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Es preciso hacer notar que el abandono a que hacemos mención encontró su primer
antecedente en los sucesos del levantamiento morisco de 1501 y la batalla de Ronda. La
utilización intensiva de la artillería castellana contra la muralla adyacente al arrabal
islámico donde se situaban los Baños provocó la destrucción de la zona en un grado tal
que desaconsejó su reconstrucción. De hecho, la muralla no fue reedificada y el antiguo
arrabal bajo, luego llamado barrio de San Miguel, dejó de ser paso forzoso de los que
llegaban a Ronda en favor de una nueva entrada que hoy conocemos como Puente Viejo.
De la boyante industria artesanal de época islámica, fundamentalmente alfares y tenerías,
solo ha sobrevivido su recuerdo, plasmado en la toponimia menor: puente de las
Curtidurías, puerta de los Esparteros, camino de las Ollerías, etc.
En siglos sucesivos, el fenómeno de despoblación y las crecidas de agua por el
desbordamiento del río Guadalevín colmataron de barro los baños árabes hasta hacerlos
desaparecer de la vista y la zona resultó cubierta de maleza. En 1925, la aristócrata Doña
Trinidad von Scholtz Hermensdorff compró estos solares con intención de hacer un jardín
y en uno de ellos aparecieron los restos de un conjunto de escaleras talladas en la roca
que bajaban hasta un pequeño manantial. Ante el hallazgo de las arcadas de los baños,
cedió en venta los terrenos al Estado, pero la Admistración dejó en suspenso las esperadas
labores de puesta en valor de los Baños Árabes y su entorno hasta 70 años más tarde.
Estas han tenido lugar merced a los trabajos de inventariado, documentación y excavación
de Padial Robles (Garrido y Padial, 1996; Padial y Aguayo, 1998; Castaño y Rosales,
1998), y a los de limpieza y restauración de Ferrando de la Lama (1987) y De la Torre
Fragoso (1999).
Para Roselló, los atifles se colocarían en el horno estando el barro verde, de modo que su
efecto de roce sobre la cobertura vítrea de las piezas fuera mínimo durante la cochura. Si
la pieza tiene más fuerza que el atifle, arrancará la superficie de este, que está verde. Si
ocurre lo contrario, será el trípode el que resultará con manchas de vedrío.
1.3. Las manchas de vedrío como indicador del tipo de cerámica. La cerámica nazarí
La mayor parte de los atifles inventariados se encuentran afectados de manchas de vedrío,
siendo el color y composición de las manchas un magnífico indicador para identificar el
tipo de cerámica en la cochura.
En el caso del ámbito geográfico de los Baños de Ronda tiene especial interés identificar
la presencia de cerámica nazarí. La cerámica nazarí incluye un tipo de loza dorada que
nació en la ciudad de Málaga en el ámbito del recién constituido reino nazarí cuyo primer
gran mandatario fue Muhammad ibn Nasr que se declaró vasallo del rey Fernando III de
Castilla. Como consecuencia de los avances de la Reconquista por parte de los reyes
cristianos la industria de la loza languideció hasta extinguirse en Murcia y Almería
mientras que los alfares de Málaga tomaron una gran notoriedad que continuaría hasta el
fin del reino nazarí.
La cerámica dorada o de lustre realizada en Málaga y las ciudades próximas fue conocida
como opera Malika y se caracteriza por los efectos iridiscentes producidos por los óxidos
metálicos aplicados en una tercera cocción sobre un esmalte ya cocido. La técnica se basa
en tres cochuras: las dos primeras, mediante fuego oxidante, sirven para fijar la forma y
decoración; la última, mediante fuego reductor y menor temperatura, sirve para dar el
dorado conseguido aplicando una solución de cobre y mercurio a la decoración.
Visualización, al microscopio óptico, de restos de vedrío en el perímetro de apoyo de uno de los picos
y detalle ampliado mostrando su color melado.
Los resultados analíticos por SEM-EDS del vedrío han mostrado una composición similar
a la de la pasta que circundan (silicio, aluminio, calcio, magnesio, potasio, hierro y titanio)
pero con un componente adicional esperado: plomo.
Análisis químico cualitativo de la pasta: Si, Al, Ca, Mg, K, Fe, Ti. Composición
mineralógica por difracción de rayos X: cuarzo, feldespato, melilita, piroxeno,
óxidos de hierro, micas y algo de calcita.
Análisis químico del vedrío o vidriado por SEM: Pb, Si, Al, Ca, Fe, Mg, K.
Elemento Wt % At %
OK 29.31 64.43
Mg K 01.15 01.67
Al K 02.74 03.58
Si K 14.43 18.06
KK 00.93 00.84
Ca K 02.47 02.16
Fe K 02.05 01.29
Pb L 46.92 07.97
Resultados del análisis por EDS de los restos de vedrío del atifle
Imágenes por microscopía electrónica de barrido (MEB/SEM) del vedrío. La imagen de la izquierda
ha sido obtenida con electrones secundarios. La imagen de la derecha, correspondiente al mismo
campo pero obtenida con electrones retrodispersados, muestra una zona muy brillante acorde con la
presencia de elementos pesados (Pb, Fe).
4. INTERPRETACIÓN DE HALLAZGOS Y RESULTADOS
Los Baños no sirvieron como alfar. El hallazgo del atifle objeto de estudio en las
inmediaciones del recinto de los Baños, pero no en su interior, excluye la posibilidad de
que tras la conquista castellana estas instalaciones fueran reutilizados, además de como
tenerías, como alfar. La presencia del atifle en una escombrera adyacente al recinto,
embutido en barro, junto a otros fragmentos cerámicos, ha de atribuirse al efecto de
arrastre de materiales producido por las avenidas del Guadalevín sobre los alfares y
tenerías de la zona, materiales que terminaron colmatando los Baños.
Otros restos cerámicos hallados en la escombrera adyacente a los Baños árabes de Ronda
El estudio de la composición de los restos de vedrío melado sobre el atifle (la presencia
de plomo y hierro justifica el color melado del vidriado) permiten afirmar que fue
utilizado en la cocción de cerámica nazarí, pero la ausencia de los elementos plata y cobre
ha impedido certificar que se trate de opera Malika.
5. BIBLIOGRAFÍA