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978-1-61875-232-1 PRIC Español para crecer 2

Luis el cuatro ojos


Siempre que iba con su madre al parque, Luis volvía a
casa con una herida en la rodilla, un chichón o un arañazo.
Su mamá se dio cuenta de que Luis tenía muchos accidentes
porque no veía bien.
Una tarde, al salir de la escuela, lo llevó a la oficina del
oculista, el doctor Zito.
—¿Sabes leer ya, Luis? —le preguntó el doctor Zito.
—A veces, sí y a veces, no —contestó Luis, que en realidad
solo conocía la A, la E, la I, la O y la U.
—Muy bien, entonces mira aquí y dime lo que ves —dijo
el doctor Zito, quien le enseñó a Luis un cartel con letras y
dibujos. Los de más arriba eran grandes y se veían bien, pero
los dibujos de las otras filas eran como puntitos borrosos para
Luis.
—A ver... —decía el doctor, y anotaba números en
su cuaderno de médico—. Ahora con este
ojo tapado... —y así pasaron mucho rato,
probando con cada ojo y
con dibujos diferentes.
—Bueno, Luis —dijo el
doctor Zito al fin—, ese
problema que tienes
lo vamos a solucionar
en un minutito.
© SANTILLANA

10 diez
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Lectura

El oculista buscó algo en un armario que


tenía en la consulta. Sacó unos espejuelos
rojos y se los dio a Luis.
—A ver, Luis, pruébate estos espejuelos...
Cuando Luis se los probó, se quedó muy
sorprendido. De repente, parecía que
había más luz y que los colores de las
cosas eran mucho más bonitos.
—¡Ahí va! —dijo—. ¡Pero si lo veo todo
muy bien, mamá!
Luis daba saltos en la oficina del doctor. Estaba feliz porque
todo se veía mucho más claramente y podía correr sin tropezar
con las cosas. Su madre también estaba muy contenta. Los
dos le dieron las gracias al doctor Zito y regresaron a casa
charlando y haciendo planes.
Luis pasó la tarde probando sus espejuelos. La tele se veía
mucho mejor, y en los dibujos de sus libros de cuentos podía
descubrir detalles que nunca había visto. Veía hasta el botón
más pequeño del traje del Príncipe Valiente.
A la mañana siguiente, fue a la escuela muy contento con
sus espejuelos. Pero nada más llegar a clase, su amigo Tomás
le gritó:
—¡Pero si Luis es un cuatro ojos!
Todos los compañeros lo oyeron y se acercaron corriendo
para mirar a Luis. Y al poco, ya todos le señalaban y le decían:
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—¡Cuatro ojos! ¡Cuatro ojos! ¡Cuatro ojos!


A Luis le dio mucha vergüenza que lo llamaran cuatro ojos
y ya no estaba tan contento de ver bien las cosas. Decidió
quitarse los espejuelos y pasó el resto del día como siempre,
mirando la pizarra con los ojos arrugados. Y, otra vez, al salir
al patio, se tropezó con el balón, con un escalón y con varias
cosas más.
“Bueno, me hice dos moretones en la rodilla... pero por lo
menos no se ríen de mí”, se dijo.
Al volver de la escuela, Luis se puso de nuevo sus
espejuelos y no le contó a su madre lo que había pasado, pero
fue un alivio ver el mundo tan bien durante el resto del día.
A la mañana siguiente, se jugaba la final de fútbol. Los
niños de segundo grado A contra segundo grado B, que era la
clase de Luis. El entrenador le dijo a Luis:
—A ver, Luis, te toca a ti hacer de portero.
—Pues entonces perderemos, profe —dijo
Tomás—, porque Luis no ve un balón si no se lo
ponen en la punta de la nariz —y todos se rieron
de su broma.
“Primero se burlan de mí porque me
pongo los espejuelos y ahora, porque no veo
bien”, pensó Luis. Y no lo dudó más, sacó los
espejuelos del bolsillo, se los sujetó bien con la
goma para que no se le cayeran y se colocó
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en la portería.
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Lectura

Todo salió bien y el equipo de Luis ganó la copa de la


escuela sin problemas. Ganaron gracias a los dos goles de
Marta, una falta de Mohamed y los regates de Tomás. Pero,
sobre todo, ganaron gracias a los bloqueos de Luis, que ahora
veía llegar los balones desde el otro lado del campo.
Y como todos preferían
tener un buen portero
en el equipo a tener un
amigo lleno de golpes,
a partir de ese día nadie
volvió a acordarse del
sobrenombre cuatro ojos.

Ana Sánchez Ramal


(española)

Vocabulario

oculista. Doctor que atiende las enfermedades de los ojos.


portero. Jugador que defiende la portería de su equipo deportivo.
portería. En el juego del fútbol, marco rectangular por el cual ha
de entrar el balón para anotar goles.
regates. Movimientos del jugador para no dejarse quitar el balón.
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1 Ordena del 1 al 4 lo que ocurrió en el cuento.

a. c.

b. d.

2 Marca con una ✗ la respuesta correcta.


a. Luis tenía muchos accidentes porque...

no miraba al piso mientras caminaba.

no veía bien.

tenía los zapatos mal puestos.


b. Para solucionar el problema de Luis, el doctor Zito...

le recetó un jarabe.

le dijo que se alimentara mejor.


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le dio unos espejuelos.

14 catorce
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Comprensión lectora

3 Completa las oraciones con las siguientes palabras:

rojos chichón
a. Luis siempre volvía del parque con un .
b. Los espejuelos de Luis son .

4 Contesta:
a. ¿Por qué Luis decidió no ponerse más los espejuelos? ¿Crees que
haya hecho lo apropiado? Explica.

b. ¿Qué animó a Luis a ponerse de nuevo los espejuelos?

En Bellas Artes Conexión curricular

1 Crea un móvil con láminas de las cosas


que te gustan. Un móvil es un objeto
decorativo con figuras que cuelgan.
Usa un gancho de ropa, láminas, pega
y cintas. Luego, compártelo con tus
compañeros.

2 Contesta:
a. ¿Para qué crees que sirva el móvil
que creaste?
© SANTILLANA

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