You are on page 1of 3

LA PROFESIÓN FARMACEÚTICA

Leopoldo Villafuerte "México es el único país del mundo en el cual, por convicción o ignorancia,
los servicios de salud no incluyen al Farmacéutico comunitario"

Esta afirmación se hizo porque hay muchos farmacéuticos desempleados, y existe una necesidad en
la farmacia comunitaria, la cual no hay en nuestro país. Aunque hay pocas farmacéuticas atendiendo
al público, esto no da un impacto necesario.

Esto es debido al desarrollo histórico del país, el cual sufrió durante mucho tiempo de falta de
personal capacitado para el avance internacional de la ciencia. Los tiempos han cambiado, pero no
por ello las perspectivas de las autoridades sanitarias, las cuales, se conforman básicamente por
médicos, sólo se contratan farmacéuticos para puestos menores o áreas de la ciencia que no tienen
que ver con la farmacéutica.

Pero, ¿Por qué habrían de preocuparse las autoridades sanitarias o de la Secretaría de Salud,
particularmente el Secretario de Salud, de tales circunstancias? ¿Qué importancia podría tener la
presencia de un experto en la dispensación o venta de los medicamentos? Si es de todos sabido que
los medicamentos se venden de los medicamentos se venden y compran como cualquier otro
producto de una tienda de abarrotes.

"En realidad nunca ha habido ningún control de la venta de los productos farmacéuticos éticos,
los cuales se venden prácticamente como cualquier otro producto popular".

Lo anterior, aunque muy viejo, es mejor revisarlo. En México, un país donde se venden libremente
los medicamentos, sin importar que tengan o no conocimiento que les permita valorar los efectos
de los medicamentos. Ya que estos podrían causar trastornos por sus efectos farmacológicos.

Cabe recordar que:

La necesidad de un gobierno o Estado, es para vigilar y procurar el bien común de la sociedad, si


esto no se cumple no hay ninguna razón para su existencia o justificación.

Los reglamentos y leyes que regulan la fabricación, venta y distribución de los medicamentos tienen
la finalidad de proteger a la sociedad de peligros que no pueden ser medidos o valorados por los
propios ciudadanos y no la de protegerlos de sus propios ciudadanos y no la de protegerlos de sus
propias decisiones. Los medicamentos son productos que un paciente o consumidor no puede
valorar, son productos que para su consideración o valoración requieren de conocimientos que sólo
poseen los profesionales farmacéuticos, para eso se les prepara en las instituciones de enseñanza
superior. Todavía un farmacéutico no puede hacer un juicio concluyente sobre la calidad o bondad
de un medicamento si no tiene a la mano instrumentos de evaluación físicos, químicos y biológicos
o al menos el conocimiento de las características de este tipo que posee cada medicamento.
Entonces ¿Cómo se espera que un paciente ignorante de este conocimiento y sin los elementos de
juicio correspondientes pueda tomar decisiones por sí mismo, acerca de los medicamentos?

"¿Es irresponsable la creación de leyes, por parte del Estado, para permitir que cada individuo
seleccione los medicamentos que debe consumir si no se crean las instancias que le permitan
asesorarse adecuadamente?
Buscando las causas de que las autoridades controlen tan celosamente productos mortales como
las armas de fuego y que sin embargo no se tomen molestias para asegurar, a través de un
profesional de la farmacia, el control de la distribución sin receta de los medicamentos. Este
razonamiento sería lógico si es que el enfermo tuviera los conocimientos y elementos de juicio
suficiente, lo que a un médico le toma años adquirirlos, para escoger el medicamentos que ha de
aliviarle. La única asesoría que para este fin reciben actualmente, proviene de los despachadores de
las farmacias, los cuales tampoco cuentan con los conocimientos suficientes para asesorarles, ya
que su preparación es a todas luces muy pobre. La única manera de justificar la venta de
medicamentos sin receta, siguiendo esta lógica, sería la presencia de un farmacéutico competente,
atendiendo la farmacia, para, sin receta como un médico, sí aconsejar adecuadamente al paciente
sobre las bondades o perjuicios que tal o cual medicamento podría causarle.

Sin embargo, las autoridades sanitarias, sin un farmacéutico atendido la venta de los medicamentos,
han tolerado esta práctica todo el tiempo.

El problema de la venta indiscriminada de medicamentos, sin una receta que les justifique, se
recrudece y aplica ahora también a los medicamentos que sí se venden con una receta. Los cuales,
al prescribirse con un nombre genérico, dejan al arbitrio del dependiente de la farmacia o del
paciente la toma de decisiones para la cual no están capacitados, ni tienen los elementos
suficientes para hacerla. ¿Cómo se puede esperar que un obrero, campesino, ama de casa, etc., o
el dependiente de la farmacia, todos con poco conocimiento acerca de los medicamentos, puedan
decidir qué medicamento, de qué precio, en qué forma farmacéutica, etc., le sería más
conveniente?

Esta nueva ley hace más imprescindible aún la presencia de un farmacéutico competente, de
planta en la farmacia, como el medio para dar la asesoría suficiente a los pacientes acerca de qué
medicamento, con la sustancia activa recetada, le será más conveniente; además de
proporcionarle otros servicios de atención primaria para la salud, tal como se hace en otros países.

¿Será posible que los médicos que controlan la Secretaría de Salud tengan la capacidad suficiente
para darse cuenta de la necesidad de la colaboración efectiva de los profesionales farmacéuticos
para mejorar los servicios de salud que se le pueden ofrecer a los mexicanos?

HISTORIA Y DEFINICIÓN DE LA PROFESIÓN DE FARMACÉUTICO.

La historia de la Farmacia se remonta a tiempos antiguos, el cual desde tiempo inmemorial ha sido
afecto al uso de los medicamentos o fármacos, para aliviar o curar sus malestares físicos o mentales,
para tener una vida mejor y más prolongada. Fármacos como la insulina mantienen viva a mucha
gente, mientras que sustancias como las quimioterapéuticas salvan a miles más.

La historia relata el inicio documentado y racional de los fármacos o medicamentos 2 mil años antes
de Cristo, en Mesopotamia y Egipto. En Babilonia se usaban plantas medicinales y formas
farmacéuticas que todavía se utilizan hoy en día. Formas farmacéuticas como los supositorios, las
grageas, los enemas y los ungüentos. La especialización de algunos practicantes de la medicina para
preparar y vender fármacos y medicamentos o formas farmacéuticas, 4 mil años atrás, podría
considerarse quizás como el origen del farmacéutico actual.
Aunque el progreso de la Humanidad declina en el valle de los dos ríos, reaparece nuevamente en
el florecimiento griego que se dio hace 3 mil años. Es en Grecia donde nace la palabra Pharmakon,
con un significado de remedio o veneno, similar al significado que se le da a un fármaco. Es
Hipócrates quien se refiere inicialmente a una descripción racional de las enfermedades y del
tratamiento de las mismas con dietas o estilos de vida, dejando para los casos extremos el uso de
los fármacos.

You might also like