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PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

TEMA 15. EL DESARROLLO COGNITIVO EN LA EDAD ADULTA Y EL ENVEJECIMIENTO


Cari Blanco Rodríguez
OBJETIVOS:
• Conocer los principales problemas y teorías sobre el cambio cognitivo en la vida adulta y el envejecimiento.
• Distinguir entre pensamiento formal y postformal, y analizar la función de este último en la edad adulta y envejecimiento.
• Conocer la perspectiva del ciclo vital, y su explicación del desarrollo en la edad adulta y el envejecimiento.
• Conocer la teoría de estadios del desarrollo cognitivo adulto de Schaie y Willis, y analizar sus diferencias con la teoría de Piaget.
• Describir los cambios que se producen en los mecanismos básicos de la cognición en la edad adulta y envejecimiento.
• Conocer los cambios neurofisiológicos que ocurren en la edad adulta y envejecimiento, y su relación con los cambios cognitivos.
• Reflexionar y valorar pérdidas/ganancias que se dan en el envejecimiento.

1. INTRODUCCIÓN
• El creciente peso de la población madura y anciana ha promovido el estudio de sus características psicológicas.
• Edad adulta y vejez se extienden en el tiempo mucho más que la infancia, adolescencia y juventud.
• Las características comunes en la conducta de los individuos durante estos estadios son menos obvias que en la infancia o la adolescencia.

¿Hasta qué punto las operaciones formales son la culminación o no del pensamiento como sostenía Piaget? ¿Existe un pensamiento posterior y diferente
(operaciones postformales)?
El estudio del desarrollo cognitivo en la edad adulta y vejez no se aborda como periodos específicos hasta la segunda mitad del s. XX. Este interés se asocia a los
cambios demográficos que indican un creciente envejecimiento de la población, debido a la disminución de la fecundidad e incremento de la esperanza de vida (en
España en el año 1900 se situaba en 34,8 años, y en la actualidad supera los 80 años; la proporción de personas mayores de 65 años ronda el 17%; se espera que en
el 2025 alcance el 22%).

El estudio del cambio cognitivo en estas edades plantea problemas y dificultades específicas diferentes a las de los periodos clásicos de la psicología del
desarrollo (infancia y adolescencia). La edad adulta y la vejez se extienden en el tiempo más que la infancia, adolescencia y juventud.
El comienzo de la edad adulta se sitúa entre los 25-30 años y su final sobre los 65, pasando a partir de aquí a la vejez (los límites de estas edades dependen de
factores sociales y biológicos que afectan de forma diferente a los individuos).
Las características comunes en la conducta en personas adultas, y en menor medida en la vejez, son menos obvias que en la infancia o adolescencia (importantes
diferencias individuales, pero pautas constantes en el desarrollo).
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La estabilidad o constancia de la infancia y adolescencia nos permite hablar de fases del desarrollo (se debe a la actuación de factores sociales: cuidado familiar,
escolarización…, y biológicos: desarrollo cerebral y físico).
Durante la edad adulta, la similitud y constancia de las conductas disminuye debido a que la variabilidad socio-personal se incrementa, y los cambios físicos y
cerebrales son menos generales, se dilatan en el tiempo y sólo se muestran de forma clara al acercarnos a la senectud.
En la vejez se incrementa otra vez de forma gradual la similitud en la conducta individual debido a que los factores biológicos y sociales comunes vuelven aparecer.

Para estudiar la cognición y su desarrollo en estas edades, según Schaie hay que distinguir entre los mecanismos de la cognición (velocidad de procesamiento,
memoria operativa, inhibición, MLP) y los resultados de la cognición (desarrollo de la inteligencia).

2. PERSPECTIVAS TEÓRICAS

• ¿EXISTE DESARROLLO EN LA EDAD ADULTA Y DURANTE EL ENVEJECIMIENTO?

• Algunos investigadores defienden la existencia de un pensamiento postformal que permite ir más allá de la lógica, integrar diversas
perspectivas e incluir aspectos subjetivos y personales.
• La psicología del ciclo vital sostiene que el desarrollo no se completa al llegar la edad adulta, sino que continua toda la vida, a
través de cuatro procesos básicos: adquisición, mantenimiento, transformación y desmoronamiento de las estructuras y funciones
psicológicas

El estudio de la edad adulta y vejez como etapas específicas del desarrollo es algo reciente. Psicólogos evolutivos han dudado de un desarrollo estricto en estas
etapas; la psicología evolutiva o del desarrollo se constituyó como disciplina a partir del estudio de la infancia y la adolescencia. Desde esta concepción compartida
por Piaget y Vigotsky, los procesos psicológicos, una vez alcanzado su desarrollo característico, en la edad adulta no sufrirían cambios relevantes, y sólo estarían
afectados por el deterioro o involución propios de la vejez. Esta concepción se manifiesta en el caso del pensamiento formal (Piaget), según el cual, el final de la
adolescencia y la llegada de la juventud (entre 15-20 años) caracterizaría el pensamiento adulto hasta la llegada de la senectud.

Según la concepción de Piaget:


- El desarrollo psíquico que se inicia con el nacimiento finaliza en la edad adulta, aunque es posible todavía algún progreso.
- Aunque el desarrollo biológico subyace al desarrollo psicológico, el deterioro físico del cerebro no tiene por qué llevar necesariamente al deterioro mental de
las funciones cognitivas. El propio cerebro desarrolla mecanismos de compensación para las funciones cognitivas “… las funciones superiores de la inteligencia y
afectividad tienden hacia un “equilibrio móvil” tanto más estable cuanto más móvil es, de tal forma que, para los “espíritus sanos”, el final del crecimiento no
indica el inicio de la decadencia, sino que autoriza un progreso espiritual que no tiene nada de contradictorio con el equilibrio interno …”

La idea de Piaget de que el estadio de las operaciones formales es el estadio final del desarrollo ha sido muy discutida, proponiéndose la existencia de operaciones
y estadios postformales y dialécticos del desarrollo intelectual que caracterizarían el pensamiento en la edad adulta y vejez.

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Mientras que el pensamiento formal surge, se desarrolla y se evalúa en el contexto escolar (a partir de problemas de física o matemáticas), el pensamiento
postformal surge, se desarrolla y se aplica en contextos más amplios y complejos de la vida adulta (a partir de problemas no definidos, diferentes puntos de vista,
y los aspectos cognitivos y afectivos están interrelacionados). El pensamiento postformal permite ir más allá del carácter lógico y objetivo del pensamiento
formal, para incluir perspectivas en una concepción más relativista del conocimiento que incluiría los aspectos subjetivos y personales, tratando de ampliar la lógica
formal a través de la dialéctica (proceso de pensamiento que considera a la vez dos proposiciones o ideas opuestas y logra su unión formando una idea nueva). Así
este tipo de pensamiento postformal sería capaz de admitir la existencia de contradicciones e incluso de integrarlas dialécticamente en una nueva estructura.

La evidencia sobre la existencia de este tipo de pensamiento todavía es poco concluyente:


- Las investigaciones sobre pensamiento postformal y dialéctica son escasas, y los resultados no confirman la existencia de estadios específicos.
- Con el incremento del conocimiento experto y la experiencia en situaciones complejas de interacción entre las personas, el pensamiento además de
razonar en forma abstracta, coherente y exhaustiva, es capaz de lograr síntesis y soluciones que implican la superación de contradicciones y puntos de
vista opuestos, aparentemente irreconciliables.
Conclusión: No parecen existir estadios en sentido estricto de operaciones formales o dialécticas, pero sí un pensamiento más allá del pensamiento formal (no se
da necesariamente en todos los adultos o ancianos, pero sí en algunos de ellos).
Existen otras concepciones teóricas que sostienen la existencia de cambio psicológico de desarrollo durante la edad adulta y el proceso de envejecimiento:

La psicología del ciclo vital, continúa la concepción sobre la importancia del desarrollo adulto iniciada y defendida por Erikson.
- El desarrollo no se completa al llegar la vida adulta, continua toda la vida .
- Durante el ciclo vital se dan cuatro procesos evolutivos básicos (adquisición, mantenimiento, transformación y desmoronamiento de las estructuras
y funciones psicológicas).
- El desarrollo de la mente y la conducta tienen un carácter dinámico, multidimensional, multifuncional y no lineal; es decir, adopta un enfoque
contextual-dialéctico en el estudio del desarrollo (resalta la importancia de los factores socio-históricos y sostiene que el desarrollo es un proceso de
cambio multidireccional y multidimensional que tiene lugar a lo largo del ciclo vital en el que se dan cambios cuantitativos y cualitativos).
- El desarrollo es fruto de la interacción de factores biológicos y culturales cuya influencia cambia y se modifica con la edad .
 Los beneficios evolucionistas de la selección natural disminuyen con la edad . Se centra en los factores biológicos (principalmente la
reproducción). Las características beneficiosas adquiridas por selección familiar, e incorporadas a nuestro genoma, están programadas para su
actuación y beneficio en organismos jóvenes. La agudeza de nuestros sentidos, el sistema locomotor y el metabolismo no están diseñados de
forma evolucionista para llegar a edades tardías.
 La necesidad de la cultura aumenta con la edad.
 La eficacia de la cultura disminuye con la edad. (ej, los mayores necesitan un mayor esfuerzo y tiempo para dominar las nuevas tecnologías)
- El desarrollo ontogenético es considerado como un proceso de adaptación con tres propósitos centrales en las funciones y procesos psicológicos:
 Crecimiento. Especial relevancia en la infancia y adolescencia; disminuye con la edad.
 Mantenimiento. Los recursos psicológicos que se deben asignar al mantenimiento de los procesos psicológicos se incrementan con la edad.
 Regulación de las pérdidas. Al igual que ocurre con el mantenimiento, los recursos psicológicos en la regulación aumentan con la edad.
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El mantenimiento de las funciones cognitivas y la regulación de las pérdidas, mediante compensación, es una tarea básica de la cognición en la edad adulta y
envejecimiento.
Concluyendo: la psicología del ciclo vital no sólo sostiene que existe desarrollo más allá de la juventud, sino que el análisis de la dinámica básica del desarrollo se
realiza a partir de la consideración del individuo en desarrollo a lo largo de todo el ciclo vital.

• ¿EXISTEN ESTADIOS EN EL DESARROLLO COGNITIVO DURANTE LA EDAD ADULTA Y DURANTE EL ENVEJECIMIENTO?

• La teoría de estadios de Piaget está centrada en los procesos de adquisición de información, mientras que el modelo de estadios de
Schaie y Willis pone el acento en otros usos y propósitos de la actividad intelectual.
• El modelo de Schaie y Willis se centra en las características y tareas específicas de la cognición de los adultos y ancianos que, con
frecuencia, se enfrentan a situaciones y problemas comunes.

Existe un pensamiento adulto postformal, que continúa en la vejez (pero no podemos hablar en términos piagetianos como estadio postformal).
La psicología del ciclo vital nos confirma la existencia de desarrollo en la edad adulta y envejecimiento, pero como consecuencia de su perspectiva dinámica,
multidimensional y funcional del desarrollo, rechaza una concepción de estadios.

Schaie y Willis proponen una teoría de estadios en el desarrollo cognitivo adulto:


- Para ellos la teoría Piagetiana está centrada en los procesos de adquisición de conocimientos , lo que hace imposible que se consideren etapas posteriores al
pensamiento formal, ya que no parece posible superar los métodos y estrategias de la ciencia que se ponen de manifiesto en el periodo formal.
- Ellos se centran en otros usos y propósitos de la actividad intelectual :

 Estadio de logro. Tras finalizar la adolescencia, se utilizan los conocimientos adquiridos anteriormente para conseguir un trabajo adecuado y establecer
una familia: (la cognición se aplica a la consecución de las metas personales).
 Estadio de responsabilidad. Caracteriza a la madurez. Una vez logrados los propósitos básicos, se adquiere estabilidad e independencia. Este estadio
implica la aplicación de habilidades intelectuales a la vida familiar y laboral, lo que supone la resolución de situaciones diversas, algunas de ellas muy
complejas (supone ir más allá de la inteligencia académica). En este estadio, algunos individuos con responsabilidades especialmente complejas, que se
enfrentan a la dirección de organizaciones jerarquizadas, pueden alcanzar el estadio ejecutivo.
 Estadio de reorganizativo. A partir de los 60-65 años (final de la vida adulta y principio de la vejez), con la disminución de responsabilidades en la
adquisición y manejo de información, el individuo aplica sus habilidades intelectuales a la reorganización de su vida, y la planificación de la utilización de
sus recursos (materiales y psíquicos) para los años que le restan de vida.
 Estadio de reintegrativo. Caracteriza al anciano que adscribe sus funciones intelectuales a la satisfacción de sus intereses y actitudes, así como al
desarrollo de sus valores. Al final de la vida se utilizan las habilidades cognitivas para la regulación emocional y muchos se plantean la tarea específica de
de dejar un legado para sus descendientes y la posteridad. Se da un repaso a la vida y algunos se plantean escribir una autobiografía.

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Ejecutivo Dejar legado

Reintegrativo
Reorganizativo
Logro Responsabilidad
Adquisición

Niñez y adolescencia Juventud Madurez Anciano joven Anciano-anciano Muy anciano

- Estos estadios del desarrollo cognitivo destacan la diferencia con la perspectiva de Piaget, ya que resaltan que más allá de los estadios piagetianos centrados
en los procesos de adquisición de conocimiento, existen otros propósitos y objetivos en los que aplicar las habilidades intelectuales en la edad adulta y vejez .
Un rasgo del desarrollo posterior a la adolescencia es que las diferencias individuales se incrementan notablemente. Es decir la validez de estos estadios
depende en gran medida de que estos propósitos sean generales. Aunque estos autores hablan de estadios, hay que diferenciarlos completamente de los que
existen en la infancia y adolescencia.
- Más que estadios generales del desarrollo con rasgos cognitivos y particulares en la cognición, son tareas específicas y características de la cognición de los
individuos, que en determinadas edades, se enfrentan a situaciones y problemas comunes, con propósitos compartidos. Quizás sea el pensamiento postformal
el único tipo de pensamiento característico de la edad adulta y vejez, “cualitativamente” diferente del pensamiento durante la infancia y la adolescencia.
Indudablemente lo que si existe durante la edad adulta y vejez, son numerosos y crecientes cambios cuantitativos en la cognición.

3. LOS MECANISMOS DE LA COGNICIÓN

Nuestro sistema de procesamiento de la información, en comparación con los ordenadores, presenta dos limitaciones: menos velocidad y limitada capacidad de
procesamiento y almacenamiento. Para averiguar si existe un deterioro de la cognición debido al envejecimiento, y si éste se debe a una menor eficiencia en los
mecanismos básicos, los estudios se centran en la velocidad de procesamiento, y en tres mecanismos básicos del sistema de procesamiento y almacenamiento de
la memoria: la memoria operativa, los procesos de control ejecutivo y la memoria a largo plazo.

• LA ESTRUCTURA BÁSICA DE LA COGNICIÓN HUMANA

• El modelo multialmacén postula la existencia de tres almacenes secuenciales de memoria: Sensorial, MCP y MLP.
• La memoria a corto plazo (MCP) se considera una memoria operativa que mantiene y manipula la información que se necesita para la
realización de tareas cognitivas complejas.
• La memoria a largo plazo (MLP) no es una estructura unitaria, existen diversos almacenes en los que se mantienen tipos diferentes de
información. Así, se ha distinguido entre memoria episódica y semántica, y entre memoria explícita e implícita.

La estructura básica del procesamiento humano de la información se basa en el modelo multialmacén de Atkinson y Shiffrin (1968), que apoyan la existencia de
tres sistemas o almacenes secuenciales de memoria: memoria sensorial, MCP y MLP.
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La información se registraría en el almacén sensorial, pasando a la MCP, donde se codifica y se mantiene durante segundos; finalmente se transfiere a la MLP
donde se almacena de forma permanente.

• Almacén o memoria sensorial. La información externa se codifica como un registro específico de cada modalidad sensorial (memoria auditiva o ecóica,
memoria visual o icónica...) en el que se atienden los aspectos relevantes del estímulo antes de pasar a la MCP. Retiene una impresión fugaz del estímulo, que
permite una descripción exacta y completa del medio, aunque sólo la mantiene entre 100 y 500 msg. Tiempo suficiente para que la información sea codificada y
almacenada en la MCP.

• Memoria a Corto Plazo (MCP) . La información obtenida del medio se combina con la recuperada del almacén a largo plazo, y se codifica y transforma de
diversos modos en función de las metas buscadas. No es sólo un registro de la información ambiental ya que supone una codificación e interpretación de la
misma (ej, no almacena sonidos, sino palabras con significado). Este sistema presenta limitaciones en la cantidad de información a retener (una amplitud de
unas 7 unidades) y en el tiempo que puede mantenerla (de 15-30 segundos). Es decir, su función es mantener la información durante un corto periodo de
tiempo. Tras este tiempo, la información se pierde a no ser que se transfiera a la MLP o se “reactive” mediante alguna estrategia como la repetición. En este
sentido se relaciona con la memoria operativa o de trabajo.
A pesar de sus limitaciones, esta memoria es crucial en el pensamiento consciente: es donde reunimos y combinamos la información disponible para formarnos
una idea integrada del mundo que percibimos. Gracias a este almacenamiento podemos realizar tareas como la comprensión del lenguaje, o los cálculos numéricos
mentales, que exigen el mantenimiento y procesamiento de unidades significativas de información (palabras y números). Esta naturaleza activa de la MCP hace
que se la considere como una memoria operativa o de trabajo (MO) , dentro de modelos teóricos en los que, si bien se asumen las limitaciones
estructurales, se pone énfasis en los aspectos funcionales del sistema. Esta memoria operativa, es una perspectiva funcional (componente activo) de la MCP, que
le atribuye funciones tanto de almacenamiento como de procesamiento. En ella se enfatizan los “procesos de control” a fin de superar funcionalmente las
limitaciones estructurales del sistema de procesamiento.

El modelo más conocido de memoria operativa es el de Baddeley y Hitch (1974).


En él, la memoria operativa se concibe como un sistema encargado de mantener y manipular la información que se necesita para la realización de tareas cognitivas
complejas tales como el aprendizaje, el razonamiento y la comprensión.
Componentes de la MO: Ejecutivo
Central
• Lazo Fonolófico. Se encarga de la codificación y almacenamiento de la información auditiva.
• Registro Visoespacial. Se encarga de la codificación y almacenamiento de la información visual Agenda Lazo
• Retén Episódico. Se encarga de la conexión con la MLP (propuesto recientemente) Visoespacial fonológico
• Ejecutivo Central: Encargado de los procesos ejecutivos (implicados en el control de la propia Retén
episódico
conducta y en la preparación del individuo para situaciones futuras). Incluye el control de la atención,
inhibición de procesos automáticos o la resolución de conflictos, así como la autorregulación y la
planificación de la conducta.
MLP

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El Ejecutivo Central se encarga de la coordinación de los componentes anteriores y de la adscripción de los recursos cognitivos a cada uno de ellos en las
diferentes tareas. Además incorpora las ideas de Norman y Shallice sobre un sistema supervisor de la atención que resalta la importancia del control atencional
en la realización de las tareas cognitivas. Es decir, se encargaría de los procesos de control ejecutivo a través de tres funciones principales: enfoque de la
atención, cambio de la atención y activación y actualización de representaciones en la memoria a largo plazo. La función supervisora del ejecutivo incluye la
capacidad de inhibir procesos automáticos y de descartar información irrelevante.

• Memoria a Largo Plazo (MLP). Permite mantener la información de forma relativamente permanente. Es el conocimiento que vamos almacenando a través
de la experiencia. Se caracteriza por su falta de restricciones: puede almacenar prácticamente una cantidad ilimitada de información durante un tiempo
indefinido. Pero puede estar afectada por el olvido. El recuerdo de hechos y acontecimientos pasados no es ni fácil ni seguro; ya que a veces más que recordar,
se infiere o reconstruye lo que pasó.
La MLP no es una estructura unitaria. Se distinguen distintos almacenes con diferentes tipos de información:
- Memoria Episódica: Se refiere al recuerdo de acontecimientos con referentes espacio-temporales concretos (cuándo, dónde; ej, hacemos uso de ella al
relatar las vacaciones que hemos tenido).
- Memoria Semántica: Se refiere al recuerdo de significados y relaciones conceptuales. Así se representa y organiza el conocimiento general del mundo
que una persona va adquiriendo, incluyendo también el vocabulario.
- En los últimos años se diferencia entre una memoria explícita o declarativa (recopilación consciente de la experiencia pasada. Se mide a través de
pruebas en las que se hace referencia deliberada a una estimulación previa) y una memoria implícita o no declarativa (se refiere al registro y
mantenimiento e inconsciente de todo tipo de de información. Sólo se puede evaluar a través de pruebas indirectas; se relaciona con el conocimiento
procedimental)

• EL DESARROLLO EN LA EDAD ADULTA Y EN EL ENVEJECIMIENTO


La velocidad de procesamiento

Existe un progresivo enlentecimiento con la edad en los procesos cognitivos durante la edad adulta y con el envejecimiento.

Desde que Galton (finales del s.XIX) propusiera diversas “medidas antropométricas”, como el tiempo de reacción, para evaluar la capacidad intelectual, se sabe
que con la edad se produce una disminución de la velocidad en tareas sencillas, como responder a un estímulo visual o auditivo. A partir de los 20 años la velocidad
de procesamiento disminuye en diversas tareas entre las que están el reconocimiento y comparación entre patrones perceptivos de letras, palabras y números. La
disminución de la velocidad de procesamiento entre los mayores se debe principalmente a procesos basados en el SNC más que en los sistemas sensoriales
periféricos.
Para explicar esta disminución de la velocidad de procesamiento con la edad, se ha propuesto la existencia de un factor de velocidad del SNC que se ve afectado
por la edad, que conlleva un enlentecimiento generalizado en las diversas tareas. Aunque hay acuerdo generalizado en la existencia de un enlentecimiento
generalizado en las tareas con la edad, existen diferencias individuales entre los sujetos, y un factor específico de cada tarea de procesamiento.
Con respecto a la existencia de un factor específico de la tarea, se ha comparado la velocidad de procesamiento en tareas de diferente complejidad.
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Salthouse sostiene que el enlentecimiento de la velocidad en las tareas depende también de los requerimientos de conocimiento que tienen cada una de ellas.
En dos estudios con jóvenes adultos y mayores, en tareas de velocidad motora, sustitución dígito-símbolo y tareas de conocimiento de palabras; se observó una
disminución de velocidad en los mayores en las dos primeras tareas; el enlentecimiento fue menor en la prueba de conocimiento de las palabras.
Esta dualidad entre velocidad y conocimiento está estrechamente relacionada con una distinción básica entre inteligencia fluida y cristalizada.
La velocidad de los procesos cognitivos y su progresivo enlentecimiento explica en parte la pérdida de eficacia que se produce con la edad, pero no es el único
factor.

La memoria operativa

El deterioro con la edad en las tareas de MO se incrementa a medida que éstas se hacen complejas y necesitan un mayor control ejecutivo

Como sabemos, la MO es la MCP considerada desde una perspectiva funcional, centrada en su papel en la resolución de tareas cognitivas complejas.
Si analizamos la MCP desde una perspectiva estructural (centrada en la capacidad de este almacén) podemos utilizar pruebas de amplitud de memoria primaria:
hay que recordar elementos (números, letras, palabras…); parece ser que esta amplitud no disminuye con la edad hasta edades muy tardías (unos 80 años).
El deterioro con la edad en la capacidad de almacén a corto plazo se ha utilizado como primer índice de la demencia senil . En ancianos sanos, no suele existir un
deterioro significativo en las pruebas de memoria primaria o inmediata que miden la capacidad de la MCP.
Para medir la MO se utilizan tareas de memoria más complejas como la prueba de amplitud lectora (Daneman y Carpenter): se lee en voz alta una serie de frases
no relacionadas, y hay que retener la última palabra de cada frase. En ella, el individuo se ve obligado a realizar una tarea compleja que implica la manipulación
consciente de la información. Los resultados muestran que existe una disminución en las tareas de MO con la edad.
Existen 3 hipótesis sobre este deterioro:
- Descenso en la capacidad de almacenamiento (aunque en la MCP, el patrón evolutivo en tareas primarias no muestra ese deterioro).
- Influencia de la velocidad de procesamiento (el enlentecimiento en los procesos cognitivos con la edad produciría la disminución en la MO).
- Los ancianos se encuentran con mayores dificultades en la parte de procesamiento de las tareas de MO (el deterioro con la edad en las tareas de MO se
incrementa a medida que éstas se hacen más complejas y necesitan un mayor control ejecutivo). Esta hipótesis coincide con otros resultados de interés
en el desarrollo de los procesos ejecutivos y de la memoria a largo plazo.

Los procesos de control ejecutivo: La inhibición


Algunos autores sostienen que con el envejecimiento se produce un déficit en los procesos de inhibición y resistencia a la interferencia.

Baddeley y Hitch incluyen dentro de la MO las funciones del ejecutivo central encargado de la supervisión y control de los procesos atencionales en las tareas.
Otros autores (Posner, Dehaene…) consideran que los procesos ejecutivos, forman parte de los procesos atencionales, aunque están relacionados con la MO.

Se ha estudiado los cambios que se producen con la edad, especialmente a los procesos de inhibición que forman parte de las funciones del ejecutivo central.
Cualquier tarea cognitiva, implica la inhibición de determinada información que puede estar almacenada en la MLP o que está en el propio contexto de realización
de la tarea. La necesidad de inhibir la información no pertinente se incrementa con la complejidad de la tarea.
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En la tarea de Stroop (los sujetos ven interferida su tarea de denominar una palabra relativa a un color determinado, cuando la palabra está escrita en un color
diferente –conflicto entre las dos dimensiones estimulares-) el sujeto debe inhibir el color de las letras para contestar únicamente en función del significado
semántico. La interferencia en el procesamiento de la palabra, causa tiempos de reacción más lentos y un aumento de errores en una tarea de denominación. Es
decir, es una tarea de procesos ejecutivos afectada por la inhibición.
Los estudios muestran que con la edad se produce una disminución en la precisión y latencia en la respuesta. Existen correlaciones positivas y significativas entre
la edad y la latencia de respuesta que indican que a medida que aumenta la edad, se incrementa el tiempo de reacción para contestar sin error.
Salthouse indica que los resultados observados en diversas tareas de procesos ejecutivos y en particular las de inhibición, se pueden explicar porque existe un
enlentecimiento con la edad en los procesos cognitivos.

Lynn Hasher entre otros, utilizando tareas que implican inhibición, sostiene que lo que muestran los adultos mayores y ancianos es un proceso específico de
déficit en los procesos de inhibición y resistencia a la interferencia. Los mayores, tienden a atender más a la información distractora presente en el ambiente, lo
que lleva a una actuación más lenta y a un incremento en los errores. Es decir, Hasher indica que los adultos mayores son más vulnerables a la interferencia de la
información no pertinente; por lo que existe un proceso de disminución en la eficacia de focalización de la atención en la resolución de tareas cognitivas que se
verían afectada por la interferencia que produce la información previamente procesada, almacenada en su MLP, o bien a la información presente en el contexto
ambiental de las tareas. Este déficit inhibitorio además de en la focalización, se pondría de manifiesto en el cambio de atención, que sería más costoso y en la
actualización de las representaciones de la MLP que se realizaría asimismo de forma menos eficaz y pertinente para la resolución de la tarea emprendida.

La memoria a largo plazo

En la adultez y envejecimiento surge un deterioro en diversos tipos y tareas de recuerdo, pero este deterioro no es generalizado.

El aspecto cognitivo del que más se quejan los ancianos es la pérdida de memoria, sobre todo de la MLP (olvido de tareas, nombres…).
El procesamiento de la información implica la integración entre la información proveniente del medio y la información previa, almacenada en la MLP, ya sea impícita
o explícita, semántica o episódica.
La memoria episódica (recuerdo localizado espacio-temporal) desciende significativamente a partir de los 30-40 años. Pero existen estudios sobre un tipo de
memoria episódica, la memoria autobiográfica (recuerdos vividos a lo largo de la vida del sujeto), que indican que los mayores y ancianos recuerdan mejor los
hechos ocurridos en su vida antes de los 25 años de edad (no quiere decir que recuerden mejor que los jóvenes recuerdos de su infancia). Esto puede ser debido a
que estos recuerdos estén más “cargados” afectivamente, lo que facilita su permanencia, o bien sean realmente más importantes. Es decir, afecto, singularidad y
relevancia parecen estar implicados.

La memoria semántica (conocimientos generales del mundo), no parece disminuir de forma significativa con la edad. Los mayores sanos, no pierden vocabulario, e
incluso aprenden nuevos conceptos y palabras hasta edades muy tardías. Esto no quiere decir que no existan algunos deterioros con la edad como es el relativo al
acceso léxico, la capacidad para encontrar la palabra que denomina un proceso, objeto o persona. En este proceso cognitivo tienen especial dificultad, y se suele
dar con frecuencia el “lo tengo en la punta de la lengua” recurriendo con frecuencia a los demás para recuperar el nombre de algo que son incapaces de recordar.

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Los mayores muestran un claro deterioro en la memoria explícita consciente, de los conocimientos conceptuales, como se muestra en las tareas de recuerdo libre;
pero en las pruebas de reconocimiento (como responder en los test de varias alternativas) no presentan un deterioro significativo.
En las tareas de memoria implícita, que implican el recuerdo no deliberado de un estímulo previamente aprendido, tampoco existe deterioro significativo con la
edad.
Es decir, la memoria de los mayores se basa más en procesos automáticos, inconscientes y no deliberados (son involuntarios, rápidos, en paralelo, no limitados
por la MO y sin grandes demandas de control y atención consciente) que en los procesos controlados conscientes y deliberados (voluntarios, lentos, en serie,
limitados por la memoria de trabajo y que requieren esfuerzo y atención consciente) tan necesarios en la resolución de tareas complejas y no familiares. Los
mayores recuerdan bien la esencia de las cosas, así como los estímulos y situaciones familiares, y tienden a olvidar o confundir los detalles e información de las
tareas complejas y situaciones novedosas. Esto además de un deterioro en los procesos controlados que son necesarios en el aprendizaje, también se puede deber
a una menor motivación o interés en la realización de actividades experimentales, con frecuencia arbitrarias y poco significativas.
Resumiendo, aunque con la edad existe un deterioro en las tareas de recuerdo, éste no es generalizado como muestran las diferencias encontradas en la
memoria semántica, especialmente con tareas de reconocimiento, y en la memoria implícita, así como en la memoria autobiográfica referente a la infancia
y juventud.

4. LA INTELIGENCIA EN LA EDAD ADULTA Y EL ENVEJECIMIENTO

• CONCEPCIONES DE LA INTELIGENCIA: INTELIGENCIA FLUIDA Y CRISTALIZADA

• La inteligencia cristalizada depende más de la experiencia y nivel cultural de los individuos, mientras que la inteligencia fluida depende
más de la base neurológica.
• El desarrollo intelectual en la edad adulta implicaría un claro deterioro en la inteligencia fluida, mientras que la cristalizada no se
afectaría o incluso se incrementaría.

Galton a finales del s.XIX propone la utilización de medidas sensoriales para evaluar las habilidades intelectuales; pero no es hasta el s.XX cuando la inteligencia
se convierte en un campo de estudio principal de la psicología.
Perspectivas en el estudio de la Inteligencia:
• Psicométrica: se centra en el desarrollo de test y medidas que evalúan y diferencian a los individuos según sus habilidades resolviendo tareas. Se
refiere a los resultados de la cognición que se ponen de manifiesto en la resolución de tareas intelectuales incluidas los test mentales.
• Piagetiana: destaca la relación de la inteligencia con las habilidades sensoriomotrices y el pensamiento lógico, y su desarrollo mediante estadios
durante la infancia y la adolescencia.
• Cognitiva: analiza los componentes de procesamiento de la información que subyacen a las habilidades intelectuales de los individuos; estas
habilidades se manifiestan en la resolución de los test de inteligencia y en las tareas cognitivas utilizadas por la psicología experimental del
pensamiento. Se refiere a los mecanismos de la cognición.

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Los Test mentales surgen a principios del s. XX, cuando Binet entre otros utilizan tareas cognitivas complejas (definiciones de palabras, completar frases…)
para discriminar entre niños normales y los que tienen retraso escolar, comparando a cada niño con su grupo de edad. Bidet sostenía la existencia de una capacidad
de inteligencia general.
Con las aportaciones de Spearman se consideró que la inteligencia medida por los test incluía dos tipos de factores:
- Un factor general “g”.
- Una serie de factores específicos que hacían referencia a un conjunto de aptitudes intelectuales particulares: verbal, espacial, de razonamiento, numérica…
La concepción “unitaria” de la inteligencia dio lugar a los test de inteligencia general, como el Wechsler.
Test Wechsler (WAIS): Se sigue utilizando actualmente. Es un test de inteligencia para adultos que permite calcular el cociente intelectual a partir de las
puntuaciones obtenidas en pruebas verbales (decir el significado de palabras, explicar el significado de proverbios…) y manipulativas, que no necesitan el
lenguaje (rompecabezas, finalización de figuras incompletas…). Existe una versión para niños (WISC).
Está compuesto por 11 subtest (6 verbales y 5 manipulativos).
En la escala verbal se mantienen las habilidades con la edad y en la manipulativa disminuyen a partir de los 30 años.

Concepciones no unitarias de la inteligencia como la de Thurstone, ampliada por Guilford, acentúan la existencia de aptitudes y factores múltiples.
Dentro de las concepciones de factores múltiples Cattell y Horn distinguen entre:
Inteligencia Fluida: conjunto de capacidades intelectuales de carácter abstracto que se aplican en situaciones nuevas y no tienen relación aparente con el
nivel cultural de las personas. Se relaciona con los genes y la heredabilidad de la inteligencia.
Se mide a partir de tareas abstractas (requieren una respuesta rápida y dependen más de la base neurológica)
Inteligencia Cristalizada: conjunto de capacidades intelectuales relacionadas con la organización y estructuración de conocimientos, informaciones y
procedimientos. Depende del nivel cultural. Se relaciona con los componentes ambientales de la inteligencia.
Se mide a partir de tareas de vocabulario e información general (dependen más de la experiencia y nivel cultural)

El desarrollo intelectual en la edad adulta implicaría por tanto un claro deterioro en la inteligencia fluida, mientras que la inteligencia cristalizada se mantendría
e incluso se incrementaría (al incrementarse su experiencia y conocimientos).
Este patrón diferencial se ha confirmado en varios países, pero es probable que no se mantenga en todas las capacidades; además, parece claro que entre los más
mayores puede existir deterioro incluso en las capacidades cristalizadas. Metodológicamente es muy importante el tipo de diseño utilizado.

• ESTUDIOS TRANSVERSALES, LONGITUDINALES Y SECUENCIALES

• Los primeros estudios transversales mostraron un descenso en las habilidades intelectuales que llevaron hablar de un deterioro o
declive intelectual con la edad.
• Los estudios longitudinales indican que no hay deterioro con la edad sino un aumento entre los 40-70 años en algunas habilidades.
• Los estudios secuenciales (más recientes) muestran que hasta los 60 años no hay descenso relevante: el descenso en las habilidades
intelectuales es leve hasta edades más tardías (74-81 años).
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En los estudios sobre los cambios que se producen con la edad, existe confusión entre las siguientes variables relacionadas: edad, momento de medida y cohorte
de generación.

Diseño Transversal: Se estudia a sujetos de diferentes edades en un mismo momento de medida. Permite estudiar las diferencias de los grupos en función de la
edad. Es lo que se hacía en los primeros estudios sobre el desarrollo de la inteligencia en la edad adulta y envejecimiento (se elegían muestras de diferentes
edades y se les pasaban los mismos test en un momento determinado). En la primera mitad del siglo pasado, estos estudios mostraron un descenso en las
habilidades intelectuales con la edad. Wechsler: “el deterioro de la capacidad mental con la edad es parte del proceso general de la senectud del organismo como
un todo”. El problema es que estos estudios confunden edad y cohorte, ya que los sujetos de cada grupo de edad pertenecen a generaciones diferentes (es posible
que los de 60 años obtengan resultados peores, no por un deterioro en su edad, sino por unas experiencias culturales y educativas diferentes; incluso los jóvenes
han podido practicar con test de inteligencia y puede que para los mayores sea su primera vez).

Diseño Longitudinal: Se estudian a los mismos sujetos en diversos momentos temporales de medida, lo que hace posible el estudio del cambio evolutivo intra-
individual. Son estudios muy costosos en tiempo, y están afectados por la mortandad experimental (muchos abandonan, enferman, fallecen…) y por la generación
(sólo se estudia una generación, nacida en el mismo año). A partir de los años 70 del siglo pasado, aparecen estudios longitudinales que indican que el declive
intelectual podría no ser tal. Los datos longitudinales muestran que en comprensión verbal existe incluso un aumento con la edad entre los 40-70 años, también
muestran que las puntuaciones de los ancianos se mantienen al nivel de los adultos jóvenes. Estamos hablando de comprensión verbal (habilidad cristalizada) pero
sirve para mostrarnos las diferencias de ambos diseños.
La mayoría de estudios longitudinales se hicieron con universitarios que seguían acumulando conocimientos y utilizando sus habilidades intelectuales de tipo
académico en su vida cotidiana. Si los diseños transversales tienden a sobrevalorar el deterioro con la edad en la inteligencia , los longitudinales tienden a
minusvalorarlo ya que los individuos que no abandonan el estudio, son los más sanos, activos y motivados.

Para evitar estos sesgos, Schaie realizó un estudio longitudinal durante 35 años (entre 1956 y 1991) en el que evaluó a individuos de diferentes edades, que al
inicio tenían entre 22 y 70 años, en 5 habilidades intelectuales básicas. Cada 7 años repitió el estudio con los que no abandonaron, e incluyó individuos nuevos en
cada grupo de edad. Los resultados indicaron que aunque existen diferencias entre las habilidades, no hay deterioro de la inteligencia en la edad adulta (existe
incluso algún incremento en alguna habilidad como la comprensión verbal) y hasta los 60 años no parece haber un descenso relevante. El descenso es leve hasta
edades tardías (74-81 años) a partir de ahí el descenso es pronunciado.

Diseño Secuencial: Combina estudios transversales y longitudinales, tratando así de eliminar la confusión entre las variables de edad, momento de observación y
cohorte. Al obtener datos de cada edad en diversos momentos de medida, se elimina del estudio el cambio con la edad, es decir, de la comparación entre los
grupos de diferente edad, aquellos debidos a la cohorte. También permite evaluar las diferencias generacionales o de cohorte ya que proporcionan datos de
sujetos de la misma edad, nacidos en diferentes años.
El análisis de las diferencias generacionales ha permitido constatar la existencia de un incremento en las habilidades intelectuales a lo largo del s.XX en las
diferentes generaciones; es decir, parece que los nacidos en la década de los 90 tienen un nivel intelectual superior a los nacidos en los años 20 ó 30; pudiendo ser
debido a la extensión y mejora de la educación, alimentación, o a una mayor práctica con los test de inteligencia.

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5. CONCLUSIÓN: ENVEJECIMIENTO, CEREBRO Y COGNICIÓN

• Las técnicas de neuroimágen han permitido encontrar pérdidas cerebrales con la edad que afectan al volumen de diversas
estructuras, a la contracción de los haces de axones y a la disminución de los receptores de dopamina.
• Se incrementa la activación neuronal en los adultos y se manifiesta en una mayor activación bilateral de las áreas prefrontales.
• Hay mecanismos de compensación a través de los que el cerebro se adapta a las pérdidas mediante una reorganización que conlleva
un aumento en la activación y un reclutamiento de áreas hasta entonces no implicadas en la resolución de determinadas tareas.

• Existe un deterioro cognitivo que se pone de manifiesto en un enlentecimiento en la velocidad de procesamiento, así como en una reducción de la memoria
operativa, una menor eficacia en el control inhibitorio y una disminución en determinadas capacidades de memoria a largo plazo.
• Los resultados del análisis de la cognición mediante test de inteligencia, muestran un patrón parcialmente diferente; aunque existen diferencias relevantes
entre las diversas aptitudes, no parece existir una disminución general en la inteligencia hasta edades por encima de los 65-70 años, dependiendo del tipo
de aptitud estudiada. Es decir, existe un retraso en el deterioro intelectual con respecto al deterioro de los mecanismos de la cognición. ¿A qué se debe
este parcial desacuerdo entre el desarrollo de los mecanismos y el de los resultados de la cognición?
• Gracias a las técnicas de neuroimagen hay evidencias sólidas de que existen cambios cerebrales relevantes en la edad adulta. Mediante resonancia
magnética estructural se aprecia disminución del volumen en determinadas estructuras cerebrales, en particular en la zona caudal, cerebelo, hipocampo y
áreas prefrontales. Un rasgo básico de esta contracción es su carácter diferencial (no se da en todas las estructuras, ni es igual en todos los individuos). A
partir de los 50 años existe un adelgazamiento de zonas de la corteza cerebral, como el córtex visual o frontal, que podría servir de base a la disminución
en la visión y en las funciones cognitivas.
• Además de las contracciones en la materia gris, también existen pérdidas en la materia blanca, formada por los haces de axones de las neuronas que
circulan por debajo de la corteza cerebral. Dada la función de conexión neuronal de los axones, su disminución explica el enlentecimiento del
procesamiento. También se ha encontrado una disminución en los receptores dopaminérgicos, que cumplen una importante función en la regulación de la
atención y explican algunos de los cambios en los mecanismos de la cognición.
• Mediante resonancia magnética funcional se observa un incremento en la activación neuronal en los adultos, sobre todo activación bilateral de las áreas
prefrontales (determinadas tareas verbales de memoria operativa y a largo plazo, activan ambos hemisferios en los mayores, y sólo el izquierdo en
jóvenes). Estos cambios sugieren que durante la edad adulta aparecen mecanismos de compensación (a medida que se envejece se adapta a las pérdidas
mediante una reorganización que conlleva un aumento en la activación y un reclutamiento de áreas hasta entonces no implicadas en la resolución de tareas).
• Esta compensación actúa a través de un proceso de indiferenciación progresiva de las funciones del cerebro (en los jóvenes el tejido neuronal encargado
de las tareas motoras y cognitivas está altamente especializado, y con el envejecimiento se produce una indiferenciación que hace que diferentes áreas
estén implicadas a la vez, en la resolución de las mismas tareas).Este proceso de andamiaje, se produce a merced de la propia actividad cognitiva, así como
al entrenamiento,
• La plasticidad cerebral se extiende en la edad adulta y en la vejez. El entrenamiento y ejercicio físico mental permiten establecer nuevas conexiones y
reclutar nuevas áreas cerebrales, principalmente en el córtex prefrontal, que ayudan en la realización de diversas tareas cognitivas, esto hace posible
llegar a la ancianidad en buenas condiciones intelectuales.
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