiento son:

a) duplica el tiempo requerido para la investigación y aumenta sus costos;


b) puede presentar cierta incertidumbre respecto de la equivalencia valorativa de
ambas muestras.

En suma, sin considerar sus ventajas, todas las estrategias de ponderación de las
dimensiones involucradas en la prestación presentan riesgos y dificultades en similar
medida. En la práctica, sin embargo, las estrategias de ponderación por convenio
han demostrado ser las más útiles, siempre y cuando se disponga de información
previa obtenida desde fuentes primarias, adecuadamente documentada y sistematizada.
Paralelamente, debe considerarse que estudios de este tipo realizados en múltiples
áreas geográficas y sobre la satisfacción de usuarios de diversos servicios, suelen
informar que la variable con mayor peso específico en la valoración de la prestación es
el trato otorgado por los operadores, seguido por los contenidos o calidad técnica de la
prestación y, finalmente, por las instalaciones u otros aspectos materiales involucrados
en la prestación.

III. OBJETIVOS DEL ESTUDIO

OBJETIVO GENERAL
Conocer la evaluación que hacen las mujeres en Libertad Vigilada del Adulto sobre el
Módulo de Comunicación con Enfoque de Género, para identificar sus debilidades y
fortalezas, y a partir de las cuales se puedan realizar futuras mejoras en la calidad del
servicio entregado.

45



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Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009


OBJETIVOS ESPECÍFICOS
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  de sus horarios de
atención, trato del personal, condiciones de infraestructura, contenidos de los
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talleres, modalidad de trabajo y materiales usados en su realización.
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tenido en su calidad de vida.
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para mejorar el servicio.
(4) 
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de Género, en base a percepciones y opiniones de las usuarias que han participado
 en él.

IV. TIPO DE ESTUDIO 
           

Estudio   
de corte transversal,  
de tipo exploratorio  Se
y descriptivo.   
utilizó una

metodología  
cualitativa y fuentesprimarias.
  
El universo  
del estudio son el total de 

mujeres condenadas en LVA que participaron del Módulo de Comunicación con

Enfoque 
de Género entre Marzo
 
de 2007 de
y Septiembre 2008,
a lo largo detodo

el
país. La participación
   en el estudio
 fue voluntaria
 (ver TABLA 1)
 y quienes
 accedieron

a completar las encuestas debieron manifestar su intención firmando previamente
 
 una
 Carta de Consentimiento Informado (ver ANEXO 1) 11
.
TABLA 1: USUARIAS QUE ACCEDIERON A RESPONDER LA ENCUESTA

TABLA 1:
 USUARIAS QUE ACCEDIERON A RESPONDER

No USUARIAS QUE REALIZO EL
LA ENCUESTA

USUARIAS QUE ACCEDIERON
NºMÓDULO
DE USUARIAS QUE REALIZÓ EL USUARIAS
A QUELA
RESPONDER ACCEDIERON
ENCUESTA
 
DE COMUNICACIÓN 
MÓDULO DE COMUNICACIÓN ARESPONDER LA ENCUESTA

AÑO
AÑO 2007 
2007 AÑO
AÑO2008
2008 
TOTAL
TOTAL 

N o %%del
deltotal

total
TOTAL 169 42 211 142 67,3

TOTAL 
169 
42 
211 
142 
67,3

Las razones por
 las que 
 69 
usuarias 
no respondieron encuestas
 son: 
 (1)
no accedieron a participar
del estudio; (2) accedieron a participar del estudio, pero luego entregaron la encuesta en blanco; (3)

no concurrieron al control programado con su Delegado, por lo que no se les pudo proponer participar

en el estudio; y (4) habían egresado de la Libertad Vigilada al momento que se realizó el estudio.



La técnica seleccionada para la recolección de la información ha sido una
                
estructurada (ver ANEXO 2) que consta de tres partes:
encuesta

(1) En la primera parte se recoge información sobre algunas variables discriminantes


o características sociodemográficas de las encuestadas: edad, situación de pareja,
número de hijos, nivel educacional, estudios superiores, profesión u oficio,
actividad(es) actual(es), CRS donde se controla y tiempo que lleva cumpliendo
 condena en la LVA. 

Estas cartas se encuentran disponibles en el Departamento de Tratamiento en el Medio Libre (Rosas Nº 12 16, Santiago – 2º piso). Debido a que
11

contienen información que identifica a las usuarias, no pueden ser expuestas públicamente.

46
Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez
Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero

(2) En la segunda parte se recogen las percepciones de las usuarias sobre algunas
de las variables involucradas en las prestaciones que interesa evaluar (variables
valorativas): calidad de las instalaciones en las que se realizaron los talleres,
calidad de la atención entregada por los operadores del servicio, conveniencia de
los horarios en que se reunían, impresiones sobre los contenidos abordados en
los talleres, impresiones sobre la modalidad de trabajo (sesiones individuales y/o
grupales) e impresiones sobre los materiales de apoyo empleados.

En esta parte se solicitó, además, las percepciones de las usuarias sobre el impacto
que tuvieron los talleres en sus habilidades comunicacionales y, consecuentemente,
en sus relaciones interpersonales. Tal variable debía contemplarse debido a que
se trata de un servicio otorgado en contexto obligado; esto quiere decir que
no ha sido solicitado voluntariamente, sino que forma parte del programa de
intervención universal para las mujeres a las que se les han detectado déficits en
el ámbito comunicacional, que cumplen condena en la LVA. En estas condiciones,
no se puede esperar que exista una expectativa previa sobre el proceso que van
a experimentar, con la cual comparar la satisfacción o insatisfacción una vez
terminados los talleres.

Así como la evaluación de la calidad del servicio requiere desglosarlo en las


variables que le componen, la evaluación de las variables en sí también requiere
desglosarlas en cada uno de sus componentes, a los que se denominará ítems. Los
ítems de cada variable fueron construidos sobre Escalas Likert, y a las percepciones
de las usuarias se les asignaron valores numéricos que iban de 1 (correspondientes
a las valoraciones “muy en desacuerdo”, “nunca” y “mucho peor que antes” en
las diferentes escalas) a 5 (correspondientes a las valoraciones “muy de acuerdo”,
 “siempre” y “mucho mejor que antes” en las diferentes escalas). La validez del 
instrumento se establece probando que las preguntas están orientadas según las
dimensiones propuestas, no existiendo más de una metavariable dentro del sistema
de preguntas. Como se trata de un estudio que funcionará con variables de tipo
ordinal, se probó la consistencia de la escala
 por medio de análisis factoriales.
 
Se procedió al cálculo del coeficiente de alpha
      de 
Cronbach, 
cuyos resultados
 
muestran que sólo la dimensión HORARIO tuvo la necesidad de extraer un ítem,

porque no lograba aportarle consistencia. El resto de los ítems estaban dentro de lo

que se considera aceptable, es decir, sobre 0,7.

VARIABLE DE CALIDAD
 NÚMERO DE ÍTEMS
 ALPHA DE CRONBACH

CALIDAD DE LAS INSTALACIONES
 3  0,887

VARIABLE DE CALIDAD NÚMERO DE ÍTEMS ALPHA DE CRONBACH
EXPERIENCIA
CALIDAD CONINSTALACIONES
DE LAS EL PERSONAL
 8  3 0,847
0,887

EXPERIENCIA
HORARIOS DECON
LOS EL PERSONAL
TALLERES
 2  8 0,847
0,789

HORARIOS
CONTENIDOS DE
DE LOS
LOS TALLERES
TALLERES
 5  2 0,789
0,910

CONTENIDOSDE
MATERIALES DE LOS TALLERES
APOYO USADOS 4  5 0,910
0,867
 
MATERIALES DE APOYO USADOS 4 0,867
IMPACTO 10 0,917
IMPACTO DEL MÓDULO ENSUS
DEL MÓDULO EN SUSVIDAS
VIDAS 10 
0,917

(3) En la tercera parte se recogen las críticas, opiniones y sugerencias que las
             


47


            
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

usuarias pudieran tener sobre los talleres realizados y los cambios que consideran
pertinentes para mejorar la calidad del servicio y el grado de satisfacción de sus
futuras beneficiarias.

Toda la información obtenida fue almacenada en una base de datos y procesada


usando el programa SPSS. Paralelamente, las encuestas fueron numeradas de acuerdo
a su ubicación en la base de datos, para reseñar las opiniones y sugerencias que se
recibieron de parte de las usuarias que participaron del estudio.

Por último, para asignar el peso específico a cada variable, se optó por el
procedimiento de ponderación por convenio, usando como fuentes primarias las
evaluaciones que las propias usuarias hicieron del Módulo una vez que lo culminaron
(esto es, las Fichas de Trabajo Nº 6)12 y las quejas, opiniones y sugerencias solicitadas
en la tercera parte de la encuesta.

V. PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS

a. VARIABLES SOCIODEMOGRÁFICAS
 
(1) Rango etáreo
 
- La distribución por rango etáreo muestra un discreto predominio del rango
intermedio de edades entre 31 y 45 años (ver TABLA 2 Y GRÁFICO 1).
- La edad promedio del grupo es de 36 años con 9 meses, y la media es de 34 años.

TABLA 2: DISTRIBUCIÓN

TABLA SEGÚN
2: DISTRIBUCIÓN SEGÚN RANGO
RANGO ETÁREO
ETÁREO

RANGO ETÁREO
 N N   % % ACUMULADO
RANGO 
18 A ÉTAREO
25 AÑOS 33 %23,2  % ACUMULADO
23,2


26
1831 A
A 2530
AÑOS
AÑOS
 19
33   13,4
23,2   23,236,6 

A 35 AÑOS 27 19 55,6
2636 A
A 3040
AÑOS
AÑOS 19 17   13,412  36,667,6 

41 A 45
AÑOS 15 10,6 
78,2
46 A 50 AÑOS

31 A 35 AÑOS 11
27   7,7
19   55,6 
85,9
51AY40MÁS
AÑOS 17 18  12 12,7  67,698,6 
36 
AÑOS
NO RESPONDE 2  1,4 
100
 15142  10,6100
TOTAL

41 A 45 AÑOS  
78,2100
 11  7,7  85,9 

46 A 50 AÑOS 

 18     98,6 
51 Y MÁS AÑOS GRÁ FICO 1: DIST 12,7
RIBUCIÓN
NO RESPONDE 
 SEGÚN 2 RA 
 NGO ET 
1,4 Á REO  100 
 TOTAL 
G R Á F4IC
142
2O  100
% 1 : DIST R IBUC IÓ N 100 

 SEG ÚN
R A N G O ET Á 
R EO 
1 8 a 3 0 años
GRÁFICO 1: DISTRIBUCIÓN
4 2 % 
SEGÚN RANGO
 3ETÁREO
1 a
 4 5 años


4 6 y m ás años
42% 1 8 a 3 0 años
 2 1 % 3 1 a 4 5 
años
37% 18 a 30 años
4 6 y m ás años


31 a 45 años
21% 

37% 46 y más años
 
 21%
37%  
12  de 35 Fichas de Trabajo Nº 6, seleccionada aleatoriamente desde todos los CRS del país, con la evaluación que las usuarias realizaron del Módulo durante
Muestra 

Debido a que contienen información que identifica a las usuarias, no pueden ser expuestas públicamente.
la última sesión a la que asistieron. Estas fichas se encuentran disponibles en el Departamento de Tratamiento en el Medio Libre (Rosas Nº 12 16, Santiago – 2º piso).

  
   48
  

 
           






 Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez
Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero


(2) Situación de pareja

 - 
La mayor proporción (45%) tiene una relación de pareja estable (casada o

conviviendo); les siguen las mujeres solteras (41%).
 - 
Las
mujeres
que
han  matrimonio
terminado su (por
separación,
 
divorcio  
o viudez)

representan el grupo más pequeño (14% del total) (ver TABLA 3 y GRÁFICO 2)

TABLA 3: DISTRIBUCIÓN SEGÚN SITUACIÓN DE PAREJA

TABLA 3: DISTRIBUCIÓN
SITUACIÓN DE SEGÚN SITUACIÓN DE PAREJA

SITUACIÓN DE NN 
%% 
% ACUMULADO
% ACUMULADO
PAREJA

PAREJA
 SOLTERA
SOLTERA
 57
57 40,1
40,1

40,1
40,1


CASADA 32 22,5 62,6
CASADA
CONVIVIENDO
 31
32 22,5
21,8
 62,6
84,4

SEPARADA 15 10,6 95
CONVIVIENDO
DIVORCIADA
 2
31 21,8
1,4
 84,4
96,4

VIUDA 215 1,4
10,6 97,8
95
SEPARADA
NO
RESPONDE 
3 
2,1 
100
 TOTAL
DIVORCIADA 1422 100
1,4 100
96.4 
   
 VIUDA
 2 1,4
 97,8
 
 
NO RESPONDE
GRÁ FICO  3 2,1

2: DIST RIBUCIÓN 100


TOTALSEGÚN SIT UA
  100REJA
142CIÓN DE PA
 100


 1 4%
GRÁFICO 2: DISTRIBUCIÓN


 SITUACIÓN
SEGÚN DE PAREJA

SOLT ERA

 41 %


14% 

 CA SA DA O CONV IV IENDO
 


41% SEPASOLTERA
RA DA , DIV ORCIA DA O V IUDA


 
 
CASADA O CONVIVIENDO

45% 

45% SEPARADA, DIVORCIADA

 O VIUDA 
 

   
(3) Hijos  
 
 
 
 
 parte de las mujeres encuestadas tiene hijos (84%). De éstas últimas, casi
 mayor
 - La
                 
   
dos terceras partes tiene entre 1 y 2 hijos y algo menos de la mitad
 
 tiene
 una relación
                 

de pareja 

estable
 

(casada
 o
 


conviviendo).
 


(ver TABLAS
 
4, 5 y
 6, 
y
GRÁFICO
 3).
 

 

 TABLA 4: DISTRIBUCIÓN DEL TOTAL
TABLA 
4: DISTRIBUCIÓN DEL TOTAL
DE

MUJERES, SEGÚN SI TIENE O NO
 HIJOS

DE MUJERES,

TIENE SEGÚN
 SI TIENE
 O NO


HIJOS
 N  % % HIJOS

ACUMULADO

   
SI
TIENE HIJOS
 N
  %
83,8 
% ACUMULADO
83,8

 119






SI 
 119
  
83,8
  
83,8

NONO 1919 13,4 97,2

 
  13,4
 
 97,2
NO
RESPONDE

 4 
 

2,8

2,8  
100
100
NOTOTAL
RESPONDE
 142 4  100  100

 
  
  
TOTAL
 142
 100  100
   TABLA 5:
DISTRIBUCIÓN DE LAS MUJERES



CON
TABLAHIJOS,
5: SEGÚN NÚMERO
DISTRIBUCIÓN DE LAS DE HIJOS
MUJERES



Nº DE CON
HIJOS 
HIJOS, 
 SEGÚN
N  NÚMERO % DE
HIJOS
% ACUMULADO
 
 61,3 
– 2
1 
HIJOS 
73 
 61,3


o
3 –N4 
HIJOS
HIJOS N 

34
  %
28,6 
% 
ACUMULADO
 89,9
MÁS1
DE 5HIJOS
HIJOS

-
2 11

73
  
9,2

61,3 
99,1
 
 61,3
NO RESPONDE  
1 
0,8

100


3TOTAL

- 4 HIJOS 34
119
  
100
28,6  
 
100
89,9

      

MÁS

DE 5 
HIJOS
 
11
 
9,2  
99,1

 
 
  
 

NO RESPONDE 1 
0,8 100
     
TOTAL 119 100
 100


 
 
   
 





 
  
  
 


 49


  
  





 
  
  
 

      

      


    
   

 


   
  
  
 
   

   

 
  

 
   


 
   
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios

 Año IX - Junio 2009






   
    
TABLA 6: DISTRIBUCIÓN 
DE LAS MUJERES   
TABLA
 6: DISTRIBUCIÓN DE LASCON HIJOS, SEGÚN
MUJERES CONSITUACIÓN DE PAREJA

HIJOS, SEGÚN
SITUACIÓN DE PAREJA DE PENADAS CON HIJOS
 N %
 % ACUMULADO

SITUACIÓN DE PAREJA

CASADA


SITUACIÓN DE PAREJA DE PENADAS CON HIJOS  31

N  26,1


% 26,1

% ACUMULADO
CASADA
CONVIVIENDO

 31
  26,1 
26  
21,8 26,1
47,9

CONVIVIENDO
 
26  21,8  47,9
SOLTERA
SOLTERA
 40
40 33,6
33,6
   81,5
81,5

 SEPARADA 
SEPARADA

DIVORCIADA



15
15

2 
12,6 
12,6

1,7 
94,1
94,1

95,8 
VIUDA
DIVORCIADA 2 1,7 97,5
NO

RESPONDE  3 2  
2,5 
1,7 95,8

100
TOTAL
VIUDA

  119
 2  100

1,7
 100

97,5
   
NO RESPONDE

   3  
2,5  
100
 TOTAL3: DIST RIBUCIÓN DE LA
GRÁ
FICO 119

S MUJERES
100 CON 100

 GRÁGRÁFICO
FICO
HIJOS, 3:SEGÚN
3: DIST DISTRIBUCIÓN
RIBUCIÓN
SIT UADE DE LAS
LA DE
CIÓN S MUJERES
MUJERES
PA CON
REJA CON

HIJOS,
HIJOS, SEGÚNSEGÚN
SIT SITUACIÓN
UA CIÓN DE DE
PA PAREJA
REJA
1 6% GRÁFICO 3: DISTRIBUCIÓN DE LAS MUJERES CON

1 6%16% HIJOS, SEGÚN SITUACIÓN DE PAREJA
 35% SOLT ERA
16% 35%35% SOLT ERA
SOLTERA
 CA SA DA O CONV IV IENDO

 35% CA SA DA O 
SEPA RA DACONV
SOLTERA
CASADA , DIV IV IENDO
O CONVIVIENDO
ORCIA
 DA O V IUDA
SEPACASADA
RA DA , DIV
SEPARADA, ORCIA DA O VOIUDA
O CONVIVIENDO
DIVORCIADA VIUDA

 49% SEPARADA, DIVORCIADA O VIUDA 
49%49%

49% 
(4) Nivel Educacional

 

- Más de la mitad de las mujeres encuestadas no concluyó su Educación General
 
Básica y Media. De éstas últimas, el 60% no superó la barrera de la Educación

Básica (TABLA 7 y GRÁFICO 4).

 TABLA 7: DISTRIBUCIÓN SEGÚN ESCOLARIDAD
TABLA 7: DISTRIBUCIÓN SEGÚN ESCOLARIDAD

NIVEL DE EDUCACION ESCOLAR N % ACUMULADO
%
NIVEL EDUCACIONAL ESCOLAR
 N % % ACUMULADO

NUNCA
NUNCA FUECOLEGIO
FUE AL AL COLEGIO 2 2 1,4 1,4 1,41,4
EDUCACIÓN BÁSICA INCOMPLETA
 25 17,6
 19
19
EDUCACIÓN
EDUCACIÓN BÁSICA
BÁSICA INCOMPLETA
COMPLETA 21 25 14,8 17,6 33,8
EDUCACIÓN MEDIA INCOMPLETA

EDUCACIÓN BÁSICA COMPLETA 32 22,5
 56,3

EDUCACIÓN MEDIA COMPLETA 62 21 43,7 14,8 10033,8

NO RESPONDE
EDUCACIÓN MEDIA INCOMPLETA 0 32 
0 22,5 
100
TOTAL 142 100 10056,3

EDUCACIÓN MEDIA COMPLETA  62 43,7 
100

NO RESPONDE  0  0 
100

TOTAL4: DIST RIBUCIÓNSEGÚN
GRÁ FICO  100
142ESCOLA RIDA D 
100
   

GRÁ FICO 4: DIST RIBUCIÓN SEGÚN ESCOLA RIDA D
GRÁFICO 4: DISTRIBUCIÓN SEGÚN
NUNCA FUEESCOLARIDAD
A L COLEGIO
    
55% GRÁFICO 4: DISTRIBUCIÓN SEGÚN ESCOLARIDAD
44% ESCOLA RIDA D INCOMPLET A
NUNCA
ESCOLA
NUNCA FUE
RIDA
FUE DA
AL L COLEGIO
COMPLET
COLEGIO A
55%
55%    
44% ESCOLA
NUNCA FUERIDA D INCOMPLET A
AL COLEGIO
ESCOLARIDAD INCOMPLETA
 1% 44%
55%  
ESCOLA RIDA D COMPLET A
 
44% ESCOLARIDAD
ESCOLARIDADINCOMPLETA
COMPLETA
   
1% ESCOLARIDAD COMPLETA
1%

- 1%
Casi un tercio de las mujeres encuestadas tiene estudios superiores; de ellas, el 65%
los ha concluido (ver TABLA 8 y GRÁFICO 5).
 



50
   
   
   
   
   




 
Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez

Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero
 
TABLA 8:
TABLA DISTRIBUCIÓN DE LASSEGÚN
8: DISTRIBUCIÓN MUJERES CON ESTUDIOS
ESTUDIOS SUPERIORES
SUPERIORES
 

NIVEL EDUCACIONAL
NIVEL EDUCACIONAL ESTUD. SUPERIORES
ESTUD. SUPERIORES 
NN %
% %
% ACUMULADO
ACUMULADO
NO TIENE ESTUDIOS SUPERIORES 99 69,7 69,7

NO TIENE
ESTUDIOS ESTUDIOS
SUPERIORES SUPERIORES
INCOMPLETOS 
1599 
69,7
10,6 
69,7
80,3
ESTUDIOS SUPERIORES COMPLETOS 2815 19,7 100

ESTUDIOSNOSUPERIORES
RESPONDEINCOMPLETOS 
0 
10,60 
80,3
100
TOTAL

ESTUDIOS SUPERIORES COMPLETOS 142
28 100

19,7 100

100

NO RESPONDE
  0
 0 
100
GRÁ

TOTAL
FICO 
5: DIST RIBUCIÓN DE LA 142
 S MUJERES 
100 CON 100

  
 EST UDIOS
 SUPERIORES, SEGÚN SI LOS CONCLUYERON O

GRÁFICO 5: DISTRIBUCIÓNNO DE LAS MUJERES
 CON ESTUDIOS
 
 SUPERIORES, SEGÚN SI LOS CONCLUYERON O NO
EST UDIOS SUPERIORES

 COMPLET
 OS
 
6 5
%
EST ESTUDIOS SUPERIORES
UDIOS SUPERIORES
 COMPLETOS
INCOMPLET
 OS
65% 
ESTUDIOS SUPERIORES INCOMPLETOS
3
5%

  
35% 
 

 

6 de cada 10 mujeres que han recibido estudios superiores lo han hecho en un
 - 
 Centro de Formación técnica o Instituto Profesional (ver TABLA 9).



TABLA 9: DISTRIBUCIÓN DE LAS MUJERES CON ESTUDIOS
TABLA 9: DISTRIBUCIÓN

SUPERIORES, SEGÚN CENTRO DEDEFOMACIÓN
LAS MUJERES
 CONAL
SUPERIOR
 ESTUDIOS

QUE ASISTIÓ


SUPERIORES, SEGÚN CENTRO

CENTRO DE FOMACIÓN
DE FORMACIÓN SUPERIOR AL QUE ASISTIÓ
 
 N  %
 %
ACUMULADO


SUPERIOR AL QUE ASISTIÓ
   

CENTRO DE FORMACIÓN  14  
CENTRO DE FORMACIÓN TÉCNICA N
  % 32,6
 32,6
% ACUMULADO

SUPERIOR AL QUE ASISITIÓ
   
INSTITUTO
CENTRO DE FORMACIÓN
 PROFESIONAL
TÉCNICA 14 11 25,6
32,6 58,2
32,6


INSTITUTO PROFESIONAL 
11 15 
25,6 
58,2
UNIVERSIDAD

UNIVERSIDAD 15 34,9
34,9 93,1

93,1
 OTRA
OTRA 1 1 2,3
2,3 
95,4
94,4

NO RESPONDE
 
2 
4,6 
100
TOTALNO RESPONDE 43 2 4,6
100 
100
100
  TOTAL  43 100 
100
 

 (5) Profesión u Oficio
 

              
- Casi la mitad de las mujeres encuestadas afirma poseer una profesión u oficio (ver
 
  
TABLA 10);
de 
éstas
últimas, 
el 25% no tiene 
trabajo 
(ver 6).
GRÁFICO   
 
 
TABLA 10:DISTRIBUCIÓNSEGÚN SEGÚN SI
TABLA 10: DISTRIBUCIÓN SITIENE
TIENEO O NONO
PROFESIÓN
PROFESIÓN U OFICIO
U OFICIO

PROFESIÓN U OFICIO 
U OFICIO N N 

TIENE TIENE PROFESIÓN % % 
%% ACUMULADO
ACUMULADO
SI
 69
 48,6
 48,6

NO SI
 
72 69 50,7 48,6 48,6

99,3
NO RESPONDE
 NO 1
 0,7
72  100

99,3

TOTAL 
142 100 50,7
 
100

NO RESPONDE  1  0,7 100
   
TOTAL
 
 142 
 100 
100
 G R Á F IC O 6: DIST R IBUC IÓ N DE L A S M UJ ER ES Q UE DEC L A R A N T EN ER
(6) Actividad(es) 
P R O F6:
actual(es)
ESIÓ
(se podía
N U O F IC IO , DE
SEG

marcar
ÚN MUJERES
SI EST Á NQUE

más deO una NO
alternativa) 
T R A BA J A TENER
N DO
 GRÁFICO DISTRIBUCIÓN
 LAS DECLARAN
 
PROFESIÓN U OFICIO, SEGÚN SI ESTÁN
7 
5% O NO TRABAJANDO

- 1 de cada 2 mujeres encuestadas se encuentra
 trabajando (ver TABLA
 11); de éstas
75%   T
IENEN T RA BA JO
últimas, sólo un tercio cuenta con contrato de trabajo (ver TABLA 12 y GRÁFICO
7)  TIENEN TRABAJO

NO T IENEN T RA BA JO
NO TIENEN TRABAJO


25%

25% 


 51

   


Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

              



 
               
              




   
TABLA 11: DISTRIBUCIÓN DEL TOTAL DE MUJERES, SEGÚN ACTIVIDADES QUEESTÁN



DESARROLLANDO 
ACTUALMENTE (SE PODÍA MARCAR MÁS DE UNA ALTERNATIVA)
 

  
  
ACTIVIDADES ACTUALES

 N

 
%
  
ESTUDIANDO EN ESCUELA, LICEO O COLEGIO

 1 0,7
  
ESTUDIANDO EN UN CENTRO DE FORMACIÓN SIUPERIOR

 6 4,2
   

BUSCANDO TRABAJO

 
22
 
15,5



TRABAJANDO

 
79  
55,6

INICIANDO UN NEGOCIO

 
10  
7 



DUEÑA DE CASA  
52
 
36,6
 

JUBILADA O PENSIONADA 6 4,2

 
NO RESPONDE  1
 0,7



TOTAL 
142 
100
 
   
 TABLA 12:DISTRIBUCIÓNDELASMUJERESCONTRABAJO, SEGÚN SI TIENEN CONTRATO.

   









TABLA 12: DISTRIBUCIÓN DE LAS MUJERES CON TRABAJO, SEGÚN SI TIENEN CONTRATO

 
 
 

   
 ¿TIENE CONTRATO?
SI ESTÁ TRABAJANDO  N 

% ACUMULADO
%

 
 


  28 

SI   35,535,4

 
NO

 46


58,2


93,7

 NO RESPONDE
  5 6,3

 100

TOTAL 79 100 100
 



GRÁFICO 7: DISTRIBUCIÓN DE LAS MUJERES QUE TRABAJAN,
 O NO CONTRATO DE TRABAJO

SEGÚN SI TIENEN 



 
62% 

TIENEN CONTRATO


NO TIENEN CONTRATO

38%


               
               

 
 
 
 TABLA       SEGÚN
13: DISTRIBUCIÓN DE LAS MUJERES CON CONTRATO, SI 
ESTE 
ES NO  
INDEFINIDO




SI TIENE CONTRATO ¿ES INDEFINIDO? 
  N % %
ACUMULADO

  SI   
 15 53,6 53,6



 NO  8 
28,6 

82,2


 

 

 

NO RESPONDE 5 17,8 100


 

 

 

TOTAL 28 100 100
   
 
- Dos de
cada tres mujeres que está trabajando,
 lo hace en alguno de los siguientes
 
rubros: (1)  almacenes o 
comercio y ventas en ferias, 
en forma ambulante, (2)
 servicios domésticos o de aseo y (3) servicios de cocina o atención a clientes en

  52
 

 
 
            

 

      X imena Verbal R íos, 
María 
N. Carreño 
Cañas, Andrés 
Aedo Henríquez
 
Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero



hoteles, casinos o restaurantes (ver TABLA 14).
  
De las mujeres que refirieron tener una profesión u oficio y que están trabajando, un
- 

10% lo hace en una actividad diferente a la de su profesión
   uoficio.
- 
   
TABLA 14: DISTRIBUCION DE LAS MUJERES CON TRABAJO,

 
 SEGÚN

 ACTIVIDAD

TABLA 14: DISTRIBUCIÓN

TIPO
DE TRABAJO DE LAS MUJERES
QUE ESTÁN DESEMPEÑANDO N CON TRABAJO,
 % SEGÚN
 % ACUMULADO



COMERCIANTE / VENDEDORA Y SIMILARES ACTIVIDAD 24
 
 

30,4 

30,4


ASESORA DEL HOGAR / AUXILIAR DE ASEO Y SIMILARES 
16 

20,3 

50,7


CAMARERA / GARZONA / COCINERA Y SIMILARES 
8 10,1 
 

60,8


EJECUTIVA / COORDINADORA / ADMIN ISTRADORA 7
 8,9
 
69,7
TIPO
DE TRABAJO QUE ESTÁNYDESEMPEÑANDO 4 N 5,1% 
74,8 %

TEMPORERA / OPERARIA SIMILARES   

DUEÑA DE NEGOCIO / MICROEMPRESARIA 3   ACUMULADO

78,6

COMERCIANTE / VENDEDORA Y SIMILARES 24 3,8 
30,4 
30,4
ASESORA DEL HOGAR/AUXILIAR DE ASEO

SECRETARIA / ADMINISTRATIVA Y SIMILARES
EN OFICINA 316 20,3
3,8 82,4 50,7


CAMARERA / GARZONA / COCINERA Y SIMILARES 8 
10,1 
60,8

EJECUTIVA
PROFESORA / COORDINADORA
EDUCADORA
 DE / ADMINISTRADORA
PARVULOS / INGENIERO 3 
47 3,88,9
 86,2

69,7

TEMPORERA / OPERARIA Y SIMILARES 5,1 88,7 74,8
ASISTENTE / 
AYUDANTE
DUEÑA DE NEGOCIO DE OTROS PROFESIONALES
/ MICROEMPRESARIA 2  2,5 

SECRETARIA / ADMINISTRATIVA EN OFICINA 33
3,8

3,8
78,6

82,4

OTROS EMPLEOS 5 3 6,33,8 95

PROFESORA / EDUCADORA DE PÁRVILOS / INGENIERO 86,2
 ASISTENTE / AYUDANTE DE OTROS PROFESIONALES
NO 
RESPONDE 42 5,12,5 100 88,7

OTROS EMPLEOS 5 6,3 95
  
TOTAL
NO RESPONDE
TOTAL
79 4
79
100 5,1
100
100 100
100
  

 (7) Tiempo que lleva cumpliendo la LVA


Casi la mitad de las mujeres encuestadas ha permanecido 1 año o menos del
- 

 total de su condena en la medida de Libertad Vigilada. Del resto, muy pocas han

 permanecido más de dos años en control (ver TABLA 15 y GRÁFICO 8).



TABLA 15: DISTRIBUCIÓN DEL TOTAL DE MUJERES, SEGÚN TIEMPO QUE

TABLA 
15: DISTRIBUCIÓN DELTOTAL DE MUJERES,
 
SEGÚN TIEMPO
LLEVA CUMPLIENDO CONDENA EN LA LIBERTAD VIGILADA DEL ADULTOQUE
   
LLEVA
CUMPLIENDO
MESES ENCONDENA
I.V.A.
 EN LA LIBERTAD

N VIGILADA
%

%DEL ADULTO
ACUMULADO

 
 
 

MESES EN LVA N 70 % 49,3 % ACUMULADO
12 MESES 12
O MESES O MENOS

MENOS
 
70
 
49,3
 49,3 49,3


13 A 24 MESES
13 A 24 MESES 69 6948,6 48,6 97,9 97,9
MÁS
DE 24 MESES
 2 
1,4
 
99,3

NO
RESPONDE
MÁS DE 24 MESES 1 
20,7 1,4 100 99,3

TOTAL 
142 
100 
100

NO RESPONDE  
1 0,7  100

 TOTAL 142 100 100
GRÁ FICO 8: DIST RIBUCIÓN SEGÚN T IEMPO QUE


LLEV
GRÁFICO 8: DISTRIBUCIÓN A EN LIBERT AD
SEGÚN V IGILAQUE
TIEMPO
 DA LLEVA
4 9%

EN
LIBERTAD VIGILADA
49% 1
2 MESES O MENOS

1
3 A 2O4MENOS
12 MESES MESES

13 AMÁ S DE 2 4 MESES

24 MESES


1 
%
MÁS DE 24 MESES
0%
5  1%  
  50%

b. ASPECTOS GENERALES DE LOS TALLERES A LOS QUE ASISTIERON


- Sólo 1 de cada 5 usuarias refiere haber realizado 5 ó más talleres del Módulo de
Comunicación (ver TABLA 16). Esto indica que en la gran mayoría de los CRS se
llevó a cabo el programa de trabajo comprimiendo sus contenidos en pocas sesiones.
 - La duración de las sesiones es, en general, breve: 3 de cada 4 usuarias indica que

 
éstas duraban sólo dos horas o menos, siendo el tiempo promedio de 97 minutos

53
                 





  
                
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

        
 
 
  


Rev. Estudios
 Criminológicos
 y Penitenciarios
 Año IX - Junio
  2009     

 

  
  

               

 
(TABLA         
17).


    

- La mayoría de las usuarias
encuestadas participó en talleres grupales
 (82,4%); de

       ellas, 
 
 
un porcentaje menor realizó algunos talleres individualmente. Un porcentaje menor de
 


usuarias participó exclusivamente en talleres individuales (ver TABLA 18).
  
    
 - 
El 
promedio de
sesiones varía según modalidad: los talleres grupales
tienen
 
       un
 promedio de 3,0
sesiones; los individuales, uno de 3,4 sesiones; y los mixtos, uno

de 3,9 sesiones. 
 
  

 

   

   TOTAL DE
TABLA 16: DISTRIBUCION DEL
 MUJERES

TABLA 16: EL
DISTIBUCIÓN DELTOTAL DE
 
MUJERES 

SEGÚN NÚMERO DE SESIONES
   A LAS 
QUE ASISTIÓ  
  
SEGÚN EL NÚMERO


NÚMERO DE SESIONES
DE SESIONES
 A LAS QUE

N 
% ASISTIÓ

   % acumulado 
NÚMERO 
DE SESIONES N 
% 
%acumulado
 1 o1

2o SESIONES
2 SESIONES 
5555 
38,7
38,7 
38,7

  38,7
 
3
o 4 SESIONES 
48
 
33,8 
72,5
5 o
3 o 4 SESIONES
SESIONES 
2948 33,8 
 
 MÁS

NO RESPONDE



10


20,5

 7

72,5
93

100
 
5 o MÁS
TOTAL SESIONES 14229 10020,5 93
100
 
 
    
  NO RESPONDE

 
10

7


100
 
  TOTAL
 142
  100  100
 
 TABLA 17: DISTRIBUCIÓN
 DEL
TOTAL DE MUJERES
 SEGÚN


   
TABLA 17: DISTRIBUCIÓN DEL TOTAL DE  
MUJERES SEGÚN

LA DURACIÓN DE LAS SESIONES A LAS QUE ASISTIERON


LA DURACIÓN DE LAS SESIONES A LAS QUE ASISTIERON



DURACIÓN EN MINUTOS DE CADA SESIÓN N 

  %  
%acumulado


DURACIÓN EN MINUTOS DE CADA SESIÓN N 


 %  
% 
acumulado
MENOS DE 1 HORA 17

   12  12
1 HORA

 3217
  22,5 34,5

ENTRE
MENOS DE
1 HORA
1
Y 2 HORAS



54
 

38


12   
12 
72,5

  
MÁS 
DE 2 HORAS



1 HORA 
28
 32   
19,7
 22, 
5  
92,2
 34,5


NO
RESPONDE 11
  7,8  
100

 

 
 
 
ENTRE 
1 Y 2 HORAS
TOTAL
 142
 54   38 
100 100
72,5
 


  

  
  
  

  28  
MÁS DE 2 HORAS

    19,7
  92,2



 

 
  
  NO RESPONDE






11



 
7,8


 100


TABLA 18: 
DISTRIBUCIÓN DEL TOTAL  142 MUJERES
DE 
   TOTAL
  100
 100

   SEGÚN
EL TIPO DE TALLERES A 
 LOS QUE ASISTIÓ

 
  TIPOTABLADE 18: DISTRIBUCION DEL N TOTAL DE %

TALLERES MUJERES%acumulado


INDIVIDUALES 25 A LOS QUE 17,6 17,6

SEGÚN EL TIPO DE TALLERES
 ASISTIÓ

GRUPALES 85  59,9 77,5
 

AMBOS
 

32   22,5
%
 
 
100
TIPO
NO
DE TALLERES
RESPONDE

 0N
   0
 100
% acumulado
 100


TOTAL
INDIVIDUALES

142
25

17,6

 100

 
    17,6

 GRUPALES






85

 



59,9



77,5





 
  
   



AMBOS 
32
 
 

 
22,5 

 100
 

     
TABLA 19: NODISTRIBUCIÓN
 


RESPONDE
 DEL 
0TOTAL DE

 
 0MUJERES

 
 SEGÚN

 100

    
 TIPO DE TALLERES 
TOTAL
 Y NÚMERO DE 
142SESIONES


 A LOS QUE
100  100ASISTIÓ

    
 TIPO DE 

TALLERES 




 NÚMERO DE
 INDIVIDUALES
 GRUPALES

   AMBOS  TOTAL
 SESIONES TIPO
TABLA 19: DISTRIBUCIÓN DEL TOTAL DE MUJERES SEGÚN


N
DE TALLERES Y%NÚMERO N 



DE SESIONES % A LOS N %  N %
  ( QUE ASISTIÓ
 SÓLO 1 SESIÓN
3 12 17 20 4* 12,5 24 16,9
)
2 o 3 SESIONES 
  9  
41
36   48,2 10
 31,3  
60  42,3
4 o 5 
SESIONES 6 24 TIPO DE
14 TALLERES 16,5 8 25  28 19,7
8 

 6
o 7 SESIONES
NÚMERO

DE 
2

 7

 8,2
  
5
 15,6  9,9
TOTAL
14

8 o MÁS
SESIONES INDIVIDUALES
1 4 GRUPALES
3
 3,5 AMBOS
2 6,2  6 4,2
NO 
RESPONDE  4   16 3
 

3,5  3 
 
 
 9,4   10   7
SESIONES
TOTAL 
 25

N   100 
%  
85
N
  
%
100


 N
 32 
 % 100 
 N142
 %100
           

SÓLO 

1 SESION 
3   
12  

17  

20  
 4(*)  
 12,5  

24  
16,9
      
         
 2
o 3 
SESIONES



9 
 

36 
 


41



48,2




10 



31,3  
60 
  

42,3 

 6 realizó
  
 
      28
 
19,7
(4
* o) 5En estos
SESIONES
 casos,
 se  24 una
 sesión
14  16,5
individual

  8del Módulo
 25   con el

 
6
o  
2  

 

7




 
 
  
15,6 14

  9,9
 
7 
Delegado SESIONES


 

y
el taller grupal 


en 8
un mismo  día.


8,2

La



ausencia


5 


1
de


un
 período

 
6
de

 
4,2
8 o MAS
SESIONES 4 3 3,5  2  6,2 
 ventana

NO RESPONDE entre amb 
4

 

16


3



3,5 

 3   
9,4 10

 7 

        
 
siones   se identifica como 25 una 100 sola sesión
 85 de trabajo.

   
100 
 
TOTAL 32 
100 
142 
100
  
(*) 
En 
estos casos, se realizó una sesión individual del  Módulo con el Delegado y el taller grupal en



un mismo
 día.

La ausencia de un período de ventana entre ambas sesiones se identifica como una sola
 
sesión de trabajo.

               
 

     54       
  
 
  
 




  




 

 



  
   



               


        
        
 
 


Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez

Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero

 c. LUGAR EN DONDE CONTESTARON LA ENCUESTA


 -  Si

biense
instruyóa
las  aceptaron
mujeres que participar
en
el 
estudio que 
podían
             
 contestar la encuesta fuera del Centro de Reinserción Social en que se controlan,  la

mayoría prefirió hacerlo en ese lugar (ver TABLA 20).


TABLA 20: DISTRIBUCIÓN SEGÚN LUGAR EN DONDE CONTESTARON LA ENCUESTA

TABLA
 20: DISTRIBUCIÓN SEGÚN LUGAR EN DONDE%CONTESTARON LA
LUGAR
  N  % acumulado

DOMICILO DE LA USUARIA ENCUESTA

37 26 26
   
LUGAR
 N
  %2,1 % ACUMULADO

TRABAJO
DOMICILIO DEDE
LALA USUARIA

USUARIA 
37 3 
26 28,1 
26
TRABAJO DE LA USUARIA
 3
 99  2,1 28,1
 97,8
CENTRO
CENTRO DEDE REINSERCIÓN

REINSERCIÓN SOCIAL
SOCIAL 
99 69,7
69,7 
97,8

OTRO LUGAR 
2  1,4  99,2

NO OTRO LUGAR
RESPONDE 
1 2 
0,71,4 99,2

    100
TOTAL
 142
 100 100
NO RESPONDE
  1 0,7 
 100

TOTAL
 
 142 
 100 100
 

    

  GGRÁ
R Á FFICO 9: DIST
IC O 9: DISTR RIBUCIÓN SEGÚN
IBUC IÓ N SEG ÚN LLUGA
UG A R R EN
EN DO
DONDE
N DE
 C O
CONTN T EST
EST A
A R O
RON N L
LAA EN C UEST
ENCUEST
GRÁFICO 9: DISTRIBUCIÓN SEGÚN LUGAR EN DONDE A
A
  
 CONTESTARON LA ENCUESTA
 
77 00%
%     
    
CCENT
ENT RO
RO DE
DE REINSERC IÓ N SO
REINSERCIÓN C IA LL
SOCIA
70%
    DO MICDE
ILIO
DOMICILIO
CENTRO REINSERCIÓN SOCIAL

 
  
 
2266%
% O T RO
OT RO LUG
DOMICILIO LUGA ARR



26%  OTRO
 LUGAR
44%
 

%
4% 
 
 


d. VARIABLES DISCRIMINATIVAS



Para este análisis se factorizó las variables de personal, contenidos, materiales,
local y horario. Se obtuvo un factor o índice que fue partido por medio de los percentiles

que
alcanzaba, dando cuatro grupos iguales. Posteriormente a cada uno de estos grupos
se 
les aplicó un análisis de árboles de clasificación, con la intención de poder trabajar
los
puntos
de
cortes
entre
los
grupos
del
factor.El
árbolde
clasificación  la
tiene
  
importancia de decirnos cuáles son las variables que mejor segmentan a los grupos y en

que punto de la distribución de esta variable se producen los cambios de grupos. En este

caso, el árbol de clasificación nos arroja perfiles, donde las probabilidades de mayor

satisfacción
 con el Módulo alcanzan mayor importancia.

  
Todas  
las variables   
discriminativas   a 
fueron sometidas    
verificación 
y destacaron
con
fuerza la edad, el tiempo de condena cumplido en la LVA y el Nº de sesiones del
 de
Módulo 
Comunicación a las que asistió.
En el caso del tiempo en la LVA, arriba

de 13 meses de cumplimiento se produce un cambio significativo desde el segundo

cuartil al tercero (ver ESQUEMA 1). Y en el caso del Nº de sesiones a las que asistió,
  

55
                

   

Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

  
se aprecia que hay un cambio significativo desde el segundo cuartil al cuarto cuartil, es
             
decir, a partir de 4 sesiones y más (ver ESQUEMA 2). Por último, se ve que la edad

funciona de la misma manera desde los 37 años (ver ESQUEMA 3). En resumen, se

puede saber que estos son grupos con la tendencia a ser homogéneos.


RANGOS_FACTOR

Node 0
Category
RANGOS_FACTOR
% n
1.000
Node 0
24.8 35
1.000 2.000 %
Category n24.8 35
2.000 1.000 3.000 24 .8 3525.5 36
1.000
2.000
24 .8 35

3.000 2.000
3.000
4.000 25
3.000 .5 36
24.8 35
4.000 24 .8 35
4.000 4.000
Total100 .0 141
Total 100 .0 141
ESQUEMA 1 TIEMPO EN LVA
Adj. P-value=0.540, F=0.723,
TIEMPO EN LVA
df1=3, df2=137

Adj. P-value=0.540, F=0.723,


<= 13 df1=3, df2=137
> 13

Node 1 Node 2
Category % n Category % n
1.000 25 .7 19 1.000 23 .9 16

<= 13
2.000
3.000
27 .0
24 .3
20
18
2.000
3.000
22 .4
26 .9
15
18
> 13
4.000 23 .0 17 4.000 26 .9 18
Total 52 .5 74 Total 47 .5 67
Node 1 Node 2

 ESQUEMA 2
Category
1.000
%
25 .7
n
19
Category
1.000
%
23.9 16
n

2.000 27 .0 20 2.000 22.4
ESQUEMA
15
3
RANGOS_FACTOR3.000 24 .3 18 3.000 26.9 18
RANGOS_FACTOR
4.000 23 .0 17 4.000 26.9 18
Node 0 Node 0
Total 52 .5 74 Total 47.5 67Category %
Category % n
1.000
 n
23 .6 33
 1.000
1.000
2.000
24 .6 35
25 .4 36
1.000 2.000 25 .7 36

    2.000
 3.000

25 .7 36

2.000 3.000 25 .4 36 3.000 4.000 25 .0 35
3.000 4.000 24 .6 35 4.000 Total 100 .0 140
4.000 Total 100 .0 142

RANGOS_FACTOR EDAD
Nº DE SESIONES A LAS QUE RANGOS_FACTOR
Adj. P-value=0.042, F=2.804,
ASISTIÓ df1=3, df2=136
Node 0F=2.131,
Adj. P-value=0.299,
df1=3, df2=128 Node 0
Category % n
Category
<= 37 % n > 37
1.000 24.6 35
1.000 2.000 25.4 36> 4 1.000
Node 1
23.6 33 Node 2
<= 4
2.000 3.000 25.4 36 1.000 2.000
Category % n25.7 36
Category % n
3.000 Node 1 4.000 24.6 Node
35 2 2.000 1.000 3.000
26 .7 24 25.7 36
1.000 18 .0 9

4.000 Category % n Category % n 3.000 2.000 30 .0


4.000 27
25.0 2.000
35 18 .0 9

 1.000
2.000
Total
25 .5 24
29 .8 28
100 .0 142
1.000
2.000
22 .9
16 .7
11
8
4.000
3.000
4.000
25 .6
Total
17 .8
23
100 .0
16
3.000
140
4.000
26 .0
38 .0
13
19 
Total 64 .3 90 Total 35 .7 50
3.000 25 .5 24 3.000 25 .0 12
4.000
Nº DE SESIONES A4.000
19 .1 18
LAS QUE35 .4 17
ASISTIÓTotal EDAD
Total 66 .2 94 33 .8 48
Adj. P-value=0.299, F=2.131, Adj. P-value=0.042, F=2.804,
df1=3, df2=128 df1=3, df2=136

<= 4 >4 <= 37 > 37

Node 1 Node 2 Node 1 Node 2


Category % n Category % Category % n Category % n
1.000 25 .5 24 1.000 22.9 1.000 26.7 24 1.000 18.0 9
2.000 29 .8 28 2.000 16.7 2.000 30.0 27 2.000 18.0 9
3.000 25 .5 24 3.000 25.0 3.000 25.6 23 3.000 26.0 13
4.000 19 .1 18 4.000 35.4 4.000 17.8 16 4.000 38.0 19
Total 66 .2 94 Total 33.8 Total 64.3 90 Total 35.7 50



 e. 
PONDERACIÓN DE LAS VARIABLES DE CALIDAD O VALORATIVAS

Se sistematizaron las quejas, opiniones y sugerencias recogidas en la 3ª parte de
             


56
            




 

     V
Ximena erbal Ríos, María 
N. Carreño Cañas , A 
ndrés 
Aedo  
Henríquez
Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero


la encuesta, según variable asociada a la prestación del servicio. El total de mujeres

que  
respondieron este ítem  
fueron 
116, y muchas   a
se refirieron más de  
una variable;

en total hubo 159 alusiones a las variables involucradas en el estudio. Los resultados

mostraron que la variable valorativa aludida con mayor frecuencia fue la experiencia

con el personal que realizó el Módulo (27%); le siguen los contenidos de los talleres
(21%), el impacto del
  Módulo
 en sus vidas
  (18%),
el tipo de taller (18%), la calidad
 de

las instalaciones (9%), los horarios (9%) y, por último, los
           materiales de trabajo (3%).
Tales resultados son coherentes con lo observado en otros estudios comparables. Las

ponderaciones fueron asignadas como se expone en esta tabla:


TABLA 21: DISTRIBUCIÓN DE LAS QUEJAS, OPINIONES Y SUGERENCIAS, SEGÚN VARIABLE

ALUDIDA Y PONDERACIÓN ASIGNADA PARA EL CÁLCULO DE SATISFACCIÓN GLOBAL
TABLA 21: DISTRIBUCIÓN DE LAS QUEJAS, OPINIONES Y SUGERENCIAS,

VARIABLE DE CALIDAD   
PONDERACIÓN ASIGNADA
 N
SEGÚN VARIABLE ALUDIDA Y42PONDERACIÓN
%
ASIGNADA0.27
PARA EL 
EXPERIENCIA CON EL PERSONAL
  
26,5 
CÁLCULO
CONTENIDOS DE LOS TALLERES

DE SATISFACCIÓN

34 
21,4
GLOBAL 
0.21
VARIABLE DE CALIDAD N % PONDERACIÓN ASIGNADA
CAMBIOS VITALES
EXPERIENCIA CONPOR EL TALLER

EL PERSONAL 
2942 
18,2
26,5 
0.18
0.27
CONTENIDOS DE LOS TALLERES 34 21,4 0.21
CAMBIOSTIPO DE TALLER

VITALES POR EL TALLER 
2829 
17,6
18,2 
0.18
0.18
TIPOLAS
DE TALLER

CALIDAD 1428
 17,6
 0.18

CALIDADDEDE LASINSTALACIONES
INSTALACIONES 14 8,88,8 0.09
0.09
 HORARIOS
HORARIOSDEDELOS
LOSTALLERES

TALLERES 
77 
4,44,4 
0.04
0.04
 MATERIALESDE
MATERIALES DEAPOYO
APOYOUSADOS
USADOS

TOTAL
55

159
3,13,1

100
0.03

0.03
1.00
TOTAL 159 100 1.00
            
   

         
La ponderación asignada a cada variable de calidad será utilizada para calcular el

ÍNDICE DE SATISFACCIÓN GENERAL de las usuarias que participaron del Módulo
 de Comunicación.
 
 f. PROMEDIOS GENERALES E ÍNDICE DE SATISFACCIÓN
            

- El puntaje promedio por variable estudiada y el puntaje promedio general del Módulo
 de Comunicación se expone en la siguiente tabla:
- 
TABLA 22: PUNTAJE DE LAS VARIABLES DE CALIDAD Y PROMEDIO
-  GENERAL DEL MÓDULO DE COMUNICACIÓN CON ENFOQUE DE GÉNERO

  
VARIABLE DE CALIDAD PUNTAJE PROMEDIO DESVIACIÓN ESTÁNDAR
TABLA 22: PUNTAJE DE LAS VARIABLES

CALIDAD DE LAS INSTALACIONES  DE CALIDAD Y PROMEDIO 
4,21 0,99
GENERAL DELCON MÓDULO

EXPERIENCIA EL PERSONAL
DE COMUNICACIÓN 
4,88
CON ENFOQUE0,48 DE GÉNERO

VARIABLE DE CALIDAD

 PUNTAJE PROMEDIO

 DESVIACIÓN
  ESTÁNDAR
HORARIOS
CALIDAD DEDE LASLOS TALLERES
INSTALACIONES

4,42
4,21
 
0,92
0,99

EXPERIENCIADE
CONTENIDOS CONLOSELTALLERES
PERSONAL 
4,88
4,41 
0,48
0,84


HORARIOS
TIPO DETALLER
DE LOS TALLERES 
4,42
4,67 
0,92 
0,76
    
CONTENIDOS DE LOS TALLERES   
4,41    
0,84

MATERIALES  
TIPO DE
DE APOYO
TALLER USADOS
 4,67
4,49 0,76
0,61
MATERIALES DE APOYO USADOS
 4,49
 0,61

IMPACTO
IMPACTO  DEL
DELMÓDULO
MÓDULOEN ENSUS
SUSVIDAS
VIDAS 4,17
4,17 0,79
0,79
PROMEDIO GENERAL

PROMEDIO GENERAL 4,46

 0,77

4,46 0,77
 - Al aplicar a los

puntajes las ponderaciones asignadas
 en la TABLA
 21, los resultados

 obtenidos
 
son
los 
siguientes:  
  
     











    
   

   

   
   
   

   
             
   
         
 57   
      


 
  

       
     


   

   
  
  
   
       
    
  

Rev.
 Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009
              

TABLA
23: ÍNDICE
TABLA DEDESATISFACCIÓN
23: ÍNDICE GENERAL
SATISFACCIÓN GENERAL DE LAS
DE LAS
 
USUARIAS QUE REALIZARON EL MÓDULO DE COMUNICACIÓN
USUARIAS QUE REALIZARON EL MÓDULO DE COMUNICACIÓN
VARIABLE
VARIABLE DE

DE CALIDAD
CALIDAD 
PUNTAJE
PUNTAJE 
PONDERACIÓN
PONDERACIÓN 
TOTAL
CALIDADDE
CALIDAD DE
LASINSTALACIONES
LAS INSTALACIONES 4,21 0.09 0,3789
 
4,21 
0,09 0,3789

EXPERIENCIA CON EL PERSONAL 4,88 0.27 1,3176

EXPERIENCIA CON EL PERSONAL
 

4,88 

0,27 

1,3176
HORARIOS DE LOS TALLERES 4,42 0.04 0,1768

HORARIOS
CONTENIDOS DEDE
LOS TALLERES

LOS TALLERES 
4,42

4,41 

0,04
0.21 
0,1768

0,9261
TIPO DE TALLER
 4,67
 0.18
 0,8406

CONTENIDOS
MATERIALES DE LOS TALLERES

APOYO USADOS 
4,41
4,49 
0,21
0.03 0,9261

0,1347
IMPACTO
DEL MÓDULO EN SUS VIDAS 4,17
 0.18
 0,7506


TIPO DE TALLER
PROMEDIO GENERAL 
4,67
4,46 
0,18
1.00 
0,8406
4,52
   

MATERIALES DE APOYO USADOS 
4,49 
0,03 
0,1347
   
- IMPACTO

DEL MÓDULO EN SUS VIDAS


4,17


0,18


0,7506

- PROMEDIO GENERAL


4,46
 1,00


4,52
  
 -    
           mujeres
-  Los resultados reflejan que el índice de satisfacción general de las  que

participaron del
  
 Módulo de Comunicación
 
   es levemente
   superior
 
  al puntaje promedio
 
 
 
obtenido por el
 Módulo,
 diferencia que resulta ser
   estadísticamente no significativa

 (menor a

1

desviación
 
estándar – DE

– ).

   
  
     
     
- En adelante, los puntajes obtenidos en cada variable serán comparados con el

 promedio
general
  
y el índice  general.
de satisfacción     
            


 g.
 IMPRESIONES DE LAS USUARIAS SOBRE CADA VARIABLE

  
(1) Variable 1: calidad de las instalaciones en las que se realizaron los talleres (ver
             

TABLA 24)
 
            

- El
puntaje de esta variable es inferior al promedio general y al índice de satisfacción
               
  general, aunque la 
diferencia en ambos casos no es significativa

         (menor
   a 1 DE). 
 
-  El ítem mejor valorado es el relativo al orden y limpieza de las instalaciones.


-  Los
 ítem 
 relativosa
esta
variable
obtuvieron las
DE más
 elevadas

 del estudio,
  lo
 
 que
refleja la mayor dispersión
entre los puntajes
 asignados

     por 
  las 
usuarias.  
 
TABLA24:24: PUNTAJE PROMEDIO DE LA DEVALORACIÓN QUE LAS USUARIAS
 
TABLA PUNTAJE PROMEDIO LA VALORACIÓN QUE LAS HACEN DE LAS
USUARIAS
INSTALACIONES DONDE SE REALIZARON LOS TALLERES DEL MÓDULO DE COMUN ICACIÓN
HACEN DE LAS INSTALACIONES DONDE SE REALIZARON LOS TALLERES


PERCEPCIONES DE LAS USUARIAS SOBRE LA CALIDAD DE LAS Puntaje
 Desviación
DEL MÓDULO DE COMUNICACIÓN 


INSTALACIONES EN LAS QUE SE REALIZARON LOS TALLERES



PERCEPCIONES DE LAS USUARIAS SOBRE LA CALIDAD DE LAS N

 Promedio
 Estándar

 Desviación
Puntaje 
- El local estaba limpio y ordenado


INSTALACIONES EN LAS QUE SE REALIZARON LOS TALLERES 142
 Promedio
N  4,40

 0,92


Estándar
-- Elreuniones
Las local estaba
se limpio yenordenado
realizaron unen
 lugar
un cómodo
-  
Las reuniones se realizaron lugar cómodo
142142
142

4,40

4,15

4,15
0,92

1,00

1,00
En
-- En general, eran adecuadas para la realización
 del módulo 142142 4,09 1,05
142  
general, eran adecuadas para la realización del módulo
  4,09
 
1,05
TOTAL VARIABLE CALIDAD DE LAS INSTALACIONES 4,21 0,99
Puntajes:
TOTAL Muy
VARIABLE en desacuerdo
CALIDAD DE (1);
LAS En desacuerdo
 
INSTALACIONES
 (2); Ni de acuerdo

142
 ni
en desacuerdo
4,21
 

0,99
Puntajes: (3);
Muy en desacuerdo (1); En De acuerdo

desacuerdo (4); Muy
(2); Ni de acuerdo de acuerdo
ni en desacuerdo (5)(4); Muy
(3); De acuerdo 
de acuerdo (5)

 
(2) 
 Variable 2: personal del Centro de Reinserción Social que realizó los talleres

(ver TABLA 25)

puntaje
-  El  de
esta
variable
 es
superior
 al
promedio
 
general  índice
y al  de
satisfacción


general, aunque en ambos casos la diferencia no es significativa (menor a 1 DE).
 
 Todos
- los 
ítems
relativos a
esta
variable 
fueron  
valorados por  
las usuarias 
con

altos puntajes, los que además muestran una baja dispersión de las respuestas en
 general.


   
   
58
            
   
    
    



 
 
 


  

 
 
 

 
 
 
 

 
 

 







 

 
 

  
 



 

 
 


 



 




 
 


 


 


 


 


 



 





Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez


Satisfaccion

   
en Usuarias
 de Libertad
 Vigilada
 Participantes
  Modulo 

del Comunicación
de   E
con de Genero

nfoque
           





TABLA
TABLA 25: PUNTAJE PROMEDIODE DELALAVALORACIÓN
VALORACIÓN QUE QUELAS USUARIAS HACEN DE SU
  25:EXPERIENCIA
PUNTAJE PROMEDIO LAS USUARIAS


CON EL PERSONAL DEL CRS QUE REALIZÓ EL MÓDULO DE
HACEN DE SU

EXPERIENCIA CON EL PERSONAL DEL CRS QUE REALIZÓ EL MÓDULO DE


COMUNICACIÓN


   
 
 
 
COMUNICACIÓN





PERCEPCIONES DE LAS USUARIAS SOBRE SU EXPERIENCIA CON EL 
 

Puntaje Desviación
 
  

PERCEPCIONES DE LAS USUARIAS SOBRE SU EXPERIENCIA CON

   Puntaje

 Desviación


PERSONAL DEL CRS QUE DESARROLLÓ LOS TALLERES

  

EL PERSONAL

 

DEL  
 


 CRS 
QUE DESARROLLÓ 
 
LOS
 


TALLERES 
 NN
   Promedio
 Estándar
Promedio
 

Estándar
- Antes - Antesque nada,
que nada,



  


se identificaron
se identificaron

 dándome
dándome

 
 su
su nombre nombre
y
las
y las
  
 
   
 


funciones
funciones que que cumplen
cumplen

 141
141
 4,84 4,84

 0,58 0,58
 

  


- Eran- amables y atentos 141 

 


4,89 

0,47
Eran amables y atentos

 141 4,89
 
 0,47
 0,41
-   Me trataban con paciencia y respeto


 141 4,924,92
 
0,41  

- Me - Me trataban los
explicaban
con objetivos
paciencia yde respeto
los talleres

 141
140

 4,91

  0,42



-   Me -daban instrucciones acerca
 del modo en que íbamos a trabajar 

 

 

Me explicaban los objetivos de los talleres

 140
 4,91

  
0,42



  en los talleres

- Me daban instrucciones acerca del modo en que íbamos a trabajar en

 142    
4,89 0,49

- Resolvían mis dudas y consultas 
141  4,83 0,56


- Mostraban los talleres


interés por ayudarme
 142
142
 

4,89
 

0,49
4,87  
 

0,48
-   Me parece
- Resolvían que hacían bien su trabajo
mis dudas

 y consultas


 142
141
 

 4,83 4,91

 

 0,43

 
0,56
 
TOTAL VARIABLE EXPERIENCIA CON EL PERSONAL 141 4,88 0,48
- Mostraban interés por ayudarme



  Puntajes:

142
 
 4,87

  


0,48 
 
 
- Me

Nunca
parece que hacían(1);bien
Casi nunca (2); A veces (3); Casi siempre
su trabajo
 142
(4);
4,91

Siempre0,43 (5)
 


  
 
  

  

  

TOTAL
VARIABLE EXPERIENCIA CON EL PERSONAL 141 4,88
 0,48



  
  
  

 
  




 
(3) Variable 3: horarios en los que se realizaron  los talleres (ver TABLA 26)
 
 




-  
El
puntaje de esta variable es levemente inferior al promedio general y al índice de

 
  satisfacción
  

general,  
diferencias
 
que no son
 


significativas
 
(menores 1
a
DE). 

 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
-  El ítem
peorvalorado
 
es el 
relativo a la  
conveniencia de los 
horarios

  
 en que
 
se



realizaban los talleres, el que además presenta la mayor DE

 observada en todo el

 

 
estudio.





  

TABLA
TABLA 26:26: PUNTAJEPROMEDIO
PUNTAJE PROMEDIODE DELALAVALORACIÓN
VALORACIÓN QUE QUELAS LASUSUARIAS
USUARIAS HACEN
HACEN DE DELOSLOS


  

 
 

HORARIOS
HORARIOS EN
EN QUE
QUE SE
SE REALIZARON
REALIZARON LOS
LOS TALLERES
TALLERES DEL
DEL


MÓDULO
MÓDULO
 DE
DECOMUNICACIÓN
COMUNICACIÓN
 
 




  
 Puntaje
 
Desviación
  

PERCEPCIONES DE LAS USUARIAS SOBRE LOS HORARIOS EN QUE SE
  

  
 
REALIZARON
PERCEPCIONES LOS
DETALLERES
LAS USUARIASDEL MÓDULO
  DE COMUNICACIÓN
SOBRE LOS HORARIOS EN
 N 
 
Promedio
Puntaje
 

 Estándar
Desviación


   
 
 
-Eran 
 
convenientes para mí QUE SE 

N 4,20 
 


  Promedio
142 
 Estándar
1,10



REALIZARON
LOS TALLERES DEL MÓDULO DE COMUNICACIÓN  
 
 
-Comenzaban a la hora señalada

 142

 4,53

 0,81


- Eran convenientes para mí
 142 

 4,20
 1,10

- Comenzaban
- Terminaban a la ahora
la hora señalada
señalada

 141142

 4,53

4,53
 0,81


0,86
-  Terminaban
 

a la hora señalada 141  
4,53 
0,86

TOTAL
TOTAL 
VARIABLE HORARIOS


 DE LOSTALLERESTALLERES

VARIABLE HORARIOS DE LOS 141141


 4,42

4,42

 0,92


0,92

Puntajes: Nunca (1); Casi nunca (2); A veces (3); Casi siempre (4); Siempre (5)



 


(4) 



Variable 4: tipo de talleres a los que asistió (ver TABLA 27) 

- La mayoría de las usuarias encuestadas participó en talleres grupales (82,4%); de


  
ellas, un porcentaje menor realizó algunos talleres individualmente.
 
- Un porcentaje menor de usuarias participó exclusivamente en talleres individuales

(18%).  
   


TABLA 27: DISTRIBUCIÓN SEGÚN MODALIDAD DE LOS TALLERES

TABLA 27:TIPO DISTRIBUCIÓN
DE SEGÚN
TALLERES  MODALIDAD
N
DE LOS

% TALLERES % acumulado
TIPO DE 
TALLERES  N  %  %acumulado
INDIVIDUALES  25  25 17,6 17,617,6 17,6
GRUPALES   85  59,9 77,5
GRUPALES
AMBOS 32 85 22,5 59,9 100 77,5

NO RESPONDE  0  0 100
AMBOS
TOTAL  142  32 100  22,5 100 100
 NO RESPONDE 0 0 100
-   
El puntaje de esta  es
variable
TOTAL levemente
   
superior   general
al142promedio 
100 
y al índice
100 de

- El puntaje de esta variable es levemente superior al promedio general y al índice
 de

 

59
               

                
           


 

 
 Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009
Rev. Estudios

   
   
satisfacción general, aunque en ambos casos la diferencia no
 
es significativa (menor
 
a 1 DE) (ver TABLA 22, variable TIPO DE TALLER). 
  
   
   
Sobre la modalidad de trabajo en los talleres individuales (TABLA 28)
               

- El puntaje de esta variable es levemente superior al promedio general y al
 índice

de satisfacción general, aunque en ambos casos la diferencia no es significativa (<
 
1 DE).

 
- El ítem que  
refleja  
la mayor  
dispersión  
de respuestas es    
el relativo 
a la posibilidad

de poner en práctica
    los contenidos
  aprendidos
  durante los talleres.
   Tal deficiencia
  
es esperable en
  talleresrealizados según esta
  modalidad.
     

TABLA 28: PUNTAJE PROMEDIO DE LA VALORACIÓN DE LOS MÓDULOS INDIVDUALES

TABLA 28:
PUNTAJE PROMEDIO DE LA VALORACIÓN DE LOS MÓDULOS INDIVIDUALES
Puntaje Desviación
PERCEPCIONES DE LAS USUARIAS SOBRE LOS TALLERES INDIVIDUALES PuntajeEstándar
Desviac.
  Promedio
N 
PERCEPCIONES DEexistía
LAS USUARIAS SOBRE LOS TALLERES INDIVIDUALES
- Durante 
las sesiones un ambiente de confianza y respeto  57 N 4,84
 Promedio
 0,59
Estándar
- - Durante las sesiones
En las sesiones existía
tenía espacios paraun ambiente
contar de confianza
mis experiencias y respeto
personales
  57 4,84 0,59
- En las sesiones tenía espacios para contar mis experiencias personales y  
 
y expresar mis opiniones libremente  57 57 4,68 0,74
expresar mis lograba
opiniones libremente 4,68 0,74
- - En
En las sesiones
las sesiones comprender
lograba muy bien los temas de cada taller

comprender muy bien los temas de cada taller 57  57 4,65
4,65 0,770,77
Lostalleres
- - Los talleres individuales me permitieron
practicarpracticar nuevas y mejores formas
 
individuales me permitieron nuevas y mejores   
formas  
de con
comunicarme
de comunicarme 
con
loslos      
demás
demás  57 57 4,554,55 0,950,95
TOTAL VARIABLE EXPERIENCIA

TOTAL VARIABLE EXPERIENCIA EN TALLERES
EN TALLERES INDIVIDUALES
INDIVIDUALES 57
 57  4,68
4,68 0,79
0,79
Puntajes: Nunca Puntajes:
(1); Casi nunca (2); A veces (3); Casi siempre
  (4); Siempre

Nunca (1); Casi nunca (2); A veces (3); Casi siempre (4); Siempre (5)
 (5)


Sobre
la
modalidad de trabajo en los talleres grupales (TABLA 29)

               
- El puntaje de esta
 variable es levemente
  superior al
  promedio general
 y al índice de


satisfacción general, aunque la diferencia tampoco es significativa en ambos casos
            
(menor
a 1 DE).

- No se aprecian diferencias significativas con los puntajes obtenidos por la modalidad
 
individual.
- Todos los ítems de esta variable reflejan una baja dispersión de respuestas.
TABLA 29: PUNTAJE PROMEDIO DE LA VALORACIÓN DE LOS MÓDULOS GRUPALES

TABLA 29: PUNTAJE PROMEDIO DE LA VALORACIÓN DE LOS MÓDULOS Puntaje Desviación
GRUPALES
PERCEPCIONES DE LAS USUARIAS SOBRE

LOS TALLERES GRUPALES  N Promedio
 Estándar
Puntaje Desviac.
- PERCEPCIONES 
En los talleres existíaDE
un clima
LAS de confianza y respeto
USUARIAS SOBRE LOS TALLERES GRUPALES 117
mutuo N 4,66
Promedio 0,77

Estándar
Enloslos
- - En  talleres
tenía existía
espacios un
paraclima de confianza
experiencias y respetoymutuo

talleres contar mis personales  117 4,66
 0,77
En losmis
- expresar talleres tenía espacios para contar mis experiencias personales y 117

opiniones libremente 4,63 0,77
expresar mis opiniones libremente
  117 4,63
 0,77
me permitían entender mejor los temas de cada taller 1141144,714,71 0,57
- Las sesiones me permitían entender mejor los temas de cada taller
- Las sesiones  
0,57
-- ElEltrabajo en grupo permitía que nos ayudáramos unas a otras
trabajo en grupo permitía que nos ayudáramos unas a otras 115115 4,63
4,63 0,73
0,73
- - ElEltrabajo
trabajo en grupo me permitía aprender de las demás

 en grupo me permitía aprender de las demás participantes participantes 115115 4,60
4,60  0,76
0,76
- - ElEltrabajo
trabajo
 en en grupo me permitía practicar nuevas
grupo me permitía practicar nuevas y mejores formas de
y mejores
 formas de
  
comunicarme con los demás
   117 4,58 0,76
VARIABLE EXPERIENCIA EN TALLERES GRUPALES1171154,584,65
comunicarme con los demás 0,76
TOTAL  0,72
TOTAL VARIABLE EXPERIENCIA EN TALLERES GRUPALES 115 4,65  0,72
Puntajes: Nunca (1); Casi nunca (2); A veces (3); Casi siempre
 
(4); Siempre
 
(5)
Puntajes: Nunca (1); Casi nunca (2); A veces (3); Casi siempre (4); Siempre (5)


(5) Variable 5: contenidos de los talleres a los que asistió (TABLA 30)
 

  
- El puntaje de esta  
variable eslevemente
 
inferior   
al promedio   
general y alíndice de

 

         

60
 
              
           

 
   
   
    
  
   
    
Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño
   Cañas , Andrés
 Aedo Henríquez
Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de C
  con Enfoque
omunicación  de Genero
  
satisfacción general, aunque la diferencia no es significativa
  en
ambos casos (< a
1 DE).   

- Los ítems peor valorados son los relativos  al trabajo en torno a la expresión de
las 
ideas y sentimientos propios y el aprendizaje de estrategias para mejorar la


comunicación con los demás. Estos contenidos buscan entregar habilidades
               
comunicacionales y reflejan el cumplimiento de dos de los objetivos específicos


del Módulo.


- El ítem
mejor valorado
 es 
el relativo
 a 
la comprensión del impacto
 quetiene el
 
modo en que se comunican las cosas en la calidad de las relaciones interpersonales.

 
Se trata de contenidos que buscan entregar conocimientos, los que representan 3 de
              
los objetivos
específicos
 del Módulo.
        
- Casi todos los ítems estudiados presentan una DE superior a la general, lo que

refleja 
una mayor dispersión en las respuestas.

TABLA

TABLA 30:30: PUNTAJE
PUNTAJE PROMEDIODE
PROMEDIO DELA
LAVALORACIÓN
VALORACIÓN QUE
QUELAS
LASUSUARIAS
USUARIAS HACEN
HACENDE DE

LOSLOS
CONTENIDOS TRABAJADOS EN LO TALLERES DEL MÓDULO DE COMUNICACIÓN
CONTENIDOS TRABAJADOS EN LOS TALLERES DEL MÓDULO DE COMUNICACIÓN

  PuntajePuntaje
 Desviación
 Desviac.
PERCEPCIONES DE LOS CONTENIDOS DE LOS TALLERES

PERCEPCIONES SOBRE LOS CONTENIDOS DE LOS TALLERES N Promedio

N Estándar

Promedio Estándar
-
- LosLos talleres
talleres me ayudaron
me ayudaron
  a reflexionar
a reflexionar
  sobre el modosobre
en que
  el
memodo
 en 
  que
me
comunico
  
comunico
con loscon los demás
demás
 142
 142 4,43 4,43
  0,72 0,72
-- MeMe sirvieron
sirvieron
  para para mejorar
mejorar
 la laque
forma
forma
en expresoenmis
que
  expreso
idesa mis ideas
y 
 y sentimientos
     
142 4,31 4,31
 0,87 0,87
sentimientos
a los demás a los demás 142
  
- Me permitieron aprender a escuchar y
- Me permitieron aprender a escuchar y comprender mejor a las demás comprender mejor a las demás
       
personas
personas 141 141 4,43 4,43 0,85 0,85
-- ConCon los
talleres
los talleres comprendí
comprendí quedelamis
que la calidad calidad de mis
relaciones

puederelaciones puede mejorar si
 
mejorar consciente
 estoy    que         
estoysi conciente

del del modoen
modo en que me
mecomunico
comunico con los
con los demás   141 141 4,48 4,48 0,83 0,83
En general,
- demás lostalleres
 
me enseñaron     
a comunicarme mejor con los demás  
- En general,
los talleres me emseñaron a comunicarme mejor con los 141 4,40 0,94
demás TOTAL VARIABLE
   CONTENIDOS DE LOS TALLERES
       
141 1414,40 4,41  0,94 0,84
Puntajes:
TOTAL Muy

VARIABLE en desacuerdo
CONTENIDOS DE (1);LOSEnTALLERES
desacuerdo (2); Ni de acuerdo 
141 ni
 en desacuerdo
4,41  0,84
   
(3); De acuerdo (4); Muy de acuerdo (5)
Puntajes:
Muy en desacuerdo (1); En desacuerdo (2); Ni de acuerdo ni en desacuerdo (3); De acuerdo (4); Muy de acuerdo (5)

(6) Variable 6: materiales empleados durante los talleres (ver TABLA 31)

- El puntaje de esta variable es levemente inferior al promedio general y al índice


de satisfacción
 global, aunque estas diferencias no son significativas (menores
 a1
DE).
- Todos los ítems investigados obtuvieron puntajes en promedio inferiores al promedio
general.
- Los tres ítems relativos a la calidad de los materiales como elementos facilitadores
en el desarrollo de los talleres obtuvieron puntajes inferiores al promedio. Dos
de ellos presentan, además una dispersión de las respuestas superior al promedio
general.

61
 
           
 
          

 
 
 
 
         
 
       



     
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009      

          
 
  


TABLA 31:31:
TABLA PUNTAJE
PUNTAJE PROMEDIO
PROMEDIODE DELA
LAVALORACIÓN
VALORACIÓN QUE QUELASLASUSUARIAS
USUARIAS
 HACEN
HACEN DEDE
LOSLOS

MATERIALES UTILIZADOS EN LOS TALLERES DEL MÓDULO DE COMUNICACIÓN

MATERIALES    
UTILIZADOS DEL
EN LOS TALLERES 
MÓDULO     
DE COMUNICACIÓN



PERCEPCIONES SOBRE LOS MATERIALES USADOS EN LOS TALLERES
 N Promedio


  
DS
N
- PERCEPCIONES
El material de SOBRE trabajoLOSera MATERIALES USADOS EN LOS TALLERES
fácil de entender 141 4,32
Promedio DS
0,79
- El
 
- Con el material que utilizamos fue
material de trabajo era fácil de entender más fácil llevar a cabo las actividades 
  
 0,79
141 4,32
  de
 
cada sesión 
 
  
a
llevar 
las
  

 140  4,34  0,76 
- Con
- Con elel
material
materialqueque
utilizamos
usamosfuefuemás fácil
más cabo
fácil aprender nuevas estrategias



actividades de cadea sesión 140  4,34
  
 0,76
para comunicarme mejor con los demás 141 4,30 0,89
- En

general,   
  
 
materialcreo
que que el material que aprender
usamos nuevas
fue útil estrategias
 
- Con el usamos fue más fácil para el desarrollo
 

de los talleres
 

141 

4,44 

0,75
141 4,30
4,35  0.89 
para comunicarme mejor con los demás
- En

TOTAL
general,
VARIABLE
 
creo que el
material
MATERIALES
 fue
que usamos 
USADOS EN LOS
el
útil para
    
desarrollo
141
     
0,81


TALLERES   

de los talleres 141 4,44  
0,75
Puntajes:
 Muy en desacuerdo (1); En desacuerdo (2); Ni de acuerdo ni en
4,35
desacuerdo
 
0,81
 
TOTAL VARIABLE MATERIALES USADOS EN LOS TALLERES
 
141 
 

(3); De acuerdo (4); Muy de acuerdo (5) 


 
de acuerdo


Puntajes: Muy en desacuerdo (1); En desacuerdo (2); Ni de acuerdo ni en desacuerdo (3); De acuerdo (4); Muy (5)


    
 -  
Poco más de un tercio de las mujeres encuestadas tuvo la oportunidad 
  de trabajar


 
 
con los “naipes de la comunicación” (ver TABLA 32).
   


 
 
  TABLA 32: DISTRIBUCIÓN DE LAS MUJERES ENCUESTADAS SEGÚN SI TRABAJARON O NO

 
TABLA 
32:CON EL “NAIPE DEDE
DISTRIBUCIÓN LACOMUNICACIÓN” EN EL DESARROLLO
LAS MUJERES ENCUESTADAS SEGÚN DEL MÓDULO
SI TRABAJARON

 O NO



CONCONEL “NAIPE DE DE
LA LA
COMUNICACIÓN”

 TRABAJO EL “NAIPE COMUNICACION” EN EL DESARROLLO

N DEL
% MÓDULO
 
% acumulado
TRABAJO CON EL “NAIPE DE LA
 
SI 
 N


53 %

 
37,3 %acumulado



37,3
COMUNICACIÓN”

   

NO
SI 53
87
 

61,3
37,3 

98,6
37,3

NO
NO 87 
61,3 
98,6
RESPONDE 

NO RESPONDE 2
2
 

1,4
1,4 

100
100


TOTAL
TOTAL 

142 

100 

100

 142
 

100 
100
    
 
 
 
 
   
 
   
 El
puntaje
-  de estos
  ítems es levemente superior al
 promedio general, 
aunque la
        
 

 

 diferencia no es significativa (menor a 1 DE). Comparado al índice de satisfacción

 
 


 general, 
el 


puntaje 

de estos 
ítems es 
 
 

idéntico. 

 
  

   



 

- Los dos ítems asociados a esta variable obtuvieron puntajes superiores al promedio
   
       
    
 con una baja
dispersión en
las  33).

 respuestas (ver TABLA  
 



              
    




  TABLA 33: PUNTAJE PROMEDIO DE LA VALORACIÓN QUE HACEN DEL   


TABLA 33: DISTRIBUCION DE LAS MUJERES ENCUESTADAS SEGÚN SI TRABAJARON O NO
 “NAIPE DE LAENCOM.”  MÓDULO
 

CON EL “NAIPE DE LA COMUN  ICACIÓN” EL DESARROLLO DEL   
  Puntaje
 
Desviac.

 
 
 

Desviac.
Puntaje Estándar
PERCEPCIONES SOBRE EL “NAIPES DE LA COMUNICACIÓN” N N Promedio
ElPERCEPCIONES
ejercicio SOBREdeEL
con los naipes “NAIPES DE LA
la comunicación meCOMUNICACION”

sirvió para reconocer
 - 




Promedio 
Estándar

Elyejercicio
expresarcon mejor mis sentimientos
- 
los naipes de la comunicación me sirvió para reconocer 53 4,51 0,54

 
- El ejercicio con los naipes de la comunicación me sirvió para 53 
4,51 
0,54
y expresar mejor mis sentimientos
   sobre
   decomunicar

reflexionar la importancia   
adecuadamente lo que 
 53  
4,53 0,54

-
una
 siente 
y

El ejercicio con piensa
     
los naipes de la comunicación me sirvió para  
   
  

TOTAL VARIABLE TRABAJO CON NAIPESloDE LA 5353 4,524,53 0,54
0,54

reflexionar 
sobre
la  
importancia de  
comunicar adecuadamente que     
una siete y piensa COMUNIC.


Puntajes: Muy en desacuerdo (1); En desacuerdo (2); Ni de acuerdo  ni en  
desacuerdo
     

TOTAL VARIABLE TRABAJO CON NAIPES DE LA COMUNIC.
(3); De acuerdo (4); Muy de acuerdo (5) 53 4,52 
0,54
 



  












 
 
 
 









62
   
   
   

 
 
 


 
 
 

   
 

    
   
        
Ximena Verbal Ríos
, María N.  , AndrésAedo Henríquez
Carreño Cañas 
 
S en Usuarias de L
 
atisfaccion Vigilada Participantes del Modulo

ibertad de
   con E
Comunicación  enero
nfoque de G
   

              
   
          

- Al igual que con el naipe, poco más de un tercio de las mujeres encuestadas tuvo


 la
oportunidad de trabajar con el video musical “Papa don’t Preach” (ver TABLA

                 

34).


  
 TABLA    
34: DISTRIBUCIÓN 
DE LAS  ENCUESTADAS
MUJERES     
SEGÚN  
SI TRABAJARON O NO

TABLA
CON
34: EL VIDEO MUSICAL
DISTRIBUCIÓN DE“PAPA DON’T PREACH”
LAS MUJERES EN EL DESARROLLO
ENCUESTADAS DEL MÓDULO O NO
SEGÚN SI TRABAJARON
 
 TRABAJO CON EL
CON EL VIDEO VIDEO “PAPA
MUSICAL DON’T
“PAPA PREACH” EN ELN DESARROLLO
PREACH”
DON’T % DEL %
 acumulado
MÓDULO
TRABAJO CON EL VIDEO
SI “PAPA DON’T
 N 50 %35,2
 %acumulado
 35,2

PREACH”

NO 87 61,3 96,5
SI 50  35,2 
35,2
NO
NO RESPONDE
 87 5 61,3
 3,5 96,5100


NO RESPONDE 5  3,5 100
TOTAL
 142
142
 100

100
 100
 100

   
   
   


-  El puntaje de este ítem es levemente superior al  promedio 
general y al
índice de
  satisfacción general, aunque la diferencia no es significativa en ambos casos
            (< a 1


DE).              
 

- Presenta además una baja dispersión en las respuestas (ver TABLA 35).
  
 
 
TABLA 35: PUNTAJE PROMEDIO DE LA VALORACIÓN DEL VIDEO MUSICAL
TABLA 35: PUNTAJE PROMEDIO DE LA VALORACIÓN DEL VIDEO

 
MUSICAL
 
PERCEPCIONES
PERCEPCIONES DEDE LAS
LAS USUARIAS
USUARIAS SOBRE
SOBRE ELEL VIDEO
VIDEO MUSICAL
MUSICAL Puntaje Desviac.
Desviac.

  Puntaje

 

“PAPA
“PAPA DON’T
DON’T PREACH”
PREACH” N Promedio
N Promedio Estándar
Estándar
   
 
- Me sirvió para aprender que puedo comunicar muchas cosas a   
Me sirvió para aprender que puedo comunicar muchas cosas a través

través del cuerpo, con expresiones, gestos y miradas. 50   4,60   0,49 

del cuerpo, VARIABLE
con expresiones, gestos y miradas
TOTAL TRABAJO CON EL VIDEO MUSICAL
 50 
50 4,60 4,60
 0,49
0,49


Puntajes:
TOTAL Muy en desacuerdo
VARIABLE TRABAJO (1); CONEn desacuerdo
EL VIDEO MUSICAL (2); Ni de acuerdo 50 ni en 
4,60desacuerdo
0,49
   

(3);En De acuerdo
desacuerdo (2); Ni (4); Muy
de acuerdo dedesacuerdo
ni en acuerdo (3); (5)

Puntajes: Muy en desacuerdo (1); De acuerdo (4); Muy de acuerdo (5)
 
 (7)
 Variable 7: efectos del Módulo de Comunicación en sus vida y cambios
 

observados en


su forma 
de

comunicarse 
 
con los demás  

(TABLA 
  
 
36)


 -  El puntaje de esta variable es levemente inferior al promedio general y al índice de
  
 



 


   
 
   

satisfacción general, aunque la diferencia no es significativa en ambos casos (< a 1


DE).

 
-  
Todos 
  los ítems


evaluados  
obtuvieron
   
puntajes inferiores
 
al 
promedio
 
  
general.
 

-  
En general,
los ítems relativos  
a la autoevaluación
  
que las usuarias
   
hacen  
de 
  sus
  
habilidades comunicacionales   
presentan  
puntajes  
levemente  
superiores  
a los 
de 
la
         


comunicación real que tienen con sus familiares y conocidos. Las razones
         de esta
  no
discrepancia  
pueden extraerse de este 
estudio, pero algunas 
explicaciones 
posibles
son: (1) que tengan una visión sobrevalorada de las habilidades comunicacionales
adquiridas en los talleres, (2) que aún no haya transcurrido demasiado tiempo para
apreciar cambios permanentes en la calidad de la comunicación con los demás; (3)
que no hayan adquirido una real conciencia de sus problemas comunicacionales; (4)
 la existencia de ciertos problemas y/o deficiencias comunicacionales en los demás 
 miembros de la familia, etc. 

63
 


           
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009


 
TABLA  
TABLA 
36:36:
PUNTAJE

PUNTAJE   
PROMEDIO
PROMEDIO DELA
DE

LAVALORACIÓN
VALORACIÓN QUE   
QUEHACEN
HACENDEL DEL
 
IMPACTO
IMPACTO QUEQUEELEL


MÓDULO TUVO EN SUS VIDAS Y LOS CAMBIOS OBSERVADOS LUEGO DE REALIZARLO
MÓDULO TUVO EN SUS VIDAS Y LOS CAMBIOS OBSERVADOS LUEGO DE REALIZARLO

PERCEPCIONES DE LAS USUARIAS SOBRE EL IMPACTO EN SUS VIDAS Y
PERCEPCIONES
 CAMBIOS DE LAS USUARIAS SOBRE EL IMPACTO EN SUS

OBSERVADOS DESPUÉS DE REALIZAR EL MÓDULO DE COM. N 
Promedio DS
VIDAS Y CAMBIOS OBSERVADOS DESPUÉS DE REALIZAR EL

 N 
Promedio  DS
- Ahora puedo aclarar y ordenar mis ideas... 136 4,26 0,69
MÓDULO DE COM.

  
-Ahora
- Ahora puedopuedo reconocer
aclarar mis sentimientos...
y ordenar mis ideas… 137136 4,244,26 0,70 0,69
- Ahora  
- Ahora expreso mis ideas asentimientos…
puedo reconocer mis

los demás...  
137 4,14  0,70
4,24 0,81
137
- Ahora expreso mis ideas a los demás…

 137
 4,14  0,81

-
- Ahora Ahora expreso mis sentimientos a los
expreso mis sentimientos a los demás… demás... 135135 4,144,14 0,64 0,74
 
- Ahora 
puedo comprender a los otros… 137 
  

- Ahora puedo comprender a los otros... 137 4,234,23 0,72 0,72
- La comunicación
- La
con mi pareja está…
 

comunicación con mi pareja está... 108 
 4,06 
  0,99
- La comunicación con mis hijos está… 108114 4,064,36 0,99 0,82
  

- La comunicación concon
mismis
otros familiares está… 
 
 

- La comunicación hijos está... 114135 4,364,04 0,82 0,84

- La comunicación concon
mismis
otros conocidos   
familiaresestá… 133 4,04 4,01 0,84
 0,81
   
-La comunicación
- En general me comunico conotros
los demás…
 
está...

135
135 
 4,23 
  0,76
TOTAL- La VARIABLE IMPACTO
comunicación con DEL MÓDULO
mis otros conocidos está... EN SUS VIDAS 133 131 4,01 4,17 0,81 0,79
 
 
que 
 (3); 
Puntajes:
- En Mucho
general peor
me comunico que
con antes (1);
los demás...
  
Peor que antes (2); Igual
135

antes
4,23

0,76Mejor

   
TOTAL VARIABLE IMPACTO que antesDEL (4);MÓDULO
Mucho mejor
EN SUS que 131
antes
VIDAS (5)  4,17 0,79
 
 
  
Puntajes: Mucho peor que antes (1); Peor que antes (2); Igual que antes (3); Mejor que antes (4); Mucho mejor que antes (5)
    

    
h. OTROS TEMAS QUE LAS USUARIAS CONSIDERAN PERTINENTE
   
       
ABORDAR EN LOS TALLERES




 la
- Casi 
mitad de   solicitó
las encuestadas que se 
incluyera el tema
relación con los



hijos, un tercio solicitó los temas relación con la pareja y violencia intrafamiliar y
               
una cuarta parte de las usuarias solicitó el tema relación con los padres. Todos estos


 
temas tienen que ver con la calidad de las relaciones al interior del núcleo familiar
              
(ver TABLA 37).


  

TABLA 37: OTROS TEMAS QUE LAS USUARIAS DESEARÍAN ABORDAREN LOS TALLERES
 
TABLA 37: OTROS TEMAS
QUE LAS USUARIAS DESEARÍAN ABORDAR  EN LOS
TALLERES

TEMAS N %
TEMAS

  N  %
RELACIÓN
RELACIÓN CONCON LOSLOS PADRES
PADRES 34
34 23,923,9

RELACIÓN 
CONCON LOSLOSHIJOS 68 
 47,9
RELACIÓN
RELACIÓN CON LA
HIJOS
PAREJA 68
51 47,9

   35,9

SEXUALIDAD
RELACIÓN CON LA PAREJA

14
51
  48  35,99,9

VIOLENCIA INTRAFAMILIAR  33,8
RELACIONES LABORALES SEXUALIDAD
/ DESARROLLO LABORAL

   514 9.9 3,5
AUTOESTIMA /AUTOCONFIANZA
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
   548  33,83,5
 
CONOCIMIENTO DEL CUERPO / MEDICINA NATURAL /PRIMEROS 3 2,1
RELACIONES LABORALES / DESARROLLO LABORAL

   5 3,5
AUXILIOS   25
PRIVACIÓN
AUTOESTIMA
DE / AUTOCONFIANZA

LIBERTAD / DISCRIMINACIÓN 3,5 1,4
OTROS TEMAS

CONOCIMIENTO DEL CUERPO / MEDICINA
 NATURAL /PRIMEROS AUXILIOS  33 2,1 2,1

PRIVACIÓN DETOTAL

LIBERTAD / DISCRIMINACIÓN  142 2  1,4 100
   
OTROS TEMAS 3 2,1
   
TOTAL 142 100

i. QUEJAS,
 OPINIONES Y SUGERENCIAS DE LAS USUARIAS PARA
MEJORAR LA CALIDAD DEL SERVICIO

1. Opiniones
 generales sobre el Módulo 

Hubo pocos comentarios que reflejaran indiferencia o malestar con los talleres.


- No me acuerdo mucho (Encuesta Nº 87)


- Solamente participé en lo que me mandaron. Eso es todo (Encuesta Nº 51)
- La verdad es que los talleres no han mejorado, pero tampoco han empeorado
mi comportamiento (…) Para mí ha sido una pérdida de tiempo (Encuesta
Nº 131)

64
Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez
Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero

La mayoría manifestó conformidad con el Módulo.

- Encuentro todo bien, no hay nada que mejorar (Encuesta Nº 27)


- Fue entretenido, muy bueno; pienso que siempre es bueno seguir aprendiendo.
Interesante y muy educativo (Encuesta Nº 65)
- Por lo general estoy muy a gusto con lo que se me ha ayudado (Encuesta
Nº 11)
- Los temas a tratar son muy importantes en nuestro día a día (Encuesta
Nº 138)
- Que sigan como están; no cambien nada porque todo está bien (Encuesta
Nº 23)
- Todo lo han hecho muy bien, ayudando a los usuarios a salir adelante con
mucha perspectiva (Encuesta Nº 19)
- Me gustó mucho estar en el CRS porque ahora tengo todo lo que jamás tuve y
estoy muy bien (Encuesta Nº 117)
- Siempre hubo un coffee-break, lo cual nos alentaba a seguir nuevamente con
los talleres (Encuesta Nº 15)

2. Sobre la calidad de las instalaciones

Casi todas las referencias a esta variable señalan deficiencias y/o necesidad de realizar
mejorías.

- Más implementación para trabajar en general; más calefacción (Encuesta


Nº 66)
- Mi sugerencia es arreglar más los talleres de trabajo para comodidad de
todos (Encuesta Nº 97)
- Deberían tener una sala especial para el taller (Encuesta Nº 7)
- Creo que deberían darle más importancia a los lugares de reinserción,
implementarlos más, ya que los talleres son tan útiles para los que por ellos
pasamos, nos ayudan a liberar lo que está dentro de nosotros, a compartirlo
y además a sanarnos (Encuesta Nº 69)
- Realizar los talleres en espacios más grandes (Encuesta Nº 70)
- El lugar ojalá fuera más espacioso (Encuesta Nº 102)
- Tener un baño (Encuesta Nº 60)
- Tener un espacio físico habilitado para las madres que no tenemos dónde
dejar nuestros hijos los días determinados para asistir a las clases. La idea
(…) es que las mujeres que tenemos hijos y somos de comunidades rurales
podamos cumplir de manera responsable (Encuesta Nº 137)

65
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

3. Sobre la experiencia con el personal del CRS que desarrolló el Módulo

Todos los comentarios recibidos sobre el personal fueron positivos.

- Todos muy amables y preocupados, siempre con puertas abiertas a escuchar.


Felicitaciones al equipo. (Encuesta Nº 24)
- Las personas que realizaron el taller siempre han sido atentas y preocupadas,
con muy buena voluntad (Encuesta Nº 68)
- Estoy muy agradecida con la profesional pues vuelvo a confiar y arreglar mi
vida (Encuesta Nº 81)
- Hacen un buen trabajo, buena amistad con mi asesor (Encuesta Nº 18)
- Me han tratado súper bien, creo que nuestra relación ha sido súper buena
comunicación (Encuesta Nº 40)
- Me siento agradecida de todas las personas que se dieron el tiempo de estar
junto a nosotras; gracias por ese taller (Encuesta Nº 105)
- La atención de parte de los Asistentes muy buena, siempre cordial; he
depositado en ellas una confianza enorme (Encuesta Nº 15)
- Tuve buenos profesores y profesionales, que con cada palabra o detalle nos
hicieron sentir cómodos y acogidos. Gracias por ayudarme a tomar este curso
con optimismo y confianza, ya que tenía mucho miedo a todo. Ahora en el CRS
me acogieron de muy buena manera, que mi vida transcurre con confianza,
apoyo y mucha atención a todo; y en el curso ustedes como profesionales se
encargaron de hacer lo correcto y crean que lo lograron (Encuesta Nº 2)
- El profesional que dictó el Módulo, una persona muy amable y respetuosa,
instándome siempre a confiar en ella (…) Sólo tengo una queja y es con
respecto a la atención de la recepcionista (…) por el hecho de ser usuaria no
me trataba bien, no respetaba mi hora de llegada (…) tampoco comunicaba
a mi Delegada cuando yo la llamaba por teléfono y le dejaba algún recado
(Encuesta Nº 16)

4. Sobre los horarios de los talleres

Hubo pocos comentarios sobre esta variable, pero la mayoría se refirió a las
dificultades que ésta les trajo con la familia o el trabajo.

- Mi sugerencia es que los talleres sean de menos tiempo porque tengo un hijo
a quien cuidar (Encuesta Nº 101)
- El horario es inadecuado ya que algunos trabajamos y tenemos que pedir
permiso para asistir (Encuesta Nº 37)
- Debería haber mayor flexibilidad en los horarios debido a que acá en el
Centro [de Reinserción Social] nos sugieren lo importante que es trabajar,
pero hay personas que cuando están trabajando tienen que solicitar permisos
y esto a veces se convierte en un problema (Encuesta Nº 22)

66
Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez
Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero

- Espero que los otros talleres que vengan puedan realizarse en la tarde, porque
tengo más tiempo (Encuesta Nº 13)
- Sugiero que el horario debiera ser más tarde, debido a que tengo una hija que
va al jardín y corro a buscarla (Encuesta Nº 115)
- Propongo destinar y/o programar apoyo psicológico para las personas que
estamos trabajando en horarios vespertinos o bien los días sábados (Encuesta
Nº 130)

5. Sobre los contenidos trabajados en los talleres

La mayoría manifestó conformidad con los contenidos de los talleres, e incluso


mencionan haber adquirido más beneficios de los contemplados en los objetivos del
Módulo.

- Tuve buenas enseñanzas, aprendí mucho y lo más recalcado que me quedó,


que tuve que empezar a quererme yo misma para poder seguir adelante
(Encuesta Nº 2)
- Me han enseñado a comunicarme mejor con las demás personas y a valorarme
más (Encuesta Nº 11)
- Es bueno que se realicen estos cursos porque así una puede desarrollarse
como persona y sacar el yo que hay dentro de una (Encuesta Nº 26)
- Me enseñaron a comunicarme y expresarme mejor con los que me rodean
(…) También aprendí a quererme, a valorarme como yo realmente soy. La
encargada del taller logró abrirme los ojos para darme cuenta que una tiene
que pensar muy bien las cosas antes de actuar y cometer alguna locura de la
que después nos podamos arrepentir (Encuesta Nº 39)
- Fueron bastante formativos, muy abiertos y dinámicos. Todos los que asistimos
a cada jornada nos sentimos partícipes de cada ejercicio, lectura, e incluso
nos sentimos considerados (Encuesta Nº 15)
- Me sirvieron mucho para poder comunicarme o entablar conversación con
personas de cualquier índole social y a no actuar con violencia. Cada vez
que tengo rabia o me enojo, tratar de reflexionar y pensar muy bien las cosas
antes de decirlas para no lastimar a terceras personas y ponerme en el lugar
del otro para poder entender mejor los problemas (Encuesta Nº 17)
- Me ayudaron para darme cuenta de la importancia de poder comunicarme con
las personas que yo amo y poder expresar de mejor forma mis sentimientos,
penas, alegrías, angustias, etc. (Encuesta Nº 38)
- Es muy importante porque existen personas en igual condición que una, existe
un compañerismo (Encuesta Nº 76)

Algunas encuestadas destacan la necesidad de incorporar otros contenidos.

- Hablar sobre temas como VIF y relación con los hijos (Encuesta Nº 72)

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Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

- Hablar sobre la violencia que existe en la familia (Encuesta Nº 73)


- La discriminación de la sociedad hacia una puede provocar que una pueda
reincidir y se deprima mucho. También me gustaría que se hablara de la
violencia intrafamiliar, el consumo de drogas y de qué forma puede una
explicarle a los hijos todo lo que ha pasado sin que esto les afecte a ellos
(Encuesta Nº 61)

6. Sobre el tipo de talleres en los que participó

En general, las usuarias que realizaron talleres grupales se expresaron muy bien
de esta modalidad de trabajo; en cambio, de las que trabajaron individualmente, varias
sugirieron que en el futuro los talleres fueran grupales.

Talleres grupales:
- Los talleres estuvieron muy buenos para expresarse; (hubo) respeto a los
otros. Todo está muy bien y nos ayuda mucho (Encuesta Nº 20)
- Me sentía muy cómoda para contestar mis dudas (Encuesta Nº 1)
- (…) A medida que pasó la hora y los días, creo haber conocido un poco
de cada uno y escuchar y poder sacar mi temor y compartir experiencias y
darme cuenta que en la vida hay muchas cosas que pasan mucho más difíciles
que esto (Enc. Nº 2)

Talleres individuales:
- Que pudiese ser un trabajo en grupos con más personas (Encuesta Nº 52)
- Tratar de trabajar en grupo porque es bueno para la comunicación (Encuesta
Nº 8)

Varias encuestadas consideraron que se realizaron muy pocas sesiones o que


fueron insuficientes para adquirir los conocimientos y destrezas necesarios para
comunicarse mejor con los demás. También hubo quienes manifestaron su deseo de
continuar con talleres de este tipo.

- Me gustaría que se volviera a realizar el taller (Encuesta Nº 12)


- Ojalá lo volvieran a hacer y que sea más largo y si es posible con la familia
(Encuesta Nº 59)
- Faltó que fueran con más sesiones y que tuvieran terapias psicológicas (Enc.
Nº 58)
- Fueron pocas horas pero el tiempo que fui me ha servido mucho (Encuesta
Nº 78)
- Pienso que deberían ser más seguidos, ya que las personas están carentes de
ser escuchadas (Encuesta Nº 98)

Hubo usuarias que recomendaron algunos cambios a las modalidades de trabajo


usadas.

68
Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez
Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero

- Ver la posibilidad de salir con las mujeres, encontrarnos en otro espacio


diferente al CRS, con el fin de apoyarnos y dialogar de otra manera (Encuesta
Nº 75)
- Como sugerencia a lo mejor debieran darle temas a las personas más antiguas,
para que hicieran talleres con las nuevas, con ayuda de los especialistas del
CRS (Encuesta Nº 131)
- Creo que para mejorar o cambiar una falencia que una tenga, debe haber un
trabajo constante y continuo de talleres (Encuesta Nº 47)
- Separaría personas por delitos; causa impresión fuerte (Encuesta Nº 95)
- El problema es que la gente que va no está muy interesada y va más por
obligación que por aprender. Sería bueno que se hicieran talleres por edades,
porque a lo mejor eso inhibe a los jóvenes que asisten a las reuniones (Encuesta
Nº 56)
- Me gustaría pudieran incorporar algo como obras de teatro para así tener
más personalidad a personas que muchas veces les cuesta comunicarse
(Encuesta Nº 13)
- Me cuesta expresarme (…) no sé hablar muy bien; eso me gustaría que fuera
un tema (Encuesta Nº 61)
- Que sea más manual, más actual (Encuesta Nº 5)
- Se puede realizar otro taller para conocer el avance que ha tenido cada uno
de los participantes (Encuesta Nº 37)

7. Sobre los materiales empleados para facilitar el desarrollo de los talleres

- Que hubiera más [material] de apoyo (videos, etc.) (Encuesta Nº 52)


- Entregarnos más material didáctico, o sea guías o pequeñas notas sobre los temas
a tratar (Encuesta Nº 137)

8. Sobre el impacto que el Módulo tuvo en sus vidas

Casi todos los comentarios recibidos sobre esta variable fueron positivos.

- Me gustó mucho, aprendí harto. Me comunico mejor con mi familia, con mi


hijo y los demás (Encuesta Nº 91).
- Eran muy entretenidas porque aprendí a tener más confianza para hablar
delante de los demás y aprendí a escuchar y entender a los demás (Encuesta
Nº 67)
- Es un muy buen taller; en lo personal me sirvió mucho para aprender a
comunicarme más con las demás personas. En general es un muy buen trabajo
(Encuesta Nº 79)
- Me ha servido harto para volver a integrarme a la sociedad (Encuesta
Nº 50)

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Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

- Me sirvió mucho para expresarme más. Fue divertido, conocí gente, aprendí
a comunicarme mucho mejor con las personas y sobre todo a llevarme mejor
con mi familia y con mi hija (Encuesta Nº 31)
- Creo haber roto un temor enorme al encontrarme conmigo misma, ver la vida
y el diálogo con otros (Encuesta Nº 15)
- Me pude dar cuenta que no tenía tiempo para mí como persona, que mi vida
giraba en torno a mi trabajo y casa, no tenía vida social. Ahora sí y me alegra
mucho, me distraigo, aprendí que también soy persona y no una máquina que
debe solamente trabajar (Encuesta Nº 42)
- Antes de que pasara este terrible incidente de caer detenida, yo era muy
encerrada en mi misma, no sabía enfrentar las cosas y la vida para mí era
muy difícil (…) y muchas veces por miedo callé. Pero ahora me siento muy
protegida, aprendí muchas cosas importantes y valores míos propios. Más
aún, comprendí que la vida es muy bella y a veces es difícil, pero no imposible
(Encuesta Nº 35)

VI. CONCLUSIONES

Del estudio se puede extraer que la evaluación que las usuarias hacen del Módulo
de Comunicación con enfoque de Género es, en general, buena. Las variables de calidad
mejor evaluadas fueron:

(1) Experiencia con el personal que llevó a cabo los talleres, variable que obtuvo
el más alto puntaje promedio y la más baja dispersión en las respuestas, tanto en
general como desglosada por ítems. Esta fortaleza del Módulo ha de ser reforzada
permanentemente durante las supervisiones que realiza el Departamento de
Tratamiento en el Medio Libre con los operadores.

(2) Modalidad de los talleres, variable que obtuvo altos puntajes en casi todos sus
ítems, excepto en el relativo a la posibilidad de poner en práctica o ejercitar los
contenidos aprendidos durante los talleres. Esta debilidad se aprecia relacionada
con el bajo número de sesiones que se están realizando en los CRS, durante las
cuales se estaría priorizando la entrega de contenidos, más que el desarrollo de
habilidades. Se considera que aumentando el número de sesiones y reforzando el uso
de ciertas metodologías orientadas a incrementar estas destrezas, se podría revertir
el problema. Por otra parte, las fortalezas de esta variable son que proporcionaban
a las usuarias un ambiente de confianza y respeto para expresar sus vivencias y
emociones, las que serán reforzadas en los operadores. También se reforzará que,
en la medida de lo posible, los talleres sean grupales.

(3) Uso del “Naipe de la Comunicación” y del video musical “Papa don’t Preach”,
como material de apoyo para el desarrollo de los talleres. Al respecto, cabe
mencionar que las usuarias valoran positivamente la utilidad de estos medios para

70
Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez
Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero

identificar aspectos relevantes de la comunicación; sin embargo, la valoración que


hacen de estos materiales como elementos facilitadores del aprendizaje es algo
inferior. Tales materiales podrán reforzarse o substituirse por otros que se adecuen
de mejor manera a las características especiales de las usuarias.

Las variables de calidad evaluadas con puntajes algo inferiores fueron:

(1) Impacto del Módulo en sus vidas, en la cual se observó una puntuación bajo el
promedio en todos sus ítems. Esto constituye una debilidad del Módulo, más aún
si se considera que se trata de una de las variables con mayor peso relativo en la
determinación del Índice General de Satisfacción. Se espera que las necesarias
modificaciones que de este estudio se desprenden mejoren los resultados de esta
variable en el futuro.

(2) Calidad de las instalaciones, variable sobre la cual se pueden hacer sugerencias
a los equipos, más es difícil de modificar por restricciones presupuestarias que
aquejan al total de la Institución.

(3) Contenidos de los Talleres, de la cual los ítems peor valorados son los relativos al
trabajo en torno a la expresión de las ideas y sentimientos propios y el aprendizaje
de estrategias para mejorar la comunicación con los demás; estos contenidos
buscan entregar habilidades comunicacionales y reflejan el cumplimiento de dos de
los objetivos específicos del Módulo. Esta debilidad se debe abordar aumentando
el número de sesiones y reforzando el uso de ciertas metodologías orientadas a
incrementar estas destrezas. Se destaca, eso sí que el ítem mejor valorado es el
relativo a la comprensión del impacto que tiene el modo en que se comunican las
cosas en la calidad de las relaciones interpersonales. Se trata de contenidos que
buscan entregar conocimientos, los que representan 3 de los objetivos específicos
del Módulo.

(4) Horarios de los talleres, de la cual el ítem con más baja puntuación fue el relativo
a la conveniencia de los horarios y no los relativos a la puntualidad. Sobre este
punto se puede recomendar el uso de la modalidad mixta, es decir, de talleres
individuales y grupales alternadamente, considerando la disponibilidad de tiempo
de cada usuaria.

Este estudio ha permitido, además, discriminar variables que permitirían optimizar los
resultados, cuales son:

(1) Tiempo de permanencia en la medida de LVA: se ha identificado claramente un


mayor aprovechamiento del Módulo en mujeres que llevan más de 1 año en la
medida. Esta variable se ha de tomar en consideración de aquí en adelante.

71
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

(2) Edad de las usuarias: se ha visto que las usuarias de 37 y más años aprovechan
mejor el Módulo tal y como se está realizando en la actualidad, lo que indicaría que
es necesario adapten los contenidos y metodologías a las preferencias y necesidades
de la población de usuarias más jóvenes.

(3) Número de sesiones: se ha observado que la mayor satisfacción de las usuarias


se obtiene con un número no inferior a 5 sesiones para el desarrollo del Módulo.
Paralelamente, se aprecia que las propias usuarias solicitan un mayor número de
talleres. Si bien la norma técnica indica que el Módulo debe realizarse en 7 sesiones,
también se acepta que ellas sean fusionadas de acuerdo a la disponibilidad de tiempo
y necesidades de las usuarias y/o los operadores. Las conclusiones de este estudio
revelan que tal flexibilidad no es adecuada para el cumplimiento de los objetivos, y
deberá exigirse la realización de un mayor número de sesiones, pudiendo utilizarse
la modalidad mixta – de talleres individuales y grupales alternadamente – para
cumplir con esta exigencia.

Por último, se considera necesario recoger las sugerencias de las usuarias,


utilizando más las experiencias de su realidad familiar cotidiana (como por ejemplo, la
comunicación con los hijos, la pareja y los padres) para trabajar los temas del Módulo.
Esto significa que se incorporarán en los talleres contenidos y ejemplos extraídos de su
experiencia cotidiana, haciendo énfasis en el cumplimiento de sus roles al interior de
la familia. En cuanto al tema de la violencia intrafamiliar, se considera que éste debe
ser tratado en forma independiente. También se sugerirá que se de cierta autonomía
a los grupos de usuarias para que utilicen los espacios del CRS – u otros que estén
disponibles – y puedan organizar actividades “extracurriculares”, como convivencias y
otras de tipo recreativo, que promuevan la participación e interacción en donde podrán,
además, ejercitar lo adquirido en los talleres.

BIBLIOGRAFÍA

(1) Departamento de Tratamiento en el Medio Libre de Gendarmería de Chi-


le. “25 Años de la Ley 18.216: Desarrollo, Estado Actual y Desafíos del Siste-
ma de Medidas Alternativas a la Reclusión en Chile”. En Revista de Estudios
Criminológicos y Penitenciarios Nº 12 pp. 49-84. Santiago (Agosto 2008).
(2) Departamento de Tratamiento en el Medio Libre de Gendarmería de Chile.
“Módulo de Comunicación con Enfoque de Género para Penadas en Libertad
Vigilada del Adulto”. Documento interno (2006). Información disponible en tml@
gendarmeria.cl
(3) Dirección de Presupuestos (DIPRES) del Ministerio de Hacienda, División de Con-
trol de Gestión “Análisis de Género en la Formulación de Programas”. Santia-
go (2006). Disponible en http://www.dipres.cl/572/articles-37369_doc_pdf2.pdf.
(4) Elejabarrieta, F. e Iñiguez, L. “Construcción de Escalas de Actitud Tipo Thurst
y Likert”. (1984). Art. disponible en: http://antalya.uab.es/liniguez/Materiales/
escalas.pdf

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Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez
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(5) Maceiras, L. “Encuestas de Satisfacción de Usuarios”. En Salud Pública Educ


Salud Vol 2, Nº 1 pp. 28-33 (2002). Disponible en: http://webs.uvigo.es/mpsp/
rev02-1/encuestas-02-1.pdf
(6) Mendoza, P. y Ramírez, M. “Modelo de Intervención Diferenciada para la Libertad
Vigilada del Adulto”. Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios, Nº 3,
pp. 9-28. Santiago (Noviembre de 2001).
(7) Moral de la Rubia, J. “Validación de la Escala de Valoración de la Relación en
una Muestra Mexicana”. En Revista Electrónica de Metodología Aplicada, Vol.
13 Nº 1. Ciudad de México (2008). Disponible en: http://www.psico.uniovi.es/
REMA/v13n1/a1/ Welcome.html
(8) Palacios J. “Análisis Estadístico de una Encuesta de Satisfacción de Usuarios
al alumnado de primer Curso de la Escuela Universitaria de Trabajo Social”.
En Cuadernos de Trabajo Social Nº 14, pp. 99-117. ISSN: 0214-0314. Madrid
(2001).
(9) Palacios, J. “Estrategias de Ponderación de la Respuesta en Encuestas de
Satisfacción de Usuarios de Servicios”. En Metodología de Encuestas Vol 4, Nº
2 pp. 175-193. ISSN: 1575-7803. Madrid (2002). Disponible en http://www.sipie.
net/esp/uploads/96d6240a-f270-4065.pdf
(10) Verbal, X. “Caracterización de la Población Condenada a Libertad Vigilada del
Adulto”. En Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios Nº 8, pp. 82 –
106. Santiago (Octubre de 2006).
(11) Verbal, X. “Evolución de la población femenina en el subsistema penitenciario
abierto entre los años 2000 y 2007 y caracterización de las mujeres condenadas
a Libertad Vigilada del Adulto”. En Revista de Estudios Criminológicos y
Penitenciarios Nº 12 pp.157-187. Santiago (Agosto de 2008).

73
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

ANEXO 1
CARTA DE CONSENTIMIENTO INFORMADO

POR FAVOR, ANTES DE LLENAR LA ENCUESTA, LEA LA SIGUIENTE


INFORMACIÓN:

La presente encuesta forma parte de un estudio que está realizando el


Departamento de Tratamiento en el Medio Libre durante el año 2008, para conocer su
opinión acerca de la calidad del servicio que ha recibido durante su participación en el
MÓDULO DE COMUNICACIÓN realizado en el Centro de Reinserción Social al que
usted asiste. Gracias a sus comentarios, podremos identificar los aspectos positivos y
negativos de nuestro trabajo y los cambios que es necesario hacer para que en el futuro
podamos entregar un mejor servicio a nuestras usuarias. Nuestro objetivo final es que
el Módulo de Comunicación sea una herramienta útil para mejorar la calidad de vida de
las mujeres con Libertad Vigilada; y para lograrlo, necesitamos que usted nos muestre
nuestros errores y nuestros aciertos. SUS OPINIONES SON MUY IMPORTANTES.

Por nuestra parte, le otorgamos la total seguridad de que SU IDENTIDAD SE


MANTENDRÁ EN LA MÁS ABSOLUTA RESERVA. De este modo, esperamos
que usted se sienta totalmente libre de manifestar sus impresiones, sean éstas buenas
o malas. Como ya le hemos manifestado, deseamos MEJORAR LA CALIDAD DE
NUESTRO SERVICIO, y para lograrlo, necesitamos las opiniones y críticas de quienes
ya lo han recibido, como usted.

Si accede a contestar la encuesta, le ofrecemos la posibilidad de llevársela a su


domicilio para que pueda llenarla con total reserva. Luego debe entregársela en este
sobre cerrado (con cinta adhesiva, pegamento o corchetes) a cualquier Delegado(a) o al
Jefe de su Centro de Reinserción Social, quienes además DEBERÁN GUARDARLAS
EN UN LUGAR SEGURO. Si desea contestar la encuesta en el Centro de Reinserción
Social, o necesita que su Delegado le ayude a leer o comprender sus contenidos, de
todos modos NADIE, excepto usted misma, puede ver las respuestas que ha marcado.
Por último, antes de entregarle la encuesta, esta página será removida y guardada aparte,
de modo que no existe ninguna posibilidad de relacionarla a usted con las opiniones que
luego manifestará en la encuesta. ENTRÉGUENOS SUS OPINIONES CON TOTAL
HONESTIDAD.

Su participación en este estudio es absolutamente voluntaria, por lo que antes de


contestar la encuesta le pedimos que manifieste su disposición a cooperar estampando
su nombre, RUT y firma en el siguiente recuadro:

74
Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez
Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero

YO,……………………………………………………..……… RUT ……………………….,


ACCEDO LIBRE Y VOLUNTARIAMENTE A RESPONDER LA ENCUESTA SOBRE
“SATISFACCIÓN EN LAS USUARIAS CON LIBERTAD VIGILADA QUE PARTICIPARON DEL
MÓDULO DE COMUNICACIÓN”. SE ME HAN EXPLICADO LOS ALCANCES Y OBJETIVOS
DEL ESTUDIO, Y HE SIDO INFORMADA QUE MI IDENTIDAD SERÁ MANTENIDA
EN RESERVA. NADIE PODRÁ SABER QUE LOS COMENTARIOS Y OPINIONES QUE
MANIFIESTE EN LA ENCUESTA HAN PROVENIDO DE MI PERSONA.

………………………………………………………….
(firma de la usuaria de Libertad Vigilada)
ESTA PÁGINA DEBE SER REMOVIDA DE LA ENCUESTA

PROFESIONALES A CARGO DE LA INVESTIGACIÓN: XIMENA VERBAL RÍOS y MARÍA NELLY


CARREÑO CAÑAS: profesionales del Departamento de Tratamiento en el Medio Libre. Teléfonos
6851322 y 6851214.

75
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

ANEXO 2
ENCUESTA A USUARIAS DEL MÓDULO DE COMUNICACIÓN

Establecimiento donde se controla: …………………Edad de la encuestada: ……

Con respecto a su situación de pareja ¿Usted está?


a) Soltera b) Casada c) Conviviendo d) Separada e) Divorciada f) Viuda

¿Tiene hijos?
(sí) (no)
¿Cuántos hijos tiene?:……………………………………………

¿Cuál es su nivel educacional?

a) Nunca fue al colegio b) 1º básico c) 2º básico


d) 3º básico e) 4º básico f) 5º básico
g) 6º básico h) 7º básico i) 8º básico
j) 1º medio k) 2º medio l) 3º medio
m) 4º medio n) Estudios superiores incompletos ñ) Estudios superiores
completos

Si tiene estudios superiores (completos o incompletos) ¿A qué tipo de centro de


formación asistió?

a) Centro de Formación Técnica b) Instituto Profesional c) Universidad


d) Otra (indique cuál): ……………………………………………
e) No tiene estudios superiores

¿Posee usted algún oficio o profesión? (sí) (no) Señale su oficio o profesión:
…………………….…

Respecto a sus actividades actuales ¿usted está? (puede marcar más de una
alternativa)

a) Estudiando en una escuela, liceo o colegio b) Estudiando en un centro de formación superior


c) Buscando trabajo d) Trabajando
e) Iniciando un negocio f) Trabajando como dueña de casa
g) Jubilada o pensionada

Si está trabajando: ¿Tiene contrato? (sí) (no)


¿El contrato es indefinido? (sí) (no)
Señale su trabajo actual:…………………..……………

76


 
   
   
  Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez
 Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero
   
¿Cuánto  tiempo lleva cumpliendo la Libertad
  Vigilada?
 (indique años y/o meses):
……………………… 


Marque con una x el casillero que mejor representa su impresión sobre la calidad de

las instalaciones en las que se realizaron los talleres del Módulo de Comunicación

a los que usted asistió:


 respecto
Con  al  local,
 
MUY EN 
EN 
NI DE ACUERDO, NI  DE  MUY DE

opino que…  
DESACUERDO DESACUERDO 
EN DESACUERDO  ACUERDO 
ACUERDO
El
 local
 estaba
 limpio
 y     

ordenado.
Las
reuniones
se realiza-
     
ron en un lugar cómodo.

En general, las instalacio-
       
 nes eran adecuadas
 
 para la realización del
 
 Módulo.

Marque con una x el casillero que mejor representa su experiencia con el
personal del Centro de Reinserción Social que trabajó con usted en el Módulo de
                
Comunicación:
                



   
 NUNCA  CASI A 
VECES
CASI
 
SIEMPRE
Mi experiencia con el personal fue… 
 NUNCA   
SIEMPRE


Antes que nada, se identificaron dándome su      
 nombre


y las funciones que cumplen.     

Eran amables y atentos.
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Me trataban con paciencia y respeto.
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Me explicaban los objetivos de los talleres.
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Me daban instrucciones acerca del modo en que
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íbamos a trabajar en los talleres.
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Resolvían mis dudas y consultas.
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Mostraban interés por ayudarme.
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Me parece que hacían bien
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su trabajo.     
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Marque con una x el casillero que mejor refleja su impresión sobre los horarios en
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los que se realizaron los talleres a los que usted asistió:
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En cuanto a los horarios de los talleres…
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Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009
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contenidos trabajados durante el Módulo de Comunicación al que usted asistió:

Sobre los temas de los MUY EN EN NI DE ACUERDO, NI DE MUY DE


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Los talleres a los que usted asistió ¿de qué tipo eran?
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Individuales (es decir, usted sola con el profesional)
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 Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero

En las sesiones individuales tenía espacios para
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contar mis experiencias personales y expresar   
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mis opiniones libremente.
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En las sesiones individuales lograba comprender
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muy bien los temas de cada taller.
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comunicarme con los demás.
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En caso de talleres GRUPALES…
NUNCA
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NUNCA
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En los talleres grupales existía un clima de
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respeto
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En los talleres grupales tenía espacios para
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 contar mis experiencias personales y expresar
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mejor los temas de cada taller.

 ¿Cuánto tiempo
El trabajo en grupo duraban
permitía que las sesiones aproximadamente? (en minutos):
nos ayudáramos
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unas a otras durante los talleres.
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El trabajo en grupo me permitía aprender de las
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demás participantes de los talleres.
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el casillero
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nuevas y mejores
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los demás. usados durante la realización del Módulo de Comunicación
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DESACUERDO DESACUERDO EN DESACUERDO ACUERDO ACUERDO
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El ejercicio con los naipes
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 
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009



¿Le hicieron ver el video “Papa don’t
 preach?
  (sí) (no)

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Marque con una x el casillero que mejor representa los efectos del Módulo 
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Comunicación en su vida y los cambios que ha observado en usted misma después
de haberlo realizado:

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en estos talleres? (puede

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a) Relación con los padres b) Relación con los hijos c) Relación con la pareja
d) Sexualidad e) Violencia intrafamiliar f) Otros (escríbalos): ..........

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¿En qué lugar contestó esta encuesta?
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a)
Domicilio de la usuaria b) Centro de Reinserción Social
c)
Otro lugar (indique dónde): …………………………………………………………
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Ximena Verbal Ríos, María N. Carreño Cañas, Andrés Aedo Henríquez
Satisfaccion en Usuarias de Libertad Vigilada Participantes del Modulo de Comunicación con Enfoque de Genero

POR FAVOR, ESCRIBA AQUÍ SUS QUEJAS, OPINIONES Y SUGERENCIAS


PARA MEJORAR LA CALIDAD DEL SERVICIO QUE ENTREGAMOS A
TRAVÉS DEL MÓDULO DE COMUNICACIÓN

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MUCHAS GRACIAS POR SU COOPERACIÓN

PROFESIONALES A CARGO DE LA INVESTIGACIÓN:


(1) XIMENA VERBAL RÍOS: Médico Psiquiatra, Depto. de Tto. en el Medio Libre. Teléfono (2)
6851322
(2) MARÍA NELLY CARREÑO CAÑAS: A. Social, Depto. de Tto. en el Medio Libre. Teléfono (2)
6851214

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Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

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GRADO DE CONOCIMIENTO Y
ACTITUDES DE PERSONAS PRIVADAS DE
LIBERTAD ANTE EPIDEMIA DEL VIH
GRADO DE CONOCIMIENTO Y ACTITUDES
DE PERSONAS PRIVADAS DE LIBERTAD ANTE
EPIDEMIA DEL VIH
Leonardo Arenas Obando
Licenciado en Trabajo Social
Universidad Bolivariana1
Director de Proyectos – CC AKI
RESUMEN
La epidemia del SIDA ha cumplido 28 años si tomamos su declaración de inicio en la
notificación de los cinco casos de neumonía en hombres gays efectuada por el Center for
Disease Control and Prevention (Centro para la prevención y control de enfermedades)
en la ciudad de Los Ángeles, USA en 1981.
La importancia del VIH en el medio carcelario está dada por la mayor prevalencia que
existe al interior de los recintos penitenciarios en relación a la población general2, por
lo cual la población penal es considerada una población vulnerable prioritaria para las
políticas sobre VIH-SIDA en nuestro país.
La presente investigación, de carácter exploratoria y descriptiva, fue realizada en el
marco del proyecto de tesis del autor en el Complejo Penitenciario de Rancagua en el
mes de noviembre de 2008, y busca proporcionar información respecto del conocimiento
y las actitudes que tienen las personas privadas de libertad sobre el VIH-SIDA y las
personas viviendo con VIH-SIDA en intramuros.
La metodología consistió en la aplicación de un instrumento de 40 preguntas cerradas a
136 varones privados de libertad de diferentes módulos y el procesamiento de los datos
fue realizado con el software SPSS. Para administrar el instrumento se contó con la
colaboración de los profesionales del área de reinserción social del EP de Rancagua.

Entre las conclusiones del estudio se revelan altos grados de conocimiento respecto de
la transmisión y prevención del VIH-SIDA, conocimiento con altos grados de error,
basados en mitos y prejuicios respecto de las formas de transmisión y las actitudes
frente a PVVIH/SIDA.
En lo referente a las actitudes se manifiesta un bajo nivel de discriminación hacia las
personas que viven con VIH-SIDA y a los mal llamados grupos “de riesgo”, lo que
acerca la presencia del VIH a la vida de cada persona.
La utilidad del estudio está dada en la construcción de las estrategias para la temática
del VIH en los recintos penitenciarios, lo que revela que es necesario hacer diferencias
entre el riesgo real y el riesgo teórico de la epidemia.
1
Se agradecen los aportes de Krischna Sotelo Vidal y Eduardo Bahamondes González del Centro Cultural AKI.
2
Mecanismo Coordinación País para el Fondo Global. “Fundamentos de la Propuesta de Reinversión” Santiago, 2007. Refiere que la prevalencia en los
recintos penitenciario asciende a 1.9%, mientras que en las personas consultantes de los centros de ETS, la prevalencia es de 0.05%.

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Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

1. INTRODUCCIÓN Y DELIMITACIÓN DEL TEMA.

La epidemia del SIDA3, propia de la postmodernidad, ha llegado para interrogar


las formas de la sociedad globalizada en tanto sus políticas económicas, sociales y
culturales, entre otras. Ello viene a poner a prueba, principalmente, los sistemas de
salud y de educación de los gobiernos, la respuesta apropiada de las investigaciones
clínicas y de fármacos, y la solidaridad de los países para quienes cuentan con menos
recursos para afrontar la epidemia. También ha cuestionado el accionar respecto de
las poblaciones más vulnerabilizadas como son los homosexuales, las/os trabajadoras/
es del sexo, las/os usuarias/os de drogas inyectables y las personas que se encuentran
privada de libertad. Es decir, ha interrogado a la sociedad en su conjunto en lo que dice
relación con el respeto de la diversidad, la no discriminación y la tolerancia, en fin, de
las diversas formas de vida que hemos adoptado.

La magnitud de la epidemia la podemos dimensionar de acuerdo a los datos


entregados por el Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre SIDA -ONUSIDA-,
que en su último informe estima que hay cerca de treinta y cinco millones las personas
viviendo con VIH-SIDA4. Sólo en 2007 fallecieron 2.7 millones de personas y las
nuevas infecciones para el mismo período alcanzaron 2.1 millones de personas5.

A veintiocho años de los primeros casos registrados de SIDA6, éste se ha constituido


en una grave amenaza para el ámbito penitenciario, tanto para las personas privadas de
libertad como de las/os funcionarias/os de contacto y planta de profesionales; así como
de sus familiares y amigas/os, dadas las condiciones de vulnerabilización en la que se
encuentran los internos en los recintos penitenciarios.

Esta investigación exploratoria quiere proporcionar información respecto


del conocimiento y las actitudes frente al VIH-SIDA que manifiestan las personas
privadas de libertad en el Complejo Penitenciario de Rancagua como un aporte a la
toma de decisiones para la generación de estrategias de prevención y atención de dicha
población.

1.1 OBJETIVO GENERAL

Producir información acerca del conocimiento y actitudes declaradas ante el VIH-


SIDA por varones privados de libertad del Complejo Penitenciario de Rancagua.
3
Acrónimo en español y francés del “Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida”, que en muchos países de habla española también se acepta como palabra
escrita en minúscula.
4
Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). El virus que debilita el sistema inmunitario, llevando en última instancia al sida. VIH significa “virus de la
inmunodeficiencia humana”; por lo tanto es redundante referirse al virus del VIH.
5
ONUSIDA. OMS. Situación de la Epidemia del sida: Informe especial sobre la prevención del VIH. Diciembre 2007.
6
El 5 de junio de 1981, el Center for Disease Control and Prevention (Centro para la prevención y control de enfermedades) de los Estados Unidos de
América convocó a una conferencia de prensa donde describió cinco casos de neumonía por Pneumocystis carinii en Los Ángeles.

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Leonardo Arenas Obando
Grado de Conocimiento y Actitudes de Personas Privadas de Libertad ante la Epidemia del VIH

1.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Determinar el grado de conocimiento de las personas privadas de libertad


respecto de las formas de transmisión del VIH-SIDA.

Determinar el grado de conocimiento de las personas privadas de libertad


respecto de las formas de prevención del VIH-SIDA.

Indagar en las actitudes que declaran las personas privadas de libertad respecto
del VIH-SIDA en tanto epidemia así como acerca de las Personas Viviendo con VIH.

2. MARCO TEÓRICO

2.1 Situación del VIH-SIDA en el mundo

¿Qué es el VIH/SIDA? La comunidad científica ha designado al SIDA como la


etapa más avanzada de la infección producida por el VIH.

El VIH al entrar en la sangre de una persona comienza a multiplicarse y a destruir


las células encargadas de la defensa contra las enfermedades. Estas células, base del
sistema inmunológico, son los linfocitos CD4.

Desde el momento en que el virus ingresa al organismo, produciendo la infección,


hasta que aparecen los primeros síntomas o signos del SIDA pueden pasar muchos
años. El período que va entre la infección por VIH hasta la aparición del SIDA se
conoce como período asintomático. Durante este lapso, la única manera de conocer
si una persona está infectada con el VIH es mediante la realización de un examen de
sangre. Es importante recordar que aunque una persona no presente síntomas, si está
infectada puede transmitir el virus (Ministerio de Salud de Argentina, 2003).

Desde 1998, el Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre SIDA –ONUSIDA7-


elabora el “Informe Mundial de Situación de la epidemia de SIDA” el cual se da a
conocer el uno de diciembre de cada año, cuando se celebra el “Día Mundial de Lucha
Contra el SIDA”. El último informe ha revelado que cada día “…más de 6.800 personas
contraen infección por el VIH y más de 5.700 fallecen a causa del sida, en la mayoría
de los casos debido a un acceso inadecuado a los servicios de prevención y tratamiento
del VIH” (ONUSIDA y, OMS, 2007, p.3-10). Lo que constituye por cierto uno de los
grandes desafíos que estamos enfrentando en el ámbito de la salud pública a nivel
mundial.
El Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre SIDA es integrado por las siguientes agencias del Sistema de Naciones Unidas: UNICEF, OMS, FAO,
7

OIT, ONUDD, UNESCO, BANCO MUNDIAL, PNUD, UNFPA, WFP.

87
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

Las cifras actuales, luego de un cambio en la metodología de estimación de la


epidemia del VIH, indican que el número de personas que viven con el VIH en el
mundo alcanzó la cifra de 33 millones8. El siguiente cuadro muestra la realidad mundial
de la epidemia.

Resumen mundial de la epidemia de SIDA


Agosto de 2008

Personas que vivían con el VIH en 2007


Total 33,2 millones [30,6–36,1 millones]
Adultos 30,8 millones [28,2–33,6 millones]
Mujeres 15,4 millones [13,9–16,6 millones]
Menores de 15 años 2,5 millones [2,2–2,6 millones]

Nuevas infecciones por el VIH en 2007


Total 2,5 millones [1,8–4,1 millones]
Adultos 2,1 millones [1,4–3,6 millones]
Menores de 15 años 420 000 [350 000–540 000]

Defunciones causadas por el SIDA en 2007


Total 2,1 millones [1,9–2,4 millones]
Adultos 2,6 millones (2,2–3,0 millones)
Menores de 15 años 380 000 (290 000–500 000)

De acuerdo a estas cifras, la región del África subsahariana es la más afectada,


con cerca de 23 millones de personas infectadas, en donde los países de Bostwana,
Lesotho, Malawi, Sudáfrica, Swazilandia, Zambia y Zimbabwe presentan prevalencias
del VIH en Adultos según encuestas poblacionales entre 12.7% y 25.9%. Dicha región
concentra más del 68% de las personas que viven con VIH y en donde los fallecimientos
por SIDA alcanzan el 76% de todos los ocurrido en 2007. La otra región más afectada es
el Asia sudoriental con cerca de 4.9 millones de personas contaminadas (p.15-20). Las
mayores prevalencias se ubican en Indonesia y Vietnam, países en los que la epidemia
ha crecido, mostrando signos de disminución en Camboya, Maynmar y Tailandia (p.21-
25).

En Europa oriental y Asia central la epidemia del SIDA asciende a 1.6 millones
de personas, lo que representa un aumento de 150% respecto del 2001. La mayor
concentración se ha dado en la Federación Rusa y Ucrania que representan el 90% de
las nuevas infecciones, en donde casi dos tercios son atribuidos a la vía de transmisión
por intercambio de jeringas, mientras que un 37% son atribuibles a relaciones sexuales
8
La cifra del Informe 2007 es un 16% menor a la cifra entregada en el “Informe Mundial. Situación de la epidemia del SIDA 2006” que indicaba aprox.
40 millones.

88
Leonardo Arenas Obando
Grado de Conocimiento y Actitudes de Personas Privadas de Libertad ante la Epidemia del VIH

sin protección (p.26-28). En la región de El Caribe, las personas que viven con VIH
asciende a 230.000, siendo Haití y República Dominicana los que concentran casi
un tercio de la población afectada; 11.000 personas fallecieron a causa del SIDA y
es una de las principales causas de muertes en la población de entre 25 y 44 años
(p.29-30). En América Latina, situación que describiremos con más detalles en el
siguiente capítulo, la epidemia se mantiene estable, las nuevas infecciones en el 2007
alcanzaron la cifra de 100.000 personas lo que elevó el total de PVVIH9 a 1.6 millones;
siendo aproximadamente 58.000 las personas que han fallecido a causa del SIDA.
Brasil concentra alrededor de un tercio del total de personas que viven con el VIH
(aproximadamente 620.000 personas en 2005) y si bien la epidemia se concentraba
principalmente en hombres que tenían sexo con hombres (HSH)10, se ha propagado a
consumidores de drogas inyectables y a la población general. Las principales vías de
transmisión de la epidemia del VIH en América del Sur son las relaciones sexuales sin
protección entre varones, mientras que en El Caribe tiene el ingrediente de relaciones
sexuales sin protección entre profesionales del sexo y sus clientes.

Las prácticas peligrosas en el consumo de drogas inyectables son ínfimas, aunque


en algunos países son más significativas (p.31-32). En América del Norte y Europa
central se han registrado aumento en las notificaciones por VIH, principalmente por
la acción de los retrovíricos y a los diagnósticos recientes de Europa central. Estados
Unidos de América es unos de los países que tienen el mayor número de infecciones y
en donde el SIDA es la cuarta causa de mortalidad entre la población afroamericana de
entre 25 y 44 años (p.33-34). En la región de Medio Oriente y África del Norte junto
con Oceanía, los casos no son significativos, salvo en Sudán, en donde las relaciones
heterosexuales son las más riesgosas, y en Australia en donde las relaciones entre
varones sin protección sigue constituyendo la principal vía de transmisión del VIH
(p.35-36).

2.2 Situación del VIH-SIDA en la región de América Latina.

América Latina presenta un cuadro estable en cuanto al comportamiento de


la epidemia del VIH y manteniendo las vías de transmisión sexual entre varones sin
protección y con profesionales del sexo como las principales causas.

El país más afectado por la epidemia es Brasil, en donde se estima que las
personas que viven con VIH asciende a 620.000, lo que representa el 38.7% del total de
las notificaciones de la región. La principal vía de transmisión ha evolucionado desde
las relaciones sin protección entre varones a consumidores de drogas intravenosas y
con un aumento entre las mujeres, aunque aún las relaciones entre varones representa
la mitad de las nuevas infecciones y se están implementando programas de reducción
de daños e intercambios de jeringas que han permitido disminuir la transmisión entre
9
Acrónimo que significa: “Persona/s Viviendo con VIH”.
HSH: Acrónimo que significa “Hombres que tienen Sexo con Hombres” y se utiliza para designar a los varones que tiene relaciones sexuales con otros
10

varones y que no reconocen una identidad homosexual o gay. Para los efectos epidemiológicos se integran las personas transgéneras y los travestis.

89
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

consumidores de drogas inyectables. Por su parte, en Argentina se reporta que de


cada cinco nuevos casos, cuatro se atribuyen a relaciones sexuales sin protección,
registrándose una mayor prevalencia en las relaciones entre varones. El consumo de
drogas inyectables que antes tenía un importante factor de riesgo, hoy se estima que
es responsable de sólo el 5% de las nuevas infecciones. En Uruguay, otro país con
consumo de drogas inyectables, concentra su epidemia en Montevideo, ciudad en la
que son las relaciones sexuales heterosexuales las responsables de más de dos tercios
de las nuevas infecciones.

En la subregión Andina11 se estima que existían 421.000 personas con VIH a


fines de 2005 con un incremento del 21.7% entre 2002 y 2005. El país con mayor
notificación es Venezuela (53.465), le siguen Colombia (49.234) y Perú (41.160),
mientras más atrás se encuentra Chile (15.894), Ecuador (9.350) y Bolivia (1.790)
(ORAS, 2006, p.18). En cuanto a la prevalencia de VIH en poblaciones específicas, las
estimaciones del tamaño son imprecisas respecto de los HSH, los subgrupos de HSH
y las mujeres que ejercen el trabajo sexual, no obstante podemos determinar que la
categoría HSH tiene la mayor prevalencia seguida de las/os trabajadores sexuales y las
personas privadas de libertad12. Respecto de la distribución por sexo, la detección de
la infección VIH en mujeres muestra un creciente aumento sostenido en el tiempo. En
los últimos quince años se redujo entre dos a tres veces la relación de hombres por cada
mujer diagnosticada, manteniéndose estable en los últimos cinco años. El promedio en
el quinquenio 1991-1995 fue de 6.21 a 2.56 en el período 2001-2005 (p.27).

En lo que se refiere a la clasificación por grupo etáreo, entre los 15 y 44 años de


edad se concentra el 81.3% y el 89.6% de los diagnósticos con infección VIH y el 15.1%
al 25.1% de dichas personas tienen entre 15 y 24 años al momento de la notificación.
En dicha época de la vida confluyen diversos factores que permiten una mayor
vulnerabilidad a la adquisición del VIH. Y en cuanto a los mecanismos de transmisión,
el 96% de las personas notificadas reportan la sexual como la principal vía, seguida de
la transmisión perinatal o vertical. La vía de transmisión por intercambio de jeringas en
usuarios de drogas inyectables reportan menos del 1%13. Al desagregar el mecanismo
de transmisión por sexo, nos permite observar que las mujeres han adquirido el VIH
por vía sexual con varones, lo que hace pensar que la principal fuente de exposición al
VIH son sus parejas varones que tienen relaciones sexuales con otros hombres (p.31).

2.3 Situación del VIH-SIDA en Chile. Informe epidemiológico

Los primeros casos de VIH notificados ocurrieron en 1984 en las regiones de


Valparaíso, Bio-Bio y Metropolitana. Todos eran varones y se ubicaban entre los 25 y
42 años. Al año siguiente se notifica el primer caso en una mujer. Los datos disponibles
en el documento “Evolución del VIH-SIDA Chile, 1987–2006” (Gobierno de Chile,
11
Los países que conforman la Subregión Andina son: Chile, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia y Venezuela.
12
El estudio al que se hace referencia no logra determinar con exactitud la prevalencia en cada una de las poblaciones descritas.
13
Sorprendentemente Chile reporta un 2.4% de transmisión por inyección de drogas intravenosas.

90
Leonardo Arenas Obando
Grado de Conocimiento y Actitudes de Personas Privadas de Libertad ante la Epidemia del VIH

2007) que edita el Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud de Chile,


revelan que las personas notificadas al 31 de diciembre de 2006 son 17.235 casos de
VIH o SIDA (p.2) y las personas que han fallecido a diciembre de 2005 ascienden a
5.288. Los análisis respecto de la epidemia comprenden la clasificación de acuerdo a
vías de transmisión, mortalidad, sexo, grupo etáreo y escolaridad, principalmente.

En primer lugar, las tasas de notificaciones de VIH y de SIDA han experimentado


aumentos a partir del año de inicio de la epidemia en Chile, aunque las curvas no
siempre mantienen la misma tendencia. En el caso del SIDA, a partir de 1992, las tasas
oscilan entre 2,6 y 3,5 casos por cien mil habitantes. Entre los años 2004 y 2006 se
observa una disminución, más consistente entre los hombres, de 6.0 el 2003 a 4,4 casos
por cien mil habitantes el año 2006 (p.4) mientras que en el caso de VIH se observa
un aumento sostenido hasta el 2003, año desde el cual se registra una tendencia a la
disminución. En el caso de los hombres, disminuyen de 9,7 el 2003 a 8,7 casos por
cien mil habitantes el año 2006. Esto implicaría una disminución real quebrando la
curva de crecimiento de la epidemia. Las mayores tasas, tanto en VIH como en SIDA,
se encuentran en las regiones Metropolitana, Antofagasta y Valparaíso. Mientras que
la tasa más baja en SIDA se ubica en Aysén, y para VIH en la Región de la Araucanía
(p.3). La prevalencia entre los años 1986-2006 muestra que el número de casos de
varones supera al de mujeres, aunque ha descendido la razón hombre:mujer. En el
caso de SIDA, en el quinquenio 1987-1991 se registra una razón hombre:mujer de 11,
mientras que en el quinquenio 2002-2006 es de 7. En cuanto al VIH, la razón en los
mismos tramos disminuyó de 7 a 4. El grupo etáreo más afectado se ubica entre los 20
y 49 años. Aunque hay un aumento en todos los quinquenios en los diferentes tramos
etáreos, el que más aumento fue entre los 30 y 39 años. En el caso de varones la etapa
SIDA se concentra en este tramo, mientras que en mujeres es igual el tramo de 20 y 29
que el de 30 y 39 años (p.5).

Respecto a la mortalidad, el 88% de ellas corresponde a hombres, siendo el


grupo más afectado entre 30 y 39 años, seguido por la franja de entre 40-49 y de 50-
59 años. En el caso de la relación mujer:hombre, se observa un descenso en dicha
relación de un 8.3% por cada 100.000 habitante en el 2004 a 5.4% en el 2005 (p.6).
En cuanto a la distribución por escolaridad, la población que tiene educación media es
mayoritaria en ambas. Para el caso de VIH hay una mayor proporción de personas con
educación media y superior, seguida de personas con educación básica. En el caso de
SIDA, la proporción es de personas con educación media y básica, seguida de personas
con educación superior. Desagregado por sexos, casi un 50% de los varones tiene
educación media, seguido de un 28% con educación superior; mientras que en el caso
de las mujeres, la educación concentra un 41% mientras que la básica es de un 36.8%
(p.7).

Un antecedente importante para la toma de decisiones respecto de la


implementación de Programas de Prevención del VIH es conocer las formas de

91
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

transmisión del VIH. En el caso de Chile, la principal exposición es la sexual con un


92% de tasa acumulada, siendo la vía homosexual la más declarada (45%). En el caso
de SIDA, las vías de exposición homo/bisexual muestran una tendencia al descenso en
forma sostenida, mientras que la vía heterosexual registra incrementos. En cuanto al
VIH no se observan cambios en la exposición homosexual, pero en la vía de transmisión
heterosexual se ha producido un aumento del 55% entre el primer quinquenio y el
último (Gobierno de Chile, 2006, p.8).

Desagregado por sexo, podemos ver diferencias significativas en la distribución


de los factores de exposición. En los hombres la vía más frecuente es homo/bisexual
con un 72%; mientras que en las mujeres es heterosexual lo que representa un 92% de
los casos. La misma tendencia se registra tanto en SIDA como en VIH (p.8).

De acuerdo a las cifras y tendencias descritas y que corresponden a un análisis


de los datos entregados por el Informe de la Situación de SIDA en Chile, podemos
determinar que la epidemia del VIH-SIDA en nuestro país se caracteriza por ser:

 Mayoritariamente masculina. 83% de las personas notificadas son varones


 Afecta a una población en plena etapa productiva. El grupo etáreo más afectado se
encuentra entre los 20 y 39 años
 Son personas que poseen educación media y superior por sobre la media de la
población general, y
 La principal vía de transmisión es la sexual con un 92% de los casos declarados
(p.9)

2.4 Situación penitenciaria en el país

En el caso que nos compete, radicaremos nuestro análisis en la población penal


adulta (varones y mujeres) que se encuentra bajo vigilancia de Gendarmería de Chile,
que, de acuerdo al artículo Nº 1 del Decreto Ley Nº 2.859 que fija la Orgánica del
Servicio, tiene por finalidad “atender, vigilar y rehabilitar a las personas que por
resolución de autoridades competentes fueren detenidas o privadas de libertad y
cumplir con las demás funciones que señale la ley” (Vergara Cisternas, 2006, p.68).

Según la información dispuesta por Gendarmería de Chile en su página oficial


en Internet, en diciembre de 2008 se disponía de 50.230 personas sometidas al sistema
cerrado y 50.146 personas en el sistema abierto. Estas cifras revelan una sobrepoblación
de 151% respecto de las plazas disponibles en el sistema penitenciario nacional que
cuenta con 31.000 cupos (Gendarmería de Chile, 2007). En un análisis comparativo
con el resto de la región de América Latina, Chile posee una de las más alta tasa de
prisionalización: 305 por cada 100 mil (University of London, 2008).

El Complejo Penitenciario de Rancagua es parte del Programa de Concesiones

92
Leonardo Arenas Obando
Grado de Conocimiento y Actitudes de Personas Privadas de Libertad ante la Epidemia del VIH

de Infraestructura Penitenciaria que impulsó la administración del Presidente Ricardo


Lagos, que, en un principio, contempló la creación de diez nuevos recintos, de los
cuales se encuentran en pleno funcionamiento los establecimientos penitenciarios del
Grupo 1 (Alto Hospicio, La Serena y Rancagua) y el Grupo 3 (Santiago 1, Valdivia y
Puerto Montt).

2.5 Situación del VIH-SIDA en el ámbito carcelario

La preocupación por la propagación del SIDA en el medio carcelario por parte


de los organismos internacionales, fundamentalmente la Organización Mundial de la
Salud y su contraparte en la región de las Américas, la Organización Panamericana de
la Salud, es bastante temprana respecto del inicio de la epidemia. En 1993, la OMS/
OPS da a conocer el documento: “Directrices de la Organización Mundial de la Salud
sobre la infección por el VIH y el SIDA en las cárceles”, que reafirma lo expresado en
los diversos documentos de Naciones Unidas referidas a los derechos de las personas
privadas de libertad. En el primer punto de los Principios Generales declara que “…
todos los presos tienen derecho a recibir una atención sanitaria, incluida las medidas
preventivas, equivalentes a las que se presta en la comunidad, sin discriminación
alguna, especialmente en lo que respecta a su situación jurídica o nacionalidad… y
que los principios generales adoptados por los Programas Nacionales contra el SIDA
deben aplicarse por igual a los presos y a la comunidad…” (OMS, 1993).

Una actualización de este documento se llevó a cabo en 1997 por el Programa


Conjunto de Naciones Unidas para el SIDA – ONUSIDA como parte de la Colección de
Prácticas Óptimas, en donde se hace hincapié en la necesidad de contar con respuestas
específicas en el ámbito penitenciario para la prevención y control de la epidemia, más
aún cuando los estudios han revelado que la tasa de infección por VIH es más alta en
los recintos carcelarios que en el medio libre, junto con otras enfermedades como la
Hepatitis B y C y la Tuberculosis.

En dicho informe ya se detallan las condiciones predisponentes para la infección


por VIH, como el hacinamiento, un ambiente general de violencia, tensión y miedo,
la ausencia de información sobre el VIH, y la insuficiencia en materia de servicios
sanitarios (ONUSIDA y OMS, 1997, P.2). En 2007, la Oficina de Naciones Unidas contra
la Droga y el Crimen, la Organización Mundial de la Salud y el Programa Conjunto de
Naciones Unidas publican un nuevo documento: “VIH/SIDA: Prevención, Atención,
Tratamiento y Apoyo en el Medio Carcelario. Marco de acción para una respuesta
eficaz” (ONUDD, ONUSIDA y OMS, 2007), en donde se establecen 11 Principios
Generales para la Prevención y Atención del VIH/SIDA y se proponen 100 medidas
que fomentan una respuesta nacional eficaz a la epidemia del VIH en las cárceles y que
incluyen desde liderazgo político hasta una práctica basada en evidencias.

93
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

Se hace hincapié en que la respuesta al VIH debe cumplir las normas internacionales
sobre salud y derechos humanos, poniendo a disposición de las personas privadas de
libertad la acción preventiva, atención y tratamiento equivalentes a los dispuestos para
la comunidad, junto con fomentar un enfoque integrado de la atención de salud en las
cárceles frente a cuestiones de salud pública de mayor alcance. Además incluye, en la
prevención de la transmisión del VIH y de otras infecciones, al personal penitenciario
y a la comunidad en general, por cuanto las personas privadas de libertad, en forma
mayoritaria entran y salen de los recintos penitenciarios, ante lo cual una buena gestión
de salud penitenciaria es una buena gestión de salud pública (Coyle, 2002).
A fines de 2008, las mismas agencias del sistema de Naciones Unidas dan a
conocer dos nuevas publicaciones. La primera referida a las mujeres en prisión
y la segunda: “HIV and AIDS in places of detention: A toolkit for policymakers,
programme managers, prison officers and health care providers in prison settings”14,
dirigida a quienes tienen la posibilidad de incidir en las políticas públicas del ámbito
penitenciario.
En lo que se refiere a Chile, las políticas sobre SIDA en recintos penitenciarios
cuentan con un Programa Nacional de Control del SIDA en Recintos Penitenciarios
(1995) y el Convenio Marco de Cooperación entre Ministerio de Salud y Ministerio
de Justicia (2007) que es la extensión de otro Convenio Marco firmado por las mismas
entidades en el año 2002. El marco general lo entrega la Ley Nº 19.779, que “establece
normas relativas al virus de inmunodeficiencia humana y crea bonificación fiscal para
enfermedades catastróficas” (Gobierno de Chile, 2001) la cual es más conocida como
Ley del SIDA.
La situación nacional del VIH-SIDA en los recintos penitenciarios -de acuerdo
a datos informados por el Gobierno de Chile en la “Consulta Regional sobre SIDA en
el medio carcelario”, realizada en el mes de mayo de 2008 en la ciudad de Sao Paulo,
Brasil-15 revela que el número de personas notificadas con VIH-SIDA asciende a 516,
encontrándose recluidos a la fecha 152 personas, 79 fallecidos y 285 en libertad.
El patrón etáreo es similar a la resultante de la caracterización de la epidemia
nacional. Las edades más afectadas se encuentran entre los 26-35 años que representan
un 50% del total, seguido por el grupo etáreo entre los 18 – 25 años con un 35.7%.
Respecto del estado civil, las/os solteras/os alcanzan un 88.9% seguido por las/os
convivientes16 con un 4.8% y las/os casados/as con un 4.3%. En cuanto a la escolaridad,
un 77% ha cursado educación básica y un 11% educación media; un 10% se declara
sin educación. La principal vía de transmisión declarada es la sexual en un 100%, no
registrándose casos por compartir jeringas para el uso de drogas inyectables (Gobierno
de Chile, 2008).
14
Ambas publicaciones se encuentran solamente en idioma inglés.
15
La ”Consulta Regional sobre SIDA en el Medio Carcelario” fue una iniciativa convocada por ONUSIDA, ONUDD, el Grupo de Cooperación Técnico
Horizontal (GCTH) y la Coordinadora de ONG’s de las Américas sobre SIDA, Cárcel y Encierro (COASCE). Participaron 20 delegaciones de países de
América Latina y El Caribe.
16
CONVIVENCIA: La unión de hecho de dos personas que no se encuentran casadas entre sí.

94
Leonardo Arenas Obando
Grado de Conocimiento y Actitudes de Personas Privadas de Libertad ante la Epidemia del VIH

Las prácticas sexuales declaradas por la personas privadas de libertad viviendo


con VIH tiene como preponderante las relaciones sexuales entre varones con un 67.6%,
seguido de personas de otro sexo con un 18.4% y con ambos sexos en un 14%. En
el caso de las internas, las prácticas sexuales con ambos sexos asciende a un 64.9%
mientras que solamente con el sexo opuesto es de un 35.1%. Respecto a la localización
geográfica de las personas privadas de libertad viviendo con VIH se concentran en la
Región Metropolitana de Santiago, seguido de la Región de Arica. Esto responde a la
concentración de población penal, pero también al miedo que generó la epidemia, en sus
inicios, en el ámbito penitenciario y la derivación que hicieron los Jefes de Unidades de
las PVVIH de regiones al Hospital Penal ubicado en el Centro de Detención Preventiva
Santiago Sur – ex Penitenciaria (Arenas y Sotelo, 2005).

2.6 Políticas de Prevención en VIH-SIDA.

Los esfuerzos en los primeros años de la epidemia del VIH estuvieron


concentrados en el conocimiento de la acción del virus y en la atención de dicha
enfermedad que afectaba a una población con determinadas prácticas sexuales, siendo
conocida como la “peste rosa” ya que los afectados en los primeros casos eran hombres
homosexuales. Con el correr de los años se produce el debate político-histórico en torno
a la oposición entre la defensa de la salud de la comunidad y la garantía de las libertades
individuales (Pecheny, en Kornblit, 2000), y se privilegia la reconciliación entre las
ideas de prevención colectiva y respeto de los derechos individuales. El Director de
ONUSIDA, Peter Piot, se refiere a que la salud pública…”aparece cada vez más como
una nueva razón imperativa de proteger los derechos humanos…en el contexto del
VIH/SIDA, un ambiente en el cual los derechos humanos son tomados en cuenta reduce
la vulnerabilidad a la pandemia, permite a las personas afectadas por la infección o
por el sida vivir dignamente, sin sufrir discriminación y atenúa las consecuencias de la
infección por el virus en los individuos y la sociedad” (ONUSIDA, 2006).

La segunda discusión se dio en el ámbito de la respuesta17 que era necesaria


para afrontar la epidemia oponiendo los enfoques “curativos” y los “preventivos”. El
enfoque curativo encara la epidemia tratando de responder a la infección y la enfermedad
en términos individuales, mientras que el enfoque “preventivo” intenta influir sobre
los comportamientos (individuales y sociales) que permiten la propagación del virus
(Pecheny, p.420 en Kornblit, 2000). Los diversos gobiernos y entidades encargadas
de dar respuestas a la epidemia privilegiaron uno u otro enfoque, según los recursos
financieros asignados que hacían optar entre tratamientos o campañas de sensibilización,
más cuando esas campañas debían desarrollarse en ambientes restrictivos respecto
de los temas de conducta sexual, que es el cambio comportamental requerido para
disminuir las nuevas infecciones.

17
Se opta por referirse a la “Respuesta a la Epidemia”. en contraposición del lenguaje bélico de “Lucha contra el SIDA”

95
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

Los nuevos estudios y la incidencia política de la sociedad civil organizada


permitieron que la respuesta a la epidemia concentrara ambos enfoques y se entendiera
que los aspectos curativos y preventivos son inseparables. Así es como se ha avanzado
en la investigación de nuevos fármacos que han permitido una mejoría en la sobrevida de
las personas viviendo con VIH y la disminución de la mortalidad por SIDA, y, por otra
parte, a destinar recursos para la implementación de políticas de prevención orientadas
tanto a “población general” (hetero-bisexual), como a personas que se encuentren más
vulnerables.

En la actualidad podemos distinguir al menos dos orientaciones de las políticas


públicas de prevención enfocadas hacia la disminución de la epidemia del VIH. Ellas
son las “abstencionistas” y las de “gestión del riesgo”18. Las medidas abstencionistas
eran fuertemente apoyadas por la administración del gobierno de George Bush a través
del Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica para el
Alivio del SIDA – (PEPFAR en inglés)19 que promueve la Política del “ABC”20 que
significa: abstinencia – fidelidad mutua y condón. Y que privilegia el abstenerse de las
relaciones sexuales penetrativas, lo cual enfatizaba, también, el retraso en la iniciación
sexual; y ser fiel, es decir, tener una sola pareja disminuyendo el número de parejas
ocasionales a lo largo de la vida sexual y/o afectiva de las personas, y por último el
uso de preservativo o condón de manera eficaz y correcta. Por su parte, la Política de
Prevención basada en la “Gestión del Riesgo” orienta su accionar a la disminución de los
riesgos y las consecuencias negativas para la salud, de conductas que son potencialmente
riesgosas, en el entendido de que las personas siguen practicando conductas riesgosas
a pesar del autocontrol y del manejo de información. Esta política supone sujetos
autónomos, capaces de tomar sus propias decisiones pues cuentan con las herramientas
de información y elementos técnicos preventivos a su alcance, por ejemplo, acceso a
preservativo. Dicha opción hace hincapié en el uso consistente y correcto del condón
como medida preventiva en las relaciones sexuales y en el intercambio de jeringas en
el caso de los usuarios de drogas inyectables.

Las investigaciones realizadas durante los últimos años han generado un amplio
acuerdo respecto de que el condón es una medida efectiva ante la posibilidad de adquirir
el VIH por relaciones sexuales21.

En Chile, la Comisión Nacional del SIDA – CONASIDA impulsa una Política


de Prevención (Ministerio de Salud de Chile, 2008) basada en los Principios Éticos en
donde se incluyen el derecho a la vida, respeto a los valores y creencias de las personas,
no discriminación y derecho a acceder a técnicas y recursos disponibles, científicamente
comprobados como efectivos, entre otros. Las Estrategias de Prevención se enmarcan en
la disminución de la transmisión del VIH/SIDA fortaleciendo la capacidad de gestionar el
18
También conocida como “Reducción de daños”.
19
The United States President’s Emergency Plan for AIDS Relief – PEPFAR Disponible en: www.pepfar.gov
20
ABC (en inglés): Abstinence, Be Faithful and Condom.
21
GOBIERNO DE CHILE. Ministerio de Salud. Comisión Nacional del SIDA. “Efectividad de las estrategias de prevención de la transmisión sexual del
VIH/SIDA basadas en la abstinencia, la pareja única y el condón”. Diciembre 2007.

96
Leonardo Arenas Obando
Grado de Conocimiento y Actitudes de Personas Privadas de Libertad ante la Epidemia del VIH

riesgo de las personas y aportando en la disminución de su vulnerabilidad. Se denomina


la Gestión de Riesgo como “…el conjunto de fenómenos emocionales e intelectuales
involucrados en la toma de decisiones de las personas y en la implementación de
estrategias de autocuidado…”(p.5) mientras que la Vulnerabilidad es definida como
la “…situación personal determinada por el insuficiente o nulo control sobre el
propio riesgo de adquirir el VIH/SIDA…”22 Dichos conceptos corresponden a niveles
diferentes, por cuanto el “…riesgo se refiere a una probabilidad determinada por la
conducta individual, mientras que la vulnerabilidad está dada fundamentalmente por
la inequidad y desigualdad social...” (p.5)

Las estrategias se implementan a través de cuatro niveles de trabajo: individual,


grupal comunitario, masivo intersectorial e institucional (p.11-12). Es este último
nivel el que tiene relación directa con las personas privadas de libertad a través del
establecimiento de áreas de colaboración y coordinación para el logro de los objetivos
de CONASIDA con las instituciones del Estado, entre ellas Gendarmería de Chile.

Esta colaboración se plasma en la firma de un “Convenio Marco de Cooperación


entre Gendarmería de Chile y Ministerio de Salud para la prevención del VIH/SIDA y
atención de las personas que viven con el VIH/SIDA” 23 de 2002 y una posterior extensión
en 2007 que es suscrito por las Subsecretarias de Salud y Justicia en dependencias del
Centro de Detención Preventiva Santiago Sur. En él, las instituciones “…coinciden es que
indispensable procurar que los internos e internas en Establecimientos Penitenciarios
reciban la atención integral y los medios para prevenir la infección del VIH/SIDA,
además, proporcionar a los funcionarios de Gendarmería de Chile las herramientas
necesarias para la prevención de esta enfermedad…” (Ministerio de Salud y Ministerio
de Justicia de Chile, 2007) y declaran aunar esfuerzo para el desarrollo de un Programa
Nacional de Prevención y Atención del VIH/SIDA e ITS para el período 2007-2010.

Se disponen dos líneas de acción que incluyen la producción y difusión de


material informativo, capacitación de personal de Gendarmería en Prevención del
VIH/SIDA, formulación y ejecución de proyectos de prevención para las distintas
poblaciones objetivos y población vulnerable interna y la entrega de preservativos
para ser distribuidos entre el público objetivo. Las personas privadas de libertad se
encuentran entre las poblaciones más vulnerables a la epidemia junto a hombres que
tiene sexo con hombres, hombres bisexuales, transgéneros y población que ejerce el
comercio sexual.

2.7 A modo de síntesis.

Para disminuir las nuevas infecciones por VIH en la población general y

Ibid. Pág. 5
22

Una copia integra del Convenio Marco de Cooperación se encuentra en ARENAS, Leonardo; SOTELO, Krischna. “Seminario Situación de Salud Sexual
23

y Vulnerabilidad ante el VIH/SIDA en recintos penitenciarios de la Región Metropolitana”. AKI Diciembre 2005.

97
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

específica, se requiere que las personas adopten conductas seguras ante el riesgo, es
decir, que incorporen en su accionar las medidas preventivas propuestas como las más
aptas y que cuentan con evidencia. En lo que respecta al comportamiento sexual, que
es en Chile la principal vía de transmisión del VIH, se requiere incorporar prácticas de
sexo seguro en las relaciones sexuales: uso consistente y correcto del preservativo en
las relaciones penetrativas, sean vaginales o anales; no tener relaciones sexuales si no
se cuenta con la seguridad del estado serológico y mantener una pareja única sexual,
previo conocimiento de la situación serológica de ambas personas.

Esta decisión está influida por el conocimiento de las formas de transmisión y


prevención del VIH/SIDA y aunque es sabido que la información constituye un factor
determinante para el cambio conductual de las personas, también sabemos que no es el
único factor y que es necesario trabajar sobre las vulnerabilidades en sus dimensiones
sociales, políticas, económicas y de género, y no solamente en la dimensión individual
como lo hemos referido en este trabajo.

3. RECOPILACIÓN DE DATOS FINALES.

3.1 Caracterización de la institución.

El instrumento final fue aplicado en el Complejo Penitenciario de Rancagua, un


establecimiento de alta seguridad y que al momento de la aplicación del cuestionario,
contaba con 1.306 personas privadas de libertad en calidad de condenados/as.
La población penal del establecimiento está segmentada según su “compromiso
delictual” y la clasificación penitenciaria que realiza Gendarmería de Chile de acuerdo
a un instrumento determinado, denominado Ficha de Clasificación.

La distribución de los módulos en el Complejo Penitenciario de Rancagua al


momento de la aplicación fue:
Número de Módulos  Clasificación Cupos
Número de 1Módulos Imputados Clasificación 50 Cupos
12 Imputados
Máxima Seguridad 50
50
2
11-12-13-14
Máxima Seguridad
Imputados 50-50-50-50
50
11-12-13-14
31-32-33-34
Imputados
Condenados Alta 3 200
50-50-50-50
31-32-33-34
41-42-43-44
Condenados Alta
Condenados Alta 1
3 200
200
41-42-43-44
45-46-47-48
Condenados Alta
Condenados Alta 2
1 200
200
45-46-47-48
51-53-52-54
Condenados Alta
Condenados Media
2 200
51-53-52-54 Condenados Media 160 160
81-82 Mujeres 300
81-82 Mujeres 300
83-84
83-84 Condenados
Condenados Media MozosMozos
Media 160 160
85-86
85-86 Imputadas media
Imputadas media 80-80 80-80
8787 Mujeres
Mujeres con conhijoshijos 20
Lactantes 20
93-94-95-96 Lactantes
Módulo Población Especial 6-6-6-6
93-94-95-96
Comunidad Terapéutica Módulo Población Especial 6-6-6-6 25
Comunidad
TotalTerapéutica 25 1749
Total 1749
Esta
  nomenclatura de módulos
Esta nomenclatura es como
de módulos son conocidos
es como estosestos
son conocidos mismos en elenEP
mismos el y
no necesariamente responde a la clasificación determinada en las BALI.
EP y no necesariamente responde a la clasificación determinada en las
BALI.
98
3.2 Definición de la muestra e inducción a profesionales del Área de Reinserción
Social.
Leonardo Arenas Obando
Grado de Conocimiento y Actitudes de Personas Privadas de Libertad ante la Epidemia del VIH

3.2 Definición de la muestra e inducción a profesionales del Área de Reinserción


Social.

En conversaciones sostenidas con el personal profesional del Servicio de


Reinserción Social del EP de Rancagua se optó por una muestra censal, correspondientes
a la cantidad de varones participantes de los diversos talleres que realiza anualmente el
Subprograma de Atención Social, del Operador de la Sociedad Concesionaria a través
de sus Asistentes Sociales y Psicólogas/os.

El impacto de estos talleres comprende el alcance de una población cercana a 120


varones, por lo cual se estableció un cronograma de trabajo para hacer más operativa
la recolección de datos. Ello, debido a que muchos de los talleres son paralelos, por lo
cual no se podría efectuar en forma personal la aplicación de los cuestionarios.

En primer lugar, se calendarizó una Jornada de Inducción a los equipos


profesionales, la que se efectúo el día miércoles 19 de noviembre de 2008, obteniéndose
de ellas/os el compromiso de apoyar esta acción, así como el número de talleres y
personas participantes en los mismos, a fin de obtener el universo aproximado de
personas que responderían el cuestionario.

Asistieron a dicha inducción las/os siguientes profesionales del Operador


Concesionario:
1 Jefa de Reinserción Social
4 Psicólogas/os
3 Asistentes Sociales
1 Técnico en Rehabilitación del consumo de drogas

3.3 APLICACIÓN DEL CUESTIONARIO.

Desde el día miércoles 19 noviembre al miércoles 26 de noviembre de 2008, se aplicó


el cuestionario en los siguientes talleres correspondiente a cada uno de los diversos

módulos.
  

Se dispone  de tabla que comprende el número asignado en los sobres y la cantidad de
cuestionarios respondidos
     24
.           

Nº de Talleres  Módulo/S

C uestionario

s
Sobre Respondidos

1 Protección
 al recluso
 46-47-48
 9
2 Ejercicios

Cognitivos

Alta 1

8
3 Desarrollo Personal 45-46-48 10
4 
Taller de 
Competencias 83-84  8
   
Prosociales 
   
24
En algunos de los sobres no figuró el Taller, sino el módulo.
   
   
   
  99
 
   
   
   



 
  



    

  
         
    
Rev. Estudios 
Criminológicos 
  y Penitenciarios
 Año IX - 
Junio 2009 
    
 
  
    


 
 
 


 
 
 


 
 
 


 
 
 

 
  

 
 
 


 
 
 


5 Sexualidad




92-93-94-96


6

6 Sexualidad
  83 12

7 Sexualidad
 
 83
 7

8  Alta  1  41-44
 8
9   Alta

3 
 
33-34
   10
   
    
10 
Conductas Media 51-52-53-54 21
11 Alta
 2  45-46-47-48
 5
12 
Comunidad Terapéutica
 23
13 
Alta
 II  45-46-47-48
 9
   TOTAL
 
136

  

 vez finalizada la aplicación del cuestionario en un determinado taller, ellos
Una
             


se ingresan en un sobre al cual se le adjunta una hoja que determina el taller y la

cantidad
de personas que han respondido.
   En total
   se logran 
 recabar 136 cuestionarios
   

en doce
sobres; están exceptuados los cuestionarios que fueron aplicados en el proceso
           
de pilotaje.
 


             

3.4 DESCRIPCIÓN DEL INSTRUMENTO25.



              
El cuestionario consta de tres grandes ítems. En el primero se solicitan datos


personales
 que permitan
  disponer
 de ciertas variables


para
 el análisis
 más profundo.
 
Debemos 

recordar que en los temas de sexualidad y prácticas sexuales, las preguntas son

  y
muy personales no
siempre   
los entrevistados 
están 
dispuestas   con
a contestar  
lo que

realmente  acontece, sino que elaboran respuestas  del tipo denominado “deseabilidad
social”. Mas en el ámbito carcelario, en donde ciertas prácticas, aunque no están

tipificadas en el reglamento, pueden ser objeto de castigos, suspensión de beneficios,


anotación
 negativa, etc; lo que iría en directo perjuicio de optar a beneficios de la

persona privada de libertad.
 segundo, que mide la declaración
El 
de actitudes de las personas privadas de
libertad frente al VIH, fue construido usando el Modelo de una Escala Tipo Likert,
mientras que el tercero ítem, que mide principalmente conocimientos, las preguntas se
presentan con alternativas.
Por lo tanto, si bien el cuestionario es anónimo, consideramos las siguientes
variables: segmentación por compromiso delictual que está dado por su clasificación y
destinación a determinados módulos, y el tramo etáreo.
Si bien no establecimos como hipótesis que las personas de mayor edad, y que
tienen un alto compromiso delictual, podrían conocer más del VIH producto de ingresos
al sistema penitenciario y su participación en talleres en otros recintos penitenciarios,
entendemos que es una situación que podemos confrontar con los datos recogidos.
25
Instrumento se incluye como Anexo 1

100
Leonardo Arenas Obando
Grado de Conocimiento y Actitudes de Personas Privadas de Libertad ante la Epidemia del VIH

El ingreso de datos se hizo en el sistema SPSS 17.0 (Stadistical Package for the
Social Sciencies), programa estadístico informático muy usado en las ciencias sociales
y en las empresas de investigación de mercado, dedicadas a encuesta de opinión pública,
por ejemplo.

4. PRESENTACIÓN DE LOS RESULTADOS.

Los datos revelan que las personas participantes – objetos de la investigación están
dentro del grupo etáreo de jóvenes y adultos jóvenes, por cuanto la edad promedio es de
entre 32 años y la moda es de 25 años, que, de acuerdo a la información epidemiológica,
es la población que tiene mayor prevalencia de VIH. De ellos, un alto porcentaje, sobre
el 40%, ha participado en talleres de sexualidad, en donde, de acuerdo al Programa de
Intervención en Recintos Penitenciarios, se debería abordar la problemática del VIH-
SIDA.

Existe una alta proporción de personas que se declaran católicos, por lo cual
hay que adecuar las estrategias de prevención a dicha opción, o, por lo menos, indagar
respecto de las contradicciones que pueden existir entre lo que dice el magisterio de la
Iglesia Católica y lo que las personas efectivamente acatan, dado que esta iglesia se
opone al uso del condón.

Si bien la epidemia en Chile tiene una concentración entre quienes tienen


prácticas sexuales penetrativas de tendencia homo-bisexual, sólo la declaración de las
personas que están internadas en el “módulo especial para homosexuales” reconocen
prácticas sexuales únicamente con varones; esta declaración puede representar una
subestimación de dichas prácticas sexuales al interior de los recintos penitenciarios,
pues no se considera la categoría de Hombres que tienen Sexo con Hombres - HSH.

Un 56.4% de los entrevistado declara haber recurrido al condón en algún


momento de su vida, y sólo un 12.2% se ha negado a usarlo, en los dos últimos años,
cuando su pareja lo ha solicitado.

El uso del preservativo en la práctica sexual es más común de lo que revelan los
estudios citados, tanto en la Encuesta Nacional de Juventud (2007) como en la Estudio
Nacional sobre Comportamiento Sexual (2000); lo que puede interpretarse como
indicio de la incorporación de una práctica de uso del condón dado el grupo etáreo
participante, y que ha sido promovida por la estrategia comunicacional implementada
por el Ministerio de Salud, a través de las Campañas de Comunicación Social de
Prevención del SIDA.

Respecto del conocimiento y las actitudes manifestadas por los participantes se


obtienen pruebas referidas al alto conocimiento que tienen las personas acerca de las
formas de transmisión del virus (3.4; 3.5; 3.6). Estas tres preguntas obtienen porcentajes

101
incorporación de una práctica
Rev. Estudios Criminológicos de uso del
y Penitenciarios Añocondón
IX - Juniodado
2009 el grupo etáreo participante, y que ha
sido promovida por la estrategia comunicacional implementada por el Ministerio de Salud,
a través de las Campañas de Comunicación Social de Prevención del SIDA.
sobre el 50% (53.8%; 87.1% y 71%, respectivamente), aunque en la primera afirmación
(3.4) el porcentaje de personas que “no sabe” es significativo, ascendiendo a un 23.5%,
Respecto del conocimiento y las actitudes manifestadas por los participantes se obtienen
lo quereferidas
pruebas revela fallas
al altoen conocimiento
la entrega de información
que tienen las básica.
personas acerca de las formas de
transmisión del virus (3.4; 3.5; 3.6). Estas tres preguntas obtienen porcentajes sobre el 50%

(53.8%; Un datoy significativo
87.1% se nos presenta aunque
71%, respectivamente), si cruzamos la información
en la del conocimiento
primera afirmación (3.4) el
de la afirmación 3.4 con las personas que han participado
porcentaje de personas que “no sabe” es significativo, ascendiendo a un 23.5%, en talleres, donde no selologra
que
detectar
revela fallas mayores diferencias
en la entrega en las respuestas
de información básica. correctas, aunque quienes estuvieron en
talleres de sexualidad tuvieron menos respuestas erróneas. Un 32% de las personas que
Un asistieron a los talleres
dato significativo se nosde presenta
sexualidad se inclinó por
si cruzamos respuestas erróneas
la información o por la opción
del conocimiento de la
afirmación 3.4 con las personas que han participado en talleres, donde
“no sabe”, por lo cual se deben generar mecanismos de evaluación pertinentes para no se logra detectar
mayores
conocerdiferencias en lasderespuestas
la efectividad los talleres correctas, aunque quienes estuvieron en talleres de
impartidos.
sexualidad tuvieron menos respuestas erróneas. Un 32% de las personas que asistieron a los
talleres
deElsexualidad
otro ámbito se indagado
inclinó por respuestas
es la disposiciónerróneas
a estaroenpor la opción
forma cercana“noconsabe”, por lo
una persona
cualviviendo
se debencongenerar mecanismos de evaluación pertinentes para conocer
VIH para conocer el grado de rechazo o aceptación a dichas personas. la efectividad de
los talleres impartidos.
Esto se hizo a través de las afirmaciones 2.2 y 2.9 (la 3.11 funciona como verificador
de la respuesta a la afirmación 2.9 y revela una diferencia de 7%). Aquí el instrumento
El otro ámbito indagado es la disposición a estar en forma cercana con una persona
adoleció
viviendo con deVIHsensibilidad
para conocer (Marradi,
el grado Archenti
de rechazoy oPiovani,
aceptación2007) para personas.
a dichas determinar si se
Esto la
afirmación que las personas viviendo con VIH debían estar
hizo a través de las afirmaciones 2.2 y 2.9 (la 3.11 funciona como verificador de laen módulos especiales se
debía aa una
respuesta situación de
la afirmación 2.9mejor
y revelacuidado de salud, por
una diferencia protección
de 7%). Aquí eldeinstrumento
la persona viviendo
adoleció
con VIH ante
de sensibilidad un hecho
(Marradi, de violencia,
Archenti y Piovani,o es unapara
2007) predisposición
determinar si a discriminar
la afirmacióna que
dichas
las
personas.
personas viviendo con VIH debían estar en módulos especiales se debía a una situación de
mejor cuidado de salud, por protección de la persona viviendo con VIH ante un hecho de
violencia,
Cuadroo 1. esCorrespondiente
una predisposición a laa discriminar
pregunta 2.2a dichas personas.

Cuadro 1.
2.2Correspondiente a la pregunta
Podría compartir 2.2con una persona infectada con el
la celda
VIHDOSDOS
2.2 Podría compartir la celda con una persona infectada con el
VIHDOSDOS

Porcentaje
Porcentaje Porcentaje
Porcentaje
Frecuencia
Frecuencia Porcentaje
Porcentaje Válido
Válido Acumulado
Acumulado
TA26
26 37 27,2 28,7 28,7
Válido
DA TA 47 37 34,627,2 36,428,7 65,128,7
ED DA 13 47 9,634,6 10,136,4 75,265,1
TD 32 23,5 24,8 100,0
TotalED 129 13 94,9 9,6 100,010,1 75,2
TD 32 23,5 24,8 100,0
Total 129 94,9 100,0

26
TA: Totalmente de acuerdo; DA: De acuerdo; ED: En desacuerdo; TD: Totalmente en desacuerdo.

TA: totalmente de acuerdo; DA: de acuerdo; ED: en desacuerdo; TD: totalmente en desacuerdo.
19
26

102
Leonardo Arenas Obando
Cuadro 2. Correspondiente
Grado deaCla pregunta
onocimiento 2.9 de Personas Privadas de Libertad ante la Epidemia del VIH
y Actitudes

Cuadro 2. Correspondiente a la pregunta 2.9


2.9 Las personas infectadas con VIH deberían estar en un módulo
2.9 Las personas infectadas con VIH deberían estar en un módulo
especial
especial
Porcentaj
Porcentaje Porcentaje
Porcentaje
Frecuencia Porcentaje e Válido Acumulado
Frecuencia Porcentaje Válido Acumulado
TA
Válido TA 46 46 33,8 33,8 35,4
35,4 35,4
35,4

DA 38 27,9 29,2 64,6


DA 38 27,9 29,2 64,6
ED 27 19,9 20,8 85,4
ED 27 19,9 20,8 85,4
TD 19 14,0 14,6 100,0
TD 19 14,0 14,6 100,0
Total 130 95,6 100,0
Total 130 95,6 100,0

Un ámbito también importante para la prevención tiene que ver con las ideas
erróneas
Un ámbito tambiénque tienen las personas
importante para larespecto del VIH.
prevención tieneEn
quelasver
afirmaciones
con las ideas2.5erróneas
y 2.6 se que
pretende indagar por dichas ideas, y aunque es mayoritaria la posición
tienen las personas respecto del VIH. En las afirmaciones 2.5 y 2.6 se pretende indagar por de encontrar
incorrecta
dichas ideas, ylaaunque
afirmación, un 46.4% en
es mayoritaria la primeradeafirmación
la posición encontraryincorrecta
un 41.5% la en afirmación,
la segunda un
46.4%creeenque el amor afirmación
la primera puede ser una y unbarrera
41.5%a en la la
adquisición del VIH.
segunda cree que elAlamor
desagregar por una
puede ser
adscripción religiosa, los que se declaran evangélicos son un
barrera a la adquisición del VIH. Al desagregar por adscripción religiosa, los que“núcleo duro” para la se
laborevangélicos
declaran preventiva, son
si esunque ésta seduro”
“núcleo centrapara
en lael labor
uso del preservativo
preventiva, si escomo estrategia
que ésta se centra
en elprincipal
uso deldepreservativo
la gestión delcomo
riesgoestrategia
que debenprincipal
incorporar delas
la personas.
gestión del riesgo que deben
incorporar las personas.
Para indagar respecto de los “grupos de riesgo”, en donde se incluyen a las
Paratrabajadoras sexuales
indagar respecto de y/o
los “personas
“grupos de promiscuas”,
riesgo”, en por nombrar
donde algunas,a se
se incluyen lasrealizaron
trabajadoras
las afirmaciones
sexuales y/o “personasen 2.4; 2.7; 2.11 ypor
promiscuas”, 3.2.nombrar
Las afirmaciones
algunas, sereferidas a la las
realizaron estigmatización
afirmaciones en
2.4; de2.7;
los 2.11
gruposy o3.2.
poblaciones adquieren un
Las afirmaciones alto rechazo,
referidas a la lo que permitedeasegurar
estigmatizan que o
los grupos
la información
poblaciones respecto
adquieren un altodelrechazo,
VIH halosidoque aprehendida por las
permite asegurar quepersonas y que no
la información se
respecto
estigmatiza
del VIH ha sidoaaprehendida
quienes viven porcon el virus, mientras
las personas y que no que la afirmación
se estigmatiza 2.11 requiere
a quienes viven con
el virus,
una mayormientras que lamayor
indagación, afirmación 2.11Acá
sensibilidad. requiere
la duda una mayor en
se establece indagación,
qué entienden mayor
sensibilidad.
las personas por “pareja estable” y que la seguridad de la situación serológica y
Acá la duda se establece en qué entienden las personas por “pareja estable”
que (seronegatividad)
la seguridad de la de situación
cada personaserológica (seronegatividad)
es la que permite no usardecondón
cada persona es la que
en la relación
permite no usar condón en la relación sexual.
sexual.

El estudio
elaborado
El por GNOUS
estudio elaborado por (2006)
GNOUS para la VIpara
(2006) Campaña de Comunicación
la VI Campaña Social para
de Comunicación
la Prevención
Social paradel SIDA refiere
la Prevención del que
SIDA lasrefiere
personas dejan
que las de usar
personas preservativos
dejan cuando creen
de usar preservativos
que cuando
la relación es la
creen que estable,
relaciónsin sostenersinuna
es estable, previa
sostener una conversación respecto
previa conversación de una
respecto
multiplicidad de parejas y cómo resolver la situación de una relación extra-pareja, ni
conocer el estado serológico de la otra persona.

103
20
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

de una multiplicidad de parejas y cómo resolver la situación de una relación extra-


pareja, ni conocer el estado serológico de la otra persona.

Las afirmaciones 3.9 y 3.15 indagaron respecto de las inquietudes manifestadas


en forma permanente en los talleres de prevención. Uno de los mitos detectados se
refiere a que el virus está en todas las personas, pero en algunas se activa, se desarrolla,
y la segunda es la ocurrencia del SIDA y su diferencia con el VIH. Las respuestas
incorrectas y “no sabe”, dadas para ambas afirmaciones son mayores que las correctas.
En ambas afirmaciones las respuestas erróneas y las que no saben se ubican sobre el
65% de las respuestas totales.

5. CONCLUSIONES DEL ESTUDIO.

El estudio suministra información para la elaboración de programas y planes de


prevención en población privada de libertad basada en evidencias. En primer lugar,
hay un conocimiento básico respecto de las formas de transmisión y de prevención del
VIH, aunque los talleres deben reforzar el conocimiento validado y despejar las dudas
y mitos entorno a la epidemia (“No todos tienen el virus en su cuerpo”).

La información que manejan los internos es del mismo tenor que la población
general, por lo cual inferimos que las Campañas de Comunicación Social de Prevención
del SIDA, spots radiales y televisivos han logrado entregar la información general
pertinente a la epidemia, aunque al parecer los mensajes no quedan tan claros para
todas las personas. Tal como lo expresamos en el párrafo anterior, hay mitos asociados
al VIH que es necesario despejar para una mejor gestión del riesgo.

Cabe consignar finalmente la elaboración de campañas de prevención del VIH


específicas para la población penal. Este ámbito tiene particularidades definidas,
más aún cuando se hace prevención de una infección de transmisión sexual en un
recinto en donde se supone que no existen relaciones sexuales, más que aquellas de
las visitas íntimas, por lo cual, estos temas son complejos de abordar en instancias en
donde la temática sexual es permanentemente reprimida. Debemos recordar que las
relaciones sexuales voluntarias entre personas privadas de libertad son sancionadas por
el Reglamento de Establecimientos Penitenciarios, no siendo una práctica castigada
obviamente en el medio libre.

Este estudio levanta varios desafíos acerca de las formas de abordar la prevención
en el ámbito penitenciario, y por eso es exploratoria. En primer lugar, se requiere una
mayor profundización en la investigación, para lo cual hay que tener en cuenta las
carencias de la población penal respecto de la comprensión lectora.

Algunos de los temas pendientes son el conocimiento de la Ley Nº 19.779 en


cuanto a la confidencialidad y voluntariedad del test, conocer si las PPL participantes

104
Leonardo Arenas Obando
Grado de Conocimiento y Actitudes de Personas Privadas de Libertad ante la Epidemia del VIH

de la investigación se han sometido a un test de VIH y su percepción acerca del sistema


de salud penitenciario.

Otro punto importante a considerar es que una investigación a la población penal


requiere indagar en los conocimientos y actitudes declaradas de las/los profesionales
de las distintas áreas que imparten los talleres. También es relevante instalar mesas
técnicas de trabajo intersectoriales a fin de revisar los contenidos de los talleres para
saber qué tipo de antecedentes se entregan, así como la validez y pertinencia de los
conocimientos de los profesionales, y la información transmitida a las PPL.

Lo anterior cobra relevancia ya que no hay una preparación en la academia


respecto de estos temas o sobre sexualidad (Vidal y otras/os, 2007); y tampoco existe
capacitación desde el Programa de Control de SIDA en los recintos penitenciarios, ni
desde la Comisión Nacional del SIDA, con lo cual no hay uniformidad en los contenidos
que debe comprender un taller de prevención del VIH-SIDA en el medio penitenciario.
Esta situación al menos plantea el desafío de establecer una Guía Metodológica para el
abordaje de estos temas en dicho ámbito, que integre tanto las directrices del Estado en
esta materia así como los aportes de la sociedad civil organizada.

Por último es importante destacar y valorar la apertura de los profesionales del


área de Reinserción Social del EP de Rancagua, para discutir y reflexionar respecto de
estos temas, y su interés permanente por formarse e interactuar con organizaciones de
la sociedad civil, a fin de que los contenidos de los talleres respondan a las necesidades
de las personas privadas de libertad.

Las consideraciones precedentes, pues, no hacen sino poner de manifiesto la


amplia tarea que resta por desarrollar, un esfuerzo que, recogiendo toda la experiencia
internacional y nacional acumulada, permita a través de la articulación de iniciativas
público-privadas comprometer también la energía y creatividad de la comunidad en
general y del personal penitenciario en particular, sin olvidar la necesidad imperiosa de
incorporar activamente a los privados de libertad.

Precisamente esta investigación ha tenido lugar con el propósito de contribuir


a la elaboración de estrategias y a la definición de contenidos susceptibles de ser
transmitidos a través de talleres formativos en la perspectiva de desarrollar acciones en
materia de sexualidad y prevención del VIH.

105
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

ANEXO 1. INSTRUMENTO DE RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN

ESTUDIO EXPLORATORIO SOBRE LAS CAMPAÑAS PREVENTIVAS SIDA /


VIH.
Queremos solicitarles responder algunas preguntas para un Estudio Exploratorio
sobre las Campañas de Prevención. Toda la información que nos brinden tiene carácter
de confidencial y anónima; por tal motivo no se solicita nombre, ni ningún antecedente
que permita su identificación. Su participación es voluntaria y no tiene que responder
todas las preguntas, si no lo desea.

INFORMACIÓN GENERAL.
1. ¿Cuál es su edad? EDAD: ___ años.

2. ¿A cuántos años ha sido condenado? TIEMPO: ___ años


3. ¿Ha recibido talleres sobre sexualidad y VIH/SIDA
en este establecimiento penitenciario? SI____ NO____

4. ¿Usted tiene actualmente una relación de pareja
con alguna persona en la calle? SI____ NO____

5. ¿Usted profesa alguna religión? SI____ NO_____



En caso de respuesta afirmativa, decir cuál religión ________________

6. En términos de su actividad sexual, usted…


Sólo practica el sexo con hombres SI____ NO_____
Practica el sexo con hombres y ocasionalmente con mujeres SI____ NO_____
Practica el sexo tanto con hombres como con mujeres SI____ NO_____
Practica el sexo con mujeres y ocasionalmente con hombres SI____ NO_____
Sólo practica el sexo con mujeres SI____ NO_____
Ha tenido relaciones sexuales en la Unidad Penal SI____ NO_____

7. ¿Alguna vez ha usado condón en sus relaciones sexuales? SI____ NO____

8. ¿En los últimos dos años, ha intentado usar condón con una
persona que no quería usarlo? SI____ NO____

9. ¿En los dos últimos años, ha rechazado usar condón con una
persona que quería usarlo? SI____ NO____

10. ¿Usted hace uso de la visita intima con su pareja?. SI____ NO____

106
Leonardo Arenas Obando
Grado de Conocimiento y Actitudes de Personas Privadas de Libertad ante la Epidemia del VIH

PARA QUIENES CONTESTARON AFIRMATIVAMENTE LA PREGUNTA 10.



11. Cuántas

veces por mes tiene visitas íntimas?. ­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­ _____ veces al mes.

12. Si
 viene su pareja a las visitas íntimas, ¿usan preservativos? SI____ NO____



2.- PARA CADA UNA DE LAS SIGUIENTES AFIRMACIONES INDIQUE SI
2.- PARA CADA UNA DE LAS SIGUIENTES AFIRMACIONES INDIQUE SI ESTÁ
ESTÁ TOTALMENTE
TOTALMENTE DE ACUERDO, DE ACUERDO, DE ACUERDO,
DE ACUERDO, EN DESACUERDO
EN DESACUERDO O O
TOTALMENTE EN DESACUERDO
TOTALMENTE EN DESACUERDO
Totalmente Totalmente
De En Totalmente
de en
Totalmente De Acuerdo Desacuerdo
En
Acuerdo Desacuerdo
en
de Acuerdo Acuerdo Desacuerdo
Dos personas con VIH/SIDA Desacuerdo
1 que tienen relaciones entre
Dosno
ellas personas
necesitan conusar condón
Podría
VIH/SIDA que celda con
compartir la
2 una persona infectada con el
tienen relaciones
1 VIH        
entre ellas
Cuando se usa nocondón no se
3 necesitan usar
siente nada de placer
La gente que se infectó con
4 condón
Podría
VIH compartir
es porque se lo merece
Si hay amor de por medio no
52 la celda con una        
es necesario usar condón
persona infectada
Pienso que cuando una
con el VIH
persona le pide a otra usar
6 Cuando se usa
condón es que no hay
condón no se
3 confianza        
7
siente
Las nada
mujeres quedesolicitan usar
condón
placerson más fáciles
Creo que últimamente
La gente que se se ha
8 exagerado
infectó con poco
un VIH los
4 peligros del SIDA        
es porque
Las personasse lo
infectadas con
merece
9 VIH deberían estar en un
Si hayespecial
módulo amor de
porrelaciones
Las medio no es
sexuales son
105 más placenteras sin condón        
necesario usar
Las personas que tienen
condón
parejas estables no necesitan
11 Pienso que
usar condón en sus relaciones
cuando una
sexuales.
persona le pide a
6         
otra usar condón
es que no hay
confianza
 

107
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

3.- PARA CADA UNA


Las mujeres que DE LAS SIGUIENTES AFIRMACIONES INDIQUE SI
SONsolicitan
CIERTAS, FALSAS
3.- PARA usar
O NO SABE.
CADA UNA DE LAS SIGUIENTES AFIRMACIONES INDIQUE SI SON
7        
condón
CIERTAS, son más O NO SABE.
FALSAS 
fáciles NO
CIERTO FALSO
Creo que SABE
Es recomendado usar condones extra fuertes para
 últimamente se   
prevenir el VIH
8 ElhaSIDA
exagerado un  
es una enfermedad de prostitutas y
     
 poco los peligros   
homosexuales
delhombre
El SIDApuede tener relaciones placenteras
 Las personas   
cuando usa condón
 infectadas con VIH
El VIH puede transmitirse por una picadura de
  
9 mosquitos
deberían estar        
Una persona que se ve saludable puede estar
 en un módulo   
infectada con el VIH
especial
El VIH puede transmitirse al usar el mismo servicio
 Las relaciones   
sanitario de una persona infectada.
sexuales
Le son más
han explicado como usar correctamente el

condón.
          
placenteras sin
 El condón se puede volver a usar.
condón   
Las
El VIHpersonas
es un virus que todos tenemos y en que
   
algunas personas se activa
que tienen
El VIH se puede transmitir por medio de la tos y
 parejas estables   
los estornudos de una persona infectada.
no necesitan
Las   en módulos
personas con VIH deben estar      
 usar condón en   
aisladas en módulos especiales.
Quien penetra analmente sin condón no tiene
 sus relaciones   
riesgo de infección con el VIH
sexuales.
El VIH se puede transmitir por medio del sudor o
   
de la saliva
3.- PARA CADA de UNA
una persona
DE LAS infectada.
SIGUIENTES AFIRMACIONES INDIQUE SI
El VIH se puede transmitir cuando se hacen
SON
 CIERTAS, FALSAS O NO SABE.   
tatuajes con objetos no esterilizados.
NO
 El VIH y el SIDA ocurren el mismo tiempo CIERTO FALSO
 
SABE
Una persona que se infecta con el VIH será para
 Es recomendado usar condones extra   
1 toda la vida.      
fuertes para prevenir el VIH
El SIDA es una enfermedad de
2      
prostitutas y homosexuales
El hombre puede tener relaciones
3      
placenteras cuando usa condón
El VIH puede transmitirse por una
4      
picadura de mosquitos
Una persona que se ve saludable
5      
puede estar infectada con el VIH

 

108
Leonardo Arenas Obando
Grado de Conocimiento y Actitudes de Personas Privadas de Libertad ante la Epidemia del VIH

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
El VIH puede transmitirse al usar
6 el mismo servicio sanitario de una      
LIBROS Y DOCUMENTOS.
persona infectada.
(1) Le han explicado como usar
7 ARENAS, Leonardo y SOTELO, Krischna: “Seminario   Situación
  de   Salud
correctamente el condón.
Sexual y Vulnerabilidades ante el VIH-SIDA en los recintos penitenciarios de la
8 El condón
Región se puede volver
Metropolitana”. a usar. Chile. AKI 2005.
1ra. Edición.   106 p.  (Incluye cd-rom)
 

(2) El VIH es un virus que todos tenemos y


9 ARENAS, Leonardo; SOTELO, Krischna y BAHAMONDES,    Eduardo. “Guía
  de
en que algunas personas se activa
Indicadores para el Monitoreo del Programa de SIDA en recintos penitenciarios”.
Chile. 1ra. Edición. AKI. 2007. 43 p.
El VIH se puede transmitir por medio
10 de
(3) la tos y los BELLIDO,
CABALLERO estornudosAna
deIsabel
una y AGUIRRE MADRID, Federico.
   
“Manual
persona infectada.
de Formación en Derechos Humanos para Funcionarios de Gendarmería de
Las personas
Chile” conEdición.
Chile. 1ra. VIH deben estar CODEPU – Embajada Suiza 2007. 104
Corporación
11 en
p. módulos aisladas en módulos      
especiales.
(4) COYLE, Andrew. “La administración penitenciaria en el contexto de los derechos
Quien penetra analmente sin condón
12 humanos. Manual para el personal penitenciario”.   Londres.
  1ra. Edición.
 
no tiene riesgo de infección con el VIH
International Centre for Prison Studies. 2002. 302 p.
El VIH se puede transmitir por medio
(5) DAMMERT, Lucia y DÍAZ, Javiera. “Cárceles Privadas: ¿modelos de gestión
13 del sudor o de la saliva de una persona      
penitenciaria o inversión inmobiliaria?”. Santiago,. FLACSO; Observatorio Nº5,
infectada.
2005, pág. 5
El VIH se puede transmitir cuando
14 se
(6) hacen tatuajes DE
GENDARMERÍA con CHILE.
objetos no
“Cuenta Pública   del Director
    de
Nacional
esterilizados.
Gendarmería”. 2007. Disponible en www.gendarmeria.cl (accedido el 10 de
El VIHdey 2008)
mayo el SIDA ocurren el mismo
15      
tiempo
Una persona que se infecta con el VIH
16 GNOUS. “Evaluación de la VII Campaña de Comunicación
(7)     Social Educativa
 
será para toda la vida.
para la Prevención del VIH/SIDA” .Informe Final de Resultados. Santiago, abril de
2006. 64 p.

(8) GOBIERNO DE CHILE. Instituto Nacional de la Juventud. “Quinta Encuesta


Nacional de Juventud”. Santiago, INJUV – Observatorio de la Juventud. 2007
(Disponible en formato digital:
http://www.injuv.gob.cl/pdf/quintaencuestanacionaldejuventud.pdf)

(9) GOBIERNO DE CHILE. Ministerio de Justicia. Gendarmería de Chile. “Convenio


Marco Cooperación entre Gendarmería de Chile y Ministerio de Salud para la
prevención del VIH-SIDA y la atención a las personas que viven con el VIH.
Evaluación 2002-2005”. s/f

109
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

(10) GOBIERNO DE CHILE. Ministerio de Salud. Comisión Nacional del SIDA.


“Efectividad de las estrategias de prevención de la transmisión sexual del VIH/
SIDA basadas en la abstinencia, la pareja única y el condón”. Diciembre 2007.
59 p. (Incluye CD-ROM)

(11) GOBIERNO DE CHILE. Ministerio de Salud. Comisión Nacional del SIDA.


Área de Prevención. “Políticas y Estrategias de Prevención”. Disponible en
www.minsal.cl (accedido en 30 de junio de 2008)

(12) GOBIERNO DE CHILE. Ministerio de Salud. Departamento de Epidemiología.


“Evolución del VIH-SIDA Chile, 1986-2005”. Octubre 2006. Pág. 20 p.

(13) GOBIERNO DE CHILE. Ministerio de Salud. Departamento de Epidemiología.


“Evolución del VIH-SIDA Chile. 1987-2006”. Noviembre 2007. 18 p.

(14) GOBIERNO DE CHILE. Gendarmería de Chile. “II Encuentro Latinoamericano


sobre Salud Penitenciaria”. Presentación: “Situación y Estrategias de Control
de VIH-SIDA en las cárceles de Chile y participación del Ministerio de Salud”.
Noviembre 2007. (Presentación en power point)

(15) GOBIERNO DE CHILE. Programa de VIH/SIDA en el Sistema Penitenciario


Chileno. Presentación: “Situación de Chile” en la “Consulta regional sobre
SIDA en el Medio Carcelario” Sao Paulo, Brasil. 5 – 6 - 7 de Mayo de 2008.
(Presentación en power point)

(16) GOBIERNO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA. “The United States


President’s Emergency Plan for AIDS Relief – PEPFAR” (Disponible en: http://
www.pepfar.gov)

(17) HERNÁNDEZ SAMPIERI, Roberto; FERNÁNDEZ COLLADO, Carlos y


BAPTISTA LUCIO, Pilar. “Metodología de Investigación”. Tercera Edición.
México. Mc Graw Hill. 2003. 705 p.

(18) MARRADI, Alberto; ARCHENDI, Nélida y PIOVANI, Juan Ignacio.


“Metodología de las Ciencias Sociales”. Buenos Aires, Argentina. EMECÉ
2007.

(19) MINISTERIO DE SALUD DE ARGENTINA. MINISTERIO DE JUSTICIA


DE ARGENTINA Y OPS/OMS DE ARGENTINA. “Cárceles saludables.
Promoviendo la salud para todos”. Buenos Aires. 1ra. Edición. 2003. 124 p.

(20) MINISTERIO DE SALUD - MINISTERIO DE JUSTICIA. “Convenio Marco de


Cooperación entre Ministerio de Salud y Gendarmería de Chile”. Enero 2002.
6 p.

110
Leonardo Arenas Obando
Grado de Conocimiento y Actitudes de Personas Privadas de Libertad ante la Epidemia del VIH

(21) MINISTERIO DE SALUD - MINISTERIO DE JUSTICIA. “Convenio Marco de


Cooperación entre Ministerio de Salud y Gendarmería de Chile”. Enero 2007.
6 p.

(22) NOEL RODRÍGUEZ, María. “Mujeres Madres en Prisión en América Central”.


Costa Rica. UNED – OACDH – ILANUD 2005. 78 p.

(23) OFICINA DE NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y EL DELITO


(ONUDD); ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS) y
PROGRAMA CONJUNTO DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL VIH–
SIDA (ONUSIDA). “VIH/SIDA: Prevención, Atención, Tratamiento y Apoyo
en el Medio Carcelario. Marco de acción para una respuesta nacional eficaz”.
Nueva York. 2007. 39 p.

(24) OFICINA DE NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y EL DELITO


(ONUDD); ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS) y
PROGRAMA CONJUNTO DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL
VIH–SIDA (ONUSIDA). “HIV and AIDS in places of detention. A toolkit for
policymakers, programme managers, prison offices and health care providers in
prison settings” Nueva York. 2008. 155 p. (Solo disponible en ingles)

(25) ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS). “Directrices de la OMS


sobre la infección por VIH y el SIDA en las cárceles” Ginebra. 1ra. Edición. 1993
Pág. 16 p.

(26) ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD. Oficina Regional para Europa.


“El VIH en Establecimientos Penitenciarios”. Edición para América Latina. 1ra.
Edición. 2001. 300 p.

(27) ORGANISMO ANDINO DE SALUD – ONUSIDA – OPS. “Análisis de Situación


de VIH en la Subregión Andina 2003-2005”.

(28) PECHENY, Mario. “Los jóvenes, el VIH/SIDA y los Derechos Humanos” En:
KORNBLIT, Ana Lía et al: (“SIDA, entre el cuidado y el riesgo”) Editorial
Alianza. Buenos Aires. 2000. 480 p.

(29) PROGRAMA CONJUNTO DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL


VIH–SIDA (ONUSIDA). “Directrices internacionales sobre el VIH/SIDA y los
Derechos Humanos”. Versión Consolidada 2006.

(30) PROGRAMA CONJUNTO DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL VIH–


SIDA (ONUSIDA). “Las cárceles y el SIDA. Actualización Técnica” Colección
ONUSIDA de Prácticas Óptimas. Abril de 1997. 15 p.

111
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

(31) PROGRAMA CONJUNTO DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL VIH–


SIDA (ONUSIDA) y ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS).
“Situación de la Epidemia del sida: Informe especial sobre la prevención del
VIH”. Nueva York. Diciembre 2007. 600 p.

(32) PROGRAMA CONJUNTO DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL VIH–


SIDA (ONUSIDA) y ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS).
“Situación de la Epidemia Mundial del sida”. Nueva York. Agosto 2008. 362 p.

(33) UNIVERSITY OF LONDON. King´s Collage London. Centro Internacional de


Estudios Penitenciarios. “Informe anual de 2006”. Pág. 4. Disponible en
http://www.kcl.ac.uk/content/1/c6/03/08/86/Informeanualde2006.pdf (accedido en 01
de mayo de 2008)

(34) VERGARA CISTERNA, Luis. “Manual Penitenciario. Bases para el trabajo


carcelario y su transformación”. Chile. 1ra. Edición. GTZ – California Western
– ACCESO – Gobierno de Chile Ministerio de Justicia. Diciembre 2006. 274 p.

(35) VIDAL, Francisco y otros. “Sexualidad, género y VIH-SIDA. ¿Qué piensan los
futuros docentes chilenas/os” (Santiago. Chile. VIVO POSITIVO, 2007. 256 p.

LEYES

LEY Nº 19.779

DOCUMENTOS EN LÍNEA.

GENDARMERÍA DE CHILE. Discurso de Cuenta Pública 2007. Disponible en


http://www.gendarmeria.cl (accedido en 12 de diciembre de 2008)

GENDARMERÍA DE CHILE. Estadísticas de Población Penal. Disponible en


http://www.gendarmeria.cl (accedido en 12 de diciembre de 2008)

FOROSIDA. Portal de Noticias. Disponible en:


http://www.forosida.cl/modules.php?op=modload&name=News&file=article&sid=72
7 (accedido en 29 de junio de 2008)

MINISTERIO DE JUSTICIA. Departamento de Concesiones. Disponible en: http://www.


concesiones.cl/index.php?Itemid=39&id=1067&option=com_content&task=view
(accedido en 16 de junio de 2008)

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española. Vigésima segunda


edición. Disponible en Internet a través de la dirección: http://www.rae.es

112
REINCIDENCIA/S: CRÍTICA
METODOLÓGICA Y PROPUESTA DE
MEDICIÓN E INTERPRETACIÓN DESDE
EL SISTEMA PENAL CHILENO
REINCIDENCIA/S: CRÍTICA METODOLÓGICA Y
PROPUESTA DE MEDICIÓN E INTERPRETACIÓN
DESDE EL SISTEMA PENAL CHILENO

Andrés Aedo Henríquez1


Antropólogo Social, Unicrim
Gendarmería de Chile

RESUMEN
El presente artículo tiene el objetivo de ofrecer una visión metodológica de la/s
reincidencia/s, ya que el nivel de confusión respecto del término, tanto jurídica como
metodológicamente, es equivalente a su uso intensivo por parte de los actores del
sistema político y de los medios de comunicación. Este estudio procura mostrar que la
reincidencia puede ser medida de varias formas, y que algunas de estas metodologías
tienen la capacidad de constituirse en fuente de información relevante para las
instituciones que manejan este concepto de manera técnica, porque que les sirve de
indicador primordial para su labor. En el caso de Gendarmería de Chile, si bien no es
el principal indicador, tiene directa relación con su quehacer, toda vez que estas cifras
hacen parte de los procesos normales de auto observación institucional. Las cifras
presentadas han sido extraídas de diferentes fuentes, incluyendo estudios realizados
por Gendarmería a través de distintas instancias. El énfasis es, entonces, metodológico,
presentando tasa por tasa, tratando de poder relevar los elementos de validez de su
interpretación y cálculo. La estandarización posible de las tasas de reincidencia, por
medio también de la crítica de investigaciones anteriores, representa el objetivo central
de este trabajo.

“Y se ve que detrás del llamado telón, que debe cubrir el interior, no hay nada que
ver, a menos que penetremos nosotros mismos tras él, tanto para ver, como para que
haya detrás algo que pueda ser visto”.
G.W.F. Hegel. Fenomenología del espíritu

“...todas las teorías nacen refutadas y mueren refutadas”


Imre Lakatos. La metodología de los programas de investigación científica

1
El autor es Antropólogo Social y © Magíster en Sociología de la Modernización de la Universidad de Chile. Se desempeña como profesor del Departamento
de Antropología de la Universidad de Chile.

115
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

1. INTRODUCCION

La reincidencia en Chile ha llegado a ser uno de los temas más debatidos, en


cuanto a su condición de agravante penal, en el conjunto de instituciones dedicadas al
estudio y a la generación de iniciativas de política criminal. Sin embargo, no hay un
acuerdo general, respecto de lo qué representa el concepto, cómo vamos a medirlo,
cuál es y será su nuevo peso penal y su actuación de indicador de gestión de la política
criminal o de reinserción social. Uno de los elementos interesantes y que respalda
esta afirmación es que los trabajos científicos sobre el proceso de reincidencia no
son muy numerosos, por lo mismo que no hay un estudio acabado del fenómeno, y
las políticas públicas han avanzado en base a percepciones derivadas de posiciones
político-electorales antes que de estudios empíricos. De esta manera, se van presentado
limitaciones teóricas, empíricas e interpretativas sobre el estudio de la reincidencia.

Una primera limitación teórica es el nivel de polisemia del concepto, el cual es tan
profundo que podemos nombrar una serie de conceptos asociados a este “significante
flotante” (Laclau, 1996), como reiteración, reencarcelamiento, reincidencia criminógena,
reincidencia empírica, reincidencia jurídica, reincidencia genérica, específica, propia e
impropia, sin que se haya fijado alguno de ellos como el indicador que empleará el
sistema de justicia, para poder cuantificar el fenómeno.

Una segunda limitante teórica consiste en que cada uno de estos conceptos
presenta matices sobre el problema que se está tratando de abordar, donde se produce
una confrontación entre elementos propios del derecho y de las ciencias sociales;
por ejemplo, si se fija el problema en la socialización delictual por el internamiento
penal, el reencarcelamiento y la reincidencia legal son similares en sus efectos sobre la
subjetividad de los internos; más aún, si se fija desde un punto de vista jurídico resulta
un abismo. Una tercera limitación teórica es la nula consideración sobre los elementos
sociales que confluyen en el fenómeno delictivo y en la reincidencia, considerando a
ésta sólo como un elemento individual de falta de apego a las normas, desconociéndose
así casi un siglo de debate criminológico.

Las limitaciones empíricas y metodológicas están derivadas de las anteriores; por


ejemplo, no hay muchas investigaciones científicas sobre el proceso de reincidencia,
aun menos estudios de corte longitudinal que muestren su evolución y/o efectividad
de las políticas de control social o de las políticas de reinserción social en Chile.
Por lo tanto, es posible afirmar que comenzar a debatir es la primera exigencia; un
segundo paso es apoyar las opiniones sobre datos fiables y un tercero la posibilidad
de saber efectivamente qué ocurre con los sujetos al salir del sistema penal y cuáles
son las condicionantes de su reingreso, y, si se me permite una última observación,
es necesario también generar y aplicar políticas, pero, claro, este es un modelo donde
existe un proceso científico. De esta manera, como un aporte a este proceso de debate,
pretendemos contribuir a propiciar una discusión sobre la reincidencia desde el sistema

116
Andrés Aedo Henríquez
Reincidencia/s: Crítica Metodológica y Propuesta de Medición e Interpretación desde el Sistema Penal Chileno

penal, pondremos los resultados de diferentes estudio de reincidencia realizados por


Gendarmería, y extraeremos las consecuencias que de ellos se desprenden para la
comprensión adecuada del fenómeno.

El problema conceptual de la reincidencia

El fenómeno de la inseguridad pública de los últimos 15 años ha vuelto los ojos


al sistema penal, después de una década de iniciativas que se centraron en el control
espacial-urbano de la actividad delictual, sobre la base de la teoría situacional del delito.
La cantidad de comunicaciones sociales sobre el sistema penal, como programas de
televisión y reportajes de periódicos, han tendido a multiplicarse en los últimos años,
abriendo un nuevo foco de emergencia de la inseguridad ciudadana. El sistema penal,
al interior del complejo de la inseguridad pública, se conectó con la preocupación del
control social por medio de la administración institucional de las penas. Este fenómeno
de relevancia internacional, donde todos los sistemas penales han tendido al aumento de
la población bajo su custodia, ha llevado a éste a cumplir nuevas funciones. El sistema
penal se encuentra hoy atrapado entre los sistemas de la seguridad y de la justicia,
donde el sistema de seguridad exige protección social, entendiendo esto como encierro,
mientras el sistema de justicia demanda condiciones para los internos en referencia a
los derechos humanos.

Ejemplos del primero son las discusiones sobre el uso de la detención preventiva;
ejemplo de la segunda exigencia es la propuesta de una ley de ejecución penal. Por lo
tanto, el sistema penal se encuentra en una nueva complejidad que va más allá de sus
funciones institucionales normales. En el caso de la reincidencia, sin aclarar aún el
contenido especifico del concepto, es donde ambas exigencias muestran no solamente
su presencia, sino también un entrelazamiento, ya que el problema se vuelve aún
más complejo. De esta forma, el trabajo intrapenitenciario con los internos deviene
elemento fundamental en la prevención de conductas delictivas posteriores a su egreso
del sistema penal.

La reincidencia es una de las nociones más utilizadas por el sistema político en


cuanto a sus comunicaciones sobre la seguridad ciudadana, aunque se sabe bastante
poco de cuáles son sus reales dimensiones e incidencias. La reincidencia, como mínimo,
remite a la repetición de una acción delictiva de una persona; un punto central respecto
a esta cuestión es que sólo es reincidencia en el momento en que el Estado tiene plena
certeza de que la acción desviada y penalizada por el derecho se ha realizado dos veces,
esto es, a) cuando se prueba el daño de un bien jurídico, y b) cuando se prueba el dolo
del victimario por medio de un procedimiento judicial. Este conjunto de elementos
sólo se cumple en el instante en que el victimario es penalizado, o sea, cuando se le
aplica una serie de castigos basados en la suspensión de algunos derechos alienables
a las personas jurídicas o naturales. De este modo, una persona es reincidente cuando,

117
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

habiendo sido penalizada por un delito, ella vuelve a cometer otra conducta desviada
tipificada como delito. De esta forma tenemos que para configurar la reincidencia
 debe haber, a lo menos, dos acciones ilícitas comprobadas, separadas por un tiempo
 delimitado y habiendo recibido los estímulos por parte del Estado, para no volver a
cometer ilícitos. Es posible, así, distinguir reincidencia de reiteración: la reiteración

es una suma de
  delictivas,
acciones          por

    las que
 si 
bien están 
necesariamente separadas
    
espacios temporales, entre medio de ese espacio temporal no existe un estimulo estatal
          

como cancelación 
de algunos 
derechos, para frenar delictivas.
las acciones    


Al mismo tiempo, es preciso distinguir reincidencia de reencarcelamiento: el

reencarcelamiento puede ser entendido como la situación en que una persona ha sido

ingresada dos o más veces al interior del sistema penitenciario, sin hacer referencia a su


estado procesal, o sea, puede haber sido condenada anteriormente y estar actualmente
 
imputada,
 o 
 dos veces imputada.
 
Sólo la
 procesal
situación
  
 
 
de dos o más condenas
 
ejecutoriadas se considera como reincidencia. Una cuestión relevante aquí, desde el


punto de vista de la socialización criminal o de la estigmatización social asociada a la

cárcel es la siguiente: el hecho de estar condenado a un año de cárcel o estar el mismo

tiempo en detención preventiva no debiera tener diferencias significativas, sobre todo

en las 
 

cárceles 
 
 
latinoamericanas,  

donde 
el  

problema de 
 
la sobrepoblación 

atenta 
contra 
cualquier intento de segmentación interna efectiva. En el siguiente diagrama se pueden


observar bastante bien las consideraciones esquemáticas mínimas de la reincidencia,
 es decir, una serie de nociones que nos permiten ordenar la discusión: la condena de
 referencia, el tiempo de ventana y el reingreso por nueva condena.

Esquema11

Esquema
 Esquema 1
Reincidencia


Reincidencia
Egreso Año 1 Año 2 Año 3 Registros en el Categorización


Egreso 

Año 1 

Año 2 
Año 3

 el

Registros en 

Categorización
 sistema


sistema
Condena
 de
de  
Condena
referencia


referencia
Caso 1       1 registro No reincidente


Caso 1    

1 registro 

No reincidente
Caso 2   Reingreso sin   2 registros No reincidente


Caso 2  Reingreso sin 

 

2 registros 

No reincidente
condena
  Reencarcelado

Caso 3 Nueva condena   
condena   2 registros 
Reencarcelado
No reincidente

     
Caso 3 ( c 
aNueva
u scondena
a s 
2 registros 
No reincidente


(causas
anteriores) 

Caso 4   
anteriores) Nueva condena   2 registros Reincidente

   
 

2 registros


Reincidente
Caso 4 Nuevos delitos
Nueva condena Genérico

  

Genérico
Nuevos delitos Causas distintas


Causas distintas
Caso 5     Nueva condena 2 registros Reincidente

   
 
 

Nuevos delitos
condena  2 registros
Especifico
Caso 5 
Nueva 
Reincidente
Delitos similares 


Nuevos

Causas similares

Específico
delitos 

Delitos
  Causas similares
similares

 Fuente: Elaboración propia


Fuente: Elaboración propia


Este esquema expone, pues, situaciones típicas en el proceso de constitución de la

 
 
 
 
 
 
 







118
              
              



            
Andrés Aedo Henríquez

Reincidencia/s: Crítica Metodológica y Propuesta de Medición e Interpretación desde el Sistema Penal Chileno

 reincidencia. El primer caso muestra a un no reincidente con sólo un registro de egreso;


el segundo
 alude a
  un reencarcelado típico,
 o sea, una
 persona 
  con 
dos registros al 
interior del sistemas, pero sólo uno de ellos es una causa ejecutoriada, tratándose aquí

de un no reincidente; el tercer caso corresponde 
a una persona con dos registros, pero
al momento de egresar de una causa comienzan a correr nuevas condenas derivadas

de causas anteriores no cerradas, en este caso es un “no reincidente” en términos de

las ciencias sociales, pero sí reincidente para el sistema jurídico. El caso cuatro nos
ilustra respecto de un reincidente típico por cumplimiento, donde las dos causas están
          
ejecutoriadas, separadas por un tiempo de ventana, aunque la diferencia con el caso

cinco es que en el caso cuatro los delitos son de distinta especie.


De esta modo, entonces, podemos abordar la noción de reincidencia desde la
 perspectiva de las ciencias sociales, dando cuenta del conjunto de acciones que deben
realizarse para que se considere reincidente a un interno y por qué. Así, la reincidencia

queda entendida desde la óptica de las ciencias sociales como la condición de haber sido
 condenado por una causa cuando existe otra condena anterior ejecutoriada. Obsérvese
que no se trata simplemente de dos delitos, sino de dos causas de ingreso asociadas a

uno o a   que
varios delitos, las 
están 
en estado       
de ejecutoriadas.
          
Experiencia de medición de la reincidencia en el sistema penal chileno
           

Como antecedente se tiene un estudio realizado en 1999 por la Unidad de
Investigaciones Criminológicas, de Gendarmería de Chile, en que el universo lo

constituyó la población de condenados egresados durante el primer semestre de 1993,
atendida por
 Genchi, aplicando
 en el 
 conteo 
de casos el concepto
 de reincidencia
 legal,
   
que definió como reincidentes “a quienes han sido condenados más de una vez por los

tribunales de   También
justicia”. existe
   anterior
otro trabajo    
referido  
a la experiencia
desarrollada sólo con medidas alternativas a la reclusión. A continuación se muestra

una reseña del resultado de ambos estudios.

Tabla1: Estudio de Reincidencia para el Medio Libre. 1996

1º Estudio (1996):     



Medida 1er   Muestra
Universo  
egresados Error muestral 
Tasa
 egresados
 
reincidencia


Libertad Vigilada del Adulto 
1990 
78 
42 
11% 
166%
 
1991 
121 
114 
2% 
131%

 
1992 
141 
89 
6% 
67%

Total  
340 
245 
3% 
114%
Reclusión Nocturna
 1990
 469
 192
 6%
 198%

Remisión
 Condicional
 de
  la
 1990
 4167
 235
 6%
 98%

Pena

Fuente: Estudio reincidencia (2005-2006). Unicrim

Fuente: Estudio reincidencia (2005-2006). Unicrim

119

            

            
Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

El estudio de 1996 trabajó sobre el sistema de tratamiento en el Medio Libre,

tomando muestras representativas de cada una de las medidas de tratamiento. Se constató

un 16,6% de reincidencia en la Libertad Vigilada del Adulto, un 19,8% de reincidencia
para la
 Reclusión Nocturna
  y un
 9,8% para
la Remisión Condicional
  de la pena. Uno
 de
los problemas de esta investigación es que toma el año de egreso a 1990, pero no hay

claridad en
el  
año en que   en
mide la reincidencia, tanto
   
“nueva condena”,
por lo cual  
no logra medir
 la
 tasa según
 períodos
  de
 ventanatemporal. Además, sólo
   considera
  
muestras del primer cuatrimestre de egreso, por lo que se producen alteraciones en la

medición anual, ya que no es posible asumir el total de egresados del año. Estos dos
elementos resultarán centrales en los posteriores estudios.

Tabla 2: Estudio de Reincidencia. 1999

2º Estudio (1999):
    



Sistema o Medida 1er 
semestre 
Universo 
Muestra 
Error Tasa 

de egreso 
egresados egresados muestral reincidencia 

Privativo 
de  1993
Libertad  
1972 380  5%  474% 

(Intramuros)

Libertad Vigilada del Adulto 
1993 
226 168  5%  161% 

Reclusión Nocturna 
1993 
488 232  4%  203% 
Condicional
Remisión  de
  la
 
1993 
4164 545  4%  64% 

Pena

Fuente:
Fuente: Estudio reincidencia(2005-2006).
Estudio reincidencia (2005-2006). Unicrim
Unicrim

El segundo estudio corresponde a la medición realizada en 1999, otra vez

trabajado con muestras y tomando casi seis años de ventana, entre la toma del año de

referencia y los años de reingreso con condena. Este elemento es que el que explica
el alto porcentaje de reincidencia, lo que, como vemos, marca, para una muestra de

380 casos, un 47,4% de personas que ya registraban una condena. Un elemento que

explica esta alza es el efecto de “tasa acumulada” que se produce cuando se mide
la reincidencia, con tantos años de ventana. Esto significa que, al tomar un año de

referencia frente a un año de reingreso o un espacio de tiempo variable entre condenas,

se produce una acumulación de casos durante ese tiempo que registran dos condenas,
resultando estos elementos la base para construir la tasa, ya que sólo es el número de

casos reingresados frente a un N total de egresados. Así, curiosamente, se toma un tipo
 
de tasa  
temporal 
acotada, que no  
es capaz  
de determinar  
los “ritmos  
de crecimiento”,
principal condición de cualquier estudio de tendencia o que asuma al tiempo como

elemento central.

El problema de los ritmos de crecimiento resulta relevante, porque una cuestión

elemental es que a medida que se avanza en los años pueden volver a reingresar los

seleccionados de la muestra, haciendo que la tasa aumente hasta un cierto límite, que
tampoco se puede determinar. Una forma de no caer en este error metódico es tomar al

total de reingresados con condena sobre el total de egresados del período, sin fijar un

           
120
               
             
Andrés Aedo Henríquez
Reincidencia/s: Crítica Metodológica y Propuesta de Medición e Interpretación desde el Sistema Penal Chileno

año como base de la ventana. Esta tasa es la que se puede denominar “tasa general de
reincidencia”; esta tasa general de reincidencia establece el total de egresados durante
un periodo frente al total de reingresado del mismo periodo, sin tomar como referencia
al año en tanto unidad descriptiva ni al tiempo como evolución, sino como un referente
de un espacio temporal como período. Un elemento importante de esta tasa general
es que se puede posteriormente nominalizar el período de ventana, y determinar qué
tipo de composición tiene la población penal en un año o periodo y cuál es el año o
período que aporta mayor cantidad de reincidentes a la tasa general. De esta forma, un
año específico se vuelve objeto de investigación, como, por ejemplo, el que haya sido
un período de entrada en vigencia de una ley específica, mientras que en el otro modelo
esto no es posible de realizar.
En el estudio realizado en el año 2005 se aprecian algunos ajustes al interior del
cálculo de la tasa de reincidencia, incorporando algunas de las críticas esbozadas, aunque
no de manera explícita. En el siguiente gráfico, que corresponde a la investigación de
2005, vemos como se pierde la idea de tasa general de reincidencia, y se procede por
medio de otro tipo de cálculo, el que presenta una serie de problemas metodológicos
insalvables hasta ahora, porque no se fijan los universos de cálculo.
Vemos en el gráfico que 2001 registra el porcentaje más alto de reincidencia,
lo que implica que este año es el que contribuye con mayor cantidad de egresados/
reingresados durante el período de estudio, calculado sobre el total de egresados frente
a los reingresados. Este elemento, nótese, no corresponde a la tasa de reincidencia
del  año 2001, sino sólo a la participación del año en cuestión dentro del total de
egresados/
 reingresados, lo que genera una distorsión en las cifras, ya que si los estudios
anteriores sufren de “tasa acumulada”, éste nos impide saber la tasa de general de

reincidencia, pues oculta la tasa general acumulada del periodo y solamente presenta

las participaciones de ciertos años durante el periodo. De hecho, al sumarse nos da una
cifra de 65,74% de reincidencia general acumulada, lo cual demuestra que se calculó
sobre el total de egresados/reingresados y no sobre los reincidentes específicamente.
Un modo de subsanar esto es calcular la tasa de reincidencia acumulada del periodo, y
 comparar los años que más aportan a esta tasa dentro de un nuevo universo que
luego
serían
 los reincidentes detectados, como ya se esbozó anteriormente.
Grafico 1: Tasa de reincidencia intramuros. 2006


Fuente: Estudio reincidencia (2005-2006). Unicrim



En las tablas que se presentan a continuación es posible apreciar que el fenómeno


121       
       


Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

En las tablas que se presentan a continuación es posible apreciar que el fenómeno se


se sigue repitiendo: no sabemos la tasa general del periodo y no se conoce la aportación
de los años sobre el universo de reincidentes. Este tipo de metodología debe ser criticado
con el objetivo de obtener mejores observaciones sobre las tasas de reincidencia. Y
debe completarse con mediciones que trabajen en base a otro tipo de metodologías, que
no sea el recuento de casos en espacios temporales discretos, sin saber las referencias y
los universos contemplados.

Tabla 3: Tasa de reincidencia por sexo. 2006


Tasa de reincidencia según sexo
2000 2001 2002 2003 2003
por año de egreso
Hombres 16,67% 18,46% 8,65% 16,44% 15,06%
Mujeres 5,26% 24,33% 15,60% 12,39% 7,77%
Total 5,53% 24,11% 15,32% 12,58% 8,20%
Fuente: Estudio reincidencia (2005-2006). Unicrim


Los ritmos de crecimiento de la reincidencia
           
 
La tabla precedente
 revela
   que
 es posible calcular
 la 
 tasa de reincidencia
 por
 
medio de encuestas y expone los resultados de una realizada entre sujetos de entre
18           
y 30 años, con muestras representativas de grupos quinquenales de edad, o sea,

grupos definidos de entre 15-19, 20-24 y 25-29 años. Realizada durante 2006, la
encuesta
 incluyó una pregunta precisa: ¿Esta es su primera condena?, interrogante
que, al responderse en negativo, permite construir la variable reincidencia cuando la
               
recodificamos.


También se preguntó sobre el ingreso en la última condena y el egreso anterior en
la penúltima condena, considerando así un lapso que permite dar cuenta de un período

que no hace referencia a años en tanto nominalidad de los años, sino a un espacio

temporal entre condenas. Como vemos, la tasa durante un período de nueve años como
máximo y
0 años como mínimo,
  por
   efecto
 de la edad
  de los entrevistados,
 nos da
   una
tasa general acumulada del 31,96%; en esta cifra se aprecia el efecto de tasa acumulada

que habíamos anticipado.

Tabla 4: Tasa de reincidencia acumulada y evolución de crecimiento de la tasa

Tasa 
de reincidencia acumulada y evolución de crecimiento de la tasa
0 9,38
  9,38
                          
1     20,31
10,93  
                     
2        24,57 4,26 
                    
3           26,421,85                  
4             
29,7 3,27  
  
       
   
5          30,8 1,13        
6                 
31,39 0,57           
7                    
31,68 0,29        
8                       
31,82 0,14 
   
9                           31,96
0,14  
Fuente: Elaboración 
propia 
desde 
Encuesta 
2006 Unicrim    



122


Andrés Aedo Henríquez
Reincidencia/s: Crítica Metodológica y Propuesta de Medición e Interpretación desde el Sistema Penal Chileno

Calcular la variación interanual de la tasa acumulada permite mostrar que los


ritmos de crecimiento son absolutamente disímiles; de esta manera, el máximo de
crecimiento de una tasa acumulada de reincidencia se alcanza a los dos años de egreso,
y luego el crecimiento se detiene sistemáticamente, aunque la tasa de reincidencia sigue
aumentando. En esta tabla es observable que hay cierta fragilidad en las acciones de los
sujetos al momento de egresar; así, mientras más cercano está el egreso la probabilidad

de reincidir se hace más alta, y, al revés, mientras existe mayor distancia la probabilidad
decrece profundamente. De esta forma, podemos constatar que entre los tres primeros
 hay un 25% de probabilidad de reincidencia para los grupos más jóvenes, aquellos
años
de
entre los 15 y 29 años, descendiendo abruptamente una vez superado el tercer año
de egreso. Un elemento sensible de la reincidencia al parecer resulta ser la edad de
             
iniciación en las actividades delictivas y la edad al momento del ingreso.
             
El
siguientegráfico ofrecediferencias
  de 
  medias. El grupo
  más joven,
 de entre
  15-
19 años, informa que son las personas que permanecen menos tiempo en el medio

libre post-condena de referencia, y que este tiempo va aumentando en la medida de
que subimos en los rangos
 de edad, siendo de este modo significativo el modelo. Este

elemento no deja de ser preocupante a la luz de la nueva ley de responsabilidad juvenil,
ya
que muestra que en la medida de que las personas  
son más jóvenes al ingreso, sus

probabilidades de reingreso se hacen más altas; ello genera un efecto en cadena, pues
provocará que sean parte del grupo que persistirá en sus actividades delictivas y con eso

persistirán también sus riesgos de volver a la cárcel, con penas más largas.



Grafico 2: Tiempo transcurrido en el medio libre de población reincidente por
 estrato etario

2 ,5

E
R
B
I 
L
2
IO
D
E
M
N
O
I 1
C ,5
A
R
U
D
R
E
P
I 1
C
%
5
9

0 ,5

1 5 - 1 9 2 0 - 2 4 25 - 2 9
G R U P O S E T A R E O S

Fuente:
Fuente: 
Elaboración propia
Elaboración propiadesde
desdeEncuesta
Encuesta2006
2006 Unicrim
Unicrim

Esta condición hace pensar en cierto remanente de población que se va quedando
al  
interior  
del sistema  
penitenciario 
o que entra y 
sale  
del mismo,  
generando 
efectos

      123
    
            

Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

sobre el trabajo de reinsersión social y sobre la socialización intrapenitenciaria. En


estos remanentes de población es donde la reincidencia marca con fuerza el índice de
compromiso delictual; son estos grupos los considerados dentro de un “ciclo penal”
en que la cárcel se enlaza con los modos de vida, al punto de hacer que los núcleos
familiares se adapten al proceso de entrada y salida del sistema, y nuevos miembros de
las familias ingresen a él. Un indicador de ello deriva de la pregunta por los miembros
del núcleo familiar respecto de si están o han estado al interior del sistema penal, la cual
dio como resultado un 40%, al momento en que se interrogó a las mujeres al interior
del sistema durante el año 20052. Por lo tanto, podemos ver la relación del sistema
penal con los grupos familiares de algunos condenados, quienes tienden a enlazarse
sistemáticamente con el mundo penitenciario.

Una propuesta de modelo de medición de reincidencia

El siguiente esquema puede contribuir a lograr una solución a la serie de


interrogantes planteados en los estudios anteriores: a) la tasa general de reincidencia,
b) los períodos de medición y pesos relativos de cada año nominal en el período,
c) los efectos de tasa acumulada, y d) los ritmos de evolución de la reincidencia.
Se trata, entonces, de componentes centrales de la idea de reincidencia en términos
metodológicos, que se abren para mostrar las distinciones que podemos hacer con
ellos. Estos cuatros indicadores de reincidencia, que se desprenden de la critica de los
estudios anteriores, constituyen, pues, una base para elaborar un modelo que incorpore
a todos los indicadores posibles de construir.

De esta manera es posible proponer un modelo integrado de medición de la


reincidencia, aunque es este punto debemos volver sobre nuestros conceptos esbozados
al principio, pero esta vez delimitados: a) causa de referencia (condenado/no condenado),
b) causa de reingreso (condenado/ no condenado), c) ventana de tiempo, y d) años
nominales.

Si simbolizamos por medio de la letra T al tiempo, ella nos puede delimitar, entre
T1 y T2, el período temporal en tanto años de ventana, e, igualmente, al nominalizarse
en años discretos, nos mostrará el año de referencia considerado para la medición. En
el momento en que se decida proceder al cálculo de la tasa de reincidencia, se deben
incorporar las diferentes tasas, que por medio del modelo resultan: la tasa general de
reincidencia de un período en tanto tasa general acumulada, donde se toma todo el
universo de egresados sin referencia a un año nominal, sino a un período entre años
frente a todos los reingresados con condena. Distinto resulta la “tasa acumulada de
reincidencia” con años de ventana establecidos desde el años de referencia, donde se
toma como universo a todos los egresados de un año frente a todos los condenados de los
años siguientes, dependiendo del período de ventana que se estime conveniente medir.
2
Ver mi articulo, La reproducción social de la cárcel: unidad domestica, ciclo penal y cuestión social. Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios. N° 9.
2006.

124

           
Andrés Aedo Henríquez
  
Reincidencia /s: Crítica   
Metodológica de
y Propuesta Medición  desde
e Interpretación  
el Sistema 
Penal Chileno

En referencia a los cuadrantes de abajo, hace posible asimismo calcular los aportes de
años
los nominales,
 entanto
ritmos

de  
crecimiento  participaciones
de las     
de los años
respecto a la tasa general de

reincidencia y a la tasa de reincidencia considerando año
de referencia.

Esquema
Esquema 2: 2:Modelo
Modelointegrado
integradode de medición

medición de reincidencia
de reincidencia

Tiempo
Tiempo dede egreso
Egreso
Años T-4 T-3 T-2 T-1 T

Años T-4 
T-3 
T-2 T-1 T  
Periodo
Período temporal 0 0 0 0 0 Tasa acumulada general
     
temporal 0 0 0 0 0Tasa acumulada general
1 2 3 4 Tasa acumulada 4 años de ventana
    
  1 2 3 4Tasa acumulada 4 años de ventana
1 2 3 Tasa acumulada 3 años de ventana
    
     1 2 3Tasa
1
acumulada 3 años de
2 Tasa acumulada ventana
2 años de ventana
       
           1  2Tasa acumulada 2 años de ventana
1
Tasa anual
       
  anual  
Tasa Tasa anual 
1Tasa
Tasa anual 
anual
Tasa anual
   Tasa 
Tasa
Tasa 1Tasa
anual  Tasa

2 Tasa

3 
4 Ritmo de crecimiento general

  anual anual 1 anual 2 anual 3 anual 4  Ritmo de crecimiento general
Descomposición del ritmo por año
      

Fuente: Elaboración propia Descomposición del ritmo por año
Fuente:
 Elaboración propia

Creemos, en consecuencia, que es posible calcular la tasa de reincidencia lo más
limpia posible, contemplando los efectos de
 
la tasa acumulada general o tasas con
referencia temporal vacía, toda vez que incorporaremos estos efectos en la metodología

de cálculo. Por consiguiente, se puede proceder al cálculo de las tasas generales de

reincidencia, a la tasa acumulada con año de referencia y a las tasas de participación

anual en ambas, la tasa de crecimiento anual de la reincidencia en tanto ritmo de
crecimiento en períodos temporales abstractos. Así, podremos dar cuenta del total de

los reincidentes frente al total de los ingresados en un período, pudiendo observar con

gran detalle   
la composición  
de la población penal 
y la   
prevalencia en
de la reincidencia 
el sistema.
            


Ahora bien, ¿cuál es la tasa de reincidencia, si hay tantas y que pueden arribar a

resultados tan distintos? Sería incongruente establecer una a través de un promedio de
las tasas, cuando, por el contrario, el punto central es que las tasas de reincidencia se
               
deben utilizar en varios niveles distintos, donde podemos distinguir el metodológico
y
el interpretativo. Ejemplo del primero son las ya nombradas: tasa general del
período,
 tasa de crecimiento
 del período,
    tasa de participación
 de un
    año nominal en
 
el período, tasa de reincidencia imputable a un año nominal, tasa de crecimiento de

reincidencia. Existe, pues, una batería de indicadores, que pueden resultar útiles para

elaborar subproductos, como la tasa de reincidencia de las personas afectadas por un
programa específico, donde la plasticidad de los indicadores nos puede hacer avanzar

hacia estudios cuasi experimentales. Consideramos que la complejidad que caracteriza
a
la tasa de reincidencia se explica en la medida de que ella adopta distintas formas, con

 
125

Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

lo que la fijación de esta polisemia debe realizarse por medio del nivel interpretativo de
los variados indicadores existentes. El punto principal radica, entonces, no sólo en el
tratamiento de los datos, sino también en cómo ellos se incorporan al sistema penal y al
de justicia, cuestión que se aborda en el último subtítulo de este estudio.

Propuesta de modo de evaluación de la reincidencia

Como hemos advertido, abordamos ahora al último elemento de discusión.


No hemos quitado variación al concepto, no obstante lo hemos delimitado un poco
más, aunque aquello que se ganó en teoría, elaborando una distinción, se perdió en
metodología. La misma distinción generó nuevas variantes de sí misma, pero aquí ya
no hay polisemia, sino complejidad. La tarea pasa ahora por reducir esta complejidad,
por medio de una nueva selección. Aquí, sólo la interpretación de los indicadores de
reincidencia puede darnos salidas para nuestro nuevo problema. Esto no resulta fácil,
porque las preguntas se pueden multiplicar. Si bien el sistema penal tiene como misión
resocializar, y por lo tanto evitar la prevalencia de la reincidencia en la composición de
la población penal, no resulta del todo sencillo conocer cuáles son las cifras relevantes
para el sistema penal y para el resto de los sistemas punitivos y de protección penal.
Las preguntas pueden formularse de la siguiente manera: ¿Hasta dónde puede y debe
hacerse cargo el sistema penitenciario de las condiciones de sus egresados? ¿En qué
momento terminan las responsabilidades del sistema estatal? ¿Cuándo comienzan a
funcionar las dinámicas sociales de los mercados de trabajo y de otros sistemas? ¿Las
condiciones de los egresados dependen solamente de ellos o hay una zona mixta de
trabajo pendiente con los penados? ¿Las posibles altas tasas de reincidencia son una
muestra del fracaso de la política punitiva nacional?

Una buena forma de trabajar este punto es la distinción entre agencia y estructura
y los modos en que esta distinción genera temporalidad (Archer, 1995). Podemos decir
que el sistema de justicia trabaja con el “fetichismo de la estructura” y el sistema de
seguridad con el “fetichismo de la agencia”, donde el primero destaca las condiciones
de vulnerabilidad social preinstitucional de los penados, y el segundo las condiciones
de resiliencia moral frente a la vulnerabilidad social pre y post institucional.

En el primer caso se cancelará o eludirá las condiciones del agente, mientras


el segundo hará otro tanto con la estructura; esto quiere decir que se apuesta a los
impactos que tenga la política de justicia frente a los agentes, con la esperanza de que
no vuelvan a cometer delitos con una condición de responsabilidad estatal permanente;
la segunda dejará completamente la responsabilidad a los agentes como actores
racionales que calculan la utilidad de su propia trayectoria de vida, teniendo sentido la
condición asistencialista en la primera y la respuesta punitiva en la segunda. Ambos
modos de comprensión del fenómeno delictivo y del encarcelamiento penal tienen el
vicio de contraer el problema social de la delincuencia a las estructuras o a los agentes,
cayendo ambas en paradojas incontrolables, ya que se llenan de conclusiones que no les

126
Andrés Aedo Henríquez
Reincidencia/s: Crítica Metodológica y Propuesta de Medición e Interpretación desde el Sistema Penal Chileno

permiten distinguir a tiempo y con el tiempo. En el primer caso, como ya advertimos,


la responsabilidad es total en el tiempo, y en el segundo simplemente no hay tiempo de
responsabilidad, porque es un problema de decisiones personales.

Para la teoría que estamos haciendo alusión, la estructura siempre es primero,


aunque a pesar de las condiciones teóricas del origen la estructura es siempre anterior
y la agencia posterior. Esto implica que debe haber un balance entre las condiciones
estructurales del agente y las condiciones agenciales de la estructura, en la producción
de tiempo en el medio libre. Estos elementos permiten establecer límites temporales
donde se espera que la estructura institucional vaya generando impacto en los agentes,
y que luego esos impactos logren generar modificaciones de los agentes en los modos de
inserción en la estructura. Esto implica lo siguiente: es central modificar las posiciones
de los agentes en la estructura social, esto es, por ejemplo, las condiciones de inserción
laboral de las personas. Las capacitaciones pertinentes son absolutamente relevantes,
para que las personas puedan modificar su inserción en la estructura, es decir, modificar
las habilidades, competencias y conocimientos, para que el ciclo que los llevó al
sistema penal no se reproduzca. Junto a ello es preciso que los agentes puedan -al estar
modificadas sus propiedades, como modos de intercambio con el sistema económico-
construir una inserción laboral con mayores retornos monetarios.

La pregunta siguiente es: ¿cuanto tiempo implica esto? El tiempo de ventana


necesario entre las condenas de referencia y la condena de reingreso, que es también
tiempo de ventana en el medio libre. Si consideramos tres años como el punto en que
se alcanza el máximo de probabilidad de reingreso, para luego caer abruptamente en
porcentajes menores, ese mismo tiempo de ventana es que él debe ser incorporado por
parte del sistema de justicia, con el propósito de modificar las condiciones estructurales
de la inserción. El supuesto es aquí que los agentes ya disponen de nuevas propiedades
con las cuales mejorar su inserción. Este elemento genera las siguientes distinciones: la
responsabilidad del sistema penal llega hasta el límite de tres años, y luego comienza
la responsabilidad agencial. Esto hace que varíen los modos en que el sistema se auto-
observa por medio de la medición de la reincidencia, sin caer en la trampa estructural,
y sin caer tampoco en la trampa agencial, dándole tiempo a cada una para que puedan
interactuar, generando cambios en el agente frente a la estructura. Todo esto, claro, trae
aparejado el problema del trabajo de preparación para el egreso y post-penitenciario, el
cual debe ser concebido con el objetivo de evitar la reincidencia, no sólo en base a la ya
nombrada resiliencia moral, sino en un plano de cambio de las capacidades agenciales
de intercambio con los sistemas con los que intercambia prestaciones; además, es
indispensable sumar esfuerzos institucionales entre lo intra y lo extra penitenciario.

A partir del modelo de medición, lo que proponemos, en todo caso, es un


modo de interpretación de ingreso de datos al interior del sistema. De esta forma, la
variación más profunda estará radicada en los códigos con que se leerán las cifras de
reincidencia. Por ejemplo, en un modelo tipo dicotómico (código binario), se puede

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Rev. Estudios Criminológicos y Penitenciarios Año IX - Junio 2009

entender la reincidencia como un suceso A y la no reincidencia como un suceso B,


donde A es fracaso y B éxito. Sin embargo, si proponemos el tiempo como elemento
de variación de los modos de responsabilidad, la interpretación también cambia. Así,
podemos decir -y queda bastante claro en el esquema posterior- que el suceso A
sólo puede ser considerado en un limite de tres años, por lo que si tiene ocurrencia
más allá de ese período, si bien es reincidente, la interpretación es distinta, ya que se

considera un elemento propio del agente, por lo tanto constituye éxito. En cambio, si la

reincidencia ocurre como suceso antes del periodo mencionado, debe ser incorporado
como
 fracaso.

Esquema3.3.Modelo
Modelodedeinterpretación
interpretaciónde dela
lareincidencia
reincidenciapara
paraelel sistema
sistemapenal

Esquema penal

Reincidencia
Reincidencia
Egreso 
 Año 1 Año 2
 Año 3
 Año 4
 Condicion
 Evaluación

Egreso
 Año 1 Año 2 Año 3 Año 4 Condición Evaluación
 

o registro
registro
1
causa
causa

Caso
Caso 1 1
         
No
Noreincidente
reincidente

Éxito
Éxito

Caso
Caso 2 2

    
 Reingreso sin sin
Reingreso

NoNoreincidente
reincidente

Fracaso
Fracaso
 
condena
condena Reencarcelado
Reencarcelado

Caso
Caso 3 3

Causa
Causa

     
NoNoreincidente
reincidente

Éxito
 Éxito
anterior
anterior

Nueva

Nueva
 condena
condena     
Caso
Caso4 4   Nueva

Nueva   Reincidente

Reincidente Fracaso
Fracaso
condena
 Responsabilidad

condena
Nuevos Responsabilidad
estructural

Nuevos estructural
  delitos    
Caso 5 5 delitos Nueva
 Reincidente
 Éxito
Caso     Nueva
condena Reincidente Éxito
 Responsabilidad agencial
condena
Nuevos Responsabilidad

delitos
Nuevos agencial

delitos

Fuente:
 Elaboración Propia
Fuente: Elaboración propia

Este modo de pautar la incorporación de cifras mediante un código facilitará
           
identificar el impacto del sistema carcelario, pudiendo, a posteriori, simplificar los
y
estudios  
disponer de un duro
indicador  
sobreel
modo  
en que el  
sistema 
penal y sus
políticas tienen efectos sobre los internos. Pero, por sobre todo, ofrece la ventaja
              de
poder construir un modo de interpretación sistémica propio de las cifras de los estudios,

dando cuenta de la posibilidad de tomar una forma dentro del sistema de justicia, que
pueda transmitir comunicaciones al resto
 de los sistemas sociales, y no caer en la

constante recepción de políticas, estudios y visiones novedosas, sin tener la posibilidad
             
de incorporarlos de manera eficiente y eficaz a un sistema ya estructurado.

No hay paraqué

pensar 
que vamos a 
inventar la pólvora 
todas las  
veces.




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Andrés Aedo Henríquez
Reincidencia/s: Crítica Metodológica y Propuesta de Medición e Interpretación desde el Sistema Penal Chileno

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