Professional Documents
Culture Documents
Integrante Grupo N°
Miriam Martínez
C.I: 9.900.625
Herrera Fernando
C.I:8.457.820
Martínez Miriam
C.I:9.900.625
Quintero Nallerit
C.I:7.275.484
Ávila Anita
C.I: 13402031
Márquez Juan
C.I:10228849
-INTRODUCCION
-Antecedentes Históricos de las Pruebas y de los Medios Probatorios
-La Reseña Histórica de la Prueba Formal o Reglamentación Formal
- La Constitucionalizarían del Derecho Como Prueba.
- Referencia Constitucional y Referencia Legal de la Prueba en la Legislación
Venezolana
- Concepto de Prueba.
- Objeto de la Prueba.
- Teorías de la Prueba
- Clasificación de la Prueba
- Principios fundamentales del régimen probatorio Venezolano
- Principios de la Prueba en el Proceso Penal Venezuela
- La libre convicción y la sana crítica en el proceso penal en la jurisdicción legal
venezolana.
- Conclusiones
- Recomendaciones.
- Índice de Referencias.
INTRODUCCIÓN
El autor citado también expone que los referidos Juicios se efectuaban para
conocer la verdad cuando faltaban pruebas materiales contra el acusado, muchas
veces se desarrollaban con intervención de las partes, pero en otras ocasiones se
efectuaban sin su participación; por ejemplo cuando se llevaba a cabo el
denominado juicio del ataúd, que consistía en acercar al sospechoso o supuesto
matador al cadáver para que derramara sangre.
Los conjuradores, los juicios de Dios u ordalías, como las del fuego, duelo, agua
fría, agua caliente, desprendimiento de sangre del difunto en presencia del
matador, etc., son otras tantas manifestaciones primitivas e indudablemente
bárbaras de la llamada prueba legal, que luego habría de ir desembocando hacia y
un estadio más jurídico, sedimentado al fin en una vastísima serie de reglas sobre
valoración. Claro está que no solo fue la superstición la única base de ese sistema
probatorio; muchas veces sus mismas ordalías no representaron, según Spencer,
otra cosa que el desconocimiento de las relaciones causales detrás de los
fenómenos, y que obligaban a considerarlos como decretos de una fuerza
consciente y superior por otro lado resulta evidente que muchas de estas reglas.
Los sistemas probatorios bárbaros que daban por demostrada la verdad según el
resultado de experimentos de fuerza, habilidad o suerte, como las ordalías, las
pruebas del fuego, etc., eran sistemas de tarifa legal, puesto que el juez no podía
desconocer la conclusión, favorable o desfavorable para el acusado, ya que no
tenía ninguna libertad de criterio. Debe entonces distinguirse la tarifa legada
basada en el fanatismo y la ignorancia, de la que, como consecuencia del estudio
del derecho romano y de la labor de los canonistas, se elaboró sobre bases
jurídicas y lógicas para sustituir precisamente aquellas.
Cabe destacar la crítica que ha sufrido este sistema, donde muchos de los autores
lo descalifican, y donde Rengel (1995) comentando a Devis (1993), coincide con
éste en cuanto a la necesidad de distinguir tarifa legal, manifestaciones de un
formalismo extremo y primitivo, al cual califica el maestro colombiano, fósil jurídico,
que sólo perjuicios puede ofrecer a la imponderable función de administrar justicia,
de la tarifa legal, surgida del renacer del derecho romano y de la labor de los
canonistas que la concibieron sobre bases jurídicas y lógicas, para sustituir
precisamente aquella.
La Constitucionalizarían del Derecho Como Prueba.
El artículo 187 de la Constitución de 1999 ofrece una óptica un poco más clara, al
observar las formas de valoración impuestas conforme a la Ley, cuando señala en
su ordinal 3: "Ejercer funciones de control sobre el Gobierno y la Administración
Pública Nacional, en los términos consagrados en esta constitución y la ley. Los
elementos comprobatorios obtenidos en el ejercicio de esta función, tendrán valor
probatorio, en las condiciones que la ley establezca".
Por lo que si bien es cierto el artículo se refiere al control político del gobierno y
administración pública, pero en relación con la valoración en específico remite a la
Ley, de lo que se desprende que el contenido del artículo 507 del Código de
Procedimiento Civil, se mantiene inmutable y vigente plenamente en sus dos
acepciones, a saber, prueba tasada y sana critica.
“Los jueces tendrán por norte de sus actos, la verdad, que procura
conocer en los límites de su oficio. En sus decisiones el Juez
debe atenerse a las normas de derecho, a menos que la Ley lo
faculte para decidir con arreglo a la equidad. Debe atenerse a lo
alegado y probado en autos, sin poder sacar elementos de
convicción fuera de éstos, ni suplir excepciones o argumentos de
hecho no alegados ni probados
(...)”
CONCEPTO DE PRUEBA.
Empero, esto no significa que la actividad probatoria sea solamente lógica, porque
también es sicológica y técnica.
Por ende, podemos definir la prueba judicial como el conjunto de reglas que
regulan la admisión, producción asunción y valoración de los diversos medios que
pueden emplearse para llevarse al Juez la convicción sobre los hechos que
interesan al proceso.
OBJETO DE LA PRUEBA.
Lo podemos definir como todo aquello sobre lo cual puede recaer la prueba,
deviniendo en algo completamente objetivo y abstracto, extendiéndose tanto a los
hechos del mundo interno como del externo, con tal que sean de importancia para
el dictamen. El objeto de la prueba viene a ser una noción objetiva, porque no se
contempla en ella la persona o parte que debe suministrar la prueba de esos
hechos o de alguno de ellos, sino el panorama general probatorio del proceso,
pero recae sobre hechos determinados sobre los cuales versa el debate o la
cuestión voluntariamente planteada y que debe probarse, por constituir el
presupuesto de los efectos jurídicos perseguidos por ambas partes, sin cuyo
conocimiento el Juez no puede decidir.
1° Cuando el punto sobre el cual versare la demanda, aparezca, así por ésta como
por la contestación, ser de mero derecho;
2° Cuando el demandado haya aceptado expresamente los hechos narrados en el
libelo y haya contradicho solamente el derecho;
3° Cuando las partes, de común acuerdo, convengan en ello, o bien cada una por
separado pida que el asunto se decida como de mero derecho, o sólo con los
elementos de prueba que obren ya en autos, o con los instrumentos que
presentaren hasta informes;
Por ello, surge la presente investigación que tiene como general objetivo: Analizar
el alcance de la Libre Apreciación de la Prueba como Sistema de Valoración
probatoria en el Proceso Penal Venezolano, basándose para ello en una
investigación de tipo descriptivo -monográfico, donde se utilizará para su
desarrollo las técnicas e instrumentos propios de este estudio, entre las cuales se
pueden citar: la Observación documental y la técnica del resumen. Concluyendo
con una posible solución como es la necesidad de que el legislador limite la forma
la valorar la prueba por parte del juez, ya que esta forma de valoración depende
del prudente arbitrio del Juez.
Teorías de la Prueba.
Este es uno de los capítulos más importantes del Derecho Procesal Penal. La
Teoría de la Prueba se encuentra relacionada con la Teoría del Conocimiento,
porque con ella se formará convicción en el Juez. La prueba consiste en una
actividad procesal dirigida a alcanzar la certeza judicial de ciertos elementos para
decidir un litigio sometido a proceso. La prueba no es el hecho mismo que se
investiga. Una cosa es la prueba y otra el hecho conocido. La prueba es la
reactualización, es la representación de un hecho. A medida que el Juez va
observando el estado de las cosas o la conducta de las personas (reuniendo
elementos probatorios) irá formando su criterio hasta quedar convencido de la
existencia del delito y la responsabilidad del autor.
Clasificación de la Prueba.
1) De acuerdo a su finalidad:
Pruebas ilícitas: son aquellas que han sido recabadas e incorporadas al proceso
penal por medio de una trasgresión a una norma constitucional o procesal.
Prueba semiplena: el juez necesita que la única prueba sea complementada con
otros elementos probatorios para llegar a la convicción. Se le llama prueba
incompleta o imperfecta.
De acuerdo a su objeto:
Pruebas indirectas: hacen referencia a otro objeto que tiene relación con el objeto
a probar. Ej: prueba indiciaria.
De acuerdo a su medio:
Pruebas específicas: el juez obtiene el conocimiento del objeto por medio de otras
fuentes. Ej: búsqueda e identificación del autor del hecho punible, así como los
demás partícipes, si existieren.
Pruebas primarias: tiene como fin primordial demostrar el hecho sea en forma
directa o por medio de otro hecho. Se le denomina pruebas de primer grado. Ej.
Prueba pericial, prueba testimonial, etc.
Pruebas secundarias: cuando una prueba sirve para probar otra prueba. Son
conocidas como pruebas de segundo grado. Ej: una prueba testimonial que nos
proporcione indicios.
De acuerdo a su función:
Pruebas lógicas: por medio de un razonamiento o juicio, el juez logra obtener el
resultado probatorio. Estas pruebas son conocidas como pruebas críticas. Ej: la
inspección y los indicios.
Por otro lado tenemos Framarino Dei Malatesta (1989:135-145) que nos
proporciona la siguiente clasificación:
En cuanto al objeto:
Prueba directa: se refiere a la cosa que se pretende probar, es decir, al delito. Ej:
Testigo presencial de los hechos.
Prueba indirecta: hace mención a algo que a pesar de que es distinto al delito, le
permite a la autoridad jurisdiccional por medio de un proceso racional, deducir el
injusto penal. Ej: los indicios.
En cuanto al sujeto:
Prueba real o testimonio de cosas: dentro del proceso penal se presenta en forma
material u original. Ej: arma de fuego.
En cuanto a la forma:
Pruebas incriminantes:
Considera (Pérez, 1998, p. 218) que los principios que regulan el régimen
probatorio establecido en el Código Orgánico Procesal Penal, corresponde
plenamente a los patrones del sistema acusatorio y por ello son:
A. Carga de la Prueba
B. Libertad de Prueba
C. Legalidad de la Prueba
D. Comunidad de la Prueba
E. Libre Convicción
Hasta las partes para interponer un recurso en contra de una decisión judicial
deben subsumir la violación o infracción presuntamente cometida en un
fundamentar debidamente escrito del recurso, promover los medios de prueba en
este mismo escrito, probar lo que se alegan, puesto que tienen la carga de la
prueba, y además darle la posible solución al tribunal que conocerá de ese
recurso, considerando que la decisiones de los órganos jurisdiccionales merecen
fe pública salvo prueba en contrario.
La dirección del debate probatorio por el juez, impone su imparcialidad esto es, el
estar siempre orientando por el criterio de averiguar la verdad, cuando decreta
pruebas oficiosamente o a solicitud de parte, como cuando valora los medios al
legados al proceso.
J. La Inmaculacion de la Prueba
Por razones de economía procesal, debe procurarse que los medios de pruebas
aportados al proceso, estén libres de vicios intrínsecos y extrínsecos que los
hagan ineficaces y nulos.
M. De la Originalidad de la Prueba
Significa que la prueba en lo posible debe referirse al hecho por probar en forma
directo, para que sea prueba de éste, pues eso refiere a los hechos relacionados
con aquél, se tratará de pruebas de otras pruebas.
N. Pertinencia de la Prueba
En el proceso las partes tienen que probar sus afirmaciones (Sentis, Devis) con el
propósito de contribuir a formar el criterio del juzgador; esta tarea debe ceñirse a
una serie de reglas que intentan garantizar los derechos de las partes, en especial
del imputado. El principio de control y contradicción es una de estas garantías, en
términos de Borrego: “dada un proposición probatoria, ésta debe ser
efectivamente observada (controlada) por todos los interesados, para preservar el
ejercicio legítimo de cada parte en la administración del juicio” (1998:86).
Este profesor explica como la práctica del control brinda el campo a la
contradicción cuando sea oportuno y pertinente adversar la prueba que ha sido
presentada, “bien para que no se practique, ora para evitar que la prueba no se
valore y pueda producir efectos en la sentencia”. Esta idea se encuentra en
nuestro Código Orgánico Procesal Penal (COPP) en su artículo 18 (principio de
contradicción) en concordancia con el 198.
Por otra parte, Borrego relaciona estos principios con el de igualdad procesal, que
busca equiparar la actividad del accionante y del accionado, es decir, que todos
los actores del escenario deben tener las mismas oportunidades para el ejercicio
de la prueba. Estos principios también están vinculados estrechamente con el
derecho a la defensa y con el principio de publicidad (Delgado y Mayaudón, 2004).
Antes de cerrar este punto, se quiere destacar también que Devis Echandia en su
descripción del principio de contradicción de la prueba, entre otras, señala:
“…debe negársele valor de prueba practicada (…) al dictamen de peritos
oportunamente ordenado, o al menos simultáneamente en el juicio oral, pero no
fue puesto en conocimiento de las partes para que éstas ejercitaran su derecho de
solicitar aclaraciones o ampliaciones. Los autores exigen generalmente la
contradicción de la prueba como requisito esencial para su validez y autoridad”
(1981:123). Sobre esta idea se volverá más adelante.
Principio de oralidad
En Venezuela las formas del juicio deben encaminarse bajo el signo de la oralidad
(artículos 14 y 338 del COPP). En el proceso penal prevalece la forma oral y en la
civil la escrita (Devis, 1981:139).
La oralidad “se constituye en una garantía para que todos los interesados en la
causa sepan en qué consisten los distintos argumentos de las partes y, este
conocimiento lo adquieren de una forma inmediata” (Borrego, 1999:111). El
tribunal debe fundamentar su decisión solamente en las pruebas que le son
presentadas en el juicio oral (Mayaudón:47).
Para Pérez Sarmiento la oralidad puede presentarse en la realidad de los
procesos de dos formas: como principal o secundaria. La oralidad es principal
cuando: “constituye no sólo la forma esencial de los actos procesales, sino
también y principalmente, cuando los jueces o jurados tienen que decidir
inmediatamente después de concluido el debate y la práctica de pruebas
basándose exclusivamente en lo escuchado y visto en la audiencia oral y no sobre
la base de actuaciones escritas”. En cambio, será secundaria cuando las formas
orales son mero ornamento, es “el caso de aquellos actos orales en los cuales se
exige a las partes consignar informes conclusivos por escrito y en los que la
sentencia puede basarse en el material escrito del sumario” (2007:64) La
incorporación a través de la lectura del contenido de escritos es excepcionalísima
(339 COPP).
Principio de inmediación
El texto del artículo 16 del COPP expresa que los jueces deben sentenciar con
base en la prueba presenciada interrumpidamente en el debate oral. De modo que
los jueces no pueden seguir trabajando por intermedio de los funcionarios del
tribunal; tienen la obligación formal de estar atentos y pendientes de los distintos
acontecimientos de la causa (Borrego, 1998:87)
La Actividad Probatoria
La actividad probatoria es un asunto eminentemente práctico, donde debe ponerse
a prueba la habilidad de los Abogados, capacidad perceptiva coherencia,
diligencia y preparación teórica. Según Echandia (1981) se entiende como
actividad probatoria al “conjunto de actos procesales destinados a la búsqueda,
proposición, incorporación, evaluación, admisión, práctica y valoración de las
pruebas y por ello constituye el objeto fundamental del Derecho Probatorio, es el
núcleo esencial de toda la actividad procesal” (p.45).
Es decir, en estos casos, Echandía (1981), señala que la carga de la prueba “no
se distribuye sino permanece en cabeza del demandante, mientras el demandado
niegue totalmente o no oponga alguno, y sólo se distribuirá tal carga cuando el
demandado articule hechos liberatorios y no los pruebe” (p. 75).
Más claro aún es este punto respecto al proceso penal, y sobre todo con relación
al proceso penal acusatorio, que como acertadamente dice Montero, es la única y
verdadera forma procesal de enjuiciamiento penal.
Por ello, aun cuando el imputado alegue en su defensa hechos que resulten no
demostrados, los acusadores tienen la obligación de probar la existencia del delito,
la participación del acusado en su perpetración y la falsedad de sus descargos o
coartadas si la hubiera planteado como parte del Derecho a ser oído y el Derecho
a defenderse, de igual forma, el hecho de que el imputado acepte que estuvo en la
escena del crimen no significa que pueda condenársele por ese sólo hecho si el
fiscal no desarrolla una actividad probatoria más allá de toda duda razonable, que
destruya la presunción de inocencia.
De allí, que la prueba son los objetos mediante los cuales, el Juez obtienen la
experiencia que le sirve para enjuiciar a los procesados. Según Caravantes,
(1998) “Prueba precede del adverbio latino “PROBO” que significa probar,
demostrar, mostrar, reconocer, que significa honradamente, por considerarse que
obra con honradez quien prueba lo que pretende” (p. 309). Se afirma, también,
que proviene de la voz “PROBANDUM” que significa recomendar, aprobar,
experimentar, patentizar, hacer fe. Puede concebirse como un equivalente del
hecho, el cual constituye el objeto o medio de la valoración, ya que por medio de
la prueba el hecho es percibido por quien lo valora, porque es algo que captan los
sentidos del Juez o de quien debe pronunciar un juicio, y por lo tanto, sirve para
producir una experiencia.
De esta forma, el ordenamiento jurídico contiene instituciones que bien pueden ser
asumidas voluntariamente por los seres humanos que conforman la sociedad y
que una vez que esos se someten a sus reglas, no pueden desconocerse de
manera simple sin intervención del Estado, caso particular el Matrimonio, por lo
que quien desee salir de tales estados deberá ocurrir ante el órgano jurisdiccional
y solicitarlo, aquí reside la esencia de la jurisdicción y del proceso.
Era común antaño escuchar que la carga de la prueba recae sobre quien afirma y
no sobre quien niega, dada la dificultad e imposibilidad de acreditar la existencia
de un hecho negativo, al punto que se afirmaba, corrientemente, que era un
principio pacífico en materia procesal que, al que afirma un hecho no reconocido
por el demandado, le corresponde la prueba respectiva. Este derecho dogmático,
excesivamente influido por la consideración del proceso como un combate judicial,
no podía tener como correlato sino una férrea imposición del onus probandi en
cabeza de quién afirmaba un hecho. No había espacio allí para las nuevas ideas,
para las corrientes progresistas que finalmente vendrían a derribar esquemas
vetustos, de la mano de las doctrinas del exceso ritual manifiesto y de la verdad
jurídica objetiva, amén de las enseñanzas de importantes autores.
El Juez no sólo debe expresar lo que da por probado y con qué medio se obtuvo
ello en el juicio, sino también porque llegó él a ese convencimiento. (Delgado,
2004), Sin embargo, resulta oportuna destacar que en Venezuela llegó tarde a
este sistema, en 1984 con la derogada Ley Orgánica Sobre Sustancias
Estupefacientes y Psicotrópicas (LOSSEP), en su artículo 170, que sin utilizar la
expresión de “sana crítica”, lo estableció en los siguientes términos: “La certeza
judicial deberá fundamentarse en los elementos probatorios que consten en autos,
según la libre razonada y motivada apreciación de que los mismos haga el Juez”.
Delgado (2004), sigue señalando al respecto que, fue seguido ello por el Código
de Procedimiento Civil vigente desde 1987, que si empleó la antes dicha
expresión, pero sin dar explicación alguna sobre en qué consiste, cuando en su
artículo 507 estableció: “A menos que exista una regla expresa para valorar el
mérito de la prueba, el juez deberá apreciarla según las reglas de la sana crítica”.
Cabe aclarar que la única regla expresa de valoración contenida en esa ley,
consistía en la que previó el artículo 68, donde se le asignó valor de indicio grave
a la declaración del testigo delator. (Delgado, 2004, 100). Señala Delgado (2004),
que además, el artículo 187 dio una explicación muy didáctica sobre esa sana
crítica, incluyendo las máximas de experiencia, como ningún otro texto legal lo ha
hecho, al establecer:
Los jueces deben analizar y juzgar todas cuantas pruebas se hayan producido,
aún aquellas que a su juicio no fueren idóneas para ofrecer algún elemento de
convicción, expresándose siempre cuál sea el criterio del Juez, respecto de ella
siguiendo las reglas de la sana crítica que son las de la psicología, la experiencia
común y la lógica, ya que el pensamiento del Juez de la causa debe estar
estructurado lógicamente dentro de la aplicación de las leyes de identidad,
contradicción, tercero excluido y razón suficiente. Las máximas de experiencia son
normas de valor general y por ellas se entiende el conjunto de juicios fundados
sobre la observación de lo que ocurra comúnmente y pueden formularse en
abstracto por toda persona de un nivel mental medio (p.100).
.
RECOMENDACIONES
En ese orden de ideas, también debe apartarse estos medios de pruebas libres de
cualquier otro medio de prueba auxiliar de los medios tradicionales y reconocerse
su carácter autónomo. Existe un gran vacío Legislativo en cuanto al campo de
Contradicción de estos medios de pruebas, basados en los Principios de Defensa
y Contradicción, y el aporte Jurisprudencial al respecto resulta muy pobre y
escueto, sin embargo debido a su naturaleza especial se debe seguir una
Oposición e Impugnación distinta a los medios de pruebas tradicionales.