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Pero Berne, a pesar de respetar sus orígenes como psicoanalista, no estaba de acuerdo con ciertas
ideas que este modelo promovía y, tras la publicación de distintos artículos y libros, desarrolló su
propio modelo de “psiquiatría social”. Sus obras fueron auténticos best sellers, siempre escritas
con un vocabulario sencillo permitiendo la comprensión tanto de los profesionales como de los
clientes. Para Berne, la comunicación y el conocimiento son en gran medida la solución de los
problemas emocionales, y centra su planteamiento en la relaciones sociales, donde la transacción
es la unidad básica.
El propio Eric Berne explica en su libro “Los juegos en que participamos” que: “La unidad de
relación social es la transacción. Si dos personas se encuentran la una a la otra...tarde o temprano
una de las dos hablará, dará alguna indicación o mostrará agradecimiento por su presencia. Esto
se conoce como estímulo de transacción. La otra persona entonces dirá o hará algo que esté
relacionado con el estímulo, y eso se llama respuesta transaccional”.
El modelo de Eric Berne fue ganando popularidad, y éste decidió fundar la ITAA (Asociación
Internacional de Análisis Transaccional) con la misión de profundizar en ciertos conceptos del
análisis transaccional y aportar desarrollos diferentes dentro de la teoría. Esta institución sigue
vigente hoy en día para asegurar la calidad terapéutica y formativa en los distintos centros que se
practica el análisis transaccional.
Un enfoque integrativo
Dentro del análisis transaccional existen distintas escuelas, por ejemplo. la clásica o la catexis. A
medida que un practicante integra los conceptos del análisis transaccional, se decanta por una
escuela que encaje con su manera de ser o de hacer terapia, o se mueve por los distintos enfoques
dentro esta misma teoría, de modo que se trata de encontrar una forma que se adapte mejor a los
casos tratados. De algún modo, se parte de una base teórica y práctica y se pasa a algunas
variantes, tal y como suele ocurrir con los psicoanalistas.
De hecho, el enfoque integrativo de Berne nació gracias a que éste, influenciado por el
psicoanálisis, pensó que la teoría freudiana centraba todo su esfuerzo en el pasado, lo que
resultaba en una práctica terapéutica que dejaba de lado el “aquí y el ahora”, olvidando aspectos
tan beneficiosos para la terapia como la concentración en lo consciente (aunque también lo
inconsciente).
Para lograrlo, combinó ideas y técnicas del psicoanálisis clásico con ideas del humanismo o el
conductismo. La nueva teoría no se centraba tanto en la introspección hacia el pasado, sino que el
presente, el contexto interpersonal o la autorrealización y el crecimiento personal cobraban vida
en su nueva forma de hacer terapia.
Uno de los grandes logros del análisis transaccional es que propone una metodología y unos
conceptos básicos expresados en un lenguaje simple y sin tecnicismos, y a su vez facilita técnicas
para el cambio personal.
Las transacciones psicológicas se analizan mediante los estados del ego, distintos de los que
propuso Freud. Existen tres estados del yo: Padre, Adulto y Niño.
Padre: Se habla y piensa con los patrones aprendidos de una figura autoritaria en la niñez. Es una
copia de la infancia.
Un analista transaccional elaborará un diagrama en el que se podrá apreciar los estados del ego
que se manifiestan en una transacción. Por ejemplo, una transacción Adulto-Adulto puede ocurrir
cuando un cirujano está operando y hace una mirada a la enfermera para que le acerque la
herramienta de trabajo. Ésta se lo acerca produciéndose una transacción complementaria, donde
el gesto de mirar sería el estímulo de la transacción y la entrega de la herramienta la respuesta de
transacción. La comunicación será fluida mientras las transacciones complementarias continúan.
Pero, desgraciadamente, no todas las interacciones son complementarias y, por tanto, algunas son
disfuncionales, a lo que Berne llamaba transacción cruzada. Por ejemplo, en una relación de
pareja, uno de los miembros, en este caso la mujer, pregunta al otro miembro si ha visto sus gafas.
Y el otro miembro, en este caso el hombre, responde: “¡Siempre me culpas a mí de todo!”. El
hombre, en vez de responder con el ego “Adulto”, responde de forma impulsiva, es decir, con el
ego “Niño”, y aquí se produce un conflicto o una comunicación disfuncional.
Objetivos del Análisis Transaccional
Los objetivos del análisis transaccional son, básicamente tres: la conciencia, la espontaneidad y la
intimidad:
Legado
El análisis transaccional es una teoría popular, aunque su eficacia está cuestionada por la falta de
estudios científicos que demuestren su eficacia (en parte, esto se debe a que parte del
psicoanálisis y su epistemología). Hoy en día, todavía es posible formarse no solo en terapia, sino
que existen másters enfocados hacia otros campos de aplicación, por ejemplo, en Coaching
Transaccional para Organizaciones.
A continuación se exponen algunos de los son aspectos más importantes de esta teoría. El análisis
transaccional se centra en:
Las relaciones, en todas sus formas: con uno mismo y con los demás.
Es una teoría de la comunicación que analiza las distintas formas de interacción: entre los
individuos, parejas, familias, organizaciones, etc.
Berne, Eric (1964). Games People Play – The Basic Handbook of Transactional Analysis. New York:
Ballantine Books
Berne, Eric (2007). Juegos en que participamos. Barcelona: RBA Libros, S.A