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LA ORGANIZACIÓN DEL SER HUMANO COMO ARMA DE

DESTRUCCIÓN MASIVA
Fandiño S. David F.

"No sé cómo será la tercera guerra mundial, sólo sé que la cuarta será con piedras y lanzas". Con
estas palabras, Albert Einstein se refirió al ser humano como un animal que está condenado a
destruirse entre sí a medida que avanza tecnológicamente y acaba con su propia tecnología. La
inteligencia en el Homo Sapiens Sapiens es algo que le cuesta caro a esta especie bípeda y
desarrollada, pues con los avances científicos se han desarrollado medios por los cuales se puede
destruir progresivamente los diversos ecosistemas que habitan el planeta tierra.

Registros históricos muestran que el ser humano habita el planeta tierra desde hace unos 200.000.
Posterior a la evolución del homínido Homo Sapiens se dieron las diferentes edades mediante las
cuales se dio la evolución tecnológica. En la edad de piedra, hace aproximadamente un millón de
años, el hombre se valió de piedra para la creación de armas principalmente e instrumentos que le
ayudaban a vivir de una manera más práctica y a empezar a organizarse mejor como sociedad, con
esto se facilitó la cacería de animales; sin embargo, también se presentaba la cacería de otros homo
sapiens, más bien, la invención de armas provocó que fuera más fácil luchar contra otros homínidos.
En la etapa final de la edad de piedra, surgió la agricultura, a partir de la cual el hombre se comenzó
a asentar en territorios para crear poblados estableciendo sociedades organizadas. Más adelante, a
partir de las necesidades de nuevos instrumentos para trabajar la agricultura, se presentó la edad
del metal, subdividida en las edades de cobre, bronce y hierro hasta el siglo VI, ya el hombre se
presenta como el hombre moderno y empiezan a aparecer organizaciones políticas y la fundación
de estados.

A lo largo de la historia del hombre moderno se han dado acontecimientos por decirlo de alguna
manera, buenos y malos, de creación y destrucción. Es claro el rápido avance tecnológico y social
desde la terminación de la edad del metal, la creación de estados, los descubrimientos científicos
de la edad antigua y media, la revolución agrícola, la revolución industrial y todo lo que conlleva a
la edad contemporánea. Así como el hombre avanza en inteligencia, se presentan conflictos por
diversos intereses políticos y económicos principalmente, en la edad media e incluso hasta la edad
moderna se presentan conflictos por intereses religiosos, esto provoca la aparición de guerras de
alta y baja escala en las cuales el hombre se autodestruye. Pero es evidente que a pesar de todas
las guerras que ha habido, los conflictos entre ciudades de un mismo país, entre barrios de una
comunidad y los conflictos presentados en un hogar que provocan casos extremos de violencia, se
ha presentado un incremento exponencial en la población humana, esta especie se reproduce
mucho más rápido de lo que muere, o más bien, de lo que se autodestruye.

Además de destruirse a sí mismo, con el crecimiento poblacional e intelectual del hombre, se ha


venido dando una expansión territorial que lleva consigo la destrucción de ecosistemas por
problemas de contaminación, extracción de minerales y diversas materias primas para la creación
de productos de consumo humano. Esta destrucción no se ha dado sólo por la satisfacción de
necesidades, es más por el consumismo desenfrenado, cada vez se quiere tener más no importando
el costo económico, no importando quién o quiénes se vean afectados por estas problemáticas
sociales.

La diferencia entre el ser humano y las hormigas es que el ser humano comenzó a crear sociedades
no por el bien común, sino por el individual. El egoísmo humano y el afán por sobrevivir lo lleva a
establecer vínculos con otros humanos para poder satisfacer sus necesidades y por mucho se llegará
hasta las necesidades de la familia. Pocos son los casos donde aparecen hombres que luchan por un
bien colectivo sin importar lo que pase con ellos. Pero en el caso de las hormigas, todas están
trabajando por su sociedad, cada una desarrolla tareas que contribuyen al bienestar de toda la
comunidad, de toda la colonia, y a pesar de todas las especies existentes de hormigas, todas estas
se comportan de una manera similar, incluso conviviendo en simbiosis con otros organismos vivos,
tal es el caso de las hormigas de Indonesia con los cotonetes domesticados por ellas mismas. Con
todo esto, moralmente queda en cuestión si el ser humano es la especie más inteligente del planeta,
pues tiene el cerebro para desarrollar la tecnología de tal manera que no existan consecuencias
ambientales que afecten tanto al hombre como a la naturaleza.

Con todo lo anteriormente mencionado y con la famosa frase de Albert Einstein, se puede decir que
el hombre se está llevando a su propia destrucción masiva con el avance tecnológico e industrial,
pues no se ve rastro de que se avance en materia ecológica, social y ambiental. Los avances
económicos están llevando a que los ricos tengan cada vez más y los pobres cada vez menos. Los
avances industriales han traído una amplia contaminación tanto atmosférica como de suelos y
acuífera. Los animales se están extinguiendo, se está deforestando cada zona verde del planeta.
Cada paso adelante que damos, trae destrucción o afecciones a otros de nuestra especie y de otros
seres vivos. Lo mejor sería detener el crecimiento o un replanteamiento de lo que significa avanzar,
establecer colonias de humanos como son las de hormigas y movernos hacia un futuro más
organizado y estableciendo el bien común como objetivo principal. Si esto no se logra, los futuros
conflictos bélicos, con mejor tecnología, con un falso significado de lo que es progresar, crecer o
evolucionar, harán que la raza humana se autodestruya con armas nucleares; o que los fenómenos
naturales causados por el calentamiento global u otros problemas terminen acabando con gran
parte del homo sapiens sapiens dando paso a la evolución de especies que tal vez cuiden mejor de
sí mismos y de otros seres vivos.

BIBLIOGRAFÍA

UNID. Universidad Interamericana para el Desarrollo. Historia Universal. 2013.

Holldobler B. Hormigas, el poder secreto de la naturaleza. Documental

La isla de las flores. Documental.

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