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Maria Mies
A.Collard
Si en nuestra cultura se diera legitimación a las experiencias vividas por las mujeres,
ello proporcionaría una base social "viva" inmediata para una conciencia alternativa.
A.Salleh
Para Platón el mundo de las ideas y el orden mediante la Razón o Logos está
separado de la esfera inferior de la materia y es superior a ella. El Logos
ordena el mundo, y el cuerpo humano y la materialidad son vistos
esencialmente caóticos e inferiores. El logos (mundo-alma) es considerado
superior porque ha de mantener el orden del mundo.
Según la cultura que apareció con los griegos pero sobre patrones
preexistentes de dominación social de las élites esclavistas que niegan la
dependencia de los otros que se mantienen en la subyugación, y se niegan a la
vez las condiciones de la propia existencia, careciendo así de sensibilidad para
con los límites y el sentido de la existencia terrena.
Ante las opresiones que utilizan los marcos simbólicos duales, la tarea de
erradicar el sexismo del orden patriarcal obligará a localizar las conexiones y
separaciones negadas. Las mismas formas de violencia cultural y simbólica
que se utilizan como marcos de sentido y de dominación de género, raza, etnia,
clase,… también son trasladadas y usadas para el dominio del mundo natural.
M
a
r
i
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e
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Pero estos enfoques del punto de vista están confrontados con el feminismo
post-moderno y dentro del campo de disputa interna dentro de la propia teoría
feminista. El feminismo postmoderno está en contra de la supuesta existencia
de alguna roca sólida o alguna base que pueda fundamentar un punto de vista
epistémico privilegiado para las mujeres y fruto de su propia experiencia y
condiciones singulares de opresión patriarcal. También desde la perspectiva
del feminismo cultural de la diferencia, el afirmar un punto de vista
epistémicamente privilegiado para las mujeres en el marco de las relaciones de
dominación patriarcal contra la naturaleza, supondría el peligro de NEGAR LAS
DIFERENCIAS y diversidad existente entre las propias mujeres, ya que estas
no son reducibles a una única y clara posición. Ya que no existe una única voz
y experiencia única y común del colectivo de mujeres, para este feminismo de
la diferencia supondría una esencialización y universalización reduccionista,
por intentar priorizar arbitrariamente un punto de vista y la experiencia
específica de un grupo de oprimidos en relación a otros posibles puntos de
vista de otros grupos de oprimidos con una propia y particular experiencia de
subyugación.
Aunque desde las ciencias sociales y desde la lucha feminista desde hace más
de dos siglos, se ha dado más atención estratégica a los aspectos sociales de
sus vidas, ahora urge incorporar como base política radical el anudamiento de
la división del sexo-género a la base material y real de todos los seres
humanos concretos.
Una de las críticas más comunes de la teoría del punto de vista privilegiado de
una opresión específica está en que esencializa, totaliza y universaliza desde
una única visión específica y desde una posición particular, lo cual puede
oscurecer las diferencias y diversidades entre las propias mujeres. También el
enfoque del punto de vista privilegiado tiene el siguiente peligro: de que
mujeres que no sufren directamente una forma particular de opresión busquen
hablar en nombre de las oprimidas. Además habría que evitar la tentación de
idealizar la experiencia de la subyugación creyendo que de seguro aporta
necesariamente una responsabilidad o una visión y conocimiento superior. Esto
sería sólo invertir pero no trascender las jerarquías del conocimiento
androcéntrico y antropocéntrico.
D.
Haraway.
C.
Merchant
Mara Cabrejas
Mara.cabrejas@uv.es