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Articulo primero.

De las características genéricas del palomo.

Los palomos tienen cuatro dedos sin membranas, tres delante y uno detrás , separados hasta
cerca de su nacimiento. Las piernas cubiertas de plumas hasta el talón. El pico derecho : la punta
de la mandíbula superior un poco hinchada y corva. Las narices medio cubiertas con una
membrana gruesa y blanda. Se alimentan de semillas que tragan sin partirlas: no ponen mas
que dos huevos cada vez , y esto lo ejecutan varias veces al año ; macho y hembra empollan
alternadamente : ambos tienen igual cuidado de sus hijuelos y les alimentan con su pico ,
volviendo á la boca el aumento ya blando que tienen en el buche , mas ó menos digerido. Las
palomas no dan de comer en los primeros dias a sus palominos, hasta algún tiempo después de
haber comido ellas, y el grano que les dan esta tan blando , que se convierte prontamente en
una especie de substancia blanda ; pero a medida que van creciendo , les dan el grano poco
tiempo después de haberlo tragado. Los pichones tardan mucho tiempo en buscar y coger el
grano per sí mismos , y siguen á los padres mucho después de estar en estado de volar: aun
cuando ha) an adquirido la consistencia posible reciben de éstos el alimento ; y para quitarles
esta costumbre , es preciso que los padres , ocupados en el cuidado de una nueva nidada , o
molestados de los palominos/pichones , que ya están en estado de poder comer por sí solos ,
los echen de sí , y se nieguen á su importunidad. Sin embargo , una indolencia natural en los
pichones , y la pereza en hacer uso de sus facultades , son las que los inclinan á seguir tan largo
tiempo á sus padres , y no es su propia flaqueza, sino la ignorancia y la falta de uso de sus fuerzas
, quien los detiene tanto tiempo en esta inacción ; porque si los separan de los padres mucho
tiempo antes que estos les nieguen el alimento , y los encierran solos , poniéndolos grano , aun
en aquella edad en que apenas empiezan a volar , después de haber sufrido algún tiempo el
hambre , se determinan á comer , y en pocos dias se acostumbran a tomar la cantidad de
alimento que necesitan. Todos saben que el palomo no tiene otra voz que un sonido lleno y
repetido , que se llama arrullo , y la acción de formarle arrular- : que el arrullo del macho es mas
lleno , mas fuerte y sostenido que el de la hembra : que ésta también arrulla , pero mas
débilmente , y no con tanta frecuencia ; que hasta ios cinco o seis meses no principian los
pichones a arrullar , y hasta este tiempo conservan el grito agudo y lastimero ele la primera edad
; y que a los ocho o diez meses ó al año , ya están en estado de producir , según las castas.

Las palomas son por lo general de forma agradable y vistosa : su plumaje es liso , está compuesto
y adornado de los colores mas brillantes , y de reflejos lustrosos al rededor de la garganta y del
cuello , teniendo cuidado de conservarle limpio, de modo que pudiera decirse que estas aves
conocen la ventaja que hay en parecer bien y agradar: todos sus movimientos muestran dirigirse
á este fin, y el ardor que tienen en --sus amores , unido á la gentileza , parece que formen el i-
bndo de su carácter. El macho, aitivo y solícito par^ con la hembra, pasa y repasa por delante de
ella , haciendo ciertos movimientos y posturas , y arrullando con una voz sostenida y modulada
, cuyo fin parece que es el advertirla á tm mismo tiempo del cuidado de propagar su especie , el
pintarla la viveza de sus deseos , y el convidarla a corresponder á ellos, Mos mosirandola las
gracias y hermosura que le adornan. La hembra, grave y mesurada , miencrjs que el macho está
agitado , manihcsta recibir sus avisos y demostraciones como una obligación que éite la debe ,
y como homenage que la rinde ¡ sin moitrarle desdeño ni solicitud. A estos preludios siguen las
caricias , que retardando el cumplimiento de los deseos , los aumentan y preparan una posesión
mas dulce : el macho , uniendo el afedo paternal con el amor conyugal j ofrece la comida a su
hemora , qtie la recibe del mismo modo que ambos alimentan sus hijuelos ; y asi , estas tiernas
caricias se componen de los afedos mas dulces , de los ardores amorosos , de la terneza paternal
, y del reconocimiento de sus hijos : la hembra se acostumbra á ellas , alarga el Ciiello , tiende
aigo las alas , y las agita con un movimiento suave , recibiendo las caricias y regalos de su amante
, y las dadivas del gefe de la Familia. La dulzura , la sumisión y la dependencia en todas las familias
, darán acaso mas gracias á las hembras, é inspirarán mas amor y terneza á los machos. A estos
preludios , en los quales puede decirse la gentileza y galantería han unido todo lo mas delicado
de su arte , sigue el ayuntamiento , que solo dura un instante : la hembra , algo inclinada, recibe
al rnacho , cuyos deseos se acaban con un contaíto instantáneo : los dos amantes se separan
para volverse á unir y gustar de nuevos placeres; y ambos recogen algunas pajas ó ramitas para
componer el nido , mas ó .nenos bien hecho , según las especies: el maclio tiene la cosru nbre
de cenarse primero en él , y de conviddr á su companera á reemplazarle , io que exccuta ,
llamándola con un airuiio lleno, pero mas baxo que el regular: quan- 4o se acerca la nembra ,
manitiesca el macho su sensibilidad , batiendo las aias suavemente , á lo que eha corresponda.-
del mijmo modo , y ambos apretados es.rechjmcnte uno con oiro ; en e! nido parc'.e que gozan
con anticipación del gusto de cuiüúr ae lo- nijuelos que h.in de nacer. Luego que iiega el tietroo
de la postura , guarda la hembra el nido alguna"- hora& del dia , y duenne en el una ó dob noches
antes de poner : aigunas veces , ya porque ella abandone esta primera obligación , ya portjUe el
macho sea de ua natural precipitado , la persigue éste para obligarla á entrar y permanecer e.i
el nido , y entonces ya no es un amante solícito j sino un dueño que manda. La hembra tarda en
poner dos dias , y hasta el segundo no empieza a empollar los huevos , en lo cual tarda diez y
ocho dias : durante este tiempo la reemplaza el macho dos veces al dia , por la mañana desde
las nueve hasta el medio dia , poco mas ó minos , y por la tarde desde las tres hasta puesto el
sol , bien que estas horas se variaii o alteran , según las esucioues. Para concluir Ja historia de hs
propiedades de la p¡ilom,i en general , falta hablar de su fidelidad, ei orden á la qual diré, que
su primera unión por lo común es la única , y que el par que una vez se junta , p.-rmanece uni.io
toda su vida; pero si uno de ios dos llega á faltar por algún accidente, el que sobrevive procura
formar una nueva alianza ; y parece que la naturaleza ha preparado la constancia de la primer
unión : puesto que es muy freqiiente que los dos pichones que nacen de una misuia cria sean
macho y hembra , los quales por lo toinun se une» y casan,

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