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CENTRO DE BACHILLERATO TECNOLÓGICO

INDUSTRIAL Y DE SERVICIO No. 113

MATERIA: TEMAS DE FISICA

TEMA: PROYECTO ¿???

ALUMNO(S):

GRADO Y GRUPO: 6-° "A"

DOCENTE:
INGENIERO. ANDRÉS FRANCISCO SOTO CADENA

Las choapas, Ver., a (día) de (mes) de (año

1
Índice

Presentación

Objetivo general

Objetivo especifico

Justificación

Hipotesis

2
Como producir energía con una bicicleta

Me encanta pedalear y se me ocurrió que,. Con él cargué una batería de


plomo-ácido de 12 voltios. Por último, añadí un inversor para transformar la
corriente continua (DC) de la batería en alterna (AC), y así poder alimentar
aparatos que normalmente se enchufan a la pared y almacenar la
electricidad. Es importante que elijas la potencia según el aparato que vayas
a querer alimentar.
La mayoría de los detalles de montaje los encontré en Instructivos, la
comunidad online para compartir proyectos, 1 gracias al usuario saullopez52.
Encontré una bici con una sola velocidad y piñón fijo en la que podía colgar
una rueda dentada a cada lado de la rueda posterior. La cadena de la
derecha se acciona con los pedales y a la izquierda añadí otra que hace girar
el motor. En ese lado utilicé un piñón libre y en la izquierda uno de piñón fijo.
Para fijar la bici, se puede construir una plataforma que eleve un poco la
rueda posterior. Le añades un tablón en el que colocar el motor, la batería y
el inversor. Como la mía era muy estrecha, tuve que clavarle otro en
horizontal para el equipo eléctrico (ten en cuenta la longitud de la cadena
que irá al motor para calcular las dimensiones de esas maderas). Yo atornillé
el motor al centro de la tabla y situé la batería y el inversor de forma que
equilibraran mutuamente su peso. Los aseguré con Velcro industrial. Primero
probé la conexión entre la bici y el motor, para ver que la cadena movía la
barra de este.
Después coloqué un diodo entre el motor y la batería, para que la electricidad
fluyera hacia esta, con el ánodo mirando hacia el terminal positivo del motor
y el cátodo hacia el positivo de la batería. Enrollé los extremos del diodo en
el cable expuesto del motor y a una pinza de cocodrilo que se aplica a la
batería, y recubrí las conexiones con cinta aislante. Para comprobar que la
batería siempre está cargada a más de la mitad y no se sobrecarga, y saber
con qué fuerza tengo que pedalear, le añadí un multímetro, que debe estar
programado a 12 V en el rango DC. Por último, conecté los cables del

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inversor a la batería. Cuando terminé el montaje, subí en la bici y la corriente
empezó a fluir. Y con varias baterías, cuya carga compruebo todos los
meses, puedo almacenar suficiente energía para salir del paso si se va la
luz.

4
fig.1

Desde antaño la generación de electricidad (energía eléctrica) mediante el


movimiento (energía mecánica) ha sido ha sido uno de los descubrimientos más
importantes que ha dado la ciencia. Este descubrimiento ha permitido desarrollar
una gran cantidad de centrales. Algunas de ellas son las nucleares, las eólicas, las
térmicas, etc.
Todas ellas se basan en la utilización de vapor o aire que permiten el movimiento
de una turbina que induce la electricidad.

Además de usos industriales, este descubrimiento se ha aplicado a muchos


utensilios de nuestro día a día. Uno de ellos es la luz de la bicicleta. Su
funcionamiento se basa en el uso del movimiento de las ruedas para generar
electricidad a través de una dinamo.

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fig.2

Una dinamo es un pequeño motor al que se aplica movimiento a través de su eje


que está en contacto permanente con las ruedas de la bici. Este eje hace girar un
bobinado interno entre los polos (Norte y Sur) de un imán. El movimiento del
bobinado entre los polos genera una corriente eléctrica inducida que es
extraída mediante dos escobillas hacia un circuito externo. A este circuito se puede
conectar cualquier componente electrónico que funcione con corriente continua. En
el caso de la bicicleta se suele generar electricidad para encender una linterna que
nos permitirá ver de noche.

fig.3

Esta forma de generar energía revoluciono toda la industria y en la actualidad es


uno de los métodos preferidos para transformar un tipo de energía en otra.
Algunos elementos de nuestro día a día que utilizan esta tecnología son las placas
de inducción (placas de cocina), los ventiladores, los motores de cualquier medio
de transporte, etc.

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Para finalizar me gustaría recordarles que si tienen alguna pregunta pueden acudir
a nuestro foro y se la resolveremos cuanto antes.

Hoy, con una bicicleta que genera energía, está llevando luz a zonas apartadas de
Panamá. Se llama “Eco generador de baja revolución a pedal”, y la aplicación
básicamente es la de un generador que almacena energía en una batería, gracias
al movimiento que se le da pedaleando.

Los moradores de las comunidades beneficiadas, como la de Bajo Boquerón, en la


provincia de Colón, y en la cuenca del Canal, deben pedalear una hora en la
bicicleta estática y tendrán carga para alimentar cuatro bombillas de alto
rendimiento con luminosidad similar a la de un bombilla de 60 watts. Pueden
iluminar un aula de clase o un rancho comunal cinco días, cargar sus moviles o la
batería de un ordenador. Se puede pedalear todos los días unos minutos para
mantener la carga completa.

Añadió que cada bombilla cuesta 20 dólares y tiene 10 mil horas de duración, y una
empresa privada está patrocinando la construcción de estos novedosos
generadores para llevarlos a las comunidades apartadas, que los necesitan para
alumbrarse.

Se dice que la energía es el poder de generar una transformación o movimiento en


una determinada cosa. El concepto, además, refiere al recurso que, gracias a
la tecnología, puede tener aplicaciones industriales.

7
fig.4
La mecánica, por otra parte, engloba todas aquellas cosas que funcionan por
acción de un mecanismo o maquinaria. El término también se usa para describir el
acto automático y el objeto que puede ocasionar consecuencias como choques o
erosiones.
Se conoce como energía mecánica, por lo tanto, a la clase de energía donde
interviene tanto la posición como los movimientos de los cuerpos. Esto quiere
decir que la energía mecánica es la sumatoria de las energías potenciales,
cinéticas y la energía elástica de un objeto en movimiento.
La denominada energía mecánica, entonces, puede presentarse como
la capacidad de los cuerpos con masa para llevar a cabo un determinado
esfuerzo o labor. Es importante recordar que la energía no se crea ni se destruye,
sino que se conserva. La energía mecánica se mantiene constante en el tiempo
gracias a la acción de fuerzas de carácter conservativo que trabajan sobre las
partículas involucradas.
Entre los tipos de energía mecánica pueden mencionarse la energía
hidráulica (que aprovecha la energía potencial del movimiento de agua) y
la energía eólica (modalidad que surge por acción del viento).
Un ejemplo de energía mecánica, pues, es el funcionamiento de una represa.
Cuando ésta libera el agua, la energía potencial se convierte en energía cinética (en
movimiento) y la suma de ambas constituye la energía mecánica.

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Otro ejemplo tiene lugar con aquellos mecanismos a los que hay que dar cuerda
para que funcionen: el resorte en cuestión libera energía cinética que permite
realizar distintos trabajos, como mover un coche de juguete. Como se puede
apreciar, la energía mecánica se encuentra muy presente en nuestra vida cotidiana,
en objetos de apariencia tan simple como el péndulo de un reloj.
La ley de la conservación de la energía

fig.5

Esta ley representa el principio fundamental de la termodinámica y establece que la


totalidad de energía de un sistema físico que no se encuentre interactuando con
otro no presenta variación alguna en el tiempo, si bien su tipo puede cambiar. En
otras palabras, tal y como se expone en párrafos anteriores, la energía no se crea
ni se destruye, sino que es posible notar un cambio en su forma. Un claro ejemplo
es la transformación de la energía solar en eléctrica.
Las distintas ramas de la mecánica describen la conservación de la energía de
maneras particulares; veamos algunos ejemplos:

* para la mecánica lagrangiana, se trata de un fenómeno que parte del teorema de


Noether si la función escalar no está ligada expresamente al tiempo. En este caso,
dicho teorema señala que es posible formar una magnitud denominada
hamiltoniano que se mantenga intacta en el tiempo partiendo del lagrangiano (la
función). Más aún, si la energía cinética nace de la potencia cuadrada de las
velocidades sin estar relacionadas con aspectos temporales, dicho hamiltoniano
será equivalente a la energía mecánica de todo el sistema, la cual se conserva;
* en el caso de la newtoniana, este principio no se considera un derivado del
teorema mencionado anteriormente, sino que es posible comprobarlo en el caso de
algunos sistemas de partículas de poca complejidad, siempre que cada una de las
fuerzas implicadas sean derivadas de un potencial;

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* la mecánica relativista advierte un obstáculo a la hora de buscar la generalización
de la ley en cuestión, ya que no puede diferenciar en forma adecuada la masa y la
energía. A propósito de esto, la masa no puede conservarse, a diferencia de la
energía, por lo cual sería también imposible adaptar la ley para incluirla.

Energía de propulsión humana en bicicleta

La mayoría de las personas del siglo XXI somos tan analfabetos en temas
energéticos que hemos quedado reducidos a simples “abonados” de las
corporaciones que producen y comercializan energía. Nuestra civilización se ha
lanzado históricamente sobre cualquier fuente de energía disponible. Primero,
fueron las llamadas energías de sangre (animales domésticos y esclavos humanos)
luego al aprovechamiento del viento y el agua (velas, norias, etc.) hasta que de
pronto descubrimos el vapor quemando madera o carbón y luego ya llegamos al
paroxismo con los combustibles fósiles líquidos y la fisión del átomo. El vapor nos
permitió a su vez generar un vector energético como la electricidad. Y hoy la
electricidad aporta la energía a un 40 % de las necesidades humanas
(especialmente, en el ámbito doméstico). Pero para la producción de electricidad
hemos descubierto otras formas más sostenibles que el sucio petróleo y la peligrosa
radiactividad: son las llamadas energías renovables (la fotovoltaica, la eólica, la
mareomotriz, la minihidráulica, etc.).

Una máquina ideal para el ahorro de combustibles fósiles y autoproducirse la


energía renovable en la propia vivienda.

Pero a menudo nos descuidamos de otra fuente renovable nada despreciable: la


energía humana como fuente para producir electricidad. Este reportaje quiere ser
una aproximación a la energía de propulsión humana mediante la bicicleta para usos
domésticos (otro cantar

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fig.6
es la bicimanía para volar, navegar, etc. que sería objeto de otro reportaje).
Capacidad energética del ser humano

fig.7
Central energética a propulsión humana a base de pedaleo comunitario.

La fuerza mecánica de los humanos nace de la aportación energética de los


alimentos que dan movimiento a la musculatura e intervienen en el buen
funcionamiento metabólico que nos permite la vida. El valor de los alimentos
(vegetales y animales) es proporcional a la cantidad de energía que nos proporciona
cuando se metaboliza en presencia de oxígeno. La unidad de medida es el Joule,
aunque por tradición se emplea también la caloría que equivale a la cantidad de
calor que necesitamos para aumentar en un grado la temperatura de un gramo de
agua (ver cuadro de equivalencias al final del texto) [1]. Este unidad energética es
muy pequeña por lo que la aportación energética de los alimentos se mide en
kilocalorías (1 kcal = 1.000 calorías). Las dietas humanas contienen entre 1.000
kcal/día hasta 4.000 kcal/día. La cantidad de energía varía según la actividad que
desarrollemos. No es lo mismo cortar leña que correr o atender el trabajo en una
oficina. Una parte de la energía de los alimentos está destinada a lo que se llama

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mantenimiento metabólico basal (incluida la necesidad del reposo o dormir). En una
persona adulta de unos 70 kg este mínimo vital se lleva ya unas 1.650 kcal en
alimento. Aquí también es importante la dieta o aportación calórica de cada tipo de
alimento. Mientras los hidratos de carbono proporcionan 4 kcal por gramo, igual que
las proteínas, las grasas proporcionan 9 kcal por gramo. El combustible que
ingerimos pues es determinante para la actividad que realizamos. Si consumimos
más que no gastamos, pues uno engorda y podemos perder calidad metabólica (o
sea perjudicar nuestra salud).

fig.8
Máquina de coser montada sobre un triciclo en Yakarta. Foto Wiki Commons.

La potencia media energética humana, con alimentación adecuada, está alrededor


de los 150 W sobre una máquina capaz de su aprovechamiento, como es una
bicicleta. Un aficionado al ciclismo puede dar fácilmente unas 90 pedaladas por
minuto (1,5 pedaladas por segundo), de los que ya se consumen unos 100 W en
mover el peso de las propias piernas. Los niveles de potencia que un ser humano
puede proporcionar pedaleando depende de la fortaleza muscular, pero también del
tiempo. Por breves espacios de tiempo sobre una bicicleta se pueden desarrollar
potencias de hasta 400 W (determinados ciclistas de competición en un sprint), pero
lo habitual es que para usos energéticos extendidos durante varias horas, no se
supere los 50 W de potencia. Igualmente, el trabajo muscular depende también de
la interacción con el entorno del ser humano. No es lo mismo el pedaleo estacionario
que en ruta. En movimiento sobre un camino el ciclista ha de vencer la resistencia
al viento y el rozamiento de la superficie por donde se circula. Además, la

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disponibilidad de líquidos y alimentos en el recorrido, la temperatura ambiental, etc.
también influyen en la potencia final desarrollada por quien pedala.

fig.9
El potencial energético de la propulsión humana en bicicleta está condicionada por
el propio diseño del ciclo y muy especialmente del sistema de pedaleo. Foto: Rotor
RS4X de Rotor Componentes Tecnológicos.

Finalmente, la potencia real que podemos ejercer depende de la relación entre la


velocidad de rotación en revoluciones por minuto y el rendimiento en la transmisión.
Adentrarnos en el mundo de la ciencia sobre la bicicleta nos obligaría a una
extensión y nivel de comprensión que ultrapasa la finalidad de este artículo. Sin
embargo, de forma simplificada podemos afirmar que una bicicleta con un plato en
el eje de pedaleo de 48 dientes y un engranaje de 12 dientes en la transmisión nos
permite un desarrollo con sólo una pérdida del 10 % respecto a un ideal como es
15:1. En otras palabras aplicando 50 W de potencia el pedaleo nos entregaría 45
W. Sin embargo, hay otras partes que intervienen como son la medida de las bielas
o también la propia posición del ciclista. Igualmente, el diseño del plato aporta
mejoras en la eficiencia. Este es el caso de los plato ovalados o Qring y el plato
articulado Rotor [2] desarrollados por al empresa española Rotor Componentes
Tecnológicos que incrementan entre un 11 % y el 16 % la potencia respectivamente
en comparación con un plato dentado convencional. Pero si en vez de desplazarnos
con la bicicleta, lo que queremos es generar energia eléctrica, el rendimiento final

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obtenido dependerá del ingenio que genere la energía eléctrica, en este caso la
dinamo o generador.
En síntesis, un ciclista de unos 70 kg que pedalee entre 10 y 20 km/h consume entre
245 y 410 kcal/hora. Un ejercicio de esta potencia durante una hora al día y por
semana supondría quemar entre 1 y 1,5 kg de grasa y nos aportaría la energía
necesaria para ver una película en DVD sobre una pantalla plana de unas 19
pulgadas.

Redescubriendo la energía de los pedales


Partiremos del principio que una de las máquinas más eficientes para transmitir la
potencia energética humana es la bicicleta. Recordemos que cuando uno se
desplaza en bicicleta se consumen alrededor de 0,15 calorías por gramo de peso
del individuo y por kilómetro, comparado con 0,75 calorías andando. Montados en
una bicicleta, tanto por la posición del cuerpo como por su diseño preparado para el
movimiento de la mayor masa muscular disponible en el ser humano (las piernas),
se llega a grados de eficiencia elevados de hasta el 25 %. No es extraño pues que
la invención de la bicicleta y de la electricidad pronto tuvieran una convergencia
tecnológica. En seguida se aplicó al movimiento de la rueda la posibilidad de
producir la iluminación para circular de noche con la llamada dinamo que rodaba
sobre la cubierta neumática. Más tarde este mismo principio de generación eléctrica
se aplicó sobre los bujes de las ruedas (dinamos de buje) que reducen la pérdida
energética por el rozamiento. Finalmente, los propios engranajes ciclistas han
servido para imaginar un sin fin de aplicaciones para obtener energía mecánica de
una forma más eficiente.

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fig.10
Herramienta de taladro accionada por pedaleo difundida por el grupo CCAT de la
Universidad de Humbolt (EUA).

A principios de los años 70 y como resultado de la crisis energética muchas


personas volcaron su capacidad intelectual para buscar cómo obtener energía con
sistemas autónomos y menos dependientes del petróleo. Sin duda, las energías
renovables, y en especial los ingenios eólicos y solares fueron de los primeros. Pero
también recibió una significativa atención la energía de propulsión humana. Un libro
histórico en este sentido es Pedal Power in work, leisure and
transportation (Pennsylvania: Rodale Press, 1974) de James C. McCullagh que
recopila algunas de las experiencias en el ámbito del aprovechamiento de la
potencia de los pedales incluidas máquinas como los dynapod (dinamo de pié) o
artilugios para trabajos mecánicos accionados a pedales. Hoy hay pedales
generadores de electricidad para proporcionar iluminación, elevar agua con una
bomba, pero también para trabajos mecánicos como moler grano, descascarillar
frutos secos, mover herramientas como pulidoras, etc. Bicicleta constituye uno de
los elencos de tecnología apropiada más interesantes de todo lo disponible.
Existen diseños múltiples para realizar trabajos de forma más eficiente a partir de la
energía que puede brindar el pedaleo. Son las llamadas bicimáquinas como los que

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promueve la organización mexicana Centro Autónomo para la Creación Intercultural
de Tecnologías Apropiadas en México o la organización guatemalteca Maya Pedal.
Estas organizaciones, además de diseñar sus bicimáquinas pues tienen también el
objetivo de recuperar bicicletas viejas. Los inventos en este ámbito de lo que
podemos llamar tecnologías apropiadas vienen desarrollándose por todo el planeta.
Un ejemplo, curioso son las máquinas de coser a pedales que en Yakarta en
Indonesia forman parte de los trabajadores a domicilio que ofrecen sus servicios de
forma ambulante; razón por la cual van sobre un triciclo. La bicicleta como fuente
de energía mecánica es sin duda la que tiene el mayor abanico de aplicaciones
descritas y documentadas.

fig.11
Aplicaciones cicloeléctricas

Una de las revoluciones a las que asistiremos en los próximos años será la
generación eléctrica con energía de propulsión humana. Lo que puede parecer una
broma es una realidad gracias a las posibilidades que otorgan los nuevos imanes
cerámicos y los diseños de generadores y estabilizadores que permite la

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microelectrónica de los semiconductores. Estos sistemas de generación eléctrica
con pedaleo parten habitualmente de un principio básico que es producir la
electricidad con un generador de corriente continua para que sea almacenada a una
batería y de esta ya de forma estabilizada convertirla si es necesario a corriente
alterna para alimentar pequeños electrodomésticos caseros. La clave en la
conversión eléctrica de la energía del pedaleo está en que el rango de velocidad
puede ser muy variable y esto exige, como hemos comentado, el almacenamiento
previo. Sin embargo, puede que cuando se implante la autoproducción energética
en el ámbito doméstico se diseñen inversores capaces de inyectar cicloelectricidad
alterna a la red.

Un caso de tecnología emergente en el ámbito de la generación eléctrica a partir de


las bicicletas son las dinamos de buje. Estas dinamos situadas en lugar del buje
tradicional tienen la ventaja de tener menos rozamiento y un mayor potencial
energético. Gracias a ello actualmente se han convertido ya en una tecnología muy
apreciada para cargar, mientras se pedalea, pequeñas utilidades microelectrónicas
tales como teléfonos móviles, aparatos de MP3, GPS, etc. Las dinamos de buje
empezaron a ser populares a partir de 1940 por ser más eficientes que las dinamos
de botella que perdían eficiencia debido al rozamiento con el neumático. El
coeficiente de rozamiento que añaden las dinamos de buje es mínimo y aunque su
peso puede ser unas 5 veces mayor que un buje le aportan una gran utilidad a la
rueda.

fig.12

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Dinamo de buje de SON, sistema de transmisión de la energía generada por la
dinamo hasta la batería polivalente (según una idea de Dahon) que permite
posteriormente la recarga de pequeñas utilidades microelectrónicas. El cargador
PedalPower+ puede necesitar de unas 2,5 horas de pedaleo para que la dinamo de
buje haga una carga completa de nuestro teléfono móvil.

El rozamiento de noche cuando la luz está encendida es algo mayor, pero tanto con
la luz apagada como en funcionamiento a 15 km/h no supone más que un
decrecimiento en el rendimiento del pedaleo inferior al 10 %. La cantidad de luz que
ofrecen es en base a la legislación alemana para bicicletas que exige 0,75 W de luz
a 5 km/h y 2,7 W a 15 km/h. Actualmente, existen esencialmente tres fabricantes: la
inglesa Sturmey-Archer, la japonesa Shimano y la alemana Schmidt Maschinenbau
(SON). Esta última ofrece también el modelo XS100 para ruedas de bicicletas
plegables.
Junta con la dinamo de buje algunos fabricantes han desarrollado ya estabilizadores
de la corriente continua para cargar aparatos microelectrónicos, caso del E-Werk
de Busch&Müller. En general son dispositivos diseñados para modular la
electricidad continua generada por la dinamo de buje para que sea adecuada al
aparato que queremos recargar durante nuestro paseo. Otras marcas han lanzado
baterías de alta capacidad que almacenan la electricidad generada en la dinamo de
buje que luego podemos traspasar a los pequeños gadgets microelectrónicos.

Kits de cicloenergía eléctrica

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fig.13
Kit de producción energética para una bicicleta de la empresa americana
Windstream Power. Uno de los de mayor calidad que existen en el mercado.

Finalmente, hay que destacar los kits de cicloenergía que basan su tecnología en
potentes generadores de corriente continua que se adjuntan a caballetes de
entrenamiento para bicicletas. Sobre estos caballetes, nuestra bicicleta
convencional puede convertirse en bicicleta estática y de este modo pedalear en
casa a la vez que generamos energía eléctrica. En este caso la calidad energética
o el mejor rendimiento de los mismos dependen de un buen diseño ya que además
del generador propiamente dicho deben tener un buen eje así como una superficie
de rodamiento con el mínimo de fricción posible. Entre los kits de mayor calidad
destaca el norteamericano de Windstream capaces de proporcionar unos 20 Ah en
un ritmo de pedaleo sostenible. Si lo usamos de cargador para una batería de 12 V
este tipo de generadores pueden entregar 240 W a 15 V máximo. Pero existen
verdaderos forofos del llamado Pedal Power capaces de convertir una bicicleta en
una verdadera máquina productora de energía. Los manuales y trabajos en este
campo son innumerables. Tanto informaciones accesibles en internet, como
algunos libros tales como Bicycle Science de David Gordon o el de Tamara
Dean, The Human-Powered Home publicado por NewSociety, ofrecen
posibilidades para aprender sobre el tema. Al fin y al cabo, diseñarse su propio kit
de cicloenergía autónomo destinado a países no desarrollados no es tan difícil y la
información no falta en internet donde pueden encontrarse ingenios diversos.

19
fig.14
Sistema de generación eléctrica con múltiples bicicletas. Una dinamo-generador
para la rueda de una bicicleta para generar electricidad deRollergen. Mesa de
pedaleo para alimentar un ordenador portátil.

El segundo elemento clave de estos kits son las baterías. Windstream, por ejemplo
se suministra con baterías de 20 a 60 Ah en 12 voltios que pueden proporcionar de
240 a 720 Wh, las cuales, una vez cargadas gracias a la energía mecánica del
pedaleo, disponen de suficiente energía para suministrar varias horas de
electricidad en continua o en alterna (si añadimos un inversor) para un ordenador,
la televisión y otros pequeños electrodomésticos de nuestro hogar. Los generadores
más usuales de bicicletas rinden unos 200 W y a 12 V pueden proporcionar de 8 a
17 Ah (jo posaría : pueden proporcionar un máximo de 17 Ah ...) con un ritmo de
pedaleo respetable. Otro producto interesante es el Shakti de la empresa Rollergen,
que de forma muy compacta ofrece 100 W de potencia y es especialmente
adecuado para actividades de cooperación.

20
fig.15
Kit de producción energética demostrativo haciendo funcionar un Scalextric, una
actividad pedagógica propiedad del Institut Català de l'Energia en Barcelona.
Obsérvese en la imagen de la izquierda el motor generador de 200 W y la superficie
de rodamiento. Foto: Fundación Tierra.

Estos kits son interesantes porqué en si mismos llevan la esencia de las bases de
conocimiento esencial sobre la electricidad. El motor tiene una potencia pero en
función de nuestro pedaleo y las revoluciones del mismo, el voltaje es variable. Una
experiencia bien interesante es el Scalextric cicloeléctrico. Los cochecitos funcionan
entre 6 y 12 V de corriente. Con un motor de 200 W se observa perfectamente
cuanto pedaleo es necesario para que el coche avance y sobretodo el esfuerzo que
hay que hacer si queremos que corra a máxima velocidad. Lo máximo que los
chavales han sido capaces de generar en estas experiencias son 140 W·h, según
han observado en Intiam Ruai, una de las empresas pioneras en la pedagogía de
las renovables, son 140 W·h.

21
fig.16
Detalle de uno de los famosos árboles navideños de propulsión ciclista que el
Ayuntamiento de Barcelona puso en las calles en el 2008-09. Nótese la escasa
calidad del kit generador como muestra la imagen de la izquierda. Se trata de simple
dinamo de botella deslizándose sobre un cilindro giratorio; una auténtica chapuza
tecnológica que se vio nuevamente en el Festival de la Infancia 2009-10 de
Barcelona. Foto: Fundación Tierra.

Otra aplicación de la energía humana generadora de electricidad es la diseñada por


la empresa Azimut360 que llama anthroposinergía y en la que el movimiento de la
dinamo se consigue con la fuerza de una rueda que a modo de volante de inercia le
da estabilidad al pedaleo y facilidad para la producción energética. Esta aplicación
se puso en marcha para el proyecto En Clave de Sol diseñada por la Asociación
Producciones Callejeras que impulsan conciertos musicales con renovables y
energía biomotriz. El diseño de etas bicimáquinas energéticas es sin duda una de
las más interesantes para producir electricidad limpia. La energía de la dinamo se
pasa por un regulador que la envía a una batería y desde la misma se conecta a los
equipos de música implicados en el sistema. En fin, una buena iniciativa para
convertir los eventos artísticos y musicales no sólo una actividad sostenible y
participativa.

22
fig.17
Las bicicletas con volante de inercia para generar electricidad y convertir en
autónomos energéticamente los conciertos musicales con renovables y bici. Fotos:
Fundación Tierra.

Más allá de la cantidad de energía que un kit cicloeléctrico puede entregarnos de


forma alternativa y renovable, estas aplicaciones cicloeléctricas tienen una
componente pedagógica muy importante pues nos dan una relación directa del
esfuerzo que supone la generación de energía eléctrica y la necesidad del ahorro
de la misma. Sin ir más lejos y como ejemplo, pedalear a buen ritmo durante treinta
minutos nos aportaría 1 hora de consumo para un ordenador portátil. Sin duda, las
aplicaciones didácticas en este caso pueden doblar en interés al objetivo de
producción energética, aunque ésta tampoco es despreciable y aporta una
autonomía energética de alto valor. En el futuro será interesante que, a la par de las
mejoras tecnológicas de la bicicleta, aparezcan dinamos diseñadas
específicamente para el pedaleo y que permitan inyectar directamente la
electricidad generada a la red eléctrica de nuestra vivienda. De este modo el
esfuerzo de estos, digamos por ejemplo 140 Wh de una hora de pedaleo y ejercicio,
tendrán la compensación de la autoproducción energética.

Artículos relacionados:
> Aplicaciones domésticas con energía humana

23
fig.18

Una bicicleta eléctrica es básicamente una bicicleta convencional a la que se le


añade un motor eléctrico y una batería. El motor se instala en el eje de la rueda
trasera para impulsar la bicicleta. Se trata de un motor muy sencillo cuya
potencia oscila entre los 180 y 250 vatios. La función del motor es hacer más
suave y fácil el pedaleo del ciclista, sobre todo en calles con pendiente o cuando
sopla el viento en contra. Y para cargar las baterías, sólo hay que extraerlas y
conectarlas a un enchufe convencional, como si cargáramos un teléfono móvil.

En el mercado encontramos marcas como Yamimoto, la primera firma española en


bicicletas eléctricas. Su oferta es espectacular: fabrican vehículos muy ligeros,
fiables, cómodos y funcionales para pedalear por la ciudad, perfectas para
hacer frente a esas cuestas empinadas o con problemas de circulación que tanto
temen los ciclistas. Con una gran variedad de modelos y siempre en constante
evolución, las bicicletas de Yamimoto alcanzan los 25 kilómetros por hora con
una potencia de 250 vatios.

Con baterías de litio que proporcionan autonomías de 50 a 70 kilómetros de


distancia, son bicicletas pensadas para un uso diario, tanto para ir a dar un paseo

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por la ciudad como para ir a trabajar pedaleando. Entre sus modelos, destacan la
bici Advance y la plegable City Evolution, dos verdaderas joyas sostenibles sobre
ruedas.

No hay que olvidar que las bicicletas eléctricas suponen un importante ahorro
económico como medio de transporte. Su consumo es muy inferior a cualquier otro
vehículo que utilice un motor de combustión. Cargar la batería de una bicicleta
eléctrica cuesta menos de 1 euro, mucho menos que llenar el depósito de
gasolina.

Un par de datos más: la bicicleta eléctrica permite ahorrar 5.600 euros al año
frente al coche, o 1.300 en comparación con una motocicleta. Según Yamimoto,
el coste medio de mantenimiento de una bici eléctrica circulando 300 kilómetros es
de 33 euros al mes. Además de ser la forma más rápida y sostenible de movernos
por la ciudad, la bici eléctrica nos ayuda a ahorrar muchos euros.

Como lo realizamos(primeros pasos)

Resultado

25
Anexo

Conclución

Bibliografia

Fuentes: Flickr | Yamimoto

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