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TOTALITARISMO EN UN MUNDO NO-TOTALITARIO

Hanna Arend nos dice que el Totalitarismo “es la más radical negación de la
libertad”, pero está negación de libertad es común en todas las tiranías. Cuando hablamos
de tiranías lo hacemos como: “toda case de Gobierno en el cual la persona encargada de la
ejecución de las leyes puede hacerlar, destruiras, entorpecerlas, suspenderlas o,
simplemente, eludirlas con la certeza de la impunidad”(Alfieri 52)
El totalitarismos, es un movimiento donde la libertad está seriamente anulada y
donde el Estado ejerce todo el poder sin divisiones ni restricciones. No obstante, el
totalitarismo se diferencia de otros tipos de tiranía como el autoritarismo -aunque todos
estos tipos de gobiernos tiranicos son autoritarios-, debido a que en él hay una negación de
la libertad y de los derechos individuales, desconociendo además la dignidad de la persona
humana, convirtiendo las clases en masas. La posibilidad de la existencia de un movimiento
totalitario en un mundo no-totalitario, es una muestra evidente la caída de la “estructura
entera de la moralidad”; la caída de una serie de leyes y costumbres que originalmente
encarnarían las ideas de libertad y justicia, cuando hablamos de relaciones sociales y de las
instituciones políticas. Debido, al que el pensamiento de los gobiernos totalitarios,
consideran el Estado como un fin en sí mismo y por lo tanto se encarga de maximizarlo, y
dado que el poder existe para un fin, da como resultado que un estado grande, nos provee
de un poder grande, así que el poder que obtiene un estado totalitario lo puede todo porque
el fin lo abarca todo.
La presencia de un regimen totalitaro en un mundo no-totalitario, nos permite
desconocer este tipo de gobierno y considerarlo un gobierno “ilegal” ya que esta clase de
gobierno reta y desafía las “leyes positivas”, sin embargo, no nos permite considerarlo un
gobierno arbitrario en la medida en que obedece ls leyes de la Naturaza o de la Historia. No
obstante lo que parece “ilegal” para el mundo no-totalitario, en el pensamiento totalitario
consistara en una “fuerza de legitimidad” (Arendt 409). La legalidad totalitaria, al ejecutar
las leyes Naturales e Históricas no les interesa explicarla en términos de bien y mal para los
seres humanos, sino que su único interés es aplicarlas directamente en la especie humana.
En el pensamiento totalitario las leyes se vuelven leyes de movimiento, la
Naturaleza y la Historia dejan de ser fuentes estabilizadoras de autoridad para las leyes y
pasan a convertirse en leyes de movimiento. El propio término “Ley” cambia en el seno de
lo regímenes totalitarios, pasa de ser el marco de estabilidad donde las acciones debían
tener lugar y se convierte en la pura expresión del movimiento en sí mismo. El terror se
vuelve un principio y rige para no permitir que nada se interponga en su camino, se
convierte por lo tanto en la esencia del gobierno y dispone de todos los medios para
“estabilizar a los hombres” y convertilos en seres estáticos y así evitar cualquier obstáculo
que impida el libre curso del terror. El pensamiento totalitario tienen como meta organizar
todos los componentes del Estado -territorio, población, gobierno y poder- ademas también
pretende negar la persona como un elemento individual que posee libre albedrío, lo
convierte en un elemento de la sociedad.
A pesar de su ley de terror, una característica bastante resaltante que posee los
regímenes totalitarios y sus dirigentes en particular, es la facilidad y la rapidez con las que
son olvidados y remplazados. Hay una inconstancia que tiene que ver con la “volubilidad”
de las masas, posiblemente esto tenga que ver con el desplazamiento e los movimientos
totalitarios -que sólo pueden hallarse en el poder mientras estén en marcha y pongan en
movimiento a todo lo que haya en tornos a ellos-. Los regímenes totalitarios mientras que
se hallan en el podre y los dirigentes totalitarios se hallan con vida “gobiernan y se afirman
con el apoyo de las masas” (Arendt 386) hasta el final. La característica inquietante en el
éxito del totalitarismo es el verdadero apoyo y la generosidad de sus seguidores, que los
lleva a estar dispuestos a colaborar con sus propios acusadores y solicitar para ellos mismos
la pena de muerte, siempre y cuando no se vea afectado su “status” como miembro del
movimiento. El fanatismo que mueve a los seguidores del pensamiento totalitario puede
romperse, y esto sucede en el momento en que el movimiento los deja en la “estacada,
destruyendo cualquiera convicción que quedara en ellos, en el momento del colapso del
mismo movimiento” (Arendt 388) . Sin embargo, mientras que el movimiento se mantenga
en su auge y mantenga a los seguidores unidos, estos no podrán ser “influidos por ninguna
experiencia y por ningún argumento” (Arendt 388) ; la identificación con el movimiento y
el conformismo total es lo que los mantiene dando el apoyo al movimiento.
La pretención de los gobiernos totaltarios en la dominación y organización las
masas, ya que dependen plenamente de ellas, hasta el punto que este tipo de regímenes
depende de la fuerza de sus número, así que en países con poblaciones pequeñas parece
imposible hablar de un movimiento totalitario. Sólo donde existe grandes masas y donde
pueden ser derrochadas sin resultados de despoblación es posible hablar de una dominación
totalitaria.
Los movimientos totalitarios son posibles donde hay masas que han adquirido el
deseo de la organización política. Se habla de masa cuando nos referimos a un grupo de
personas que no pueden ser integradas en ninguna organización basada en el interés común,
en los partidos políticos, en la gobernación municipal o en las organizaciones profesionales
y los sindicatos. Este grupo existen en cada país y están conformados por esas personas
neutrales y políticamente indiferentes, que jamás se integran a un partido y difícilmente
acuden a votar, la característica del hombre-masa -cuya misión es destruir, nunca construir-
no es la brutalidad y el atraso, sino su aislamiento y su falta de relación social normales. No
obstante, la indiferencia y la neutralidad de estos grupos por los asuntos políticos, no son
causa suficiente para la popularidad de los movimientos totalitarios. Los regímenes
totalitarios son organizaciones de masas de individuos atomizados y aislados, donde su más
importante característica es la necesidad de una lealtad total, incondicional e inalterable del
ser individual y esto solo se puede lograr si se tienen seres plenamente aislados, que sin
otros lazos sociales y los cuales creen que su único lugar en el mundo se encuentra en la
relación que mantinen con el “Partido”. A diferencia a otros movimientos tiránicos, los
movimientos totalitarios no se conforma con dominar y aterrorizar a las masas por medios
extremos, ha descubierto unos medios para hacerlo desde dentro del ser humano individual.
Ya que elimina la distancia entre los dominadores y los dominados y logra la condición en
el que el poder y la voluntad de poder, desempeñan un papel secundario. Debido a esto, el
líder totalitario es el funcionario de las masas que las conduce, no es un individuo deseoso
de poder que impone su voluntad sobre sus seguidores. Por su papel de simple funcionario,
puede ser reemplazado ya que depende la “voluntad” de las masas a las que representa.
Esta fidelidad y aceptación que reciben los movimientos totalitarios de las masas,
son ganados a través de las propagandas, ya que estos movimientos que están en la
constante lucha por el poder también tienen la necesidad de agradar a dicho grupo. En los
países donde se aplica este tipo de tiranía la propaganda y el terror van de la mano, ya que
allí cuando ya se ha asentado el poder estas propagandas son sustituidas por el
adoctrinamiento, cuyo modo de operar es a través de la violencia, pero esto, no lo hace para
asustar al pueblo al que rige, sino, para mantener una constante doctrina ideológica y sus
mentiras prácticas. Esta necesidad de propagandas que tienen los regímenes totalitarios es
debido a que existen en un mundo no-totalitario, es por eso, que semejante estrategia es
dirigida a una esfera exterior -bien sea a los estratos sociales no-totalitarios de la población
del país o a los países extranjeros no-totalitarios-.
El pensamiento totalitario trata de lograr con su método propagandístico llegar a esos
sectores no-totalitarios y proporcionarles un material adecuado, que les permita crear y
considerar el método del movimiento. Esta forma de proceder de los regímenes totalitarios
causa un conflicto entre las líneas de adoctrinamiento totalitario interior y la línea de
propaganda para el consumo exterior. No obstante el tema resaltante aquí es que la
necesidad de propagandas en el movimiento totalitario está dictado por el mundo exterior y
que estas propagandas más que ser publicidad, su verdadera función es la de
adoctrinamiento,convirtiendo al hombre en un hombre-masa, que posee una fidelidad total
hacia el movimiento y que siento que al que al único lugar al que pertenece es al partido y
olvida a su vez que habita un mundo no-totalitario.
BIBLOGRAFÍA
Alfieri, Victor. De la Tiranía. Caracas: Fundación Manuel García-Pelayo, 2006.
Arendt, Hanna. Ensayos de comprensión 1930-1954. Trad. Agustín Serrano de Haro.
Caparrós Editores, 2005
Arendt, Hanna. Los orígenes del totalitarismo. Taurus.

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