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CULTURA DE AULA

Cada día de clases es un reto y para afrontarlo debemos preparar todas las herramientas con anticipación. Si fueras
un cheff y quisieras preparar un pastel de chocolate no podrías hacerlo sin tener chocolate o harina o azúcar. Del
mismo modo, siendo un profesor necesitas asegurarte de que la cultura de tu aula sea sinónimo de aprendizaje y
colaboración. ¿Cuáles serían tus ingredientes?

1) 100 gramos de primera impresión y conocimiento.


La primera impresión que des va a ser la base sobre la que
construirán la imagen que tendrán de ti y por eso es importante
que tengas muy claro con qué quieres que se queden. Debes
tener en mente que eres su profesor, no su comandante ni su
compañero consentidor. Ellos deben ver en ti una autoridad
que promueve el respeto respetando la individualidad de cada
uno de ellos. Al igual que los demás docentes de la institución,
debes usar ropa formal pero que sea cómoda, considera el
tiempo que vas a pasar en el aula. Demuestra tu
profesionalismo siendo una persona pulcra y ordenada, no olvides que esto se reflejará en tu aula. Pregúntate
entonces, ¿qué quiero que se lleven de mí?
El conocimiento que tendrás sobre tus estudiantes irá creciendo cada día pero es importante que la primera vez
que los veas sepas qué exactamente necesitas aprender para que el vínculo entre ustedes nazca. Recoge
información básicas: nombres, apellidos, con quiénes viven, edades, fechas de cumpleaños pero también
información que te pueda ser útil cuando empieces a impartir clases: quiénes son amigos entre sí, cuáles son sus
características individuales más resaltantes, cómo se relacionan contigo y con sus compañeros, qué traen en la
mochila y en la lonchera, cuál fue su estado de ánimo durante todo el día, entre otras cosas. Puedes consultar
también con otros profesores sobre algún hecho significativo que haya ocurrido con alguno de ellos en años
anteriores (fallecimiento de algún familiar, mudanzas, etc.), revisa las notas con las que terminaron el año anterior.
Prepara dinámicas de integración que te ayuden a interactuar con ellos en un ambiente relajado y de confianza.
Pregúntate entonces, ¿qué necesito llevarme de ellos?

2) 3 tazas de Visión
Ahora que tienes información sobre tus estudiantes es momento de pensar en
cómo los quieres ver al final del año, qué comportamientos quisieras ver en ellos,
cómo te los imaginas en el futuro, a eso le llamaremos visión. La visión, que por
ahora se centrará en el comportamiento de tus estudiantes, es una “visualización
de ellos al finalizar el año”; puede ir variando a medida que los vayas conociendo
y que vayan alcanzando sus metas así que no tengas miedo de revisarla y
cambiarla de vez en cuando. Cada dos meses sería lo ideal. Recuerda que estás
recién uniendo los ingredientes, ¿cómo se verá el pastel cuando termines? Es
importante que lo tengas muy claro porque si vas a preparar tu pastel de chocolate no vas a incluir zanahorias.
Prioriza cuáles son los ingredientes que realmente vas a necesitar y usar. Piensa en un aula de excelencia e
imagina a tus estudiantes desarrollando todo su potencial.

3) 2 litros de normas y consecuencias


Cuando hablamos sobre “normas y consecuencias en el aula” muchos docentes
podrían pensar en la necesidad de convertirse en un policía o plantear en el aula un
listado de prohibiciones. No se trata de que tu aula se asemeje a una cárcel pero es
importante entender que para que tus estudiantes sientan seguridad, necesitan saber
cuáles son los límites de sus acciones. Imagina que vas a cruzar por un puente entre
dos cerros ¿cómo te sentirías más seguro, desplazándote por la vía teniendo una berma
de seguridad en los extremos o solo desplazarte sin ella? Es muy probable que te
sientas más seguro teniendo la berma amarilla que te indica claramente por dónde
debes manejar. Lo mismo ocurre con tus estudiantes, ellos están en un proceso de
formación y necesitan ser instruidos sobre las convenciones sociales de
comportamientos adecuados que los estimulen y ayuden a convertirse en ciudadanos
que contribuyan al crecimiento de su comunidad, su provincia y su país. Las normas
son esa especie de berma que establece ciertos límites o parámetros pero que al mismo
tiempo les brindan seguridad.
Dibuja mentalmente una línea horizontal e imagina que ese es tu flujo de comportamiento en el aula. El estándar
es el comportamiento adecuado, esperado, como por ejemplo, sacar el cuaderno para tomar notas, escuchar a
quien está hablando, resolver la mayor cantidad de ejercicios, ayudar a tu compañero, entre otros. Todo eso es
el estándar de lo esperado. Si un estudiante se encuentra por encima de ese estándar se debería volver acreedor
a una consecuencia positiva: una palabra de aliento, el reconocimiento delante de sus compañeros, una nota de
felicitación en el cuaderno, etc. Del mismo modo si un estudiante se ubica por debajo del estándar debe saber
que recibirá una consecuencia negativa acorde a la falta que haya cometido, una llamada de atención, un punto
menos en su evaluación de comportamiento, una nota a sus padres, etc. Estas consecuencias son graduales, es
decir dependerá de las veces en que se incurra o de la naturaleza que tiene dicha falta. Recuerda que en todos
los casos, el respeto hacia el otro es uno de los principios que debe prevalecer ante cualquier situación.
Recuerda que el propósito de las normas y consecuencias es que tu salón se convierta en un espacio en el que
todos puedan aprender y para eso deben aprender a convivir respetándose y apoyándose por eso date el tiempo
de construir estar normas junto a ellos, no se las impongas, así tus estudiantes serán participantes activos de
este proceso y les será más sencillo interiorizarlas y respetarlas.

4) 10 cucharaditas de procedimientos
Ahora que tus estudiantes se han apropiado de las normas y han creado una
cultura que refleja armonía es momento de pensar cómo haremos que el tiempo
de clases se vea optimizado, que cada segundo que pasemos con ellos sea de
completo aprendizaje. Crear estrategias para formar grupos, repartir cuadernos
o materiales, ir al baño entre otras cosas es a lo que llamaremos
“procedimientos”. Se trata de crear hábitos para que no tengas que emplear
tiempo en explicar cómo formar un grupo cada vez que necesites hacerlo,
imagina si dices “Uno, dos, tres ¡Grupos!” y tus estudiantes saben que deben
girar sus carpetas rápidamente para unirse a los compañeros que ya tienen
asignados. Pero no solo eso, también saben que eso significa que deben mantener una “actitud de trabajo grupal”
es decir, que deben concentrarse en la tarea, apoyarse como equipo, hablar a un volumen adecuado para que
todos en el salón puedan trabajar, etc. Imagínate poder tener todo eso sin tener que explicarlo una y otra vez,
solamente dando una especie de comando. Ese es el beneficio de los procedimientos.

5) Una pizca de Habilidades Blandas


El desarrollo integral y el cambio de vida que buscamos lograr en nuestros
estudiantes implica pensar, no solamente en cuánto y cómo deben aprender,
sino también pensar en cómo desarrollo de habilidades socio-afectivas, a las
que llamaremos habilidades blandas. En Enseña Perú trabajo 4 habilidades que
creemos son fundamentales para el desarrollo del potencial de cada estudiante:
- Trabajo en equipo: Al desarrollar esta habilidad se busca que los
estudiantes muestren sensibilidad frente a los sentimientos y necesidades
de sus compañeros y que valoren las opiniones y habilidades de los otros
miembros del grupo alentando la contribución de todos.
- Autonomía para el Aprendizaje: Buscamos que los estudiantes sean capaces de buscar y crear recursos,
herramientas y estrategias que lo ayuden a aprender y lograr sus objetivos; además, que reconozcan las
razones para aprender determinado concepto o habilidad.
- Perseverancia: Buscamos que cuando el estudiante se enfrente a una tarea difícil se muestre optimista y
manteniéndose en la tarea sin importar cuán difícil sea. Agota diversas estrategias y recursos para lograr su
propósito.
- Autoconfianza: Se busca que los estudiantes expresen ideas, sentimientos, opiniones, con seguridad y en
cualquier situación, que sean capaces de solucionar problemas de manera espontánea, potencia sus
habilidades y reconoce sus debilidades tratando de superarlas.
Cuando conozcas a tus estudiantes es importante que recojas información sobre el nivel en el que se encuentran
tus estudiantes en cada una de ellas, para eso te brindaremos unas matriz (revisar Anexo).

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