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Vivat Academia. Revista de Comunicación.

2017, sept - dic, nº 140, 115-129


ISSN: 1575-2844 http://doi.org/10.15178/va.2017.140.115-129

Recibido: 17/02/2017 --- Aceptado: 05/05/2017 --- Publicado: 15/09/2017

EL DISCURSO SOBRE EL EMPRENDIMIENTO DE LA MUJER


DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO

The discourse on entrepreneurship of women from a gender perspective

Pilar Ortiz García1: Universidad de Murcia. España


portizg@um.es

Este trabajo es parte del proyecto: "Mujer y Emprendimiento desde una perspectiva competencial" (CSO2013 -
43667 - R), desarrollado por la Universidad de Murcia y Bradford (Reino Unido) y financiado por el Ministerio
de Economía y Competitividad (Madrid, España, 2014 - 2016).

RESUMEN
Este trabajo profundiza en los factores que intervienen en la determinación a
emprender, en concreto, en la iniciativa emprendedora de la mujer. También
pretende detectar los elementos susceptibles de limitar dicha iniciativa. Por último, se
indaga en las diferencias de este hecho con respecto a sus homólogos varones. La
perspectiva de género posibilita desvelar a través del discurso los roles asignados a la
emprendedora en su condición de mujer. Para cumplir este propósito se ha utilizado
una metodología cualitativa basada en el análisis de discurso de 10 entrevistas en
profundidad a emprendedores de ambos sexos. El análisis de estas entrevistas ha
permitido establecer un conjunto de conclusiones sobre la percepción del
emprendimiento desde la perspectiva de la mujer empresaria en España. La
perspectiva de género permite observar las diferencias en el discurso de hombres y
mujeres como reflejo de una posición diferente respecto a la actividad económica. En
consecuencia, con esta posición, los resultados del análisis de discurso destacan la
importancia del apoyo social y la formación integral para la creación de una cultura
que promueva y visibilice el papel de la mujer emprendedora en un ámbito como el
económico, todavía masculinizado.

PALABRAS CLAVE
Discurso – Emprendimiento – Mujer – Competencias – Formación – Cultura – Roles –

ABSTRACT
This paper deepens the factors involved in the determination to undertake, in
particular, in the entrepreneurship initiative of women. It also aims to detect the
elements prone to limiting such initiative. It ultimately explores the differences of

Pilar Ortiz García: Licenciada en Sociología. Doctora en CC Económicas. Profesora Titular de


Universidad. Departamento de Sociología de la Facultad de Economía y Empresa. Universidad de
Murcia. España.
portizg@um.es

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Ortiz García, P. El discurso sobre el emprendimiento de la mujer desde una perspectiva de género

this fact with respect to their male counterparts. The gender perspective makes it
possible to reveal through the discourse the roles assigned to the female entrepreneur
as a woman. To fulfill this purpose, a qualitative methodology based on the discourse
analysis of 10 in-depth interviews with entrepreneurs of both sexes has been used.
The analysis of these interviews has allowed us to establish a set of conclusions on
the perception of entrepreneurship from the perspective of the entrepreneurial
woman in Spain. The gender perspective allows us to observe the differences in the
discourse of men and women as a reflection of a different position with respect to
economic activity. As a result, the results of the discourse analysis emphasize the
importance of social support and integral training for the creation of a culture that
promotes and makes visible the role of entrepreneurial women in an area such as the
economic one, still masculinized.

KEY WORDS
Discourse – Entrepreneurship – Woman – Skills – Training – Culture – Roles –

O DISCURSO SOBRE O EMPREENDIMENTO DA MULHER DESDE


UMA PERSPECTIVA DE GÊNERO
RESUMO
Este trabalho aprofunda nos fatores que intervêm na determinação a empreender, em
concreto, na iniciativa empreendedora da mulher. Também pretende detectar os
elementos suscetíveis de limitar essa iniciativa. Por último, se indaga nas diferenças
deste feito com respeito a seus respectivos varões. A perspectiva de gênero possibilita
desvelar através do discurso, este papel destinado a empreendedora em sua condição
de mulher. Para cumprir este propósito se utilizou uma metodologia qualitativa
baseada na analises de discurso de 10 entrevistas em profundidade aos
empreendedores de ambos os sexos. As analises destas entrevistas permitiram
estabelecer um conjunto de conclusões sobre a percepção do empreendimento desde
a perspectiva da mulher empresária na Espanha. A perspectiva de gênero permite
observar as diferenças e o discurso de homens e mulheres como reflexo de uma
posição com respeito à atividade econômica. Em conseqüência, com essa posição, os
resultados das analises do discurso destacam a importância do apoio social e a
formação integral para a criação de uma cultura que promova e torne visível o papel
da mulher empreendedora num âmbito como o econômico, todavia masculinizado.

PALAVRAS CHAVE
Discurso – Empreendimento – Mulher – Competências – Formação – Cultura – Papel

Cómo citar el artículo


Ortiz García, P. (2017) El discurso sobre el emprendimiento de la mujer desde una
perspectiva de género. [The discourse on entrepreneurship of women from a gender
perspective]. Vivat Academia. Revista de Comunicación, 140, 115-129 doi
http://doi.org/10.15178/va.2017.140.115-129 Recuperado de
http://vivatacademia.net/index.php/vivat/article/view/1038

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Ortiz García, P. El discurso sobre el emprendimiento de la mujer desde una perspectiva de género

1. INTRODUCCIÓN

El emprendimiento ha adquirido un especial protagonismo en un escenario


económico y político marcado por la crisis económica. En este contexto, la activación
de la iniciativa emprendedora se plantea como una solución a la elevada tasa de
desempleo que soportan economías como la española. Sin embargo, como en el
mercado de trabajo, en la actividad emprendedora se observa un sesgo de género que
coloca a la mujer en tasas más bajas respecto a esta actividad (Guemes et al., 2011).
La coyuntura de crisis económica por la que ha atravesado el país desde 2008 ha
tenido devastadoras consecuencias sobre el empleo de hombres y mujeres. Es
constatable que en esta última crisis las tasas de desempleo de ambos sexos han
tendido a igualarse debido a la masiva pérdida de empleo en sectores como la
construcción o la automoción, fuertemente masculinizados. No obstante, desde el
estallido de la crisis la tasa de desempleo de las mujeres se ha mantenido por encima
de la de los hombres en España. Pero además, las crisis suelen tener un efecto
especialmente pernicioso sobre el empleo de la mujer. Como han constatado las
investigaciones sobre el tema, tras una crisis, el empleo de la mujer tarda más tiempo
en recuperarse que el de los hombres (Gálvez y Torres, 2010; Gálvez, 2011), además,
suele sufrir una intensificación y precarización significativas (Ortiz, 2014) y,
consecuentemente, un retroceso global en la igualdad en el mercado de trabajo.

El mantenimiento de una tasa de desempleo superior al 20% durante más de cinco


años en España ha puesto de manifiesto, por una parte, la gravedad de la crisis y, por
otra, la limitada capacidad de la economía y de los poderes públicos para revertir
esta situación. El emprendimiento aparece como una salida posible, aunque la
frontera entre dicha actividad y el autoempleo sea cada vez más difícil de trazar.
En España, las diferencias de género se reflejan en la menor propensión al
emprendimiento en el caso de las mujeres. Los datos del Global Entrepreneurship
Monitor (GEM, 2013; 2014) para España en 2014 indican que seis de cada diez
emprendedores en fase inicial eran hombres. Este porcentaje es similar al que se da
entre los emprendedores que han consolidado su empresa. Ello se traduce en una
Tasa de Actividad Emprendedora (TEA) del 4,6% en las mujeres y de 6,4% en los
hombres. Esta diferencia se ha mantenido en el tiempo, aunque desde 2013 se
observa una tendencia a la aproximación de ambas tasas. El índice TEA está
poniendo de manifiesto la mayor propensión del hombre a emprender, por ello,
resulta de interés conocer cuáles son las limitaciones en la intención emprendedora
de la mujer.
De los distintos enfoques desde los que abordar es estudio de esta cuestión, el de
género adquiere una especial relevancia, dado que la brecha explicitada respecto al
índice TEA es un reflejo de la construcción segmentada del mercado de trabajo a
partir de las relaciones de género.
La perspectiva de género permite observar las diferencias en el discurso de hombres
y mujeres como reflejo de una posición diferente respecto a la actividad económica.
En consecuencia con esta perspectiva teórica, los resultados del análisis de discurso
destacan la importancia del apoyo social y la formación integral para la creación de

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una cultura que promueva y visibilice el papel de la mujer emprendedora en un


ámbito como el económico, todavía masculinizado.

1.1. Emprendimiento en clave de género

El emprendimiento es un fenómeno complejo y multicausal. Por ello, ha sido


abordado desde perspectivas diversas. En la investigación sobre el tema se ha puesto
de manifiesto que, si bien es interesante definir el perfil de la persona emprendedora,
no es menos importante conocer los factores del entorno que pueden desembocar en
la iniciativa empresarial que ésta supone.
Una breve síntesis de las investigaciones sobre los factores que condicionan -ya sea
positiva o negativamente- la acción emprendedora, apunta hacia tres grandes líneas
de análisis.
Desde una perspectiva económica e institucional se ha analizado el emprendimiento
como una acción racional condicionada por la situación económica, el
funcionamiento de los mercados y el entorno institucional (North, 1990; Álvarez, et
al. 2012: 44).
Otra perspectiva ha sido la psicológica. Desde los análisis precursores de McClelland
(1961), el perfil psicológico del emprendedor ha sido una de las arterias principales
del estudio sobre emprendimiento. Junto a los rasgos de la personalidad del
emprendedor identificados por el autor (originalidad, creatividad, innovación), otros
trabajos como los de Boydston et al. (2000) se han centrado en los componentes
actitudinales y aptitudinales de esta figura, no obstante, no se llega a definiciones
concluyentes sobre dicho perfil.
A estas perspectivas se ha unido, desde la década de los ochenta, la sociológica. Esta
línea de trabajo recoge la determinación que ejercen los factores contextuales en el
desarrollo de la actividad emprendedora. Así pues, desde los factores laborales, tales
como la aspiración a mejorar las condiciones de trabajo, hasta las razones de índole
social, como el reconocimiento, han sido variables manejadas en la tipificación del
emprendimiento (Shapero y Sokol 1982; Evans y Lighton, 1989). Desde perspectivas
integradoras, al perfil del emprendedor, se unen elementos de análisis tales como el
ambiente en el que opera, el apoyo institucional o el social (Ortiz y Millán, 2011).
El enfoque de género corresponde a esta categoría de estudios en la que
características sociodemográficas como el sexo o la edad son contemplados como
variables determinantes del emprendimiento, teniendo en cuenta que condicionan la
forma en la que se introduce el individuo en la actividad económica y las relaciones
que se establecen a partir de dichas condiciones.
El sexo aparece como una variable frecuente en el estudio del emprendimiento, no
obstante, la perspectiva de género no ha sido extensamente explorada en la
investigación sobre el tema. En los últimos años esta línea de análisis comienza a
tener relevancia dado el moderado, -aunque constante- incremento de la actividad
emprendedora femenina, una actividad que, sin embargo, no crece al mismo ritmo
que la incorporación de la mujer al mercado de trabajo.
Elementos tangibles y objetivos, como los recursos económicos o formativos
necesarios para emprender, así como otros intangibles, tales como la consideración
social de esta actividad o los roles asociados al empresario, son factores a tener en

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cuenta cuando se analiza esta cuestión. El género pertenece a este último tipo de
factores. No son muchos los estudios que se centran en identificar diferencias
sustanciales en el emprendimiento en razón de género, por lo que profundizar en
este campo resulta de especial interés
La actividad emprendedora se ve condicionada por diversos aspectos de carácter
“formal” (esto es, objetivos e infraestructurales) e “informal” (ligados a la
personalidad de la emprendedora o a los factores socioculturales, entre los que se
encuentra el género).
Algunos estudios se han centrado en identificar la influencia de los aspectos
institucionales en el emprendimiento de la mujer. El acceso a la financiación, la
formación o la existencia o no de redes sociales de colaboración son elementos
susceptibles de incidir en el emprendimiento generando diferencias en función del
sexo del emprendedor.
Respecto al primero de los factores mencionados, la financiación, varias
investigaciones han puesto de manifiesto que existen diferencias en el proceso de
negociación que pueden provocar variaciones en el nivel de endeudamiento o en el
propio acceso que tienen las emprendedoras a la financiación (Alsos et al, 2006;
Carter et al, 2007; Gatewood et al, 2009).
En cuanto a factores como la formación, no existe unanimidad sobre la influencia en
el emprendimiento de la mujer. Autores como Fairlie y Robb (2009) identifican una
relación positiva entre el nivel educativo y los resultados obtenidos con la actividad
emprendedora; sin embargo, otros autores observan que el nivel de estudios no
afecta a los resultados de dicha actividad, como tampoco es decisivo el género (Grilo
e Irigoyen, 2006). A esta conclusión llegan también las investigaciones de Álvarez et
al. (2012) para quienes los factores formales tales como la financiación, la formación o
las políticas de apoyo no económicas no tienen apenas relevancia sobre la decisión de
emprender de las mujeres, frente a la incidencia significativa de los factores
informales.
Por su parte, las investigaciones que enfatizan en la influencia de factores de carácter
informal, analizan aspectos socioculturales (Álvarez y Urbano, 2011), o
competenciales (Ortiz y Olaz, 2016) que resultan relevantes en el carácter diferencial
del emprendimiento en función del género. La influencia de estos elementos se
traduce en el mayor o menor impulso de la actividad empresarial de la mujer. Entre
estos factores estarían la percepción de habilidades para emprender, las redes
sociales y el rol familiar (Álvarez et al., 2012).
Desde el enfoque de género, esta investigación se centra en los aspectos informales
relacionados con la percepción de habilidades y competencias, las relaciones
familiares y redes sociales como elementos moderadores de la intención
emprendedora de la mujer.
Teniendo en cuenta los antecedentes teóricos, la hipótesis de partida de este trabajo
es que la divergencia en las tasas de emprendimiento entre hombres y mujeres
responde tanto a factores estructurales como de carácter cultural.

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2. OBJETIVOS

El objeto principal de este trabajo es conocer los factores que intervienen en la


iniciativa emprendedora de la mujer.
En segundo lugar, se pretende detectar los elementos susceptibles de limitar dicha
iniciativa.
Por último, se indaga en las diferencias de este hecho con respecto a sus homólogos
varones.

3. METODOLOGÍA

En la investigación se utilizó una metodología cualitativa basada en el análisis de


discurso a partir de entrevistas en profundidad a emprendedores de ambos sexos. El
análisis de estas entrevistas permitió establecer un conjunto de conclusiones sobre la
percepción del emprendimiento desde la perspectiva de la mujer empresaria en
España.
Se realizaron un total de 10 entrevistas en profundidad a emprendedores (cinco
hombres y cinco mujeres) designados atendiendo a criterios adecuados a los fines de
la investigación (sexo, edad, sector de actividad, tamaño de la empresa y entorno).
La distribución de perfiles queda reflejada en la tabla 1:
Tabla 1. Distribución de perfiles de emprendedores entrevistados

Hombre Mujer

Edad De 50 o más años De 50 o más años


Sector Primario Terciario
Tamaño de la empresa >10 trabajadores De 1-5 trabajadores
Entorno Rural Urbano
Edad De 35-50 años De 35-50 años
Sector Secundario Primario
Tamaño de la empresa >10 trabajadores >10 trabajadores
Entorno Rural Rural
Edad < 35 años < 35 años
Sector Terciario Secundario
Tamaño de la empresa De 6-10 trabajadores >10 trabajadores
Entorno Urbano Rural
Edad De 35-50 años < 35 años;
Sector Secundario Terciario
Tamaño de la empresa >10 trabajadores De 1-5 trabajadores;
Entorno Rural Urbano
Edad < 35 años De 50 o más años
Sector Terciario Terciario
Tamaño de la empresa De 1-5 trabajadores De 1-5 trabajadores
Entorno Urbano Rural
Fuente: Elaboración propia

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Las entrevistas, realizadas entre febrero y marzo de 2015, fueron grabadas para su
posterior transcripción y análisis a través del software para el tratamiento cualitativo
de datos ATLAS. Ti. La utilización de este software ha permitido la realización de un
análisis a dos niveles. En un primer nivel, las herramientas: “examinador de
palabras”; “consulta de citas”; “tabla de co-ocurrencia” y “tabla de código de
documentos primarios” han dado lugar a un análisis descriptivo de los textos. En un
segundo nivel, se ha realizado un análisis relacional a partir de la construcción de
“redes semánticas de códigos” que ha supuesto el establecimiento de vínculos
semánticos útiles para realizar un análisis integral de los factores que concurren en el
emprendimiento de la mujer.

3.1. Las cuestiones analizadas

Aunque la investigación se ha realizado sobre un extenso cuestionario, este trabajo se


centra en dos cuestiones. La elección de ambos aspectos obedece a la intención de dar
respuesta a la hipótesis planteada acerca de la incidencia de los factores estructurales
y culturales en el desempeño de la actividad emprendedora de las mujeres.
La primera cuestión fue formulada en estos términos: ¿Qué elementos (escenarios,
variables, aspectos) ayudarían a potenciar el emprendimiento femenino? Esta
cuestión, a su vez, recoge los siguientes aspectos:

- “Políticas de conciliación o vinculadas a ella”.


- “Acciones orientadas a crear cultura empresarial, formación específica y a dar
visibilidad al emprendimiento femenino”.
- “Realización de cambios en el horario de la jornada laboral”, encaminados a
conseguir una mayor racionalización del tiempo de trabajo y personal.
- “Asociacionismo”.
- “Implicación de la Administración”.
- “Escenario de crisis”.

La segunda cuestión se formuló de la siguiente forma: Suponga que parte de “cero”


de nuevo en su acción empresarial, qué apoyo formativo le gustaría recibir /
considera importante para plantearse emprender? y ¿familiar? y ¿del entorno? A esta
pregunta corresponden las siguientes categorías:

- “Apoyo a nivel formativo que le hubiera gustado recibir para emprender”.


- “Apoyo familiar que le hubiera gustado recibir para emprender”.
- “Apoyo del Estado que le hubiera gustado recibir para emprender”
- “Apoyo de grupos o asociaciones que le hubiera gustado recibir para
emprender”.

4. RESULTADOS

Desde una perspectiva descriptiva, los resultados permiten dimensionar la


reiteración en el discurso de propuestas sobre las acciones que ayudan al

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emprendimiento de la mujer según los códigos establecidos (Gráfico 1). Éstos ponen
de manifiesto la importancia que conceden los emprendedores (hombres y mujeres) a
las “Acciones orientadas a crear una cultura empresarial, formación y visibilidad al
emprendimiento femenino” (aparece en citas del discurso de hombres en 11
ocasiones y 8 en el de mujeres).
En segundo lugar, están las cuestiones relacionadas con la “Conciliación” (en
idéntico orden de importancia para ambos sexos).
Con una diferencia reseñable, se menciona la “Ayuda que proporciona la
Administración”, aunque en este caso, si bien aparece reiteradamente en el discurso
de los hombres (en 6 ocasiones), no es así en el de las mujeres, donde está ausente
esta alusión.
Por su parte, el “Asociacionismo” como coadyuvante del emprendimiento es
mencionado en escasas ocasiones (1 cada uno de los bloques de discurso según sexo),
lo que indica la menor importancia que se le concede, como también ocurre en el caso
de la “Crisis como potenciador del emprendimiento” o “Hacer cambios en el horario
laboral” para ayudar al emprendimiento femenino.

Gráfico 1: Frecuencia de uso de códigos en el discurso sobre “qué elementos


ayudarían a potenciar el emprendimiento femenino” según sexo (valores absolutos).

Fuente: Elaboración propia

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4.1. Diferencias respecto a los elementos potenciadores del emprendimiento de la


mujer en el discurso de los emprendedores

En el discurso de los emprendedores, una de las cuestiones que concita un mayor


grado de acuerdo es: “el apoyo que suponen las acciones orientadas a crear una
cultura empresarial que fomente y visibilice el emprendimiento femenino”. Este tema
resulta clave para los entrevistados independientemente del sexo.
Sin menoscabo de la relevancia que tiene establecer los puntos de coincidencia en el
discurso, el análisis que presenta mayor interés es el que muestra las diferencias entre
ambos sexos. Al respecto, el análisis de contenido de los discursos muestra que la
mujer enfatiza en el “reconocimiento” a la labor del emprendedor como uno de los
pilares para la extensión de esta actividad económica, cuestión que no aparece en el
discurso de los hombres:
Ahora se está dando reconocimiento a proyectos empresariales de mujeres....
hace poco una chica asociada de OMEP ha montado una empresa muy
pequeña, con dos o tres personas, es una empresa de dietas....y le han dado un
reconocimiento, la premiamos con los premios de OMEP , después la ha
premiado el Ayuntamiento , después le están dando reconocimiento en
Antena 3 porque es un tema de nutrición y alimentación infantil.... Todo eso
hace que las mujeres estemos cada vez en ese mundo. Nos vamos
empoderando más.... Eso es como la pólvora ¿no? corre tan rápido como la
pólvora pero aquellas personas que están terminando sus estudios y ven que
las mujeres van accediendo pues es un aliciente hacia querer emprender (E2-
Mujer).

La segunda diferencia aparece cuando se alude a la educación de este espíritu


emprendedor. Las mujeres apelan a la educación con un sentido integral, de carácter
“humanista”, más allá de las acciones de formativas, mientras que en el discurso de
los hombres se insiste en las acciones de formación y comunicación con un sentido
específico, ligado a la función profesional del empresario.
No solamente para la mujer, para la mujer y el hombre sería lo mismo, la
formación. Pero no la formación técnica sino humana. O sea, básicamente sería
perder el miedo, que es una cuestión de trabajo personal, y también de
educación social y que no se aprende en la escuela, cuando se debería
aprender en la escuela. Básicamente es la formación (E3-Mujer).
Si tienes una formación ya de atrás en los negocios ya partes de una
formación, ahora falta que el negocio que vayas a emprender, que tengas los
conocimientos en ese negocio o en la actividad que se va a emprender. Por
ejemplo, nosotros estamos en cárnicas y mañana decimos que vamos a
emprender otro negocio y vamos a hacer ruedas de coche, pues tendremos que
tener la formación o visión dentro de ese negocio para emprenderlo. Porque lo
que es la formación a nivel de personal, de bancos, de lo que es la estructura
de la empresa, eso ya lo tienes (E7-Hombre).

Otra diferencia en los discursos de los entrevistados gira en torno a que las
emprendedoras, además, enfatizan en aspectos formativos ligados al desarrollo de

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recursos como el liderazgo. Esta cuestión está apuntando posiblemente a lo que


socialmente es “etiquetado” como una carencia o debilidad asociada al papel de
subordinación de la mujer en el ámbito productivo.
Formación y liderazgo […] yo creo que desde los colegios se pueden hacer
muchas cosas, desde las universidades también […] Más debates en clase, que
se potencie la crítica dentro de su comunicación y liderazgo (E1-Mujer).

La alusión al liderazgo como necesidad formativa está prácticamente ausente en el


discurso de los emprendedores varones, en este caso, prima el interés por aspectos
formativos de carácter práctico:
[…] Porque te enseñan los pros y los contras, la fiscalidad cómo funciona y
tienen talleres específicos que te pueden venir bien, ya no de liderazgo, pero sí
de gestionar tu propia empresa o montar tu página web (E9-Hombre).

Un cuarto elemento distintivo en el discurso de las mujeres respecto a los hombres


emerge cuando se alude a los aspectos ligados a políticas de conciliación. Las
emprendedoras siguen demandando la corresponsabilidad como una obligación, sin
embargo, los hombres demandan este aspecto como un “derecho” a “disfrutar” de la
familia como el tiempo de ocio:
Cuando eres el cabeza de empresa estás muy liado, cuando no lo eres
dependes de un horario que te han puesto […] es que los hombres también
tenemos derecho a estar con la familia (E9-Hombre).
Yo creo que llevamos ya 30 años hablando de conciliación a las mujeres. Yo
creo que ahora hay que enseñar a los hombres a que concilien (E2-Mujer).
[…] Y una mayor obligación del hombre en el aspecto familiar que nos
facilitaría a las mujeres ocupar cargos de mayor responsabilidad (E5-Mujer).

La quinta diferencia en el discurso en función del sexo del emprendedor entrevistado


guarda relación con la opinión sobre el papel de las ayudas estatales de fomento al
emprendimiento. En general, entre los hombres aparece como una medida de
discriminación positiva aceptable, sin embargo, para las mujeres, no sólo está
prácticamente ausente en el discurso como medida de apoyo, sino que cuando se
alude a las ayudas económicas en general (no necesariamente estatales), no se percibe
su eficacia:
En definitiva yo veo esas ayudas.... las que no sean formar al emprender o
formar en cómo crear tu empresa, fuera de eso, todas las demás las veo
ineficaces (E1-Mujer).
Quizás si ya la problemática de la mujer requiere eso y se valora, pues yo
estaría de acuerdo en que le dieran, pero a proyectos de fiabilidad, no a
cualquier proyecto (E6-Hombre).

Una sexta diferencia en la producción discursiva en razón del sexo de los


entrevistados se evidencia respecto a los elementos potencialmente impulsores del
emprendimiento, tal como es el asociacionismo. Si bien no está demasiado presente
en los discursos, cuando aparece, se le concede gran importancia entre las mujeres,
no así en el caso de los hombres:

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Formar parte de las asociaciones de mujeres, como por ejemplo OMEP, te


ayuda muchísimo porque te ayuda a darte cuenta que todos esos miedos,
dudas, retos, que las preocupaciones son las que tiene todo el mundo, y todas
las mujeres (E4-Mujer).
Yo no veo que oiga decir que se va a montar una asociación y la mujer va a
salir.... (E7-Hombre).

El séptimo y último aspecto distintivo entre ambos discursos aparece en los temas
asociados con la racionalización de las jornadas de trabajo como medida de apoyo al
emprendimiento. La racionalización de horarios no se percibe como elemento
estratégico para los hombres, a la vista de su nula presencia en su discurso. En
cambio, para las mujeres, sin ser estratégico, el cambio en el horario sí sería de ayuda:
El horario en España, el cambio en el horario. El horario no nos ayuda a nada.
Esas jornadas laborales tan largas (E2-Mujer).

En suma, se trata de aspectos diferenciales que evidencia una sensibilidad distinta


respecto a los factores potenciadores del emprendimiento como fruto, también, de
posiciones diferentes en relación con la actividad económica.

4.2. Diferencias respecto a los apoyos necesarios para potenciar el emprendimiento


de la mujer en el discurso de los emprendedores

En cuanto a la segunda cuestión de investigación, como es el apoyo a la iniciativa


emprendedora y su percepción por parte de los entrevistados, los resultados de la
consulta (Gráfico 2) ponen de manifiesto –una vez más- la importancia de la
formación para ambos sexos, en concreto, la demanda de más formación para
acometer la actividad con expectativas de éxito.
Algunos de los aspectos más sobresalientes en este análisis son las escasas alusiones a
la importancia del apoyo de la familia en el discurso de la mujer–en la misma medida
que los hombres-, aunque cuando se alude a éste, adquiere relevancia tanto en
mujeres como en hombres:
Tener un entorno social propicio, quiero decir, que si está casada o tiene
pareja, que le apoye, si vive con sus padres, que le apoyen.... porque si no va a
ser muy complicado (E1-Mujer).
El apoyo familiar sí, el apoyo familiar siempre ha sido el apoyarme en lo que
yo ya he decidido que puede ser lo mejor en cuanto a si decidía estudiar o
trabajar, y en ese sentido nunca he tenido ningún problema (E8-Hombre).

En cuanto al apoyo social (grupos o movimiento) o del Estado, ambos elementos


cobran gran relevancia en el discurso de las mujeres, mientras que no aparece en el
de los hombres.

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Gráfico 2: Utilización de códigos en el discurso según sexo sobre “apoyo que le


gustaría recibir / considera importante para plantearse emprender”

Fuente: Elaboración propia

A pesar de ser un elemento estratégico, entre las emprendedoras se observa un matiz


crítico respecto a las subvenciones públicas. Más bien, lo que las mujeres demandan
al Estado es la facilidad en los trámites y procedimientos para la creación de
empresas:
Lo único que tiene que hacer la Administración. ¿Por qué digo lo único? pues
porque yo no estoy de acuerdo en subvenciones, subvenciones a fondo
perdido para ayudar a emprender no estoy de acuerdo […] que las
administraciones públicas no pongan tantas trabas a la hora de emprender,
con permisos, licencias, papeleo... y la fiscalidad, por supuesto (E1-Mujer).

También se observa una diferencia de género en relación con la demanda de apoyo


social, mucho más presente en el discurso de las emprendedoras que en el de sus
homólogos varones:
Yo hubiera echado de menos alguien que hubiera podido captar la idea que yo
tenía de base y que nos hubiera ayudado a algunas personas que teníamos
más o menos ideas similares a ponernos en contacto y en común (E3-Mujer).

5. DISCUSIÓN

Los resultados del análisis del discurso en torno al emprendimiento han permitido
identificar algunas diferencias de género en torno a los factores coadyuvantes del
emprendimiento de la mujer. En este sentido, si bien la formación es importante para
ambos sexos -aspecto que estaria en sintonia con las conclusiones de estúdios como el
de Fairlie y Robb (2009) -, el significado y las medidas demandadas son diferentes:
mientras que en los hombres aparece ligado a las funciones empresariales, en las
mujeres adquiere un carácter más global, al tiempo que se insiste en el entrenamiento

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de capacidades directivas, tales como el liderazgo.


También la conciliación tiene matices diferentes en razón de género. Las mujeres
reflejan en su discurso la necesidad de corresponsabilidad en las tareas domésticas y
familiares, mientras que en la intervención de los varones aparece el “derecho” a
conciliar. Este aspecto pone de manifiesto la brecha que sigue existiendo respecto a la
atención y dedicación a los cuidados entre hombres y mujeres, como pone de
manifesto el reciente estudio de Díaz (2016).
El tercer elemento por orden de importancia en el que se aprecia diferencia en la
argumentación discursiva de emprendedores hombres frente a mujeres es la ayuda
estatal. Así pues, para los hombres es una medida positiva, mientras que para la
mujer resulta, en general, ineficaz. Esta misma diferencia se aprecia cuando los
emprendedores –hombres y mujeres- se manifiestan sobre los apoyos que hubiesen
necesitado para emprender. Básicamente las mujeres enfatizan en el apoyo social,
mientras que los hombres insisten en aspectos de carácter formal, como la formación.
La demanda de actuaciones por parte del Estado también es diferente en función del
sexo del emprendedor, reflejando el escepticismo de la mujer sobre su eficacia, frente
a la percepción positiva de los varones.
Los resultados destacan también la importancia del apoyo social y la formación
integral en la creación de una cultura que promueva y visibilice el papel de la mujer
emprendedora. Un hecho que confirma la hipótesis de partida acerca del papel clave
que desempeñan los elementos culturales y sociales, tal como identificaran Álvarez et
al. (2012).
Estas conclusiones apuntan hacia cuatro grandes dimensiones en las que actuar para
la potenciación del emprendimiento de la mujer en un escenario capitalizado por los
hombres.
Por una parte, en la dimensión social, la mujer demanda el fomento de una cultura
emprendedora que canalice la formación de dicho espíritu y contribuya a visibilizar y
reconocer su papel en el emprendimiento.
Desde la dimensión personal, el discurso de las mujeres emprendedoras revela la
importancia concedida a la formación como factor de apoyo al emprendimiento, lo
que recomienda acometer programas de formación específicos para mujeres
emprendedoras.
En cuanto a la dimensión familiar, aunque no es un elemento recurrente en el
discurso de éstas, sigue presentando un sesgo de género importante, como pone de
manifiesto la argumentación sobre la corresponsabilidad –de las emprendedoras-
frente al de la conciliación como “derecho” a disfrutar de la familia –de los
emprendedores-.
En último lugar, aparece la dimensión económico-financiera, que si bien no se
encuentra especialmente presente en el discurso de las emprendedoras como un
problema, adquiere la importancia de factor facilitador.

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AUTORA:
Pilar Ortiz García:
Profesor Titular de Universidad. Departamento de Sociología. Facultad de Economía
y Empresa. Universidad de Murcia. Formación: Licenciada en Sociología (Universidad
Complutense de Madrid) Doctora en Economía (Universidad de Murcia).
Investigación: Participación en un total de 36 Proyectos de Investigación. De ellos, 7
pertenecen al Plan Nacional de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación y en 2 de
ellos he sido Investigadora Principal. Autora de 34 artículos, 25 de ellos en revistas
indexadas con un índice de calidad relativo, 9 libros y 43 capítulos de libro como
autora o coautora.
Http://orcid.org/0000-0001-7679-0772

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