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El Mensaje que
predicamos
Informe de Lectura “Una Predicación efectiva
para el siglo XXI” Juan Medina.
Homiletica
22 de Junio de 2017
Este documento está inserto en la asignatura de Homiletica del Seminario teológico Bautista de la
Araucanía y constituye un resumen del apartado “una predicación efectiva para el siglo XXI de
Juan Medina en el Manual “El Mensaje que predicamos” de la editorial LOGOI
Introducción.
(1 de Corintios 1:20-21)
La predicación debe ser uno de los temas más requeridos y analizados por los
cristianos hoy, esto precisamente porque hoy vivimos una crisis en relación a la
predicación y esta se debe principalmente, a que el enfoque en nuestros servicios y
reuniones congregacionales se a perdido, centrando lejos de la palabra y yéndose hacia
otros elementos, tales como la música perdiendo el real enfoque de lo que un culto que
existe para la “Gloria de Dios” debe ser.
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Capítulo 1: La Predicación Expositiva.
“Dios escogió el medio de la predicación para salvar el mundo” con estas palabras
del Dr. Les Thompson el autor inicia el primer capítulo de este manual de predicación
expositiva, esto para enfatizar la importancia de este medio de comunicación entregado
por Dios que es la predicación, se señala en el libro que hoy vivimos una crisis interna
dentro de las iglesias respecto a la exposición de sermones bíblicos, esto principalmente
porque la iglesia ha centrado su atención en otras cosas y ha olvidado el mensaje de la
palabra de Dios. Hoy en día tenemos una gran variedad de predicadores en los pulpitos
latinoamericanos, pero muy pocos que realmente estén predicando el mensaje de Dios
por medio de su Palabra, el autor señala que en la actualidad escuchamos más gritos,
cuentos, historias, noticias e incluso opiniones políticas, pero muy poco de la Palabra
Santa de nuestro Señor, la iglesia ha olvidado lo esencial y ha relegado a un segundo plano
el medio escogido por Dios para la salvación de las personas.
¿Qué solución propone el autor para solucionar esta problemática? Antes que todo
debemos volver a la Palabra de Dios, y a una predicación fiel a está, para lo cual el autor
propone como único método; la predicación expositiva. Pero ¿Qué es predicación
expositiva? El autor resume el concepto con las siguientes palabras “la comunicación
directa de la Palabra de Dios” si bien posteriormente nos entrega definiciones más
completas, en estas palabras se resume la esencia de este estilo de predicación, sin duda
alguno creo al igual que el autor que hoy en día nos hacen falta más predicadores que se
atrevan a predicar expositivamente, entregando todo el consejo de Dios “el cual es útil
para redargüir, corregir e instruir en Justicia”.
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la tare primordial y fundamental de un pastor sobre todos los demás, siguiendo el ejemplo
de los apóstoles en Hechos donde señalan que no es justo que “nosotros dejemos la
Palabra de Dios”, esto le da vital importancia a la predicación como medio.
Además cabe resaltar que es la mejor manera para decir lo que la Biblia quiere
decir, según el Dr. Robinson “La autoridad tras la predicación no yace en el predicador,
sino en el texto bíblico” y esta forma de predicación según el autor es la única que
realmente permite esto, pues pone énfasis y da prioridad al texto, unido con la forma de
comunicación.
Puedo decir entonces al igual que el autor que toda predicación debe ser expositiva y que
su objetivo primordial, debe ser glorifica al Señor de la Palabra, pues esta es suya y
nosotros somos sus heraldos enviados a pregonar su mensaje con verdad e integridad.
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Capítulo 2 y 3: Cuatro Etapas en la preparación de sermones expositivos.
En este paso según lo que nos indica el autor un factor clave es el tiempo, ya que
este influye en la preparación que podamos tener en nuestro sermón, no debemos pensar
que es posible prepara un sermón tan solo la noche anterior que debemos predicar, ya
que esto es una irresponsabilidad por parte del predicador y puede desencadenar en una
improvisación en el pulpito lo cual es nefasto no solo para quien predica, sino
mayormente para la congregación que espera ser edificada por medio del mensaje de la
palabra del Señor.
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poder tocar todos los temas que la escritura nos entrega en la riqueza literaria de cada
uno de sus libros, siendo especialmente para mí lo más valioso de esta idea.
Observación:
Otro punto importante a la hora del primer paso de la familiarización con el texto,
es la observación de este mismo, es necesario que como estudiantes de las escrituras
pongamos ojo a cada detalle de esta mismo con el propósito de conocer y comprender de
forma precisa y concisa lo que el texto quiere decir, para lo cual debemos poner atención
a los siguientes detalles:
Primero debemos leer muy bien el texto, las veces que nos resulten necesarias,
apropiándonos de los que leemos y buscando respuestas en nuestra lectura de la palabra
de Dios.
El texto plantea como primer paso hace un análisis del contexto inmediato del texto
seleccionado para el sermón, determinando cual es el flujo de ideas que plantea el autor
teniendo en consideración lo que esta antes y después del texto en cuestión. Esto me
parece fundamental si consideramos ejemplos claros como el de 1 de Corintios 13, texto
que nos entrega una verdadera y completa descripción del amor bíblico, pero que es
incomprensible si no tomamos en consideración el capítulo 12 de la misma carta, donde
Pablo habla acerca de los dones espirituales, proponiendo el amor como “un camino más
excelente”, esto más sentido cuando vemos que el capítulo 14 continua con el problema
de los dones específicamente la diferencia entre el de lengua y profecía. Esto es solo un
ejemplo de como el contexto próximo puede darnos una mayor y mejor perspectiva
acerca del pasaje.
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El segundo paso planteado por el autor tiene que ver con determinar el propósito del
libro en donde se encuentra mi texto seleccionado, esto según el autor permite saber cuál
es el plan general del autor y que ese texto está dentro de esta idea y no puede ser aislado
de ella. Según mi opinión veo que esta paso permite una enseñanza coherente con todo el
texto bíblico y nos ayuda a evitar malas interpretaciones a la hora de predicar el mensaje
del Señor, nos da para metros general y que impulsan el texto con un determinado
objetivo.
Como tercer paso el texto plantea que es necesario derivar (del propósito general del
libro) el propósito específico del pasaje, esto nos servirá para tener un propósito definido
en nuestro sermón, y que según mi opinión y la del autor resulta fundamental, a la hora
de poder tener un sermón bien preparado y con un enfoque claro. El tercer paso tiene
relación con la palabras claves, es sumamente necesario que nosotros los predicadores de
la palabra a la hora de preparar un sermón tengamos claro cuáles son las palabras claves
de nuestra predicación, puesto que es necesario que esta palabras sea oídas y entendidas
por los oyentes, generalmente las palabras claves son aquellas que más se repiten, pero
no siempre es así, pero es el predicador el que tiene que tener en claro cuáles son esas
palabras claves, entenderlas y buscar la forma que la audiencia pueda no solo escucharlas
si no que entenderlas también.
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Capítulo 4 y 5: El proceso en la preparación de sermones expositivos.
La idea central se compone principalmente del tema del pasaje más su complemento y
al momento de desarrollarla, esta puede ser por medio de la elaboración de los subtemas
o puntos mayores, además en la predicación la idea central puede ser mencionada y
explicada, ser probada y demostrada y particularmente ampliada por medio de la
repetición constante de esta en los llamados subpuntos.
Estructurar el Sermón
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Cap. 5: La Estructura final del mensaje.
Finalmente el libro cierra con la idea de la estructura final, el mensaje debe salir a la
luz y ser observado por la audiencia pero, para ellos es necesario que primero tengamos
claro cómo se desarrollara nuestro mensaje, y las partes que este debe tener, según el
autor, es necesario en este paso que nuestra idea exegética se convierta en predicable,
por medio de una idea o propósito claro del sermón, así mismo los puntos mayores deben
transformarse también en oraciones predicables y que tengan sentido para la comunidad
que escucha nuestro mensaje.
Pero el bosquejo debe tener una estructura final, algo que le dé continuidad y que
tenga los propósitos bien definidos, ya que es la ruta de guía del predicado que se
enfrenta a una audiencia en cuestión. En el texto se plantea que el sermón debe tener
primero:
a. Una Introducción
Este define lo que se desea alcanzar, se debe incluir dentro del sermón y tiene
relación con las razones por las que el predicador escogió tal texto, sobre todo con
lo que el predicador espera de la audiencia y desea que suceda con ella. El
propósito no se predica, pero si no se puede predicar sin un propósito, según
Suazo “Ningún predicador puede permitirse el error de predicar sin un propósito
claro y definido en su mente” finalmente el propósito debe estar orientado en
relación al predicador y lo que él debe hacer (informar, persuadir, aplicar) y lo que
se debe conseguir con la audiencia (Que entienda, que se convenza, que cambie).
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c. El cuerpo del Sermón.
Aquí es donde se incluyen todos los demás elementos que son parte del sermón,
idea exegética, homilética, puntos mayores y sub-puntos, se deben incluir además
material de apoyo, ya sean ilustraciones, aplicaciones, explicaciones, entre otras,
que tiene como objetivo aclara o reforzar ideas de nuestro mensaje, estos no
deben ser el centro de nuestro mensaje por ningún motivo nuestra predicación
debe centrase en una ilustración, es la palabra de Dios lo que debe guiar nuestro
mensaje y lo demás solo sirve como puntos de aclaración que faciliten la
comprensión del mensaje por parte de la audiencia. Si utilizamos aplicaciones, las
cuales debemos usar para hacer más pertinente nuestro mensaje, estas deben ser
estrictamente bíblicas, deben surgir del texto mismo y no he cuestiones externas
que hagan pensar a nuestra audiencia que existe alguna falta de preparación o
intención de hacer hincapié en alguna situación que se esté viviendo en la
congregación o directamente en la vida del hermano.
d. La conclusión.
Como sugerencias finales del autor este propone al lector y predicador de su libro, el
realizar manuscritos del sermón, esto con la finalidad, de poder atender a problemas
básicos como la dicción, la selección de palabras, evitar la improvisación controlar el
tiempo entre otros, esto según mi opinión es útil, pero en ocasiones puede coartar la
libertad del predicador y llevar a este a convertir su mensaje en sermón leído lo que no es
muy didáctico para la exposición de la palabra del señor. El último consejo del autor es
partir el sermón y repasarlo las veces que resulte necesario lo que encuentro que es
crucial en el desarrollo de este mismo y la preparación sobre todo de aquellos que
predican por primera vez
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Conclusión.
Luego de haber podido leer este libro me quedo con la enorme satisfacción de que sin
duda alguna tomar la bandera de la Predicación expositiva vale la pena, sin duda alguna
debemos considerar que esto demanda tiempo y esfuerzo, pero todo aquello no es más
que beneficio para quien predica porque es tiempo perfecto en la compañía perfecta del
Espíritu Santo en rededor del mensaje supremo del Altísimo.
Dios nos ha dejado su palabra como un regalo inmerecido, como un tesoro incalculable,
pero que conlleva un peso enorme sobre quién debe y tiene la responsabilidad de
entregar el mensaje de Dios.
Este libro sin duda alguna, es una ayuda que para aquellos que tenemos esta tarea de
predicar en nombre de Dios y frente a su presencia, como heraldos del gran Rey, este
manual nos recuerda la centralidad de nuestro mensaje y su propósito y nos entrega
herramientas útiles para todo aquel que quiera poner a la predicación en el lugar de
donde nunca debió haber salido.
Sin duda alguna mi vida ha sido bendecida con este libro y espero que esto ocurra con
cada quien tomo la sabia decisión de leerlo y abrazar la bandera de la predicación
expositiva, solo me gustaría terminar señalando que es nuestra responsabilidad que la
predicación pueda volver al centro de nuestro servicios y por sobre todo somos nosotros
quienes debemos recordar y nunca olvidar que cada vez que predicamos, estamos
hablando “De parte de Dios y delante de Dios” y temblar ante su presencia.
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