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La importancia de la

Sociedad Civil



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Escribe:

Iniciativa Eclesial 50° VAT II

Gonzalo Gamio Gehri *

Conocida es la definición aristotélica del ciudadano como aquel que gobierna y


a la vez es gobernado (Cfr. Política 1277b 10). El ciudadano participa de la
práctica del poder en la medida en que interviene en la elección de las
autoridades y en tanto se compromete en el proceso de deliberación en el
espacio común. El autogobierno es la condición de la ciudadanía en una ‘pólis’
genuinamente libre.

El mundo moderno ha producido sociedades más extensas y complejas, que


dificultan el ejercicio de la política en el preciso sentido en el que lo
comprendían los antiguos atenienses. El trabajo se ha convertido en una
actividad que rivaliza con la política como práctica constitutiva de una vida
lograda. El mercado convoca tanto a las personas como el espacio público.
Para quienes encuentran en el quehacer político el trasfondo de una peculiar
vocación, la participación política exige intervenir en calidad de funcionario
público o como militante de un partido político. Cabe preguntarse qué
alternativas tiene el ciudadano independiente si se propone actuar como un
agente político en el citado registro clásico. El dilema que los agentes deben
afrontar consiste en encontrar otros espacios de acción cívica, o en renunciar a
ejercitar el poder, más allá del acto de votar cada cierto tiempo.
La sociedad civil reúne un conjunto de espacios abiertos a la deliberación de
los ciudadanos en torno a temas de interés público. Se trata de instituciones
intermedias –situadas entre los individuos y el Estado– que se constituyen
como lugares para la construcción de opinión pública y la vigilancia del uso del
poder gubernamental y parlamentario. Desde sus fueros se discute la
pertinencia de determinadas leyes e instituciones, así como se evalúa la
posibilidad de incorporar en la agenda política ciertos temas que preocupan a
los miembros de la comunidad.

Las universidades, los colegios profesionales, las Organizaciones No


Gubernamentales, los sindicatos, las asociaciones religiosas, y otras
instituciones forman parte de la sociedad civil. Se trata de foros desde los que
puede pensarse la sociedad y sus problemas, así como discernir caminos
posibles para la acción común. Causas relevantes para la vida social como la
defensa de los derechos humanos, el cuidado del ecosistema o la promoción
de una pedagogía intercultural en el país han sido discutidas y cultivadas desde
la sociedad civil.

El sistema democrático requiere –para gozar de una buena salud- contar con
partidos políticos sólidos, pero también necesita el concurso de una sociedad
civil organizada. Los agentes no actúan desde esas instituciones sociales en
calidad de representantes, sino como ciudadanos comprometidos con bienes
comunes y con el cuidado de las libertades básicas. Ellos participan
directamente en la discusión de asuntos de interés colectivo y se movilizan
para hacer llegar sus propuestas e iniciativas a las instancias del Estado, o
pedir cuentas a las autoridades elegidas en materia de su labor y
responsabilidad pública. Los ciudadanos que actúan de esta forma no precisan
de otra fuente de legitimidad que el estricto ejercicio de sus derechos.

Resulta evidente que las organizaciones de la sociedad civil pueden enfrentar


procesos de crisis y degradarse. Toda institución está expuesta a esa clase de
peligros. Pensemos en algunos ejemplos. Las universidades pueden
organizarse invocando una estructura meramente empresarial y anteponer la
búsqueda del lucro a la formación científica y así renunciar a sus propósitos
internos. Las comunidades religiosas pueden prohibir a sus miembros el
examen crítico de sus tradiciones e incitar a sus adeptos a asumir una
perspectiva integrista.

Los sindicatos y los colegios profesionales pueden corromperse y ser


controlados por una cúpula inescrupulosa y violenta. En todos esos casos, las
organizaciones pierden su condición de ser foros de discernimiento colectivo.
No obstante, ellas pueden prevenir estos males alentando las prácticas
deliberativas como elemento básico de su funcionamiento, promoviendo la
crítica y proyectando sus acciones hacia la comunidad política. La sociedad
civil constituye un escenario privilegiado para el control democrático del poder.
El autogobierno se convierte en una meta razonable de la vida pública en la
medida en que logramos potenciar estos espacios intermedios como
escenarios para la acción común.

* Doctor en Filosofía por la Universidad Pontificia de Comillas, Profesor de


Filosofía Política en la Pontificia Universidad Católica y en la Universidad
Antonio Ruiz de Montoya.
http://larepublica.pe/politica/723100-la-importancia-de-la-sociedad-civil

¿Qué es la sociedad civil y quiénes la


conforman?
09 DE DICIEMBRE DE 2004 - 09:25 - SOCIEDAD CIVIL

Comenzaremos definiéndola como el conjunto de organizaciones


diversas que mantienen su independencia del Estado, con lo cual se
rescata el concepto residual de que sociedad civil es todo lo que no es
el Estado. De la definición anterior se extraen tres características
esenciales y una premisa.

A. Su Diversidad
Dentro de la sociedad civil entran todas las organizaciones sociales
que pueden surgir alrededor de temas tan diversos como la economía,
la cultura, las reivindicaciones sociales, la religión, el deporte, la
producción, el conocimiento, etc. La fortaleza de la sociedad civil está
en su diversidad; todo intento por homogeneizarla, encasillarla o
limitarla, atenta contra su naturaleza.
B. Su independencia del Estado
Una característica esencial de la sociedad civil es su independencia del
Estado, lo que no significa su confrontación permanente o su
identificación como el enemigo. Simplemente implica que se mueve y
se debe mover en el ámbito civil, concebido éste como lo no estatal,
en el cual actúa obedeciendo a una lógica que es sustancialmente
diferente a la del Estado aunque exista coincidencia en torno a temas,
aspiraciones o preocupaciones. La diferencia es similar a la diferencia
entre gobernantes y gobernados pero va más allá al referirse a que las
personas que ocupan el Estado tienen poder político para tomar
decisiones, y las personas que pertenecen a las diferentes
organizaciones sociales tienen únicamente el poder de influir en la
toma de esas decisiones, poder que hasta ahora ha sido poco ejercido.
C. Su independencia de los Partidos Políticos
Los partidos políticos ocupan una posición intermedia entre el Estado
y la sociedad civil; tienen un pie puesto en aquél y otro puesto en ésta;
no son parte del Estado pero aspiran a ser parte del mismo, razón por
la cual poseen una lógica diferente a la de la sociedad civil y diferente
a la de las personas que ocupan el Estado. De ahí que, aunque se
identifiquen con la sociedad civil en algunas cuestiones puntuales, se
distancian de ella en asuntos que son más fundamentales. Con los
partidos políticos, al igual que con el Estado existen posibilidades de
coincidencia, asociaciones específicas y trabajo conjunto pero no
existe ni puede existir una total identificación.

D. La Ciudadanía como Premisa Básica


La beligerancia de la sociedad civil va de la mano con el proceso de
construcción de ciudadanía, concepto que ha sido sustraído del ámbito
jurídico y se ha ubicado en el ámbito socio-cultural como conciencia
de derechos y obligaciones, y de la responsabilidad para asumirlos y
exigir que sean respetados por el Estado, los partidos políticos y las
mismas organizaciones de la sociedad civil.
La conciencia ciudadana es la que motiva a la sociedad civil a
moverse, a asumir lo público como propio, a exigirle respeto al Estado
y a los partidos políticos, a vigilar y controlar el desempeño público y
a exigirle cuentas a los funcionarios. Lo anterior se relaciona con la
necesidad de realizar cambios culturales sustanciales en todos los
ámbitos, particularmente en el político, es decir, la necesidad de
cambiar los valores, creencias y actitudes ante lo estatal, ante lo
público, ante la relación Estado - sociedad civil y ante la relación
Estado - partidos políticos, lo cual supone la erradicación de
percepciones ideológicas que los identificaban en el pasado autoritario
como enemigos irreconciliables ante lo cual no había siquiera la
posibilidad de diálogo.
Vista desde sus características esenciales y desde su premisa
fundamental, la sociedad civil debe precisarse en su dimensión real y
fáctica, lo que nos lleva a preguntarnos:

¿Quiénes forman parte de la sociedad civil? ¿En donde se encuentra


la sociedad civil? Para contestar estas preguntas diremos que la
conforman esencialmente tres grandes grupos:

Los Grupos, clases o Sectores Sociales


Aquí entran los llamados viejos y nuevos actores sociales; su
distinción cronológica se refiere al momento histórico en que aparecen
como actores del escenario público más que al momento en que
surgen como grupos, clases o sectores. Los viejos actores, por
ejemplo, incluyen a los obreros, empresarios, campesinos, maestros,
estudiantes, cooperativistas y pobladores; en cambio, los nuevos
actores incluyen a las mujeres, jóvenes, ecologistas, etnias,
periodistas, vecinos, tercera edad, amas de casa, familiares de
desaparecidos, académicos, deportistas, etc. En este segmento de la
sociedad civil entran todos los grupos sociales que se unen de manera
coyuntural o permanente para luchar por sus derechos o por los
intereses nacionales, siempre y cuando mantengan las características
señaladas anteriormente.
Las ONGs.
Aquí se agrupan todas las organizaciones no gubernamentales que
trabajan temas tan diversos como los derechos humanos, derechos de
grupos vulnerables, cultura política, ciudadanía, crédito agrícola,
medicina alternativa, asistencia técnica, capacitación, educación,
alfabetización, etc. Estas organizaciones trabajan con asistencia
externa e impulsan acciones alternativas, complementarias o sustitutas
de la acción estatal, lo que les permite mantener su independencia del
Estado.
Las Iglesias
También forman parte de la sociedad civil en todas sus
denominaciones. La clasificación anterior es apenas una aproximación
a lo que es la sociedad civil porque su diversidad hace que queden por
fuera de cualquier listado otras organizaciones cuya actividad se
reduce a una comunidad, una colonia o una vecindad. El hecho de
agruparlas bajo el concepto de sociedad civil no significa que todas
son iguales y que no existen diferencias que las separen; tampoco
quiere decir que constituyen el lado bueno de la relación Estado -
sociedad civil pues muchos de los vicios que los políticos trasladan al
Estado se encuentran también en las diversas organizaciones sociales
que la conforman. Se trata, simplemente, de organizaciones que
reivindican lo social, exigen la atención del Estado, plantean políticas
más equitativas y demandan un comportamiento democrático de los
funcionarios públicos y de los partidos políticos.
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conforman-.php

LIBROS Y REGISTROS CONTABLES - CAMBIOS


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Tras las modificaciones realizadas en julio último mediante ley N° 30056, al artículo 65° de la Ley
del Impuesto a la Renta respecto a la obligación de llevar los libros y registros contables, la
SUNAT ha establecido precisiones para las empresas que se encuentran en el Régimen General
del Impuesto a la Renta, mediante la Resolución de Superintendencia N° 226-2013/SUNAT
publicada el 23 de julio último.
Entonces la obligación de llevar Libros y Registros en el Régimen General del Impuesto a la
Renta, queda como sigue:
Volumen de Ingresos Anuales Libros y Registros obligados a llevar
 Registro de Compras
Hasta 150 UIT (S/. 555,000)  Registro de Ventas
 Libro Diario de Formato Simplificado

 Registro de Compras
Desde 150 UIT hasta 500 UIT (S/.  Registro de Ventas
1'850,000)  Libro Diario
 Libro Mayor

 Registro de Compras
 Registro de Ventas
Desde 500 UIT hasta 1,700 UIT (S/. Libro Diario
6'290,000)
 Libro Mayor
 Libro de Inventarios y Balances

Contabilidad Completa, que comprende todos los libros indicados en el


rango anterior, más:

 Libro de Caja y Bancos y los que dispone las normas de la Ley del
Impuesto a la Renta
Más de 1,700 UIT  Libro de Retenciones (art. 34° de la Ley del Impuesto a la Renta)
 Registro de Activos Fijos
 Registro de Costos
 Registro de Inventario Permanente en unidades físicas
 Registro de Inventario Permanente valorizado

Otras Rentas (Cuarta categoría)


Los trabajadores independientes, están obligados a llevar el libro de ingresos y gastos, de
manera física o electrónica. Esta disposición se mantiene invariable.
Sin embargo en concordancia con la nueva aportación obligatoria para afiliación a los sistemas
previsionales que establece la ley N° 29903 para estos trabajadores, nacidos a partir del 01 de
agosto de 1973, la SUNAT ha dispuesto que este libro contenga dos columnas adicionales que
permitan el registro de la referida contribución ya sea al Sistema Nacional de Pensiones o el
Sistema Privado de Pensiones, además de la información que ya estaba prevista con
anterioridad.
Por ello la SUNAT ha publicado la Resolución de Superintendencia N° 230-2013/SUNAT del 25
de julio y su anexo publicado el 27 de julio de 2013.

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