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11/08/2015
Con motivo de celebrarse el Día Internacional de la Juventud, el Instituto Nacional
de Estadística e Informática - INEI dio a conocer que al 30 de junio de 2015, la
población joven entre el rango de edad de 15 y 29 años, en nuestro país, asciende a
8 millones 377 mil, que representa el 27% del total de la población. De la población
joven, 4 millones 136 mil son mujeres y 4 millones 241 mil son hombres.
Más del 35% de jóvenes que están trabajando tienen educación superior
universitaria y superior no universitaria
A nivel nacional, el 19,4% de los jóvenes de 15 y 29 años de edad que están
trabajando tienen educación superior universitaria, el 16,8% tiene superior no
universitario y el 52,7% educación secundaria.
31.05.2016 / 10:03 am
A nivel nacional, para el año 2015 la población peruana es de 31 millones 151 mil 643
personas. De este total, 8 millones 377 mil 262 se ubican entre los 15 y 29 años de edad, es
decir, la población joven representa el 26,9% de la población total (ver gráfico 2.1).
La población joven seguirá aumentando ligeramente hasta el año 2030 y luego de ello sufrirá
La población joven de 15 a 29 años de edad se distribuye en los siguientes grupos: el grupo de
15 a 19 años de edad con el 34,5%, el grupo de 20 a 24 años de edad con el 33,8% y el grupo
de 25 a 29 años con el 31,8% (ver gráfico 2.3).un paulatino descenso en su tamaño (ver gráfico
2.2).
Del total de la población joven peruana, el 50,6% son hombres y el 49,4% son mujeres (ver
gráfico 2.4).
Según el área urbana o rural en la que habitan los jóvenes, se distribuyen de la siguiente
manera: el 77,5% del total de la población joven peruana reside en el área urbana y el 22,5%
en el área rural (ver gráfico 2.5).
Pobreza de jovenes
Uno de los avances importantes experimentados durante los últimos cinco años ha sido la
reducción de la pobreza y la pobreza extrema, la cual ha sido vivida a un ritmo un poco mayor
por la población joven. No obstante, la afectación de la pobreza mantiene graves
desigualdades. En primer lugar el sexo continúa siendo un factor diferencial, pues las mujeres
son relativamente más pobres que los varones. Así mismo, hay una estrecha relación entre la
variable sexo y el área de residencia, principalmente en áreas rurales, factores de
vulnerabilidad para las y los jóvenes del Perú. La reducción de la pobreza experimentada se ha
debido fundamentalmente al incremento en los ingresos, posiblemente también a la extensión
de las jornadas de trabajo que permitió mayores ingresos, dada las mayores posibilidades de
empleo que originó el crecimiento económico, y a las transferencias monetarias públicas y
privadas. Sin embargo, al no estar referida a la vez a la reducción de las necesidades básicas
insatisfechas, lo cual significa aumento de patrimonio (que es probable que también haya
mejorado pero no necesariamente), habría un sector de la población que traspasó la línea de la
pobreza en esta coyuntura, pero que en una fase económica recesiva podría retornar a la
pobreza, principalmente la más vulnerable: mujeres, población infantil y adolescente, personas
de lengua nativa materna y quienes residen en el ámbito rural. Es más probable que la
disminución o erradicación de la pobreza extrema, como ha ocurrido en algunas regiones, sea
más sostenible en el ámbito urbano, pues no se trata sólo del aumento de los ingresos que
proporcionalmente fue mayor que en el área rural, sino al hecho de contar con mayor capital
humano, capital físico privado y público, capital social y capital institucional. En el espacio rural
la capacidad de gasto de las familias habría aumentado principalmente como resultado de la
acción de los programas sociales que transfirieron dinero a las familias. No obstante, la pobreza
en el medio rural es de carácter estructural, relacionada con incipientes ingresos por la muy
baja productividad de sus minifundios, altos índices de desnutrición infantil, muy baja calidad
educativa y poco acceso a servicios de infraestructura. Para acelerar la disminución de la
pobreza de manera sostenible e incluso para evitar la reversión, se requiere estrategias más
integrales que transformen estas condiciones, y no únicamente transferencias monetarias.
edeucacion
La inserción laboral juvenil es uno de los principales ejes de preocupación de todos aquellos
actores que se ubican en el ámbito público de la toma de decisiones, sin embargo, las
demandas del sector de la población directamente afectada, los jóvenes; van más allá de la
inserción y hacen énfasis en diversos aspectos que son de vital relevancia. De este modo,
cobran importancia los elementos relacionados a las condiciones del trabajo mismo, puesto
que el reto no se deposita únicamente en el acceso al mercado, sino en garantizar que el
mismo vaya acompañado de oportunidades de desarrollo para las y los mismos jóvenes, así
como para el país desde una perspectiva de largo plazo que asegure la sostenibilidad en el
futuro. Por otro lado, y en estrecha relación con la materia laboral, también es vigente la
preocupación por los ingresos de la población juvenil, dado que afecta directamente a los
bienes y servicios a los que pueden acceder, y por tanto a la calidad de vida que pueden gozar.
El presente segmento busca exponer aquellos factores que inciden en dificultades para
alcanzar ese desarrollo, además de ahondar en el análisis de las diferencias y brechas que se
van abriendo paso y generan desigualdad afectando a la población juvenil del país. El presente
capítulo se constituye como un esfuerzo por llevar la mirada más allá de la problematización de
la inserción laboral juvenil en el sector formal o informal, y busca articular la reflexión desde
una perspectiva que visibilice la realidad desde un enfoque generacional que integre las
oportunidades y debilidades del contexto en el que se desenvuelven. Las variables y elementos
tomados a continuación pretenden visibilizar la realidad del empleo y del ingreso de las y los
jóvenes, a través de la revisión de diversos indicadores y cuadros estadísticos.
Respecto a la tasa de actividad por grupos de edad, los porcentajes demuestran menor
actividad al nivel del grupo etario que se ubica entre los 15 y 19 años de edad, mostrando una
ligera tendencia al descenso a partir del año 2012. Las razones de ello derivan de la etapa
específica de transición y que se caracteriza por estar ligada a las actividades formativas
educativas y de adquisición de conocimientos fundamentales para la futura inserción laboral.
Ya la situación de los otros dos grupos de edad (de 20 a 24 años y de 25 a 29 años) se mantiene
bastante estable a lo largo de los años expuestos, con una ligera tendencia al descenso con la
entrada del año 2013. Podríamos afirmar sin lugar a duda que aumentan los porcentajes sobre
la tasa de actividad en la medida en que las personas jóvenes logran mayor edad (ver gráfico
5.2).
Tasa de desempleo
Este indicador mide el total de personas que no tienen empleo pero que buscan trabajo
(también se le conoce como desempleo abierto). Este es el indicador más utilizado para evaluar
el estado del mercado laboral en todo el mundo. Durante el periodo estudiado (2009-2014) la
tasa de desempleo ha sido mayor para la población joven respecto al promedio de la población
adulta. Esta brecha se ha ampliado considerablemente llegando a significar más del triple. En el
año 2014 la tasa de desempleo adulto era de 1,7% y la tasa de desempleo juvenil alcanzada el
7,6%. A diferencia de la tasa de desempleo adulto que ha tenido una constante tendencia a la
baja, la tasa de desempleo juvenil se mantuvo constante durante el último quinquenio (ver
gráfico 5.4).
Población joven que no trabaja ni estudia
Existe un segmento de la población joven que está excluido del mercado de trabajo y del
sistema educacional. Se hace necesario cuantificarlo y ponerlo en evidencia para el desarrollo
de estrategias adecuadas que permitan que, por lo menos una parte, pueda ser incorporada o
reincorporada a futuro al mercado laboral o a la vida educativa. En el Perú, para el año 2014, el
16,9% de las y los jóvenes a nivel nacional corresponde a esta sección. Según el sexo, es mayor
la proporción de mujeres (23,0%) respecto a los hombres (11,2%). Es probable que una buena
parte de ellas hayan dejado estudios y/o trabajo para dedicarse a los quehaceres domésticos y
al cuidado de los hijos, actividades que están invisibilizadas y no se considera como trabajo.
Pero también como ya hemos visto, son las mujeres las que en mayor proporción buscan
trabajo y no lo consiguen. Respecto a los varones habría que indagar las razones de su
alejamiento de la vida escolar y/o laboral (ver cuadro 5.6).
Según el área de residencia, es mayor la cantidad de jóvenes Ni-Ni en el área urbana (17,9%)
respecto del área rural (13,5%). Por otro lado, a menor nivel educativo alcanzado, es mayor la
proporción de jóvenes que no estudia ni trabaja: 26,5% para los que alcanzaron el nivel
educativo primario, 19,7% para los que alcanzaron secundaria, 11,3% superior no universitaria
y 8,3% universitaria. A mayores años de escolaridad es menor la cifra de jóvenes dentro de esta
categoría.
Síntesis en salud
Según el área de residencia, es mayor la cantidad de jóvenes Ni-Ni en el área urbana (17,9%)
respecto del área rural (13,5%). Por otro lado, a menor nivel educativo alcanzado, es mayor la
proporción de jóvenes que no estudia ni trabaja: 26,5% para los que alcanzaron el nivel
educativo primario, 19,7% para los que alcanzaron secundaria, 11,3% superior no universitaria
y 8,3% universitaria. A mayores años de escolaridad es menor la cifra de jóvenes dentro de esta
categoría.
Una primera constatación del informe es que existe una insuficiente atención de las
necesidades con respecto a la salud sexual y reproductiva de las y los jóvenes, en especial en
adolescentes, ello se puede percibir fundamentalmente en el incremento de la tasa de
embarazo en adolescentes. El estudio da varias pistas que podrían estar relacionadas con esta
problemática. La tasa del uso de métodos anticonceptivos modernos se ha incrementado para
todos los grupos de edad, menos para las adolescentes que, además, tienen las tasas más bajas
de uso. En segundo lugar, si bien las jóvenes en su conjunto son las que menos satisfecha
tienen sus necesidades de planificación familiar respecto al total de mujeres en edad fértil, las
adolescentes son las de mayor necesidad insatisfecha. Hay que agregar que, de manera
preocupante, todos los grupos aumentaron el porcentaje de necesidad insatisfecha de
planificación familiar, pero las adolescentes lo hicieron en mayor proporción. Todo lo cual
reflejaría la desatención creciente del sistema de salud a este grupo poblacional, lo cual
vulnera sus derechos reproductivos. El efecto entonces, resulta claro: casi el 70% de sus
embarazos no fueron deseados en el momento que resultaron embarazadas. De lejos, las
adolescentes son las más perjudicadas, en relación a los otros grupos de edad.
Lamentablemente, como ya lo dijimos, esta proporción se incrementó del año 2009 al 2014.
Hay que tener en cuenta que aún existen barreras legales en este país que impiden que las y
los adolescentes puedan ejercer su derecho a una vida sexual saludable y responsable. Por
ejemplo, la Ley General de Salud no permite que los adolescentes puedan acceder a métodos
anticonceptivos sin la presencia de los padres o el tutor, e incluso hay restricciones a la
información que se le pueda dar a un y una adolescente menor de edad en los
establecimientos de salud, todo lo cual impide que el Estado cumpla con su obligación de
proveer educación integral para la sexualidad y el derecho de las y los adolescentes a acceder a
información e insumos de anticoncepción en los servicios públicos de salud. Respecto a las
prácticas sexuales de las mujeres, resulta muy preocupante que más de las dos terceras partes
de las jóvenes no utilicen un preservativo en sus relaciones sexuales ocasionales, lo cual las
expone de manera grave, tanto a embarazos no deseados como a ITS y/o al contagio del VIH-
SIDA. Si bien este comportamiento riesgoso está generalizado en la mayoría de las jóvenes, hay
grupos de mayor riesgo, como las jóvenes sin educación o con solo primaria. Sin embargo,
desde el año 2009 la gran mayoría de mujeres jóvenes está bien informada respecto del uso
del preservativo, y de su efecto para prevenir el contagio del VIH y esto es muy contradictorio
con sus prácticas, lo que muestra que el problema es más complejo que sólo transmitir
información. Habría que tener en cuenta, como se ha señalado en diversos estudios, que
existen patrones culturales muy enraizados sobre la sexualidad y las relaciones de género que
están en la base de estas conductas, y que resulta impostergable ponerlas en evidencia,
cuestionarlas y cambiarlas. Este es desafío impostergable para la sociedad en su conjunto, y
para el sistema educativo en especial.
Síntesis en violencia
Del conjunto de la población, los y las jóvenes son los/as más golpeados/as por la violencia,
tanto de género como la delictiva. Respecto a muertes ocasionadas por hechos delictivos, estos
han tendido a incrementarse y la más afectada ha sido la población joven, al respecto también
se ha observado que en la población penal los jóvenes son el grupo de edad más importante,
es por ello que cualquier política de seguridad ciudadana y de promoción de cultura de paz,
debería tener una mirada de las necesidades diferenciales a lo largo del ciclo de vida. La
delincuencia juvenil causa estragos profundos no solo en las víctimas, sino también en sus
familias y sus comunidades. Sus consecuencias se expresan no solo en el número de muertes,
en las enfermedades y discapacidades que provoca, sino también en el deterioro de la calidad
de vida del total de la población. La violencia juvenil aumenta enormemente los costos de los
servicios de salud, disminuye el valor de la propiedad por la inseguridad del entorno, y en
general socaba la estructura de la sociedad. Este problema no puede verse aislado de los otros
problemas vistos en este informe, como el ausentismo escolar, el abandono de los estudios, las
dificultades para incorporarse en el mercado de trabajo, los muy bajos ingresos para un amplio
sector de jóvenes, la ingesta de alcohol, y la violencia en el entorno familiar, entre otras.
La violencia contra las mujeres por razones de género en las relaciones de pareja, afecta a la
gran mayoría de ellas. Las tasas son muy altas y su descenso ocurre en forma muy lenta.
Dentro de las mujeres, las jóvenes son las más afectadas por la violencia física y/o sexual, y
cuanto más joven sea una mujer mayor expuesta está al ejercicio de la violencia de parte de su
pareja. Hemos señalado algunos factores relacionados con la mayor vulnerabilidad de las más
jóvenes, principalmente porque serían las más dependientes teniendo en cuenta el ciclo de
vida familiar donde ellas estarían al cuidado de niños y niñas de muy temprana edad o estarían
en la etapa de la gestación, por ello habrían abandonado o no asumido labores remuneradas
en el mercado de trabajo, todo lo cual las pondría en desventaja para enfrentar relaciones de
poder desfavorables. Además, se han encontrado algunas diferencias novedosas. No son las
jóvenes de menor nivel educativo y de mayor pobreza las principales afectadas por la violencia
física y/o sexual, sino quienes ascienden a un nivel educativo intermedio, es decir a la
secundaria, y quienes también ocupan los quintiles intermedios de la riqueza. Según diversos
estudios, algunos de los cuales hemos señalado, la violencia de género es un medio aprendido
por los hombres para mantener autoridad y poder sobre las mujeres respondiendo a patrones
culturales muy arraigados que se sustentan en creencias sobre una supuesta superioridad
masculina. Resulta muy preocupante el grave problema del feminicidio y más aún cuando las
víctimas son principalmente mujeres jóvenes, porque se truncan de manera definitiva vidas
con aun una larga expectativa y con todas las potencialidades de aporte para sus hijos e hijas,
sus familias y la comunidad. Diversas evidencias señalan que los actos de feminicidio no son
producto de un hecho aislado, sino la culminación de sostenidos episodios de violencia, unos
que nunca fueron denunciados y otros que a pesar de existir denuncias las autoridades nada
hicieron para detener la violencia y prevenir ese desenlace fatal. El feminicidio es producto de
todo un sistema que discrimina a la mujer y es una “práctica” que tiene como base la cultura
machista. Por eso, otro dato que preocupa es que apenas un quinto de las mujeres jóvenes que
sufren violencia física buscan ayuda institucional, y las que menos acuden a estas instituciones
son las más jóvenes. Se añade al problema que en vez de incrementarse el porcentaje de
quienes buscan ayuda institucionalizada más bien tienda a descender, cuando se supone que
ha crecido la oferta de servicios de diversas instituciones del Estado. La mayor parte de
mujeres que declararon sufrir violencia de parte de la pareja y no buscó ayuda institucional
aduce una serie de razones, las principales están relacionadas con la naturalización que un
buen porcentaje de mujeres jóvenes hacen del ejercicio de la violencia, mediante los
sentimientos de culpa y la vergüenza, denotando que comparten patrones culturales machistas
muy arraigados, a pesar que esta cultura hegemónica es totalmente desfavorable para ellas.
Las políticas de prevención de este grave problema deberán centrar esfuerzos en buscar
estrategias que impulsen cambios en esos patrones culturales, poniendo en evidencia sus
mecanismos de poder, de discriminación, cuestionándolos y promoviendo una cultura
democrática y de igualdad en el ejercicio de los derechos. Por lo anterior los servicios de
prevención de la violencia deben tener claramente las necesidades de las mujeres jóvenes y la
necesidad de estrategias diferenciadas con ellas.
Con motivo de celebrarse el Día Internacional de la Juventud, el Instituto Nacional
de Estadística e Informática - INEI dio a conocer que al 30 de junio de 2015, la
población joven entre el rango de edad de 15 y 29 años, en nuestro país, asciende a
8 millones 377 mil, que representa el 27% del total de la población. De la población
joven, 4 millones 136 mil son mujeres y 4 millones 241 mil son hombres.
Más del 35% de jóvenes que están trabajando tienen educación superior
universitaria y superior no universitaria
A nivel nacional, el 19,4% de los jóvenes de 15 y 29 años de edad que están
trabajando tienen educación superior universitaria, el 16,8% tiene superior no
universitario y el 52,7% educación secundaria.
Como bien dice Aldo Mariátegui en su columna de ayer (“Hasta marzo esperen”),
la reciente historia de elecciones demuestra que ni se puede descartar a un
outsider ni debemos descartar a un aventurero. Lo más previsible de nuestra
realidad es la imprevisibilidad de los resultados electorales. Por cierto, según
nuestras encuestas de Datum para Pulso Perú, al menos un 65% de la población
espera un outsider; si a ello sumamos que los actuales líderes son personas muy
cuestionadas y, por ello, con una alta desaprobación popular, pues la cosa pinta
para que se aparezca un advenedizo con ideas estrafalarias, pero populares.
Al análisis de Aldo añadiría el impacto que tendrán las redes y los medios digitales,
tanto desde el punto de vista de la tecnología como del cambio cultural que las
mismas vienen forjando en nuestro electorado.
Tercero, por efecto de “mímica”. Esto ocurre en el resto del mundo, desde
Barcelona hasta El Cairo, desde Nueva York hasta Santiago. Lima y otras ciudades
del interior no serán la excepción. Finalmente, porque tienen más en juego en un
mundo de cambios acelerados y dinámicos.
Cuando se cierre el padrón electoral (diciembre), tendremos una buena idea de
quiénes estarán en el partidor con oportunidades. Quien gane la mente de los
jóvenes tendrá mayores posibilidades.
os principales problemas de
los jóvenes de hoy en día
04 de diciembre de 2012 0
La Encuesta Nacional de Valores en Juventud 2012,
realizada entre agosto y septiembre de 2012 a
jóvenes de entre 12 y 29 años, reveló los tres
principales problemas de los jóvenes de hoy: la mala
economía, la inseguridad, y el desempleo, además de
permitir conocer su opinión sobre otros temas sociales
de importancia
Conclusiones e interpretaciones
Luego, a fines de los ’60, una serie de sucesos como el Mayo Francés, la revuelta
estudiantil mejicana o el Cordobazo le conceden visibilidad política. La juventud, con
sus reclamos y demandas, se convierte en un actor social y político que exige un espacio
propio en el reino que dominan los adultos. Las preocupaciones, los problemas, las
visiones y los anhelos de los jóvenes mutan en forma paralela al resto de la sociedad.
Para entender este fenómeno en nuestro ámbito, adquiere particular valor una serie de
encuestas realizadas en Córdoba durante en 1973, 1994 y 2014, respondidas por los
propios jóvenes.
Dos décadas atrás, este diario publicó una serie de artículos que se hacían eco del
análisis comparativo de los estudios anteriores y señalaba las enormes diferencias de
percepción y de intensidad entre los problemas expresados por cada generación.
“Los años transcurridos entre los relevamientos representan no sólo distancias históricas
sino también diferencias políticas abismales, procesos de viraje económicos radicales y
transformaciones culturales estructurales”, indica el informe.
Claves de lectura
¿Qué cambios se produjeron desde los ’70 hasta hoy en relación a la política, la cultura
y los valores, el trabajo y la educación? ¿Cómo operan las transformaciones en la vida
cotidiana que repercuten en la salud y en la sexualidad y en las percepciones de la
violencia y de la inseguridad? ¿Qué rol desempeña la familia en el desarrollo de los
jóvenes? ¿Qué papel cumplen los medios de comunicación? ¿Todo cambia? ¿Alguna
visión se mantiene vigente de generación en generación?
Así como el contexto varía en forma innegable desde una encuesta a otra, los modos de
entender los problemas, las maneras de abordarlos, las formas en que son leídos también
difieren.
20 años más tarde, el sistema sigue en pie y otra generación, la de 1994, propone
miradas y explicaciones individuales que hacen juego con la sociedad de la época. Los
jóvenes desencantados plantean un mundo de problemas y responsabilidades
individuales. Una simplificación extrema diría que ya no quieren cambiar el mundo,
sólo desean ganarse un lugar en él. Un encuestado lo resume así: “Al joven de hoy no le
interesa participar en política, no se compromete con la sociedad, porque tampoco esta
le retribuye nada, menos aún el Estado argentino, que colabora con este desinterés”
“La sociedad adulta olvida los jóvenes más desamparados y menos capacitados, quienes
no pueden ingresar al mercado de trabajo ni formarse. Son víctimas de un sistema que
los necesita pobres para poder sostenerse”, expresa uno de los encuestados. Otro
entrevistado sostiene que “falta el acompañamiento de los gobiernos, como así también
falta la creación de vínculos de inserción en todos los ámbitos, tanto en el laboral como
en escuelas, clubes”. La exclusión, injusta, exige mecanismos de integración social.
La educación y el trabajo
Las visiones críticas sobre la educación, entendida como el vehículo que necesariamente
conecta a los jóvenes con el mundo del trabajo, atraviesa a las tres generaciones que
comprende el estudio. Sin embargo, los causantes de las problemáticas varían con el
paso del tiempo.
La encuesta del ’73 revela un choque generacional muy evidente. La falta de educación
es responsabilidad de padres, docentes y autoridades. “En el sistema educativo no se
dan las condiciones necesarias para la total formación intelectual de los jóvenes, ya que
seguimos con una educación caduca a la que le falta actualidad y dinamismo”, dice un
encuestado. Se habla de un sistema tradicionalista, obsoleto, inadaptado a las
expectativas y a las necesidades de la época.
“La baja calidad de la enseñanza en los niveles primarios y secundarios proporciona una
mala base para el estudio de carreras universitarias –asegura un estudiante–. A su vez,
hay una caída en la experiencia y calidad educativa de las universidades, lo que genera
profesionales poco formados”.
Aun con opiniones disímiles respecto de la educación, el mundo del trabajo es quizás el
área temática con mayor nivel de coincidencia. Con 40 años de diferencia, los
encuestados señalan dificultades para insertarse laboralmente que van acompañadas por
un elevado costo de vida.
“Los escasos puestos de trabajo hacen muy difícil conseguirlos e incluso mantenerlos.
Los jóvenes que consiguen trabajo por lo general están mal remunerados, salvo pocas
excepciones”, expresa un encuestado de los ’70. Otro, en 1994, dice que “la oferta de
empleo no es suficiente para nadie, para el joven aún menos. En la mayoría se solicita
experiencia y así muchísima gente se pasa meses a la caza del primer empleo”. Un
tercero, en la actualidad, lo vincula con la educación. “En relación a lo laboral es difícil
conseguir un empleo, sobre todo uno bien remunerado. Estas posibilidades bajan aún
más si se abandonaron los estudios”.
Mientras los primeros alumnos que participaron de la encuesta transitan la etapa final de
su vida laboral, la generación intermedia ya logró ubicarse y desarrollarse
profesionalmente. Cuatro décadas más tarde, la problemática vinculada al trabajo
permanece intacta en términos de incorporación y de salarios insuficientes.
Usos de la violencia
En los ’70 , es vista como una herramienta más de la lucha política. Aunque no es
plenamente aceptada como recurso legítimo y recibe condenas discursivas, también es
presentada como consecuencia lógica de un régimen represivo y autoritario. Casi
siempre calificada como errónea, forma parte de la vida cotidiana.
“El problema que enfrenta esa juventud de los barrios populares es la estigmatización, la
discriminación, la exclusión, los acusan de la inseguridad entendida como ataque a la
propiedad privada y la integridad física que se produce en los delitos callejeros”, afirma
un veinteañero de estos días.
Un apartado que muestra una gran transformación de una encuesta a otra se refiere a la
sexualidad, cuyo recorrido en los últimos 40 años es ilustrativo de los cambios en las
costumbres, al menos de la población juvenil.
“Nos encontramos mal parados frente al sida: se invade con publicidad, pero no se
educó a los padres, que son los primeros formadores. Además, existe una invasión de la
publicidad, que nos muestra al sexo como lo lindo, a lo que hay que entregarse, pero se
encarga bien de ocultar las consecuencias (madres solteras, niños abandonados, abortos,
matrimonios de apuro)”, dice un estudiante en 1994.
El sexo ya no es tabú ni se conecta con valores tradicionales sino que se relaciona con
cuestiones de salud: preocupaciones frente a enfermedades y políticas de natalidad,
siempre observado como una responsabilidad individual. En esta etapa emerge también
la drogadicción como consecuencia de las altas expectativas de consumo (modas y
pautas culturales). “El joven todo consume: ropa, salidas, alcohol, drogas, formas de
vida, hasta idiosincrasia –sostiene un estudiante–. No se educa para crear y producir,
sino para comprar, repetir e importar”.
Así, un encuestado argumenta: “Cada vez aumenta más la cantidad de adolescentes que
consumen sustancias, sin importar la clase social. Este aumento de consumidores se
debe a una falta de información por parte de los organismos estatales, por ‘la apología’
de los medios de comunicación y también porque los propios jóvenes desconocen los
perjuicios y problemas que derivan del consumo de droga”.
El rol de la familia
Por último, vale la pena detenerse en las relaciones familiares. De algún modo, ya
fueron adelantadas algunas percepciones (en las claves de lectura y en la sexualidad)
pero también aparecen en forma explícita como vínculos problemáticos para cada
generación.
Un encuestado de 1973 asegura que “Muchos padres dan lo mejor que pueden darnos,
pero hay veces que no necesitamos ni dinero, ni vestimenta, sino comprensión y ellos no
lo pueden entender”. El choque generacional, otra vez presente.
En 1994 hay un traspaso hacia la incertidumbre. “Los problemas que trae la diferencia
generacional entre nuestros abuelos y nuestros padres en las enseñanzas y formas de
vida trajeron muchos inconvenientes de convivencia en las parejas. Con respecto a
nuestra generación, existe una falta de certidumbre de cómo educar a los hijos”.
Aclaración metodológica
La elaboración del informe contó con un equipo de coordinación general compuesto por
el director de Perspectivas Sociales, Leopoldo Schapira; la decana de la Facultad de
Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UCC, Pamela Cáceres; y la directora
académica del IFG, Laura Porrini. El licenciado en Sociología Gonzalo Assusa fue el
encargado de la coordinación técnica del análisis e interpretación del informe.
Cuestiones de forma
Por su parte, la del ’94 aplica otras estrategias muy diferentes. Los encuestados no
sienten la necesidad de desarrollar sus ideas en forma extensa. Por el contrario, se
privilegia el poder de síntesis (en aquel momento tildado de “lenguaje empobrecido”) y
hasta se permite la utilización de ironías y ciertas alusiones humorísticas, casi
impensables en la edición previa, muy cercana a la solemnidad.
*Especial
LA JUVENTUD Y SUS
PROBLEMAS
¡Qué hermosa es esa primavera de la vida!
Los días de la juventud. Un tiempo de
aprendizaje acelerado, de ilusiones y
desilusiones, de éxitos y fracasos. Es la
etapa de las mayores decisiones de su
existencia.
¿Por qué se han difundido tanto las drogas? ¿Cuál es la razón? ¿Qué
es lo que lleva a la juventud a buscar un camino tan tortuoso que tanto
daña la personalidad, la salud, y felicidad? Hay muchos que piensan
que para erradicar las drogas, basta combatir los narcotraficantes.
Proponen toda clase de medidas, haciendo gran despliegue de
fuerzas militares, y estrictos controles, sin embargo no se atacan las
causas. Si no hubiese consumidores, no habría traficantes y el
negocio se derrumbaría fácilmente.
A lo mejor hay una cierta rebelión disfrazada dentro de ti, contra tus
padres, pero: ¿Estás seguro que ellos son los causantes? ¿No será
que sufres algún complejo, ya sea por una cicatriz en tu rostro, el color
de tus ojos, la forma de tu boca o de tu nariz, e inconscientemente
culpas a tus padres o a Dios que te hizo así? Tal vez puedas sentirte
infeliz por tus errores pasados, o tengas cierta tendencia a querer
saberlo todo. ¿Cuál es la verdad?
¡NOVIAZGO!
LA ETAPA DE LA
JUVENTUD
La Juventud es la quinta etapa del
desarrollo de humano y de la vida del
ser humano y viene despúes de
la adolescencia o pubertad y precede a
la adultez. Como norma general se
establece su inicio a los 20 años y se
extiende hasta los 25 años de edad.
La etapa de la juventud
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Esta parte de la vida está comprendida entre la infancia y la edad adulta. Podemos
hablar de tres rasgos en su desarrollo: a) desarrollo orgánico, b)desarrollo social y c)
desarrollo espiritual.
a) El desarrollo orgánico del joven modifica formas y funciones del cuerpo el cual se va
transformando paulatinamente en adulto.
- Crisis juvenil: 14 años para las niñas y 16 años para los muchachos.
- Adolescencia o juventud: para las jóvenes los 15 años y para los jóvenes los 17 años.
1)Prepubertad: Dejemos de lado los cambios físicos, por todos conocidos, que se
operan en esta etapa y profundicemos en lo intelectual-afectivo-volitivo, ámbitos sobre
los que se ven reflejados dichos cambios.
Todo el organismo psicofísico se inclina a una mayor fatiga, debido a que los órganos
interiores no crecen en la misma proporción que las piernas y por eso sufren
sobrecarga, particularmente pulmones y corazón. Por lo tanto su tamaño externo suele
confundir en cuanto a su capacidad, pero en tanto no se complete el desarrollo interno,
se debe dosificar el esfuerzo en esta etapa.
Son muy frecuentes los problemas de salud debido a una labilidad neuro-vegetativa,
en especial problemas cardíacos, circulatorios, perturbaciones psicógenas y
neuróticas. Desintegración y transformación psicológicas: Los caracteres de la etapa
antes mencionados derivan en esta desintegración y disarmonía íntimas, para dar
lugar a cambios profundos:
Comprensión de los fines: Hay una comprensión teleológica, es decir, de los fines
que le permite introducirse en el mundo del espíritu. Logra ya el acceso a los valores
de bondad, belleza, verdad, santidad. De este modo su mundo no solo se amplía hacia
su interior sino hacia arriba hacia las ideas y lo espiritual. Por eso busca apoyo en el
mundo de los valores. Concepción idealista del mundo: Al púber, al buscar valores, se
le hace indiferente el mundo de las realidades concretas, y su interés es absorbido por
las valoraciones. Es característico de los púberes una imagen idealista del mundo.
Esto se da no solo en la conducta práctica, sino también en el juzgar, en la actitud
frente a las realidades del mundo exterior. Desde que la creencia infantil en la
autoridad se ha quebrantado, intenta juzgar con un criterio independiente el mundo
cultural exterior y el mundo endopsíquico (interior) .
Elección del garante ético: La atención del joven se fija en alguien que personifique
en su vida, carácter, valores, lo que a él le parece puro, bueno u noble. No es de
extrañar entonces, que considere a tal persona como la encarnación de un orden de
valores, e imite su ejemplo. Ante todo tiene que ser una persona que vea y comprenda
las dificultades y luchas del joven, y que aún tenga sus propias luchas y dificultades,
aunque sea ya una personalidad madura. Este puede ser un profesor, un sacerdote,
un compañero mayor, o una persona admirada. Esta persona llega a tener gran
importancia para el desarrollo del joven, y el éxito obtenido depende, en parte, de la
influencia activa ejercida por esta persona. Ve el mundo a través de él; lo imita en lo
grande como en lo pequeño, puede llegar a imitar hasta sus gestos. No se trata de una
imitación servil, sino que hay una identificación de valores que llevan al joven a actuar
como su modelo.
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Desde que el hombre es hombre se ha sentado a reflexionar sobre el origen del universo, el
sentido de las cosas y sobre su propia existencia. De eso hablamos cuando nos referimos a la
filosofía, que etimológicamente significa “amor a la sabiduría” y que constituye la práctica
metódica de estas reflexiones. Si bien comparte el cuestionamiento último sobre la existencia
humana con la religión, la filosofía se basa en un razonamiento crítico y sistematizado, abierto
al debate y a la reformulación. Sin embargo, se ha debatido si puede considerarse a la filosofía
como una ciencia, dada la ausencia de los contenidos experimentales o empíricos que
caracterizan a la ciencias fácticas tradicionales.
Sin embargo, cabe señalar que la filosofía puede practicarse en cualquier contexto, pero su
ejecución más sistemática es la que hoy conocemos cuando la estudiamos como ciencia. Si bien
algunos atribuyen el origen del estudio filosófico a los egipcios, los primeros filósofos de los que
se haya tenido referencia real son, por supuesto, griegos y se los conoce como los
“presocráticos”. En adelante y siguiendo distintas corrientes, nos encontraremos con Platón,
discípulo de Sócrates (de quien no se conserva ningún documento escrito y sólo se lo conoce
por las referencias platónicas), que encontrará una primera oposición filosófica en Aristóteles.
Los textos platónicos han permitido reconocer la sistematización del conocimiento socrático,
propio de los primeros tiempos de esplendor de Atenas, en contraposición con las obras
completas aristotélicas que marcaron gran parte de los conceptos filosóficos del mundo antiguo,
incluido el posterior imperio romano.
La Edad Media fue un período ciertamente oscuro para la práctica de estas meditaciones,
aunque uno de sus máximos representantes fue Santo Tomás de Aquino, un religioso cristiano
que, además, quería probar la existencia de Dios a través del examen crítico. Es apropiado
hacer énfasis en que Santo Tomás intentó con notable éxito aplicar la modalidad de Aristóteles
a la luz de su fe en la cristiandad, dando lugar a la llamada filosofía tomista, que aún hoy es
uno de los pilares más aplicados por esta ciencia en Occidente.
Es probable que, cuando escuches hablar de filosofía, esta disciplina esté asociada con el
estudio más moderno de esta ciencia. Quizás oíste algo sobre Descartes, Locke, Hume o Kant,
todos ellos grandes exponentes de la filosofía que tiene como base, o bien la razón (y por eso a
algunos se los llama racionalistas), o bien la experiencia (y a éstos se los denomina empiristas).
Ambas corrientes han marcado caminos con convergencias o divergencias variadas durante la
Edad Moderna, cuyas repercusiones aún se perciben en el conocimiento filosóficos de los
tiempos actuales. No obstante, la filosofía moderna tardía nos llega más de cerca y es aquella
que incluye a pensadores alemanes como Hegel, Engels y Nietzsche. Este último inició la fase
existencialista de la disciplina, convirtiéndose en un filósofo revolucionario, en muchas
ocasiones interpretado de forma equívoca, en especial por los movimientos europeos totalitarios
del siglo XX. Precisamente, fue en ese siglo en el cual predominó la segmentación de la filosofía
en ramas mucho más específicas como la fenomenología, el existencialismo, la hermenéutica, el
estructuralismo y el postestructuralismo. Esta complejización progresiva de las doctrinas ha
motivado que distintas vertientes de la filosofía se hayan convertido hoy en ciencias con entidad
propia, y entre ellas pueden contarse la metafísica, la ontología, la cosmología, la lógica, la
gnoseología, la epistemología, la ética y la estética, entre muchas otras. También la filosofía ha
encontrado su aplicación en el estudio de la matemática, las ciencias sociales y muchas otras,
en especial en aquellas disciplinas en las cuales se fusionan contenidos puramente científicos
empíricos con un acentuado componente de índole moral o cultural, como acontece con la
medicina.
A su vez, cabe mencionar aquí que la historia de la filosofía tal como la conocemos está trazada
a partir de los pasos que esta ciencia ha recorrido en Occidente. Por ende, para abordar la
filosofía en toda su plenitud, también hay que ocuparse de todo lo que ocurrió durante estos
siglos en Oriente, donde podemos encontrar a filósofos de gran envergadura como el chino
Confucio. Así, numerosos movimientos religiosos y místicos del Asia han dado lugar a extensas
corrientes filosóficas, como el mencionado confucionismo y distintas vertientes que, con
distintos matices, se originaron en Japón o China. Por otra parte, el subcontinente indio es sin
dudas una profunda cuna filosófica, en la cual diferentes culturas dieron lugar a escuelas
complejas de filosofía que marcaron la cultura de la India y de naciones vecinas por siglos.
Resumen:
Se disparan la hiperespecialización cognoscitiva y el confusionismo conceptual.
Por esto, urge definir coordinadamente las nociones claves, como la de
“filosofía”, clave de la cultura. Al comprender la filosofía como ciencia y como
arte, captamos la unidad filosófica de las ciencias y las artes. Artes y ciencias
cobran sentido global y unidad desde la filosofía. Y la filosofía no se entiende
cabalmente sin sus entrañas artística y científica. La filosofía es actitud de amor
a la sabiduría y, por tal motivo, actividad de búsqueda sapiencial: la búsqueda
de los primeros porqués del todo. A su vez, tal actividad combina en grado
variable un intenso aspecto artístico (tecno-estético) y un fundamental aspecto
científico. Cabe definir la ciencia como el saber universal y sistemático que,
sobre un objeto específico suficientemente amplio y homogéneo, elabora y
depura metódicamente una comunidad mundial e histórica de especialistas
interdisciplinarmente reputados. En consonancia, a la filosofía de la ciencia
conviene seguir ampliando sus horizontes hasta constituir una filosofía
completa (epistémico-metafísica, ético-estética y antropológica), bien insertada
en el conjunto de la filosofía y de la cultura. En su origen y en su base, el arte
se entiende como la elaboración cultural creativa y teleológicamente selecta.
Esta noción se ha desarrollado como arte técnico y como arte estético. Éste,
centrado en la belleza y desde sus propias técnicas, brilla en las bellas artes y
apunta a exhibir aspectos del sentido vital. Por ello, el arte (estético) es de
fondo tan filosófico y la filosofía es tan artística. En su unidad científico-artística,
la filosofía se define como el arte científico que por amor a la sabiduría busca
personal y profesionalmente las principales verdades del todo. Siendo arte y
ciencia, la filosofía constituye, eleva y unifica al ser humano como artista y
sabio de su propia vida
El método de la filosofía.
La facultad utilizada en el momento de filosofar es la
inteligencia (también llamada entendimiento, razón o mente)
Por medio de ella se capta el sentido profundo de los entes, o
lo que es lo mismo, las causa supremas, la esencia, el
fundamento de lo real. La inteligencia tiene que proceder por
etapas, por deducciones, por razonamientos. Debido a esta
función, la inteligencia se llama razón. Y la filosofía es un
conocimiento racional. Así tenemos necesidad de la lógica
como método apropiado para la filosofía.
Naturalmente, antes de razonar, el hombre tiene que ponerse
en contacto inmediato con las cosas, tiene que captar los
objetos concretos, y esto sólo se realiza por medio de la
experiencia sensible. Así, pues, el uso de los sentidos
(experiencia sensible) y el uso de la mente (en su cualidad
razonante) caracterizan el método filosofíco, que por esto se
ha llamado experimental-racional.
Notas y Referencias.
-Lógica conceptos fundamentales (Raúl Gutiérrez Sáenz)
-Metafísica (Aristóteles)