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La palabra responsabilidad proviene del latín respondere, que se refiere a la capacidad de una
persona para responder sobre los hechos propios, lo cual no es necesariamente una regla, como
veremos más adelante. Conforme a la doctrina el término "responsabilidad" significa la sujeción de
una persona que vulnera un deber de conducta impuesto en interés de otro sujeto a la obligación
de reparar el daño producido.
En el Perú, esta figura jurídica encuentra su asidero en el Título IX de Inejecución de Obligaciones
o Incumpliendo Contractual en el artículo 1321º del Código Civil, que prescribe: queda sujeto a la
indemnización de daños y perjuicios quien no ejecuta sus obligaciones por dolo, culpa inexcusable
o culpa leve. El resarcimiento por la inejecución de la obligación o por su cumplimiento parcial,
tardío o defectuoso, comprende tanto el daño emergente como el lucro cesante, en cuanto sean
consecuencia inmediata y directa de tal inejecución, así como en la Sección VI de
Responsabilidad Extracontractual señala en el artículo 1985 del indicado Código, que la
indemnización por daños y perjuicios comprende las consecuencias que deriven de la acción u
omisión generadora del daño, incluyendo el lucro cesante, el daño a la persona y el daño moral,
debiendo existir una relación de causalidad adecuada entre el hecho y el daño producido. El
monto de la indemnización devenga intereses desde la fecha en que se produce el daño.
De dicho de los indicados artículos se desprende que la obligación de reparar los daños y
perjuicios causados por un hecho, pueden ser cubierta por el autor del mismo o por otro, además
de que el origen de toda responsabilidad civil es un acto al que se le pueda considerar como
causa del daño.
El término "daño" se refiere a toda suerte de mal material o moral. Esta definición se debe
entender en el sentido de daño material. El daño también puede ser moral. “Habrá daño siempre
que se causare a otro algún perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria, o directamente en las
cosas de su dominio o posesión, o indirectamente por el mal hecho a su persona o sus derechos o
facultades”. “El daño comprende no sólo el perjuicio efectivamente sufrido, sino también la
ganancia de que fue privado el damnificado por el acto ilícito”.
Lo que es notorio, es que en materia de responsabilidad civil, el daño se encuentra generalmente
relacionado con el concepto de perjuicio, que resulta ser la categoría opuesta del daño
emergente, como veremos posteriormente.
Cuando un hecho cause daños y perjuicios a una persona y la ley imponga al autor de este
hecho o a otra persona distinta la obligación de reparar esos daños y perjuicios, hay
responsabilidad civil.
La indemnización por daños y perjuicios, puede provenir por una responsabilidad extracontractual,
o por un incumplimiento contractual, determinado por sentencia.
El tema que se aborda, es, sin duda, fundamental en especialidad del Peritaje Contable Judicial,
en relación al Tema de Daños y Perjuicios, en la aplicación jurídica de las indemnizaciones por los
siguientes Daños: Daño Emergente, Lucro Cesante y Daño Moral; ya que a nuestra consideración;
la responsabilidad, que se encuentra presente en todos los ordenamientos de la Legislación
Peruana, emana del atributo de bilateralidad de la norma, al establecer la obligación del sujeto de
acatar el cumplimiento de las obligaciones derivadas de hechos suscitados a consecuencia de sus
propias acciones/omisiones, con afectación negativa en la esfera jurídica de otras personas físicas
o jurídicas colectivas.
A nuestra consideración, el verdadero sentido de la responsabilidad no debe limitarse al derecho
positivo, sino integrarse a la conciencia social, no por el hecho de sujetarse a la posibilidad de que
sea exigible por quienes pudieran verse afectados, sino a partir de una concepción tendiente a la
protección de la esfera jurídica de todo individuo, como requerimiento ético, necesidad social y
parte de una cultura de respeto a la persona humana, a su integridad física y mental. El objetivo
de la responsabilidad civil es compensar a la víctima por los daños causados por lo que persigue
un interés privado, en el que la indemnización de perjuicios comprenderá no solo los ocasionados
al agraviado, sino también a sus familiares o a terceros.
Este trabajo trata sobre la responsabilidad contractual y contractual, es importante señalar que
una de las diferencias fundamentales entre la responsabilidad contractual y la extracontractual
reside en la carga de la prueba, pues en la responsabilidad derivada de un contrato, el acreedor
de la respectiva prestación no está obligado a demostrar la culpa del deudor, ya que ésta se
presume en tanto el segundo no demuestre que su incumplimiento o el atraso no le son
imputables, como el caso fortuito o la fuerza mayor; en cambio, en la responsabilidad
extracontractual le compete al damnificado demostrar la culpabilidad del autor del acto lícito.
Los contratos tienen fuerza de ley entre las partes contratantes, pues obligan tanto a lo que se
expresa en ellos, como a las consecuencias que la equidad, el uso o la ley hacen nacer de la
obligación, según la naturaleza de ésta. La diferencia entre ésta y la extracontractual, es que en la
contractual basta demostrar el incumplimiento para que se presuma la culpa.
Otra diferencia importante entre ambas, es que la responsabilidad contractual puede ser limitada
mediante una cláusula limitadora de la responsabilidad (cláusula penal, por ejemplo), si bien
existen excepciones. En el ámbito de la responsabilidad extracontractual no existen las cláusulas
de exoneración de la responsabilidad porque no existe contrato.
La reparación del daño ocasionado podrá consistir en obligaciones de dar, de hacer o de no hacer
algo, y se determina por el Juez, atendiendo a la naturaleza de la infracción y a las condiciones
personales y económicas del culpable.
Por lo anterior, este trabajo se desarrolla apegado a los criterios que se señalan a continuación:
Para que la reparación se dé, debe existir, entonces la determinación de la responsabilidad,
emanada, en este caso, de la realización de hechos ilícitos que hayan causado daños y perjuicios,
de lo que se desprende que los hechos ilícitos son generadores de responsabilidad civil tanto por
hechos propios, como por hechos ajenos e incluso de cosas animadas e inanimadas.
Con lo anterior, podrá decirse que efectivamente existirá un resarcimiento efectivo del daño, tanto
compensatorio, como el moratorio, procedente en caso de una relación contractual previa, así
como el de los perjuicios emanados del hecho antijurídico causante de la lesión.
A lo anterior queda aunado el daño moral, como una veta importante de responsabilidad, ya que
entre los bienes tutelados del individuo, la norma también reconoce los derechos personalísimos,
que de ser afectados pueden provocar una alteración del espíritu tal, que no puede ser
propiamente reparada, pero si compensada mediante la reparación pecuniaria.
Asimismo, se abordarán las excluyentes de responsabilidad, categorizadas en causas naturales y
del hombre, mismas que, en su momento, pueden significar, tanto la imposibilidad de cumplir en
tiempo con una obligación, o, en su caso, evitar el hecho causante del daño, lo que excluye la
culpa en todos sus grados, y por tanto, la imputabilidad, que viene aparejada con la
indemnización.
Finalmente, este trabajo concluye con algunas consideraciones sobre los puntos más importantes
y los de mayor interés en el tema que nos tocó abordar, con motivo de la apasionante materia que
hoy nos ocupa.
El peritaje por daños y perjuicios en el Perú; por responsabilidad extracontractual se efectúa bajo
la normatividad prescrita en el Libro VII.- Sección Sexta, artículos 1969 a 1988 del Código Civil. En
cambio, el correspondiente al incumpliendo contractual o inejecución de obligaciones está
regulado por el Título IX, artículos del 1314 al 1340 del mismo Código.
Por el contrario, las obligaciones que surgen de un hecho indemnizatorio deben entenderse como
deudas de valor y no dinerarias, y la mayor cantidad de unidades monetarias que resulten por su
actualización no constituyen una “ultra petita”.
Por lo tanto habrían dos alternativas de calculo de intereses legales para cuando el juzgador, sin
ninguna aclaración, ordena pagar en nuevos soles, una indemnización demandada en soles oro o
en intis. Dichas alternativas son:
Primera Alternativa
Liquidar los intereses desde la fecha del daño (Art. 1985 del Código Civil) o desde el
requerimiento del monto sentenciado (Art. 1324 del Código Civil), hasta el día de su pago o
cálculo, con la tasa de interés legal vigente al término del periodo.
A esta alternativa se le puede criticar que no es adecuado aplicar al pasado tasa de interés legal
del presente, lo cual es valido. Sin embargo es más adecuado que el criterio inverso que origina
un abuso del derecho.
2.1) Desde la fecha del daño o desde el requerimiento de lo sentenciado hasta el 30-06-1991.
Se le aplica a los nuevos soles convertidos en 2.1), la respectiva tasa de interés legal
prevalecientes a través del tiempo hasta la fecha de pago o de su cálculo.
El 2.1) porque hasta el 30-06-1991 no existían tasas de interés legal para el nuevo sol.
El 2.2) procedimiento normal, porque el 01-07-1991 nace el nuevo sol al cual se le aplica su
correspondiente tasa de interés legal al monto capitalizado que resulte de 2.1).
Las metodologías de las alternativas propuestas son adecuadas, sus resultados son muy
diferentes, pero aún así, menores que utilizando la metodología de aplicar a los nuevos soles tasa
de interés que correspondieron a monedas del pasado.
1.1.1. Daño Emergente. Es el valor de los daños producidos a la persona, o a los bienes del
perjudicado.
Es el valor que ha dejado y/o dejará de percibir la persona que sufre el daño.
Apreciación subjetiva que efectúa el juzgador por la consecuencia de un daño y que se traduce en
una indemnización a un determinado valor. Como dice en los artículos 1322º el daño moral,
cuando él se hubiera irrogado, también es susceptible de resarcimiento; el artículo Nº 1332º
señala que si el resarcimiento del daño no pudiera ser aprobado en su monto preciso, deberá
fijarlo el juez con valoración equitativa y el artículo Nº 1984º de nuestro Código Civil Peruano,
indica que el daño moral es indemnizado considerando su magnitud y el menoscabo producido a
la víctima o a su familia.
Según el " Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual” de CABANELLAS, Guillermo; Daño
Moral: Conceptualmente, es la lesión que sufre una persona en su honor, reputación, afectos o
sentimientos, por acción culpable o dolosa de otra. En la esfera civil: La indemnización del daño
moral, que va abriéndose paso paulatinamente, ha suscitado grandes polémicas en la doctrina.
Los partidarios estiman que, pues existe un mal comprobable, con mayor o menor dificultad, pero
evidente en ocasiones, procede el resarcimiento; y con mayor razón cuando la víctima lamenta a
veces mucho más un agravio moral que la destrucción de un objeto material; o la de éste por su
personal significado sobre su valor como cosa corpórea. Los enemigos de tal reparación objetan
la dificultad para estimarlo, los cuantiosos litigios que podrían originar su admisión generalizada y
lo arbitrario de la tasación del perjuicio. La realidad es que la jurisprudencia, colmando una
evidente laguna de las legislaciones pretéritas, le ha abierto paso a este resarcimiento, sobre todo
por las fórmulas del perjuicio estético y del “pretium doloris”.
Analizado el daño resarcible como presupuesto básico de la puesta en marcha del mecanismo de
la responsabilidad civil extracontractual, se hace preciso proceder al examen de la consecuencia o
efecto que se deriva de la operatividad de esta institución jurídica, consecuencia o efecto que se
concreta, a tenor de lo prescrito en las leyes positivas, en la imposición al sujeto responsable de la
obligación de reparar el daño causado.
Ahora bien, pese a que la reparación ocupa un lugar común en las obras de los autores que se
han ocupado del Derecho de daños, al ser considerada unánimemente por todos ellos como la
consecuencia e, incluso, como la función, si no única, al menos primordial de la responsabilidad
civil extracontractual, son pocos los estudiosos que se han preocupado de ofrecer un concepto de
reparación. Éste, por el contrario, suele darse por supuesto, aún cuando tampoco las normas
positivas proporcionan una noción completa de reparación ni regulan el modo en que la misma
debe llevarse a cabo. Así, en el Ordenamiento jurídico español, tan sólo los artículos 1106 y
siguientes del Código Civil, ubicados en el Libro Cuarto («De las obligaciones y contratos») y
reguladores, por tanto, de la responsabilidad civil contractual, contienen algunas normas sobre el
alcance de la indemnización de daños y perjuicios. Sin embargo, esta regulación resulta, a todas
luces insuficiente, puesto que, además de ser muy escasa, se refiere únicamente a una de las dos
formas posibles de proceder a la reparación de los perjuicios, pues, en efecto, contempla sólo la
reparación por equivalente, dejando totalmente al margen la reparación en forma específica o in
natura.
A la vista de este panorama, la reparación de los daños y perjuicios a que da lugar la afirmación
de responsabilidad civil extracontractual se lleva a cabo en los sistemas jurídicos continentales a
través de pautas o principios surgidos en la doctrina y aceptados por la jurisprudencia.
En el Estado de Tabasco – México, esta figura jurídica de daños y perjuicios, tiene su asidero en
el artículo 2024 del Código Civil, que prescribe la obligación de reparar los daños junto con los
perjuicios, sin considerar para ello el dolo, la culpa, la negligencia o la imprudencia.
Dicho ordinal, a su vez, se engarza en el principio general contenido en la fracción B - IV del
Artículo 20 de la Carta Magna de México, que garantiza el amparo judicial para efectos de
reparación a quienes hayan sufrido daños en su persona, propiedad o intereses morales. Esta
norma legal establece la relación entre el daño -perjuicio- y la reparación y el nexo de referencia,
precisa la concurrencia de ciertos elementos, a saber, el daño causado, la antijuricidad y la
culpabilidad.
En cuanto a su concepto, éste se encuentra determinado en el Artículo 2023 del Código Civil
Estado de Tabasco – México, del siguiente modo:
"Cuando un hecho cause daños y perjuicios a una persona y la ley imponga al autor de este
hecho o a otra persona distinta la obligación de reparar esos daños y perjuicios, hay
responsabilidad civil."
De dicho artículo se desprende que la obligación de reparar los daños y perjuicios causados por
un hecho, pueden ser cubierta por el autor del mismo o por otro, además de que el origen de toda
responsabilidad civil es un acto al que se le pueda considerar como causa del daño.
En el Derecho Español se divide la imprudencia en temeraria y simple. Equivale la primera a la
culpa lata, y la segunda a la leve. La imprudencia punible esta integrada por tres elementos: Una
acción u omisión voluntaria no maliciosa, un mal efectivo y concreto y una relación de causa a
efecto que ligue por modo evidente ambos extremos.
También la doctrina y jurisprudencia más avanzadas, consideran responsable en forma personal al
funcionario público, quien en el ejercicio de sus funciones ocasiona daños a un particular, o a la
propia Administración, por haber cometido una falta de diligencia o una imprudencia grave (no
errores leves o excusables) en el desempeño de su cargo. Imagínense lo que podría suponer en
Venezuela la aplicación severa de este criterio.
En cuanto a la aplicación práctica de la responsabilidad por animales en la norma jurídica positiva,
se buscaron referencias en otros países, encontrándose que en España, por citar un ejemplo, se
encuentra publicitada por parte de una reconocida empresa, una póliza de seguro por
responsabilidad civil de perro, considerándose requisitos necesarios para que ésta responda por
daños a terceros, tratándose de animales entre tres meses y nueve años de edad, no destinados
a la caza o cualquier otro deporte, censados e identificados por el número de chapa, tatuaje o
microchip, y que cumplan el calendario de vacunaciones de leptopospirosis, moquillo, hepatitis,
parvo virosis y las que la autoridad sanitaria estime.
En el Código Civil, del Estado de Estado de Tabasco – México, en su Artículo 2051, señala que el
daño puede ser también de carácter moral, cuando el hecho ilícito que lo produzca afecte a una
persona en sus sentimientos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada, configuración y
aspectos físicos, o bien en la consideración que de ella misma tienen los demás.
Por su importancia, el daño moral también tiene razón de presentarse en este trabajo, por lo que
iniciaremos comentando que tal figura tiene sus orígenes en la doctrina francesa, donde fue
denominada por los jurisconsultos franceses como: "Domages Morales" siendo común tanto en la
legislación de la familia del Common Law, como en la Germano Románica, consistiendo, como lo
hemos comentado en clase, en el dolor, la angustia, la aflicción física o espiritual, y en general, los
padecimientos inflingidos a la víctima por el evento dañoso.
CONCLUSIONES
El concepto de Lucro Cesante, es la ganancia o beneficio que se ha dejado de obtener por obra
de otro, perjudicial para los propios intereses.
El concepto de Daño Moral, es la lesión que sufre una persona en su honor, reputación, afectos o
sentimientos, por acción culpable o dolosa de otra.