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“En el contexto de la sociedad del conocimiento, las tecnologías de uso educativo -ya sean
empleadas para la enseñanza presencial o a distancia- se han convertido en un soporte
fundamental para la instrucción, beneficiando a un universo cada vez más amplio de
personas. Esta asociación entre tecnología y educación no sólo genera mejoras de carácter
cuantitativo -es decir, la posibilidad de enseñar a más estudiantes-, sino que principalmente
de orden cualitativo: los educandos encuentran en Internet nuevos recursos y posibilidades
de enriquecer su proceso de aprendizaje.”
Con el inicio de la ciencia moderna y por ende la informática y lo digital, hoy podemos
decir que la educación es un recurso accesible y prometedor para muchos jóvenes y adultos de
todo el mundo.
El propósito que persigue este trabajo es realizar una valoración y conocer la apertura
que están teniendo las universidades para transmitir el conocimiento en un universo cada vez
más amplio, y de parte de los educandos descubrir el mundo de posibilidades que da la
tecnología para el aprendizaje.
En función de los aportes de Moreira y Echeverría es factible afirmar que desde los
inicios de la revolución científica acaecida entre el siglo XVI y XVII, el conocimiento estaba
dado, en lugares comunes donde las personas iban a buscar la información. Estos espacios
eran y son las “Bibliotecas”. La información se encuentra organizada y clasificada. El requisito
para ingresar era saber leer y escribir.
Por otro lado en su aspecto positivo lo que antes era impensable, con la educación
virtual y las redes sociales, se da un trabajo más comunitario y de integración entre los
estudiantes y los docentes en donde no solo con lo académico se va “construyendo” el saber,
sino con el saber popular que trae cada persona. Creo que ese “intercambio” genera vínculos.
Podemos afirmar que tanto para los jóvenes y adultos o en cualquier etapa de la vida,
el aprendizaje y el conocimiento dignifican, forman para la vida y nos ayuda a construir una
sociedad más justa y fraterna. Estudiar es sinónimo de formación para la vida. El “saber” no
ocupa lugar, por el contrario el horizonte de la vida se amplia.