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Teatrología: Covalencia teatral

José María Medina Báez


Facultad de Teatro UV

Un actor o una actriz, al final, son el enlace ético entre dos propuestas artísticas… Alain Badiou

Químicamente un enlace fuerte es aquel donde se comparten los electrones y forman una
comunión en sus cargas de modo tal que consiguen estructuras tan resistentes como el hierro y así
como este se expande y contrae ante el calor, las expresiones artísticas sufren cambios, se hacen,
deshacen, unen, pelean y expanden sus horizontes; evolucionan.

El teatro como fenómeno social atado a una cultura, permanece en una eterna evolución. En un
centro comercial año con año las tiendas de ropa se llenan con las últimas tendencias de las
pasarelas, a veces meses antes de que la temporada comience de forma oficial, cada una compite
para ser la primera en revolucionar la forma de vestir. Lo demás, que no está “de moda” se lleva a
las bodegas y se aparta o dona a la caridad para no ser visto hasta que la inspiración de algún
diseñador “revolucionario” lo traiga de vuelta. Naturalmente es una comparación muy vaga y
quizás me he arriesgado mucho al usarla, pero en el centro comercial de un teatro mundial veo a
las tiendas todas con un catálogo permanente de nuevas tendencias en la entrada y la bodega
abierta a público para entrar y sacar de ella lo que busque.

Siendo el hombre un ser de símbolos, no fue difícil para las practicas anteriores simbolizar ciertas
cosas en la expresión de nuestros sentimientos, cada quien puede pensar en la palabra “frijol”
pero el antecedente individual puede incluso llevarnos a un estado profundamente emocional si el
frijol ha representado una situación especial para nosotros en el pasado y de ahí viene que no
importando con cuanto cuidado la persona saque de la bodega un suéter shakespereano, no
saldrá jamás de la misma manera, cada quien pone su huella en la generación de un
acontecimiento, como dice Badiou: teatral con minúscula y Teatral con mayúscula.

Considero importante entonces más allá de una enseñanza de técnicas propias del quehacer
teatral, una enseñanza de éticas que permitan generar un compromiso tal en el estudiante actor,
director o gestor que sea para él; una búsqueda constante de la mayúscula en su vida. Perseguir al
acontecimiento de “verdadero” teatro, y esto que se haga con las interpretaciones propias de
cada individuo. Sea más poético, directo, estilo periódico reforma o con el tono que da un
comentarista del clima, cada creador dio su sello a una búsqueda de la inspiración casi cósmica, a
la unión del sentimiento con la razón para dejar salir una parte del huracán con el que se vive.

El poder de transformación que poseemos los seres humanos ha generado las diversas formas del
teatro que se observan, hasta el punto de la unión del sentir religioso con que nace. Siendo
entonces portadores de la humanidad el compromiso est/ético que propone Alcántara no debe
alejarse del pensamiento creador para generar un teatro (con mayúsculas) que cambie vidas y
mueva corazones. El sueño de un niño en la búsqueda del enlace entre el creador, lo creado y su
espectador.

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