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Concepto de marketing turístico

Con la popularización del turismo llegó la necesidad de promocionar el producto turístico, y con ello nació el
concepto del marketing turístico. En 1995, Philip Kotler - uno de los padres de la mercadotecnia - publicó un
libro titulado “Marketing for Hospitality and Tourism”, que en su edición española se conoce por “Marketing
turístico”. En él se define el marketing como:
«Marketing es la ciencia y el arte de captar, mantener y hacer crecer el número de clientes rentables»
Se habla también de la interdependencia de la hotelería y los viajes, de cómo gestionar las relaciones con los
clientes, diseño de producto para turismo, etc. Una guía imprescindible para conocer todos los factores que
influyen a la hora de vender y promocionar un producto turístico.
Ahora, teniendo en cuenta que el comportamiento de los turistas y su proceso de compra han cambiado de
forma tan visible en los últimos años, el concepto de marketing turístico también ha variado. Lo que antes era
producto, precio y lugar ahora se suma la experiencia y las emociones.
Inicio del turismo.
El impulso que tuvieron los viajes de la humanidad a través de la historia no surgió repentinamente, sino que,
siguió un largo proceso que se remonta a la antigüedad en el que se podrían señalar innumerables hechos
que de alguna manera contribuyeron al desarrollo turístico.
La construcción de nuevos caminos, la invención del barco de vapor, de las locomotoras y una relativa
seguridad fomentaron nuevamente los viajes a principios del siglo XIX, no obstante fue el Británico Thomas
Cook, a quien se le atribuye la paternidad del turismo organizado, fleta el 15 de julio de 1841 un tren con
tarifas reducidas para trasladar de Leicester a Longbroug Inglaterra a 540 personas que iban a asistir a una
convención religiosa cuyo costo era de un chelín.
A partir de ese momento, se considera el inicio de la primera agencia de viajes, por lo que Cook al intuir el
gran potencial que el turismo representaba, dedicó a partir de esa época 1845, todo su tiempo a organizar
excursiones utilizando como medio de locomoción el ferrocarril y recibiendo de esas compañías un porcentaje
de todo lo que vendía.
Importancia económica del turismo
Históricamente los países mejor posicionados eran Costa Rica, Panamá, Belice y Guatemala, pero ahora,
Honduras, El Salvador y Nicaragua juegan un papel determinante, ya que han emprendido estrategias para
ampliar su participación del mercado.
Las causas que explican el incremento en el número de llegadas han sido las ofertas de las líneas aéreas
regionales, debido al surgimiento de líneas de bajo costo. Y, finalmente, que a pesar de la inflación, las
personas destinaron determinado monto de dinero para viajar.
Para el año 2008, la OMT ha revelado perspectivas moderadas en cuanto al incremento del turismo a nivel
mundial, ya que la desaceleración económica se ha agudizado en lo que va del año. Para Centroamérica, la
expectativa de crecimiento es del 4% y 5%, ya que la economía tanto de los países desarrollados como
emergentes afectará la disponibilidad para viajar.
Nicaragua es un país que posee diversas bellezas naturales, la distancia es relativamente corta y se tiene
acceso a una vasta oferta de destinos turísticos, es un atractivo turístico por dos razones: por la autenticidad
natural y cultural, los turistas vienen porque pueden ir a playas, islas, mares, volcanes, donde hay cierto nivel
de desarrollo, pero al mismo tiempo la naturaleza está presente.
Por otro lado, el aspecto cultural es una gran ventaja porque las fiestas patronales y otras manifestaciones
culturales son parte de la forma de vida de los nicaragüenses.
En los últimos años se han desarrollado proyectos que han permitido clasificar la oferta turística
Según el INTUR refleja que hay crecimiento en cuanto a turistas y proyectos turísticos La Co Directora
General y Administrativa del INTUR, compañera Janice Ruíz Watson, informó en conferencia de prensa donde
presentó el Plan de Cierre del Instituto Nicaragüense de Turismo:
En el año 2015, se incrementó la llegada de turistas a Nicaragua y que éste incremento se refleja en el
aumento del 8.5 por ciento, con un total de 809 mil 391 visitantes extranjeros hasta el cierre del mes de
Julio.

En lo que respecta a la visita de turistas nacionales y extranjeros a los centros turísticos que administra
el INTUR, la Compañera Ruiz dijo que entre enero y septiembre de 2015 se contabiliza, un millón 867
mil 544 visitantes, cifra superior al millón 590 mil 905 estimado para el presente año.

Igualmente informó que en lo que va del año, la Junta de Incentivos turísticos, que encabeza el INTUR,
ha aprobado hasta septiembre del 2015, 34 proyectos turísticos, cifra superior en un 6.3 por ciento en
relación al mismo periodo del año pasado.

Producto turístico
Turístico. Este concepto se refiere a la actividad que realiza una persona cuando recorre una ciudad que no
es la propia, ya sea con fines de ocio, culturales, de negocio, etc.

Esta noción no se refiere a un producto en el sentido material, sino que abarca tanto a los bienes físicos como
a los servicios que caracterizan a un destino específico y que forman parte de la experiencia que vive un
turista en el lugar.
El producto turístico, por lo tanto, tiene componentes tangibles (como ruinas arqueológicas, una montaña o un
museo), pero también intangibles (la hospitalidad de la gente, la calidad de atención). Sus características
están dadas por la interacción y la combinación entre todos estos componentes, de características muy
diversas entre sí. Puede decirse que el producto turístico incluye a todos los elementos que posibilitan el
desarrollo de la actividad turística.

Además de todo lo expuesto, es importante conocer que todo producto turístico cuenta con las características
de los servicios, Caducidad, Inseparabilidad, Heterogeneidad.
Partiendo de todos estos aspectos, nos topamos con el hecho de que producto turístico puede ser muchas
cosas que ofrezca un destino cualquiera a sus visitantes. En concreto, estos son los productos de ese tipo que
más se brinda a los viajeros y que estos más reclaman:
-Espacios: playas, montañas, parques nacionales…
-Lugares culturales: museos, monumentos, yacimientos arqueológicos…
-Ocio: ferias, locales nocturnos, casinos, conciertos…
-Actividades: deportes acuáticos, rutas senderistas, paseos a caballo, viajes en globo, rutas teatralizadas…
-Instalaciones turísticas o gastronómicas: alojamientos (hoteles, hostales…), restaurantes, bares, cafeterías…
-Infraestructuras: medios de transporte, conexión a Internet…
Es importante ser conscientes de que cada destino tiene que prestar especial atención a los productos
turísticos que puede ofrecer y que le hacen atractivo. Así, por ejemplo, un lugar de montaña debe destacarse
por cabañas alejadas de la urbe, por actividades al aire libre, por visitas a espacios naturales de primer
orden…Sin embargo, una ciudad cosmopolita fomentará su atractivo basándose en aspectos tales como sus
monumentos, sus pinacotecas, su ocio nocturno e incluso la gran cartelera de obras de teatro y musicales que
posee.
Los especialistas en turismo afirman, en este sentido, que los viajeros siempre buscan productos turísticos y
no destinos: es decir, no se conforman con un atractivo natural o con un único aspecto de la localidad que
eligen, sino que pretenden disfrutar una experiencia satisfactoria en todos los niveles. Las ciudades, a la hora
de plantearse cómo atraer visitantes, deben desarrollar una estrategia integral que les permita ofrecer un
producto turístico de calidad.
Como agregar valor al servicio
No sólo la sofisticación de los bienes está provocando transformaciones en las empresas. Existen factores
como la dinámica de la innovación y el conocimiento; la erosión de la confianza; la irrupción de la
globalización y de la hipercompetencia, así como el cambio en las expectativas de los actores (clientes,
proveedores y empleados), que han aumentado la complejidad, exigencia, incertidumbre y la ambigüedad de
los problemas y nuevos desafíos.

En ese afán, destacan tres elementos fundamentales, que obligan a las compañías a revisar sus paradigmas
respecto al diseño de los nuevos bienes económicos de alta intangibilidad (servicios y experiencias) y del
diseño y gestión de sus sistemas de operación.

I. En los servicios, el cliente necesariamente participa en el proceso de entrega. Si a ello agregamos la


creciente demanda de personalización y sofisticación de las necesidades atendidas (reconocimiento y
autorrealización), encontramos un mundo donde la subjetividad obliga a las compañías a hacerse cargo de
gestionar la participación del cliente en los procesos de desarrollo, diseño y gestión de sus servicios y
experiencias.

II.En general, en los mercados mundiales, los clientes son escasos y caros de conseguir, pues normalmente
significa quitárselo a un competidor. Así, retener y fidelizar a los clientes es muy rentable, más aún si es
mucho más barato que traer otros nuevos. En consecuencia, el desafío actual es llevar un negocio del clásico
enfoque transaccional a un enfoque relacional, independiente de la industria en que se esté operando.

III. Parte importante del valor más intangible y distintivo de los nuevos bienes económicos (servicios
sofisticados y experiencias) es de naturaleza social y afectiva emocional. Esto significa que su creación ocurre
en el seno de los encuentros interpersonales entre clientes y empleados. En consecuencia, la comprensión
más profunda del comportamiento humano, tanto en el trabajo como en el consumo, así como la comprensión
de las dinámicas de comportamiento entre empleados, clientes o entre clientes y empleados, es clave para
mejorar la calidad de los diseños de los bienes, de sus sistemas de producción y de soporte interno de la
compañía (Recursos humanos, Marketing, Desarrollo, Sistemas, etc.).

Estrategias de ventas y comunicación


Las cuatro “P”
Las cuatro “C”
El nuevo paradigma trata de integrar a las competencias derivadas de la gestión de sistemas operativos,
mayoritariamente de naturaleza objetiva y lógico-funcional, con aquellas emergentes, derivadas de la gestión
de lo perceptivo y sensitivo-emocional, a fin de trascender la capacidad de crear valor de la organización y la
marca.
La principal estrategia del marketing se basaba en seguir las 4 P’s, es decir, producto, precio, plaza, y
promoción. A este conjunto de variables se le acabó denominando como marketing mix.
Las 4 P's del marketing mix ahora son 4 C's
Las 4 P’s del marketing mix ahora son 4 C’s

Las cuatro palabras siempre han asegurado realizar una gran estrategia de marketing, consiguiendo que un
producto funcionara desde el momento de su lanzamiento y llegara siempre al público objetivo. Después solo
había que analizar los resultados de esta estrategia y mejorar en aquellas variables que fuera necesario.
El antiguo marketing mix

Había que prestar especial atención al producto, que fuera de calidad, con un buen diseño y que definiera la
marca como tal. En segundo lugar, establecer un precio acorde a lo que se ofrecía era de vital importancia,
pues de ello dependían los ingresos obtenidos.

A continuación había que pensar cómo y a través de qué canales realizar la distribución del producto o
servicio. Por último, la promoción era la cuarta variable que se tenía en cuenta. Es decir, la publicidad y las
técnicas específicas de venta no eran tan importantes como sucede actualmente.
Por lo tanto, cualquier empresa dependía del marketing mix para obtener el éxito esperado y tan deseado.
Pero todo esto ha dado un giro radical, y ahora se recomienda llevar a cabo una estrategia que no se
establece desde el punto de vista de la oferta sino de la demanda, de lo que necesita y pide el cliente. El
producto se debe adaptar y amoldar a él. De hecho, cualquier éxito siempre dependerá en mayor medida de
cómo actúen los consumidores, ellos son los que nos aportarán en última instancia el prestigio y una buena
imagen de marca.
Por ello, a la hora de elaborar una estrategia de marketing, ya no debemos basarnos en las 4 P’s, sino en las
4 C’s: consumidor, coste, conveniencia y comunicación.
Cómo valorar las 4 C’s
La estrategia de las 4 C’s está enfocada al cliente, es decir, lo que importa es saber lo que quiere, cómo lo
quiere y lo que está dispuesto a pagar por ello.
De esta manera podemos transformar la variable producto en consumidor, no tenemos que ofrecer un
producto cualquiera, sino buscar al consumidor e investigar sus necesidades para ofrecer entonces un
producto o servicio que se ajuste a ellas.
El precio pasa a ser el coste, ya que lo importante no es lo que el cliente pueda pagar por el producto, sino lo
que nosotros podamos conseguir con su venta. Hay que buscar una relación perfecta entre el coste y los
beneficios que obtenemos.

La distribución la podemos sustituir por la conveniencia, de tal manera que tengamos en cuenta los nuevos
avances tecnológicos y las oportunidades que estos nos brindan. La venta online, los servicios a domicilio y
las tarjetas de crédito, son algunas de las posibilidades que encontramos actualmente para hacer llegar al
consumidor su producto o servicio. Hay que pensar en la comodidad del cliente y no en los canales fáciles
para la empresa.

Finalmente, la promoción pasa a ser comunicación. Aunque la publicidad y el marketing siguen teniendo gran
importancia, también debemos combinar esta estrategia con una buena comunicación con los clientes. De
esta forma podremos conocer si sus necesidades se han satisfecho y si se han cumplido por tanto nuestros
objetivos.

Bibliografía
http://definicion.de/producto-turistico/
http://www.intur.gob.ni/

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