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Ebrios de existencia
2015
Coleccion
’ Fallidos Editores
ã PubliÐLibros
ISBN: 978-958-58883-0-2
Primera edicion:
’
Febrero 2015
Editor: Juan José Escobar L.
PubliÐLibros S.A.S
Impresion:
’ Publicaciones Universidad Nacional de Colombia,
Sede Medellin
’
Caratula
’ por Madaly Lopez
’
Fallidos Editores
Este libro esta’dedicado a
Andres
’ Rodriguez
’ Cumplido
’
Bernardo Angel Saldarriaga
DeElla Vu.................................................................................................. 35
Acto fallido para un poema de amor .......................................................... 36
Palabras Ultravioletas ................................................................................ 36
Beso Negro............................................................................................... 37
Auto-retratos ............................................................................................ 37
Confesiones de un joven Fallido .................................................................. 38
Infantofagia .............................................................................................. 39
Memories of a Geisha ................................................................................ 40
Nigroamante............................................................................................. 41
Thunbergia Alata ...................................................................................... 42
Poema para mi vecina ............................................................................... 42
Margarita ................................................................................................. 43
Demiurgo ................................................................................................. 44
Aurumn .................................................................................................... 44
Tinta ........................................................................................................ 45
Nocturno .................................................................................................. 46
Helesponto .............................................................................................. 47
El miedo callado ....................................................................................... 48
La soledad de tenerte a mi lado.................................................................. 50
Poema dadaísta colombiano ...................................................................... 51
Pequeña muerte........................................................................................ 52
Versar el esbozo........................................................................................ 53
Ser, estar, escribir...................................................................................... 54
Esbozo para el día en que la muerte ya me quiera....................................... 55
No creo en un hombre que no pueda soportar su soledad ........................... 56
Anda en soledad la calma. ......................................................................... 57
Descubrir ................................................................................................. 59
Taciturno .................................................................................................. 62
El Lectofílico ............................................................................................. 63
LA ODISEA ............................................................................................... 65
EL JUEGO ................................................................................................ 74
Vamos a Urano ......................................................................................... 80
Animalaria ................................................................................................ 84
¿Ángel o Demo?
Bernardo Ángel Saldarriaga ....................................................................... 90
Los múltiples saberes que conforman la filosofía primera de Aristóteles ...... 106
El origen de la comedia ........................................................................... 114
Apuntes sobre la Comedia Antigua y Aristófanes ....................................... 128
Una estética de la Risa, para un Humanismo en Crisis ............................... 136
Y sobre el <supuesto de> que todas las cosas sean en vista
de algo y que nada <ocurre> en vano, la determinación, por
lo general, no es fácil, tal como se dice con frecuencia
-¿desde dónde hay que empezar y en qué clase de cosas hay
que terminar?-; también porque algunas cosas no parecen
comportarse así, sino que unas <se dan> fortuitamente y otras
por otra necesidad, tal como <ocurre> en las cosas celestes y
en la mayoría de las que <tienen lugar> en la tierra.
[...]
[...]
William Blake
Entre la espuma y el infinito
hay pájaros ebrios de existencia.
Stéphane Mallarmé
Vano el motivo
desta prosa:
nada.
León de Greiff
L’homme est sale, il tue les animaux, les plantes, ses fréres,
il querelle, il est inteligent, parle trop, ne peut pas dire ce
qu’il pense. Mais l’artiste est un créateur: il sait travailler
une forme qui devient organique. Il décide. Il rend l’homme
meilleur. Soigne le jardín des intentions, ordonne.
Tristan Tzara. "Note 2 sur l'art". Dada N.2
Rafael Manjarrez
Manifiesto 13
Otro manifiesto
Hemos sido contagiados por la animalaria
Ustedes que leen poesía como esperando una llamada
¡El poema no se lee como esperando una llamada!
Un poema no nace en la telaraña de un labio fruncido
Ni en la cabeza calva de una tarántula académica
No pongan en falsos pedestales a los más falsos
nómadas, al pedestal de la carroña se lo llevó el
aire, los poetas golpearon sus caras enmudecidas por
el vaho de la antigüedad, latines gordos, griegos
nadando en las ramas de chopos, en cipreses, en
viñedos y ocio desperdiciado en un aula de caras
paliduchas y serpientes agotadas.
Al poema hay que leerlo rapidito, despejarlo como
abejorro que te acecha, te zumba y te atormenta
para que su cadáver diminuto se haga enorme como
sanguijuela rellena.
Al poema hay que azotarlo, agrio, desmembrale las
vértebras, encresparle las cejas, pisarlo hasta que
cruja, hasta que los intestinos le salgan por los
pómulos y la palabra escupa bilis.
Al poema hay que estocarlo, maniatarlo, orejarlo
Retorcerlo, perderlo, serlo
Hay que leer veloz, fugaz, precoz, luz.
Hay que leerlo como se desenraiza el himen de una
monja
Como un espermatozoide de hábito que
entra en el intestino de un bebé
¡La poesía se lee siendo!
Hay que traer a Artaud, pero no para alzarle un
laudatorio, sino para vomitar sus poemas porque es
el único modo de incrustarlos
Como rubíes
Como diamantes
18 Lapsus. Ebrios de existencia.
¡Sutra del diamante! enséñales que no son nada, que
en un siglo serán abono para naranjos, pero como va
este tiempo, ¿será que el cuerpo aguanta 3 décadas?
Un coloquio sobre América es el escondrijo de los
vencidos:
- Atahualpa ya gimió en su vasija de barro
- Violeta suplicó al gavilán mentí mentí mentí menti-
roso
- Onetti recubrió de boda boba toda esta tierra
- Caicedo, Quiroga, fuentes nos gotizaron
- Darío Lemos salpicó de gusanos las calles de mede-
miasma-llín
- Silvio puso un ojalá
- Papasquiaro lo aulló
- Las vulpess, los restos, los crudos, síndrome,
espécimen, chinoy, la peña de los parra y narcosis
rugieron
- Temblor de cielo
- The animals, Bob Dylan, Joan Baez, los Speakers y
Génesis lloran en la casa donde nace el sol, in the
house of the rising sun
Ya tenemos bastante de ese leer desinteresado, no
leás como esperando una llamada que el hálito de una
vaca estremece en las venas de las nubes,
Lean el poema como una vaca
Que rumia la maleza
Y luego la escupe por el culo
Para que de su abono salga
Un psilosibe cubensis hermoso
Como el perro de Maldoror
He visto caras tostadas como un hongo de boñiga, he
visto gente que espera de la poesía un alivio para
infecciones intestinales o dolores en el timo, la
Julio der Nasca 19
Aullido nocturno
Auuuuunque soy un perro luna sepia alada
Súbete a mi pecho, bésame los crespos,
Atízame los ojos, luna malcarada;
En mis pasos escondidas están las humaredas,
En la sombra de la sombra
Lo ajado de los restos otean minuciosos las huellas
en lo obscuro
De la evidencia esquirlas de la mercurea roca
¡Y tú! ¡Ufano risco!
Viertes azorada tu lustrado fluido En brazos de la
negra
Me dejas como bestia sin el cielo nacarado
Con violín de rata lauta, sin tu luz ni una lasca.
Mójame las bolas con tus olas erizadas
Chúpame el hocico bambolla pavorosa
Que entregas tu cortina a la arisca noche
Auuuuunque estoy hambriento yo no soy tan malo
Solo tenebrosa nívea morena te fundirás negruzca
El resto de los trances destilarás centellas
Sobre la cara enferma y la angustia lerda
Y el drogadicto, simio y el bazuco ígneo
Y las humeantes cuevas y los vampiros tibios
Y las solas veredas y los mirlos y los pillos sin
lugar en la tierra
Odres contigo orbe, amante, coneja
¿Por qué abandonas a tus hijos y los dejas en tinieblas?
22 Lapsus. Ebrios de existencia.
Leona dulce
Para Sol-Camila
Candidiasis
Tus pies descienden depurando el aire, has bajado,
sonrisa
Entra a esta madriguera de pieles, sabrás, donde hay
dos, hay hogar.
Pero tus caricias son fugaces y huyen tremendas
Del placer, son paupérrimas
Quizás una cadencia milagrosa anuncie tus besos
Bravos, luego nos manoteamos,
Luego nos trepamos al ocaso:
Yo buscaré una fruta madura
Subiendo las ramas muñidas, tú encontrarás
Escapar del suelo.
rubias córneas las tuyas
gárgolas escondidas;
oscura mi melena
gaviotas que serán degolladas.
Seremos agua, té, fuego, madera, tierra, aire,
tocándonos, calientes
Bebiendo, saboreando: huelo, veo, siento.
Déjame agotar el frío en tu cuerpo
Paladear el tímido arroyo que enturbiará nuestras
gargantas;
Cercenar el temor, ahogar el pastoso suelo que nos
abraza.
28 Lapsus. Ebrios de existencia.
Bendiciones y maldiciones
Basta, maldigo el día que nos dio por jugar a esto
Bendigo un puñetazo en la nuca dese poeta
La piel de una lágrima
Las pestañas del fuego
Los balidos del idiota
Un poema atrabiliario (con manoteo)
El amor, díscolo
El terciopelo que parece el lomo de los libros
Maldigo a las palabras de oropel y alas sanguinarias
Pero bendigo las que tienen sangre.
Basta de pelmazos de nariz torcida y ceño fruncido
que les sirve de coraza a su cerebro de algodón
cocaíno.
De horridos granujas como árboles jaboticaba en
cosecha.
Basta de aquellos que recitan su estilo de vida
ateridos y de aquellos que lo hacen energúmenos,
Pero que en todo caso lo revientan con su paradójica
existencia.
Basta con el sueño universal,
Con los fragmentos de las mofas de las momias
académicas que leen tan vacíos como eco en la cantera.
Bendigo el navajazo en las vísceras del jefe, la
caricia furtiva y el secreto al oído.
Maldigo a las lapas que se aferran a la peña de la
realidad y que están al tanto y canto de disparates
políticos y de los rumores del señor encopetado y
su señora.
Julio der Nasca 31
Mujer de arena
Eres momia mujer enjuta, de arena
Delgada como pluma sin hebras
Mínima como gránulo
Seca como playa salada
Eres inerte mujer de arena que cuentas el tiempo
dentro del cristal egipcio,
O en el deliquio de los bosques
O en el desgano de los hambrientos
Y en los sedientos afligidos.
Desiertos son tus labios y tu sexo,
Tus desabotargados senos y tu fútil cabeza.
De arena tus manos,
Un terrón tu ombligo,
No tienes vientre, puesto que son tus vísceras
una acumulación de granos secos olorosos a purulento
mar.
El mar y el viento te relatan:
Te hacen playa donde dibujar arcoíris imposibles
Te hacen dunas, dibujando serpientes danzarinas bajo
el sol ingrávido.
Son tus hijos la acritud y el tiempo hirviente
Y tus piernas son montículos de tierra infértil.
Templos donde hórridas matanzas consumaron: tus ojos.
Y tus lágrimas que se evaporan antes de salir: nada
dicen, nada cantan
Dándote a ti, mujer de arena asordinada voz.
Julio der Nasca 33
Y yo no quiero matar
¿Qué será?
¿Salvación o condena?
Capturar y liberar:
DeElla Vu
“Dejando arena en el silencio”
Y habita,
esta mudez que te intuye!
Palabras Ultravioletas
“Here comes the sun”
The Beatles
La noche
ya cansada
bosteza en el pico del gallo.
El sol se despereza.
Las flores secan sus lágrimas.
Los árboles se arrodillan.
La luz sonríe
de oreja a oreja
vistiendo sus colores.
En los jardines
la flor celeste
vigila su harén.
Beso Negro
A Maldo
Penetrar la noche,
esa colmena que destila
polvo de estrellas
entre los astros gemelos.
Auto-retratos
Están aquí.
Monólogos de carne y hueso
durmiendo en las entrañas de los puentes,
bajo la tentación de una ventana abierta,
como Budas en las esquinas con sus palmas
interrogantes.
Adanes que inventan Evas de sus costillas.
Arribados por el náufrago tiempo.
Viento brújula.
Aferrados a la muerte con una soga.
Están aquí.
Miradas que proyectan sombras.
Volcanes en las venas.
Dedos garfios.
Hígado reciclado.
A cuestas tanque de oxígeno-sacol.
Estamos aquí,
bajo la mirada inquisitiva
de los ojos de las esquinas.
38 Lapsus. Ebrios de existencia.
Infantofagia
II
Al tiempo le reclamo
en el retrato,
a la arena.
III
y su vaho
de oponerse a la gravedad
Memories of a Geisha
“…miró hacia atrás,
y se quedó convertida en estatua de sal”
Génesis 19:26
Ahora,
Ahora,
te has convertido
Ahora,
mis lunas,
Ahora,
yo,
luna de sal.
Diego Despreciado 41
Nigroamante
y de la resonancia
(sonrisa de Berenice)
Soy la roca
Thunbergia Alata
Margarita
A Malcolm Lowry, poeta de bebecera
Te conozco de antes,
etílica flor.
Esta noche
escaldas el recuerdo
caricia tras caricia,
tiniebla tras tiniebla,
amarga Rita,
sin dejarme siquiera,
la certeza de tu nombre.
44 Lapsus. Ebrios de existencia.
Demiurgo
Rescatándote
de ese agujero negro que es la ausencia
taladro las noches con tu nombre,
y en el sueño,
tejiendo retazos de tu recuerdo,
confecciono
con la complicidad del deseo
un mundo contigo.
Aurumn
A Laura Victoria
Tinta
A Lucía Estrada
Nocturno
Helesponto
A Víctor, el oscuro
Ante la mar
verdinegra
en pálidos corales
la lucha
divisa
desde el Olimpo
lejano
alado
el Numen
desciende
instando la calma
entre bestias y
hombres guerreros,
que son
uno mismo.
Cerca de Ítaca
Ulises certero
advierte
a la bestia
en camino
que huyendo
del eterno
herida
naufraga dejando
rojizo rocío
por la aguamarina
senda,
desliza sus barcos
tigres imitan
su rugir
y su llanto
advirtiólo
la bestia
su Ítaca en
peligro se
halla.
48 Lapsus. Ebrios de existencia.
El miedo callado
“A solas y en silencio
Conservo esta penuria
de no ser la leyenda que me sigue,
y no saber si soy
el que ha inventado el día de su muerte”.
Quessep. Antifaz.
Pequeña muerte
Palideces. Arqueados los hombros,
los párpados,
refuzas en lenguas divinas,
temiendo que los iris incoloros
se desorbiten y los cabellos
en disturbios se humedezcan
como todo tu cuerpo.
Descrees del mundo, regañando a Dios
y tus viles deseos se consumen
entre pasajes de asco y lujuria.
La rigidez gobierna cada hilo
de tu alma.
Sin comprender si han de ser ruidos
de antiguos esclavos o de guerreros
que antaño luchaban defendiéndose.
Estás atada a tu placidez
lloras con visos de remordimientos
en fuga toda calma, en vilo la nada…
Vuelcos erectos entre tu faz y tus dedos
Muerta, sedienta
de un no sé qué
que la vida te negó
sordamente la paz que no te brindo
podrás escucharla
en el vacío, en una soledad
que no te pertenece, porque
nunca callas.
Sentirme vivo, conmigo, sin vos.
Sentirte brisa, fríamente,
briosa brisa en bosque de bruma.
Pedro Absconditus 53
Versar el esbozo
A Arturo Hincapié
Retiñe el viejo con su lápiz, aquella
mujer que posa sin saberlo, de una obra
que no es más que el boceto de otros
trazos, desta realidad inolvidable ahora,
mañana como ayer, esto es el tiempo,
esa mujer será vista en lugar vacuo, ido.
Muévense los trazos sin sentido, dame la
espalda en la disputa dicho viejo, niégase
a creer en estos versos, instante que es
el arte, niégase a ahondar la mirada destos
ojos agudos que son mis versos.
II
¿Qué dicen las huellas?
¿Qué las mentiras?
¿Qué las siluetas que viejo pintor nunca hizo?
Queda su silencio,
Sus trazos ocultos
Su llanto ha partido
Cansada la mirada, ya no ve hombres
Tan solo su esbozo.
Teme pintarse
verse
no verse
reconocerse
conocerse
volverse unos trazos
ser ajeno…
¿Qué sueña un poeta sino en lo creado?
Falsos mares, eternos dioses.
No creo en un hombre
que no pueda soportar su soledad
“No todo es tuyo olvido, algo nos queda”.
Quessep. Alguien se salva por escuchar al ruiseñor.
A papá
El hombre es esa máscara
que se afirma en el instante
que se niega al olvido
sin tener la receta del recuerdo.
Solo
buscaba esos rastros de oscuridad
que natura tras el anochecer arroja
con gravedad al abismo
Solo
pensaba en la misma muerte
tan igual
que años ha frecuentaba
era la misma muerte
tan diferente siempre, pensó.
Descubrir
Descubrir entre la muchedumbre que se es hombre
descubrir en uno mismo, la simple nimiedad
de que el universo no está en ninguna parte,
que el mísero instante que se tiene basta,
para no querer ser más, para preferir la muerte
digna que es la vida.
Sí. Porque somos una larga lucha contra la
inmarcesible muerte. La vida si es algo
es por la muerte, sin ella sería otra cosa, otra
nada,
otro silencio.
Y morirme en el instante en que habitas mis
entrañas.
Dejar de ser dos para asumir todos los demonios.
Tras la ventana el cielo ensangrentado
como presagio de una noche derramada
nefasta para los dioses inmortales del Olimpo
que llegarán a sentirse poca cosa a nuestro lado.
Lejos de lo mortal la tierra que pisamos se
estremece
y aleja de las leyes naturales, de Anagke misma.
Te cabalgo y dirijo
por sendas inhóspitas de placer
o dolor, al no reconocer su
diferencia, cuando casi el alma
ya fuese con el cuerpo
Menos que una idea.
60 Lapsus. Ebrios de existencia.
Y el hombre se repite
¡Oh melancólica sorpresa!
Divaga, sueña, piensa que piensa
solo se repite:
que un hombre no es el mismo
que el fallar de uno no es de todos
mas me persigo mientras más me bifurco
Repito, insensato, el mismo son de antaño
creyendo que no me vieron
más no volví, porque no estoy
solo regreso en el recuerdo
que partirá mañana yo ignorándolo.
Me desconozco. Retiño pinceladas de un nombre
que no puede ser el mío:
Niégame aquel que me defina
soy tantos
los pasos que nunca di
como amores furtivos
amores de mirada.
¡Cuánto no ama la mirada!
La fragilidad de su tacto, su desinterés
su atención proscrita.
Pero no dejo de repetirme.
Un hombre ha pensado el universo en un segundo
empero, el silencio vence a cualquier entelequia
Una caja de licor
sume en el terrible pathos de ser esto:
átomo vociferante iridiscente
hiriente fiera
padece de pasión por no sentir su sexo
el parto bestial que retumbante tiñe de colores
Es la angustia, el eco que regresa
¡Cicatrizante esquirla!
Agudo resonar de esbozos tristes
Taciturno rasguño plasmando el presto ahora
¡Esto me das, oh vida mía, eco punzante!
62 Lapsus. Ebrios de existencia.
Taciturno
Buscarme
ver sus rostros
no verme
Silencios gastados
miradas las negadas
soplos de existencia
en que se pierden
en que me voy
en que me disuelvo
Adentro nada, un yo
un reniego
la bolsa cruzada
la flauta que sale
un hombre sin voz (sin vos ¿dónde estás?)
melodía carente
ojos hirientes
se van, todos se van
porque mirarlos es nombrar que son
que lo hicieron
sus culpas se llevan, los hechos se olvidan
¡Basta flautista!
Solo basura, rastros idos
del pasado, de ayeres
Ni siquiera el recuerdo de ser un Poeta
solo versos
solo papel
solo un Poeta.
Maldo 63
El Lectofílico
El lectofílico tiene la tendencia de copular con
los muertos, siempre y cuando la descomposición lo
lleve al paroxismo, al espasmo saturnal del espíritu.
Los libros que más lo excitan, como la mirada de
una ramera en la penumbra de su habitación, han de
ser libros viejos, con arrugas en sus páginas, sin
pulcritud, con el lomo lleno de gusanos purulentos.
A veces, encuentra los tratados de teología y
profiere palabras santas que eyaculan imprecaciones,
apostasías, animadversiones; pero con los siglos ha
aprendido algo de ellos: que sus páginas sombrías
son cementerios que albergan los huesos de un dios
saboreado por las larvas-conciencias, por las moscas-
morales, por la peste-sacramental. En un arranque de
locura, comienza a drenar las entrañas. El espacio
se ve penetrado por la mortecina, la savia, los
órganos triturados que apagan su garganta de sed,
de sales de fe-calidades. Cuanto más lee, su miembro
hermafrodita se transforma, se endurece, se humedece,
se dilata y se contrae. Al final, el retorcimiento de
los músculos y del espíritu lo dejan inmóvil como un
moribundo, mientras la densa nube seminal cubre los
cuerpos celestes que vomitan las horas.
II
Tragedia, sombra del silencio,
Dolor sin límite de una caricia lejana,
Veo los
Siglos ahorcados con las vísceras de la Iglesia,
Agujas de auroras y atardeceres que tejen
En mis ojos de arena la luz de la eternidad.
64 Lapsus. Ebrios de existencia.
III
A Laura Vanessa Osorio
IV
He tocado el silencio
con trozos afilados de cristales crepusculares,
Aurora con sus gritos pulverizados,
Pulsaciones que flotan en las vértebras
De las miradas,
Cielo que se esparce por los rincones
Orgánicos,
Lluvia de círculos lunares, de rostros incendiados
Que se hunden en el manto de las sombras y de los
efluvios espirituales.
Maldo 65
V
El hombre es una gota de universo que contiene
todos los universos.
LA ODISEA
Al envolver la noche lenta de ojos de argento,
el cielo escarlata, las vinosas olas del ponto,
los dioses Olímpicos y los mortales que naufragan,
el divino Ulises de espléndida cabellera
a sus compañeros persuadió que las naves arribaran.
Los hermosos y escabrosos jardines de Poseidón,
Ayudaron a arrastrar los navíos a la playa.
Azotaba el Bóreas las velas y sus almas
Cuando desembarcaron en medio de la bruma.
Ulises descendió con presteza y, vuelto a sus hombres,
Les dijo: ”Amigos, traigan las cráteras llenas de
vino,
haremos una expedición en esta tierra ignota.”
Tal diciendo primero marchó, le siguieron los otros
Con raciones, vino y teas encendidas, que las divinas
huellas iluminaban el camino de negros auspicios.
66 Lapsus. Ebrios de existencia.
Amores en rojo
su misterio,
una y otra vez nos abrazamos,
Jaime Orrego
Victor Arley Obando A. 71
Tercera regeneración:
El esqueleto del sol lo he enterrado en mi sombra
de carroñero. Como mártir sin pulmones, sin cráneo,
con la masa cerebral afuera, de puercos erectos que
regurgitan a Jesús, coso mis nervios. La máquina
formaba sus rieles enflaquecidos suturando las
orejas de los gatos. Después, las enlazaba todas
con los brazos que reposan encima de la cama. Ella
no descansa hasta que los pellejos que me cuelgan
del hombro enmohecido se lo ordenen. Su lengua
horadada echa un humo que va descuartizando las
flores solitarias-- encendidas en las arenas del
cielo. Ahora me arde el ojo derecho que está en
el único pezón estratificado. Veo crustáceos en
determinados ángulos obtusos del cuadro. Más allá,
hay un cuarto oscuro. Cuerpos desordenados salen.
Todas las líneas horizontales se entrechocan.
74 Lapsus. Ebrios de existencia.
EL JUEGO
Para diego.
Realmente, cuando uno rehúye el combate
No es derrotado en él.
Pero moralmente es derrotado.
Porque no se ha batido.
El banquero anarquista, Pessoa.
Vamos a Urano
Hombre- Quiero devorarte, arrancarte la lengua y
comérmela cruda, sacarte los dientes como a Berenice y
luego soltarme de hilos, desplazarme levitando hasta
Plutón ¿ves ese sol? No es tuyo, me arde la piel cuando
te huelo, me hierve este corazón vaciado de sentido,
se me caen las uñas por las ganas de hundírtelas en el
pecho. Mujer, quiero comerte, saciarme, hacer de tu
polvo una montaña de desperdicios, quiero deshacerte,
hacer contigo lo mismo que la modernidad conmigo
¿suena terrible? (mira el cielo) ¿Dónde están amigos
míos? Tios, maestros, abuelos, los llamo, vengan
a contarme esa historia que huele a nostalgia y
desastre. ¿Dónde está el hombre? Lloro, chillo, me
hundo en el sin nombre, quisiera aniquilarme para
poder hallarme en un pozo inundado por plasma y
ambrosía; ven conmigo, mujer, prometo arrancarte
los ojos para evitarte el pánico de verme mientras
te penetro, vámonos nadando al urano de hershel a
decirle que no traiga a Cronos, vamos a huelernos
todo el helio de su atmósfera, para desvanecernos
por fín.
Mujer- ¡Qué propuesta me haces, animal-erecto! ¿Por
qué no aprendes a sentarte? Eso de alzar los brazos
es excitante ¿crees que me das miedo? Podrás perderte
en mi vulva y aun así ¿quieres quitarme los ojos?
Solo podré verte con desprecio, pobre hombrecillo de
cromañón con ínfulas de Carlomagno desvencijado… Si
hemos de irnos, perdámonos en el océano, prométeme
Julio der Nasca 81
Animalaria
Ocaso,
¿Una flor no se regocija ante una mirada?
Una mirada en silencio busca refugio en el eterno
lazo iracundo del amor, se acerca furtiva, mira
lánguida como la víctima de un cuchillazo, se inclina
sumisa como una cicatriz ante la angustia. Una planta
pegajosa se desliza hacia el cielo indefectible que
el odio cubre de neblinosa oquedad; un nimbo pasa y
se esparce, vuelve a ser nada o nimbo explayado; el
parásito trepa como cólera intempestiva, busca en la
copa reinar perversamente.
El mandril huraño se vuelve contra el arborence
y escupe una llaga flemática florecida de golpes
vespertinos, continúa su observación instintiva
sobre las cortezas duras, los caparazones, los
tallos, las perfumadas y aromáticas plantas, los
corroñosos y parasitarios troncos pútridos; se
sostiene sobre una ceiba colosal, más feroz que
león temeroso, exponiendo su maravillosa nariz
rojiza como su trasero, exhibiendo los colmillos en
una mueca que llega a la carcajada, llevando hacia
atrás los labios para que salgan las encías con sus
desgarradoras fauces. Un zagal cruza distraído y
lo sorprende el macho con gran destreza, alargando
oblicuamente el brazo pardo, revelando los vestigios
de la última contienda, el zagal que es ágil se
sorprende y vencido alza la cabeza. El macho lo golpea
vociferando furioso, el joven reculando obedece y se
suspende de un vejuco apacible, emitiendo sonidos
que irritan a los demás miembros de la manada; cual
mono aullador comienza a bramar medroso, el macho lo
ignora, esquiva su torpe y sumisa mirada. Una hembra
no logra apaciguarlo, con la mirada, el zagal delata
una separación de su familia.
Aunque el macho se muestra insociable y furibundo
domina a todos con su magna figura, con su trasero rojo
muestra madurez y vigor. Luego de la intimidación, el
macho dirige su mirada acezante hacia otro trasero,
vocalizando una tonada enfermiza y vetusta:
uu uu uu aaa ii uu uu aa
aauuu auuuuuu hehheh
ua ua heheuu uu uu aa.
Julio der Nasca 85
La presa
Los duikers se encuentran tragando frutos que caen
del árbol, la piltrafa de los dioses, carroña
para estos débiles animales vertebrados, dotados
de ojos esféricos, oscuros, que logran una visión
cercana a los 360 0 y que los hace hermosos. Quizá el
oxímoron: sol negro, debe corresponder a la belleza
de estos ojos que al final son puertas protectoras
de la glándula del olor, olor que se disipa con
el pánico y se espesa en el cortejo. Su cara larga
termina en punta. En la punta de dos cachos, cuernos
pequeños que servirán para defenderse inútilmente
como el pico para el colibrí.
Un pequeño duiker se acerca a la maleza, todavía
puede oler el olor de su padre, tan seguro que le
confía la lejanía. Roe una corteza, husmea un poco
entre las ramas, actúa mecánicamente, de pronto,
alza la cabeza estirándola como tortuga y mueve
sus orejas ovales con rapidez demente; su padre
parecerá conmovido con el pequeño, en respuesta
sólo se dejará abandonar por un trote lento con
curiosidad de gato, mascará una fruta de fibra
algodonosa, con semillas del árbol sagrado, bajará
la cabeza de cuello largo que no podría meter en
caparazón, puesto que en vez de caparazón tiene un
almohadón nervudo, de carne. Se zampará el fruto,
el fruto soporífero que en un descuido mortal le
cobrará la vida de su pequeño.
Se escucha la alarma, poco a poco la estridencia, los
graznidos se despliegan, dejan al cielo desmembrado
en la ruindad, el eco retumba en los arbustos, la
maleza se estremece, se arruga y luego surgen los
aullidos, los rugidos que permanecían en pétreo
silencio y que ahora se arrojan venciéndolo;
Hu huuuu ahhh hahaha
Huu huu haha aha uuuu
Auuu auuu hhaha au auuu.
Julio der Nasca 87
La presa
¿Acaso una flor llora en el ocaso?
“ÁNGEL O DEMO”
Autor: Bernardo Ángel Saldarriaga
AÑO 1990
’
Bernardo Angel Saldarriaga 91
MUJER: ¿Y el teatro?
VOZ 1: ¡Mátalo!
’
Bernardo Angel Saldarriaga 105
VOZ 2: ¡Entiérralo!
VOZ 1: ¡Revívelo!
VOZ 2: ¡Consíguelo!
VOZ 1: ¡Afílalo!
VOZ 2: ¡Afílialo!
FIN
106 Lapsus. Ebrios de existencia.
4. La negrita es mía. Es curioso ver este único pasaje en este libro A, en donde se atreve a
especular que puedan ser no ciertos principios y causas, sino que th\n prw/thn a)iti/a se hallan
en singular, y están adelantándose al libro L, a una única causa y principio. Y me atrevería a
sospechar de que este pasaje entre paréntesis pueda ser un anexo posterior, puesto que este
texto está apenas formulándose lógicamente que la sabiduría al explicar el porqué, o sea, las
causas, accede epistémicamente a la verdad; más aún hay una búsqueda.
108 Lapsus. Ebrios de existencia.
que la entidad inmóvil como “e)nde/xetai ga\r to\ duna\mei o)/n mh\ ei)=nai.
dei= a)/ra ei)=nai a)rxh\n toiau/thn h\=j h( ou)si/a e)ne/rgeia [es posible que
lo que éste en potencia no-sea10. Por consiguiente, ha de haber un principio
tal que su entidad sea acto]” (1071b 19-20). Una entidad en acto, debe ser
inmaterial, puesto que lo eterno es inmaterial. Que se excluya la potencialidad
en la entidad inmóvil, y se enuncie ella como acto puro, conlleva a que
pensemos que entonces el tipo de cambio o movimiento que ella ejerce sobre
todo lo demás no está mediado como una relación causa-efecto, pero es todo
lo contario; porque al ser la causa primera y suprema, que no posee efecto
físico y palpable, lo que ejerce es un efecto natural y divino, espontáneo. Pues
para Aristóteles, el mundo no se crea desde la potencia sino desde el acto,
como lo son semilla y semen.
La pregunta más importante de toda la filosofía primera se encuentra
formulada en este libro entre paréntesis: (ei)=ta poi/a prw/th; diafe/rei ga\r a)
mh/xanon o(/son) [¿Y cuál es la verdadera naturaleza del primer <movimiento>?;
Esto en efecto tiene una importancia enorme] 1071b 36-37). Y no se habla
aquí de la clase de movimiento en cuanto al modo, puesto que al observar su
teoría cosmológica, sabemos que la circularidad es la metáfora y forma real
de la eternidad. Él dice que “e)/sti ti o(\u kinou/menon kinei=, a)i/dion kai\
ou)si/a kai\ e)ne/ergeia ou)=sa. kinei= de\ w\=de to\ o/rekto\n kai\ to\
nohto/n: kinei= ou=kinou/mena” [hay ciertamente algo que mueve sin estar
en movimiento y que es eterno, entidad y acto. Ahora bien, de este modo
mueven lo deseable y lo inteligible, que mueven sin moverse (Trad. T. Calvo)]
(1072a 25-27). De esta manera, si queremos entender el tipo de movimiento
creador del primer principio, este debe ser o estar en referencia a un “h(
tou= o/(ntoj ki/nhsij” [movimiento ontológico]. Pues las referencias analógicas
que de él se hacen, simbolizan que no se trata de un cambio sensible sino
de uno inteligible o esencial, dado en el ente. Las analogías por él usadas
son referidas tanto a lo divino como a lo humano, por ejemplo, lo deseable
dicho en dos sentidos: primero al apetito, puesto que el sentir hambre, sueño,
placer, no es algo que se manifieste físicamente y perceptible a los ojos de
cualquiera; y segundo, en cuanto a que la disposición en que se encuentra
la causa primera, que él define como “e/pei\ kai\ h(donh\ h( e)ne/rgeia tou/
tou” [su actividad es placer] (1072b.16). Es así como Aristóteles es capaz de
hablarnos de algo divino e inefable, siempre comparándolo a lo humano, con
la realidad. Pues curiosamente su gran respuesta a la sabiduría, es algo tan
alejado de la realidad que quiere fundamentar, que le resulta indefinible, más
10. Esto solo puede entenderse, si se recuerda que Aristóteles considera haber superado a
Parménides, al refutar que del no-ser si puede aparecer el ser. Pues de los pocos fragmentos
que se conservan de él no hay forma lógica para explicar, por ejemplo, cómo se produce el ser,
cómo nace algo; mientras que el estagirita cuando introduce la relación acto y potencia, resuelve
esto de una forma onto-lógica, pues un hombre y una mujer están en potencia de engendrar a
un niño.
Juan José Escobar 113
que por enunciados humanos. Vemos como tiene el estagirita que plantear su
causa incausada, ora como Eros (lo deseable), ora como pensamiento (noesis)
que es para Aristóteles lo más deseable, la vida contemplativa que es cuando
mayor relación hay con lo divino, pues la perfección está en el Entendimiento
(nous). Y como la razón de Dios es el Entendimiento, como acto puro y no
como potencia, esto vendría a ser el primer tratado de teología, en donde se
justifica la existencia de Dios. No obstante, es problemático para la Paideia que
se hable de un Dios en singular, pero no para la filosofía de entonces, pues él
solo siguió la tesis lógica de Meliso, discípulo de Zenón de Elea; que propuso
que lo eterno e infinito solo podía ser uno, pues de ser varios se limitarían.
Es así como no desarrollando todas las formulas del compedio de libros
de la mal llamada Metafísica, hemos encontrado una ilación lógica y evolutiva,
escalonada (si es que se permite el término) de los múltiples sentidos que
Aristóteles ensaya a dar con la auténtica ciencia de la verdad, es decir, con la
filosofía primera que dé respuesta y de cuenta de toda la realidad.
BIBLIOGRAFÍA
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Consultada el 25 de mayo de 2013. En: http://www.philosophia.cl/
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Jaeger, Werner. Aristóteles. México: FCE, 2002.
114 Lapsus. Ebrios de existencia.
EL ORIGEN DE LA COMEDIA11
Resumen
Esta ponencia pretende formular cuáles fueron las condiciones de posibilidad para la comedia
griega, de qué géneros pudo tomar elementos y cómo éstos fueron evolucionando, tanto en lo literario,
teatral y de reflexión ética: consumándose en la comedia una expresión vitalista y parresíastica, que
busca educar a los hombres.
Prologo
Conocemos la importancia que Occidente ha dado a la tragedia, mas
desconocemos que es la comedia quien retrata fielmente al hombre, en su
animalidad y cotidianidad, pues con parresía nos defiende de los sofistas e impíos,
no enseña por medio de la violencia o muerte sino con la franqueza de su risa: hay
en la comedia una filosofía de la vida, los orígenes de un estudio de los fenómenos
culturales y sociales. Es más humana la comedia que la tragedia, es existencialista,
pues no solo se ríe de otros, sino de sí misma, se reconoce en su absurda existencia,
es honesta y vulgar ya que intenta desocultar la otra verdad; es trasgresora pues
libera, mostrándonos como seres sexuales y grotescos, que buscamos el placer
¿acaso está en otro lugar la felicidad?
La comedia de Aristófanes que es el resultado de los diversos moldes literarios y
filosóficos que aquí se presenta, es crítica ante la guerra, ante el conflicto humano,
nos propone luchar –cual voluntad de poder- por la paz y el amor panhelénico.
¿Qué otra cosa buscan la filosofía (al ejercer el pensar) y la literatura (al ejercer el
imaginar y crear) sino desnudar al hombre, conocerlo, interpretarlo e interpelarlo,
juzgarlo y enseñarle: sino guiarlo por el camino oscuro de la vida? Si acaso una
filosofía de la risa, de lo cómico, no está siempre ligada a una reflexión sobre
la condición de hombres que podemos llorar y lamentarnos (cual trágica vida)
o reírnos, pararnos tras caer, alzar la mirada, creer que es posible, buscar otro
camino al errar, vencer ¿quién podría preferir una filosofía trágica que niegue la
vida?
Es necesario desridiculizar lo cómico, porque contrario a lo que pensamos, no
nos reímos gracias a ella, sino que ella se está siempre riendo de nosotros, de lo
torpes que somos. Es ineludible darle el lugar que le corresponde, pues la comedia,
que es más que nada una filosofía de la vida, donde el hombre se halla a sí mismo
en conflicto y se le manifiestan todos sus defectos, donde se le enseñe qué no está
perdido. La comedia, que es la vida misma, es una reflexión entre lo público y
privado, es el primer escenario en que se le da voz a la mujer, se la hace igual al
hombre; es el lugar para presentar los derechos y deberes del hombre donde se
afirme la vida y se exalte su humanísima condición, en la que sin dejar de saber
que todo es absurdo: prefiera la vida y no el suicidio. Ya que un hombre no debe
pensarse como un ser-para-la-muerte, sino como un ser-para-la-risa, para la vida.
DECONSTRUCCIÓN DE UN COMIENZO
12. También tenemos noticias del arte romano, en ánforas que dan cuenta de un Dios llamado
Komos, encargado de los banquetes y celebraciones.
116 Lapsus. Ebrios de existencia.
hombre iletrado y pobre-. Con sus obras hay claros desconciertos, puesto que
las dos grandes obras, Ilíada y Odisea se contraponen, a la Batracomiomaquia,
al Margites17 -también a Cercopes, atribuida por el Pseudo-Herodoto-; en tanto
que aquellas son reconocidas como el fiel retrato de un genio literario y éstas
tan solo como dos obras más que pudo escribir cualquier griego. Esta discusión
se la delegamos a la cultura oficial, pues nosotros estamos de acuerdo con el
pasaje de El Banquete de Platón: “…Sócrates les obligaba a reconocer que era
cosa del mismo hombre saber componer comedia y tragedia, y que quien con
arte es autor de tragedias lo es también de comedias” (223d 3-10). Y esto no
dista de lo que su discípulo –como mostramos anteriormente- expuso en la
Poética.
No obstante, Martin L. West, al introducir sus traducciones sobre los
diferentes libros Peri (/Omhrou hace una defensa por los primeros escritos
que escribió Homero, antes de recibir el don de las Musas. De ellos el Margites
fue el más antiguo, y según el Certamen Hom. Et Hes. “Los Colofonios […]
dicen que Homero […] comenzó su tarea poética componiendo como primer
obra el Margites” (2). Aunque hay una falsa referencia sobre esta obra, pues
el Lexicógrafo Hesiquio dice que la escribió Pigres, cosa que Suidas repite. No
obstante, ya Eustratius en su comentario a la ética aristotélica, nos cuenta que
el Margites, no solo es atribuido a Homero por Aristóteles, sino también por
Arquíloco, Cratino y Calímaco (Cf. M. L. West 2003, 243).
Para entender los fragmentos del Margites de Homero, recurrimos al
Estagirita, donde elucida el carácter de lo cómico: “Y del mismo modo que
Homero fue el poeta por excelencia en las composiciones serias […] así también
fue el primero que indicó la forma de la comedia, no solo de la dramatización
de injurias, sino a lo cómico18” (Poet. 1449a); aceptamos que sea Homero
el creador (historiográficamente) de lo cómico, entendido como aquello que
es ridículo, absurdo, inverosímil, es decir, que se sale de contexto sin perder
naturalidad (primera regla de Bergson en La risa), que es risible en esencia por
contradecir y contraponer la realidad (y lo establecido), como afirma Hegel
en sus Lecciones de Estética. Margites, según Martin L. West, significa algo
así como “Impetouos”, impulsivo (con acepciones tanto de violento como de
testarudo e idiota). Bien nos cuenta el orador Esquines en su Against Cpesiphon
(3, 160) que Demóstenes llamó Margites a Alejandro Magno.
Dichos fragmentos, no permiten establecer una idea del valor literario en
cuanto totalidad ya que esta obra se perdió, pero el contenido de ellos es
rescatable y podemos inferir del Margites el paradigma que es nuestro objeto
de estudio.
Alberto Bernabé (Fragmentos de épica arcaica, Págs. 393-397) recopiló
los pasajes donde se hace alusión a esta épica perdida, tratando de describir
17. Alfonso Reyes en La crítica en la edad ateniense comparte igualmente que el Margites es
de Homero (1997 257-258).
18. “prw=toj u(pe/deicen ou/ yo/gon a)lla\ to\ geloi=on dramato poih/saj” [gr. to\
ge=loion - trad. Cómico, caricaturesco o absurdo].
Juan José Escobar 119
a este inusual personaje. El Fr. 2A nos dice que “Fracasaba en toda clase de
trabajo”, el Fr. 3 que “Conocía muchas tareas, pero que todas las conocía mal”,
el Fr. 4A lo define: “Margites: el insensato (idiota) [mwro/j], de margaínein,
esto es, ser un necio”, hilarante el Fr. 4C nos cuenta “que ignoraba al casarse
qué debía hacer con su mujer”, a lo cual el Fr. 4D complementa: “Su esposa lo
persuadió diciéndole que la había mordido un escorpión y debía curarse con
la fecundación” y concluimos con el Fr. 6 porque “Muchas veces sobrevienen
fracasos y habría que vivir aunque fuera totalmente como el Margites de
Homero, que por nada sufría porque de nada se enteraba”. También Luis
Segalá nos cuenta que a Margites (Fr. 3) “Los dioses no le hicieron cavador,
ni labrador, ni hábil en ninguna otra cosa: carecía de toda arte” (Himnos
129). Estas narraciones sobre un necio, hayan su opuesto en todos los héroes
épicos, cual hermosos, ingeniosos y guerreros; este héroe cómico, como bien
acuña Adrados (o antihéroe, como lo llamaríamos ahora) es como el payaso
contemporáneo, pues no se ríen por su gracia sino por su torpeza, no por su
ingenio sino por lo ingenuo. Claro es aquí que lo cómico, es una contradicción
a los arquetipos del Héroe.
Algunas noticias tenemos del Cércopes. Se entiende por este término
según la tradición, unos enanos traviesos (maliciosos) con que se encontró
en su leyenda Heracles19. Así mismo, quiere decir éste: hombres-mono (man-
monkey según Lidell Scott, ya que Kérkos, quiere decir en gr. cola), así como
bribones y bellacos. Algunas citas se refieren a ellos, Harpocration cuenta que
en esta obra atribuida a Homero, los cercopes eran mentirosos y engañadores;
mientras que Suidas afirma que éstos fueron: tramposos, embaucadores,
traviesos y maliciosos; que solían viajar mucho en el extranjero y engañar
(estafar o burlar) siempre a las personas que iban caminando (Cf. M. L. West
2003, 252-255).
También Alberto Bernabé, ha coleccionado algunos pasajes sobre esta
epopeya burlesca perdida, citando a Suda (Fr. 1B):
"Cércopes. Eran dos hermanos que vivían sobre la tierra, haciendo alarde
de toda clase de injusticia. Se llamaban Cércopes, apodados así por la maldad
de sus acciones. […] Su madre Memnónide, al ver estas cosas dijo que no se
encontraran con el culonegro, esto es, con Heracles. Estos Cércopes eran hijos
de Teya y Océano. Dicen que se convirtieron en piedra por haber intentado
engañar a Zeus" (1979, 316-317).
Vemos como Homero es, pues, escritor de comedia y épica
(que sería después tragedia, según el estagirita) y cómo nos ofrece
argumentos dramáticos de lo cotidiano, de un hombre cualquiera
–elemento muy propio de Aristófanes- que siguiendo lo que Aristóteles dice
sobre la catarsis: puede hallarse que hay mucho más pathos y cercanía con el
público en una comedia que en una tragedia, siendo esta más humana, menos
mítica y heroica, más del pueblo y menos de la imaginación.
19. Cf. Plutarco en Cómo distinguir a un adulador cuenta que: “También Heracles se deleitaba
con ciertos Cércopes, y Dionisos con los Silenos…” (60c).
120 Lapsus. Ebrios de existencia.
27. Y señala García Gual que después de Hesíodo, “También Arquíloco, Estesícoro y Semónides
aluden a algunas fábulas con anterioridad a Esopo” (1985, 19), aunque de ellas queden solo
fragmentos; y si se observa bien la “fábula” que narra Hesíodo, aun no posee conclusión (al
igual que las de los líricos), cuestión elemental de las fábulas esópicas.
28. Dice Aristóteles en la Retórica: “Hablemos en primer lugar del ejemplo, porque es similar a
la inducción, y ésta es un principio de razonamiento. Hay dos tipos de ejemplos, ya que junto al
primer tipo, se refiere a hechos ocurridos anteriormente. Hay otro que consiste en inventárselos
uno mismo. Y dentro de este último tipo hay, por un lado, el paralelo, y por el otro, las fábulas,
como las esópicas o las libias” (1393a 26-31)
124 Lapsus. Ebrios de existencia.
es decir, dota de razón a la fábula, que no quiso ser más que una narración
corta, de carácter ficcional, breve y ética (didáctica). Noticias de Esopo
tenemos por Heródoto (II, 134) ya en el siglo V a.C, más no es de descartar
que la tradición fabulista sea anterior.
Para Adrados “Se trata de una contra partida popular del mito, de
carácter crítico y satírico” (2000, 1153) como ya dijimos, una forma racional
de moralizar y de instrucción pedagógica. Del origen de la fábula sabemos
“que, de una parte, está enlazada con el yambo y las fiestas populares en
que éste nació, y, de otra, absorbió elementos orientales” (Ibíd, 1154). Fue
Lessing quien primero habló de la función social de las fábulas, pero ¿acaso
no fue esta la intencionalidad de Esopo al hacerlas? El mismo Platón nos
cuenta que Sócrates en la cárcel se decidió poner en verso algunas fábulas
esópicas, no por ser grandes narraciones por cierto, sino porque el problema
de la areté está evidentemente fundando allí. Y recordando que la palabra
anér significa tanto hombre como animal (masculino), nos preguntamos
éticamente si en las fábulas lo que se da es una personificación de animales,
o es la representación del hombre en su estado más natural. Puesto que si
por medio de animales, Esopo o Fedro o Babrio, nos quieren mostrar cómo
debemos comportarnos o qué puede ocurrirnos si hacemos el mal o qué
pasa al perro si desobedece ¿lo que nos están diciendo no será que si hasta
los animales pueden aprenderlo por qué no nosotros? ¿Al humanizar a un
animal no se está denunciando la animalidad del hombre, su enfermedad
“racional”, su absurda existencia inmoral? ¿Dotar de Lógos a un animal,
no es cuestionar por qué el hombre no se concientiza de sí mismo y de su
saber? García Gual al referirse a este absurdo apunta: “De ahí el <<realismo
irónico>> del género, que acude a la ficción falsa (pseúdos) para descubrir
la verdad (alétheia). <<El mundo es así>> quiere decir el fabulista; tan
bestial y pragmático como el reflejado en estas increíbles imágenes” (1985,
11).
Siguiendo al traductor Español, hay en la fábula una lógica mecánica,
es decir, toda fábula (como ya dijimos) es la representación de una acción,
una sola escena vemos siempre, en donde, primero se presenta un conflicto,
luego un animal debe tomar decisiones y actuar, y bajo ese actuar se evalúa
su conducta: hay drama y se concluye con una reflexión moral, “calificada
así de inteligente o necia” (1985, 14). La necedad debe entenderse como el
juego que se da en la vida, no solo tiene posibilidad de ganar el más fuerte o
inteligente, sino el más astuto, se pueden invertir los valores, vencer el más
débil o más tonto, para dar reflexiones éticas (esto lo aprende Aristófanes,
al no ubicar como héroes cómicos a personajes sabios o fortachones, sino
que pone al choricero, al porquerizo, a un padre que no sabe cómo salir de
deudas, en donde ellos desde su ignorancia de conceptos pero sabiduría en
la vida cotidiana, poseen una astucia natural); esta necedad es la causa de
la risa ora en las fábulas, ora con los yambos, o ya con la comedia que es
género por excelencia del humor.
Juan José Escobar 125
Los mimos datan del siglo V a.C., mas no dudamos que puedan ser
anteriores, incluso del tiempo de la épica, pues la improvisación ha estado a
la par del uso de la memoria y las rapsodias ora de Prometeo ora de Heracles,
por ejemplo; incluso se piensa que Homero imita la tradición que le antecede;
y no es desconocido que Homero, El poeta, ejerce una imitación mixta según
Platón (República) entre la mímesis y la narración. Por otra parte, se especula
que muchos de los títulos que se conserva de las obras de Epicarmo, son
mimos. Pues según Aristóteles, hablando de la tragedia dice: “Esta comenzó
ciertamente mediante improvisaciones [au)tosxediastikh=j]29, como
también la comedia” (Poet 1449a.9-10).
Demetrio dirá que “las gracias dependen del lenguaje” y que una forma de
obtenerlas “es con el uso de un proverbio”, ya que es natural que un proverbio
sea un tema gracioso. “Sofrón por ejemplo, dice: […] <<pintó al león a
partir de la garra; pulió un cucharón; peló un comino>> […] Emplea dos
o tres proverbios sucesivamente para que se multipliquen los encantos de su
estilo. En efecto, casi todos los proverbios se pueden escoger de las obras de
Sofrón” (Sobre el estilo 156). Bien vemos que en la mimografía se juega con
el lenguaje y la multiplicidad de adjetivos, hay burla de los grandes temas al
tratar objetos banales, sus meros nombres ya expresan esto: La hechicera, El
borracho, Lamento por un gallo, La adúltera, estos de Sofrón o Anónimos;
La alcahueta, El amo de putas, El zapatero, La celosa, Las mujeres tomando
desayuno, de Herodas. Sus títulos son muy sugestivos, se continúa el ataque a
la mujer, el uso de animales y elementos vulgares como pedos y más elementos
escatológicos.
Lo que la comedia aprende de la mimografía es la minucia de lo cotidiano,
la facultad de desarrollar una idea y explotarla ya para la ridiculización y el
absurdo, ya para hacer énfasis en una denuncia.
Medellín, 1 de mayo de 2013
29. Este término según el Lidell Scott, viene del verbo au)tosxedia/zw, literalmente: actuar,
improvisar, experimentar o ya según el Dic. Vox: preparar apresuradamente, juzgar o hablar a
la ligera o a ciegas (p.97).
Juan José Escobar 127
BIBLIOGRAFÍA
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128 Lapsus. Ebrios de existencia.
Hablemos ahora sobre la antigua comedia ática, sus tres etapas y analicemos
a Aristófanes, siendo éste, el heredero de la tradición de los yambógrafos y
mayor exponente en la Grecia clásica del género cómico.
de la ideas que está “sobre” nosotros, fuera de este mundo. Sofística en cuanto a la parodia del
ser y no ser, de los filósofos primitivos.
39. Juez del ágora; El de la ciudad justa; Odiador de Cleón; Seguidor de Cleón; de nombre
Cleón; Ladrón de lo sagrado; Buena-esperanza; Fiel amigo; La pacífica; El bueno; El que tira
bien; El práctico del ágora; Riqueza; El que observa el pueblo.
Juan José Escobar 133
los males y vicios que se están tomando al Ática. En Las nubes, su obra más
paródica, los alumnos de Sócrates son gran fuente de absurdos; cuando entra
Estrepsíades a la escuela, se encuentra con que los alumnos tenían la cabeza
metida en la tierra, esperando extraer la sabiduría; Sócrates estaba montado en
un columpio, porque es arriba donde están las ideas; Luego éste hace desnudar
a Estrepsíades (no sabemos por qué), suponemos que está evidenciando cierta
homosexualidad de Sócrates, pues sabemos que éste hacía que sus alumnos se
enamorasen de él; Mas adelante es convencido por Sócrates de que no existen
los dioses Olímpicos, sino tan solo las nubes, quienes hacen llover y tronar. En La
paz, es muy gracioso que el escarabajo que come bolas de mierda, que vuela y
lleva a Pistétero al Olimpo, (pues piensa rescatar La paz) donde curiosamente solo
está Hermes (del que dice es también el dios de los ladrones por su etimología) a
quien convence con dinero de ayudarlo. Y luego tras encontrar a La paz en una
cueva, absurdamente hace que salgan muchos actores del público a ayudarlo a
cavar y a traerla de vuelta a la ciudad. Lo escatológico es otro elemento risible de
la comedia y en general de La Risa; pues siendo tan natural, es algo privado, pues
nos avergüenza: es en la intimidad en donde esta se manifiesta sin pudor alguno.
Pero representarla en público, sería además de reafirmarnos como hombres,
reconocernos como animales. Es por esto que Aristófanes no tiene vergüenza
en desnudar al hombre, en hacerlo sentir indigestión, en hacer que eleve el dedo
corazón (símbolo grosero desde entonces), en hacer que un padre venda a
sus hijas en el mercado, disfrazándolas de cerdas para no seguir aguantando
hambre. Dice Trigeo (al público), cuando se prepara a viajar sobre el escarabajo
“Y vosotros por los que me tomo tantos trabajos, no tiréis pedos ni caguéis en
tres días; porque si este lo huele cuando esté en los aires, me tirará de cabeza y
se irá a pastar”. Luego ya volando, estando mareado, apunta (al que maneja la
grúa, fuera de escena) “Maquinista, ten cuidado, que tengo un viento que me da
retorcijones alrededor del ombligo, y si no prestas atención voy a dar de pastar
al escarabajo”. Ésta como muchas de sus comedias termina con elementos
eróticos, cantos de Himeneo (que hasta Shakespeare lo seguirá usando). En Los
Acarnienses hay varios absurdos. Uno donde un mensajero de los persas viene
a Atenas trayendo un mensaje, y Aristófanes en primera instancia lo hace hablar
una lengua que es incomprensible, y sin importarle esto al embajador41, este
hacía como si le entendiera y traducía cosas ridículas: “Dice que el rey enviará
oro”, quien más adelante será refutado por el mismo mensajero, apuntando “No
se te dará oro, jonio infame”. Cayendo en un absurdo risible, por la corrupción
que quería mostrar sobre los embajadores, a quienes se les pagaba gran salario
para visitar tierras lejanas y eran ineptos.
2012
41. Fue una costumbre que las democracias enviaran embajadores para buscar tratados de
paz; estos a su vez al lograr el cometido veían con un mensajero del pueblo enemigo para que
fuera firmado el tratado.
136 Lapsus. Ebrios de existencia.
Nada hay más universal que lo individual, pues lo que es de cada uno lo es de todos. Cada
hombre vale más que la humanidad entera. Miguel de Unamuno
Aunque estuvieran los filósofos en disposición de descubrir la verdad, ¿quién entre ellos
se interesaría en ella? Sabe cada uno que su sistema no está mejor fundado que los otros,
pero le sostiene porque es suyo. No hay uno solo que llegando a conocer lo verdadero y
lo falso, no prefiera la mentira que ha hallado a la verdad descubierta por otro. ¿Dónde
está el filósofo que no engañase de buen grado, por su gloria, al género humano?
¿Dónde el que en el secreto de su corazón se proponga otro objeto que el de distinguirse?
Con tal de elevarse por encima del vulgo, con tal de borrar el brillo de sus concurrentes,
¿qué más pide? Lo esencial es pensar de otro modo que los demás. Rousseau. Emilio
que un animal manso, como dice Nietzsche. Es una filosofía donde impera la
búsqueda por ser salvados y no ser castigados. Pessoa en tres versos describe
al hombre (un tanto religioso, un tanto filosófico):
“No es el hombre un animal
Sino carne inteligente,
Por suerte, a ratos, doliente”.
Todas las religiones son filosofías de la tragedia: quieren salvarnos, darnos
una vida después de la muerte, quieren inmortalizarnos, quieren darnos la
paz interior; cada una de ellas, es La verdad: y sin embargo, ninguna lo ha
logrado. Es este el legado de Roma, sentir pecado, llorar por no cumplir los
mandamientos, sentirnos culpables negando nuestro cuerpo, nuestro deseo,
nuestras pasiones. Nietzsche dice que sería imposible pensar a Cristo junto a
los griegos: “la Antigüedad griega –un mundo sin sentimientos de pecado-“.
Empero, vemos como también en Grecia impera el sentimiento trágico;
concebían como educativa la tragedia, veían en Edipo un héroe y en Áyax;
el dolor, el llanto, eran el espectáculo público y según dicen, una institución.
Tanto Unamuno como Nietzsche son quienes postulan que el hombre se vuelve
irracional con la religión; el primero, por el hambre de inmortalidad que la
religión infunde en él, por un mundo mejor después de la muerte que lo hace
un despreciador de este mundo. De ahí que Unamuno hable de una primera
enfermedad en el hombre, que es la vida misma: el sentimiento trágico de
la vida (o como dice Heidegger algunos años después, que seamos un ser-
para-la-muerte), aquello que debemos evitar: riéndonos, porque la vida es una
tragicomedia. El segundo denominando que las religiones hacen del pueblo
un rebaño, un sequito, una empresa, de la cual se usufructúan. ¿Vemos en
las iglesias algo diferente a máquinas, a animales? Han repetido sin cesar los
mismos versos, se enfilan, levantan y agachan cuando se los piden. ¿Y solo por
hambre de inmortalidad? dice Unamuno.
Vemos, no obstante, en Miguel Morey, aquel intelectual que se pregunta
por la religión desde otra perspectiva, quizá la reivindicándola desde este
ángulo: “El secreto de toda religión, dice en El hombre como argumento, es
la antropología en la medida en que toda religión es, como ya sabía Jenófanes,
antropomórfica –y donde antaño se decía que <<Dios creó a los hombres a
su imagen y semejanza>>, deberá afirmarse ahora, en consecuencia, que
<<los hombres crearon a los dioses a su imagen y semejanza>>. Que eso
que los hombres veneran bajo las diferentes formas religiosas no es sino su
propio interior revelado: <<La religión es la revelación solemne de los tesoros
ocultos del hombre, la confesión de sus pensamientos más íntimos…>>”
(82), es como si la religión fuera esa excusa para el hombre no tener la máscara
de la tragedia, no tener que llorar con máscara, y poder llorar por sus propios
dramas y no los universales. No tener que mirar el periódico y pensar que cada
muerte es una tragedia y por tanto merecería de mi llanto, sino que la religión
al tener un contacto tan individual, por medio de la oración, lo que vemos
es que el hombre se siente libre. Y no obstante, vemos que la religión aun
Juan José Escobar 139
hombre para pensarse sin a prioris): suspender todas aquellas verdades que se
han creído alcanzadas y volver al método que Aristóteles usó en su mal llamada
Metafísica¸ ¿recuerdan el libro V o D? ¿Aquel en que cada concepto estaba
dotado de diferentes sentidos, en donde ninguno predominaba y entre ellos
mismos tenían una relación extrínseca? La filosofía ignoró esa gran enseñanza
hasta Nietzsche, ¿qué puede simbolizar ese “diccionario” aristotélico, como
nos gusta llamarlo, sino perspectivismo? ¿Qué otra cosa necesita la Filosofía,
el Hombre, que nuevos diálogos, que reinventarse, que aprender a pensar de
nuevas maneras cada día?
¿Cómo proveer al hombre de preguntas que pueda responder? O es mejor
cuestionar, ya que partimos de la imposibilidad de conocerlo todo, sobre la
forma de ser-en-el-mundo que es menester adquirir para sobrevivir ante un
infinito de posibilidades, ante el no-saber-ser, el no entenderse, el verse ínfimo,
ignorante.
Afirma Unamuno que “La razón, lo que llamamos tal, el conocimiento
[…] que distingue al hombre, es un producto social”. Empero, hemos visto
como la tragedia no es un acontecimiento social, sino individual; es ahí de
donde debemos partir –con Bergson, quien dice que la risa siempre es social,
colectiva- para fundamental una Filosofía de la comedia, pues la risa debe ser la
posición racional por excelencia del intelectual. La risa, que es la afirmación de
la existencia, hace aparecer la falsedad pues desnuda al hombre: la carcajada
es esa relación entre el adentro y el afuera, que a su vez incomoda, es decir,
trasgrede la ocasión, la moral, las costumbres, para imponer un juego de
igualdad donde no quede más que decir la verdad; por un lado, dar lugar
al discurso parresíastico, que es ético, honesto, y por otro, es lugar para la
verdad individual, La verdad (que no existe, pero que necesitamos como
concluye Heidegger su lectura de Voluntad de poder de Nietzsche) es la suma
de las verdades de todos los hombres.
La risa como arma, como método para manifestar la inconformidad,
“la risa es esa corrección”, dice Bergson; en este camino va Nietzsche, que
gayamente argumenta:
Reírse de sí mismo como habría que reírse a fin de reírse con toda verdad:
¡los mejores no han tenido hasta ahora el suficiente sentido de la verdad para
eso, y los más dotados han tenido bien poco genio! ¡Quizá siga habiendo un
futuro también para la risa! […] Quizá para entonces la risa se haya aliada
con la sabiduría, quizá para entonces no exista otra ciencia que la <<gaya
ciencia>>. Por el momento las cosas siguen siendo totalmente distintas, por el
momento la comedia de la existencia todavía no <<se ha hecho consciente>>
de sí misma, por el momento seguimos es tanto en la época de la tragedia, en
la época de las morales y religiones…
Reírme de mí mismo, del animal que reconozco ser y del hombre que
alcanzo ser al reírme de ello. Es gaya, (no en tanto gallarda u homosexual
como han creído algunos) sino por ser combativa, intempestiva, escéptica. El
hombre como fin y como medio de la risa, “el hombre es un animal que sabe
146 Lapsus. Ebrios de existencia.
reír, pero también que hace reír” sugiere Bergson, es objeto de la burla, por
medio de ella se aprende a conocer y es sujeto de la risa, puesto que aprende
de la risa con los otros, y de los otros. La risa no se da en la individualidad,
“necesita de un eco”, “no disfrutaríamos si nos sintiéramos aislados”, se basa
en un compartir, de ahí que “tenga un significado social” y que “responda a las
exigencias de la vida”, apunta Bergson. Esta filosofía, se aleja de toda reflexión
medieval y posmoderna, en la que o todo es relativo o mi visión del mundo
es la revelación divina; Nietzsche afirma: “solo como animal social aprendió
el hombre a hacerse consciente de sí mismo”. Una filosofía en que el hombre
construya en base a su experiencia con los otros, a su relacionarse, tiene que
desencadenar otro tipo de lógica, en donde una visión individual deje de ser
importante, y la filosofía se convierta en un asunto de reflexiones plurales e
incluyentes, donde los conceptos se debatan antes de ser impuestos en los
libros, en donde los sistemas buscarán no ser las verdades innovadoras que se
leerán años después de la muerte de sus autores, sino ser hechos a la par con el
pueblo ¿para qué sino esto sirven los congresos, los seminarios, la academia?
Basta de eruditos encerrados en su ensoñación; el hombre debe dejar se estar
denominando al mundo, a sus semejantes, debe dejarse aprehender de la vida
cotidiana, que la academia no pierda rigor, pero que si pierda su autoritarismo.
He aquí la parresía en su estado vivo. La razón y la risa trabajan juntas
para entregarle las verdades al hombre. No se puede olvidar lo que nos enseñó
Camus: la ética de la risa, Sísifo sonreía cada vez que su piedra caía de nuevo,
allí se encontraba su libertad, los dioses no podían jugar más con él. Camus
dice citando a Karamazov “Todo está permitido”, más él agrega, “que todo esté
permitido no quiere decir que nada esté prohibido”, pues una actitud estética
de la existencia, con lleva a tener un éthos, no obstante, no es la moral estoica
ni cristiana, ni ninguna a la que estamos acostumbrados, es el éthos mismo de
la comedia, donde al gobernarnos a nosotros mismos, no necesitamos de leyes
sino de las que nos impone la naturaleza, que es la justicia misma. Es la filosofía
de la comedia, la única que puede estar más allá del bien y del mal; la comedia
se burla de los dioses, de las instituciones, de la filosofía misma. La comedia
es la mejor caracterización del hombre que ríe, no es inmoral ni anarquista,
es autárquico como lo fue Sócrates, y aún es capaz de morir por no infringir
la democracia ni las decisiones del pueblo. En la comedia, es el pueblo quien
tiene la palabra, basta de Edipo y de esfinges, y de tragedias donde el destino
supera a los hombres; basta de Ulises o Aquiles y epopeyas, donde solo ellos
tenían las decisiones del ejército y la gloria, cual despotismo aristocrático. Es la
comedia la mejor representación de la existencia, sin sesgos. Es la comedia la
vida misma; pensar la vida es afrontarla a la par de estar haciendo de ella algo
diferente, de ser nosotros los poseedores del devenir.
Lo que uno puede darse cuenta con el tiempo, es que se filosofa para
responder a preguntas pero siempre nacen más, no obstante, si eso antes que
divertir y dar sentido a la vida de un pensador, lo abruma: se está afirmando
la tragedia, es decir, negando la filosofía, dice Unamuno: “El filósofo filosofa
Juan José Escobar 147
para algo más que para filosofar. […] antes que filósofo es hombre, necesita
vivir para poder filosofar y de hecho filosofa para vivir. Y suele filosofar, o para
resignarse a la vida, o para buscarle alguna finalidad, o para divertirse…”.
Y cuando Unamuno habla del divertirse haciendo filosofía, lo dice
contraponiendo la seriedad existencial que muchos creen condición a priori.
La seriedad es aquella, como dijo Rousseau en el epígrafe, la causante de que
prefiramos nuestra mentira a la verdad hallada por otro. Esa seriedad que les
exige no contradecirse, no alejarse de la tradición, no refutar a sus maestros,
es la causa de que se hayan ocultado verdades, se haya cegado al hombre, se
le haya imposibilitado a vivir acorde a la naturaleza. El irónico parágrafo 327,
dice muy bien esto: “Tomarse las cosas en serio. “Esta encantadora bestia que
es el hombre pierde el buen humor, según parece, cada vez que piensa bien;
¡se pone <<seria>>! Y <<allí donde hay risa y alegría, el pensamiento no
vale nada>>: así reza el prejuicio de esta bestia seria contra toda la <<gaya
ciencia>>. ¡Ea! ¡Mostremos que es un prejuicio!”.
Termino esta argumentación, alentando a los filósofos hacia el combate, la
desnudez, la parresía, la intempestividad, todo esto resumido en un concepto
muy vital: La risa. Y con Nietzsche: “…tenemos que descubrir el héroe e
igualmente el bufón que anidan en nuestra pasión del conocimiento, ¡tenemos
que alegrarnos de vez en cuando de nuestra insensatez a fin de poder seguir
alegrándonos de nuestra sabiduría!”.
Solo nos queda por concluir este discurso, con una última reflexión. Hay
una paradoja en los últimos 60 años de la filosofía. Puesto que ha imperado un
elemento pesimista a raíz de la desmedida sin-razón del hombre. Nos inquieta
el hecho de que sea posible que coexistan el ánimo humanista como el que nos
reúne en este momento, y el ánimo pesimista (metafísico, trágico) de muchos
tantos pensadores. Éstos son dos caminos similares a la dicotomía trágica
y cómica que acabo de esbozar. Ustedes señores humanistas ¿Qué camino
seguirán?