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Ejercicios de yoga
A través del Yoga se pretenden obtener beneficios en tres aspectos que son: el aspecto
físico, mental y espiritual. El aspecto físico incluye la flexibilidad y buen equilibrio.
También se ha descubierto que el Yoga puede ayudar a aumentar la energía, mejorar la
respiración y la salud circulatoria, aliviar el dolor, aumentar la vitalidad, ayuda a la pérdida
de peso y brinda una sensación de mayor jovialidad. También desarrolla el tono muscular
y ayuda a aliviar el asma y el síndrome del túnel carpiano. En segundo lugar, el aspecto
mental incluye la relajación , sobre todo en el manejo de situaciones estresantes y
contribuye a fomentar el pensamiento positivo y la auto aceptación. En el aspecto
espiritual promueve la conciencia de los sentimientos propios, del cuerpo y el medio
ambiente. Fomenta la confianza entre el cuerpo, la mente y el espíritu. Para el Yoga, el
dolor no es una virtud.
Por otra parte, el Tai Chi vino de China en el año 1300. Es un arte marcial suave, diseñado
para trabajar los músculos y las articulaciones utilizando un método de impacto suave y
bajo.
Se trata de posiciones o posturas de pie en las que se van dando pasos. Los pies se utilizan
para transportar el cuerpo, mientras que los brazos se van moviendo lentamente y con
gracia en el aire. La postura es continua, para asegurarse de que el cuerpo esté en
movimiento invariable. El movimiento debe venir de la parte interna del cuerpo (abdomen
y espalda), y no desde la parte externa (brazos y hombros).
En el Tai Chi se usan las piernas para soportar el peso del cuerpo, mientras que en
el Yoga; el peso del cuerpo a veces recae en los brazos.
El Yoga es un ejercicio de cuerpo y mente, mientras que el Tai Chi es más mental.
Las posturas del Tai Chi pueden ser practicadas por personas de cualquier edad,
mientras que en el Yoga hay posturas y posiciones que pueden resultar bastante
complicadas para personas de edad avanzada.
Entre otros factores, estas características han fomentado entre el gran público del mundo
occidental formas alternativas de mantenimiento y mejora de la salud, y en este artículo
destacamos el yoga, tai-chi, reiki, chi kung (o qi-cong) y pilates. A continuación vamos a
realizar una pequeña introducción de cada una, para conocerlas un poco más.
La palabra yoga es de origen sánscrito y significa “unión”. Reúne una serie de disciplinas
con origen en la India y cuyo objetivo es conducir al ser humano hacia el conocimiento de
sí mismo, eliminando los posibles problemas físicos y mentales mediante su práctica. Los
nuevos estados de conciencia a los que conduce la práctica del yoga posibilitan un
conocimiento más profundo de uno mismo, encontrando la felicidad física, mental y
espiritualmente, y entendiendo la vida desde un punto de vista más armónico. Su práctica
está dividida en ocho ramas u ocho principios morales, cado una con su nombre
específico, principios éticos y disciplinas.
Una clase de yoga se basa en una sucesión de ejercicios con los que adoptamos una
postura a la que se puede incorporar movimientos corporales, afines cada uno de ellos a
los cinco elementos: tierra, agua, fuego, aire y éter, aprendiendo a la vez a regular nuestra
respiración mediante técnicas respiratorias. Estos movimientos se intercalan con la
repetición de determinados sonidos que tienen la capacidad de alterar los centros
energéticos y los estados de conciencia. En el yoga se suman otras técnicas de meditación,
relajación profunda y técnicas digitales (denominadas mudra) basadas en la relación entre
los cinco elementos y los dedos de la mano. Con todo ello se pretende acceder a un
estado introspectivo de meditación. Después de un ejercicio, se realiza una breve
relajación y se continúa con el siguiente.
El yoga produce efectos beneficiosos en todas las edades: mejora la elasticidad por la
realización de estiramientos, mejora la musculatura, reduce el estrés, mejora el descanso
aportando una amplia sensación de bienestar y proporciona energía y vitalidad.
Hay varias escuelas o estilos, siendo los más conocidos en nuestra cultura,
el Yang, Chen y Wu, regidos por unos principios comunes basados en la relajación,
movimiento y armonía, continuidad y coordinación, así como la respiración. Ésta,
diafragmática, ayuda a la relajación corporal y mental, y con ello se alcanza la armonía
necesaria. Todas estas acciones producen un masaje reflejo sobre los órganos digestivos y
aumentan la capacidad pulmonar, así como la circulación sanguínea.
Casi todos los ejercicios se realizan de pie, con la participación de manos, dedos, brazos,
piernas, espalda y cabeza.
El Tai-chi no necesita una resistencia física especial, pero sí necesita de paciencia y tesón.
Al actuar sobre el sistema nervioso, la relajación física y mental, así como la flexibilidad
corporal conseguida, se agradecen enormemente. Más allá de unos simples ejercicios
físicos, el Tai-chi logra mantener un control sobre la salud mental y espiritual. Incluso a las
mujeres embarazadas les puede ayudar para la relajación y concentración, tan necesaria
para el momento del parto.
La práctica del Reiki se remonta a siglos atrás, pero es a finales del siglo XIX, con el monje
cristiano Mikao Usui, cuando empieza su historia. Este monje redescubrió el Reiki tras una
larga investigación, y ha sido transmitido hasta nuestros días.
Todo ello se basa en la idea de que los seres vivos irradian calor y energía y que, mediante
el Reiki, se reencuentran la energía universal y la energía propia de cada persona,
restableciéndose el equilibrio energético del organismo.
Actúa sobre los chakras o centros energéticos, cuya función es acumular, transformar y
transmitir energía a los órganos. Los principales chakras se localizan desde la base de la
columna a la parte superior de la cabeza, y desde ellos se distribuye la energía.
En las sesiones de Reiki, el terapeuta, mediante sus manos, dirige la energía haciendo de
papel intermediario entre el individuo tratado y el “cosmos” o universo, que entrega esta
energía ilimitadamente.
Sus aplicaciones son muy diversas, desde la mejora de problemas físicos como alergias,
problemas artrósicos, circulatorios, dolores, etc., a problemas psicológicos, como
adicciones, depresiones, estrés… recuperando el estado natural de bienestar. Sus límites
de aplicación dependen realmente de la propia creatividad del individuo.
En China se utiliza desde hace muchos siglos como práctica preventiva, por gentes de
todas las edades, e incluso se aplica en los hospitales, como forma de terapia adyuvante
en los tratamientos médicos tradicionales.
Los ejercicios son de varios tipos (Shi ba shi, o Dayan chi kun, son un ejemplo de
denominación), imitando por ejemplo, situaciones de la naturaleza dirigidas a las
articulaciones para descargar las emociones negativas y aumentar el flujo de energía de
cada órgano restableciendo así el equilibrio o, imitando a los cisnes, donde se alternan
movimiento y quietud, estando especialmente indicado en personas mayores.
El método Pilates fue desarrollado en Nueva York por Joseph Pilates, durante la década de
1920, como un programa de rehabilitación. Ha obtenido una gran divulgación,
principalmente en Estados Unidos y el Reino Unido, a partir de los años ochenta y
noventa.
Se trata de una completa educación corporal, donde se trabaja el cuerpo como un todo,
haciendo actuar a toda la musculatura, y haciendo intervenir a cuerpo y mente en
conjunción.
Está basado en ejercicios lentos, controlados, realizados con máquinas específicas bajo
supervisión para buscar la precisión de los ejercicios realizados con pocas repeticiones. La
respiración, la concentración, el control y la alineación constituyen los otros conceptos
claves del método.
Es interesante para aquellas personas que no han realizado actividad física y buscan un
medio para introducirse, así como para los que buscan un elevado nivel de
perfeccionamiento, como deportistas de élite o artistas escénicos (ballet, circo, etc.).