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Cada día de clases es un reto y para afrontarlo debemos preparar todas las herramientas con anticipación. Si fueras
un cheff y quisieras preparar un pastel de chocolate no podrías hacerlo sin tener chocolate o harina o azúcar. Del
mismo modo, siendo un profesor necesitas asegurarte de que la cultura de tu aula sea sinónimo de aprendizaje y
colaboración. ¿Cuáles serían tus ingredientes?
2) 3 tazas de Visión
Ahora que tienes información sobre tus estudiantes es momento de pensar en
cómo los quieres ver al final del año, qué comportamientos quisieras ver en ellos,
cómo te los imaginas en el futuro, a eso le llamaremos visión. La visión, que por
ahora se centrará en el comportamiento de tus estudiantes, es una “visualización
de ellos al finalizar el año”; puede ir variando a medida que los vayas conociendo
y que vayan alcanzando sus metas así que no tengas miedo de revisarla y
cambiarla de vez en cuando. Cada dos meses sería lo ideal. Recuerda que estás
recién uniendo los ingredientes, ¿cómo se verá el pastel cuando termines? Es
importante que lo tengas muy claro porque si vas a preparar tu pastel de chocolate no vas a incluir zanahorias.
Prioriza cuáles son los ingredientes que realmente vas a necesitar y usar. Piensa en un aula de excelencia e
imagina a tus estudiantes desarrollando todo su potencial.
4) 10 cucharaditas de procedimientos
Ahora que tus estudiantes se han apropiado de las normas y han creado una
cultura que refleja armonía es momento de pensar cómo haremos que el tiempo
de clases se vea optimizado, que cada segundo que pasemos con ellos sea de
completo aprendizaje. Crear estrategias para formar grupos, repartir cuadernos
o materiales, ir al baño entre otras cosas es a lo que llamaremos
“procedimientos”. Se trata de crear hábitos para que no tengas que emplear
tiempo en explicar cómo formar un grupo cada vez que necesites hacerlo,
imagina si dices “Uno, dos, tres ¡Grupos!” y tus estudiantes saben que deben
girar sus carpetas rápidamente para unirse a los compañeros que ya tienen
asignados. Pero no solo eso, también saben que eso significa que deben mantener una “actitud de trabajo grupal”
es decir, que deben concentrarse en la tarea, apoyarse como equipo, hablar a un volumen adecuado para que
todos en el salón puedan trabajar, etc. Imagínate poder tener todo eso sin tener que explicarlo una y otra vez,
solamente dando una especie de comando. Ese es el beneficio de los procedimientos.