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Introducción

El derecho romano, se refiere al conjunto de normas y principios que rigieron


las relaciones del pueblo romano; esto comprende, la etapa desde la
fundación de roma como imperio, en las colinas del Tiber; hasta la caída o
el tiempo de “bajo imperio” que se da con la muerte del emperador
Justiniano.

Para que llegaran a conocer el derecho en Roma, tuvieron que pasar por
muchos cambios. Esto se inició con la promulgación de las Doce Tablas.
Cabe resaltar; que con estas leyes llegaron al derecho escrito, ya que fue
sometida a una asamblea popular, fue aceptada, escrita y promulgada. Antes
de ellos, solo se concebía al derecho a partir de la costumbre, es decir; el
derecho consuetudinario.

Roma, nos entregó desde el mundo antiguo un sistema uniforme de derecho,


que se basa en la razón y la justicia, principios que hasta nuestra actualidad
perduran. Pero para que todo esto sea posible estuvieron muchos juristas,
pensadores, filósofos, entre otros personajes romanos que aportaron sus
conocimientos para descubrir o definir poco a poco cada concepto del
derecho.

En el presente trabajo, hablaremos de algunos de estos personajes, que


muchos de ellos tuvieron un papel muy importante en la legislación más
importante que es el Corpus Iuris Civiles.
Alfeno Varo (en latín, Alfenus Varus) Alfeno Varo
o Publio, fue un jurista y escritor de la Antigua
Roma que vivió en el siglo I a. C. Se desconoce todo
sobre él, con excepción de una historia preservada
en escolios de Helenio Acrón, en sus notas a las
“Sátiras de Horacio”. Allí se dice que probablemente
es nativo de Cremona, donde ejercía el oficio de
peluquero o de reparador de zapatos. Llegó a Roma
para convertirse en alumno de Servio donde alcanzó a obtener
un consulado y fue honrado con un funeral público.

Su obra más importante fue las “Pandectas”; hay 54 fragmentos en


el Pandectas de los 40 libros del Digesto de Alfeno, pero se dice que Alfeno
pudo haber actuado sólo como el editor de una obra de Servio. Se desprende
de los fragmentos que Alfeno estaba familiarizado con la lengua griega.
Estos fragmentos muestran que escribió en un estilo puro y diáfano.

Un pasaje que aparece en el Pandectas muestra que él no era un extraño para


los filósofos. Según Aulo Gelio, Alfeno estaba interesado en la antigüedad.
Gelio cita un pasaje del libro XXXIV de su Compendio en el que Alfeno
menciona los términos de un tratado entre romanos y cartagineses. Alfeno
fue citado a menudo por juristas posteriores.

Marco Tulio Cicerón (Arpino, actual Italia,


106 a.C.-Formies, 43 a.C.) Orador, político y
filósofo latino. Perteneciente a una familia
plebeya de rango ecuestre, desde muy joven se
trasladó a Roma, donde asistió a lecciones de
famosos oradores y jurisconsultos y, finalizada
la guerra civil (82 a.C.), inició su carrera de
abogado, para convertirse pronto en uno de los
más famosos de Roma.

Empezó como cuestor en Sicilia en el 76 a.C., y en el 70 a.C. aceptó defender


a los sicilianos oprimidos por el antiguo magistrado Verres, para quien sus
alegatos (Verrinaes) supusieron la condena, lo cual lo hizo muy popular entre
la plebe y contribuyó a consolidar su fama de abogado.
En 58 a.c, consiguió el reconocimiento de una ley que sancionaba con la
pena de muerte a todo ciudadano romano que hubiera hecho ejecutar a otro
sin el previo consentimiento del pueblo. Formado en las principales escuelas
filosóficas de su tiempo, mostró siempre una actitud antidogmática y recogió
aspectos de las diversas corrientes. La originalidad de sus obras filosóficas
es escasa, aunque con sus sincréticas exposiciones se convirtió en un
elemento crucial para la transmisión del pensamiento griego. Al final de
su De Republica contrasta su probabilismo con una exaltación religiosa de
signo neoplatónico.

Como literato, se convirtió en el modelo de la prosa latina clásica, con un


estilo equilibrado y de largos y complejos períodos, aunque perfectamente
enlazados (De divinatione).

Marco Antistio Labeón (en latín, Marcus Antistius Labeo; 43 a. C.-


20 d. C.) Fue un jurista romano contemporáneo de Augusto, discípulo
de Cayo Trebacio Testa y fundador de la escuela proculeyana.

Labeón es el jurista más insigne de los primeros años del principado. Con él
se inicia la etapa clásica central, o de apogeo, del derecho romano. Su
padre, Pacuvio Labeón, jurista también, había sido un fervoroso republicano,
amigo de Bruto, y uno de los primeros en conjurarse contra Julio César,
muriendo por su propia mano tras la derrota de Filipos. Labeón permaneció
fiel al ideal republicano heredado de su padre. Por esta razón, apenas
ascendió en el cursus honorum.

El año 18 formó parte de la comisión encargada por Augusto de hacer una


nueva lista de senadores. Obtuvo la pretura, pero rechazó el consulado que
le ofreció Augusto, dedicándose por entero a su vocación de jurista. Escritor
fecundo y original, versado en gramática, literatura, filosofía y dialéctica,
Labeón dejó una obra inmensa, en más de cuatrocientos libros, de los que
se conservan referencias a través de otros juristas (Ulpiano, Paulo, Juliano),
que citaban sus opiniones, lo que permite apreciar la autoridad y el influjo
de sus obras en la jurisprudencia posterior.

Aquilio Galo fue un jurisconsulto romano del siglo I a. C., perteneciente a


la última generación de juristas de la primera etapa clásica del Derecho
romano.
Discípulo de Quinto Mucio Escévola y maestro de Servio Sulpicio Rufo,
contemporáneo y amigo de Cicerón, quien le atribuye la creación de una
serie de recursos procesales, aunque tal paternidad no es siempre segura:
parece cierta la de la actio de dolo (Cicerón, De officiis, 3,14,60; y De
natura deorum, 3,30,74), acción de gran importancia histórica y que ha
llegado hasta el Derecho moderno; junto con la exceptio doli, fue uno de los
más eficaces medios para moderar el rigorismo del primitivo Derecho civil
romano; a él se debe también la stipulatio Aquiliana, (Digesto, 46,4,18,1),
que permitió la ampliación de la eficacia y los límites de
la acceptilatio como procedimiento formal de extinción de las obligaciones;
también, la fórmula para instituir herederos a los nietos póstumos (Digesto,
28,2,29 pr.). Fue Pretor en el 66 a. C. (Cicerón, Pro Cluentio, 53,147), pero
renunció al consulado para dedicarse enteramente a su actividad de
jurisconsulto, en la que adquirió gran notoriedad.

Cayo Ateyo Capitón (34 a.C. - 22) fue senador, cónsul y uno de los más
importantes juristas romanos de la época de los
emperadores Augusto y Tiberio.
Ateyo Capitón era de origen plebeyo y partidario del Principado de Augusto,
en el año 5 alcanzó el cargo de cónsul. Fundó la escuela jurídica sabiniana,
que tomó el nombre de su alumno más importante, Masurio Sabino.
Los Sabinianos fueron rivales de la escuela proculeyana, dirigidos por el
jurista Marco Antistio Labeón.
Ateyo Capitón escribió 6 libros De iure pontificio y 9 de derecho público.

Aulo Cascelio, fue un jurisconsulto romano, discípulo de Q. Mucio y de


Vulucio, contemporáneo de Augusto, tan célebre por el agradecimiento a sus
maestros (dejó por heredero a un nieto del primero) como por su sabiduría.
Fue cuestor y murió en una edad avanzada. En la época de Pomponio sólo se
conservaba de sus escritos un Liber benedictorum, cuyos fragmentos
pueden verse en la obra de Huschke Jurisprudentiae antejustinianae quae
supersunt. También se le cita con frecuencia en el Digesto y se le atribuye
la institución del judicum Cascellianum.

Sexto Cecilio Africano (en latín, Sextus Caecilius Africanus; m. 169-175)


fue un jurista romano. Sólo se conserva una cita de su obra Epistulae (D.
30.39), que constaba al menos de veinte libros, recogida en el Digesto.
También se reproducen en dicha obra varias citas extraídas de su
obra Quaestiones, una colección de casos legales sin un orden específico, de
nueve libros. Las Quaestiones parece que tenían una finalidad educativa e
iban dirigidas a estudiantes de Derecho.

Tiberio Coruncanio (en latín, Tiberius Coruncanius), muerto en 241 a. C.,


fue un político y militar de la República romana que ocupó el consulado en
el año 280 a. C. Es conocido por su participación en la guerra contra el
rey Pirro de Epiro y por haber sido el primer Pontifex Maximus de origen
plebeyo de la República. Es posible que también fuese el primer profesor
de Derecho romano.
Tiberio Coruncanio fue el primer personaje que ejerció públicamente el
derecho y se dice de él que era elocuente y de grandes conocimientos.
Su instrucción pública en Derecho tuvo el efecto de crear una nueva clase de
personas sin cargos sacerdotales pero instruidos en el Derecho romano
(jurisprudentes). Tras su muerte, la instrucción de estos estudiantes de
Derecho se fue volviendo gradualmente más formal, con la introducción de
libros de Derecho.

Sexto Elio Peto Cato (en latín, Sextus Aelius Paetus Catus ), fue
un cónsul de la República romana elegido en el año 198 a. C. Se le conoce
actualmente por su interpretación de la Ley de las Doce Tablas, a la que
accedemos sólo gracias a los comentarios de Cicerón. Elio Peto Cato
procedía de una prominente familia plebeya aristocrática.

Cneo Flavio, fue un jurista y escritor de la Antigua Roma del siglo


IV a. C. que llegó a ser edil durante la República romana.
Era hijo de un liberto y secretario del cónsul Apio Claudio el Censor, un
trabajo de la administración pública con cargo al erario público. Su posición
le permitió obtener un profundo conocimiento del derecho romano, que
tradicionalmente había sido prerrogativa de la élite. Se le recuerda en los
anales de la jurisprudencia por haber sido el primero en publicar las fórmulas
procesales (legis actiones) recogidas en el “Derecho civil Flavino” o Ius
civile Flavianum, que constituyen el primer núcleo del derecho civil
romano.
Además, Flavio también presentó en el Foro un calendario de fasti,
indicando los días en los que no se podían realizar actos legales, para evitar
que el pueblo se viera obligado a solicitar a los sacerdotes el conocerlos.
Gayo (en latín, Gaius), fue un jurista romano de
mediados del siglo II. Gayo es uno de los juristas
más enigmáticos, ya que se carece de
informaciones sobre su vida. Fundamentalmente
fue un profesor de Derecho y todas las obras que
redactó tenían finalidad docente.
Con certeza murió después del año 178, como lo
demuestra un comentario suyo al SC.
Orfitiano de ese año.
Sus principales obras fueron las Institutiones en 4 libros (una de las
primeras exposiciones sistemáticas romanas del derecho al modo griego).

Justiniano, nació en una pequeña aldea


llamada Tauresio, alrededor del año 482. Su
familia, de origen humilde y de lengua latina,
se cree que pudo ser de orígenes tracios o
ilíricos. Justino, su tío; adoptó a Justiniano y
lo llevó con él a Constantinopla, asegurando
que recibiese una buena educación.
Justiniano obtuvo gran fama a raíz de sus
reformas legislativas, y en especial a raíz de la
revisión y compilación de todo el Derecho
romano. Partiendo de la premisa de que la
existencia de una comunidad política se fundaba en las armas y las leyes,
Justiniano prestó especial atención a la legislación y pasó a la posteridad por
ser el inspirador del Corpus iuris civilis.
La intención de este código era recopilar una serie de leyes de la jurisdicción
romana y armonizarla todo lo posible con la cristiana a fin de crear un
Imperio homogéneo. Su pensamiento circundó, durante toda su actividad
como emperador, en la idea del poder imperial sustentado por la gracia
divina, es decir que el emperador era el representante de Dios sobre la Tierra.
La monumental compilación del derecho romano realizada al inicio del
reinado del Emperador (años 528 a 534) en lengua predominantemente latina
concluye la evolución jurídica del derecho de Roma. La totalidad de la obra
legislativa de Justiniano se conoce hoy en día como el Corpus iuris civilis.
Está compuesto por el Codex Iustinianus, el Digesto o Pandectas,
las Institutas, y las Novellae.
Emilio Papiniano, (en latín, Aemilius
Papinianus), también conocido simplemente
por el nombre de Papiniano, (Siria, 142-
Roma, 212).
Sus obras más importantes fueron
las Quaestiones en 37 libros, escritos antes
de 198 (que corresponde más al tipo de
literatura denominada Digesta, por
contemplar el estudio dogmático y los casos
consultados y resueltos por el autor) y
las Responsa (comentarios a casos reales)
en 19 libros, escritas entre 204 y la fecha de
su muerte.
Además redactó dos obras con el mismo título: De adulteriis, dos libros
de Definitiones y un texto en griego, en que exponía las obligaciones de
los magistrados y funcionarios de la policía urbana (aunque se sospecha que
éste es una colección postclásica, que reproduce fragmentos de
las Responsa). En el Digesto se conservan 596 fragmentos de Papiniano.
Papiniano intentó mantener la paz entre los hijos de Severo, pero ambos sólo
pensaban en eliminar al otro para quedarse con el poder. Finalmente,
Caracalla asesinó a su hermano en el año 212 y ordenó la muerte de
Papiniano, al parecer, por no haber querido justificar el asesinato ante el
Senado. Este hecho habría dado origen a la frase “Es mucho más fácil
cometer un parricidio que justificarlo” (non tam facile parricidium
excusari posse quam fieri), aunque la autenticidad histórica de esta frase es
bastante dudosa.
Por su talento jurídico y vida pública, unido a su heroica muerte (como un
mártir por la justicia), Papiniano es tradicionalmente considerado uno de los
“príncipes de la jurisprudencia romana” y prácticamente el jurista por
antonomasia. Entre sus cualidades como jurista se han destacado, entre otros
rasgos, su independencia de criterio y el afán por la búsqueda de
soluciones equitativas.
Además, dentro del Digesto de Justiniano, sus obras forman parte de la
denominada masa papiniana, es decir, de una de las cuatro agrupaciones de
texto s utilizados en su redacción.
Julius Paulus Prudentissimus, fue uno de los más influyentes y
distinguidos juristas romanos. Es también conocido como Paulo.
Escribió 319 publicaciones jurisprudenciales. Su trabajo fue bastante
prolífico, en el que expresaba no sólo análisis de lo dispuesto por otros
juristas, sino que también daba su punto de vista. Escribió sobre una gran
variedad de temas y dejó un legado de conocimiento jurídico.
Otro legado fueron los escritos que contribuyeron a componer el Digesto,
escrito y compilado en el período del emperador Justiniano I en el siglo VI.

Servio Sulpicio Rufo (Latín: Servius Sulpicius Lemonia


Rufus), 105 a. C. - 43 a. C., jurista romano del final de la época
republicana, amigo y de edad similar de Cicerón, con quién
estudio Retórica, cónsul en el año 51 a. C.
Se le atribuyen unos ciento ochenta libros jurídicos, pero sólo se conocen los
títulos de cuatro, como las Críticas a Quinto Mucio Escévola, Reprehensa
Scaevoliae capita. Extractos directos no se le conocen, solo referencias
secundarias en las obras de Cicerón y Quintiliano.
También se dice que fue un escritor de poemas eróticos. Las características
principales de su estilo literario eran la lucidez, un conocimiento íntimo de
los principios del derecho civil y natural, y de un poder sin precedentes de
expresión en los desarrollos jurídicos.

Gayo Trebacio Testa en latín Gaius


Trebatius Testa, nacido probablemente
en Velia, Lucania, fue uno de los abogados
más prominentes de su época.
Apoyó a César en la guerra civil y tras su
asesinato pasó al bando de Octavio
(futuro Augusto), quien tuvo en gran estima a
Trebacio hasta que éste falleció en el 4 d. C.
Escribió varias obras relativas al Derecho
romano, pero ninguna se ha conservado.
Es de señalar que escribió un mínimo de diez libros sobre el Derecho
religioso y un número similar sobre Derecho civil, pero no está tan claro
que escribiera una colección de responsa, algunos libri epistolarum y
una monografía poco extensa sobre el Derecho público.
Domicio Ulpiano (en latín, Gnaeus Domitius Annius Ulpianus), fue
un jurista romano de origen fenicio. Fue tutor, consejero y prefecto del
pretorio del emperador Alejandro Severo.

Definió la justicia como la continua y perpetua voluntad de dar a cada quien


lo que le corresponde. La fecha exacta del nacimiento de Ulpiano es
desconocida, aunque suele situarse en torno al año 170, en Fenicia.

Entre sus obras destacan los comentarios ad Sabinum (sobre ius civile) en
51 libros, ad Edictum (sobre el edicto del pretor) en 81 libros (más 2
libros ad edictum aedilium curulium como apéndice).
De sus obras se conservan solo algunos pasajes incluidos en el Digesto y en
ciertas colecciones privadas y oficiales, fragmentos del primer libro de
las Institutiones; y un pergamino de la Biblioteca de Estrasburgo, con
pasajes de la Disputationes. Sus obras fueron poco originales pero
profundas, teniendo gran éxito entre los juristas contemporáneos a él y
posteriores. En ella citaba a muchos de los juristas precedentes y copió
literalmente leyes y senadoconsultos, simplemente realizó una tarea
compiladora.

“Los preceptos del derecho son: vivir honestamente, no dañar a nadie y


dar a cada uno lo que es suyo”

Vivir honestamente. Estos preceptos, de contenido moral, no dejan por ello


de ser también jurídicos. El Ius sirve para garantizar la pública honestidad y
las buenas costumbres y quien las viole, será pasible de la sanción jurídica
por ser su proceder contrario al “honeste vivere”.

No dañar a nadie. Quien se abstiene de la conducta prohibida por las leyes


obedece al precepto de no hacer daño a nadie, siendo justo. La alteración del
justo equilibrio que lesiona los afectos, la persona y sus bienes, es decir,
importa una lesión en sus derechos, obliga al restablecimiento del orden
agredido.

Dar a cada quien lo suyo. Quien hace lo que las leyes mandan cumple con
dar a cada uno lo suyo. Cumplir los contratos, guardar los pactos, reconocer
los derechos de los demás están ínsitos en el dar lo suyo a cada cual.

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