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ne OBSERVACION DE UNA FOBIA* Anneliese Shnurmann Esta es Ia observacién de una nifia que asistié a la residencia infantil de Hampstead desde la edad de siete semanas. Fue posible, por lo tanto, tener un cuadro coherente de los factores que contribuye- ron a la formacién de los trastomnos de esta nifia. ‘Alla edad de 2 aiios y cinco meses, Sandy se desperté una noche, poco después de quedarse dor- mida. Decia que habia un perro en su cama y tardé en calmarse. A partir de este dia manifest un miedo intenso a su cama y algunos dias més tarde empezé a asustarse de los perros en la calle y se ‘exasperaba cuando veia un perro incluso de lejos. Esto ocurrié, més 0 menos, durante un mes, antes de la resolucién definitiva de sus trastornos. ‘Veamos los hechos principales del desarrollo de Sandy hasta el momento en que se desencade- na la fobia. Historia de la familia El padre de Sandy muere en un accidente de coche estando en el ejército, antes de su nacimien- to. La madre trabaja en un despacho en el Consejo Municipal. Como encuentra su trabajo aburrido, agrega a esto una actividad de jefe de refugio contra las incursiones aéreas, después renuncia a los dos trabajos para convertirse en conductora de ambulancias. Més tarde aprendc a conducir una moto y leva comunicados. Le gustaban estas actividades masculinas y también el tener que usar pantalones tal como lo exigfa el uso del uniforme, pero a pesar de esto, era también una madre consagrada, Senta un especial afecto por Sandy, nacida después de la muerte de su marido. Venta casi todas las noches ‘para acostar a Sandy y cuando no podia hacerlo, porque salia muy tarde del trabajo, venia igualmen- te para besarla y desearle buenas noches, con una galleta y un trozo de chocolate. ‘Tenia otros dos hijos, una nifia sicte afios mayor que Sandy y un nifio dos afios mayor. La nifia, ‘murié cuando Sandy tenia dos afios, de una meningitis. 31 | 3 * "= Desarrollo fisico e intelectual La salud de Sandy y su desarrollo intelectual eran normales. Era una preciosa nifia pelirroja con ojos azul verdoso, tenfa una tez delicada. Las opiniones de su entomo diferian en lo que se refiere 2 su aspecto y encanto, Las visitas y Jos nuevos estudiantes reparaban en ella a primera vista como la mis bonita y la més encantadora de los nifios de la residencia infantil, mientras que otros la encon- ‘aban ordinaria y de caricter desagradable. Desarrollo pulsional Cuando Sandy tenia cuatro semanas, su madre padece un absceso en el pecho y debe darle el biberén. La seflora H. comenta que lo tomé en seguida. Sin embargo, cuando Sandy llega a la resi- encia infantil, tres semanas més tarde, tiene poco apetito y la alimentaci 4ificil cuando se introduce en su régimen las legumbres. Su tinico placer en el momento de las comi- das era embadurnarse. Poco a poco las dificultades para comer disminuyen y alrededor de los 18 ‘meses estas dificultades desaparecen completamente. Sandy era una,chupeteadora. A los dos meses chupaba su puio, a los tres sus pafiales y sus ropas. Este habito duré mucho tiempo. Durante su segundo afio, el dobladillo de su ropa estaba siempre mojado de tarito chuparlo y cuando se fue de laresidencia infantil, a la edad de 2 afios y siete meses, s6lo podia dormirse con un trozo de su sdba- na en la boca! El aprendizaje de la limpieza fue ficil. Hacia los dos afios y seis meses, estaba limpia tanto de «dia como de noche. Cuando sc le suprimieron los pafiales para dormir, vimos que, de vez en cuando, Sandy se masturbaba en la cama. Estaba muy unida a su madre. No tuvo dificulted alguna en establecer una relacién conmigo ‘cuando me converti en su sustituto materno, al principio de su segundo afio?. Mostraba también su afecto a las demds asistentes sociales que la cuidaban y a las madres que venian a cuidar a otros nifios, Hacia el final del primer afio, Sandy era la nia més agresiva de su grupo. Fue necesario poner- Ja en un parque para proteger a los demas nifios de sus ataques, que consistian, sobre todo, en esti- rarles de los pelos violentamente. Tenia una rara expresién durante estos estallidos. Si se observa a niiies de esta edad cuando manifiestan agresividad, se tiene la impresién de que experimentan placer ¥ alivio al dar satisfaccién a sus pulsiones, muy a menudo tienen una sonrisa radiante durante estas tisis. El rostro de Sandy estaba tenso y hostil dejando traslueir un punto de maldad. Por esta razén ‘algunos no la querian. Sandy no dio pricticamente jamés la impresién de ser verdaderamente feliz, ‘Aunque no cabia ninguna duda sobre el amor de la sefiora H. por ella, habia algo agresivo en la ‘manera de tralarla que provocaba en Sandy una respuesta agresiva. Por ejemplo, cuando Sandy tenia se vuelve mucho mis La relacién de objeto 33 5.0 6 meses, su madre mientras la cambiaba, tenia la costumbre de hacerle cosquillas con sus cabe- los. Sandy que tenfa la piel muy sensible y que habia demostrado tener cosquillas desde los tres ‘meses, se mostraba muy excitada en ese momento y estiraba de los pelos a su madre. La sefiora H. lo, aceptaba riendo como si formara parte del juego. En esta época, Sandy sonreia siempre cuando juga- ‘ba asf con su madre, Algunos meses mis tarde, estiraba de los pelos a los nifios y se le rilé por ese ‘motivo. Es posible que fuera en este momento cuando la sonrisa que tenfa cuando estiraba del pelo se ‘ransformase en una expresién hostil. Mis tarde, hacia el final del primer aiio, la sefiora H. inicié un muevo juego con ella. Cuando venia a verla, se acercaba a ella lentamente y de forma dubitativa dejéndola durante un rato en la duda de si vendria 0 no. Sandy reaccionaba con gran excitacién. Otro juego consistia en oftecerle un peda- zo de chocolate o una galleta y después quitérselo para finalmente volvérselo a da. Al principio del segundo afio, Sandy hacia rabiar a los dems tal como su madre hacia con ella. Ofrecta algtin objeto a las personas que queria y cuando casi lo tenian, lo lanzaba en direccién con- ‘raria, tan lejos como podia. Estos juegos molestos parecian ser un sustituto de la agresividad direc- ta Cuando estas explosiones de agresividad se producian, Sandy quedaba trastomada si se le repren- ia, Hubo también un notorio cambio en su comportamiento general. Se volvié més dulce y afectuo- sa y parecia més feliz que antes. Comenzé a utilizar los juguetes, que hasta entonces lanzaba a todos Jos Iados, de una manera més constructiva, : En esta misma época, Sandy empezé a mostrar una tendencia a volver contra si misma su agre- sividad. Si se la reiiia por haber tirado del pelo a un nifio, se‘ponia a tirarse de los suyos. Una vez se Ja vio tirarse de los pelos con una mano y con la otra acaricifrselos. Jugaba también a hacerse rabiar hhasta tal punto que durante semanas no cogia las galletas 0 el trazo de chocolate que se le ofrecia sin tender y retirar altemnativamente la mano durante algunos minutos. En la época de los V1 (bombas aéreas), en Junio de 1944, Sandy fue evacuada a una casa de ‘campo? Después de un periodo inicial dificil, se encontré bien alli. Volvié en Octubre, cuando tenia cerca de 2 afios. Hacta 4 meses que no me habia visto, pero me reconocié en seguida y parecié algo turbada. En seguida volvi6 a mostrarme apego; tampoco parecfa que hubiese dificultades con su madre ‘cuando vino 2 verla, En este momento Sandy parecia, en el plano afectivo, relativameate estable. ‘Tres meses més tarde, Sandy empezé a relacionarse con otra asistente y esto nos recordé sus antiguos juegos provocadores. Pegaba a esta asistente con una expresién provocadora y agresiva que cambiaba en una risa primero contenida, luego franca, y después daba paso a demostraciones de afec- to, A parte de estas manifestaciones no muy frecuentes, Sandy no era excesivamente agresiva ni con Jos adultos ni con los otros nifios. Estaba muy interesada por las asistentas e intentaba atraer su aten- ibn. Las relaciones con su madre y conmigo eran muy buenas. Quedaba trastornada si otro nifio era agresivo conmigo en su presencia. Cuando se le decia que no podia tener o hacer lo que ella queria, respondia muy rezonablemente con un “all right”. Los accesos de célera no eran tan frecuentes. "mm 34 Bibliogréfica - 3 Comenz6 la escucla maternal en donde se adapt6 muy bien, totalmente absorbida por los libros de imigenes y el material Montessori ‘Veamos los acontecimientos que parecen guardar relacién directa con la formacién de la fobia. En Diciembre de 1944, cuando Sandy tenfa 2 afios y un mes, tom6 conciencia de la diferencia ‘entre ella y un nifio. Educada en la residencia infantil a menudo habia tenido ocasién de ver a los niios y a las nifias desnudos, pero, hasta entonces, que yo sepa, no sc habia impresionado por la diferencia entre unos y otras, Un dia Hevamos a un nifio de dos afios y medio con el grupo al que Sandy pertenecia para hacer la siesta. Antes de ir a la cama, utilizé el orinal, e hizo pipi de pie. Sandy se mantuvo junto a él obser vandolo atentamente, Esto cra algo nuevo para ella ya que los nifios de su grupo todavia Hevaban pafales. Poco tiempo después de esta observacién, Sandy reclamé el orinal ¢ intenté utilizarlo ponién- dolo enfrente de ella. Al no conseguirlo, se sintié muy decepcionada, levant6 su ropa, mostrando sus genitales y dijo algo parecido a “bicki" en tono de reivindicacién. “Bicki” era una palabra que emple- aba en esta época para las cosas que deseaba. La repitié varias veces, cada vez més apremiante en su cexigencia, Al fin, casi se puso a llorar. Los dias siguientes intent6 de nuevo hacer pipi como un nifio, insistiendo para que yo le aguantara el orinal y enfadéndose conmigo porque esto no funcionaba. Rehusaba sentarse y aunque verdaderamente tenia ganas de utilizar e] crinal, sélo pude convencerla de que hiciese pipi cogiendo el orinal y poniéndosclo entre las piernas, Intenté explicarle que s6lo los hifios hacen pipi de pie. Durante las semanas siguientes Sandy se mostré menos preocupada por este problema y alrededor del mes de enero, renuncié a sus intentos de hacer pipi de pie. Pero permanecié su interés por Ia diferencia de los sexos: cuando miraba imigenes distinguia los nifios y las nifias; y cuando encontraba un nifio al que no conocia, decia si era un nifio o una nia. Otro acontecimiento importante para Sandy ocurrié en marzo cuando su madre tuvo que ope- arse, La sefiora H. que hasta entonces venia casi cada dia, se ausenté durante tres semanas. Sandy de ‘vez en cuando lo contaba asi: “Mi mamé caramelo (sweetie), mi mamé bombén (chocki), mi mamé ‘bick?”, pensando en las cosas buenas que su madre le habia traido cada tarde, Por otra parte, no pare- ia preocupads en lo més minimo. Cuando la sefiora H. volvié, su aspecto era lamentable, caminaba con gran dificultad apoyéndose en un bastén. Sandy la recibié con gran afecto. La sefiora H. vino dos tardes. No podia bafiar a Sandy, como era su costumbre, pero jugaba con ella y le daba caramelos, Luego abandon6 Londres para su convalecencia, Durante los dias siguientes, cada vez que Sandy pasabe por la habitacién en la que se habia encontrado con su madre la tarde después de su salida del: hospital, decia: “Mi mamé esté ahi” y entrando tocaba el sillén donde la scfiora H. se habia sentado y decia: “La silla de mama”. Al igual que en la primera ausencia de su madre, Sandy no mostré nin- ‘in signo exterior de inquietud ‘A principios de abril, Sandy tuvo otra experiencia desagradable. Mientras yo la bafiaba, se meti6 tun trozo de jabén en el sexo. El dolor que le ocasioné hizo que estuviese trastornada y asustada r La relaci6n de objeto 35 durante un buen rato y se necesit6 un buen tiempo para calmarla. En Ja noche del 13 al 14 de Abril, Sandy tuvo una pesadilla que mareé el comienzo de la fobia. ‘A partir de este momento, tomé notes diariamente. 13/4, Después de haberla acostado, Sandy se muestra asustada e inquieta por algo. Le enferme- ra de guardia cree que tiene miedo de Ios sacos que cuelgan delante de la puerta del refugio y que ella. puede ver moverset, Se la hizo salir del refugio y le ensefiaron el objeto que se movia ante la puerta. Después se durmié répidamente. Poco tiempo después se desperté sobresaltada chillando, Dijo a la enfermera que habfa un perro én su cama. Antes de dormirse, estuvo lorando cerca de una hora. 14/4, Cuando por la maiana fui a ver a Sandy, me ensefia una fisura en la pared detrés de su cama a través de Ta cual brilla una luz del refugio de al lado, dice: “Perrto, perrito duerme”. Después levanta el colchén buscando aparentemente alguna cosa. Mientras la vestia, Sandy estuvo testaruda y agresiva, y permanecié de mal humor y discola todo el dia. Al acostarse, por la noche, con un trazo de chocolate que su mace le habia enviado, Sandy parece animada. Después se levanta, como si de repente se hubiera acordado de algo; se sienta en la cama ¢ intenta salir, metiendo el pic a través de Ja red; grita aterrorizada: “Salir, salir, el perrto viene”. La levanto y me indica que quiere dormir en una de las camas grandes de abajo. La suya era una cama pequefia de las de arriba. Dice: “La cama sgrande” y me deja poneria ali, Pero luego vuelve a salir y se queda sentada junto ala enfermera. Slo pasado un buen rato, se deja persuadir para volvér a acostarle. 15/4, La angustia de Sandy aumenta 2 medida que se acerca el momento de acostarse. Repite: “No cama, perrito viene”. Intenta retrasar lo mas posible el momento de acostarse, al final consiente, lorando, en acostarse en una cama grande de las de abajo. 16/4, La segunda mafiana después de Ia pesadilla, Sandy me recibe ladrando. Esti encantada de simular ser un perro, Pero, el mismo dia, cuando un nifio juega a lo mismo, poniéndose a gatas y ladrando, tiene un miedo horroroso. Sandy esti mis rebelde que otros dias, no soporta el mis minimo “no” de mi parte, Su agresivi- dad alcanza su apogeo en el momento del bafio en el que me golpea furiosamente. Después de esta crisis, parece sentirse culpable y viene hacia mi y me da golpecitos de manera afectuosa. Esa noche Sandy no puede utilizar la cama grande que habia acupado les otras noches porque su propictario ha ‘vuelto de unas vacaciones, Le buscamos otra cama de las de abajo, pero era pequeiia. Muy disgusta- da, habla del perro y reclama “la cama grande”. 17/4, Cuando la hora del baiio se acerca, Sandy vuelve a angustiarse, Repite “no cama’. Sentada nun banco del vestuario junto a una asistenta y yo enfrente de ella, Sandy emprende una inspeccién ‘inuciosa de sus genitales. Esta actividad le absorbe completamente y no nos presta ninguna aten- cién. La asistente le dice que no pasa nada y que todas las nifias son asi. Mis tarde me encuentro a Sandy sentada en el orinal mientras bebe un vaso de agua. Esti hbablando sola: “No refugio pertto, no refugio perrito, ague Sandy, no agua perrito”. Repite estas “eh 36 Biblogrética - 3 frases un mimero incaleulable de veces. A pesar de sus esfuerzos para quedarse tranquila, tiene miedo cuando vuelve al refugio. Ninguna cama es suficientemente grande para ella; pasa un buen rato antes de dormirse. 18/4, En el camino hacia la escuela, algunos nifios juegan con un perro callejero. Les explico que si le asustan puede morderles. Después de este incidente todos los nifios, incluso ‘Sandy, saludan con alegres gritos a todos los perros que encuentran: “jPerrito!”. Ni este dia ni los siguientes, Sandy mani- fiesta miedo, ni tampoco un interés especial por los perros que encontramos por la calle. Cuando estamos cerca de la escucla, Sandy comienza a hablar muy excitada de manera muy confusa: “Perrito, morder, nifio, Bobby, mamé” y después con gran claridad, quedéndose casi sin aliento al decir la frase ‘mas larga que hubiese pronunciado hasta entonces: “Perrito morder pierna nifio malo”. A continua- cién muestra varias veces su dedo intacto diciendo “todo bien”. 19/4. Hoy Sandy se ha negado a jugar a hacer el perro. Yo habia fomentado este juego desde cl momento en que ella lo habia iniciado dos dias después de la pesadilla. Hoy cuando he querido que jugase 2 ladrar como un perro, Sandy me ha detenido y me ha pedido imitar a un gato. Es la primera vvez que ha demostrado tener miedo a un perro en la calle, Habla de nuevo de un perro en el trayecto hhacia la escuela. Cuenta una historia ininteligible en la que s6lo se pueden distinguir las palabras “perrito y bragas”. Intenta hacer pipi otra vez como un nifio, Que yo scpa, ésta ora la primera vez desde sus intentos hace cinco meses. En lo sucesivo, el comportamiento dificil y agresivo que Sandy’ ‘tenia desde Ja pesadilla, se mani- fiesta también en la escuela, Como ya he mencionado, hacia dos meses que habia comenzado la escuela y estaba especialmente interesada por los libros y el material Montessori. Pero, ahora, no ‘manificsta ningtin interés por las actividades tranquilas y constructivas. La tinica actividad que la divierte es manipular martillos, clavos y sierras. Estas herramientas eran utilizadas exclusivamente por dos nifios muy agresivos. Como estos nifios, Sandy no tenia ningiin plan preciso cuando jugaba con ellas. Pero sentia un gran placer al golpear fuerte con el martillo, su cara résplandecia en ese momento, Cuando no podia utilizar las herramientas, se aferraba a mi, me pedia sentarse en mis rodi- las y no me dejaba irme de la habitacién. Lloraba a menudo y provocaba alos demas haciendo deli- beradamente cosas prohibidas. e 21/4, La fase siguiente de los trastornos de Sandy estuvo marcada por su preocupacién por la inseguridad del cuerpo, tanto del suyo como del de los otros. Después del encuentro con el perro, habia intentado tranquilizarse repitiendo que su dedo estaba “bien”. Tres dias después, salié lorando del levabo y me explicé que se habia hecho dafio en el pie, se sacé la zapatilla, nots que algunas fibras del forro estaban pegadas a la planta del pie y dijo con desagrado: “sucio”. Luego miré su dedo gordo on aire angustiado, y tuve que asegurarle que todo iba “bien”. En la cama Sandy estuvo agitada y, con angustia, tocaba sus genitales. Se calmé cuando le aseguré que todo estaba bien en este sentido. Después tocé mi oreja y mi pelo diciendo “La oreja de Annie, el pelo de Annic”. Le enumert las par- La relaci6n de objeto 37 tes de mi cuerpo y del suyo y le expliqué que nosotras dos tenfamos todo igual porque éramos chicas. Sandy escuchaba atentamente, dijo “de acuerdo” y se quedé tranquila un momento, pero, de repente, ‘comenzé a repetir las frases “Lydia enferma, Margy enferma (dos nifias que habian estado en Ia enfer- meria varios dias), mi mamé enferma, mi mamé vuelve, mi mamé se va” y de manera interrogativa: {Sandy enferma, Annie enferma?”, y otra vez “mi mamé vuelve, mi mamé marcha” y diciendo algo sobre el “perrito” que no entendi. Tranquilicé a Sandy sobre la salud de todos e insist en el hecho de que su madre estaria pronto de vuelta y Ia levarfa a pasear porque podria caminar bien de nuevo, Durante esta conversacién, Sandy estaba tranquila bajo las sbanas y cogia mi mano. Al contra- rio de las otras noches, no puso objecién cuando la dejé sola y marché. 22/4, Al dia siguiente por la mafiana, Sandy me recibié grufiendo y lorando me dijo: “Morder a ‘Annie, morde:”. Le pregunté donde, se levanté el camisén y ensefiando su sexo dijo: “morder aqui”. Mientras subiamos las escaleras del refugio, Sandy examiné mi dedo y observé “Annie todo bien”(a mi dedo no le pasaba nada). Mientras la peinabe, pedia una cinta mas grande para su pelo. Por la noche, se metié répidamente bajo las mantas diciendo: “No cama perrito, cama Sandy”. Se mostraba muy cariflosa y mientras me besaba, deca: “Mi Annie”. Luego repitié lo que habiamos ‘hablado el dia anterior cuando enumeramos las partes de nuestros cuerpos que eran iguales. Sandy comenzé hablando de nuestros vestidos “mi bata, el delantal de Annie”, etc... Después de haber enu- merado otras cosas que teniamos en comin, sefialé mis gafas y dijo: “Donde mis gafas?”. Le con- ‘venci en seguida diciéndole que las gafas no eran una parte esencial del cuerpo de una persona. 23/4, Hoy a Ia hora del baiio ha examinado, con aire infeliz, su ombligo. En la cama ensefia su sexo de manera angustiada y cuando la cubro con las sbans, grita: “Mis piernas, mis piernas”, s0s- teniéndoselas. 24/4, Esta noche la ansiedad respecto a su cuerpo se ha desplazado a su cama. Acababa de acos- te muy disgustada ha dicho: “Mi cama, mi cama”, Le he colocado bien la sabana e intenta dormirse pero al cabo de dos minutos vuelve a llorar: “Mi cama”. La tranquilicé en cuanto a la integridad de Jas partes de su cuerpo, explicéndole de nuevo la diferencia entre los nifios y las nifias. Mientras le hablaba, Sandy se calmé y no protesté cuando la dejé sola. . 27/4, Durante tres 0 cuatro noches, esté inquieta por su cama, La primera noche nada de lo que hice la dej6 satisfecha pero en las noches siguientes, cuando a peticién suya, arreglaba cuidadosa- mente sus sébanas, se ponia contenta. Una vez miré ansiosamente bajo el colchén como si tuviese miedo de que el perro estuviese alli escondido. ‘De este periodo seria interesante remarcar el contraste entre la inguietud por los dafios imagi- narios en su cuerpo y Is falta de interés por los accidentes reales. Un dia (23/4), en mi ausencia, se arafié el pie y fue curada con tintura de genciana. Ella no hizo ninguna reflexién sobre esto. Otra vez (29/4) vio como un nifio que se baiiaba se caia dentro de la bafiera. Tuvo mucho miedo y mientras TT TY a Ls wed a oY or or or PS Sor ee no 38 Biblogréfica - 3 sacdbamos al nifio temblaba. Pero cuando se fue a la cama, bablaba muy animadamente sobre este suceso y fue la primera noche después del sueio, que se durmié tranquila. Es posible que esto ocu- riese por la falta de dato visible que era una caracteristica esencial de esta temible “enfermedad”. Las heridas y accidentes manifiestos no Te importaban lo més minimo, Algurios detalles mostraban como Sandy consideraba sus heridas imaginarias de le pesadilla como un castigo, Después del incidente con el perro eallejero, hizo esta observacién: “Persito morder piema nifio malo”. Otro dia, cuando estaba baindose, se enjaboné la cara y continué haciéndolo a pesar de prohibirselo, De repente grit6: “jJabén en la boca!”. Era pura imaginacién pero siguié con esta historia hasta que yo le miré la boca y le aseguré que no se veia jabén. Ese dia le dolia la gar- gana y es posible que relacionase su dolor con el hecho de introducir jabn en lugares prohibidos. Se acordaba, quizis, de su anterior experiencia con el jabén. 30/4, Aunque Sandy hace lo posible por estar tranquila, le desagrada encontrarse en la calle con perros. Una vez, viendo un perro se cogié fuertemente a mi mano y chillé: “Perrito, no morder mi abrigo, no morder mi gorro”. Hoy, cuando iba a la escuela, le ha aterrorizado ver aparecer un perro por la esquina. Sélo ha visto su cabeza y a una distancia de 50 yardas, Sandy chillaba: “Perrito no morder”. Ha comenzado su jornada escolar muy intranquila, pero Tuego ha jugado alegremente con un cochecito de mufiecas. Le he preguntado a quién habia tapado con jes mantas. Me ensefia un perro. Le digo: “Un perrito”, Sandy responde: “No, minino US. El primero de mayo, quince dies después de la pesadilla,su madre vuelve. Fue una visi- ‘a imprevista y una sorpresa para Sandy. Lo que primero vi cuands estuvieron juntas, fue a Sandy ‘en los brazos de su madre, sonriendo y despidiéndose de mi. La sefiora H. tenia buen aspecto y caminaba sin dificultad. Mientras arreglaba a Sandy para el paseo con su madre, le colocaba bien su braguita y Sandy dijo: “Mi braguita” y después intent6 mirar bajo la falda de su madre “bra guita mama?”, Sandy vuelve radiante del paseo, Su madre la baiia y la lleva al refugio. Deja que su madre la acueste sin hacer la més minima objecién, se coloca bien y no reclama la presencia de nadie. Elmiedo a acostarse desaparece al regreso de su madre. La sefiora H. me dice que nunca ha vuel- to tener dificultades. Durante los quince dias siguientes veo poco a Sandy porque esta la mayor parte del tiempo con su madre. No podria decir si también habia desaparecido la inquietud por su cuerpo. EL miedo a los perros persistia. Mas exactamente, un mes después de la pesadilla quince dias después del regreso de su madre, Sandy superé el miedo a los perros. Cuando en el camino de la escuela encontramos un perro atado, al principio Sandy retrocede pero luego se acerca a él de mane- 12 vacilante, Cuando vio otro perro, fue derecho hacfa él ladrando. Fue el final de Ia fobia, pero las dificultades en el comportamicnto persistian. La relacién de objeto 39 Desarrollo posterior ‘Después del cierre de Netherhall Gardens (junio de 1945), Sandy fue a vivir con su madre e iba , a la escuela como externa. También alli fue uno de los nifios més dificiles, incapaz de concentrarse y ‘haciendo Jo imposible para provocar constantemente a los adultos. Yo dejé la residencia infantil de Hampstead algunos dias después de que Sandy se hubiese mar- chado a vivir con su madre. Cuando iba a verla a su casa o a la escuela se ponfa muy contenta, pero no creo que me echase en falta, pues ahora tenia a su madre. El carifio por su madre, con quien com- ppartia la cama, era cada vez mis intenso. La sefiora H. estaba encantada con las demostraciones de afecto de Sandy, pero se quejaba de que se dormia tarde y se levantaba temprano, Cuando la sefiora H. la Ilevaba a la escuela, los gritos de Sandy se escuchaban mucho antes de que llegara. La separa- cin de su madre era un drama cada dia. Cuando la residencia infantil de Hampstead cerré en Octubre de 1945, Sandy fue a una escuela municipal donde, segiin su madre, se adapt6 perfectamente. En esta época me encontré con Sandy y su madre en el sal6n de t8. Sandy iba de un lado a otro y cada vez que pasaba cerca de una sefiora, sentada en la mesa de al lado, le daba un golpecito furtivo, medio agresivo, medio amable. Esta mujer cra su profesora. En las relaciones con su maestra parecia mostrar su antigua tendencia a pasar del afecto a Ia agresividad con cierta mezcla de miedo, En la calle, Sandy se acereaba a cualquier perro ‘que pasaba por su lado sin mirarla, golpedndole el lomo, pers si el perro se volvia, se batia en retira- da algo asustada, Habia cierto parecido entre la reaccién con él perro y la reaccién con la maestra. La sefiora H. me dijo que Sandy todavia tenfa miedo 2 los perros pero que queria quedar bien ante mi. A finales de otofio la sefiora H. se volvié a casar con un hermano de su primer marido. Fueron a vivir al pueblo donde ella habia nacido y crecido y donde todavia vivian sus padres. En los meses siguientes, la sefiora H. me escribié muchas cartas explicandome los progresos de Sandy. Desde el principio Sandy se llevé bien-con su padrastro y su hija de 11 afios. Esta iltima vive en casa de unos parientes en una ciudad préxima y va a casa durante las vacaciones. El hermano de Sandy, Barrie, tiene ahora 6 aiios. ‘Durante los primeros meses que siguieron a este nuevo matrimonio, Barrie permanecié con su tia en otro pucblo en el que habia vivido durante la guerra. Tba de ver: en cuando a ver a su madre y, como la sefiora H. me relataba, Sandy y su hermano se Ilevaban como el perro y el gato. Un tiempo después, Barrie fue a vivir definitivamente con ellos y Ia sefiora H. me escribi6 contando que los dos nifios se entendian mejor. ‘Las cartas de la sefiora H. expresaban un auténtico carifio por Sandy. Estaba contenta de su desa- rrollo fisico, orgullosa de las observaciones que ella hacia y de su popularidad entre la familia y la gente del pueblo. En junio de 1946, acepté la invitacién para pasar un fin de semana entre ellos. Encontré a Sandy re a oh ot rr _tr_t_tr_tr_ a es Te 40 Bibliogrética - 3 en la estacién, no la habia visto desde mi visita a Londres, siete meses antes. Me dio la impresi6n de que era una nifia de 3 afios y medio llena de salud. Nome reconocié y me llamé “tata”, como si hubie- se olvidado su época en la residencia, El sefior H. es minero, es un hombre bastante joven, cordial y tranquilo, No habla mucho, pero a los nfs les gusta estar con él cuando se ocupa del huerto y de los smimales. La sefiora H. parece feliz y satisfecha, La casa no esté ni muy limpia ni muy ordcnada, pero hay una atmésfera de calor y de cordialidad, La sefiora H. no es el tipo de madre que estorbe los jugue- tos infantiles por temor a que lo revuelvan todo. Las exigencias de la sefiora H. en cuanto al com- portamiento de Sandy son razonables y adecuadas al desarrollo de Sandy. Si hay discrepancia entre Jo que quiere la madre y lo que quiere la nifia, Sandy obedece casi siempre. Pero si hay algo que ella quiere sin condiciones, o si esté de mal humor o fatigada, coge una rabicta, chill, grita ante su madre yy le pega. La sefiora H. no hace nada para reprimir estos accesos y cede al deseo de Sandy. Sandy habla con acento campesino, tiene un amplio vocabulario y se expresa con facilidad, le gusta repetir las palabras nuevas y dificiles. Se interesa por todo lo que ocurre en la case. Ve a la com- pra, vigila silos pollitos salen del gallinero, ayuda a preparar las comidas y participa en todos sus pre- parativos. Sus ocupaciones favoritas, cuando juega sola, consisten en jugar con el agua, abriendo el grifo del fregadero y en cortar papeles con unas gruesas tijeras que maneja muy bien. Durante un breve periodo, poco tiempo después del traslado a Ja nueva casa, Sandy pidié a su ‘madre que se quedase con ella cuando la acostaba. Le madre asi lo hacia y pasado un mes no lo pidié més. Compartia la habitacién con sus padres, mientras que Barrie doimia solo. Teniendo en cuenta la reacciOn de Sandy ante el descubrimiento de la diferencia de los sex0s, esperabamos que le resultara dificil la convivencia con su hermano. Antes he comentado que al principio hubo disputas entre ellos. ‘No sé lo que pasé al principio y si, como nosotros esperdbamos, Sandy estaba celosa. Ahora, Barrie std celoso de su hermana, mientras que Sandy parece tener la seguridad de que ella es la preferida, Lassefiora H. demuestra abjertamente su preferencia por ella, y si los dos nifios se pelean, siempre se pone de su parte aunque no tenga mucha razén. Batrie reacciona ante esto mostrando una agresividad incontrolada hacia su madre, su hermana y el gato, adoptando un comportamiento infantil, como si imitara a Sandy. Lo que he observado es que Barrie se comporta as{ s6lo cuando su madre y su her- ‘mana estin juntas. Cuando los niios estén solos, él asume el rol del hermano mayor protector. Es un nifointeligente, su maestro esti contento con sus resultados escolares. Sandy reacciona ante las agre- siones de Barrie lorando o refugidndose en su madre, o bien devuelve la agresién, pero munca inten- ‘a evitar a su hermano para librarse de sus asaltos. Tenia la impresién de que Sandy estaba expuesta a situaciones que podian despertar los conflic- tos que la habian conducido a la fobia del aiio anterior. La agresién de su hermano tenia frecuentemente un tono abiertamente sexual. Intentaba levantarle el vestido y pegarle en el sexo. Exhibia ante ella su sexo y un dia hizo pipt sobre ella. ‘Una vez, cuando intentaba levantarle el vestido en la calle, Sandy le dijo: “Nadie tiene ganas de La relacién de objeto 41 verme desnuda”, pero otras veces respondia lorando. He podido observar con qué libertad la amenaza de castracién puede ser proferida en ciertos medios sociales aunque sea bajo una forma atenuada. Cuando Sandy se entregaba a actividades prohi- bbidas, la sefiora H. cantaba una cancién de “El sefior tijeras” que buscaba a los nifios desobedientes ppara decirles: “clic-clac, clic-clac”. Sandy cantaba también la cancién alegremente, Otra vez, la sefio- 1a H, asoméndose por Ja ventana, vio a su hijo que estaba delante de la casa jugando, comportindose ‘mal de forma ostensible. La sefiora H. le grit6 riendo que iba a cortarle el trasero, A decir verdad, yo tenia la impresién de que estas amenazas eran dichas y comprendidas como una broma. Los H. tenfan un enorme pastor alemén. La sefiora H. me dijo que los dos primeros dias después de la legada del perro a la casa, Sandy tenia algo de miedo. Pero Iuego lo ignor6 y esta actitud era la ‘que mantenfa por el momento. No es posible tener una opinién concluyente en base a una visita de un dia y medio. Mi impre- sién general era que Sandy maduraba de manera satisfectoria desde todos los puntos de vista. Habia superado los conflictos que un afio antes le habfan conducido a la fobie’ ‘Sandy era una nifia de naturaleza afectiva probablemente sana. Su necesidad constante de chn- par, asi como su ausencia de interés por la comida en sus primeros 18 meses, pueden ser asociadas un violento destete. Su agresividad inicial puede explicarse, en parte, como reaccién a la agresién de su madre y, en parte, como una identificacién con ella, cuyo, comportamiento afectivo era una mez- cla de amor y de agresién. Las tendencias masoquistas que Sandy manifestaba en la lucha contra las pulsiones agresivas pueden haber reforzado la actitud de la madre, y la particular relacién objetal en Ja que el amor, la agresién y el miedo aparecen a la vez, era una reproduccién de la primera relacién con la madre. Es interesante sefialar que si, al principio, las relaciones de Sandy estaban basadas en este mode- Jo, mis tarde s6lo se comportaba asi con algunas personas, y al final reauncié a esto completamente. Quizas esto fuese debido a su identificacién con otras personas y también a una disminucién de la agresividad de su madre después de su nuevo feliz: matrimonio, Prehistoria de la enfermedad A los dos afios Sandy era una nifia bien adaptada. Podemos presuponer de su historia que tuvo que librar un combate interno contra las pulsiones agresivas. El azaroso acontecimiento del nifio haciendo pipi en su presencia coincidié, al parecer, con el principio de la fase filica. EI hecho de que yo ayudase al nifio, le pudo dar la idea de que estaba aso- ciada a la realizacién de sus necesidades, Los celos experimentados pueden haberse afiadido a la envi- dia del pene que se desperté bruscamente. Sin embargo, no acepté inmediatamente el hecho de no 42 Bibliogréfica - 3 fener ese drgano, pues luego, intents imitar al nifio. Cuando descubre que el érgano para hacer pipi le falta, me lo pide igual que si pidiese un bombén, y después protesté tal como lo hubiera hecho en el ‘caso de no satisfacer su demanda, Su idea de que estaba en mi poder darle o negarle el pene, se expre- saba claramente en su deseo de que yo le aguantara el orinal como lo habia hecho con el niffo y con su c6lera hacia mf, incluso después de haber respondido a su exigencia, cuando sus tentativas fraca- saron. Algiin tiempo més tarde, de todos modos, parece que acepté mis explicaciones sobre la dife- rencia entre los nifios y las nifias, y el interés subsiguiente por los libros de imagenes (en los que ella distinguia bien los nifios de las nifias) puede considerarse como un esfuerzo por superar este proble- ma mediante la sublimacién. Luego una serie de acontecimicntos traumatizantes en su vida, dieron al traste con esta adapta- cién y reactivaron el conflicto. Por primera vez Sandy sc separé de su made, quien apenas podia caminar cuando volvié. Sandy debié sentir que algo terrible le habia ocurrido a su madre, que su cuer- po habia sufrido un dafio, La segunda desaparicién de su madre, dos dias después, agravé el trauma, El comportamiento de Sandy no testimoniaba de su profunda perturbacién. Sus observaciones cuan- do pasaba por la habitacién donde habia visto a su madre por iltima vez indicaban una cierta nostal- gia y una necesidad de afecto, pero no una gran angustia. ‘La desagradable experiencia que tuvo con el jabén reforzé probablemente los miedos que tenia en relacién con sus genitales, La pesadilla i ‘Tuvo este suefio una semana después de la segunda ausencia de su madre. No sabemos lo que pudo ocurrir la vispera como causa inmediata. En la pesadilla, siguiendo las observaciones de Sandy, asi como lo que su coriportamiento nos indie6, un perro la asaltaba daiiandole sus genitales, es decir, cortandole un pene con los dientes. Una Teconstruccién de los factores que contribuyeron a producir este suefio pueden conducir ala siguien- te conclusién: El acontecimiento més decisivo para la formacién del suefio y de la fobia que le siguié fue pro- bablemente el dafio en el cuerpo de Ja madre y su ausencia. Estos dos acontecimientos despertaron ‘antiguas angustias. Fl hecho de ver a Ja madre impedida pudo confirmarlc el miedo experimentado a partir de la comparacién de los sexos, el miedo a perder una parte de su cuerpo. La separacién de su madre significé también una pérdida. A esta edad, la madre es de alguna ‘manera sentida como una parte de uno mismo, por eso su ausencia y la pretendida pérdida del pene se asociaron engendrando un sentimiento abrumador de frustracién y de miedo. Esto explica la situacién de angustia que dio origen a la pesadilla. El contenido manifiesto del 4 La relacion de objeto 43 suefio: un perro cortando el pene con sus dientes, debe ser atribuido a otras fuentes. El descubrimiento de su propia falta, pudo haber despertado ese “fantasma-deseo”, que a veces se encuentra en las nifias pequefias, de cortar el pene del nifio con los dientes. Como se ve en la his-- toria del desarrollo pulsional de Sandy, un cierto grado de fijacién oral pudo hacer posible un fantas- ‘ma semejante. Durante los accesos de c6lera que tuvo durante la fobi2, me mordia de verdad. En la siguiente etapa, a continuacién del desco de atacar a su compafiero de esta manera, apare~ cid el miedo de que fuese éste tiltimo el que se convirtiese en agresor y ella en la victima. ‘La masturbacién de Sandy tuvo también un papel importante en la formacién del suefio. La exci- tacién sexual y las sensaciones fisicas pudieron suscitar Ia angustia. Quizés tenia fantasmas mastur- batorios agresivos de los que se avergonzaba. A juzgar por las xiltimas observaciones de la madre sobre la actuacién de sus hijos, no se puede exclnir la posibilidad de una amenaza de castracién pro- ferida por su parte. Lo que experiments Sandy metiéndose el trozo de jabén en el sexo le demostré lo que ella ya temia: que la intrusién en esta parte del cuerpo ocasiona heridas y dolor. Su reaccién a mi probibicién cuando se lavaba parece confirmarlo, El miedo de Sandy a sufrir daiio en sus érganos genitales tiene una doble fuente: el castigo por sus malas intenciones con respecto al nifio y por su masturbacién. Es interesante observar que ella no sabfa a ciencia cierta si este daflo supuesto se habia ya pro- ducido o estaba a punto de producirse. Esto no ha de extrafiarnos si consideramos que el pensamien- to de los nifios no se ajusta a las leyes del tiempo y de la I6gica. Igual que en el pensamiento incons- ciente del adulto, los opuestos no se excluyen. ‘Queda aiin una cuestién: por qué Sandy escogié un perro para representar al agresor. Las perso- nas de las que ella hubiera podido temer una agresi6n éramos su madre, como agente posible de la amenaza de castracién, y yo misma, como persona frustrante, consideradas como objetos de sus fan- tasias de masturbacién sadica. Pero segin el material a nuestra disposiciéri, es probable que el suefio fuera una representacién directa del “fantasma-deseo” de cortar el pene de un nifio con los dientes, bajo una forma invertida: el perro en el lugar del nifio, ‘Como Sandy no habia mostrado especial interés por los perros, es extrafio que en el sueiio el perro adquiriese tanta importancia. Podemos encontrar una explicacién en los siguientes hechos: cuando los nifios de la residencia salian en grupo para el paseo, el encuentro con un perro era a menu- do vivido con cierta emocién. Aunque Sandy no manifestara ninguna excitacién, pudo impresionar- se, Jugar “al perrito” era el juego favorito de los més pequefitos, a imitaci6n de un perro es pues ficil para un nifio. La idea de reemplazar un nifio por un perro se origind verosimilmente en la compara- cién entre ua perro y un nifio haciendo pipi. El hecho de que dos dias después de la pesadilla, Sandy se aterrorizase al ver a un nifio imitando a un perro (aunque el miedo a los perros no aparccié hasta ‘varios dias después) sugiere que el perro era una amalgama de perro y ser humano, Te La fobia Los miedos, que hasta entonces habian sido reprimidos con éxito, hicieron inupcin en la pesa~ dilla y Sandy fue incapaz de reprimirlos de nuevo. De hecho, intent una nueva represién. Olvidé el suefio, pero éste se repitié por la noche, causando un trauma, poco rato después de haberse acostado. En este mismo momento se desencadené la fobia. Concentrando sus miedos en su cama, y mas tarde, en los perros, hizo uso del mecanismo de defensa que le permitia liberarse de su angustia, a condi- cién de evitar ir a la cama y encontrarse con perros. Como no se podia acceder a su exigencia de no ir a la cama, tuvo que buscar otra salida. Pidié dormir en una cama grande de las de abajo en lugar de su cama pequeiia al comienzo de la hilera. ‘Varios factores pueden haber causacdo este deseo. En principio la idea del perro estaba ligada mas par- ticularmente a su propia cama, por eso cualquier otra podia ser mucho més segura. Ademas no habia red en las camas de abajo, por eso Sandy podia salir cuando ‘queria ir a buscar proteccién en la enfer- ‘mera. En suma, durmiendo en la cama de un nifio o de un adulto podia identificarse a esta persona més grande y més fuerte y sentirse menos impotente frente a una situacién peligrosa. Quizis consi- deraba a los adultos como personas “no dafiadas”, y tomando posesién de una cama del adulto pen- ‘saba que todo iria bien. : Utilizaba también Ja identificacién con el agresor como defensa. La segunda majiana después del suefio me recibié ladrando. Pero ese mecanismo no duré mucho, aunque yo lo estimulé, pero sélo fue restablecido de nuevo al final de la fobia cuando Sandy se atrevid a ladrar ante un pero de verdad. El perro de verdad se convierte en objeto de la fobia sélo después del incidente descrito en la calle. Es verosimil que la indicacién que hice a los nifios de que el perro podia morderles, le sir- viese a ella para establecer un vinculo entre el perro del suefio y el perro real, desplazindose ast el micdo a éste ultimo. Este incidente proporcioné a Sandy, tal vez, la imagen y las palabras para un fantasma que hasta entonces solo estaba vagamente concebido. Esto, ademas ‘de la emocién de nuevo suscitada por la experiencia ‘con el perro real, pudo ser la causa de la exclamacién: “Perrito morder picrna nifio malo”. El hecho de que esta frase fuese una hazafia intelectual, ya que ella nnunea habja dicho una frase semejante, confirma la teoria de que una emocién fuerte puede aca- ‘trear un desarrollo intelectual. Inquietud por el cuerpo En la historia de este caso aparece muy claramente el desplazamiento del supuesto dafio de los sgenitales a otras partes del cuerpo, a ropas o a la cama. Una de las primeras reacciones de Sandy des- Pués del suefio fue inspeccionarse minuciosamente su sexo (4 dias después). La confirmacién de que La relacién de objeto 45 todo estaba bien, fue utilizada por Sandy para tranquilizarse en el momento de ir a acostarse (su monélogo “no refugio perrito, agua Sandy, no agua perrito”). El incidente con el perro suscit6 la idea de que un nifio habia sido mordido en la pierna; es posi- ble que este primer desplazamiento haya estado asociado con la enfermedad de la madre, que debid parécerle a Sandy como si las picrnas estuviesen dafiadas. Después Sandy mostré su dedo con estas palabras: “Todo bien”. Al dia siguiente, contaba una historia en la que habia un “perrito” y una “bra- guita”, acercndose asi al lugar primordial del dafio fantaseado; después, cuando ella suplica al perro “perrito no morder mi sombrero, no morder mi abrigo”, escoge simbolos bien conocidos del pene para este desplazamiento. ‘Tres dfas después de! encuentro con el perro, en su primer desplazamiento, la angustia de Sandy acerca de la integridad de su cuerpo legé a su apogeo. En una sucesién répida, se inquieté por sus pies, sus dedos, su sexo. La tranquilidad que se le da respecto a su sexo, permite a Sandy embarcar- se en una investigacién mas a fondo del problema enumerando las partes de mi cuerpo. Cuando se le dijo que lo tenia todo, que no le faltaba nada, exactamente como a mi, “porque las dos somos muje- res”, Sandy se encontré confrontada con el niicleo del problema. Esto le provocé una fuerte emocién, pero por otra parte, la disminucién de la angustia permitié al complejo encontrar un acceso a la con- ciencia, y Sandy exterioriz6 stibitamente los pensamientos que habia reprimido enérgicamente duran- te mucho tiempo. Estaba intranquila, segim explica Sandy, por la enfermedad de dos amiguitas que debido a una afeccién contagiosa, estaban aisladas en la enfermeria. El hecho de prohibirle ir a la enfermeria y de despacharla un dia cuando, siguiéndome, quiso entrar, pudo provocar sus fantasmas de enfermedades misteriosas. Después de haber hablado de estas amigas, me hablé de la angustia por su madre. La enfermedad de su madre, su incapacidad para andar, su desaparicién, todo aquello de lo que antes no habia hablado, es mencionado entonces. Creia que todas Ias nifias estaban enfermas y, ya que yo era como ella, nosotras también estibamos enfermas. La seguridad que se le dio en cuanto a.esto y la promesa de que su madre volveria, tranquilizaron a Sandy por esa noche. Pero al dia siguiente vuelve su inquietud; el problema se habia vuelto consciente, podia indicar el sitio donde habia tenido lugar el mordisco. Después de haber expresado este temor, intenté tranquilizarse dicien- do que mi dedo “estaba bien” y se puso una gran cinta en el pelo, en sustitucién del érgano faltante. Por la noche Sandy se defiende del miedo diciendo que era su cama, no “cama perrito” y que yo era su Annie (tratandome a mi y a Ja cama como partes de ella misma), e instituyendo “los juegos de comparacién”, la noche anterior. Pero habia alguna duda en cuanto a nuestra similitud real, ella no Ile- vaba gafas. El hecho de comprender en un momento dado su problema y de ser confrontada, marca un cam- io en su comportamiento de la semana siguiente, Se inquieta, aim, por diversas partes de su cuerpo extendiendo entonces su temor a la cama. Su deseo de una cama grande puede ser asociado, como antes hemos mencionado, a su idea de que la cama era como una parte de ella misma. Después de la mn TW WY om mm om mr F E FE FE i= E f FTF 1 46 Bibliogréfica - 3 explicacién repetida de Ia diferencia entre nifios y niias, su angustia habia disminuido. Podemos entender esto como una indicacién de que el conflicto habia perdido intensidad, ‘Sin embargo, el temor a los perros no disminuy6, El tinico intento por acabar con este miedo fue 1 juego que realizé con el perro de juguete, al que amaba “minino", Dificultades de conducta ‘Hemos visto como a lo largo de la fobia, Sandy tavo también dificultades en su comportamicn- to, Se volvié muy agresiva, perdié interés y aptitud para los juegos de construceién, se aferré a mi y luego a su madre con una intensidad propia de fases anteriores del desarrollo. La agresividad hacia mi, que manifesté la mafiana siguiente al suefio y que se mantiene en las posteriores semanas con grado variable, puede explicarse como la expresién de su tensién interna, pero también como un signo de hostilidad hacia mi consideréndome la responsable de sus problemas. ‘Su comportamicnto provocativo cn la escuela puede ser atribuido a una identificacién con “dos nifios malos”. La maldad deliberada de Sandy era del mismo tipo que la de estos nifios. Sandy se unfa a ellos también en sus juegos agresivos; un dia los encontré a los tres muy excitados intentando per- seguir y matar a una mosca. Es probable que esta identificacién a los nifios la ayudase a sentirse intac- ‘a, en relacién al suefio podemos entenderlo como una identificacién con el agresor. Pero esta defensa no tuvo un éxito completo, y cuando este mecanismo tropez6 con obstéculos, Ja agresividad se transformé en una necesidad de aferrarse al adulto como un bebé. Sandy temia pro- bablemente una pérdida de amor a consecuencia de su agresién. La idea de perder el amor del obje- to, que ella consideraba una parte suya, fue reforzada por la angustia de castracién. Esto, ademas de una regresién evidente del yo, a consecuencia de un trastorno afectivo, puede haber sido la causa de su dependencia e incapacidad para hacer cosas constructivas. Es interesante constatar que los trastomos de conducta duraron més tiempo que la fobia, La esti- mulacién sexual y la gratificacion obtenida por el hecho de compartir la cama con la madre, pudie- ron contribuir a 1a duracién de la conducta rebelde de Sandy. Resolucién del trastorno Con el retorno de Ja matire los temores noctumos desaparecen y el miedo a los perros lo hace quince dias mas tarde. Ala pregunta que hace a su madre, en el primer cuarto de hora de su visita, a saber si ella tiene bbraguitas, pregunta a la que la sefiora H. responde “claro, mama tiene braguitas”, Sandy reacciona | La relacién de objeto a7 ‘entendiendo esto como una indicacién de que todo estaba bien para ella y para su madre, No podemos decir si el retorno de la madre “intacta” hubiera bastado para poner fin a las per- turbaciones, sin necesidad de hacer interpretaciones, o si le fobia habria desaparecido hacia la misma época por si sola. Parece probable, sin embargo, que Sandy pudo superar su angustia de castracién y su énvidia del pene con més éxito cuando fue capaz de hacer consciente su conflicto, Las cizcuastancias externas de su vida, después de la fobia, favorecicron un desarrollo normal. ‘Tuvo que ser muy frustrante ceder a un hombre su lugar en la cama de la madre, pero ella estableci6 tuna buena relacién con su padrastro. Ya anteriormente, cuando estaba en la residencia infantil, habia ‘manifestado un vivo interés por los hombres. Fue una suerte que Sandy estuviese bien instalada en su casa cuando su hermano volvié. El hecho de ser la preferida de la familia pudo ser un inconveniente, pero esto la ayud6 a admitir que era una nifia, La tolerancia de a madre ante sus intentos de sublimacién, los juegos con agua y con las tijeras, fue un factor favorable en su desarrollo. ‘Sandy logré asi soportar la presencia de un hermano dificil y agresivo. No se identificé ya con el “nifio malo”, sino que escogié como modelo a su madre, enfrentindose muy bien, sin embargo, a la agresividad de su hermano. . La tiltima visita de control reflej6 un desarrollo satisfactorio y consolidado. Conelusiones Podemos resumir las conclusiones que intentaremos obtener de este historial del siguiente modo: ‘un nifio cuya disposicién afectiva es presumiblemente sana, puede ser victima de una perturbacién neurética, relativamente grave, a causa de una sucesién de experiencias riefastas. Estas experiencias ‘tienen un efecto traumético y engendran trastomos si ocurren en el preciso momento en el que el desa- rrollo libidinal del nifo alcanza un estadio que lo hace particularmente sensible a los efectos de los acontecimientos en cuestién. Si el trastomno es tratado, poco después de su aparicién, mediante medios psicolégicos o median- te la creacién de buenas condiciones en el entomo, se puede acabar con la enfermedad neurética en un corto tiempo. Aparentemente un trastomo de este género puede ser tratado y asf aseguramos que no ponga tra- bas a Ja progresién ulterior del desarrollo pulsional. (*) Observacién leida en Londres, en Diciembre de 1946 en el seminario de Anna Freud, dirigi- do a los trabajadores de la educacién y la formacién infantil (publicado en Psychoanalytic Study of the Child, vols. 3-4, 1949). 7 OT ff _ar ToT Won on 7 WO 48 Bibliogréfca - 3 NOTAS 1, En Ia titima visita de control, que fue hecha euando Sandy tenfa 4 alos y 8 meses, todavia chupaba su sibana, 2, Para Ia organizacién de grupos de familia en la residencia infantil de Heampstcad, cf Anna Freud y D ‘Burlingham: War and Children, London, Allen and Unwin, 1943; e infant Without Families, New York, In. Univ Press, 1944 3. Ala tercera residencia de Hampstead, “New barn” Lindsell en Essex, para nifios de 2 a 12 afos. Durante el periodo de los VI los nifios de Netherhall Gardens fueron enviados alli 4. Como precaucién ante las incursiones aéreas, todos los nifios de Netherhall Gardens, dormian en un subte- ‘minco transformedo en refugio. Las camas estaban superpuestas. Los nifios de la planta supctior cstaban protegidos por una red. 5. Unatio mis tarde, la familia H. vino a Londres. El desarrollo de Sandy era el de una nifia normal de 4 afios y medio. Después comenzé la escuela en donde prospera bien, 6. Uno de tos miembros de nuestro Seminario pregunt6 por qué Sandy, aqui como en otro juego, reemplazaba al perro por el gato; a esto Anna Freud contesté que para Sandy, un gato podia tener todas las cualidades agradables de ua perro, y no tener todas las que consideraba peligrosss, es decir, que para ella un gato cra “un perro no amenazader” Traduccién: Victoria Vicente i

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