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en el centenario de un estreno
homenaje
GERALD MOORE
GUSTAV LEONHARDT:
el barroco en persona
El Banco Central Patrocina laTemporada de Opera,
del Teatro Lírico Nacional La Zarzuela. /
•'lili;
.i.'
BANCO CENTRAL
Su Banco amigo.
Edito
SCHERZO EDITORIAL, S. A.
C/Marqués de Mondéjar, 11 - 5 . " C
28028-Madrid. latí- (91) 246 76 22
Presidente
Gerardo Queipo de Llano
Director
Amonio Moral
Año D - n.° 14 - MAYO 1987 - 400 ptas.
Director Adjunto
Arturo Reverter
Redactor Jefe
Enrique Martínez Miura
Cornejo de Dirección
Javier Alfaya, Domingo del Campo Casiel.
Manuel García Franco, Agustín Muñoz Jimé-
nez, Enrique Pérez Adrián.
Secciones SUMARIO
Redacción en Barcelona: César Calmtll. Ac-
lualidad: Arturo Reverter y Enrique Martínez
Miura. Discos: Enrique Pérez Adrián. Alta OPINIÓN 4
Fidelidad: Alfredo Oraxo. Danza: Roger Salas. ACTUALIDAD 6
Libros: Xoan Manuel Carreira. Jazz: Ebbe
Traberg. Música contemporánea: José Iges. BOTÓN DE MUESTRA:
— Berg: Un inhabitual invitado de honor, Arturo Reverter 26
Colaboran en este número
Roberto Andrade Matde, Manuel Balboa, GRANDES INTERPRETES: GUSTAV LEONHARDT:
Adriano Bassi, César Calmell, Xoan Manuel EL BARROCO EN PERSONA 29
Carreira, Fernando Fraga, Manuel Gomis Ga-
vilán, José Iges, Daniel Jordán, José Amonio — Un retrato, Enrique Martínez Miura 30
López Docal, Santiago Martín Bermúdez, En- — Leonhardt y el disco 33
rique Martínez Mjitra, Blas Matamoro. Án-
gel Femando Mayo, Antonio Moral, Wolf- ENTREVISTA: GUSTAV LEONHARDT, Adriano Bassi 34
gang Amadeus Mozan, Agustín Muñoz Jimé-
nez, Alfredo Orozco, Rafael Onega Basagoiti. HISTORIAS DE LA MÚSICA:
Enrique Pérez Adrián, Geranio Queipo de Ufr — Genio y figura, Daniel Jordán 38
no Onaindla, Arturo Reverter, Jordi Ribera
i Bergos, Rosa Sabadell, Roger Salas, Josep DISCOS 39
V ice ni Surinach, José Amonio Tapia Grana- ESTUDIO DISCOGRAFICO:
dos, Ebbe Traberg, Miguel Zaneni.
— Wozeeck a través del disco, Enrique Pérez Adrián 48
Diseño de Portada — Discografía comparada de Lulu, Manuel Gomis 50
Salvador Alarcd LIBROS 51
Foto de Portada LA GUIA DE SCHERZO 53
Gustav Leonhardt. Fundación Caja de Pen- DOSIER: EL OTELLO DE VERDI EN EL CENTENARIO DE SU
siones/Deutsche Harmonía Mundí
ESTRENO 55
Publicidad, Redacción — El Otello de Arrigo Boito, José Antonio López Docal 56
y Administración — El transfondo histórico, Enrique Martínez Miura 59
Se berzo Editorial, S. A. — El Otello: un nuevo lenguaje moderno, Arturo Reverter 60
Marqués de Mondéjar. II - 5 . " C — Las voces de Otello, Roberto Andrade Malde 64
28028-Madrid
Teléf. (91) 246 76 22
— Otellos famosos, Fernando Fraga 68
— Todos amamos a Cassio, Blas Matamoro 72
Imprime — Otello y la ópera nacional española, Manuel Balboa 74
REYMASA, S. A — Discografía: tas grabaciones completas, breve panorámica,
MOVIEGRAF. S. A. (Color) Roberto Andrade Malde 76
Producción gráfica
HOMENAJE: GERALD MOORE IN MEMORIAM 81
GRAFINAT, S. A. — Querido y viejo maestro, Miguel Zanetti 82
Argos, 8 — Discografía seleccionada 84
28037-Madrid. Tetóf. 204 25 75
DANZA:
Depósito legal — El estilo bailable, Roger Salas.... W
M-41822-1985
ISSN-0313-4802 JAZZ:
— Episodios, Ebbe Traberg 89
SCHERZO es uní publicación <k aiiaei plural
y no pertenece ni ala «benita a ningún organismo ALTA FIDELIDAD:
pdMko ni privado. Li dirección nsjpeu la libertad — Alta Fidelidad de... ¿excepción?, Josep Vicent Surinach 92
de «presiún de sus colaboradores Les textos fir-
mados ion de la delusiva responsabilidad de los — Ante un nuevo componente, el cable de conexión, Alfredo Orozco
fírnuMes. no siendo por (ano opinión ütlcul de la Buezo 93
revista.
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OPINIÓN
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OPINIÓN
EL DISPARATE MUSICAL
Schcrzo 5
ACTUALIDAD
RARA AVIS
Madrid. Ceruro Cultural Chamar!In Nicolás Sal-
merón, 23 de imita de 1987. la fiaitía y ti obt*
en la MIÜIIÍÍ dt cámara. Obras <íe Muían y
Bocchenni.
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ACTUALIDAD
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ACTUALIDAD
Un Réquiem
falto de interés MARTTI TAL VELA. La buena
MadrU. Tcatiu Real. 9, 10-IV-87. Veidi. Ktqiáem.
salud de una voz del norte
Pilar Lorengai. Sylvia LindcnuranJ, Richard Vei- res, redondeces y brillos capaces de oior-
uNe. Francesco Ellera D'Anegna Coro y Orques-
ta de RTVE. Director: Mipiel Anyl Góms Martina. garlc una mayor nobleza. El volumen es
sufucicntc y la técnica con la que está
Como preludio a la Semana Santa la manejada, más que correcta, hasta el punto
Orquesta y Coro de RTVE ofrecieron. de facilitar la producción de medias vo-
bajo la batuta de su titular. la Messa di ces, agilidades y regulaciones sonoras no
Réquiem que Verdi escribió en memoria siempre fáciles para un bajo, ni siquiera
de Aiessandro Manzoni. Una de las obras para un bajo cantante. Es, de todas for-
cumbres no sólo de su autor, sino de to- mas, cantante inteligente, aunque no puede
do el siglo XIX. La partitura de carác- evitar, por alguna de las circunstancias
ter religioso está impregnada del talante señaladas, cierta pesadez, falta de flexi-
eminentemente dramático de Vcrdi que, bilidad y de soltura para el ligado.
por encima de la importancia encomen- Ofreció en esta ocasión, dentro de un
dada a la orquesta, es en la voz donde programa muy interesante, una irregu-
el compositor sitúa el soporte de su em- lar versión del ciclo de Schumann sobre
peño. Gómez Martínez se aplicó prefe- doce poemas de Justinus Kerner. Op. 35.
rentemente en la sonoridad de la orquesta quizá no en su mejor forma, y algo agi-
y en la potencia del coro, tendiendo siem- tado e irregular, file centrándose a me-
pre a lo grandioso sin lograr, además. dida que transcurría el tiempo, encon-
un equilibrio entre las dos masas. Par- trando siempre evidentes dificultades para
tiendo de una concepción global de la el mantenimiento del flato y para la as-
obra rutinaria y mecánica, dio una ver- censión a determinadas zonas agudas. En
sión achatada, plana, sin matices ni su- Manti Tal vela la segunda parte acometió la interpreta-
tilezas, oscilando enlre el forte tosco y ción de seis canciones de Rachmaninov.
apabullante y el mezzo forte frío y dis- Madrid. Teatro Rea] I-1V-87. Schumann. Doce en donde estuvo más entonado, aunque
poemas de Kemer, Op. J5 RachmaniiKiv. Seis
tante. Es cierto que (salvo Pilar Lorcn- í-ímitines. Mussorgsky. Canciones y danzas de sin alcanzar la elevada cota de las cua-
gar en muchos aspectos) no contó con la muerte Manii Tilvcla, baju. Eero Hcinonen. tro piezas constitutivas del ciclo de Mus-
un cuarteto solista notable, pero tampo- piano. sorgsky Canciones y danzas de la muer-
co supo aprovecharlo. Ya en el Kyrie La voz de este finlandés de 52 años te, en el que voz y expresión brillaron
se comprobó la falta de empaste (inclu- ha sido, y es. una de las más sólidas y a gran altura. Los cuatro poemas de
so de ensayo) de las cuatro cuerdas, aban- rocosas por lo que a la cuerda de bajo Golenischev-Kutusov, ilustrados de ma-
donadas peligrosamente a sí mismas. se refiere. Se trata de un instrumento con- nera intensa y genial por el compositor
sistente, homogéneo y rtjtundo, con graves ruso, encontraron en Tal vela, espléndi-
Pilar Lo rengar, un caso de longevidad bien apoyados y contundentes. La emi- damente asistido tlesde el piano por Eero
vocal asombroso, demostró, cuando pu- sión, un tanto dura, el timbre, no espe- Heinonen, un magnifico intérprete. Las
do, su exquisita musicalidad y la seguri- cialmente esmaltado, la extensión, algo tres canciones populares finlandesas que
dad de su oficio, con una voz timbrada justa por arriba, impiden que esta voz, üio como propina fueron cantadas en olor
y firme, sobre todo, en su registro agu- que tiene algo de rústico y. quizá por de multitud.
do. Sin embargo, a menudo, se vio obli- ello, mucho de sano, alcance esplendo- Á.R.
gada a forzar su instrumento, con la con-
siguiente pérdida de esmalte y entona-
ción. No obstante, su Libera me alcan-
zó momentos de altura. Sylvia Lindens-
lo lírico-ligero, bien impostada y con un sa-
Irand está en los antípodas vocales de
lo que su cometido necesita, una mez-
ARAIZA: Una no registro agudo, lo que basta y sobra para
justificar su éxito. Olra, que como liederisla
zosoprano con centro, anchura de grave bella voz es un principian le: su versión del citado Dieh-
tertiebe fue lenta, plana y sosa hasta el tedio,
y riqueza de agudo. Se vio totalmente
con la cooperación, en similar línea, del pia-
desbordada por el papel, e ignorada por M3bid. Teatro Real, 2S-ID-1987. Grandes Re- nista. Basle añadir que la muy deficiente in-
la batuta. El tenor americano Richard Ver- díales Líricos: Francisco Araiza. tenor: Jean Le-
moire. piano. Canciones de Schumann, Fauré. terpretación que de esa obra dio Rene Kollo
salle logró imponer su volumen nada des- Ravel y Slrauss. en el Real -Cfr. núm. 2 de SCHERZO-
preciable, acostumbrado quizás a lidiar fue mejor, claro que entonces el pianista se
El joven tenor mexicano, nacido en 1950. llamaba Irwin Gage. Muchos años tiene Aiaiza
fragores wagneríanos, con un órgano de por delante para madurar Amor de poeta, que
realiza desde mediados del jasado decenio una
cierto valor (imbrico, pero a su fagemistv hnllante carrera en los principales lealros de esperamos volver a escucharle.
le faJtó carácter y al Hostias presencia. ópera europeos. El disco ha recogido ya su
voz en un amplio repertorio: Cosí fon tulle, La segunda parle del programa reveló as-
Francesco Ellero D'Anegna posee una pectos más favorables de su arte, en especial
voz de bajo cantante noble, perfilada, un cení Muti; Flauta Mágica y Falstqff, con. Ka- Apres un réve (Fauré) y alguno de los heder
rajan, Barbero con Mamner; Fausto con Sir dé Slrauss que cerraron el concierto, como
tanto carente de volumen, pero su canto Colín Davis; Ln Canción de la úerra con Giu-
necesita perfeccionarse, y su solfeo lini e incluso la bella molinera de Schubert. Margen y Alíentele». Las Canciones de Don
Su bello programa en el Real se abría con Quijote a Dulcinea pusieron una vez mis de
mejorar. relieve el salido agudo del tenor, que conclu-
otro ciclo básico en la historia del Lied: Amor yó su actuación con tres bises: dos canciones
En fin, una velada de escaso interés, de poeta, de Roben Schumann. Pronio que- españolas y un discreto Wninnig de Schumann.
daron claras dos cosas. Una, que A raiza po-
que no merece más pormenor. see una hdla voz de lenor entre lo lírico y R.A.M.
F.F.
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ACTUALIDAD
A.R.
Karita Manila
T I TEATRO
REAL XQ(
CAM
29 de septiembre, martes
Coro Nacional de España
Orquesia Sinfónica de Tenerife
Dirección Carmen Helena Té Hez
Abono D
POLI]
Solistas A [íi'Lrminir
Alhalia. ofji<"in en !!(• aaiis de CJ f Hacnikl
20 de octubre, manes
Clemenck Consort
Abono D 10 24 de noviembre, martes
Orquesta NacionaJ de España
Abono C
Concertino Víctor M
Dilección Carmen H
J S. Bach Tres caniaiu
Dilección. Jesús López Cobos
Dilección Rene Clemencic
SohsUi Premie* de piano Infanta Cnslini
ReciUl de obras del Barroco vienes Conciertos pan piano a dcteirninir. «aún premiados
16 12 de tnen
Con oíros solidas • determina! (puno y violín) Mendeksohn Cunrtrlo de tutrdji núm, I
Quiniela, de Céstr Franck
Concierto, df Emesl Ch*uiso4i
Soiions Cuiriíio de cuerda núm 2
Dtbuü>r Cuarlelo de cuerda tn Sal menor
17 19 de enen
Orquesta Sinfónk
28 de octubre, m tincóles
Conjunto de Instrumentos de Viento
Abono C 12 2 de diciembre, miércotes
Orquesta de Cámara Española
Abono C Sociedad Coral di
Dirección Víctor Pab
Liado Preludio de Ckir
Direciur Luís Aguine Colón Concemno-direcior: Víctor Martín Emeso HalfTiei Elegía
Solitu. A determinar Solisus Goncal CometuH, Herme« Kríales, Pedro Leóa, Puccinr MÁa de Gloria
Slravinski Ocíelo de nenio Francbco Horno. Domingo Tomas, Manuel ViBufudas
Slravinskt Concierto p i n piano y viento ívK»lmesí
Weill Die kleine DreifTmchenniusik Concierto homenaje i l vbliiii&La Hermej Knala. con obras
dr A Vivaldi y J S Bach. 18 26 de enert.
Orquesta de Cámi
13 9 de diciembre, miércoles
— El pafo de íbooo» itbai nalizine mtduau infrew U efectivo o por U(óo btncario
confofroado, en l u ofiaou dd Buco Exlerix de EipaAi •utorüadat al efecto. El pia-
19 2 de febrert
Tete M o n t o l í u , pía
lo para realmr ese intrejo oomeanri • paitir dd dk 4 de mayo y dunri, en cad* Rccilil de piano-jan
Cicia. hasu l i Allinu fecha pievnu pan l i relinda de le* conopóndienlei aboaoi
• Reaoncióa de iDonH -C* y .Dw
— El pato de lot abena no m i valido y te feinlefranl al üueniída en caía de no retirar abono "O> podiin incluir eicepcioru
k» abono <n lea plana aenaladc*.
Rdiradi de abonot: Junio: dd S al 1
— Lot impuse* pan hacer efectivo d ingrexo de lea aboooi podrió reurane en l u agen- Venta de nuevos abonos: Juuio: dd
cia! dd Btn-o Emcrioi de Eipana o en la Coueijerla dd Teauo Rol (c./ CaikB Ul). pata (rapta culturales al 50 por 100.
— Pira la retirada de esua ibonoi seri imprescindible la presentadún de ti tárjela comi- La renovadAn y venta, n u i r n
pondiente al abono de la lonponda anterior, acompañada dd jUHifianii del ingre» tai laquiOai dd Teatro Real ( t / C
realiíado. 17 horas, en loa (Un aeüaladoa.
MINISTERIO DE CULTURA
rrmu» Hiera ote- * i«j«ic(&nieio Wsen
X)DE
RAY
3NIA 26 22 de marjo. manes
Orquesta de Cámara Española
AbonoC
(Conterlino: Víctor M a r t i n )
Coro de Cámara de la Comunidad
de M a d r i d
Dirección Miguel Croba
\ 1987-88
•GRAMAS
20 9 de febreio, martes
Cuarteto Enesco
Abono D
Vnakli <rtdu. Magnifical
Moail: M i u , K. «t. y Muleltt. K 222. 27.1 y (.IX
ríes Abonu D
Alt-inoni Adagip
Hiydn Concierto en Do nayor, órgano y orquesU
HOB 18:!
Cfiíg SulK llolberg, Op. 40
29 19 de abn!, manes
Conjunto Barroco «Zarabanda»
Abono C
[islrumenlos históricos Hotsi Si. Piul't uile Alvaro Manas, llaula> Je pico
Chriilopher Coin. iiolonirllo barroco
23 I de marzo, manes
T r i o de Barcelona
Abono D
Aliñe lyberíjch, clavecín
Recial óc fiaulu fena^enusuis y banotis. vjoloncello bino-
co y clavecín Con obiasdc Ffocobaldi. Cima. Corclli, Cou-
perin. Bach. Tclcnunn y Vivildi-
rtes Abono C Con Fnrique de Santiago, viola
Asturias Cfoar Fran^V Sonata pm violin > piano
Emttl Chuuon Trío <on piano
bao Emesl Chikisaon Cuirlrlo cun piano
30 26 de abril, manes Abono D
24 8 de marzo, martes
Cuarteto Arcana
Abono C
Dimitar Furnadjiev, violan cello
Sadrávska Rodoilska, piano
Shoslakovicn Sonali Op. 40
Slravinüii SuíLe Malí ana
J. C Arnaji Cuuielo de cuerda núm. 3 Kodilv. SOOBIB para relio. Op. 8
Abono D Joié LJÜ TjnrA. CidríHn rn Sol Binóh Rapsodia nüm. 1
íes Jesús Cundí CujfiHa AI La
•pea
Oprean 25 [5 de marzo, manes
Cuarteto Smetana
Abono D
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ACTUALIDAD
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ACTUALIDAD
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ACTUALIDAD
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ACTUALIDAD
de corte tradicional con los consabidos se ganó —como ya sucedió en Lu ACIS Y GALATEA
recursos de falsa perspectiva pero con stmnambula— el respeto unánime del
algunos elementos corpóreos o pruclica- público.
EN BADALONA
bles (como por ejemplo las torres del Cas- La infeliz Beatrice lia sido incorpo Dentro del Ciclo de Actividades Cul-
tillo de Binaseo con saledizos y trone- rada por la precoz Cecilia Gasdia. que turales de primavera organizado por el Ayun-
ras). Especialmente atractivos han resul- lu demostrado poseer una vuz qui/ás no tamiento de Badalona. la Orquestra de Cam-
tado en el Acto I el frondoso e impo- bra Catalana y el Cor de Cambra de Llei-
bellísima pero sí de gran ductilidad para da con la colaboración de Montarral Co-
nente bosque y la eMaiuu ecuestre de Gm- un rol que exige una gran capacidad vir madira como Galaica, lolanda Sarta en el
dottiero de Facino con fondo de arque- luosístieu. así como un notable compoi rol de Damon y Francesc Jové y Joan Puig-
rías gólicas; y en el Acto II el pasaje lamienio escénico en el papel de esposu dellivol como Acis y Polyphemus respec-
que conduce a las mazmorras del casti- tivamente, lodos ellos bajo la dirección de
imicenie y ultrajada. La.s versiones de su Jisin Pámies. otrecieron la versión concer-
llo, de cierto sabor piranesiano En su aria de entrada Mu ¡a sola, obimé'. mn "¡o tante de la deliciosa ópera de Haendel ,4c/i
contra (probablemente inal aconsejado por y de su Ahí se un 'unta en la escena II- v Galtilea.
Tomasi) debe reprochársele lu aparición nal son dignas de ser recordadas. Oniu Nuestra primera impresión es de sor-
sempiterna de las Escaleras laterales, que vo un éxito de público no parangoiiable presa —bien agradable por cierto—. ul con-
consiguieron empequeñecer el gran es- ni conipartiblc con oponen lu masculino testar que de manera insospechada se nos
cenario del Uceo, y la fiisión de los Cua- alguno. En efecto, el tenor Vieenzo La ofrecen, con gran calidad, producciones puco
dros 1 y II del Acto I en uno solo. usuales en nuestras salas de conciertos.
Scola fue un Orombello irreprochable, Los solistas vinales supieron dar su justo
pero el suyo es un papel de anii héroe valor, tanto vocal como estilísticamente.
En el ¡ispéelo musical ante todo de-
no excesivamente lucido, sin ningún ana, a las bellísimas páginas de Haendel. sin
bemos destacar la labor del maestro Ar- olvidar la peculiar caracterización psico-
a pesui do contar con algunas interven-
mando Gallo, responsable también de la lógica de sus respectivos personajes. Otro
ciones importantes Y Lorenzo Saieamani. tumo podemos decir del coro, muy equili-
revisión de lu partitura editada por Ri-
como Filippo María Visconii -segundo brado, buenas viices y excelente afinación.
co rd i que se ha utilizado en la píeseme
esposo de Bealrice en la ópera y en la La orquesta, con mención especial a los
reposición. Aún sin obtener de la orquesta
[calidad histórica — demostró poseer una diferentes solistas, sonó conjuntada y pre-
una sonoridad ideal. Gatto ha dirigido cisa, creando en ludo momento la atmós-
voz de barítono potente pero limitada en
una Becurice ágil, con auténtico empuje fera adecuada a la bella pastoral hacndehana.
los agudos, realizando por los demás una
dramático. exactitud en las entradas e in Todo ello bajo la dirección experta de
encoiniable composición del personaje.
tentando en la medida de lo posible no Joan Pámies. autentico artífice de una fe-
Su versión de sus dos magníficas arias liz velada.
tapar a los cantantes. Gracias a ludo ello
Coiné {'adtira, e quanin y Qui
m'atcolst luvo fuerza y liris Rosa Sabadell
mo. pero en general no pudo
ensombrecei a lu Bealrice Ue GALARDONADA LA
la Gasdia.
EDITORIAL CLIVIS
El de Agnese del Majno no La Editorial de Barcelona, que dirige
es uno de los grandes papeles El i senda Climent. ha sido galardonada con
para inwzn de lu ópera italia d Premio que concede el Ministerio de Cul-
nu del XIX. pero está dolado tura u aquellas editoriales que des latan por
de una utrueliva línea de can su aportación importante en el campo de
la enseñanza y de la pedagogía musicales.
lo que lu siempre efectiva Ra La distinción rumorífiea ha sido en con-
quel Pierotti ufronló sutisfai creto por la colección -Toquem. - que.
lonamente. Ya su romanza Ah! recien iniciad^, pretende llevar a cabo un
non pensar che pieno, cantada ambicioso progtama de interés pedagógi-
desde fuera a comienzos del co, y que consiste en reunir en distintos
Acto I nos causó una muy grata volúmenes, todos ellos bellamente ilustra-
dos, un conjunto de piezas fáciles y re-
impresión, que quedó confirma- creativas de calidad, dedicadas a los dis-
da en el resto de su actuación. tintos instrumentos. El ruño que sigue los
No podemos cerrar esta primeros cursos normales de aprendizaje
crónica sin dedicar unas pala- en el conservatorio, encontrará en esta co-
bras de elogio al coro del tea- lección un complemento agradable y a la
tro, que dirigen Romano Gun- vez eficaz a la hora de despertar su sensi-
bilidad —que es en definitiva de lo que se
dolfi y Vittorio Sicuri. Sus vo- trata— hacia la música contemporánea a
ces, bien timbradas y ufinadas. través de la interpretación que ella hace
han desiacadi) tanto en los con- del fondo familiar de la canción popular.
cenantes como en el coro de Editorial Clivis, con esta colección que se
introducción del Acto D Las- inicia con dos cuadernos dedicados al pia-
sal epuó i¡ del...: Consigne- no —y cuyos autores son Mariana Vila y
Joan Josep Gutiérrez—, viene a llenar un
mos también que en las repre-' vacío en el panorama educativo donde de-
sentaciones tercera y cuarta. masiado a menudo los inicios en el apren-
la Gasdia fue substituida por dizaje de un instrumento están asociados
Adelaida Negri, quien creó una a la adquisición de pura técnica con pro-
Bealrice más dramática, pero metedoras recompensas reservadas para más
asimismo totalmente válida. adelante que quizás el niño, aburrido en
el largo ínterin, nunca llegue a gozar.
CeáUa Ckisdia y La Scola ai Beañce tñ trnáa
Fotu: F. CATALÁ-ROCA Jordi Ribera ce.
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20 Señera»
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ACTUALIDAD
IX Curso de música
barroca y rococó
STE año el tradicional tur- son, por asignatura, para los ac-
22 Scherzo
ACTUALIDAD
1
•
"lililí f d
L/ ^
Scherzo 23
ACTUALIDAD
Q
U E los aficionados de Gua- es obvio en el tema indicado,
dalajjra. Cuenca. Ciudad ha sido otro de los aciertos de esta ta versión de IM Gran Pasiiut Rusa,
Real. Albacete y Toledo pue- serie de conciertos. Estructurada en de Rimsky Korsakov. en su acom-
puedan escuchar en sus respectivas los apartados de música sinfónica y pañamiento completamente original
ciudades a la Sinfónica de la URSS de cámara la programación ha cu- al Concierto para piano n." I, de
o la Philharmonia Hungarica es ya bierto un representativo conjunto de Tehaikowsky —interpretado con gran
un hecho insólito —lamentablemente obras tanto del romanticismo lempra- energía al piano por su esposa Vic-
insólito hasta ahora, habría que no. las escuelas nacionalistas y el pis- toria Postnikova— y en la magnífi-
añadir— y digno de atención. Pero Iromaniidsmo. A ITUWJ" de suhciulo ca lectura de la Suite n." 3. también
la actividad musical que comentamos han podido oírse los cinco concier- de Tehaikowsky. cuyas variaciones
ha cubierto objetivos mucho más am- tos para piano de Beethoven. Se ha conclusivas pusieron de manifiesto
plios. El ciclo «La música del ro- contado con un buen número de so- todo su arte directorial.
manticismo-, organizado por la Con- listas y agrupaciones españoles. Así. El ciclo, estupendo como inicia-
sejería de Educación y Cultura de la los pianistas Joaquín Suriano. Julián tiva, ha revelado la carencia de sa-
Juma de Comunidades de Castilla- López Gimeno. Joaquín Achúcarm, las adecuadas en este tipo de locali-
La Mancha, ha llevado la música a Miguel Zanctti. los violinistas Pedro dades para la escucha adecuada de
un buen número de poblaciones del León y Víctor Martín, el Trio de Bar- música sinfónica y de cámara. El
mencionado ámbito geográfico des- celona, las Orquestas de Cámara Es- ejemplo extremo parece darse en el
de el pasado mes de septiembre has- pañola. "Reina Sofía» y "Villa de Ma- Coliseo Luengo de Guadalajara. donde
ta el présenle mes de mayo. La co- drid". La participación más nutrida la Sinfónica de la URSS sufrió la peor
herencia de la programación, centrada se lia dado en el campo de la músi acústica que imaginarse pueda.
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ACTUALIDAD
DISPARATE EN LA ARENA
CONCURSOS
D E un tiempo a esta parte Televisión
Española venía ofreciendo mensual-
mente emisión de una ópera com-
pleta. Últimamente este espacio aparece sus-
III Concurso de piano Pilar Bayona
Al lado Je utrus manifestaciones de carac-
tituido por recitales líricos de diversa pro- terísticas similares ya consagradas por largos
cedencia. El cambio está probablemente ba- años di' actuación, surgen en el panorama es-
sado en la idea de que esle (ipo de espec- pañol concursos destinados con segundad a
táculo es más asequible al aficionado tími- ocupar un importante lugar propio en el pa-
do, al mismo tiempo que no resulla one- norama español e ¡menucional dentro de la
roso al gran público. Si el objetivo es la especialidad- Uno de éstos es ciertamente el
popularización de la opera, el programa Concurso Internacional de Piano -Pilar Ba-
ofrecido el pasado 27 de marzo, ton el am- yima-. El certamen nació en 1983 como ho-
biguo líiulo de Festival en la Arena de Ve- menaje a la gran pianista aragonesa que le
roña, parece hecho a la medida de tales da su nombre. Esta tercera edición habrá lo-
grado sustanciales mejoras participantes me-
discutible)! y modeMas intenciones. Este en- jor clasificados. Las cantidades previstas pa-
gendro producido por la RAÍ con el pre- ra esta convocatoria son 1.250.000. 700.000
tencioso encabezamiento Esto es la Are- y 300.000 para los tres pianistas que se si-
na, y con el subtítulo Aquí nació María tiien en cabeza En el plano de lo puramente
Callas (aludiendo al debut de la cantante competitivo, se lia introducido una nueva prue-
en 1947 con La Gioconda de Ponchiellil. ba, consistente en un concierto de cuarteto
está dirigido por Pippo Baudo, con puesta con piano que. al incorporar el rico mundo
escénica de Pier Luigi Pizzi. Baudo. apar- de Li música de cámara, definirá mejor las
ie de ser el presentador televisivo más po- José Carreras cualidades del intérprete participante en el con-
pular de Italia, es una especie de Rey Mi- curso. Esta prueba tiene carácter de semifi-
das del espectáculo visual (organiza el ar- Folies Bergeres y alusiones a ceremonias nal eliminatoria. El Concurso -Pilar Bayona*
chipopular Festival de San Remo). Afecto de inauguración de apertura de juegos olím- sigue una apreciable marcha ascendente, co-
a la democracia cristiana, casi) el año pa- picos. Con el atractivo suplementario de mo se desprende tanto de las mejoras recién
sado con Kalia Ricciarelli, a quien entre- un vestuario inspirado en campañas prima- mencionaiias y de los apoyos institucionales
vistó en su programa millonario, y cuya con qoe cuenta para la presente edición: Cajú
verales de grandes almacenes o en el guar- (le Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja.
boda fue la más fotografiada y comentada darropa de perversas protagonistas de se-
en las revistas del corazón. Pizzi. figuri- Ayuntamiento de Zaragoza y Diputación Pro-
ries televisivas americanas o auM ral tanas. vincial de la misma ciudad. El Concurso, que
nista y director de escena, lleva una tra- se convoca bí anual mente, tendrá lugar entre
yectoria teatral tan abundante como con- Ante tamaño despropósito, es lógico que
la labor del cantante se empequeñeciera. el 4 y el 12 de diciembre próximos. Recor-
trovertida. Especializado en ópera barro- demos que la edición de músico de Las Pal-
ca, es en Francia donde su actividad ha La música brilló por su ausencia. ¿.A quién
mas. Martín Soderberg. para recabar infor-
sido más constante y reconocida, lo cual, le importó, por lo demás? Así. Ballsa exa- mación y proceder a la inscripción —hasta
en principio, ya inspira sospechas. Hace geró notablemente su habitual atractiva vi- el 16 de oculbre— dirigirse a la Secretaría
poco ofreció en el teatro de los Campos sión de la gitana de Bizel. Carreras ofre- del Concurso: Coso. 57. 2.". 50001-Zaragoza.
Elíseos parisino la escenificación de La pa- ció una dura, crispada, forzada interpreta-
sión según San Mateo, de Bach. que tanto ción del aria de la flor de Carinen, y no
puede significar genialidad como incons- mejoró su canto en el fragmento de Mac-
ciencia. beth <¿Ay. los agudos!). Bruson nunca ex-
puso tan mal el aria del rol titular de esta
ópera verdiana. Ricciarelli confundió La Vil Concurso de Órgano
Para esta ocasión el ya gigantesco es- viuda alegre con una insignificante Travia- de Torredembarra
cenario de Verona se amplió con una pla- la y confirmó, una vez más que, aunque
taforma, dominada por un enorme círcu- se empeñe, no tiene voz ni talante para Aída.
lo, ocupando el lugar reservado normal- Del coro y la orquesta, con la complici- Bajo el epígrafe El órgano en la península
mente a la platea. Entre plataforma y es- ibérica se convoca este VIH concurso de las
dad de Maurizio Arena en el foso, es me- localidades tarraconenses de Torredembarra
cenario, la orquesta. El coro, siempre es- jor olvidarnos. Entre tanto disparale, es-
tático. El movimiento escénico, encomen- y Montblanc. £1 programa, impartido por el
cuchar el Casta Diva de Callas (eso sí. con profesor Josep María Mas i Bonet. consta de
dado a los solistas y a la abundante y peri- una torpe bailarina antorchera escenificando
patética comparsería. Es decir, que lo que dos parles: 1) La música portuguesa antigua:
la página en la apoteosis del mal gusto), Antonio Carreira, Manuel Rodrigues Coelho,
se buscaba era pura y simplemente la cs- igual que admirar aún a Carla Fracci, en
pectacularidad, de la que dio cuenta so- Pedro de Araújo. Carlos Seixas; 2) Obras,
brada la abundancia de planos generales su gloriosa decadencia (ya se adelantó) fueron dlibre elección del participante, de otros iom-
tomados desde lo alto. los únicos alicientes de tamaño bodrio. posuores ibéricos de los siglos XVI, XVII y
XVIII. Las sesiones de trabajo tendrán lugar
El programa: caprichoso pot-pourri de De improviso, tras el inevitable coro de en el órgano de Torredembarra. (1705, Her-
Carmen., de Bizel para empezar. Cambio Nabucco (sin Nana Mouskori). sin respeto manos Guilla; restaurado por Gerhard Gren-
repentino de atmósfera con el Macbeth Ver- al horario indicado en las revistas especia- áng en 1978) y Montblanc (Cadereta de 1607.
diario. Luego La viuda alegre. De pronto, lizadas y la prensa diaria, una hora antes órgano mayor construido por Josep Busca en
en off. una vie inconfundible, adorada, evo- de lo previsto, el pomposo Festival finali- 1703 y restaurado por Gabriel Blancafoit en
cadora de universos perdidos canta el Casia zó. La pesadilla habla concluido. 1977). Derechos de inscripción. 9.000 ptas.,
diva de Norma, de Belltni. Tras este re- Una reflexión se impuso en el ambien- ejecútame. 7.000 oyente- Información; M. Mas.
manso auditivo, el visual servido por Car- te: ¿Es necesario, a este precio, acercar Apartado de correos 531. Reus, Tarragona,
la Fracci en Giselle de Adam. Ritoma Vin- la ópera el gran publico? ^No sería mejor, Tel : (977) 30 57 65. Uro manifestación más
citor de Alda y su macha triunfal. Coro a la inversa, preparar, llevar a este gran del auge que poco a poco y con toda justicia
de esclavos de Nabucco para colofón. To- está tomando la cultura organíslica y organo-
do esto a un ritmo vertiginoso, incansa- público a la ópera por un medio más hon- logica en nuestro país. A hombres como los
ble, en una mezcla demencia! del peor mu- rado HACENDÓLA BIEN? citados Grenzing y Blancafort. entre otros mu-
sical americano, con toques de revista del chos, se debe en buena parte.
Fernando Fraga
Scherzo 25
BOTÓN DE MUESTRA • BOTÓN DE MUESTRA • BOTÓN DE MUESTRA • BOTÓN DE MUESTRA
H
ACE tan sólo unos años nos estaríamos frotando los ojos: ¿Es
posible? ¿Lulu v Woz¿eck. dos óperas del siglo XX. dos obras merece el excelente trabajo realizado.
consideradas maestras, altos exponento,, cada una en su estilo, del Luego hay que señalar la interesan-
consumado arte lírico de su autor, representadas, con diferencia de días, en te aportación vocal encabezada por un
nuestros escenarios? Hoy esto no nos parece tan raro porque los tiempos perfectamente integrado Chrisiian
adelantan que es una barbaridad, pero el hecho no deja de ser bastante Boesch. que brindó un Wozzcck in-
insólito y desde luego merecedor de que fijemos la atención sobre él. la obra tenso, tan excelente en lo declamado
citada en segundo lugar, primera en el tiempo, ha sido montada por un cuino en lo cantad"- Su vo¿. no espe-
competente equipo en el Teatro Lírico Nacional Ltt Zarzuela, que ha corrida, cialmente bella y algo dura, se plegó,
v ello es resaltable. con la producción. Esta ha tenido indudable calidad y ha sin embargo, bien a los endiablados
mejorado en diversos aspectos la puesta en escena que hace siete u odio vericuetos de la esentura, y sonó fir-
temporadas edificara, con motivo de su estreno en España, más de medio me y consistente en todos ios regis-
siglo después de su creación mundial (!), el Teatw de la Opera de Berlín tms. Agnes Hahcreder encarnó de forma
Este. Lulu. nunca levantada sobre el estrecho escenario del coliseo de la calle entregada y apasionada a Marie, Po-
de Jovellanos ¡aunque ya Campos y sus huestes la anuncian para el próximu see una voz extensa, homogénea y pí-
curso), ha sido por su parte estrenada, bien que en producción ajena, en su tenle, algo gutural y con mucho vi-
versión íntegra completada por Friedrich Cerha, en el Gran Teatro del Liceo, bralo. que manejó bien aunque con al-
gunos apuros. Su interpretación quizá
donde había aparecido, a través de su tradicional inacabada partitura, en el fuera en exceso tensa, sin respiro. Una
curso de pasadas temporadas. Justo es, pt>r tanto, que dediquemos este mención especial para el ya veterano
espacio a glosar ambas producciones en el comentario crítico que de las dos Karl Ridderbusch. que con la voz al-
ofrece Arturo Reverter. El lector interesado encontrará en este mismo número go disminuida y débil, hizo un modé-
de SCHERZO una discografia comentada de estas óperas debida, lico Doctor, aunque estuviera a punto
respectivamente, a Enrique Pérez Adrián y a Manuel Gomis. de pasarse, eon su gesticulación, en
más de un momento. Hennann Wmk-
Icr. también bástanle mayor, din una
WOZZECK lizó Edmon Columer. que ha sabido
entender en profundidad el significa-
do de la partitura y del drama y que
visión simplemente correcta del Capi-
tán. A su voz, ya cansada, le falla ex-
tensión y facilidad para realizar las di-
ha sabido meterse dentro de ella para, fíciles piruetas que Berg ha previsto
26 Scherzo
BOTÓN DE MUESTRA • BOTÓN DE MUESTRA • BOTÓN DE MUESTRA • BOTÓN DE MUESTRA
simetría del arte. Pero se creó un es- la Reina de la noche de La flauta má-
pacio escénico interesante, bien medi- gica de Mozart? Espléndido por ca-
do y calculado, apropiado, con deco- rácter y asunción de sombrío y nada
rados años treinta (la ¿poca del músi- fácil cometido (tanto en Schon como
co, no la de Wedekind) bastante esti- en Jack) el veterano Franz Mazura, a
lizados y con gestualidad. puede que pesar de que la voz, muy opaca, esté
en ocasiones excesiva, evidentemente ya muy agotada. Un especial aplauso,
expresionista. La idea, nada nueva por claro, para el todavía más viejo (78)
otra parte, de situar la acción- Hans Hotter; que hizo un modélico
espectáculo en un imaginario estrado Schigolch. Pudimos escuchar aún al-
adornado con elementos sugeridores de gunos sonidos de la singular voz de
un determinado simbolismo (jaula con bajo cantante —cavernosa, vigorosa,
ocupantes a la izquierda), algunos so- recia, de tintes humanísimos—, hoy ló-
licitados por Berg (retrato de Lulu) ante gicamente ajada, que en tiempo puso
el que se sientan impávidos y distan - en pie a uno de los mejores Wotan del
trabajo c ¡adores multitud de fríos asistentes a siglo. El resto del extenso reparto, con
lo que el propio compositor quiere que una eficaz e intensa Glenys Linos a
sea un acto conectado con el circo (la la cabeza, y con la excepción de un
Scherzo 27
Polygram lanza
Hasta hoy, el Compact-Disc es ^ sistema más pasando por Vangelis <0no representantes de la
perfeao dentro deja reproducción música/. A partir mejor música moderní-1
de ahora, además, al alcance de todos, fl Y sesenta títulos dCTmúsica clásica qbí? recogen
Polygram rompe definitivamente la barrero del a directores y solistas taníRiportantes combtórajan,
precio con su primera serie de cien titile/"SPECIAL Bóhm, Abbado, Solti, Pavarotti ó I Musici. \
PRICE". f .' Cien Compaa-Disc imporíSríos
Una serie con los cuarenta mejores artistas del acabarán volando. ^v /
h .7 \
POP musical: Desde Benny Goodman a Diré Straits,
V. ,. li y
POLYGRAM SPECIAL
77
GRANDES INTERPRETES
Gustav Leonhardt:
el barroco en persona
STE severo caballero de
E elevada estatura, enjuto,
y que se aproxima ya a la
sesentena, como bien demuestra
el blanquear de sus cabellos, es
uno de los grandes músicos de
nuestra época. Su talento ha to-
mado cuerpo en el período ba-
rroco, cuyo entendimiento ha re-
volucionado por completo. Leon-
hardt ha llevado su arle de ¡os
Estados Unidos al Japón. Pero,
ante todo, es una figura europea,
como simboliza el premio Eras-
mo de Europa que recibió en
1980. Su amor por lo antiguo no
sólo se ha canalizado a través de
las músicas a las que ha dado vi-
da, sino también en sus coleccio-
nes de instrumentos o muebles y
en su propia casa de Amsterdam,
que data de 1605. Para nosotros
Gustav Leonhardt ha llegado a
ser una especie de alter ego de
Bach en el siglo XX. Su incorpo-
ración del compositor en la pan-
talla, en la película de Straub Cró-
nica de Ana Magdalena Bach, es
una elocuente imagen de esto.
Su presencia en España, en unos
conciertos en que podremos es-
cucharle junto a los grandes mú-
sicos que son Frans Brüggen y
Anner Bylsma, es motivo más que
suficiente de las páginas que se
consagran al clavecinista holan-
dés en este número. Leonhardt to-
ca este mes en Barcelona —X Fes-
tival de Música Antigua—, Bil-
bao y Madrid. A la Fundación Ca-
ja de Pensiones, tan activa en el
área de la música antigua, se
debe la encomiable iniciativa de
esta breve gira española de Gus-
tav Leonhardt.
Scherzo 29
GRANDES INTERPRETES
30 Scherzü
GRANDES INTERPRETES
sentado únicamente en 1957. La vuelta landesa, de la que hoy existen ya múl- de R Primo Libro di Capricci. Tam-
al barroco adquiere entonces la imagen tiples ramificaciones, puede conside- bién modélicas son otras interpreta-
de un águila bicéfala. El Leonhardt rarse, no olvidando a Brüggen y ciones suyas de piezas del período,
Consort ha sobresalido por sus ma- Bylsma. fundada por él. esta vez como director, como algu-
gistrales recreaciones de la música nos Madrigales de Monteverdi y obras
del XVII, sin dejar de lado, claro El repertorio vocales de Schütz. Dentro del XVIII,
está, la del XVD1. Puede hablarse, ha sido Bach, lógicamente, el com-
por lo lanto, de un primer momento Gustav Leonhardl se centra primor- positor al que Leonhardt ha consa-
de influencia de Harnoneourt en los dialmente en el barroco. Ha realiza- grado un mayor esfuerzo. Sus recrea-
planteamientos de Leonhardt para su do breves incursiones en el siglo XVI ciones de la litera tura clavecín ística
grupo. Siguió luego una etapa de es- y todavía más esporádicas en el cla- del cantor de Leipzig han señalado
trecha colaboración entre ambos, que sicismo. El músico holandés ha pre- las pautas interpretativas a seguir, hasta
el disco lamentablemente apenas ha ferido detenerse en los hijos de Bach el punto de que las sucesivas pro-
recogido. Pero las personalidades de (véase el único registro de Mozarl mociones de clavecinistas siguen es-
estos dos gigantes de nues- tando bajo su influencia.
tros días son demasiado vi- Leonhardt conoce a fon-
gorosas y diversas. Los do, probablemente como
dos han encontrado una vía ningún otro, los proble-
tan válida como propia. La mas de la interpretación
escucha de las interpreta- bachiana, sobre los que ha
ciones del proyecto con- escrito de manera escla-
junto de registradón de las recedora. Sus versiones de
Cántalas de Bach es una El Clave bien temperada,
elocuente muestra de la bi- las Suiíes francesas e In-
furcación de sus visiones. glesas, las Pailitas, los
Más austera y contenida Conciertos para clave se-
la del holandés, más es- rán difícilmente igualadas
pectacular la del berlinés. en el futuro. Una evidencia
Los años cincuenta y se- de la comprensión del
senta fueron vítales para mundo de Bach por nues-
el nuevo estilo. Su con- tro músico se halla en las
solidación se tornó sólo extraordinarias transcrip-
posible gracias al flujo de ciones que ha efectuado.
ideas que circuló entre sus Siguiendo el ejemplo del
defensores. Esta evolución propio compositor, que ya
desembocó en un aprecia- arregló para clave algu-
ble estado de madurez de na de estas páginas, Leon-
la corriente, aunque, na- hardt ha adecuado al ins-
turalmente, la investiga- trumento de teclado varias
ción en absoluto se ha de- de las Sonatas y Partitas
tenido. Gustav Leonhardt para violín y Suites para
ha tocado mucho, nombra- violoneello, con una sa-
do ya Harnoncourt, con biduría y musicalidad que
los hermanos Kuijken: Si- estamos tentados de cali-
giswald (violín), Wieland ficar como dignas del mis-
(violoneello y viola de mísimo Bach. Sorprenden-
gamba) y Barthold (flau- temente, queda casi por
ta), así como con el vio- Nikolaus Hamancourt. compañero de faitgas completo fuera de su re-
loncellísta Anner Bylsma pertorio la música de
y e! flautista Frans Brüggen. Todos en la discografía) y no adentrarse en Haendcl, por al que no parece inte-
ellos se habían ido decidiendo pro- el acaso proceloso mar mozart¡ano, resarse, en tanto presta atención a
gresivamente en favor de los instru- por el que sí navega con arrojo, en la de Telcmann, un músico al que
mentos de época, abandonando la su- cambio, Nikolaus Harnoncourt. La con demasiada facilidad y rapidez se
puesta mayor perfección de los mo- música del siglo XVD ha encontra- acusa de frivolo. La música españo-
dernos, como la flauta de llaves de do en Leonhardt el valedor de talla la no suele figurar en los programas
Boehm. Posteriormente, Leonhardt que reclamaba. Sus interpretaciones. de concienos o de grabaciones del
ha trabajado con conjuntos como La tanto al clave como al órgano, de holandés. Y, sin embargo, es un gran
Petite Bande, fundada en 1972. y que Louis Couperin, Frescobaldi y Fro- conocedor de su tradición organísti-
dirige habitual mente Sigiswald Kuij- berger han marcado toda una épo- ca. Valora grandemente la obra de
ken, o La Chapelle Royale, magní- ca. En el caso del último de los autores Correa de Araujo y de Cabezón y
fico coro creado por Philippe mencionados ha sabido hacer justi- ha tocado algunas piezas del prime-
Herreweghe. cia a un importante músico un tanto ro en directo. Por el contrario, An-
olvidado, que dio forma a la estruc- tonio Soler no le airae en forma al-
A Leonhardt se debe, indiscutible- guna. Finalmente, Leonhardt ha de-
mente, que Amsterdan se haya con- tura de la Suite para clave. De Fres-
cobaldi Leonhardt nos ha brindado mostrado entender con aguda pene-
venido en la capital mundial de la tración las necesidades de la ínter
interpretación barroca. La escuela ho- en disco una sobrecogedora lectura
Scherzo 31
GRANDES INTERPRETES
pretación de la ópera barroca. Sus quienes señalen su tendencia a una en la interpretación de la música an-
versiones de páginas de Lully o Ra- cierta lentitud, que los vuelve ina- tigua se rescataron en nuestro líem-
meau son aciertos estilísticos plenos. p[-opiados para la danza. Leonhardt po de manera simbióiica. Los avan-
Una característica final, en lo que no ignora los fundamentales avances ces de los constructores han posibi-
al repertorio se refiere. Leonhardt en el estudio de la danza barroca, litado artes como el de Leonhardt.
vuelve una y otra vez a las mismas pero sigue aplicando sus hermosos La cronología habla por sí misma:
obras, sobre todo las piezas capita- y personales tempi. En lo métrico, en 1953 el luthier berlinés Martin
les de Bach. Su constante estudio de Leonhardt es implacable, aunque su- Skowroneck. uno de los más gran-
las partituras se decanta en versio- tiles cambios rítmicos otorgan a sus des de la actualidad, logra su pri-
nes cada vez más depuradas. lecturas el necesario elemento de va- mer clave siguiendo las normas de
riación. Su ornamentación, dentro de los artesanos del pasado. Leonhardt
las lógicas diferencias de autor, época ha tocado abundantemente en ejem-
Ensayo de definición dd estilo o escuela, suele ser la mínima im- plares de Skowroneck. El artista ha
prescindible, sobre todo, en Bach. elegido en iodo Ínstame el instru-
El arte interpretativo de Gusiav pero constantemente impregnada de mento adecuado por su sonoridad a
Leonhardt ha despertado un recono- una elegancia sin igual. Las exposi- cada obra musical. Naturalmente,
cimiento crítico de rara unanimidad. ciones firmadas por Leonhardi. pa- sus preferencias siempre se han
Su visión ha convencido a lo- dirigido hacia los instrumen-
dos. Se le tiene, con toda jus- tos originales en estado
ticia, como una de las máxi- satisfactorio. Últimamente
mas autoridades en la músi- toca en un Lefebvre, fecha-
ca de los siglos XVd y XVIII. do en 1755. restaurado por
Su gran capacidad para dar Skowroneck en 1984.
vida a las partituras de ese
tiempo parece ser la expli- La influencia
cación del hecho. Pero la cau-
sa última es el profundo co- Con los antecedentes de
nocimiento estilístico del in- Landowska o Müller. Leon-
térprete. En las líneas que si- hardt se alza como la fi-
guen intentaremos trazar un gura central del clave en el
cuadro acerca de cómo se ca- siglo XX. Su influencia ha
naliza el estilo interpretativo sido en verdad enorme. Exis-
de Leonhardt. El punto de ten, desde luego, otras con-
partida es siempre la concre- cepciones de la forma de
ción de la fuente óptima a uti- tañer el instrumento, como
lizar. Leonhardt es dueño, en son las líneas encamadas por
este sentido, de una magní- Kenneth Gilbert, Scoit Ross.
fica preparación musicológica. la escuela inglesa derivada de,
Ha publicado mucha música Mary Potts, uno de cuyos me-
antigua, siendo muy valiosa jores exponentes es Colin Til-
su edición de las Fantasías ney, o la de Rafael Puyana.
y Toccalas de Sweelinck, apa- Todas ellas han acabado por
recidas en la obra completa. encontrarse con el holandés,
aún en curso, de este genial o han perdido toda entidad.
compositor neerlandés. Puede Como maestro. Leonhardt ha
resultar casi ocioso hacer formado a varias generacio-
mención de la técnica sin fi- nes de clavecín istas. Une en
suras del clavecinista. una téc- esta faceta su gran sabiduría
nica no del todo respetuosa de las ra concluir, son de una claridad a la libertad, dentro de lo que con-
digitaciones originales, pero servidora extrema. sidera correcto, que el alumno en-
a la perfección de su pensamiento mu- Un aspecto que revela el talante cuentra para decidir por sí mis-
sical. Las interpretaciones de Leon- de músico integral de Gustav Leon- mo. Se podría citar una larga lista
hardt están construidas en toda oca- hardt es su condición de destacado de clavecinistas salidos de sus ma-
sión como un edificio de un rigor realizador del continuo. Aquí el cla- nos: Bob van Asperen, de meca-
intelectual inquebrantable. No hay en vecinista, como antidivo que es. sa- nismo muy completo, representan-
ellas, empero, frialdad o falla de ima- be adoptar correctamente su papel: te de la herencia de Leonhardt un
ginación. Sí. desde luego, una so- no impone su personalidad, tan fuerte poco en su literalidad; Ton Koop-
briedad a ultranza, una total ausen- por otro lado, sino que apoya al resto man. el heterodoxo que ha abier-
cia de fáciles efectismos —en gene- de los instrumentos o al solista. Por to caminos totalmente personales;
ral en la registrador!, tan fantasiosa ello, es Leonhardt un sensible músi- por último, el noruego Ketil Haug-
e improcedente de otros claveci- co de cámara. sand. desconocido entre nosotros,
nistas—, en un proceso llevado a sus pero que cuenta con el aval del
últimas consecuencias en la actuali- reconocimiento del propio Leon-
dad. Los tempi de Leonhardt tienen Los instrumentos hardt.
siempre una extraña fuerza persua- Como apuntábamos más arriba, tan-
siva. Ahora bien, no han faltado to el estilo como el medio idóneo Enrique Martínez Miura
32 pcherzo
GRANDES INTERPRETES
A
E n . . « I BACH n.rt. c. d. Tckfci SAWT « ( *
UNQUE en la entrevista que figura junio a esta discografía Ohnu para ,iinrir c. TCUV-L. 6 J1222.
i 4^. 182 Leimhardl se proclama decidido defensor de la interpretación
en direttn n<i por ello el davecinista holandés M: ha apar-
Concienn para clave en Li nxt*t. lado p>r completo de los estudios de grabación. Ante^ al contrario. HAMEAtl
Wa. 23. Ciillcgium Aurciun. c.
HM Jí «180 la suya es una nutrida di se og rafia que supera ya los cien registros. ZIMI B w v Kt^kailhrr. vm b
Doble fímena en Fa mayor. IBihh. Pero lo trascendental de su labor en este campo no se cifra en lo I*i*a LJ> Pílik- B.PIJL- d
BWV I0SÍ) A Curto Cdft-giwi cuanlitativo: como Leonhardl es extremadamente rigurosi) y exigente 1(110 S 77 : : i t )
¿«rmm c. HM 3t367 en iodo lo que hace, sus discos tienen siempre un nivel general muy p
Doble offnietrt' para clave v piaai'- alto. Los resultados nunca se basan en la mesa de mezclas, aspecto Ri.,.k- l.¡i PL-iik- Bank d. HM
2il IKfi
¡tme. (J.C Badi. W F Baih. Cun-
LUHiftdiAkar A UillntiiiM.-h. J An- que es fácilmente comprobable escuchando a Leonhardl en vivo. No Iss Indei galuntri iiuili'h CiJIcgimn
es sencillo destacar los discos más importantes de la carrera de Leon- Auftuin b . c. HM <*,SV-)S(>1
Mum.it. Wicn d Telliz SAWT
6 41210
hardl. Ha protagonizado muchas de la grabaciones más trascendentes Fíete* ai 1-íavenn en tontert, V
Marchas. Poloaexn c. RCA SEON
en el área barroca de los años sesenta a nuestros días, como el pro- Brucen. S Kuijkcn. W. Küi]kcn t .
yecto, iniciado en 1972. de registrar todas las Caruatas de Bach. En Toliifi SAWT 9S7K.
RL J08I)
su faceta de clavecín isla ha hecho inevitable referirse a sus inlerpr ela-
CMMlM BACH ciones Así, ha fijado recreaciones magistrales de autores del barroco DumnlcD SCAJILATTt
francés. Frescobaldi. Frubergcr y Starlalti. Ahora bien, en Bach. León- JO &«<f<u c. HM i r
Sinfijma imenantr- (C P E. Bbih.
W.F Batti. Cuniícm* J.Moi L t i " haidt ha establecido colas de una altura difícilmente igualables. Su.s
14 STVJUJUI c. pTLi A n e 11)22
hdrül Conwtfi Giinjemuj MUML'UN interpretaciones de las Variaciones Golberg. las Suiíes Inglesas y Fran-
Wieri d. Tclilti SAWT 0.4121(1 cesas, El Clave bien lemperaiii) y El arle de la fuga, al igual que
las realizadas con otros músicos de los Conciertos de Brandenburgo. Htinrk* NCHUTZ
j o h u u S r b u l l u BACH las Sonatas para violín y la.-. Sánalas para viola da gamba, rozan Siete Palabra* Panol ar/uii Sa'i lu
IKCKT^I Je 1». GMÍ£J|IU (En
muy de cerca lo ideal.
Lvitnhtflüi Ci>n.s.in o. d- Tekkzí.
p SAWT 'M67.
cenlu* Muak-u» Wiai. une -iirjgc Si La siguiente discografía recoge lo fundamental del trabajo de Gus-
luilau* HnriKHlL'tiurü Snli*(aj>. CIHL>
ileNifkndtTiil/ Cipllcgium Vivali- tav Leonhardl en este campo, atendiendo a sus actividades de clavcci-
Gen LiinhjrJi Cire.nl i . TcMci- nista. organista, director de orquesta c intérprete de pianoforte. Se J u F l i r n i m SWEELINCK
Maa ep Si metir. Jduifo. Elwt». L-ui-
n.*n*. PiuknurJ Ciiliegiuní MUSK-UIH indican también discos en los que el músico interviene en la realiza- Furansia* TiHcatai. o. c. HM
¡le la Saludad Badi tic Holanda U ción del bajo continuo, pues ilustran sobre su Libor en esta función
Pclile ftindü d, LMI 747WK T Con estas letras en negrita indicamos la pañi pación de Leonhardl
Cwaalus BWV 211. 212. 201. UN en el disco correspondiente: Phlt!|Hi TELEMANN
Amclyng. Nimsgern CiillcBniin
Aurtgm b. c. HM 6Í tt W> c: clavecín; d: director; p: pianoforte; u: órgano: b . c : bajo continuo
GIFH irnin para clave iSalvti S*V Telifct SAWT i « 4 » 5 J
/IÍS2 T*hcii- Cunuauuii Mu.tii.-u>, Cíianelos ¡le Pan* F Bnj£gk.Ln. W
Wicn. HariHHH-Liun) L**>nharul Ctfi- Contieno italiano Contieno BWV CüUPERIN Johun KUHSAU kuijkLii. S Kwjlun b. t . RCA SEON
«•n d. t . Tclíct K í ^ 0 2 2 9SW tltirmira fran,,iv. c. HM Rl. VI »S
Cim-irnu pura clave BWV 10S2 211 3 SO L¿t> mu Bruggt n. J Svhr,, H'sionas hifríi l u l , . u. T,•lifc Trun. Ifoimiyí) F. Brugs^n. W
lC P.F- Bath IX*lc ,iinticnn| C" hwkiinn Slnfina,, c. RCA SEON ifcr A Byl»m;i c. l e l i l í TK 1 U S ) b J 30.11 Kuiiktn. S Küijltn b í . RCA StON
Itjium Aurajiri c. HM 29 M7. AV b7U37 RL 30.M.I
SIIIIP BWV Wfl. Toecaa BWV VI4 Louis TOUPERIN
Cátetelo portí jlauia. itiflin v ila- Sen Sirnaaí para flimia F Bmg-
vr. F Biitggfn, M l^pnhmdl A Gipneiii, BWV 992 Fantasía i fo WUiu LAWES
WBWV9O4 Preludia, Allegni 1/1. Pa\anu Satn t. HM SI 377 gL-n. A B,1.mj c. TcUci 641056
UincnN>M.h L^^nhdTdl CL'n^m d r 711^ Kiivat Comnn Jdixil-N- S KUIJ-
Tcldet MI1IS ga BWV Wi. c. Phihp. 416 141 :
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Schcrzo 33
ENTREVISTA
CONVERSACIÓN
CON LEONHARDT
«Los jóvenes son la esperanza de la música antigua»
NDUDABLEMENTE Gustav Leonhardt encarna en el siglo XX la figura
nítida y racional del intérprete del dieciocho que ha hecho de su propia pro-
/ fesión una fe y una síntesis. Abarca todo un período de ¡a historia de vital
importancia para la continuación de la notación moderna. Bajo su guía, el barroco
ha adquirido una nueva apariencia, despojándose de las estructuras inútiles de
una cultura dieciochesca equivocada, que tergiversaba los materiales del pasado
con una investigación filológica de simples aficionados. Leonhardt, clavecinista,
organista y director de orquesta, ha sabido restituir la interpretación barroca en
sus justos límites, no dejando nada al azar, y calibrando las intervenciones propias
con un delicado estudio de las varias posibilidades interpretativas que la música
de la época lleva en sí misma. En un clima de descubrimiento de materiales, toda
una moda de lo antiguo, el músico no se hace cómplice de esta situación favorable,
continuando su propio análisis histórico, en la relectura de las páginas que puedan
ofrecer un importante reconocimiento de este estilo trasplantado al siglo XX. Todo
un mundo gravita sobre los hombros de Leonhardt: su esfuerzo por recuperar los
antiguos efectos tímbricos siempre está presente, con una dedicación y una adhe-
sión al pasado admirables.
s CHERZO — ¿Qué diferencia existe entre la interpre- apropiado en aquel período y, en este caso, la fluidez for-
tación moderna de la música y la interpretación zada de un discurso melódico del setecientos ha dañado es-
filológica? la parte histórica del frasco musical. Afortunadamente, el
descubrimiento de los manuscritos ha aclarado el desarro-
GUSTAV LEONHARDT — Encuentro que ambas se con llo y los estilos de los varios períodos, garantizando un mí-
funden, porque no existe un método preciso para compren- nimo de funcionalidad sobre el instrumento. Además Fran-
der la música antigua. Sin embargo, es lógico descubrir cois Couperin ha sido uno de los compositores más signifi-
diferencias sustanciales en las concepciones de una inter- cativos, introduciendo en su libro LJAn de toucher le cla-
pretación pianística y una clavecín ística. puesto que los dos vecín la posibilidad de comprender las estructuras de un
instrumentos son sustancial mente distinto-.. Ciñendo la res- discurso clavecinístico que participe del estilo francés en
puesta al ámbito del clave, puedo decir que cada uno se el uso de la* fra.^es musicales. Asimismo, se incluyen las
crea un modo personal de ver la interpretación a través de reglas fundamentales en el uso de un instrumento nacido
una concepción propia de la historia. Antiguamente, la es- de la experiencia de una cultura dieciochesca. Es lógico
critura era limitada y la forma de escribir se basaba exclu- que estos detalles sean importantes para la época en que
sivamente en los trazos melódicos, donde se daba amplio han sido escritos y nosotros debemos recordar siempre esta
margen al instante creativo y al gusto del ejecutante. Con taina para una exacta orientación de la interpretación al clave.
esta dilatada idea del espíritu no podemos codificar exacta-
mente el modas interpretativo basándonos sólo en la clarifi-
cación de los textos de la época. S.—Habiendo cambiado el oído de los oyentes y de los
ejecutantes, por el aumento de las posibilidades musicales
y por las exigencias del mundo externo, ¿qué diferencia
S.—¿Qué tratados ha estudiado para la adopción de una existe entre el sonido de un clave de la época y uno cons-
digitación que se acerque a la del tiempo? truido hoy?
G.L.—Hay dos textos fundamentales para la adopción de G.L.— Ciertamente el cambio de los gustos musicales a
una digitación óptima: el de Trabad y el de Santa María. través de los siglos ha influido en todas las relaciones con
Lógicamente, después de un cuidadoso análisis de sus es- la música. Debo decir que en los primeros cincuenta años
critos, es preciso realizar una síntesis para obtener una idea de este siglo reinaba una cierta confusión sobre las teorías
clara y propia. Puedo únicamente decir que la claridad con de un sonido filológico; en consecuencia, la fabricación de
que fueron escritos me ha hecho posible crearme una idea iastrumentos inadecuados no creaba los presupuestos para
del uso del dedo. un genuino discurso histórico. A pesar de esto, se pueden
El pulgar, gran aliado de los pianistas, ha sido para no- seguir ramas de época, pero que no se aproximaban al ver-
sotros los clavecinistas un dedo inútil durante mucho tiem- dadero sonido. Se confiaba en gustos personales creados
po, porque el truncamiento de las frases era el estilo más por una larga práctica diaria, basada únicamente en el dic-
34 Scherzo
ENTREVISTA
lamen de la moda. Ahora, con el advenimiento de un cono- nores que realizaron su contribución sin conocer el honor
cimiento y una preparación mayores, debidos a la exten- de la imprenta. Es necesario indicar, además, que antigua-
sión Uc la cultura, M* pueden encontrar instrumentos ópti- mente la imprenta no estaba bien dispuesta hacia los músi-
mos, perfectamente adecuados al sonido de la e'poca. El cos y las dificultades que actualmente se encuentran en el
Dowd es un clave de posibilidades claras e incisivas; de descubrimiento de los textos derivan exclusivamente de un
hecho, es el instrumento de los de hoy que mejor se corres- error cometido en el pasado- Con la maduración del públi-
ponde con el ambiente del pasado. La calibración del soni- co y de los músicos podemos confiar en un análisis más
do refleja un mecanismo histórico particular. Por lo que riguroso del fenómeno, que ha dado los primeros resulla-
al oído se refiere, puedo afirmar que ha cambiado con el dos con el descubrimiento de manuscritos preciosos, tanto
tiempo. Los parámetro!) del sonido se han visto alargados, desde una perspectiva histórica como interpretativa.
perdiéndose las dimensiones que tenían. No es necesario
decir que el retorno a los orígenes no puede ser obtenido S.—Los jóvenes que actualmente se acercan a este estilo,
con facilidad, porque es obligado sacrificar algo al tiempo. ¿con qué espíritu inician sus experiencias?
El público que habitualmenie escucha los conciertos sinfó-
nicos no capta las sutilezas que el instrumento posee como G.L.—Veo sólo dos posibilidades: la curiosidad y el sen-
riqueza interna, no traduciendo en forma satisfactoria el len- tido del análisis. Es lógico que las dos se complementen
guaje que el clave ofrece a sus cultivadores. Hoy es una inseparablemente, y que de la novedad se llegue a la pro-
forma e xi rem adamen te difícil de apreciar la música. fundización. Debo decir, sin embargo, que el público joven
es, en este sentido, muy serio, va a los conciertos prepara-
S.—¿Cómo tiene lugar la investigación de la literatura do y consciente del producto que escuchará. Hoy la música
histórica inédita en relación con el clave? antigua ha tenido una explosión, basada en factores del re-
descubrimiento, que ahora se ha atenuado parcialmente, de-
G.L.—Es muy difícil establecer leyes respecto de esta jando espacio a la profesionalidad y a la conciencia del análisis
faceta de la música, antes bien, se trata de algo muy perso- detallado. Por eso siempre he dejado a la gente libre de
nal y ocurre por grados, llegando, con la maduración, a toda coacción, y si hoy viene a mis conciertos lo hace con
perfeccionarse en lo que hace a determinados períodos y toda libertad, consciente de su elección. Todo esto es difí-
cil de entender y provoca en el oyente instantes de indeci-
so obtiene así un profundo conocimiento del estilo y las
sión que sirven para continuar comprendiendo o para aban-
composiciones existentes. donar el sector, que es extremadamente complejo y articu-
Aunque la suerte juega un papel muy importante. En el lado en su estructura. Este tipo de música no se ha revela
marco de la investigación hay numerosos compositores me-
Scherzo 35
ENTREVISTA
do como un espectáculo de masas, fallando el lado de los ga, este procedimiento es una ampliación introducida por
efectos que capturan completamente IJ atención del públi- Bach con la utilización del sistema bien temperado. Ha si-
co. La inserción en nuestro siglo de este estilo es ya una do el hombre de la unión y la rcordenaeión: Buxtehude es
victoria, conlleva una loma de conciencia del pasado, que el personaje de partida de una nueva temática que todavía
se ha separado de la práctica de aficionados para dar lugar hoy tiene influencia en nuestro estilo. El problema sigue
a una pequeña profesionalización. abierto a todas las soluciones, pero puedo decir que la dife-
rencia consiste exclusivamente en la fuga.
S. —El descubrimiento de los manuscritos originales (Ur-
text), ¿ha creado una moda que pueda ocasionar peligros
S.—Hablando nuevamente de Bach, ¿piensa usted que
en la identificación del verdadero texto musical'.'
las Suites Francesas e Inglesas fueron escritas pura sus
G.L.—El problema es importante, pero personalmente alumnos? ,
prescindo de cualquier re-visión de mis colegas buscando
los textos de la época, originales o recscrilos por copistas. G.L.—Ciertamente no. Probablemente fueron concebidas
Lógicamente, para poder comprender las csiructuras prin para la ejecución publica y no excluyo que los alumnos
c i pal es de una pieza o su estilo interpretativo, se necesita ejecutaran las obras como estudio, pero no fueron ideadas
tener una idea extremadamente clara del concepto de Ur- particularmente por su función didáctica. Son piezas im-
lext, no dejando nunca nada al a/.ar. Existe portantes para la formación clavecinística;
el factor de la moda, pero iu>s corresponde existen situaciones polifónicas interesantes
a nosotros romper loda relación con esta _V técnicamente difíciles; son. por lo tanto,
teoría, asegurándonos con estudios profun-
dos y articulados. He omitido que. cuando
No sé por qué huncos de prueba para lograr una buena base
interpretativa y una sólida preparación téc-
un comercio encuentra una apertura para amo nica y vinuosística.
ampliar sus beneficios, éstos se ven favo- a Bach...
recidos por una cultura seria y comprome-
tida. Si lodo esto no se da. es mejor diri- es uno de esos S — ¿Piensa que este éxito de ht música
antigua continuará o se extinguirá
girse a las revisiones exisientes. amores lentamente?
inexplicables que
S. — Usted ha dado muestras de su amor determinan G.L.—Creo que el interés por este sec-
por Bach, por medio de ejecuciones exac- tor terminará por amainar, no por un
tus v cualitativamente superiores. ¿Por qué
nuestra vida regreso al anonimato, sino por una nive-
esta predilección? sin lación nalural del fenómeno. Se notan
ya las primeras señales de este efecto y lo
una razón más interesante resulta ser la gran parti-
G.L.—No puedo decir por qué amo a
Bach. puedo afirmar, por el contrario, que precisa cipación del público en los problemas más
ha sido un hombre extraordinario, por su _ _ circunscritos c íntimos, diferenciándose
cultura y por su genialidad en culminar lo- de la música sinfónica que tiene paráme-
dos los estilos de la época. Todos los oíros compositores iros mucho más vastos. Quedará un público extremada-
han dado espléndidas páginas a la historia, pero en Bach mente preparado que conseguirá vivir ¡mensamente esta
siento una fuerza absoluta que coordina todos los sectores relación de amor con el instrumento y la música. Por
musicales del seiscienios y del setecientos. En su música el contrario, existirán siempre personas que escucharán
se puede escuchar una inagotable variedad tanlo tímbrica a Bach tocado al piano: es la ley de la libertad, que
como expresiva. La invención es continua y diferente cada juzgo exacta.
vez. conseguida con un gusto casi ritual del acto creativo.
Bach es un verdadero milagro de la naturale/a y. por con- S. — Usted ha formado un grupo con Brüggen y Byhmu.
siguiente, es uno de esos amores inexplicables que determi- ¿Cómo ha nacido esta exigencia?
nan nuestra vida sin una ra/ón precisa. Pienso que nadie
sabría explicar el por que Bach es un unicum en la historia G.l. - N o llamaría exigencia al hecho de volver a unir-
de la música. Esto permanece a m o un magnífico- mislerio se en grupo. Esta elección se inserta en el fluir de la
de la naturaleza. maduración, trabajar con oíros músicos preparados y serios
es un modo de reencontrar un entusiasmo en la ejecu-
S. — Cuando se habla de Bach se cita espontáneamente ción, que sirve para enriquecer el gusto y sirve, además,
a Buxtehude, por la problemática de ¡a fuga. ¿ Qué diferen- para afinar el estudio de la filología en sentido estricto.
cia existe entre ka dos? Con eslas dos personas comparto unu gran intuición mu-
sical, llegando a conclusiones interpretativas que solo
no hubiera descubierto.
G.L.—Buxtehude ha sido como ningún otro el hombre
clave del esquema fugado. Inconscientemenie ha introduci-
do este nuevo diseño en la literatura musical. Fue la técni- S. -F.n el campo de la interpretación existe el problema
ca la que le sugirió las innovaciones, más larde lomadas de la ornamentuciiín. ¿Cómo lo ha resuelto usted'.'
por Bach y llevadas a su plenitud. Pero estamos en el terre-
no de las hipótesis y las deducciones. Puedo decir que Bux- G.L—El solista debe encontrar una solución propia si-
lehude no escribió nunca la famosa sucesión Preludio y fu- guiendo el mslinio y la musicalidad que ha adquirido a tra-
Setter» i
ENTREVISTA
vés de años de estudio y de análisis. Las soluciones adopta- S.—Sintetizando el problema de la música antigua, ¿có-
das se adecúan con el período tratado sin crearse excesivos mo ve el futuro de esta forma?
problemas existenciales. Siempre permanece un lado oscu-
ro de la música que difícilmente encontrará una solución G.L.—Por un análisis de los fenómenos actuales pode-
satisfactoria. La ornamentación es una cosa pequeña en re- mos notar que una protunda realidad se ha instaurado. Es
lación con problemas más amplios de la interpretación; sin lógico que todas las conquistas tengan dificultades en su
embargo, es una realidad que debe verificarse y confrontarse. partida, que coasiste en la introducción de la disciplina en
la rutina del estudio. Puedo augurar que todo esto no per-
manecerá en el actual punto de despegue, sino que el pro-
S.— Usted prefiere tocar en vivo, evitando las grabacio-
blema llegará a estar superiormente articulado, ampliándo-
nes discográficas. ¿Por qué?
se así el conocimiento práctico después de un rodaje de
orden técnico. Subrayo que los jóvenes son la esperanza
G.L.—La respuesta es fácil: porque en vivo se obtienen de la música antigua, existe en ellos una honda maduración
mayores satisfacciones en relación con la sonoridad y la de la historia que les hará comprender profundamente los
inmediatez del contacto con el público. La creatividad im- orígenes de cada cosa. Es la historia de los orígenes la que
provisada surge de manera más genuina, rescontrando toda ha vencido en nuestro siglo y el replanteamiento de los es-
la belleza del estilo pasado, en las ejecuciones en público. quemas pasados se ha hecho una realidad.
Por el contrarío, en las salas de grabación no se logran
estos resultados, faltando la satisfacción del contacto con
el espectador. Todo resulta frío y distante, llegando a sa- S.—¿Cuáles son sus proyectos futuros?
crificarse ei verdadero sentido de la ejecución. Es cierto
que con las grabaciones se puede ampliar el contacto con G.L.—Puedo decir que continuaré tocando y, sobre to-
las personas, pero no ofrecen los presupuestos de una co- do, continuaré estudiando.
nexión con la historia. Incluso los instantes de tensión que
se dan durante una ejecución son importantes y filológica- Adriano Bassi
mente puros. Traducción: Enrique Martínez Miura
Scherzo 37
HISTORIAS DE
LA MÚSICA
M UY próximas en el cementerio
de la Isla de San Michéle. las
tumbas de dos ilustres extran-
jeros, empresario tealial el uno, composi-
GENIO Y la incomprensión y el rechazo con el qué las
creaciones originales están condenadas a en-
frentarse, estuvo motivado, en realidad, por
la circunstancia nimia de que el primer bai-
tor el otro, comparten una misma fascina-
ción por las incesantes aguas. La gran la-
guna les ofrece una anual condescenden-
cia y. más o menos, hacia el mes de fe-
FIGURA larín (fe la compañía solamente supiera contar
en ruso y, tomo quiera que los nombres
de los guarismos poseen, en tan remota len-
gua, muchas mis sílabas que en cualquier
brero inunda mansamenie el camposanto otra de las europeas, la numeración de los
y los muertos salen a pasear, reparten en- pasos y evoluciones resultaban sumamen-
tre ellos o bien se suman en sosegada con- te difíciles de adaptar a la música (un tan-
to salvaje, digámoslo) que el compositor
templación del claro de la luna. Los di- había escrito, confundiendo al resio de la
funtea son maleducados y ruidosos, como compañía que acabo ocasionando, de este
conviene a jantes que, de grado o por fuerza, modo, un verdadero caos sobre el escenario.
hubieron de renunciar a la humana vani-
dad y los mundanos pudores, y así no re- Mueve el empresario la calavera, re-
sulta extraño que su vocinglería sobrepaso signada y afirmativamente, cuando escu-
el prudente muro que circunda la isla y cha al compositor decir aquellas cosas y
alcance hasta la cercana metrópoli de Ve- , piensa que, en efecto, los vivos siempre
necia, contundida con el chapoleo del aguaG mis dejamos deslumhrar por las grandes
y el silbo lejano de la brisa, los morado-1 Hkas y que la verdad es demasiado dis-
res de la ciudad no conceden mayor aten- \ creta para ser umversalmente apreciada, lo
cíón a este sonido familiar que forma par- que suele ser ratificado por el músico con
alguna apostilla Irónica.
te de las habituales músicas de la noche
y, de este modo, los muertos pueden en- Al llegar a este punto suelen detener su
tregarse a sus chanzas sin temor de inte- camino porque se encuentran ya en el ex-
rrumpir el sueño de los vivos. Es habitúa] tremo sudoeste de la isla, y desde este lugar
que, en estas ocasiones, el esqueleto del se divisa enteramente la ciudad que amaron
compositor —que es de pequeña estatura, hasta el extremo de morir uno en ella y de
estrecho y cargado de hombros— venga a viajar el otro desde el opuesto borde del
llamar a la losa que cierra el sepulcro del mundo tan sólo para recibir allí sepultura.
Escrutan en silencio la Fondamenta Nuove,
empresario, hasta que al fin aquella se en- la afilada pirámide que corona el lejano
treabre, dejando ver la osamenta rechon- campanil, la redondez ostentosa de las cú-
cha y bruñida de este último. Cuando ha- pulas, y aguzan su fino oído de fantasmas
bitaban esta tierra fueron dos hombres a tratando de alcanzar algún girón del ajetreo
quienes la muerte separó en ciudades muy del Canal Grande que divide la isla, felices
distantes^ de forma tan repentina que no de estar allí y de disponer de toda la eter-
tuvieron tiempo para cicatrizar una agria nidad para contemplarla. Permanecen mucho
disputa ocasionada por pueriles celos pro- tiempo en silencio en la placentera compañía
fesionales, de suerte que el compositor, que de sus soledades, hasta que la rosada línea
sobrevivió a su compañero durante casi cua- de la costa de Jé solo, a su Izquierda, les
renta y cuatro años, nunca dejó de sentir indica poco antes del alba que ha llegado la
una cierta desazón por aquella cuenta que hora de retirarse, porque dentro de "poco
le quedara pendiente de modo tan involun- vendrá el primer barco con el sepulturero
tario como inoportuno, y así procura to- a bordo y. medrosos como son los humanos,
dos los años, con diligencia puntual, ofre- no sería capaz de apreciar la serenidad de la
cer una pequeña deferencia hacia su ami- escena. El empresario y et músico se levan-
go, tomando la iniciativa en su acostum- tan y. en silencio, caminan hasta d rincón de
los ortodoxos donde, a muy poca distancia,
brada visita. se hallan sus tumbas, con el sosiego de aque-
llos encuentros en que (odo es ya conocido
En los tiempos de su pasaje terrenal el de antemano y no es preciso andar fingiendo
compositor y el empresario fueron (aun- alegrías ni fatigando la memoria a la bús-
que tacaño el uno y caprichoso el otro) dos servamos ain muchas fotografías y dibu- queda de anécdotas brillantes. En recipro-
personas de buen gusto y exquisitas for- jos que nos muestran a estos dos persona- cidad con su amigo, el empresario acompaña
mas, por lo que no resulta ahora extraño jes caminando Igualmente por el Boulevard ahora al compositor hasta su tumba y. al
verlos pasear, conversando en voz mesu- S. Michéle. a la orilla del Sena o en las
inmediaciones de Nuestra Señora, de frente llegar, se dan la mano ceremoniosamente
rada y discreta. Como siempre sucede en o de espaldas, mirando al objetivo escru- hasta el próximo año. Siempre, y en ese
estos casos, suelen hablar de lo mismo que tadoramente. ensismismado en sus proyectos preciso instante, el músico hace una ob-
los vivos, hablan, esto es, de los tiempos o en sonriente complicidad, y ahora, en servación mordaz acerca del epitafio del
que fueron, de sus comunes peripecias por este cementerio apacible, se diría que am- empresario quien, sin decir nada, se des-
escenarios teatrales y salas de conciertos bos gozan en reproducir esas actitudes que pide. Camina hasta su sepultura y al lle-
y, como muertos inteligentes que son, no para nosotros son ya eternas y para ellos gar lee una vez más aquellas palabras que.
renuncian a sus acostumbrados desacuer- tan sólo antiguas. Ambos poseen la verda- cuando estaba vivo, tuvo la debilidad de
dos, que ni siquiera la muerte será posi- dera humildad de aquellos que realmente hacer eslampar sobre su lápida.
ble si hubiese de prescindir de la contro- han transformado el mundo sin proponér-
versia la añoranza. Tal vez por esto últi- selo, y tienen, por dio, la vieja sabiduría -Vtnisf. inspiraincc HemclU
mo, uno de los temas que con mayor una- que da el comprender cómo determinados de nos apaÁsemtnls...'
nimidad los dilaia es el recuerdo de la ciu- hechos de apariencia minúscula obran co- No sin fastidia rememora las últimas
dad de París en los primeros años de este mo verdaderos puntos de apoyo de la pa- palabras de su amigo. Sacude la calavera
siglo, hasta el extremo de que el resto de lanca inmensa de la historia. Así. ambos y. al descender a su tumba. Ser ge i Dlag-
los habitantes de la necrópolis conocen a han reflexionado muchas veces acerca de hitev se dice finalmente que aquello ya no
la pareja por el remoquete de -Los Fran- que el gran escándalo producido por el es-
pectáculo que estrenaron en 1913 y que. tiene arreglo, y que Igor Strawinsky siem-
ceses- de lo que, en el fondo, ambos se desde entonces, se cila como modelo de pre seguirá siendo el mismo.
sienten no poco halagados. Los vivos con- Daniel Jordán
Scherzo 38
DISCOS
L. V. Bcrfhoven. Concierto para piano y or- Davis nos ofrece una versión caracterizada
questa núm. 4 en Sol Mayor. Op. 58. Arfred
Brtndd, piano. Orquesta Filarmónica de
DISCOS por un respeto escrupuloso de la partitura (re-
peticiones incluidas), una amplísima gama di-
Londres. Director: Benurd Uaitink. Philips námica (absolutamente sobrecogedor el co-
Classfcs 416 658-1 PM. mienzo del tercer tiempo, oígase el pppp de las
cuerdas, das compases antes del nlm. 45), una
claridad orquestal que se aprecia hasta en los
Mucho me temo que esle disco tiene un pro- momenUt más dados al emborronamiento y to-
blema insalvable que me impide recomendar- do dio sin perder nada de la pación y fuerza
lo sin una advertencia previa: ¡Ojo oon la du- que contiene esta obra, verdadera demostración
ración! 32 minutos duia este disco, cuyo pre- de saber orquestal.
cio moderada parece basarse en una oferta (en En cuanto a la competencia, Abbado (DG)
cantidad de música) verdaderamente canija. es. creo, el ünico que puede acercarse. La Chi-
La versión de Brendel. como podía esperarse cago Symphony es una orquesta apabullante,
del gran pianista austríaco, es excelente, y goza y la lectura del director italiano posee una
de un acompañamierío alentó, sensible y co- tensión increíble (nunca he escuchado un
herente por parte de Haitink y la Filarmónica quinto movimiento tan siniestro). Sin embar-
Londinense. La grabación, de principios de los go, su versión no llega a la claridad de la de
70, es simplemente decente, aunque quizá d Davis, existiendo momentos en que el pode-
solista quede algo tapado en algunos momen- roso metal de la orquesta americana casi llega
tos. De cualquier forma, escuchar a Brendel a tapar todo.
tocando Beethoven siempre es un placer y es- parece el anuncio de una tragedia. Esa trage- Así las cosas, la decisión resulta difícil. Da-
le disco no es excepción. dia se desencadena en la Marcha, la más mah- vis ofrece una gran versión, con un sonido bue-
Sin embargo, decía que la (miración es un pro- leriana de una obra muy mahleriana ya. Ima- no pero no excepcional, y m horrible corte
blema insalvable, y lo justifico. Gallería (DG1 ginemos que Mahler es. enlre otras cosas, un (¿por qué?) en el tercer tiempo para el cambio
publicará próximamente —tal vez lo haya he- negador de Vieoa (como pudo serlo Freud). de cara. Abbado consigue también una exce-
cho ya— la versión de Kempff de esle mismo Pues bien, la versión de 1968 sería esa nega- lente versión, el sonido es aun mejor y no tie-
concierto, con Leilner y la Filarmónica de Ber- ción. La de 1986 sería un Berg revisited cuan- ne ese odioso corte en el tercer tiempo, pero
lín. El sonido del original es peor que el de esle do ya ha parecido lo antes negado. A la deso- es más caro.
disco, aunque no sé cómo habrá quedado el re- lación de la» Erigen sucede una enfática caída Yo procuraría hacerme con las dos, pero de-
procesado digital. Pero Kempff también hace (no crepúsculo) de los dioses. No es el paisaje jando claro que Davis. a precio moderado, es
una excelente lectura y, además, incluye el Ter- después de la batalla, es el retrato de una ba- una excelente compra.
cer Concierto en el mismo disco. Tal y como talla cuyo desastroso y desconsolador final ya
están las cosas, uno no se atreve a recomen- conocemos. Los elementos grotescos, presen- R.O.B.
dar 32 minutos frente a una hora de nuisica, tes en 1968, casi han desaparecido. Puede ser
sobre tudo a igualdad de precio y con mériios lo que medie entre el Boulez desterrado de en-
tonces, en una época revolucionaria, y el Bou- PierreBoula: Tres sonatas para piano. Her-
interpretativos parejos. bert Henck, piano. WERGO fWER 60
lez de más de 60 años de este tiempo de re-
pliegue. El acento es diverso, pero en ningu- 121-50). Compacto.
R.O.B. no de los casos parece forzado el mensaje ex-
presivo —expresionista— de un compositor co- Pierre Boulez es. sin dudar, una de las má-
mo Berg, en quien siempre hay elementos ximas figuras musicales de nuestro tiempo, no
extramusicales. sólo como director de orquesta, sino como
Berg: Concierto para violín. Tres pieles, compositor. Su obra de estructuras y dimen-
Op. 6 Pinchas Zukerman, violín. London Seamos más breves con el más conocido siones cambiantes alcanza una de sus metas en
Sjmphuny Orchcstra y BBC Symphony Concierta. Boulez lo grabo para EMI con Me- las tres Sánalas para piano, posiblemente al
(resp.). Director: P i a r e Boulez. CBS IM nú hin y la BBC en 1969. Era lal vez una ver- introducirnos en un lenguaje musical en el que
39741 Digital. sión más genial que satisfactoria, al menos ritmos, hallazgos tímbricos. declamación y di-
comparada con las grandes (Grumiaux- námica se entremezclan con sentimientos ocul-
Markeviich, Perlman-Ozawa). según hemos re- tos, frasco e interpretación para convertir y de-
Al mismo tiempo que CBS reedita un álbum señado ya antes en SCHERZO, n. u 7, pág. 36. sarrollar lo estríe lamente concebido como un
triple con obras orquestales de la Escuela de Dentro de la relativa fortuna de esta obra en elemento sonoro en obra de arle.
Viena dirigidas por Boulez en el pasado (ver disco, creo que la versión de 1986 permite a La interpretación al piano de Henck se mueve
la correspondiente reseña en el n.° II de Buulez, ahora con Zulcerman y la LSO. ofre- entre la mayor violencia y la intimidad más
SCHERZO.pag 43) nos llega este LP de 1986 cer una lectura más coherente que aquélla y que acertada. Hombre especialmente dolado para
con piezas de Berg. también bajo la batuta de en mi modesla opinión se sitúa entre las más la música contemporánea ya es conocido eo el
Boulez, que ya las había grabado previamen- interesantes. El concepto es semejarte al se- mundo del disco por grabaciones de Stockhau-
te. Remitimos a aquella reseña para discogra- ñalado para el Op. 6. y un excelente solista re- sen por este pianista. La grabación es de Ra-
fía comparativa del Op. 6. ¿Qué ha sucedido cibe un acompañamiento más sutil y profundo dio Bremen, de noviembre y diciembre de
con Boulez y esta obra entre su versión de 1968 que brillante. Para concluir aclaremos que no 1984. La duración de las Sonalas es: Primera
y la de 1986, en ambos casos con la BBC? Hay es que Boulez niegue su Berg anterior, sino que Sonata (I946)L 9,43 minutos. Segunda Sona-
un elemento esencial que ha cambiado, el de ha profundizado y por eso variado su concep- ta (1947-48): 32.58 minutos. Tercera Sánala
una continuidad sonora quizá basada en un con- to, acaso dependiendo de circunstancias que se (1955-57): 25,00 miniaos. La grabación es
cepto del fraseo que era más aiálitico, más se- nos escapan y cuyos resultados son. en cual- digital.
parador, y que en 1986 es más continuo, más quier caso, de enorme interés.
abarcante, en tanto que totalidad, más siniéti- M.G.G
co, si se me permite la vieja dialéctica. Am-
bas lecturas me parecen distintas y excelentes, S.M.B.
intensísimas, aunque la de 1968 pueda resul-
tamos más intransigente, acaso pin que enton-
ces Boulez consideraba necesario poner en evi- H. Beriioz: Sinfonía Fantástica. Op. 14. Or-
dencia ciertas cosas que hoy están al menos par- questa del Concertgebouw de Amslerdam.
cial mente asumidas en una obra que ya no es Director: Sir Colín Uavis. Philipg Cksska
tan inaudita. Las duraciones son semejantes, 416659-1 PM.
ligeramente mayores o menores en cada mo-
vimiento. Pero el concepto, al margen de la in- Apresurémonos a decir que es esta una de
tensidad, ha cambiado. El movimiento central las mejores Fantásticas llevadas al disco. La
resume tal vez esle cambio: las Ragen eran en lectura de Colín Davis es sencillamente arre-
1968 misteriosas y terribles; ahora son deso- batadora y cuenta con una respuesta brillante.
ladas. El Preludio era antes lucha, drama; ahora de lujo, por parte de la espléndida orquesta
holandesa.
Scherzo 39
DISCOS
Chanhonnieres: Piéces pour clavecín. Fran- me grandeza de contenido, serla lo único en CH. W. Gluck: Orjeo ed Euridice P«er Hof-
coise Langdlé, clave. Instrumentos utiliza- desventaja. El hecho de que Chopin confiera mam (tenor), JuMa Conwefl (soprano), Alian
dos: Copias realizadas por David Ley de un la partitura como una obra en paralelo a El da- Bergius (niño cantor de TftU). Coro de la
ejemplar de Francas Blanchel (París, 176S) vecín bien iemperadi¡ . de Juan Sebastián Bach, Dortmunder Musikverein. Orquesta Filar-
y de uno de Andreas Ruckers (Anvers, nos hace pensar en una lectura más integrada, mónica de Colonia. Heinz Panzer, Director.
1644). Lyrinx. LYR CD 066. Comparto. más ordenada, con una continuidad mayor en CBS I 3 M 42184 (3 LP's, digital).
los conceptos interpretativos, si bien, esto no
Tiene un gran ínteres la aparición de esle dis- dejarla de ser probablemente una estupidez,
co dedicado a la infrecuentemente grabada obra puesto que Chopin es un compositor románti- Sobre el papel, la opción vocal de este Or-
del clavecinista francés del siglo XV|l Jacques co y además con una vida cargada de suficien- fro es razonable. El protagonista se convierte
Champion de Chambonniéres. Su figura fue tes eventos como para no esperar de él algún en tenor —como en la segunda versión de la
crucial en la historia del instrumento en su país, equilibrio. En resumidas cuentas la interpre- ópera, la de ftrís, de 1774, posterior en doce
pues cabe afirmar que se le debe la fundación tación de Davidovich me parece la correcta para añosa la de Viena—, Euridice sigue siendo una
de la escuela francesa de clave. Chambonnié- este conjunto de preludios. Et sonido no está soprano y el personaje del amor lo encarna un
res recibe la influencia de Froberger y Fres- a la misma altura, siendo algo plano. niño. Como es habitual, se trata de una ver-
cobaldi, pero, al mismo tiempo, en un inter- sión italiana que incluye la gran mayoría de las
cambio sumamente fructífero, su arte dejó una M.G.G. innovaciones y añadidos de la de París. Y, co-
profunda huella en el del músico alemán. Su mo siempre ocurre, es parcialmente distinta a
legado consiste en dos libros publícalos en todas las demás. La opción diversa en cuanto
1670 y gran cantidad de música en forma ma- a voces y en cuanto a determinadas exclusio-
nuscrita, que sólo modernamente ha llegado a nes y orden de números es algo propio de esta
F. Cbopin: Ueder, Op. 74. Soprano: Elba- obra abierta que el mismo Gluck no cesó de
la imprenta. En su obra, Chambonnieres es-
tructuró por vez primera la suite francesa y con- beth Sodersirom. Piano: Vladunlr Ashke- cambiar, como no han dejado de hacerlo sus
signó los procedimientos de ornamenlación a nazy. Decca (414ÍCH-2). Compacto. sucesores.
seguir.
A pocas fechas de la actuación de la sopra- Ya existen versiones con tenor (Gedda-de
Francoise Langellé, distada de una técnica no Elisabcth Sodcrstróm en Madrid en un Con- Froment y Simoneau-Rosbaud. para EMI y
impecable, demuestra un profundo conocimien- cierto benéfico, escribo estas líneas que quie- Philips, respectivamente, en los afios cincuen-
to de la música de Chambonniéres. La clave- ren ser una alabanza para una de las voces y ta). Se trataba de tenores líricos, pero en la op-
cínista basa sus interpretaciones en una acer- artistas de mayor categoría y talento de nues- ción de Panzer hay un tenor dramático, Peter
tada correspondencia de tempi. aniculaciones tra ¿poca. Mujer especialmente hecha para al- Hofmann, acaso poco adecuado a la línea del
y ornamentaciones con el carácter danzable ori- gunos papeles de Ricardo Strauss. ha culmi- cometido protagonista (y omnipresente). No es
ginal de esta música. Los instrumentos elegi- nado su carrera como encélente liederista lle- sencillo para el oyente habituarse a tal propues-
dos se adecúan perfectamente a las exigencias vando a cabo la gran labor de recrear las can- ta, en mayor medida aunque determinadas vo-
de esta grabación. Junto al clave francés, se- ciones de Rachmaninov. Tchaikovsky o Sibc- ces de contralto (la tesitura de siempre), cuyo
gún un modelo de Blanchel. se utiliza un ejem- tius. En esta ocasión corresponde su interpre- timbre específico no sea el siempre escuchado
plar copia de un instrumento flamenco, opción tación a las de Chopin. que aunque indudable- en esle rol concebido para cástralo. A la larga
plenamente justificada, puesto que la sonori- mente menores en el género liederístico cons- no resulta una opción descartable y Hofmann.
dad de los claves de estas procedencia era muy tituyen una interesante pane en el catálogo de junto con el niño-Amor (Alian Bergius, de los
gustada en la Francia de Chambonnié res. su autor, sobre todo porque, posiblemente, fue- Cantores de Tólz) y la poderosa soprano-
ran creadas más con una sensación evocadora Eurídice (Julia Conwell), aporta un intento de
de su tierra natal y concebidas para su recreo ilusión escénica cuyos resultados son. cuando
E.M.M. personal e íntimo y no con un afán concertista menos, interesantes. La base orquestal da re-
y brillante. Ante esle planteamiento la calidad dondez al intento. La Filarmónica de Colonia
Chopin de los dos músicos: soprano y pianista y la mag- y el Coro de la Dortmunder Musikverein, di-
nífica reproducción que puede ofrecer el Com- rigidos por ftnzer. resultan sorprendentemente
pací Disc nos ayudan a esta búsqueda melan- idóneos dentro de una opción más hisloricista
cólica del silencio. En una discografía nacio- en el concepto que en la instrumentación (el
nal muy pana en el campo del lied, grabacio- viejo problema, el sempiterno compromiso).
nes como esta deben ser muy bien acogidas.
Se trata de un disco DDD. Grabado en St. Bar-
nabas, Londres en abril de 1984 La duración Apenas hay cortes importantes. Se prescin-
total es de: 44,56 minutos. de, por ejemplo, del ballet final —auténtico
tmridimax— y concluye la obra con el conjunto
coro-solistas. Trionfi amore..., a modo de ade-
M. G. G. cuado apoteosis final. Se pueden encontrar ver-
siones tal vez mejores, como las de Home-Solli
(Decca). Bumbry-Neumarui (EM1, en occiden-
te), Verrett-Fasano (RCA>, Baker-Leppard
Gluck (Erato)y, por su opción parcía/menií histori-
cista, la de Rene Jacobs-Sigiswald Kuijken (Ac-
cent). Aprovechemos para recordar que un pro-
grama de mano del Teatro Lírico La Zarzue-
la, al producir una puesta en escena reciente
F. Chapla: 24 Preludios, Op. 28. Plano: de esta obra, incluyó una exhaustiva y exce-
Bella Davidovlch. Philips 416 664-1. Cbu- lente discografía comparada de la misma, ela-
sies 197». borada por Ángel Carrascosa. A ella nos re-
mitimos para mayor información. Quede la ver-
Bella Davidovich es una reconocida intérpre- sión Hofmann-Panzer como una muy adecua-
te de Chopin. como ha demostrado en recita- da introducción a la obra para quienes la des-
les y grabaciones. Su forma de tocar, con H>a- conozcan. Quede también como una buena ver-
sionados tintes melancólicos, asi como su fra- sión, que en lo orquestal y coral será menos
seo poderoso, grandilocuente, apoyado en la discutida por los aficionados. Aunque es cier-
claridad, en la fuerza, en la capacidad para las to que contiene algo más de música que otras
mayores matizariones y un largo etcétera la ha- lecturas, la versión Panzer nos la ofrece CBS
cen indiscutible. El único punto está en que en tres LP's. es decir, con mayor coste. Re-
Chopin ha tenido ya anteriormente muchos in- producimos minutajes: seis caras con 15:05,
térpretes, y muy buenos por cieno, con lo que 17:00, 17:25, 17:22, 13:44 y 20:43 minutos,
inmediatamente surge la posibilidad de la com- respectivamente.
paración y aunque de esta confrontación Bella
Davidovich ha de salir airosa, quizás la falla
de alguna intimidad, posiblemente pen si enor- S.M.B.
40 Scherzo
DISCOS
Haydn: Sinfonía 94 en Sol mayor -üirprc- a oslas obras, cim escasa eonvicciiín de su
sa-. Sinfonía Cnnccnanle en Si bemol ma- valiir o cim la |iasiiín eon que las aborda el
H«nds1 yor, número 105. Orqunlu niarmónica de Cuarteto Jutlliard Un lamentable ejemplo un
Viena. Diretlor: l^onard Bernstdn. DG b íoniigraíiu de la primera vía se tiene en
419.233-1. tas Inistradas lecturas dol Cuartel» Kohon (Tur-
Misa núm. 9 en Dti mayar -/" lempore be- naNull. Las inloipreluoiones del Juilliurd. re-
lli~. Blegen, Fassbaendtr, Ahnsjo ¡ Solin, ci>gidas en disco por ve¿ primera en l%7.
solistas vocales. Coro y Orquesta Sinfóni- oslan eaigadus de idioinulinno. sentido ostnic
ca de la Radio ba"vara. Director: Lconard lural y dramal isinii Se colocan en la disvo-
Bernstein. PhUips 412734-1. grjfía ciinii relorencia.s Jisolulas de las obras.
Scherzo 41
DISCOS
42 Scherzo
DISCOS
Schola Cantorum. Sus enemigos les acusaron pretérito, como Pfítzner. sino creadores de mitir la conjunción de miras y afanes de dos
de pretender que fuera de la Schola nu había una obra sólida que. ai margen del sentido grandei artistas- Esta misma opinión puede
salvación. La Schiila Fue fundada en 1894. de su tiempo, tampoco se opuso a ¿I. sostenerse con plenitud para el disco compacto
Justo el mismo año en que las cosas empeza- Este disco ha merecido, hace dos años, el que comentamos. Dos deliciosas piezas del
ron a ir insoslayablemente por oiro camino, Premio Internacional de la Crítica Discográ- compositor salzburgués. una breve y fogosa.
pues en 1894 se estreno Prétuite a l'apres- fíca. Era un reconocimiento no solo a Mag- (Marcha en Re) y otra extensa y modelo de
mtdi a"un ¡aune. MaJa suene. Poique, pese nard. sino también a Michel Plasson. uno de
a amistades entre Debussy y algunos de los música galante en el hondo sentido de la ex-
los grandes defensores de la obra de compa- presión, son auténticamente recreadas por la
scholars. había una imposibilidad de entendi- triotas suyos que el tiempo ha sumido en un
miento entre ambas facciones —surgidas desde sensacional onjuesia de cámara de la Academy
olvido que está dispuesto a demostrar injusto of Ancienl Music. de la que no se sabe qué
entonces—. por razones que sería pmliju re- y. para los melómanos, lamentables. Es un
ferir en una resena sobre un disco. D'lndy disco espléndido y esc premio ya lo dice lodo. alabar más. si su perfecta adaptación al estilo
se opuso al nuevo rumbo de la música Iran- que la» obras interpretadas exigen, o d entu-
cesa y la historia ha sido cruel con su obra Chant junebre, Op. 9 es una amplia itiai- siasmo contagioso con el que leen estas inol-
y con la de sus discípulos y compañeros. Cre- cha compuesta con motivo de la muerte del vidables partituras.
yéronse gigantes y tacharon de enano a De padre del compositor y pertenece a la familia
bussy, pero la estatura du don Claudio es hoy de marchas fúnebres que tienen su origen en Así pues, interpretación inatacable, apoya-
día Un indiscutible como inconmensurable. d segundo movimiento de la Tercera de Beet- da en un soporte técnico intachable. La sepa-
Algunos se acuerdan aún de d'lndy. de Chaus- hovcn y que tal vez culminan en El crepús- ración esteren fónica, la diafonía, la relación
son. de RIHISSCI O de Magnard. y los que in- culo de Lis dioses. Son unos quince minutos señal ruido, la presencia y aireación sonoras,
cluso escuchan música suya pueden advertir de lenta tensión donde varu« elementos te- todo un modelo de buen gusto y equilibrio.
que la historia ha cometido una injusticia al máticos son desarrollados con una base en cé- El rayo láser, silencioso, inmaculado, nos acer-
menos tan desproporcionada como la que co- lulas repelidas a modo de ostinati y se da la ca a estas músicas como si en el propio Salz-
metieron ellos con Ciüude de Frunce, sólo continuidad de un pasacaglia. aunque mi se burgo estuviéramos.
que al revés. trate exactamente de tema y variaciones. La
orquestación es ya magistral en este joven de G.QLI.O.
treinta años, pero se evitan los contrastes de
Uno de los productos más granados de La color y la base siguen siendo las cuerdas. Tam-
labor pedagógica de Vinccnl d'lndy es ta fi- bién son evitados los extraños dinámicos, salvo
gura de¡ compositor parisiense Albéric Mag- algún que olrn forte. El resultado es de una W. A. Mcnart: Quiniela para clarinete y cuer-
nard. que primero esludió en el Conservalo- trenidad clásica, pcio abundante en ideas que
rio (la competencia) y más tarde con aquel, das en La Mayor, K. 581. Cuarteto para oboe
se configuran en cpisodnts breves de enorme y cuerdas en Fa Mayor, K. 370. George Pie-
antes de fundarse la Schola. Magnard era ri- fuerza, una fuerza que renuncia a lodo
co por su casa y aprovechó esa riqueza para lenon, clarinete. Pierre Pierlnt, oboe. Arthur
efectismo.
viajar, instruirse sin descanso y componer una GrumLuix, Koji Toyoda (K. 581), violines.
obra brevísima y exquisita que en parte fue En la historia musical de nuestro siglo es Max Lesueur, viola. Janos Schdz, cello. PTU-
destruida. No sabemos si la lamia de graba- compatible, y en ambos casos cieno, afirmar lips Classics, 4I667I-PM.
ciones francesas de música de d'lndy. Rous- que la sinfonía murió (no es que la matara
sel, Magnard y otros significa que las aguas Mahler. sino que se suicidaron juntos) y que El Quinteto para clarinete y cuerdas es una
vuelven a su cauce, que estos creadores ya el sinfonismu sigue. La Cuarta de Magnard
han purgado su culpa histórica y ya vamos de las más populares obras camerísticas del
es una obra inaeslra del sinfonismo clásico, compositor salzburgucs. creo que con justi-
a conocer, lo que se dice conocer, su impor- que no desconoce ni desprecia a Berlioz, ni
tante obra, o una pane significativa de clia. cia. En la cumbre de su madurez artística.
a Wagncr, ni a Cesar Pranck. compuesta al
Puede ser también que el interno se quede en tiempo de la muerte de Mahler... y de la muerte Mozan compuso dos obras para clarinete, las
estas primeras grabaciones. Sería lamentable. de la sinfonía. Mira al pasado, pero con una dos geniales, ambas destinadas a Anión Stad-
Con Magnard y los demás ha funcionado a carga tremenda de tensión que te da moder- ler: el Concierto K. 622 y este Quintero, en
menudo el boca a boca más nefasto: ¿D'lndy? nidad y que, sin embargo, no llega a nada el que el carácter cantabiU del instrumento
¿Magnard? ¡Qué truenos! Ha funcionado en parecido al mundo agónico reflejado por Mah- es aprovechado al máximo. Me permito mo-
su propia país, y más aún en el extranjero. ler No es el hombre muriendo en la lucha destamente discrepar de Joachim Sliehr (aulor
No digamos en España. Sin embargo, nos es- contra lo imposible, sino, lal vez. unos dio- de las ñolas que ligaran en la carpeta del dis-
tábamos perdiendo, concretamente con Mag- ses herido* que mantienen el tipo. co) en cuanto al clima en el que se mueve
nar. una obra bellísima, compuesta mirando la obra. Puede que no se advierta tensión en
hacia el pasado —Wagnci. Beethovcn—. mi- El brillante sonido digital. Plasson y su or- el sentido estricto de la palabra, pero sin du-
rando al maeslnj —d'lndy— y a veces mi- questa nos ofrecen una interpretación de la da se advierte una atmósfera de melancolía,
rando a los clásicos del siglo XVII] Compu- que ya es suficiente decir que está a la altura de tristeza, típica del último Mozart. El equi-
so tres óperas, tres ciclos de mélodies, un pu- de las obras. Plasson da esa tensión elegante librio que se consigue entre clarinete y cuer-
ñado de piezas camertsticas y otro de música y clásica, pero con el requerido calor, con das, la riqueza melódica de toda la composi-
para piano, además de vualro sinfonías y al- una medida capacidad de traducir, mediante
gunas obras orquestales más. El disco que nos procedimíenlos de su oficio —como Magnard. ción, la perfecta demostración del genio imv-
ocupa incluye su última obra. !a Cuarta Sn- e! íormalisla, del suyo—, la carga terrible de zartiano de la variación, son los principales
fimía y un breve poema sinfónico. Chati fú- la que muy bien podía haber sido la última ingredientes de una obra que. como dije al
nebre, de 1985. Son piezas de relativa madu- sinfonía clásico-roma mica, descubierta entre principio, ocupa con justicia un lugar de pre-
rez, teniendo en cuenta su pronta muerte: de- viejos tesoros por Plasson. que se sintiera obli- ferencia en el repertorio.
fendiendo su casa él solo frente a las tropas gado a hacer con ella su mejor disco como Respecto al Cuarteto para oboe, es obra
alemanas invasoras en 1914 —destruyéndose única manera de dar la grandeza de esta mú- más galante, más intrascendente, pero extre-
algunas obras suyas al mismo tiempo— y U>- sica, su amor por ella. madamente agradable de escuchar.
davia ni había llegado sino al número 21 de La interpretación de ambas obras puede con-
opus. A Magnard se le ha reprochado a me- S.M.B. siderarse encélente en líneas generales. *i ex-
nudo su clasicismo, si obsesiva utilización de cepillamos algún que utrn^etceso romántico
las formas clásicas, sobre todo la fuga. En
este sentido recuerda a Mas Reger y a pr^ en las cuerdas. Por lo demás, el disco, y más
pósito de ambos podríamos preguniamos: ¿son a precio moderado, puede ser recomendado
clásicos que miran sistemáticamente al pasa- W. A. M o a r t : Serenan en Re K 185. sin recelo por versión y sonido.
do o son avanzadilla del Neoclasicismo que Marcha K. 189. The Academy of Ancienl No obstante, uno está ansioso por oír algu-
tendrá lugar a partir de los años 20? La mú- Musk. Jaap Schoreder. Christopner Hog- nas de las versiones ya existentes interpreta-
sica de ambos es demasiado compleja para wood. DDD. Grabado en 1984. Duración: das con el clarinete bajo en La. basadas en
la claridad de consumo que buscarán los me- 55 miaulos. L'Oiscau-Lyre 411 936-2. la última edición de la Neue Mozan Ausga-
jores neoelasie islas. Pero ni Magnard ni Re Compacto. be, que incluye algunas importantes modifi-
ger son reaccionarios, sino que hacen lo que caciones respecto a la edición que estamos
tienen que hacer. No fueron militantes de lo La codirección de Schroeder y Hogwood habituados a escuchar.
en la integral de las sinfonías mozartianas dio
unos resultados altamente positivos, al per- R.O.B.
Scherzo 43
DISCOS
Pouienc: la obra para piano. Gabriel Tac- Romeo y Julieta es perfecta. Nunca se pro- El Concieno núm. I en Fa sostenido me-
chino, plano. EMI La vota de sao maftre duce el desagradable efeoo de ruido indiscri- nor. Op. 1 y el núm. 4 en Sol menor. Op.
EX 2)09013 (5 LFs). minado que acostumbran a ensombrecer y en- 40, reunió, hace veinticuatro artos, al enton-
suciar los pasajes de volumen intenso; la to- ces joven Philippe Entremont con el ya ma-
Este álbum quíhtuple reúne [oda la obra púa ma de sonido de cada grupo está lo suficien- duro Eugene Ormandy al frente de su Orquesta
piano de Poulene. excepto las piceas a cuatro temente alejada y recortada para que el oyen- de Filadelfia. En d núm. I —quizd el menos
manos (que son recogidas en otro álbum, con te sea capaz de reproducir en su imaginación interpretado de lodo el ciclo— la toma de so-
el miaño Tacchino y con Jacques Février, que la disposición especial que adoptan los ins- nido es algo plana, y dio no beneficia dema-
tocó a su vez a cuatro manos con el mismo trumentos de una orquesta. Se cumple así, casi siado a la orquesta; pero la interpretación es
Poulenc obras suyas y de Satie) y las obras enteramente, el milagro de asistir a un con- ideal: Entremont es un pianista que obtiene
inéditas. Se trata de un álbum de rico conte- cierto en vivo, pero sin moverse uno de su una sonoridad etérea del instrumento, brin-
nido sonoro y ninguna información escrita: casa. Ya en el terreno musical, el disco une dándonos una de las mejores versiones del mis-
tan sólo una hoja con títulos y tiempos. Los en sus dos caras al Prokoviev más conocido mo. En el núm. 4, a pesar de que se trata
discos que se venden por separado incluyen y popular como es el autor del ballet flameo de un concierto menos atractivo que los núms.
información más generosa. y Julieta, junto al otro menos frecuentado, 2 y 3, es particularmente sugestivo el Largo,
al menos aquí en el occidente de Europa, com- admirablemente vertido por Entremont y con
No es la obra pianística de Poulenc su apor- positor de Sueños —prácticamente su prime- un atractivo acompañamiento de Ormandy y
tación más importante. Sabemos, sin embar- ra producción para orquesta—, y de música sus huestes.
go, que algunas de sus obras para piano tie- incidental para montajes teatrales y films:
nen especial interés. En el n." 1 de SCHER- Eugeny Onyegin. Boris Godunov, previstos El célebre Concierto núm. 2 en Do menor,
ZO hemos resenado ya dos de los cinco dis- con motivo de la magna celebración, en 1937, Op. 18 y la Rapsodia se produjeron en 1964,
cos aquí incluidos (pág. 42). Sirvan aquellas del centenario de la muerte del poeta Rich- con Gary GraRman, la Filarmónica de Nue-
líneas como introducción a este breve comen- kin. Puchlániana no figura en el catálogo de va York y Bernstein en el podio. En d Con-
tario. Las demás obras, aparte de aquéllas, Prokoviev. Constituye simplemente una se- cieno núm. 2 Greffman se muestra como un
ofrecen ejemplos de algunas de las seríes más lección hecha por el editor de retazos de otras pianista quizá menos alambicado que Entre-
importantes de Poulenc. En las Improvisa- obras que tienen todas ellas en común el ob- moni, pero es un virtuoso expresivo y dúctil,
ciones (la mayor pane de ellas compuestas jeto de aquella efemérides. Pero ello no im- dirigido por un resuelto Bernstein, quien se
en 1932-1934 y d resto en 1941 y 1942) te- porta ya que cada pieza, en la brillante inter- muestra menos contenido que Ormandy, -y con
nemos tal vez un buen ejemplo de escritura pretación de la Orquesta Nacional escocesa, muy buenas aportaciones de la Filarmónica
de espíritu moderno con trasfondo se human - puede escucharse perfectamente desconecta- neoyorquina (recordemos, en el Adagio IOJ-
ruano, una suerte de Schumann desprovisto da sin que afecte en lo más mínimo a la fres- tenuto. la intervención del clarinete, que dia-
de todo romanticismo y con sentido del hu- cura y espontaneidad que caracterizan a la mú- loga con d solista). En la Rapsodia, debe-
mor. También está Schumann presente en otras sica de este compositor ruso. mos hacer notar la séptima variación, expuesta
series, como Les soirées de Nazetles de mudo encomiable —y donde aparece uno
(1930-1936), fáciles, a menudo convenciona- de los grandes temas de la obra, el Dies ¡rae
gegoriano—. así como la progresión en cres-
les, con un encanto que recuerda a Salie o a
Chabrier y unos procedimientos a lo Carna-
ce. cendo de la última sección, perfectamente me-
val o a )o Davisbiindlertonze. Pero el humor dida. La toma de sonido mejora respecto a
es un elemento fundamental en la obra pia- la del disco Entremont-Ormandy.
nística de Poulenc: el de la breve suite de danzas
ViUagobes (1933), el de las Promenades (1921), Finalmente, el Concierto núm. 3 en Re me-
diez piezas juveniles cuya disculpa es descriptiva nor, Op. 30, producido en 1977, fue inter-
—a pie, en coche, a caballo, en barco, etc.— pretado por Berman y Abbado dirigiendo la
Ese humor es clave en ocasiones para cam- Sinfónica de Londres. La versión del pianis-
biar el contenido romántico de unas piezas, ta soviético de este concierto es un prodigio
como en Feuiílets d'álbum (1933). de claridad expositiva y refinada sensibilidad
(así, por ejemplo, la gran cadencia del Alle-
gro ma non troppo inicial es toda una lección
Además de otras obras, este álbum contie- de maestría). Abbadu, al frente de una de las
ne también las piezas concertarles y obras como orquestas más privilegiadas, le secunda con
los Ocho nocturnos, la Suite francesa y otras, una mentalidad rectora analítica y persuasi-
ya tratadas en aquel nüm. I de SCHERZO. va. Estamos, sin duda, ante una versión mo-
La interpretación es de auténtica referen- délica de este Concieno nüm. 3.
cia. Tacchino comprende, en nuestra opinión,
el sentido del mundo desenfadado, burlón, cí- El álbum contiene tan sólo una hoja con
nico o banal que. alternativamente, propone unos breves, pero documentados, comentarios
Poulenc desde unas exigencias estéticas siempre en francés de Marc Vignal, traducidos única-
rigurosas. No en vano es un interprete estre- mente al inglés y al alemán.
chamente relacionado con Février. Poulem Hachmaninov ~»
y Marguerite Long en el momento de su apren- Rachmaninov: fruegral de tos conciertos para
Jo.R.B.
dizaje en París. Se trata, pues, de un Übum piano y orquesta. Rapsodia sobre un Tema
acaso minoritario, pero de un interés consi- de Paganini. Op. 43. Üiillppe Entranont,
derable por su calillad interpretativa y la no- Gary Grmdrnan, Lazar forman, plano. Or- Rachmaninov: Concierto para piano núm. 3
vedad lie las obras grabadas. questas de Flladelfia, ti I armónica de Nue- en Re menor. Op 30. Concertgebouw Or-
va York y Sinfónica de Londres. Directo- cbeslra, piano: Vladiroír Ashkenazy. Direc-
S.M.B. res: Eugene Ormandy, l^onard Bernstein tor: Bennu-d Haitink. Decca Digital 417
y Claudio Abbado. CBS MASTERWORKS 239-1. 1986. Crabacidn: Agosto, 1985.
PORTRAfT MJP 39829. Álbum de tres dis- Amsterdam.
cos repnicesados digital mente.
S. S. Prokovlev: Rnmro y Julieta: Suite Rachmaninov es sobre iodo conocido por En una primera impresión, el unir a un pia-
núm 2. Op. 64; Sueños. Op. 6; Pusckkinia- sus conciertos para pian». instrumento del que nista expresivo y virtuoso con un director de
na. Orquesta Nacional Escocesa dirigida por era un virtuoso consumado. El presente ál- marcada vitalidad para una integral de lis con-
Neeme Jar vi. CHANDOS ABRD 1183. bum nos ofrece la posibilidad de escucharlos cienos de Rachmaninov parece muy acertado.
de nuevo, junto a la alracliva Rapsvdiu sabré La realidad lo corrobora. Ashkenazy está de-
Tenemos que felicitar, ante todo, a la casa un tema de Paganini. Pero se trata de ta reu- mostrando en MIS múltiples facetas de solista
editora Chande», por la inmejorable calidad nión de dislinias grabaciones con distintos in- Je piano, acompáñame o director de urques-
técnica de que hace gala, en general, en su* térpretes efectuadas anle normen le por CBS. la, que siente uiu gran vinculación al músico
grabaciones y de marera concreta en ate disco. por lu que el material grabado no o nuevo rusii Recientes están las grabaciones de los
La nitidez ton (fue nirnos las distintas seccio- ni existe un criterio intcrprctalivn uniiano. Ueder con Sóderslrom. la Sonata pura cello
nes de una orquesta ampulosa y píllente co- j pesar de tratarse de versiones de gran \piwui. con Harrcll. y d resto de su música
rno es la usada pxir Prokijviev en la su i le de cal idail. para cstiis dos instrumentos, su obra sinfónica
44 Scherzo
DISCOS
o siníSnioo-coral, y ahora « o s conciertos para páginas musicales y, por otro, los interpre- puede objetar en cuanto a musicalidad? Sin-
piano, de los que ya conocíamos los míms. tes. En cuanto al primero, la Sonata de Rach- ceramente nada, puesto que se muestra im-
2 y 4. El que ahora nos corresponde comen- maninov, la ünica que compuso este compo- pecable, particularmente en el muy creativo
tar es el tercero. Y con lodo este preludio sitor para estos dos instrumentos, es de mar- y volátil Finóle.
lo que (ralo de resaltar es lo importante en cado interés melódico, muy entroncada con Lo más interesante del disco quizás sea la
una interpretación que puede ser el conoci- d Segundo Concierto para piano y quizás por Sánala para violoncello y piano del propio
miento del resto de la producción de un mú- dio con un amplio desarrollo virtuosístico para Debussy, compuesta en 1815. y donde el ce-
sico, pues con ello se garantiza fácilmente una d piano, mayor aun que el concedido al vio- llista Turovsky mucura un sonido rotundo y
rápida conexión. Merecidamente por ello se loncillo, con lo que se convierte en sucesora aterciopelado, con un satisfactorio acompa-
podría decir que hoy es Ashkenazy el primer de la Sonóla de Cbopin para la misma com- ñamiento de Luba Edlina al piano. Recorde-
intérprete de Rachmaninov. En cuanto a Haj- binación. El resto del disco, por su mayor mos de esta obra la originalidad de la Siri-
únk, en los Üiümos años está demostrado, tanto infrecuencia, alcanza aceptable inferís aun- nade, con los curiosos pizácati del violonce-
en concierto como en grabaciones, el alto grado que sean páginas de menores intenciones tras- lo, que por tal motivo escapa a los modelos
de madurez alcanzado, y aunque no sea Rach- cendentes. Nuestra segunda reflexión debe- hobitualmente fijados del género.
maninov el compositor mis caracterizad» pa- líe centrarse en los intérpretes. En primer lu-
ra volcar en él lodo ese mundo de reflexión, gar Heinrich Schiff, cd lista de grandes cua- Añadamos que tanto la toma de sonido co-
sí es posible que a las simples estructuras for- lidades, poseedor de un sonido amplio, bri- mo el prensado son impecables: Chandos tie-
males se les pueda conferir una mayor pro- llante, casi ampuloso, con gran calidad de ví- ne sin duda muchas ganas de ganarse adeptos.
fundidad de concepción. bralo, dotado también para la concepción vir-
tuosística es casi un intérprete perfecto; sin Jo.R.B.
Posiblemente sea esta una integral decisiva embargo, una extraña frialdad parece eviden-
en los conciertos para piano de Rachmaiinov. ciarse en una primera escucha de esta graba-
ción; no ocurre así con la pianista Elisabeth
M.G.G. Leonskaja, quien a la vez que su compañero,
goza de magníficas dotes, como la claridad
de fraseo, la valentía en el ataque, la ausen-
Sergá Radunanlnov: Las amponas, Op. 31; cia de amaneramientos, el virtuosismo y una Rlnuky-Konakov: Scheherazade, Op. 35.
Vocalise, Op. 34, mím. 14. vitalidad que la convierten en auténtica pro- Glazuñov: Stenka Rnzin, Op. 13. OrqucMa
P. Ilych TchjUkovskj: Dúo de ftomeo y Ju- tagonista. El conjunto de ambos es induda-
blemente de gran valía y fácilmente su iden- N a d a n ! Escocesa. Vlohn solista: Edwfe Pa-
lieta. Marcha de la Coronación. Suzanne Ung. Director: Neeme Ja n i . CHANDOS
Murptay (soprano), David Wllson-Johnson tificación se traduce en una inmediata comu-
nicación para quien lo escucha, que además ABRD t » l . Digital.
(barítono) Orquesta y Coro Nacional Es- se ayuda por una muy buena grabación de
coces» dirigid» por Neone Jirvi. CHAN- excelente sonido, sin estridencias en los ex- El refinado y exótico poema sinfónico Sche-
DOS ABRD 1187. tremos y con ausencia de ruidos sobreañadi- herazade. basado en Las mil y ima noches,
dos. En resumen, un disco grato e interesan- es una de las obras de Rimsky de mayor y
De auténtica primicia discográfica podemos, te por solistas y contenido musical. más merecida difusión, y a disposición del
calificar esia excelente grabación que nos da discófilo español han existido importantes ver-
a conocer al otro Rachmaninov que se escon- siones de la misma (las de Stokowsky, Kara-
de detrás de los archioanocidos Conciertos para jan o Markeviten, por ejemplo). Ahora se les
piano, al menos conocido y no por ello me- M.G.G. suma ésta de importación, a cargo de una or-
nos Importante. La sinfonía coral Las cam- questa no extraordinaria (pero sí con muchas
panas, basada en un poema del mismo t/tulo ganas de hacer bien las cosas), y su titular,
de Edgar Alian Poe, es una obra trascenden- Ravet: Trio para vioUn, violoncello y piano d estoniano Neeme Járvi, quien ha optado
te que junto al Servicio de vísperas constitu- en La menor. DEBUSSY: Sonatas para vio- por una lectura del poema bastante raciona-
ye la principal aportación del compositor ru- Un y piano y para violoncello y piano. TWo lista, sin excesivas concesiones a la carga
so en el campo del género coral Y aunque Borotttn: Luba Edlina, piano; RostfeUv Du- orientalista ni exageraciones melifluas. Des-
todas las historias de La musita la cilan, en binsky, vtolín; Yuli Turovsky, violoncello. taca, por su fraseo y elegancia, la exposición
realidad es una partitura poco escuchada y es- CHANTOS ABRD 1170. Digital. de £1 Joven Príncipe y la Princesa, así corno
casamente representada en los catálogos dis- una excelente narración del Naufragio corara
cográfieos. Oyéndola comprobaremos la li- la roca coronada por un guerrero de bronce,
gazón profunda que mantuvo d músico con La industria discográfica. cuando presta aen- en el cuarto movimiento.
su Rusia natal y cuan falso es el cliché de ción a estos do, maestros del Impresionismo
occidental isla con que a menudo la critica ha musical galo, ajele hacerlo en ai obra orquestal. En cuanto a los valores instrumentales de
pretendido definir ¡a obra de Rachmaninov. pero menos en la camerística. Por ello, de- carácter individual de la orquesta, obligado
Una versión magnífica para orquesta y soprano bemos congratularnos por la aparición de es- es mencionar ante todo al concertino de la
de la canción sin palabras Vocalise comple- le disco, que reacciona contra la promoción, misma. Edwin Paling. responsable de los im-
menta la parte del disco dedicada a esle com- por enésima vez, dd Bolero o del Preludio portantísimos solos de violfn que aparecen a
positor. Él resto, ya más en plan arqueológi- a la siesta de un fauno, y opta por las obras k) Largo de la obra y que personifican a Sche-
co, sirve para rescatar del catálogo de Tcnai- de cámara, menos conocidas. Gustará, ade- herazade, la hija del visir, que narra cuentos
kovsky: El Dúo de Romeo y Julieta, fragmento más, a los amantes de este género que de- al sultán Schariar a lo largo de mil y una no-
dramático de un proyecto operfctico que Tchai- seen salirse de la rutina y que por una vez ches, con el fin de que éste permanezca debi-
kovsky nunca llegó a escribir y que está ba- puedan renunciar a la Sonata a Kreutzer o damente entretenido y no sacrifique a cada
sado en el tema de la Suite del mismo título, al Quíntelo *La Trucha-. una de sus esposas. La aportación del solista
y la Marcha de la coronación, obra ocasio- El Trio de Ravel fue ya meditado por su es de elevado lirismo y con una afinación im-
nal compuesta con motivo de las fiestas de autor en 1908, pero fue compuesto durante pecable, aunque tiene, desde luego, buenos
la coronación, del zar Alejandro III. el estío de 1913 en Saint-Jean-de-Luz, poco rivales en otros versiones discogñáficas, co-
antes, pues, de la Primera Guerra Mundial. mo por ejemplo Erich Gruenberg (que repite
Quizás lo más interesante sea la versión del en las de Stokowslty y Markevitch). Otros solos
ce. Passacaille, sosegado y también dramático; importantes son los de oboe y clarinete, que
rayan a gran altura en La fantástica historia
hay algunas asperezas en tí Moderé y el Fi-
nóle debidas al violinista. Dubinsky. que mues- del Principe Katender
RacfanuaifaMv: Sonata en Sol, Op. 19. tra una sonoridad ligeramente desgarrada y
Slbdius: Malinconia. Op. 20 Pero lo mejor de esta versión que comen-
poco transparente, pero en general se traía tamos quizás sea la excelente toma de soni-
RachtnanJnov: Vocalise, Op. 34, mím. 14. de una notable interpretación. do, de una limpidez absoluta, en la que
Dvorak: Polonaise. Plano: Elkabeth I«oos- cada intervención instrumental queda perfec-
ksja, cdlo: HeJnricn SchifT. Philip Digi- Estos mismos defectos del violinista se no-
tan también en la breve pero original Sonata tamente dibujada. Es obra de un ingeniero de
tal. 412 732-2. Gratadón: Agolo 1W4. Edi- sonido que ha hecho un gran trabajo: Ralph
ción: 1985. para violln y piano de Debussy. escrita entre
1916 y 1917 — ultimo ejemplo de un ciclo Couzens.
A un doble comentario obliga la inmediata de música de cámara que el compositor dejó El disco contiene además una brillante ver-
contemplación de esle disco. Por un lado, las inacabado—; mas, de su versión, ¿qué se le sión de un poema sinfónico de sabor aulénti-
Scherzu 45
DISCOS
camente eslavo, que glosa la figura de un co- tación a un grupo joven italiano, que inter- esta obra. Recomendamos especialmente esta
saco y Filibustero del siglo XVII: Stenka fta- preta con instrumentos originales en la tierra grabación a los aficionados al género sinfó-
zin, de Giazunov (que (iie, recordémoslo, dis- donde reinan I Musici e 1 Solistí Veneti. Por nico y a los oyentes habituales de Bruckner.
cípulo de Rimsky). Se (rala de una de sus líltimo, porque nos sirve para comprender el Mahler o Strauss. ya que descubrirán une nueva
obras más asentadas, perú poco prodigada por estilo musical tan diferente que poseían los forma de llevar al limite el mismo lenguaje
estos pagos y que sin duda merecerá una mayor hermanos Sammartini. Giovanni es conside- familiar. Por otra parte, la grabación digital
atención por parte de nuestras orquestas. rado como uno de los padres de la sinfonía. es excelente y el trabajo de la Orquesta Na-
Su hermano Giuseppe. menos conocido, fue cional Escocesa y de su director Neeme Jir-
Jo.R.B. autor de páginas de estricta belleza barroca. vi, son impecables.
El Conjunto que dirige Chiara Banchini ha
elegido el camino, ya muy utilizado a estas C.C.
alturas de los tiempos, de los instrumentos
Jotan Stanley: Seis conciertos para árgano, origínales. Se adentra en él con soltura y fir-
Op. ¡0. Northern Snfania Ordieslni. Di- meza y el grupo suena con atinada unidad,
rector y solista: GeraJd Giffbrd. ADD. Gra- no exenta de cierta dureza Nos recuerda más
bado en 1979. Duración: 53 minutos. CRD a los grupos alemanes que a lie ingleses: más
3409. Compacto. dramático y denso que ágil y dinámico. Sin
46 Scherzu
DISCOS
Música vasca para teclado dtl siglo XV1D. drileño. Pero, a diferencia del disco de Mont-
Obras de Uxinaga, Larrañaga, Eglgunn, serrat Caballé aquí mismo comentado, la se-
Elieberrta, Sodoa y Altero. Bernard lección de los fragmentos resulta en este ca-
BrauchU, clavicordio. YZ 262 D. so más unitaria por el hecho de estar íntegra-
mente dedicada a la ópera francesa.
Hay que comenzar por defender la oportu- En la cara 1.* tenemos en primer lugar el
nidad e ¡metes de este registro, como debe melódicamente ¡rresisitible Je crois entendrt
hacerse en general con cualquier iniciativa en- encoré de Los pescadores de perlas, en una
caminada a la recuperación de nuestro patri- versión excelente sin duda alguna, aunque algo
monio musical histórico. Hedía esta salve- justa —pero aceptable— en los agudos. De
dad, eslá pendiente de aclaración si las ubras Lajuive nos ofrece un dramático y apasiona-
ahora reunidas presentan verdaderamente rasgos do Hache!, tpmnd da Seigneur, la gran aria
raciales que las aparten mínimamente de lo del tremendo personaje de Eleazar (lástima
que en el siglo XVIII se escribía para teclado que no cante este papel: seria la forma de
en el reslo de la península. Si nos fijamos dar un mayor empuje a esla ópera, que bien
en los estilos de las piezas grabadas, no en !<> merece, tal y como ya intentó en su día
les lugares de narimieno de sus autores, apenas
cabe hablar de una escuela inequívocamenté el gran Richard Tuckei). En el Oparadis de
vaica. La capilla de Arinzani fue, por des- La Africana da una versión heroica de un per-
contada, un importante fuco de irradiación, sonaje (Vasco de Gama) que conoce, aunque
pero pesaron de manera determinante las tra- por razones obvias —el semi-oivido a que esií
diciones francesa, italiana y castellana. Ei pa- castigado Meyerbeer— no lo haya asumido
tente el caso de Sebastián de Albeiu —nacido todo cuanto fuera deseable. En estos tres frag-
por lo demás en Navarra, pero no entrare- mentos destaca el lujoso soporte de la Filar-
mos aquí a tratar la conveniencia o no de su mónica ue Los Angeles y Giulini (obsérven-
adscripción a lo rasco—, quien fue influido se en La juive y La Africana las grandes in-
directamente por Domenico Scarlatti. con el tervenciones de las maderas de esta orques-
que luvo contactos personales en la corte ma- ta), ademis de benefkarse todos dios del pro-
drileña. Las piezas de Albero, al que se des- cedimiento digital.
tina toda la segunda cara del disco, son lo
mas sustancioso del programa, aunque la aten- Plácido Domingo: Arlas de apera francesa De la cara 2." debemos destacar la ro-
ción prestada al resto de los compositores se de BUet Lrn pescadores de perlas. Carmen, manza de la flor de) Don José de Carmen,
justifica plenamente. Halévy Lajidve. Meyerbeer £n Africana, Mas- una de sus mejores creaciones. En ella Do-
senet Werrher, OfTtnbwh Los cuernos de Hoff- mingo controla de modo particularmente sa-
mann, Berlioz Bealnz y Benedicto. La con- tisfactorio aquella tendencia ligeramente gu-
La elección del doméstico clavicordio no denmión de Fausto, Soiía-Saé'ns Sansón y Da- tural que muestra su vía (como señala con
causa mngtin problema —por su corla sono- acierto el breve comentario que acompaña
ridad— para un medio como el disco. En Es- lila. La Maneííesa, de Rouget de Lisie (arr.:
Beriloz). Orquesta Filarmónica de Los An- el disco, traducido a todos los idiomas me-
paña conoció el instrumenta una gran difu-
sión en la época contemplada por la graba geles, Sinfónica de la Radio de Colonia, de nos al castellano) y se ve magníficamente
ción. Todo un acierto d haber elegido a Brauch- París, de la Suisie Romande, Sinfónica de respaldado por Claudio Abbado y la Sinfóni-
li para este cometido, pues se trata de un ver- Londres. Coros de la Sulsse Romande, Pro ca de Londres. Asimismo, es obligado recor-
dadero maestro en la especialidad. Brauchli Arte de Lausana } de la Orquesta de Pa- dar el Voix mu misere de Sansón y Dalila.
suma asi este registro —en el que lodo es co- rís. Directores: Cario María Giulini, Ric- en una adecuada visión del héroe bíblico,
rrección estilística y depuración sonora— a cardo Chailly, Dante! Barenboim, Richard vencido y desesperado, peni al que le queda
los dos estupendos que ya dedicase a la mú- Bonynge y Claudio Abbadu. D.G. Signa- aún una chispa de esperanza, El disco con-
sica ibérica para tecla del período (Seibas y lure 410 991-1. cluye, no se sabe muy bien por qué. con una
Soler). fervorosa versión de La Marsellesa, con co-
ros y orquesta, en la versiun arreglada por
La grabación Tiianic es de alta calidad
técnica. Eslc disco, partiendo de grabaciones ante- Berlioz.
riores, permite una visión panorámica de las
E.M.M. interpretaciones operísticas <Jef gran tenor ma- Jo.R.B.
M^if M t* c - u n a MACHI
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atrasado envíenos el cupón adjun-
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se indican en este boletín.
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Airmainemc.
Scherzo 47
ESTUDIO DISCOGRAFICO
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ESTUDIO DISCOGRAFICO
en la densidad y en la violencia dd sonido te, paciente, que parece expresarse por di- María que supone (a juicio de quien esto es-
más que en la definición aislada de los tim- chos, como el depositario de un antiguo sa- cribe) un hito indiscutible en la historia femar
bres y de la lineas. La estructura drama!ica ber popular. Isabel Slrauss posee una voz ás- gráfica de esta heroína: posee todas las vinu-
está construida sobre el juego de las oposi- pera y dura, no muy dolada en ungen d* lu- d » d e hileen Fai»n v además, liere la di-
ciones, tanto en La orquesta como en las vo- minosidad y lucimiento, peio bien timbrada mensión del amor, dd afecto, y conoce nt •••*-
ces, y es un juego que domina sobre los co- y robusta y. por el sonido y color, apropiada ditac¡ón y La contemplación. Bien el Capitán
lores, articulaciones, timbres, entonaciones, al personaje: su María no consigue el equili- Heinz Zednik. quizá un punto desorbitado de
ritmos y expresiones. Es un juego de amplio brio entre la multiplicidad de pasiones. Al- más. Al Doctor de Alexander Malta quizá le
respiro, que Karl Bochín dirige con decidida berl Weikenmeier es un Capitán estridente y faite la grandeza de la propia presunción. Del
afirmación, casi con perentoriedad, si bien con nasal, histéricamente tenso, cantado con dic- Tambor Mayor de Hermann Winkler mejor
riqueza de matices y variedad de acentos, con ciones muy secas y separadas, muy pausadas no hablar (es una gloria su falla de pasión
un agudo sentido teatral de las situaciones. y articuladas. El Doctor de Karl Doench es y, algo muy importante cuando se graba un
El Wozzeck de Karl Boehm quizá sea la últi- petulante y autoritario. Fritz Uhl, no muy en disco, de voz). Aceptable Horsi Laubenmal,
ma gran ópera del siglo XIX ames que la pri- forma, desde el punto de vista vocal, es un así como el resto de secundarios.
mera gran espera de nuestro siglo. Sobre la Tambor Mayor sin color ni sabor, sin pompa
humanidad profunda y múltiple del personaje Como se ha visto (el que haya tenido pa-
ni violencia, en una palabra, sin carácter. Ri- ciencia) todas las versiones comentadas po-
enfocó Dietrich Fischer-Dieskau su Wazzeck chard van Vrooman es un Andrés desanima-
sensitivo y afectuoso. Su visito del mismo seen sus virtudes y sus defectos. Quizá La más
do e indiferente. Discreteos solamente el resto redonda sea la de Karl Boehm, pero no hay
constituye una de sus interpretaciones más pe- de los secundarios. En resumen, interesantí-
netrantes y profundas, sobre todo desde un que olvidar la dirección de Mitropoulos con
sima dirección de Pierre Bou leí e interpreta- una espléndida Eileen Farreli. ru la novedad
punto de vista estrictamente vocal. por la ha- ciones (salvo Walter Bcrry y. en cierta medi-
bilidad casi mígica con que la palabra se con- en d enfoque de Pierre Boule? ni. por su-
da, Isabel Slrauss) para el olvido. p u e s t o , la v e r s i ó n de D o h n á n y i .
viene en canto y el canto vuelve a convertir-
se en palabra, pasando de um manera casi Chrisloph von Dohnányi cuenta para su Al que no se decida por ninguna le sugerimos
imperceptible por un Sprrschstime que tiene versión con tres bazas importantes: la prime- esperar a Carlos Kleiber o a Claudio Abbado.
la perfección de un don natural. Evelyn Lear ra y fundamental. La Filarmónica de Viena;
da al personaje de María una caracterización la segunda. Arija Silja como María; y la ter- Enrique Pérez Adrián
hecha a base de repentinos impulsos de hu- cera, la espectacular grabación realizada por
mor. Su voz robusta, fuerte, consistente, sin Decca. Dohnányi obtiene una precisa corres-
roturas en las tensiones, facilita a su creación pondencia timbrica entre voces e instrumen- DISCOGRAFIA
una conmovedora expresividad. En d Capi- tos y, además, una extraordinaria transparen-
tán de Gerhard Slolze colores, sonidos, pro- cia de texturas orquestales (ayudado por la Orden de personajes: Wtuztdn Tambor Ma-
nunciaciones y entonaciones agotan la pala- bondad de la grabación). Pone de manifiesto, yor. Andrés; Capitán; Doctor; / . ' artesano; 2."
asimismo, una notable flexibilidad y una ca- artesano; el Locv; María; Margrei; el Hijo de
bra: le dan una consistencia de algo más que María; Un Soldado; Tres Sinos.
significado. El personaje se esconde en las pacidad de unión que denota un total conoci-
palabras, en ellas busca protección. Su dra- miento de la partitura, consiguiendo un soni-
do polivalente y expansivo, luminoso y es- • Mact Harrell, Frederick Jsgel, David Uoyd.
matismo es totalmente verbal. Karl-Christian loseph Mordino. Ralph Hertert. Adolph Andeison.
Kohn es un Doctor de impaciente indiferen- pontáneo. La voz de Eberhard Waechter es
Huben Norville, Joseph Mordino, Eüeen Farreil.
cia, que resuelve sus problemas de angustia robusta y segura, dando un Wozzeck rudo y Edwina Eusüs Bess. Ann Henil, Juseph Mordino .
con la posesión del orden. Perfecta caracteri- violento, amenazador y extrovertido. Su per- Coro de niños de la -High Schoo] uf Music and
zación de la científica prosopopeya del per- sonaje resulta, de vez en cuando, demasiado Art-- Conu de la -Schola Canluium-. Orquesta
sonaje. Hdmut Melchert es un Tambor Ma- plano, privado de lo visionario y alucinato- Fibumiintea de Nueva Yurk. Dimaw: Danüri Mi
yor apasionado, violentamente viril. Un An- rio, con una evidente falla de dimensión trá- iropouU» (CBSOdyssey Y-2-33126. mono) Gra-
gica y de grandeza. Anja Silja realiza una bación: 1951.
drés simple y natural es cantado con una vi-
brante plenitud y una limpia claridad por un • Dietrich Rscher-Dieskau. Hdmu Mcfchert. fría
inolvidable Fritz Wunderlich. Bien el resto. WumkriiLh. Gerhard SIOIÍC. Karl Chrislian Kohn.
En conjunto, esta grabación posee el mejor Kurt Boehme. Roben Koffmane. Manin Vanlin.
Evelyn Lear. Alice Oelke. no indicado. Waller
elenco vocal de todas las hechas has O hoy. Muggelberg.
•Shueneberger Saengeknaben-. Coro y Orquesta
de La Opera Alemana de Berlín. Director: Karl
Biiehni. ¡Da» se he Ürammophon 2707023, 2 Lps.
Un Wuneck de director aereo)- Grabación: 1964.
• Waller Ben-y, Frili Uhl, Richard van Vroo-
Para Pierre Boulez Wozzeck es una gmn man. Albetl Wcjkcnmeier, Karl Ducnch. WaJter
estructura sinfónica perfilada y definida con Produschka, Raymod Suftner, Gerard Dunsn. Isabel
precisión por su división en movimientos. Slrauss, Ingebotg Lasser. no indicado
La multiplicidad de líneas no se mezcla Cor" de niños. Coto y Orquesta del Teatro Na-
jamás en superposiciones o contusiones. Las cional de La Opera de París. Director: Pienc Boulez.
sonoridades son. por un lado, extremadamente (CBS 77393 o 78216. 2 ú 3 I f s . sttreo). Graba-
ción. 1966.
brillantes y vivas y, por otro, tenues y deli-
cadas: colores, timbres y sonidos constituyen • Theo Adam. Reinet Goldberg. Hclmiah Kloiz.
Horsl Kieaermann. Kunrad Rupf, Rulf WotlrMh,
ya en su misma calificación una indicación Ekkeihard Wlaschiha, Horsi Hiestermaon. Gise-
expresiva. En d Wozztck de Boulez la uni- la Schroeier. Gisela Potil. Norben Riese, Alais
dad y la continuidad vienen dadas por el mo- Tij&chen, Mcmka Vahle. Hadnn Zienecker. Frank
vimiento: ninguna se queda nunca parada o Grundei.
inmóvil, ni siquiera en los silencios de las pau- Niños tan lores de la Capilla Ae. Dresde Coro y
sas. El oyente recibe con ello una impresión Orquesta Sinfónica de la Radio de Leiplig Di
de vitalidad; no hay nada muerto u oscuro ncur Hsben Kcgel. (Eiema 8 2b 66&6Í7. aereo).
en este Wozzeck, aunque incluso a menudo Grabación: |97$
esté empalidecido, deformado, angustioso, ame- • Eberhad Wacchier. Hermann Winkler. Horsi
nazante o terrible, todo tienen la consistencia Laubemhal. Heini Zednik. Aleíandei Milu. Al
de la realidad, visible y palpable, una reali- fced Sramet. Franí Waectaer. W^ier Wendig.
dad hecha exclusivamente de sonidos que asu- Aria Silja, Genrude Jahn. no indicado
men de manera propia las relaciones entre los Niños camores de Viena. Coro de la Opera Esta-
personajes con extraordinaria fuerza expresi- lal y Orquesta Filaimriniut de Viena. Director:
Chrisoph von Dohnányi (Dctca D-231 D-2. 2
va. Con voz perfectamente adecuada. Walter Lps. sierro, digna]). Grabación: 1979.
Berry es un Wozzeck oscuramente indiferen-
Scherzo 49
ESTUDIO DISCOGRAFICO
50 Scherzo
LIBROS
Jos* BU» Vega: Vida y Cante de Don Amo- que tenemos de cómo fue la transición del
nio Chucán. Enano. Ayto. de Córdoba. Cdr- mundo medieval al renacentista y del csla-
d o t a , 1986, 275 pp. (27 de i I ust raciones)
y 2 1 x 2 1 era. índice: Prólogo. La vida. El
LIBROS blecimieto del renacimiento en España. Me
atrevería a decir que con aportaciones como
Cante. Apéndices (Corona poética- Selec- las de María Ester Salas. John Gríffilhs u Juan
ción de juicios. Documentación graTka). José Rey estamos más cerca de una inteligencia
del mundo profano que lo estamos del mun-
L o mínimo que se puede decir de este li- do religioso, a pesar de la acumulación de
bro de José Blas Vega es que es un oasis en publicaciones desde el último tercio del siglo
medio de un desierto. La Flamencología es XIX. En ese sentido, el libro del P. Samuel
una especie de erial en el cual pueden fructi- Rubio Desde el Ars Nova hasia 1.600 (Ma-
ficar las mayores abominaciones sin que na- drid. 1983) no sirvió para dar luz sobre una
die reclame la necesidad de limpiarlo. Uts ubras cuestión en la que era autoridad indi se mida
comúnmente denominadas de referencia, es Aún así. refleja el P. Rubio el desconocímientei
decir, las de Ricardo Molina y Amonio Mai- de la música misma de los poli tenistas con
rena pueden parangonarse con los libros de témpora neos de Josquin. o. si así se prefiere.
historia de Ricardo de la Cierva en cuanto de la Corte de los Reyes Católicos.
a rigor y objetividad, mientras que las tan di- Creo evidente que la edición de la música
fundidas de Caballero Bonald, Félix Grande. málica de los ignorantes, farsantes y malin- es un paso ciertamente previo a cualquier aná-
Ríos Ruiz o Femando Quiñones, pertenecen tencionados que han venido conviniendo la lisis, ya lingüístico ya estético, de nuestra mú-
al mismo rango que Gargoris y Habidis. flamencología en una práctica más cercana a sica primo-renacentista. Por ello es una apor-
Los trabajos de Blas Vega se han caracte- la brujería que a la ciencia. Lo ideal sería
tación de interés ineludible la edición de la
rizado por un rigor creciente desde su Segun- la apertura de un debate ya no sobre este li-
bro, sino sobre el sentido de la flamencolo- Opera Omnia de Francisco de Peñalosa (ca.
da Bibliografía Flanenca de hace veinte años. 1470-1528) que con los 27 motetes inicia Dio-
gía. Pero, me temo, tal debate no tendrá lu-
Su artículo Flamenco. Origines a évolution nisio Preciado Desde el primer párrafo ad-
gar. El fanatismo no lucha contra la razón
para la Encyclopedie Universalis (Paris. 1970) medíale e< debate, sino medíame la hoguera vierte que no intenta otra cosa que una edi-
es de referencia y tanto mis si lo compara- que destruya lanío al hereje como a sus fuen- ción moderna de la música de un aulor cier-
mos con la acumulación de disparates del ar- les de comic i miento. tamente singular y poco conocido. Fiel al po-
tículo Ftanenco del New Grave Dictionary sitivismo documentalista que caracteriza la to-
La concesión por unanimidad del premio
con la autoría de Israel Katz. Por su nula in- talidad de su obra. Preciado aborda el análi-
Denuífilo de 1985 u este libro es una demos-
fluencia del mairenismo ambiental, a él de- sis textual de los imíteles, descripción de fuen-
tración de que el sentido común es contagio-
bemos una serie de esludios monográficos de so. Lo previsible ahora es un cerco de silen tes, análisis formal de la música y estudio de
peso abrumador y la preparación de libras de ció en público sobre esta obra admirable y las variantes. Sigue la transcripción según los
lu importancia de E¡ Folklore Andaluz de el comentario despectivo y la argumentación criterios de la misma tendencia muskolcSgica.
Demonio. a/1 hominem en privado. Pur mi parte reco-
Este libro es una autentica hisloriu de la miendo no sólo la lectura de este libro, sino Particu I ármenle, hubiera pedido a Precia-
Edad de Oro del Flamenco y un modelo de también la audición del disco ios ases del do una discusión de las fuente, muy especial-
flamenco. Don Antonio Chacón (Emi-Regal. mente en la cuestión de datación de las turia-
investigación musicológica que va más allá
C-038-021.511) que recoge las grabaciones snlenses y que no se limitara a dar por buena
de la pura anécdota, pues se adentra en la de 1923 y 1928 del genial cantaor así como
prospección socio-económica del fenómeno fla- la propuesta por Anglés. Y también le hubie-
el bellísimo Homenaje a Don Antonio Cha-
mencu y las respuestas de los artistas flamencos lón (Hispavox. 18-1380/815) en que Enrique ra pedido al menos una opinión eslética. no
a la llegada de las nuevas formas del caba- Morente desafia con su exlraordinario lalen- sólo eslilílica. sobre los motetes de Peñasola:
ret, recuperando para ello la tesis centenaria to y saber a los racistas, con el apoyo del pura mí es urgenle para llegar a saber si real-
de Demófilo sobre la profesionalidad del can- más sabio de Ut> locaores actuales: Pepe inenle es cierta la transformación radical que
laor. La declarada negativa a aceptar causas Habichuela. lus dos viajes de Felipe el Hermoso a España
metafísicas ni manifestaciones místicas, le per- produjeron en la música religiosa peninsular.
El libro, de formato un puco incómodo, está La más superficial lectura de la música de
mite diagnosticar la etiología de la ópera fla- primorosamente editado y sido se echan en
menca y las razones del fracaso del Concur- Peñalosa invila a recapacitar sobre la cues-
falla unos índices analíticos que faciliten un
so de 1122. La aportación sistemática de la libro que va a ser imprescindible para mucha tión de si lo que sucede en España es real-
prueba documental le permite demostrar la acu- más gente que los aficionados al flamenco. mente una prolongación de lo medieval o si
mulación de errores en que incurre Mairena hay unu asunción de la nueva concepción cos-
e incluso denunciar el sustrato lacisla de sus X.M.C- mogónica del X V I . Veo en Peñalosa respuestas
falacias y sus contradicciones que le llevan variadas a estas y otras cuestiones y son res-
a firmar como •canlaor no profesional- o a puestas bien diferenciadas de las que nos da
grabar cuplés mientras clama e insulta a quienes Anchieta. Evidentemente ello exige un análi-
l u hacen. sis semiológico que. de seguro, no es del in-
Blai Vega no sólo sabe lo que es un archi- letés de Preciado, uno de los defensores más
vo y lu que es el uso de las fuentes impresas: radicales en España de que fuera de la litera-
sabe también cómo manejar las fonográficas lidad documental no existe posibilidad de
e interpretarlas y conoce a fondo el lenguaje ciencia.
del flamenco y la cronología dd desarrollo
Frandsco de Pénalos»: Opera Omnia. ViA. I No cabria pues entablar con Preciado un
de los diversos cantes asi como su morfolo-
Motetes. Estudio y transcripción por Dio- debate sobre la cuestión, ni es esta sección
gía. Por ello, puede escribir ese excepcional
nisio Preciado. Soctettad Española de M u - lugar para discusiones epistemológicas. Sí dis-
análisis del repertorio de Chacón tanto en el
sicología. M84B-M, 1986. Vot. de 286 pp. cutiré el criterio de cita bibliográfica pues omite
aspeclo literario como musical, describiendo
(205 de música) y 3 1 3 x 2 3 c m . Preciado el lugar y fecha de edición, contra
variantes con respecto a otros autores y el de-
las convenciones, y le sugeriré que en la de-
sarrollo a lo largo de la vida de Chacón.
nominación de las voces, para mejor compren-
Perú el aspecto más llamativo de la obra En diversas ocasiones recientes me he que-
sión de los directores de coro y a la espera
de Blas Vega es, sin duda, su denuncia sisle- jado en SCHERZO del escaso conocimiento
Scherzo 51
LIBROS
52 Scherzo
LIBROS/GUIA
jacinto Turres y otros: Anuario de la pren- censión de 2.850 artículos procedentes de 50 sobre Ramoncfn lo que necesita es libros co-
sa musical española (1982-1983). Indkuto publicaciones periódicas con sus índices de mo el Anuano.
de Bibliografía Musical. Madrid, 1986. 1 personas, obras, geográficos y de materias. Desde la perspectiva formal, el cuidado y
Vol. de 21 x 15 cw. j 207 pp. meticulosidad habitual en el equipo que cocmüra
Si usted desea saber si se publicii algún ar-
tículo sobre el fiscorno o sobre la batuta; quiere Jacinto Torres es una vez más. garantía de
localizar un magnífico artículo de Arturo Re- éxito. ¡Chapean!
Nada más cieno que -más vale larde... que
verter sobre la voz en Wagncí o informarse
después- y por ello hemos de celebrar, cual X.M.C.
sobre las actividades musicales del Centro Ins-
agua de mayo, la publicación del seguncfci Anua-
tructivo Musical de Oral; conseguir mi recen-
rio y pedir a los dioses que para el tercero
sión al primer Anuario o la de Ramón Barce
no hayamos de esperar al 92. Una vez más
a la edición catalana de Música, Arquitectura
he de repetir aquello de que pocos libros tan
de Xenakis; localizar los seis artículos publi-
útiles y menos valorados que la Guía Telefó-
cados sobre Terrassa en ese período o los cinco
nica y de eso se (rala en esla ocasión. La re-
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GUIA DE SCHERZO
54 Schcrzo
DOSIER
VERDl
5 DE febrero de 1887: una fecha para la historia. Se estrena en el Teatro a la Scala de Milán la última ópera
del viejo Verdt, del maestro al que quiere toda Italia, lileva muchos años inactivo, en proceso de continua
duda creadora. Desde Aída (1871) y el Réquiem (1874), y a excepción de las revisiones de Don Carlos y Simón
Boccanegra y tos tanteos obsesivos, pero nunca fructificados, de un proyectado Rey Lear, no ha escrito prácticamente
nada. Sólo ¡a insistencia del editor Riccordi, que propicia un encuentro del músico con el compositor y libretista
Arrigo Boito —que trabajarán juntos en la revisión de Simón —para tratar de atraerle de nuevo a la ópera, consigue
despertar el adormecido interés del maestro, que empieza a concretarse cuando se le presenta ¡a posibilidad de
poner de nuevo música a Shakespeare. Se enamora del tema: Olello, la tragedia de ¡os celos. Es, en verdad, un
asunto tentador... Y la inspiración verdiana, más potente que nunca, surge arrolladura y da lugar a una de las
mas características obras maestras de la historia de ¡a ópera, en la que brilla un nuevo lenguaje en cierto modo
sintonizado con la onda wagneriana, pero planteado, naturalmente, desde presupuestos muy distintos.
Por-eso, debe calificarse de histórica la referida fecha y. por eso. tres meses después, les presentamos, amigos
lectores, este dosier dedicado a obra tan singular. Hemos tocado en él no todos, claro, pero sí algunos de los
más significados aspectos de ella. Junto a una rápida ojeada a su estructura dramática y musical, se sitúan estudios
que analizan la tipología vocal, contemplan la evolución de las voces que han cantado desde el estreno el papel
protagonista y profundizan en las relaciones del magistral libreto de Boito con la fuente shakespeariana. Un breve
recorrido por las psicologías clave de la obra y las inlerrelaciones que se promueven entre ellas, un trabajo que
bucea en sus posibles influencias sobre la casi inexistente ópera nacional española, unas notas sobre la época históri-
ca en que se desarrolla la acción y la siempre conveniente selección discografica completa el recordatorio, sin
duda, oportuno.
Scherzo 55
DOSIER
EL OTELLO DE
ARRIGO BOITO
Notas sobre la versión operística de la tragedia shakespeariana
A mediocridad de una buena parte de los libre- rido a la historia de Crístóforo Moro, un veneciano que
56 Scherzo
OTELLO
Bollo con Verdi en Sania Ágata. Dibujo de Ettore Ximenes (Museo Scala)
que sus motivos sean tan inconsistentes en la tragedia La escena de la bebida, o del emborrachamiento de
auno en la ópera— y el enfrentan! iento del protagonista Cassio, plantea también notables diferencias en uno y
con Brabancio. padre de Desdémona —personaje este ine- otro texto. Por ejemplo. Boito incluye entre los bebedo-
xistente en el lextu de Boilo—, que tiene lugar ante el res a Rodrigo, el hidalgo veneciano enamorado de Des-
Dux veneciano. démona y, en cambio, excluye a Montano, el goberna-
Tal como señala Blas Cortés en sus comentarios al dor predecesor de Ole]lo que. en la tragedia, legitima,
líbrelo de Otello. uno de los lemas más discutidas en en cierto modo, con su presencia la veracidad de] desor-
la obra de Shakespeare es el relativo al tiempo. Se espe- denado comportan!ienlo del honrado Cassio.
cula, en definitiva, con las tesis de si el dramaturgo res- Tras la preparada embriaguez del teniente surge la
petó o no la unidad dramática de tiempo. Se argumenta. provocación de Rodrigo. En Shakespeare, ni la provoca-
en este sentido que, tras los primeros actos de la obra,
el espectador tiene la sensación de que la boda de Otello ción ni la subsiguiente agresión de Rodrigo, son vistas
y. Desdémona se ha celebrado recientemente, mientras por el publico. Es más, la aludida provocación del hidal-
que, a partir del acto tercero, iodo parece indicar que go permanece allí sin explicitar, mientras que en Boito
la citada unión tiene que ser, necesariamente, mucho más queda perfectamente clara: «Ridu d'un ebro- —«Me río
lejana de lo que en principio parecía, para no privar de de un borracho— es la frase desencadenante de la pe-
coherencia al desarrollo de los hechos. En esencia, en lea. La aparente conducta irregular de Cassio aparece
el transcurso de los cuatro últimos actos se despiertan. en el texto inglés cómodamente arropada por la intriga
mediante la acción de Yago, los celos de Otello, se urde previa de Yago que. con ánimo calumniador, informa
y ejecuta la trampa del pañuelo, se logra convencer a a Montano de una inexistente habitualidad de Cassio en
Otello de la culpabilidad de su esposa, se decide su muerte el vicio de la bebida, intriga suprimida en la ópera. Y
y se lleva a cabo el homicidio. Son demasiadas cosas la consecuencia de lodo ello no se hace esperar: la desti-
para suceder en tan sólo veinticuatro horas sin forzar tución de Cassio por en engañado Otello que resulta mu-
la natural psicología humana: pero resulta, al menos teó- cho más fulminante en la ópera: -Casio, ya no eres capitán".
rica mente, viable. Sin embargo, a esta unidad de tiempo Hay, en líneas generales, en el texto de Boiio una
no hay más remedio que oponerle un serio inconvenien- mayor tendencia al lirismo, una mayor emotividad en
te; y es que no ha habido tiempo materialmente suficien- los sentimientos amorosos de los esposos, que en la tra-
te para la consumación del supuesto adulterio que. aun- gedia de Shakespeare se hallan quizá limitados por la
que inexistente, es la razón del comportamiento de Ote- elegante frialdad renacentista, y que en la ópera, tanto
llo. Decía a este respecto Racine que -resulta interesan-
te, es bello ver a Otello tan enamorado en el primer ac- por la mayor idoneidad que proporciona el ámbito ope-
to, matar a su mujer en el quinto. Si este cambio tiene rístico como por los orígenes románticos del autor, se
lugar en treinta y seis horas resulta absurdo y yo despre- nos muestran muchos más desarrollados. Así, el largo
cio a Otello*. La supresión, en la ópera, de todo el pri- düo de Otello y Desdémona que sigue a la destitución
mer acto parece —guste o no su resultado— que elimina de Cassio, con una fuerte acentuación del tema amoro-
toda discusión al respecto. so, en la obra de Shakespeare se reduce a una simple
frase: «Todo acabó, prenda mía-.
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DOSIER
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DOSIER
Por lo que se refiere a la prueba del pañuelo, tam- de un uso escénico, consistente en comenzar la agresión
bién en dicha escena altera Boitu el original shakespea- de Desdémona por estrangulamiento y acabarla, aunque
riano. En el texio del dramaturgo inglés, tras el equívo- nada indique su autor, a puñaladas. Hay un momento
co de Cassio provocado por Yago, y que Otello presen- en esa larga escena en que Otello afirma: «Aunque cruel,
cia oculto, aparece Blanca, la amante del capitán, a la soy, sin embargo, compasivo... ¡No quiero prolongar
que éste ha dado el pañuelo para que lo copie. En la tu sufrimiento!... ¡Así, así!-. Este es el momento en que
ópera, en cambio, ausente el personaje de Blanca, Cas- la tradición dramática quiere que Otello, inicialmente de-
sio muestra directamente el pañuelo a Yago, ante los cidido al eslrangulamiento, se arrepienta de la lentitud
ojos atónitos de Otello, que también se halla oculto, y, de este procedimiento y lo sustituya por una muerte más
aunque sin saber en el fondo a quien puede pertenecer, rápida. En la ópera, sin embargo, no se recoge tal cam-
lo muestra orgulloso jactándose de sus conquistas. bio, y lo cierto es que Desdémona muere por estrangu-
Nos vamos acercando al final de la obra. Tras la emo- lamiento, sin que Boito resuelva de forma tan satisfacto-
cionada conversación de Desdémona con Emilia, en la ria la incongruencia de que, después de ser ahogada, to-
que aquélla llega a intuir su cercano final («Sí tuviera davía intervenga, moribunda, en tres ocasiones, situa-
que morir antes que tú, que me en(ierren con estos ve- ción ésta que parece aceptable en una muerte por arma
los»), Boito introduce un Ave María, cantado por Des- blanca, como la tradición, y acaso el propio autor, ha
démona en su habitación, y que no figura en la tragedia resuelto en Shakespeare, pero que no llega a convencer
inglesa, en la que esa actitud piadosa de Desdémona queda en el estrangulamiento practicado en la ópera de Verdi.
sustituida por una breve invocación al Cielo antes de acos- Con todo, el Otello de Arrígo Boito es uno de los
tarse: -El Cielo me inspire costumbres que me permiten mejores libretos de ópera —para algunos, incluso, el
no extraer mal del mal, sino mejorarme por el mal-. mejor—. Es, en cualquier caso, algo más que una histo-
ria de celos; pero, también, algo menos que una historia
de amor; porque ni el amor, ni el odio, ni los celos cons-
Muerte de Desdémona tituyen el fondo de lo que se nos quiere transmitir. Ote-
llo es, ante todo, la historia de la maldad sin límites,
Y llegamos a la secuencia de muertes que Boito re- de la fría perversidad arropada por la intolerancia, la
duce en su libreto a la de Rodrigo y los protagonistas, inmadurez y la ingenuidad de un amante que no mereció
pues no consta en la ópera la muerte de Emilia que. en otro final. Shakespeare hizo justicia a sus personajes,
Shakespeare, es asesinada por el traidor Yago. como la hizo Arrigo Boito en esa fábula de cinismo,
Pero es la muerte de Desdémona la que requiere un de desamor y de orgullo.
breve comentario. La falta de acotaciones en el lexto
del dramaturgo inglés ha dado lugar a la consolidación José Antonio López Docal
EL TRASFONDO HISTÓRICO
L A acción en Chipre, a fines del siglo XV-. Esla
escuela indicación fija el marco es pació-lempo ral
de la ópera Otello. La dependencia veneciana del
gobierno de la isla nos permite aj listar todavía más la cro-
me incluso todo el primer acto veneciano que se halla en in-
glés, obviando un importante punto de referencia histórico.
El descubrimiento del Nuevo Mundo desplazó la suprema-
Scherzo 59
DOSIER
OTELLO: UN NUEVO
LENGUAJE MODERNO
Una nueva forma dramática y Jago. Esta especie de movimiento continuo, con in-
crustaciones del viento y chasquidos de las cuerdas, pro-
TELLO plantea la opera tradicional italiana, in- duce el ansiado efecto teatral: el Moro, y esto está suge-
O cluso la del propio Verdi, que tanto había evo-
lucionado desde su primerizo Oberto, de 1839,
partiendo de presupuestos estructurales diferentes. Con
rido en la música, piensa lo que las apariencias de aqué-
lla —a consecuencia de las maquinaciones de Jago— le
hacen pensar. El simple tratamiento instrumental, con
esta obra se alcanza, por los caminos más rigurosos —y armonización modal, dado primero a la canción del sau-
más lógicos— una original estructura dramático-musical, ce y luego al Ave María, en el cuarto acto, es ejemplar.
coincidente con el drama wagneriano en la continuidad, La manera en que está tratada la cuerda, tan serena y
en la fluidez, en la ligazón, en la no repetición, aun en linealmente, contrasta con los efectos que producen los
la utilización de temas recurrentes. Pero muy distinto contrabajos con sordina y las ondulaciones de todos los
a él en la manera de desarrollar y concretar esa forma, arcos ante la aparición de Otello.
en el empleo de la melodía, en el tratamiento de la voz, Como antes se ha dicho, la penúltima ópera de Verdi
en la sencillez expositiva, en la consecución de una sín- es en muchos aspectos nueva, distinta, original. Pero no
tesis que otorga inusitada densidad a la acción, y en la nace de la nada. En ella el autor depura un lenguaje ya
eficacia y directa comunica»vidad por senderos sin duda existente y emplea sus esquemas de otra forma. La voz,
totalmente lícitos. Verdi, por supuesto, se olvida de los por ejemplo, pese a todo, continúa siendo la protagonis-
viejos esquemas, mantenidos desde los tiempos de la ta, aunque esté apoyada por una orquesta magistral. Ya
opera seria hasta hace bien poco, alentados incluso por en otros trabajos de este dosier se trata en concreto este
él, como directo hijo de una tradición —aunque bien tema. Baste subrayar aquí la natural fusión, a través de
es verdad que paulatinamente fue desarrollándolos y las palabras del texto, entre el instrumento vocal y el
transformándolos—, que aparecen evidentemente en su orquestal. Algo que no se había conseguido antes de esta
obra anterior, Aída, dividida en números, la mayoría de manera. Aunque, esto hay que reconocerlo, la línea me-
la veces cerrados en sí mismos: arias, tríos, cuartetos, lódica siguió primando todavía, si bien con arreglo a una
grandes conjuntos... En Otello no hay tal cosa. Desde construcción diferente. Es de resaltar la destreza de
el sorprendente y súbito comienzo hasta el pausado y Verdi para combinar la estructura típicamente italiana
trágico final todo discurre con la velocidad de un relám- de la frase más larga precediendo a la más breve con
pago, en tratamiento que podríamos denominar cinema- los casi continuos recitativos. Estos siempre son canta-
tográfico, aparentemente de un solo trazo. La acción — dos, nunca hablados, ni siquiera hablados musicalmente.
tanto en su aspecto dramático como musical, por otra Podría decirse que. a grosso modo, toda la obra es un
parte tan íntimamente unidos— no decae ni un momen- gigantesco recitativo, que se estira, se acorta, se com-
to. Aunque, como se verá, dentro de ese solo trazo hay prime, se expande, con una flexibilidad extraordinaria.
miles y miles de luces, de matices, de caras, de células Un recitativo, claro es, que en todo momento se canta,
que componen un riquísimo tejido que da cuerpo, con- tal y como se ha comentado, y que aparece continúame-
sistencia y vida a una obra magistral. te surcado por secuencias en arioso, aproximaciones al
Verdi cuando compone Otello es ya un verdadero aria o rememoraciones de los grandes conjuntos de la
maestro. La orquesta de la obra posee vida propia, sirve ópera anterior. Tenemos, así, la primera intervención de
de base a una auténtica trama sinfónica de vivido colori- Otello, el famoso Estillóte!, que es, como apunta Clau-
do, aspectos que se presentan ya, de inmediato, casi bru- dio Casini, un fantasma de la tradicional aria de entrada
talmente, en el mismo inicio de la ópera. Ese estallido (o de salida, según se mire). Por su parte. Ora e per
de un acorde de undécima sobre pedal, la violencia cro- sempre addio, del segundo acto, conserva un cierto aire
mática (Do mayor que, tras un largo proceso armónico, de cabaletta, con ritmos y timbres muy marciales. Era
se transforma en Mi mayor al-aplacarse la tempestad que la notte, cuando Jago, tan arteramente, cuenta a Otello
se vive en los primeros instantes) poseen un poder des- el sueño de Cassio, es una siciliana. Sin embargo. Dio
criptivo extraordinario. Las fuerzas de la naturaleza de- mepotev't scagliar, del tercer acto, ofrece en su aparente
satada —idea tan romántica— están sugeridas por la mag- monotonía y obsesiva rítmica, en combinación con una
nífica orquesta: flautas y flautines en rápidas y estentó- repetitiva línea vocal, en palabras del citado estudioso,
reas figuraciones, temblor de las cuerdas, staccati de los una inversión de los valores convencionales. Massimo
metales... Y al final de este primer acto, la mágica ma- Mila, una de las grandes autoridades verdianas. conside-
ravilla, que nace en los violonchelos y acaba en la flauta ra que, en todo caso, la «nueva polifonía entre voces
y el arpa, que, en combinación con las voces de Otello e inirumentos, concebida más allá de las formas cerra-
y Desdemona, circulan sobre las cuerdas. Hay que des- das, repropone el recitativo de espíritu monteverdiano».
tacar la exquisita instrumentación de la luminosa y con-
trastante escena del segundo acto, en la que Desdemona,
en el jardín, canta rodeada de niños y marineros. Verdi Estructura
prescribe en este idílico y casi etéreo pasaje la utiliza-
ción de la guzla, que es una especie de mandolina, y Boito planteó y planificó muy bien, sin perder la
de pequeñas arpas. Lo sugerente de la instrumentación esencia shakespeariana, siendo en general muy respetuoso
y lo flexible de la orquestación están presentes en el tra- con el autor inglés, un libreto que, efectivamente, esta
tamiento dado al scherzo del tercer acto (escena quinta, pidiendo que le pusieran música. Su sentido del teatro,
Allegro moderato-Allegro brillante) entre Otello, Cassio su conocimiento de la ópera, le hicieron acertar en el
60 Scherzo
OTELLO
dominio de la elipsis, en el cuidadoso escalo namiento En el acto siguiente se suceden distintas situaciones:
de la transformación psicológica y en la dosificación exac- el anuncio de la visita del embajador de Venecia, un
ta de los efectos dramáticos. El primer acto, que está breve diálogo entre Jago y Otello, una importante esce-
constituido por dos partes, quizá sea menos novedoso na de éste y su mujer, con continua alternancia de paisa-
en cuanto a la forma, aunque no así en cuanto a su trata- jes líricos y dramáticos (peticiones insistentes del pañue-
miento. La tempestad, de la que ya se ha hablado, es lo), la mencionada Dio me potevi ¡cogitar, un Adagio
un Allegro agítalo. Tras la entrada del Moro, rotunda extremamente piano, con la que da inicio la escena ter-
presentación puntuada por arpegios de las cuerdas, y el cera. A continuación el trío-scherzo ya comentado y, por
fin de la tempestad, Verdi utiliza un Allegro vivace en último, el gran conjunto, en el que intervienen los visi-
6/8, una especie de scherzo que lomará cuerpo, después tantes venecianos (En este punto Verdi incluyó para la
de un diálogo entre Jago y Rodrigo, en la intervención Opera de París un ballet escrito en 1894 que habitual-
coral Fuoco di gioia. En seguida, aquéllos y el coro can- inente, y con buen criterio, no se da). El pasaje, piü
tan el brindis, Allegro con brío, conducido por el -sinies- anímalo, se abre con una bella frase de Desdemona, Sul
tro alférez, que está iniciando sus maquinaciones enca- mió sorriso fioría la speme e il bario. Se trata de uno de
los más complejos conjuntos vendíanos. El acto concluye
minadas a la destrucción de Otello. Tras la lucha entre con un ataque de los turcos (fuera de escena, por su-
Cassio y Rodrigo, promovida por Jago, se produce la puesto) y con Otello tendido en el suelo víctima de un
violenta irrupción del Moro y a continuación el referido momentáneo ataque de epilepsia. Es cuando Jago, con el
dúo de amor, Gia nella notle densa. La pintura de la pie sobre el cuerpo de su jefe, pronuncia las famosas y
noche, la delicadeza de la paleta sonora, con suaves pin- terribles palabras -Ecco ¡1 leone-, con uno de los trinos
celadas de maderas y cuerdas, la tersura del dibujo me- más celebres de la historia de la
lódico, la sensualidad que emana ópera. El grito de la multitud de
de todo ello, son evidentes. Debe -Viva Otello!- es comentado de
destacarse la efusión de la frase de manera siniestra por la orquesta.
Otello E tu m 'amavi, la ascensión Como se sabe, Verdi era partidíarío
de su voz al Si bemol agudo en su de finalizar este acto con una esce-
exclamación Venga la mortel, la na de gran movimiento, con Otello
famosa demanda Un batió'., de tan blandiendo su espada corriendo en
hermosa melodía, que se repeiirá pos de una nueva victoria sobre los
al final de la ópera, los contrapun- turcos. Afortunadamente, el instin-
tos de la voz de la soprano y la to teatral de Boito convenció al
forma en la que la música se va compositor. No hay duda de que de
extinguiendo piú lento, marcado este modo la tragedia, en la que ya
legatissimo. desemboca la acción, adquiere, con
el rápido desplome del gobernador
Para Casini el color musical de de Chipre, toda su dimensión.
los personajes prevalece sobre la
estructura en los actos segundo y
tercero. El recitativo con continuos Al comienzo del último acto en-
pasajes de climax constituye el te- contramos la encantadora Canción
jido de base. Tras un breve diálo- del sauce; encantadora y triste, una
go entre Cassio y Jago, ésie abor- página bellísima, esculpida con mu-
da una de las páginas más conoci- cho cuidado por el autor con una
das de la obra, el Credo, que co- frase melódica varias veces repeti-
mienza (Allegro sostenuto) con un da, que es la que inicia la pieza
furibundo unísono orquestal. Es un con las palabras Piangea cantan-
instante plenamente declamatorio, do. La exclamación O salce, sal-
satánico, de la cosecha de Boito. ce, salce! tiene aire de lamento.
en donde el personaje queda fiel- Los diseños del oboe, llenos de
Vertii por Boldini (Musen de Arte Moderno) tristes presagios, los arabescos de
mente retratado. La mone e il nu-
lia (La muerte es la nada), exclama luego de un escalo- la voz, de escritura buscad amen te arcaica, la refinada
friante pianissimo (ppppp). La escena cuarta finaliza con ymiedos clara línea melódica, describen bien la pureza y los
de Desdemona. El Ave María subsiguiente es pre-
un extraordinario cuarteto, de dificilísima ejecución, en sentada con finos dibujos de la cuerda aguda sobre la
el que cada personaje expresa sucesivas y distintas ideas. que la voz declama de manera suave y monótona. El
Otello lleva ya dentro el veneno de los celos inoculado canto es efusivo e íntimo y el trazado muy delicado. La
por Jago. La línea vocal de Desdemona, que circula por ópera acaba, como ya se sabe, con la muerte de Otello,
la zona aguda, contrasta con las agitadas frases de su que se apuñala al descubrir que su mujer, a la que ya
marido, de Jago y de Emilia, esposa de éste y criada ha estrangulado, es en realidad inocente del adulterio.
de aquélla. El alférez completa su obra (rayendo a cola- Dejando a un lado la incongruencia de que una persona
ción el lema del pañuelo (el famoso fazzoleto) que, se- estrangulada pueda I oda vía cantar, como lo hace Desde-
gún él, Desdemona entregó a Cassio, en uno de los mo- mona, es preciso destacar la rememoración por parte de
mentos más sutiles y sinuosos de la partitura en donde la orquesta de la frase fundamental del dúo del primer
las exigencias e indicaciones del compositor se multipli- acto {Un bocio ancora) mientras el Moro contempla a
can (Era ¡a notte). El final de acto es un poderoso dúo, su dormida esposa. Vuelve a aparecer el tema en las
Molto sostenuto en 3/4, el solemne SÍ' peí ciel!, una fu- últimas palabras pronunciadas por Otello. Unos solem-
riosa imprecación del Moro secundado por su conseje- nes acordes en piano concluyen la tragedia.
ro. Un propósito de venganza que Verdi comenta or-
questalmente de mano maestra. Arturo Reverter
Scberzo 61
MINISTERIO DE CULTURA
kisNMo Noctond da bs Artes Escénicas y de lo Motea
JUNIO
VIERNES, 19
totacio de Calos V. 22,30 h.
ÓPERA DE PARÍS
Igor STRAVINSKY: Rerwd. Meloáes y Miwa
Maunce RAVEL ['Heme íspsgnole.
OfQuesia de la Ópera Cómica de Paiis
Oiiección: Marcellü PANNI
IConmemo/aoún del cmcuemensno de la muene de M. RAVEL}
SÁBADO. 2D
Pato™ de Carlos V, 22JO h.
ROYAL LIVERPOOL PHILHARMONIC ORCHESTRA
Drecior Sir M e s MACKERFWS Solista. ? HIRSHKORN H M
Luit d i PABLO: Adagio pea Qtawsta
J o h i M M t BRAHMS: Contieno pan nobi en Re mina.
J I M SIBEU US: Stilms núm í
DOMINGO, 21
Pateen de Calos V, 22,30 h.
ROYAL LIVERPOOL PHILHAflMONIC ORCHESTRA
Unidor. Su Diaria MACXERHAS. Sobsle: C KATSARIS |pano|
M i u r i i i RAVEL: fopsodie Español*
Concierto en Sol para piano y orquestó.
Cliudí DEBUSSY: Images
IConmeinaisaiii del cmcuenienano de la mutua de U. iJAVÜJ
LUNES. 22
omi Manuel de fala, 22.30 h.
ORO.UESTA DE CÁMARA DE TOLBUHIN y
CORO MADRIGAL DE SOPHIA
Director t WOV. LVeclor del Coro: S. KRÜLEV
Soísias- G. GONZÁLEZ iiianol K. PATCHEN * S. STOVANOV (chelos|
V. WZABOVA » N. PANCDVA |sopranosj. A. BOTARÍAN JmeuosD.iiBral
H»nry PURCELL Sime de Oída y fnesj:
Antonio VIVALDI; Concierto pve das iñalembéot en Sol mena.
Dtírino K$?\Wtt: AnBgtns Dañas yAiias
R i m í n ROLDAN SAMIÑAN: Condeno para pono y onjuesla de cuento.
|Esttena mundial Música andalwa acual|
Antwiio VIVALDI: Gkma para coro y orqqestt de céttwa.
MARTES. 23 '
Audnono Manuel de Falla, 22.30 h.
EXPOSICIONES JUEVES, 26
RUBINSTEINV ESPAÑA
Patio de los Arsvanra. 22.30 h.
FESTIVALES DE MÚSICA Y DANZA EUROPEOS EN LA FILATELIA
CARTELES DE FESTIVALES O í LA ASOCIACIÓN EUROPEA JOSÉ MARÍA PINZOLAS
D i FESTIVALES DE MÚSICA Recrol de piano.
9 ARTISTAS FRANCESES 17. I m c ALBÉNIÍ: Sala loen» |i'raeora).
[Hodiena(í g Rubroien, en el cemenano de su naarmnio)
•
TERNES. 26 VIERNES, 3
animes del Generchte. 71 ¿O h Jardines del Generarte, 22.30 h IB
IOCHE DE FLAMENCO BALLET DE LA ÓPERA DE VIENA
nmet premio del concurso «L» Baeií». | Prevenía ruin en
IDMINGD, 28 DOMINGO, 5
'alacio de Calos V. 12.30 ti. 10 Jaidmes del Genetalile. 22.30 n 17
NGLISH BACH FESTIVAL BALLET DE LA ÓPERA DE VIENA
NGLISH 8ACH aaflOCUf OFCHEETFW. Director: Jean Oaude MAlGOfBE KYLIAN/JANACEK: Retomo s nena emana
NGLEH BACH FESTIVAL SINGÍF& [l'eclor del cwb: Dswid BOBLDU. KYLIAN/HAYON: Saloma en D.
NGLIS FJACH FESTIVAL BAftOQLE MNCERS. Direclor C. FARNC0M8E KYUAN/BERG: Canc&i de cuna.
Misas Maiityfl HILL 5MITH jsfwarra], Mano BOVINO (sopranoj. | Gala en homenaje a i" Kvkan]
Ch. W. GLUCK: Oiphee elíundice
Gpera escenificada y balada según la versión francesa ÓB 1774. LUNES. 6
Jdedoda B \I lema Mana Anionielg.
|Conmemoiacián del bicem enano de la muerte de Di W. Guck|
Patio de los íravanes, ??,30 h 18
JOSÉ MIGUEL MORENO
LUNES, 29 Recital de vihuela y guitans clásica y lominlica
Obras de
«B Carlos V. 22.30 h ' 11 Diago PISADOR. E. d i VALOERHÁBAND, Míguat da FU EN LLANA
ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA Luis d i NARVÁEZ, Lili) MILÁN. Alomo MUOARFL4 y Faminria SDR.
or Jesús LÓPEZ COBOS lUtusún del íatnmomo musical
A tunal d i FALLA: Hrmeoqfc
i R o b w i n GERHAFD: Pedmllism MARTES, 7 ¥ MIÉRCOLES, 8
J s i a M i r i i USAHDIIAGA: Psrirtmms de Lss Go/wdnws. Jardines del Gorwialrie, 22.3D h. 19 y 20
Claudia PRIETO; Fandango de Safar
Citar FRANCK: Smfone en Re
BALLET NACIONAL ESPAÑOL
Filipa SÁNCHEZ/Pacu da LUCÍA: tss raíanlas.
iMúsica esosAola. Homewe a José Mana Usanduafla en el cenlenain de su flaomienlol
J o i é ANTÓN i O/Manual da FALLA: fí sambiem de tres picos
IMARHS, 30 [Según decorados v vesiuanos da Pablo Rui; Picasso|
VIERNES. 10 ^ ^ _
Palacio dE Calos V. 22.30 h 22
ORQUESTA DE PARÍS
Diiector Piene B0ULE2
B d i BftBTOK: Música psia cusida, percusión y ceéslí
Piaña BOULf Z: Message esqwsse
JULIO l y w STRAWIHSKY: Pwouchkt
MIÉRCOLES, 1
SÁBADO. 11
Palacio de Calos V, 22J0 h 13
Palacio de Cades V. 22.30 h 23
ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RTVE
ORQUESTA DE PARÍS
Duecior Miguel Argel GOUÍi MAfllINL? Salera Ángel J GarcB.
Director Pieire 60ULEZ
Gaoig GEHSHWIN: í/n Jmeníjí» f n / ' m i
Mtunee flAVEL tügme Miurica RAVEL Daplvts y Üoe farsbrí comoleta su ctuol
M i d i » MOUSOnGSCKY-Mwríca RAVEL Ci&jrm de una e-posoón. del cincuenl enano lie Ig muene De Macice Ftavel]
|Conmemorati6n dE los cincuenieraiios dE la muerre de Maunce Havel y Geo'g Geraíwiin|
JUEVES. 2
Palacio te Cartts'/. 27.30 h 14
ORQUESTA SINFÓNICA DE LA RTVE
LYetior Miguel Áigel GÚMtZ MARIÍNE2
Conrado dal CAMPO: &anada Poen* sultánico
del pammonia musical español!
Manatí da FALLA: Siete cancones popuinn españolas
Fmneiiea ALONSO: Dmi/a gitana Cuno el de loa
d i FALLA: llamoi bruto
al maesuo Alonso, en el cenienae de su nacimeniol
DOSIER
LAS VOCES
DE OTELLO
La revolucionaría escritura vocal verdiana del lenguaje del músico y la influencia del drama wag-
neriano desplazó su línea de canto, en origen fuertemen-
N la historia de la época ningún autor como Verdi te melismálica. hacia otra menos adornada, silábica, en
E ofrece una evolución tan marcada en su escritura
para la voz. Ello se explica, en buena medida.
por su longevidad artística: sus óperas se extienden des-
la que lo habitual es que a cada sílaba corresponde sólo
una nota. Dentro de esta evolución, que aquí se esboza
sólo a grandes rasgos, se sitúan personajes tan logrados
de 1839 (Oberto) hasta 1983 (Falstaff), intervalo muy como Azucena. Violetta. Felipe II, Eboli, Aida. Fals-
superior al de sus colegas italianos como Rossini. Belli- taff. Yago y Otello. Todos ellos han planteado y siguen
ni, Donizetti o Puccini. Pero no se iraia sólo de la cro- planteando grandes dificultades a sus intérpretes. Vea-
nología: desde un principio, la escritura vocal verdiana mos cuáles son éstas para los protagonistas de Otello.
suscitó las iras de los músicos coetáneos que lo acusaban
poco menos que de terrorisia en materias de canto, pese
a que Bellini y Donizetti. en sus últimos títulos, ya ha- El moro de Venecia
bían evolucionado hacia un lenguaje más dramático que
el puro belcanto ros.siniano. No faltan testimonios de épo- Papel difícil y comprometido donde los haya. Ya de
ca. A este respecto, en 1858 decía el propio Rossini: salida el tenor ha de enfrentarse a una célebre frase
«El bel canto se ha perdido para siempre. Para los artis- («Esultate») que lleva la voz hasta el Si agudo. Pero,
tas actuales el canto consiste en un convulso esfuerzo al igual que en el resto de la ópera, lo arduo no viene
de los labios...» Y unos años antes Adolphe Adain escri- dado por las notas extremas cuanto por la tesitura, es
bía: -Difícilmente perdonaré a Verdi haber cambiado de decir, la situación de la línea vocal, o sus notas más
tal modo la escuela italiana (...), favoreciendo el canto frecuentes, que en la parte de Otello son muy altas. Así,
a plena voz y proscribiendo el canto ornado (...) con por ejemplo, al final del Acto I. donde el protagonista
un abuso de instrumentación que ya era reprobable en debe concluir con una sucesión de cinco La bemol agu-
las escuelas alemana y francesa». dos que, para mayor dificultad. Verdi pide en pp. Todo
Con la perspectiva actual, y tras de que el siglo XX el Acto siguiente es también muy tenso y casi cabe afir-
haya producido títulos como Lulu, hay que convenir que mar que quien puede con él puede con el resto de la
el estilo verdi ano no es. ni de lejos, lo que pretendían obra. Este es uno de los casos —análogo al de Rigoletto
esos coetáneos. No obstante, también resulta claro que en el Acto segundo o al de Aida en el tercero— en que
Verdi no es un autor para educar la voz, sino para can- Verdi solicita del protagonista tensión mantenida a lo lar-
tantes adultos, que deben formarse en los autores clási- go de much(*i minutos, con expresiones dramático-vocal es
cos y belcantistas. diferentes cuando no contrapuestas.
La gran aportación de Verdi a la historia del canto Tras de que Yago abra este segundo Acto con una
fue vincular éste a la eficacia dramática, de modo que espléndida escena a solo, la llegada de Otello provoca
cada estado de ánimo del personaje lenga reflejo directo el cambio de su curso, que se convierte en una sucesión
en la línea canora; además, en sus óperas, la estructura de dúos o piezas concertadas. Verdi gradúa admirable-
recital i vo-aria-cabaletta fue perdiendo progresivamente su mente —¿hace falta decirlo?— la progresión del prota-
rígida disposición secuencial y difuminando sus fronte- gonista, ignorante en principio de la supuesta infidelidad
ras. Tomemos un ejemplo paradigmático del Verdi de de su esposa, irritado luego por la insidiosa actitud de
primera madurez (1851), la gran escena de Rigoletto con Yago, y convencido luego por las malas artes de éste.
los cortesanos (y luego con Gilda) en el Acto segundo Tal progresión es, por razones obvias, mucho más rápi-
de la ópera homónima. El bufón pasa de la inquietud da en la ópera que en la obra teatral de Shakespeare,
mal disimulada (-Lará. lará-) a la violencia desatada y resulta así muy problemática de realizar escénicamente.
("Cortigiani"). Tras un pasaje en semiparlalo (-Dimmi Y en el terreno vocal las cosas no son más fáciles, por-
tu dove l'hanno nacosta») casi jadeante y muy agudo, que en el momento culminante —juramento de Otello y
que refleja su angustia, ésta se resuelve con un cantable Yago al final del acto: Sí, peí del— todo el esfuerzo an-
lírico que acaba por conmover a los cortesanos. Esta es- terior pesa en la voz del protagonista, que ya en su pri-
cena, de planteamiento vocal originalísimo. tuvo que ser mer dúo con Yago debe llegar hasta el Si natural agudo.
chocante para sus coetáneos. Para nuestros oídos, y a El cuarteto siguiente, a tempo moderado y en tesitura
poco que el cantante obedezca a Verdi, es muy emotiva, alta que ha de cantarse a veces piano, es muy fatigoso.
gracias a la humanidad que alcanza el personaje, logra- Tras él, un Ora e per sempre en donde el cansancio del
da por el autor al usar todos los recursos dramáticos a tenor a menudo se trata de encubrir con exceso de vio-
su alcance. lencia, cuando Verdi espera sólo una actitud vibrante y
potente pero no gritona. Y después del breve respiro que
Rigoletto es el máximo exponente de los personajes supone el sueño de Cassio a cargo de Yago, culmina
barilonales verdianos y uno de sus papeles más arduos. el Acto con el citado dúo Si, peí ciel, que en la práctica
A lo largo de los cuarenta años en que siguió escribien- también suele resolverse mal, de modo exagerado, con
do para la voz, Verdi no disminuyó sus exigencias un protagonista casi histérico ya, mientras que Verdi pi-
dramático-vocales, pero se alejó progresivamente de los de intensidad pero también nobleza: Otello es un distin-
estrictos requerimientos belcantislas. La propia evolución
64 Scherzo
OTELLO
guido militar veneciano para quien el juramento es cosa difícil aunque contiene, en rasgo típico de la parte, ata-
sagrada. El tempo es, además, moderado y no esa cabal- ques al descubierto en zona de paso y primer agudo
gata desenfrenada que nos suelen propinar, incluso, cé- —por ejemplo, sobre «pia creatura— que provocan
lebres artistas para encubrir insuficiencias vocales. Ano- auténticos descalabros: óigase el catastrófico Me Crac-
temos que, en disco, la gran versión de Enrico Caruso ken y compárese con el excelente Vickcrs de la primera
y Titta Ruffo. de 1914. sigue insuperada. grabación dirigida por Tullio Serafín.
Podemos recapitular lo dicho al principio de la expo- En conclusión, Otello requiere un tenor bien curtido,
sición: Otello requiere un cantante maduro y es lógico capaz de superar el segundo acto; con voz bien educada
que los tenores lo aborden a mitad o final de su carrera. y emitida, fácil y brillante en el agudo, pero no necesa-
El problema es si, para entonces, la voz conserva la fa- riamente dramática ni oscura: un timbre lírico con cuer-
cilidad en el agudo y el squillo que la parte pide. po y vibración o una voz de spinio pueden bastar si van
El acto tercero es menos duro vocalmente, aunque unidos a un acento verdiano. Un repaso rápido a la dis-
la progresión escénica sea aún más difícil de medir. Otello cografía revela que el Otello plenamente satisfactorio aún
acude, p remedí lamente, a provocar un conflicto con su no lia existido. Y. curiosamente, los intérpretes más com-
esposa a fin de descubrir su supuesta infidelidad. Su ac- pletos hoy. como Vickers y Domingo, no son tenores
titud es irónica pero, a la ve/, caballerosa y elegante, dramáticos, A Del Monaco, que casi lo era. le faltaron
al menos en las formas (escú- matices y una verdadera línea
chense los diversos adornos de de canto: pena, porque en el
su línea vocal). Las obscenas in- agudo era más imponente que
sinuaciones (>caldu mador ne los antedichos. Otros tenores.
irrora-). acaso sugeridas por como Vinay, Guichandut. Cos-
Yago, no son captadas por Des- siita o Mac Cracken, tampoco
démona, y sus respuestas ino- han ofrecido una zona alta con
centes, unidas a la necia insis- brillo, ni un acento verdiano
tencia en favor de Cassio. aca- bien contrastado. Lauri-Volpi,
ban por hacer perder la com- que sí poseyó tal cualidad, y una
postura a su consorte cuando, voz squifiante. grabó una selec-
por tercera vez, reclama el pa- ción amplia de la obra, tal vez
ñuelo (las dos primeras no de- demasiado tarde (1941, con cua-
ben gritarse). La violencia del renta y siete años) en la que,
moro culmina en la célebre fra- con todo, pueden oírse momen-
se -quella vil cortigiana» en la tos auténticamente verdianos.
que la voz debe enfrentarse a acaso los más ajustados al per-
un Do agudo opcional. La fuer- sonaje en toda la díscografía.
te tensión reprimida provoca el Lástima que Franco Corelli, con
total hundimiento de Otello, que voz idónea para la parte, no ha-
Verdi expresa en un espléndido ya grabado más que algún frag-
monólogo muy bien matizado: mento aislado.
•con voz sofocada y extrema-
damente piano-. En su primera
mitad la voz apenas se mueve Desdémona y Yago
del La bemol central. Es curio-
so que esta página sea un fra- El papel de Desdémona,
caso casi colectivo de todos los mucho más sencillo en teoría,
tenores que la han grabado. Su Titto Gi}bbi: El Yago más satánico ha conocido en disco recreacio-
mejor intérprete. Jon Vickers. logra un éxito pleno y nes de alta calidad, comenzando por la espléndida, vocal
acierta a reflejar el abatimiento del protagonista —y, de e interpretativamente, de Renata Tebaldi (su primera ver-
paso, a conmovernos profundamente— gracias a una es- sión con Erede en particular) y siguiendo con Victoria
crupulosa observancia de lo que Verdi pide. En el final de los Angeles. Mirella Freni. Renata Scotto y Margare!
de este acto se sitúa el único momento del drama musi- Price, todas ellas voces líricas, como pide la parte. Los
cal en que vemos a Otello degradarse. Sólo entonces se extremos de su tesitura (Si bemol 4 y Do bemol 5; Si
justifica su comportamiento incontrolado, salvaje, semie bemol 2) no deben ofrecer problema a este tipo de vo-
pileótico, cosa que, como ya he insinuado, muchos céle- ces. El momento de mayor dificultad dramática es, sin
bres tenores, presentes y pasados, nos obsequian ya des- duda, el dúo del Acto tercero con Otello. La larga esce-
de mitad del segundo Acto. El cuarto y último pertenece na del sauce, bastante comprometida, posee una escritu-
a Desdémona. con la que Otello tiene un breve dúo en ra favorable para una voz dulce y que domine la regula-
el que, violento pero no desaforado, se cree con derecho ción de volumen. También han sido notables intérpretes
a vengar su honra ejecutando a su esposa allí donde ha Leonie Rysanek, Gwyneth Jones, Katia Rícciarelli y Her-
pecado. Al final, consciente del trágico error al que le va Nelli.
han llevado tanto la insidia de Yago como su torpísima Yago es quizá el personaje más rico, matizado y com-
credulidad, revisa su vida y vuelve a ser el militar noble plejo de la ópera; tan es así que Verdi consideró la posi-
cuya única salida es reunirse de nuevo con su adorada bilidad de designarla con su nombre. De su desarrollo
Desdémona. El aria Niun mi tema no es especialmente es motor y agente muy activo: interviene apenas comen-
Schcrzo 65
DOSIER
zado el primer Acto y excepto en el último, en el que ¿Qué voz de barítono se necesita, pues, para esta par-
apenas canta, su papel es preponderante. También tiene te? Como en el caso de Otello, uno muy experimentado,
dura faena en el segundo Acto, sobre todo si lo canta sólido en toda la extensión, y dúctil y flexible para la
como Verdi pide. Pero vayamos por partes. media voz y para el pianísimo que Verdi exige. Y a pe-
Uno de los rasgos más sobresalientes de su línea vo- sar de que en el Credo hace falta potencia para competir
cal, o de su acompañamiento orquestal, son los numero- con una orquesta bien nutrida, tampoco esta página re-
sos adornos —trinos, apoyaturas, monjentes— que han quiere un barítono dramático; para Verdi siempre cuen-
de ser cuidadosamente respetados, en cuanto que Verdi ta más la intensidad y justeza en el acento que la es-
les atribuye un papel esencial a la hora de subrayar el tricta potencia vocal. No en balde uno de los mejo-
carácter siniestro del personaje. Es curiosa la utilización res Yagos en las grabaciones completas de esta ópera
de este recurso, típico del belcanto, aquí con resultados es Giuseppe Valdengo —espléndidamente secundado
opuestos a los habituales. Así, por ejemplo, cuando en por Toscanini— que era un barítono más bien claro,
el Acto I Yago explica a Rodrigo cómo Cassio usurpa no dramático (como sí lo fueron Titta Ruffo o Cornell
el grado de capitán, que a él debiera corresponde ríe. Mac Neil) pero, asimismo, un cantante correcto e in-
mientras que ha de contentarse con el de alférez, sobre teligente. Análogo el caso de Taddei. También tiene
la palabra -alfiere- Verdi escribe un trino en pianísimo, gran interés el Yago de Fischer-Dieskau, barítono muy
de cuyo carácter despectivo no lírico, que encuentra aquí y
puede dudarse, tras de que Ya- en Rigoletto sus mejores pa-
go se haya referido a su señor, peles ver dianos, gracias a su
como «sua moresca signoría». inteligente fraseo y a su capa-
La línea vocal en el Credo ca- cidad para el matiz. Intere-
rece de adornos, pues su expre- santes también Warren, Gobbi
sión es, sin disimulo, brutal y y Milnes, aunque no exentos
demoníaca; pero los oímos con de exageraciones con que pre-
abundancia en la orquesta, so- tenden vanamente mejorar el
bre todo en las maderas, fuer- original: el caso más notable
temente disonantes, con carác- ocurre cuando Yago dice a
ter satánico, parecido al que su- Otello haber visto el pañuelo
braya el triunfo de Yago al fi- de Desdémona en manos de
nal del tercer Acto, cuando pi- Cassio, frase que Verdi pide
soteando la frente del transtor- «pianissimo y cupo» y que tan
nado Otello exclama: -Ecco il a menudo se suele vociferar.
leone». Recordemos, finalmen- En tiempos recientes el disco
te, el brillante tratamiento de su nos ha ofrecido también la in-
línea vocal en el brindis, muy terpretación de Protti (media-
aguda, que lleva la voz hasta el na), Bacquier (muy mala) y
La 3, nota excepcional en el ba- Bruson: éste sería excelente
rítono verdiano. con una voz más extensa y
Pero frente a esta escritura timbrada.
de aspecto casi belcantista, te- Como vemos, el personaje
nemos la del citado Credo, mo- no queda netamente centrado en
mento en que Yago revela su una tipología bar i tonal definida
verdadera naturaleza. Y aquí dada su extraordinaria comple-
hallamos al barítono típico de Una pareja famosa, Scotw-Domingo jidad dramático-vocal, aunque,
la madurez verdiana: vigoroso, en conjunto, diversos cantantes
dramático, con expresión tensa y bien contrastada, tanto han estado muy cerca del éxito pleno, al contrario que
en tesitura como en dinámica, con trabajo repetido de en el caso de Otello.
la zona alta (Do 3-Fa sostenido 3) para luego, sin transi-
ción, descender hasta el La sostenido 1. Pocas veces se
ha logrado, en toda la historia de la ópera, reflejar vocal-
Los secundarios
mente, con tanto acierto, la maldad químicamente pura.
La llegada de su señor cambia de inmediato su expresión
escénica y vocal, adoptando Yago un tono melifluo, ino- Ninguno de los restantes personajes requiere voces
cente, salvo en el pasaje durante el que lo previene en de primera fila. No obstante, es necesario cuidar la dis-
contra de los celos («una hidra ciega, tétrica, siniestra...*). tribución de estos papeles, tanto en el teatro como en
Esa inocencia, hábilmente fingida, halla su culmen al re- el disco. En concreto, Cassio y Emilia toleran mal los
ferir el sueño de Cassio que Verdi ha matizado hasta cantantes mediocres que pueden arruinar el cuarteto del
la exageración, llegando a pedir un hiperpianísimo con Acto segundo o el trío del tercero. En todo caso, un
siete p. Pasando a terreno práctico, diremos que, así co- tenor lírico y una soprano o «mezzo» que contraste tím-
mo el Credo ha conocido interpretaciones muy buenas bricamente con Desdémona pueden ocuparse dignamen-
(Amato, Ruffo, Taddei, Gobbi, Valdengo) para escuchar te de esas partes.
un sueño como Verdi pide hay que remontarse hasta Bat-
tistini, aunque Tibbett y Gobbi también son notables. Roberto Andrade Malde
66 Scherzo
NOVEDADES
PUCCINI
1 DE PRÓXIMA
PUBLICACIÓN
MANON
ILESCAUT
MONTSFR K AT CABALLÉ
PLÁCIDO DOMINGO
NLH linnnn.nfnVLvOiioifyíPA
BAftlOLETTI
BernardHaitink
SVIATOSLAV
RICHTER
OP)1
CARLOS KLIIBÍR
•»SCHU8ERT.w«ND£fiífl
DOSIER
OTELLOS FAMOSOS
N una carta a Ricordi de principios de 1886 italiano. En cierto sentido equivalente al Heldentenor
E Verdi declara: -Yo no he escrito nunca para
tal o cual artista, observando las partes ya
compuestas (de Otello) no encuentro quien me con-
alemán y con algunas similitudes con dos papeles de
otra órbita lírica: el de Eleazar, de La judia, de Ha-
lévy y Sansón, de Samson el Dalila, de Camille
viene». Dos cantantes, sin embargo, se barajaban pa- Saint-Saéns.
ra la interpretación de la esperada nueva ópera del Desde la fecha del estreno de Olello, 1887, la lista
maestro: Angelo Masini, quien había estrenado Aída de intérpretes que se han atrevido con el papel puede
y la Messa di Réquiem, y Francesco Tamagno. Aun- considerarse reducida. El miedo, quizás, a lo que po-
que Masini es rápidamente descartado en favor de Ta- díamos denominar la otellitis, es decir, el recelo a
magno, Verdi desconfía de la capacidad de éste: -No descolncar la voz. a bajarla, y perder por ello las
canta..., bala... En muchas cosas iría bien, en otras notas agudas. Pero Tamagno compatibilizó el Moro
muchísimas, no. Hay numerosas frases largas, liga- con Guillermo Tell, que cantaba a lo Duprez, con lo
das, dichas a media voz, cosas imposibles para él. cual tal temor resulta injustificado. De hecho, abun-
Canta siempre a plena voz y de no ser así el sonido dan los intérpretes de Otello provenientes de la cuer-
resulta tosco, estruendoso...* A falta de otra oferta da baritonal, así como los tenores que lo han incorpo-
más satisfactoria, Verdi acepta finalmente a Tamag- rado al final de su carrera. Por otro lado, felizmente,
no, con quien ensaya el papel compás a compás, nota de todos (o casi) los destacados Otello ha quedado
a nota. El éxito del estreno parece haber contentado constancia discográfica, aunque en muchos casos sea
al Maestro: «Tamagno canta aproximadamente lo que parcial.
yo he escrito», diría. Sin embargo, sus más encendi-
dos elogios serian para Víctor Maurel, Yago.
El primer Otello
Características del papel Francesco Tamagno (1850-1905) fue el tenor de los
papeles más comprometidos, de voz clara y brillante,
Giacomo Lauri-Volpi analiza de esta manera el pa- agudos esplendorosos, dicción palpable. En definiti-
pel de Otello en Cristalli viventi: -La vocalidad de va: e! modelo de tenor italiano de fuerza, heroico.
Otello, llamada de tenor dramático, traiciona a menu- A principios de siglo, quincuagenario, grabó tres mo-
do la predilección de Verdi por la voz de barítono. mentos de la ópera: Esultate, Ora e per sempre ad-
dio, Niun mi tema. Este legado sirve, sin paliativos,
La tesitura tiene contrastes terribles: en el acto I, des-
pués de un tonante Esultate, viene un dúo de amor como modelo referencial. La interpretación está muy
genuiñámente tenoril: en el segundo y tercer acto, la limitada por la presencia del micrófono que le resta
incertidumbre entre barítono y tenor se hace demasia- espontaneidad. Cantado con notoria lentitud y decla-
do evidente; el acto final exige un barítono». mación incisiva de mucho efecto. La voz es robusta
Precisando: la tesitura de Otello comprende dos oc- con un ligero víbrate La página de la muerte está
tavas completas, del Si grave al Si 3, utilizado prefe- adornada con jadeos estentóreos de muy mal gusto.
rentemente el registro medio y grave de la voz con ¿Se lo pediría así Verdi? Simplemente puede ser to-
repentinas y brillantes escaladas al agudo. La expre- mado también como un énfasis del cantante para enri-
sión musical es compleja: canto declamado abundante quecer la interpretación en un medio que desconoce.
al lado de expansiones de gran lirismo melódico y Tamagno, en gran medida, eclipsó a sus comtem-
numerosas frases, largas o cortas, que reclaman un poráneos Otellos. Es necesario, sin embargo, hacer
considerable vigor dramático. Estas características mención de Albert Saleza quien estrenó el rol en Pa-
pueden verse resumidas en un momento capital de rís, cantado en francés, en 1892, con asistencia del
la ópera: el monólogo del acto III Dio, mi polevi autor. Tres importantes tenores italianos del período
scagliar. La primera sección, de frases anhelantes, triunfaron con Otello: Franco Cardinali, Francesco
sofocadas, medio recitadas, se contrasta con el can- Marconi y Giovanni de Negri. Jean de Rezské lo can-
to amplío y ascendente a partir de «Ma o pianto o tó con éxito concluyendo su brillante carrera. El fran-
duol», para finalizar con las exigencias de fuerza cés Albert Alvarez es digno también de cita par-
y tensión en las palabras que preludian la aparición ticular.
de Yago.
Escénicamente, además, el rol de Otello requiere
asimismo especiales cualidades de presencia y actua- Zenatello
ción, que en otros cometidos del repertorio italiano
pueden ser tranquilamente obviados. Giovanni Zenatello (1876-1949) ha dejado constan-
Verdi, pues, con el personaje de Otello, creó sin cia de su creación de Otello en diferentes momentos
duda una nueva tipología vocal, sin precedentes en de la carrera. Fue el legítimo sucesor de Tamagno
su obra y en la de sus antecesores, salvo, quizás, el y dominó el personaje en su época, cantándolo más
Pollione de Norma, la categoría de tenor dramático de quinientas veces. Escuchando las distintas graba-
68 Scnerai
OTELLO
Ciovanni Martbtelli
dones que de Zenatello se con-
Leu Slezak (Tres Oteltos clásicos)
servan descubrimos en él al Ote-
llo que más se aproxima al ideal Años 30 y 40
verdíano. Por autoridad vocal e
inteligencia interpretativa. Por Dos décadas en la que no surge un Otello espe-
ejemplo, su ataque del Esultale cialmente representativo. Quizás podría haberlo
(1927) es modélico. La presen- sido, si no hubiera desaparecido prematuramen-
tación del héroe no puede estar te, el tenor chileno Renato Zanelli (1892-1935).
más claramente manifestada. El _ -_ Excelente actor. Zanelti dio a su Otello color ba-
. , i i c- ii Francesco Tamagno ritonal y precisa lectura, como puede comprobar-
paso de la voz del Si al La agu- se en el magnífico registro del Dio, mi potevi de 1929
dos, con una acciacalura magistral, en la primera frase dirigido por Cario Sabajno.
L'uragaru» no ha sido igualada. Tierno y apasionado, Antonin Trantoul (1887-1966) merece la relación
a pesar de no respetar las imposibles indicaciones ver- por haber sido elegido por Toscanini. prefiriéndole
dianas, aparece en el dúo del primer acto con Desdé- a Lauritz Melchior. Fue un modesto y accidental Ote-
inona. lamentablemente no grabados en su totalidad llo, mas justamente destacado en otras parcelas del
tanto en 1910 con Lina Pasini-Vitale como en 1927 repertorio italiano y francés.
con la argentina Hiña Spaní. Giovanni Martinelli (1885-1969) se prodigó como
En Ora e per sempre addio el derrumbe moral Oídlo en los últimos años de su carrera. De él se
del moro está desesperadamente manifestado. En conservan tres integrales en vivo de la ópera:
la despedida. Ni un mi lema, transmite una perdu- 1938-1940-1941, aparte de fragmentos aislados. Mar-
rable sensación de vacío y abatimiento. Tenemos tinelli puede igualarse en estatura con Zenalello. acep-
la infinita suerte de que His Masters Voice regis- tando la peculiaridad de su timbre y su original per-
trara en vivo, con lógicas imperfecciones, una re- sonalidad. De cualquier modo, se nos antoja que su
presentación de Otelin en el Covenl Garden del 17 acercamiento al papel fue demasiado tardío.
de junio de 1926. Se grabaron todas las partes del De Francesco Morí i (1887-1976) se conserva en dis-
tenor, salvo las cantadas con la soprano, porque co una memorable versión del dúo del acto I con una
la intérprete (Lotte Lehmann. nada menos) estaba Claudia Muzio. corta de aliento, pero extraordinaria.
bajo contrato con otra firma discográfiea que lo Merli liie un creíble Otello, particularmente en La Sea-
impidió. Zenalello, con cincuenta años, a pesar de la, brillante e incisivo. Mantuvo el papel hasta 1947.
ligeras incorrecciones, da la más estimulante ver- cantándolo en Caracalla con una jovencísima Renata
sión que haya podido escucharse. Tebaldi.
Zenalello monopolizó prácticamente Otello en las
En 1942 Giacomo Lauri-Volpi (1891-1979, canta
décadas del diez y el veinte. Pero tuvo también el
Otello en La Scala de Milán y luego en el San Cario
Moro dos intérpretes sobresalientes: Loo Slezak y An-
de Ñapóles. Un Moro de corte lírico, muy bien can-
tonio Paoli. El primero, de impresionantes medios sa-
lado, pero indudablemente incapaz de satisfacer todas
biamente manejados y de imponente prestación escé-
las exigencias del papel.
nica. El segundo, puertorriqueño, menos asiduo en
el papel, de voz poderosa y resistente, a veces, indis- Para Aureliano Pertile (1885-1952) supuso Otello
ciplinado, fue Otello en Madrid en 1905. Mención su despedida de la escena, nada más alejado de su
especial para otro notable del período: el irlandés personalidad musical, en principio, este héroe verdia-
John O"Sullivan. Y un recuerdo para el inglés Franz no. Pero Pertilc era un talento artístico de primer or-
Mullings. den y su Otello era de frases, de momentos, de esla-
Sthera.
DOSIER
llido repentino de genialidad aquí y allá. Queda in- zaría apresuradamente. Su Otello está perfectamente
cuestionable constancia de ello en el dúo del acto III estudiado (pensemos en la autoridad de Toscanini).
con Gina Gigna y en el Si, perl del con Benvenuto bien asimilado, pero las características innatas de su
Franci. voz, a menudo, le limitan o traicionan. El resultado
José Luccioni (1903-1978) es Olello a partir de 1943. global, ineríiorio.
Como sus predecesores. Cesar Vezzani y Henri de Mario del Monaco (1915-1982) demasiado pronto
Saint-Cricq. un Moro genuinamente francés, quizás enfrentado con el papel, lo fue madurando paulatina-
algo sobrevalorado por sus compatriotas. Vo/. de cierto mente. Es, con cierta justicia, considerado el Olello
empuje y poderío, destacaba en los pasajes más ex- indiscutible de su generación. A su favor sumaban
trovertidos del rol, con un instrumento de aceptable la bel le/a broncínea del timbre (aquí sí había un te-
calidad. nor), la valentía de la emisión, la vitalidad de su con-
Nicola Fusati merece ser relacionado simplemente cepción En contra: uniformidad y esquematismo ex-
por figurar en la primera edición ¡niegral de ta ópera. presivos, tosquedad lírica. Se impone de nuevo la va-
realizada con La Scala de Milán en 1930, bajo la di- loración en conjunto. Del Monaco ha dejado dos ver-
rección de Cario Sabajno y con un impresióname Apo- siones en estudio (Erede y Karajan), varias en directo
llo Graniorte. y. coino tuvo la suerte de alcanzar los inicios de la
difusión de la imagen, una realización televisiva de
la ópera para la RAÍ como Carteri y Capecchi con
Años 50 la dirección de Tullio Serafín.
Otro Otello de los años cincuenta, menor que Vi-
En la temporada 1947-18 el chileno Ramón Vinay nay y Del Monaco, pero de digna consideración, fue
(1914) debuta en La Scala como Otello bajo la direc- el tenor argentino Carlos Guichaudul, venido también
ción de Víctor de Sabata. Previamente (pocos días an- de la cuerda de barítono.
tes) había cantado la obra con Toscanini. editada en
disco. De Vinay se conservan además dos representa-
ciones en vivo, de 1948 con Fritz Busch y de 1951 Inciso: los Otellos alemanes
con Furtwangler. Vinay es decididamente un barítono
que canta Alemán lomado el término en un sentido muy ge-
de tenor. neral: de caneantes adscritos al repertorio germano,
Como ba- independientemente de su nacionalidad. Con la singu-
r ítono lar vocalidad de Otello y la reducida oferta por parte
empezó la del colectivo italiano, hicieron lógico que el rol ver-
carrera y diano tentara a numerosos Heldentenoren. La mayo-
como [al ría de las voces con resultados notables, si no sobre-
la finali- salientes. Por otn> lado, fueron incursiones aisladas
Jim Vickers (Izquierda) y Mario del Monaco (Dcha.). Dos Oleilos modernos
70 St;herzi>
ÓTELO
o, por lo menos, no de referencia. Las más de las mingo es un cantante trabajador, profesional y carís-
veces cantadas en la traducción alemana, con la con- mático. Su interpretación de Otello, desde su debut
siguiente desnaturalización de la parte. Se relacionan como lal en Hamburgo en 1975, ha ido mejorando.
a continuación, sin entrar en detalles, en orden cro- Hoy es un Otelto sincero, voluntarioso, con mucho
nológico, varios y fundamentales ejemplos: Jacques atrativo escénico. Pero a su voz, ancho y bello, aun-
Urlus, Hermann Jadlowker, Helge Roswaenge, Tino que bastante limitado, instrumento lírico, le falta en
Patiera, Franz Vólker, Ralf Torsten. Max Lorenz. Peler Otello tamaño (no se tome, por favor, la palabra co-
Anders, Erich Witte y Wolfgang Windgassen. mo fácil juego alusivo).
Conviene detenerse un momento en un cantante del En estos últimos tiempos, y sin que la relación su-
grupo no relacionado anteriormente: Lauritz Melchior. ponga un reconocimiento, sino simple constatación,
Toscanini buscaba ansiosamente un Otello y animó han vestido el ropaje del Moro (la mayoría de las ve-
al tenor danés a incorporarlo. No se fascinó por los ces ha sido sólo eso, vestirlo): Charles Craig, Vladi-
resultados, prefiriendo, como vimos, a Trantoul. Sin mir Atlantov, Renato Francesconi, Gilbert Py, Pedro
embargo, los fragmentos grabados por Melchior (me- Lavirgen, Gian Franco Cecchele y Franco Donisolli.
jor los cantados en alemán, ya que su italiano es bo- Para celebrar los cien primeros años de Oteüo, José
rroso) nos parecen deslumbrantes. Carreras tomará contacto con él. ayudado por Kara-
jan. Como anticipo hace poco ofreció el dúo del pri-
Después de Del Monaco mer acto con Montserrat Caballé
en el homenaje dado por el Liceo
Por los años 60 citamos de pa- a la soprano en sus treinta años de
sada la irrelevante, pero esforza- carrera. Sobre este Otello de Ca-
da, interpretación que del Moni hi- rreras el tiempo informará.
zo por importantes teatros Pier Mi-
randa Ferraro. En Madrid, muy
cuestionado, lo cantó en 1967. Los que no Fueron
En 1964, un tenor americano, Ja- Enrico Caruso (1873-1921) es el
mes Mac Cracken (1926) sustitu- que inmediatamente atrae la aten-
yó a último hora a Mario del Mo- ción. La voz de su madurez se
naco en una producción del Covenl muestra idónea: centro y grave ba-
Garden. Poco después lo registra ritonal, agudos impresionantes. Las
con Barbirolli. Su Otello gozó de partes que registro son elocuentes.
mucho prestigio, sobre todo en Hubo un proyecto, luego desecha-
América. En 1988 repite el éxito do, de cantarlo en el Metropolitan
en Londres. Su interpretación es con Rosa Ponselle.
imponente en escena, por la entre- El caso de Bernardo De Muro
ga y apasionamiento. Vocalmente, (1881-1955) tiene matices diferen-
tiende al amaneramiento y al ex- tes. El mismo lo explicó: -Me pa-
ceso, manejando un medio impor- rece ridículo ver a un hombrecito
tante por el volumen. pi>co atrac- (De Muro medía alrededor del me-
tivo por el color. Con dicción im- tro sesenta) gritando a un grupo de
perfecta, logra momentos sinceros. personas. En el teatro es indispen-
al lado de otros de difícil Laurí Volpi, un Ottlío singular sable tener el físico adecuado al
aprobación. personaje». Los fragmentos dejados por De Muro ilus-
Mucho más interés merece la concepción de Jon tran acerca de lo que sería su otra talla, la musical,
Vickers (1926). No juega a su favor el particular y en Otello.
atípico color vocal, que incluso puede provocar el re- Georges Thill (1897-1984) dejó penetrantes fragmen-
chazo. Pero el instrumento está manejado con origi- tos grabados, pero rehuyó presentar el rol en escena.
nal destreza. Su visión de Otello es muy personal. Jussi Bjoerling (1911-1960) murió cuando en su agenda
elaborada e inteligente. Tiene dos grabaciones com- figuraba el registro completo de la ópera.
pletas de la ópera; preferible la de 1960 con Tullio Apostamos por dos tenores que no se han atrevido
Serafín a la de 1974 con Karajan, donde el protago- con el papel, disfrutando de los presupuestos necesa-
nismo de la batuta asfixia al solista. rios para un feliz resultado: Franco Corelli (1921) y
Richard Tucker (1913-1975). Corelli acortó su carre-
Los últimos Otello ra por problemas nerviosos, la peor amenaza que puede
acechar a un cantante. Tucker, en una perdurable y
Georg Solti para la plasmación discográfica de Ote- gloriosa madurez, podría haberlo intentado, pero su
llo eligió al tenor argentino Cario Cossuta (1932). Cos- muerte nos dejó con la incógnita.
sutta satisface holgadamente las exigencias musicales Para terminar y mirando hacia atrás, en estos cien
del Moro, que es ya un requisito importante. Pero años de andadura de Otello, se nos hace presente una
no logra penetrar en el interior del personaje, poco frase de Rodolfo Celletti, que quizás complete el con-
ayudado por el énfasis y la brillantez de la dirección. tenido de esta nota; -En realidad Verdi fijó unos idea-
Llegamos ahora al que se presenta como el Otello les dramático-musicales en Otello, independientemente
de nuestros días: Plácido Domingo. Una prueba evi- de los resultados prácticos que pudieran conseguirse».
dente más de la penuria canora por la que atravesa-
mos hoy en cualquier parcela del mundo lírico. Do- Femando Fraga
Scberzo 71
DOSIER
TODOS AMAMOS
A CASSIO
I, vocalmente, la ópera Otello está centrada en el Cassio es su amante, o sea. que quiere ocupar el lugar de
72 Scherzo
OTELLO
..J
Finurínes para Desdémona y Olelio de Piero Fagginni para el Teatro de La Zarzuela en 1985
Sólo así Desdémona sería el otro exclusivo de Ole I ID y el rio. Poesía y música los describen nada más empezar el dra-
delirio celoso carecería de lugar. ma: tempestad, noche lunática, hoguera efímera, embria-
También podemos pensar en la insuficiencia sexual de guez y locura se adueñan del proscenio desde el primer
Otello. En Desdémona yace la medida de su potencia, por acorde de la ópera, hasta que lo despueblan en un juego
oso ella es el Duce del Duce, el amo que somete, desde de aniquilación, dispersando los cadáveres en la alcoba de
la servidumbre, a su amo, conviniéndolo en esclavo. Des- Desdémona y obligando a la fúnebre caída del telón final.
démona. helada y casia, desdeña la potencia de Otello. es Releída por Boilo a fines del siglo XIX, la tragedia de
la medida de su impotencia. Poco importa averiguar si en Yago, el villano característico del teatro isabelino. el des-
la realidad de los hechos Otello es impolente o Desdémona pertador del alter ego maligno y demoníaco que todos aca-
Icresulta amable pero no excitante. De nuevo: los persona- riciamos en nuestra intimidad, se convierte en la tragedia
jes del arte no tienen mas que su ficticia realidad. Pero del hombre en un desértico mundo sin dioses, donde reinan
importa, en cambio, la fantasía de insuficiencia sexual que la pasión política y el ansia de demonio. Por eso Boito hace
está en la base de los celos moro seos: Desdémona no me decir a Yago su credo (como lo hace decir a Barnaba en
quiere porque soy negro y viejo, ella desea a mi contrafi- la Gioconda de Ponchielli): no hay otro mundo, no hay
gura, a un joven rubio. cúpula celestial, no hay trascendencia. La mirada de Dios
no nos vigila ni nos identifica. El mundo es una telaraña
¿Es que. acaso, Otello mantiene virgen a Desdémona. de miradas humanas que se dirigen unas a otras como dar-
postergando su noche nupcial, para no encontrarse con la dos conquistadores. Las relaciones entre los hombres son
realidad de la mujer, para no convertirla en una hembra relaciones de poder, todos quieren apoderarse de los demás
frígida, o ardiente, o que ama a otro y le demuestra a su como si los demás fueran cosas abandonadas en el páramo
esposo legal que él no la estimula lo suficiente? A lo largo de la Creación.
de la ópera el perfil de Desdémona t i m o una virgen se
repite. Véase el homenaje a la Madonna del segundo acto La música de Verdi es como un inmenso gesto de pie-
y la constante obsesión de Otello por la castidad de su mu- dad dirigido a esta humanidad huérfana, hija de un Dios
jer, es decir, por su frialdad. El no la quiere como hembra, sacrificado por la civilización profana. Verdi quisiera ocu-
la quiere glacial, tal vez fría como la muerte: la quiere ob- par el lugar de Dios y restituir la protección paterna sobre
jeto, para que no escape a su fantasía, para que se ilumine, ese hatajo de hijos descarriados. El también ama a Casi ¡o,
con la helada luz de la muerte, el tenebroso abismo que porque Cassio, tal vez. al ser la inocencia del deseo que
hay dentro de Desdémona. se desea a sí mismo, desnudo y dormido, está prometiendo
una nueva religión, el culto al superhombre en que la figu-
Todos los personajes, en el claustro de su alma, encie- ra humana, divinizada, ocupa el lugar de la antigua divini-
rran un monstruo que intentan domesticar sin atreverse a dad inaccesible y muerta. Tu sei l'ecco dei delli miel.
identificar. Yago es como el domador de esos monstruos,
el que les abre las jaulas para que se apoderen del escena- Blas Matamoro
Scherzo 73
OTELLO Y LA OPERA
NACIONAL ESPAÑOLA
N un excelente y luminoso ensayo publicado hace en su, por otra parte, delicioso libro Gracias y Desgracias del
El Teatro Real de Madrid a principios de sigla El problema, como se ve, arduo y grave, porque la perfec-
ción técnica, la adecuación sincrónica de la escritura vocal e
de cosas, al menos en su formulación exlerna —no hay lugar
instrumental no es posible sin una modernización de la idea
para revoluciones— que obliga a una elevación del concepto.
generatriz. ¿Cómo crear un drama lírico a la altura de un tiem-
Olello es. pues, admirado, pero con la distancia de quienes po concreto si las formas no son susceptibles de evolucionar.
no ven en el procedimiento una invitación al riesgo. Pedrell. de amoldarse? ¿Cómo hacerlo si incluso el punto de partida
con filias wagnerianas dignas de más sazonados frutos; Bre- se invalida con un concepto falsamente renovador? Sólo Ru-
tón, con un temor congénito a dar un paso más (temor que perto Chapí. el Chapí maduro y cálido de La Bruja, y mucho
le habrá de acompañar siempre), no iniuyen las posibilidades más en Margarita la Tornera que en Circe. En Margarita,
infinitas que. cara a una renovación del lenguaje, tes ofrece Chapí se crece hasta lo genial y el influjo de Verdi resulta
aquel nuevo Verdi. sutilmente tamizado de Wagner. patente en la resolución del Cuadro IQ del Acto D. o en el
Andando el tiempo Bretón hallará su camino —y en su ha- dúo de Don Juan y Margarita, del Acto DI, donde lo cantábile
llazgo redimirá y valorizará su anterior producción— en un cromático de que hablábamos antes se dinamiza por una fuerza
colorido nacionalista que. sin embargo, debe más a Massenel interior, en la que juega no poco papel el aparente juego de
o al concepto verista de Cavalleria (pienso en La Dolores) que asimetrías, que en Otello parece dimanar de la acción y al mis-
a la dinamización interior que propugnaban los pentagramas mo tiempo conformarla.
verdianos. Así se explica el éxito de clamor obtenido el veinte Sería, desde luego, materia para un trabajo de envergadura
de octubre de 1892 con su drama lírico de ambiente catalán. analizar comparativamente los intentos de crear, con el sustra-
Garin. partitura en verdad muy hermosa —admirable en algún to popular aportado por Barbieri y las más o menos fanáticas
pasaje—, pero en la cual se nota una ausencia de tensión — adscripciones wagnerianas, una ópera española y comprobar
mejor dicho, de un juego de tensiones dosificado— que plas- tanto las presencias como las ausencias que el numen creador
mará, a veces con resultados de primera magnitud pero sin verdiano hizo patentes entre los más preclaros compositores
un prurito renovador —tan necesario— en lo que, no sólo en españoles de la época. Asimilado Wagner. íncomprendido Strauss.
la música de Bretón, sino en la de lodos sus contemporáneos tras Pepita Jiménez y La Vida breve, tras Las Golondrinas y
—a excepción, quizás, de Chapí— es un estilo cantábile, con Amaya, la cuestión, como tantas, ha quedado para siempre pen-
inflexiones modulatorias y una melodía de concepción aparen- diente en la historia de nuestra música. El estreno de Otello
en Madrid fue un reto lleno de posibilidades que, de un modo
temente cromática, que por igual rinde tributo a Wagner —un
u otro, no cuajaron.
tanto edulcorado, es cierto— como al Verdi de R trovatore.
nunca al de Olello. Manuel Balboa
Scherzo 75
DOSIER
DISCOGRAFIA
Las grabaciones completas: breve panorámica
N el esludio de la tipología vocal, ya nos
E hemos ocupado, aunque fuese de pasada, de
algunos grandes intérpretes de esta ópera, que
tiene una díscografía abundantísima, al igual que las
más populares de Verdi. Sin embargo, la obra no ha
conocido, hasta la fecha, una versión musicalmente
redonda.
Una de las mejores grabaciones sigue siendo la
que Arturo Toscanini dirigió en Nueva York a los
Coros y Orquesta NBC. Admirablemente ensayada y
conjuntada para su transmisión radiofónica, da una
medida completa —al igual que el Falstaff producido
en condiciones análogas unos años después— de su
talento excepcional como intérprete de Verdi, Y aun-
que, como bien señala Rodolfo Celletti en su libro
R teatro d'opera in disco, Toscanini muestra mayor
interés por los aspectos dramáticos (el arranque de
la obra, todo el segundo Acto, y, en particular, el
personaje de Yago) que por los líricos, como el dúo
del Acto primero o la escena del sauce, su dirección
es, junto a las de Karajan. Kleiber y Soltí. la mejor
que ha conocido la obra en disco. De los cantantes
sobresale, como ya hemos dicho, Giuseppe Valden-
go, que hace un admirable Yago. Ramón Vinay tiene
gran temperamento y acento vehemente pero dema-
siados límites vocales. Herva Nelli da aquí la mejor
de sus actuaciones verdianas. En conjunto, una gra-
bación imprescindible.
Interesante, pero irregular y con discreto sonido,
la versión de Furtwángler en Salzburgo (1951), con
un reparto —Vinay, Maninis, Schoeffler— poco atrac-
tivo. De la dirigida rutinariamente por Capuana para
Cetra en 1954 destaca el excelente Yago de Taddei,
Toscanini grabó un Olello para historia
pero Guichandut —que había iniciado su carrera co-
mo barítono— es un protagonista insuficiente. El trío
Tebaldi —Del Monaco— Protti grabó por dos veces
la obra para Dccca. Personalmente prefiero la prime-
ra, pese a la plana dirección de Erede y al sonido
mono, porque las voces están mejor que con Karajan
(1960). La medida excepcional del talento del maes-
tro salzburgués se aprecia mejor en su versión para
EMI de 1974.
Un registro de 1958 en el Metropolitan nos brin-
da de nuevo el vibrante Otello de Mario del Mo-
naco junto al sutil Yago de Leonard Warren y a
la delicada Desdémona de Victoria de los Angeles.
Pero la toma sonora y la dirección de Cleva son
sólo discretas. La grabación RCA de 1960 es pro-
bablemente la más satisfactoria de todas. En disco,
Vickers es, junto a Plácido Domingo, el protagonista
más completo, y supera a éste en comprensión del
personaje y en técnica vocal, aunque no en calidad
de materia prima. La Rysanek posee una espléndida
voz y sabe matizar, aunque no tiene ni la dulzura ni
la dicción de la Tebaldi. Gobbi, según es habitual,
hace una creación de su personaje que sólo los límites
de su técnica vocal le impiden que se remonte al nivel
de sobresaliente. Y Tullio Serafín no es un genio de
Mirella Freni Una gran Desdemona/Foto EMI la batuta pero sí un buen maestro, excelente
76 Scherzo
DOSIER
acompáñame y lo bastante inspirado como para re- aceptable moro de Cussuta, ni —por supuesto— la muy
dondear esta equilibrada versión. bien cantada Desdémona de Margare! Pnce, sino el
El álbum EM1 de 1968 contiene elementos de gran terrible Yago de Gabriel Bacquier, que casi arruina
interés: el sutil Yago de Fischer-Dicskau. b notable la grabación. Un año después, James Lcvine llevaba
Desdcmona de Gwyneth Jones, una excelente presta- al disco su Otello con Domingo, Scotto y Milnes. Si
ción orquestal y coral, al mando del intenso Barbiro- este maestro hubiera mantenido aquí el nivel de sus
lli y un buen plantel de secundarios. Con un Olello primeros registros verdianos (Juana de Arco, Víspe-
decente (¿por qué no Vickers, de nuevo?) hubiera si- ras sicilianas) hubiéramos tenido una gran versión.
do una versión excelente. Pero la presencia de James No fiie así, y Lcvine se quedó en un superficial tosca-
Me Cracken, mediocrísimo cantante, insufrible para ninismo de segunda maio, brillante pero más bien vacio.
quien esto escribe, desequilibra el conjunto. De nue- Valga el ejemplo de la penosa cabalgada en que trans-
vo Vickers encarna al moro en 1974, esta vez junto forma el final del Acto U, que Verdi pide «molto sos-
a la exquisita Freni y al desigual Glossop, bajo la so- lenuto» y «solenne». El excelente reparto hubiera po-
berbia dirección de Ka rajan (EMI). Otra de las ver- dido dar buen juego con una dirección más rigurosa,
siones fundamentales, pese a que Vickers ya no es como la de Riecardo Muti o la de Abbado. (Por cier-
el que fue con Serafín. to: ¿para cuando el Otello de éstos?).
Freni, la gran Desdémona de la década pasada y La última versión, bien dirigida por Lorin Maa-
de la actual, figura junto a Domingo y Cappucilli en zel, cuenta de nuevo con Plácido Domingo, más ma-
un excepcional documento —pirata, por supuesto— de duro como interprete pero con la voz algo castigada.
una movida noche de San Ambrosio Milanes. Los nervio La Ricciarelli ha grabado tarde su Desdémona: diez
y el cansancio hacen mella en Domingo al final del años antes hubiera sido no sólo un placer para la vis-
Acto segundo, y Cappucilli tiene una visión de su per- ta, sino también para el oído. Pero el repertorio al
sonaje opuesta a la sugerida por Verdi a Ricordi: «si que se dejo" arrastrar por Karajan (Tosca. Turandot,
hubiese de cantar Yago, apenas alzaría la voz». No Aida) y el exceso de trabajo han deteriorado, sobre
obstante, la dirección exaltada, vibrante y genial de todo en el aguda, una voz que era oro puro. Justino
Carlos Kleiber. con una Scala galvanizada, hacen de Díaz es un Yago insuficiente.
este documento algo imprescindible, pese a sus limi- En resumen, seguimos a la espera. Tal vez Abba-
taciones sonoras. do. acaso Muti; pero que no esperen demasiado: si
El Otello de Solli es una de sus grandes creacio- Domingo deja de cantar Otello. ¿quién va a sustituirlo?
nes verdianas realizadas al frente de \¡i soberbia Filar-
mónica de Viena (1977). Aquí el problema no es el Roberto Andrade Malde
L'ESCOLA DE M Ú S I C A DE BARCELONA
H BLACHER
PROGRAMA 9. Jucw,. 17 - Viernes, 18
M RAVEL.
Mi madre la oca
Variación» tubre un tema de Pana n ir i i Concierto para la mano izquierda en Re
MKJULI. ÁNUkLGÓMb/. MARTÍNEZ mayor
A GARCÍA ABRIL.
ConckTIo Mudejar para guitarra y orquesta S.IÍIMJ fNRIÜUt PÉREZ DEGUZMAN
S.ihsu ERNES'ID BITl-TTl u^uiuiui
Daphnis i Chlue í^.mw~ nuin.v 1 y 2)
W A. MO/AHT
Súdunia man. W en Mi bemol inajur, K. Í-L1 CORO 1)1-: RTVE
Dirci.1i ii
LEOPOLDHAGi.H ANTONI ROS MARBÁ
PROGRAMA 2. Jucvt,. 21 - VICIIWV Vi PROGRAMA 4. Juvw-.. 12 - VICI ni», l.l PROGRAMA 8. Jueves. 11 - VKTIKV 11 PROGRAM
Dirixitir. í. KODALY
MIGUbL ÁNGEL GÓMEZ MARTIN1 / PROGRAMA 6: Jueves. Ib - Vicrnci. 71 El Pavo Real l^uib;)
B L de RABLO
Q u » i una hntasia
Dirtciur
MIGUEL ÁNGEL GÓMEZ MARTÍNEZ P RAM
kievcs. 14 — Viernes, 15 PROGRAMA 14. Juews. II - Viemi-v U PROGRAMA 18. Jgvvcv Kl Vnmo. 11 PROGRAMA 22. Juise». M - Vicrrna, 15
EMPORADA 19ST-O
harmonía mindl
harmonía ibéricH
mundi
Pídalo ya:
OTRAS
NOVEDADES
nwpdT
Sclioiv.it
HOMENAJE
Eltmbeth Sthwarrfwpf
Victoria de los Angeles
Seher/n 83
HOMENAJE
SELECCIÓN
DISCOGRAFICA
DE GERALD MOORE
I CICLO
Brahm¡,ii*/«-un «•(««/. 1*11 145^ i>¡vtr«., I-JII
Mnlis. ( b M I . K LP- 1547IKB)
Uetlrr diversos LhsdtKih GnjiniiK'i (BMI Da ki]
p>>. dt- próxima jpunuon 1:11 l-^pjñji
DE CONFERENCIAS
heder üivcfsii- H J I I . Honuí lEMI Rtlm-iki-
2*1211711
DeulMiir ViilkttifJer, bli-jK-ih S.lmjiAi>pl. Un-
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Zijieullrritrdi-r IJM . parj vip/ silla i [>iji Ctiii'l
Luüwif iKMI (Ki.l IXI82W
(KMI SLIJPIIII
Dvorak
Durl<i.\ moiitvu.y. Op. 32. JIIU^JKI Si'i.-
hv-lli Siliwai /knpl1 ISi-rjphim Nl.l7(i]
Montevena'
Mt¡úri#ulei. irni^irJ SLVIJK-J. I:IISJIK
Vi.pl |EM1 Scuplnm hOI7(,|
K- > .mu
IbMI I7.HW.1. 4 IJM
Schubert
Cuttrit'ltH \inalt'*. Atiniiii
IDG J
Ut'iti-r I>H.1I
(ix¡ nu 1: LP«
29(1211711
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/jfl/iv dlVkZIMr» iLl^ik-l H • * *
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Íjt-Jfi- urfm* ¡kMiHi* ííi- ipH-ihi S% liu,n/k.'pr il-.Ml por Roberto Andrade Malde
1117-ní 7:.M • * *
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U-JH.IU-.Í.- I.I<)|VMJI' VKIU l|-.Mt 29IMU1. 1 I.P.1 C. W. GLUCK
Kallikvti K-nii-i ilLMl R,l.uii..- ()51 DI :i»)i
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por Andrés Ruiz Tarazona
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Kii-k-n Hjji-uJ iliMI k>-kii-iin- 241121*111 Auditorio de la Delegación Territorial de la ONCE
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Hi^iliL.LiM|iL J C.ÍL-1 JI*I Mi» 111- Itk.- IHI> A I I ^ I L ; * . I-IV, Ih'i
l>i..kju. S.llujl/ki.|ih (l-.llil HHKXiKl. 2 L1M
84 StliL-ivii
DANZA
EL ESTILO BAILABLE
«Más de 250 millones de inversión en espectáculos de danza
Lo que vimos en abril L verano de 1987 se plumea muy activo en el campo
Karmen Larumbe. Volvió al Cvn-
Uo Cultural de la Villa tic Madrid
con un programa que incluía Nue-
E de la danza. Lo.s espectáculos se suceden en iodos lo.\
festivales y foros hai)ituales de esta ¿•poca del año, y por
primera vez. hay una clara tendencia, e intención por parle
vo Tango, su úhuiia creación M>- de los prog/amadores, al equilibrio entre ios grupos nacionales
bxc música Je Aslor Piu/Ailla. Esie
Ballet Contemporáneo Je Bruselas, y extranjeros. La oferta propia no es aúi\ rica ni numerosa,
antes Je presentarse en Madrid del pero e.xiste. La primavera, ya avanzada, está siendo un digno
8 al 12 de abril. liahía actuado cu prólogo para las actividades del baile.
Tarrassa. Patencia y Salamanca con
el mismo programa. 1.arumbe tie-
ne aelualmcnie una plantilla de míe
ve bailarines que. de acuerdo a las
necesidades de montaje, amplia
usando alumnos Je su propia es-
cuela bruselense.
Solíalas del padre Soler se que-
dó en las buenas ¡menciones. No
es un ballet redondo en el senlido
estético, a pesar de que hay en él
un cierto boceto de eslilo. El pro-
ducto Hnul no resulta, lo mismo que
en Nuevo Tango, que padece un
eclecticismo capa/ de quitarse se-
riedad completiva. Hay pequeños
fragmenliis aislados que sí están bien
resueltos, pero el conjunto de la
picz.a no se sostiene. En los Jos
bailéis deslaca, de entre todos los
intérpretes, y con diferencia. Juan
de Torres, que ya fue laureado con
la medalla de oro del primer con-
curso de la Villa de París en la sec-
ción de contemporáneo. Torres po-
see nervio, calidad técnica y una
definida personalidad artística que
necesitaría de cuidados coreográ-
ficos de mayor exigencia que no
sólo le hicieran brillar, sino
esforzarse.
H5
DANZA
Mayo promete
E L Teatro Albéniz reabre sus
puertas después de más de
un año de cierre por razo-
nes técnicas del inmueble. Parece que
la compra efectuada por la Comunidad
de Madrid no estuvo precedida de una
eficaz revisión a fondo. Los resultados
negativos no ladaron mucho en hacer-
se notar, y el teatro hubo de ser cerra-
do después de una exitosa programa-
ción dentro del segundo Festival de Oto-
ño, y de in estruendoso fracaso: ki Reina
del Nilo, algo que costó a las arcas co-
munitarias entre 15 y 20 millones de
pesetas. Para esta ocasión los progra-
madores de la Comunidad de Madrid
han escogido una breve temporada de
danza que estará en cartel a partir del
15 de mayo, con figuras internaciona-
les como la alemana Su san Linke. he-
redera de la escuela expresionista ber-
linesa, que presentará dos pro gamas de
solos, y el inglés Michael Clark con
sus compañía de diecinueve bailarines
que ofrecerá su ultimo espectáculo, es-
trenado recientemente en Londres, la
breve temporada se cierra con dos ga-
las de estrellas los días 23 y 24 de ma-
yo, y en ellas está por primera vez en
España la bailarina y coraígrafa nor-
teamericana Ann Marie de Angelo,
acompañada por dos de sus solistas: Mi-
chael y Joel Czarlinski.
A
Estas noches de estrellas brindarán NN Marie de Angelo no fue nunca una bailarina
también al publico madrileño las actua- convencional. Pareja de Nurcyev, hizo una versión
ciones, entre otros, de Biagio Tambo-
ne. actual revelación de! ballet de la memorable del muñeco de Petruschka, hizo creaciones
Sácala de Milán. Arantxa Arguelles y pavlovianas como Le Papillon, bailó con éxito Coppelia, Giselle y
Antonio Castilla, primeros bailarines del Don Quijote. Time Magazine la coronó como una de las
ballet de Teatro Lírico, y Antonia An indiscutibles superstars del ballet americano. Su inquietud la llevó
dreu. que presentará un sulo y un dúo.
ambos de nueva creación. Cese Gela en los años ochenta a crear su propia compañía. El pop art,
bert participará solamente en la gala del movimiento que no le era ajeno por su origen neoyorkino, la guió
día 24. hacia una danza fuerte, viva, colorista, de fácil degustación y
elevadas exigencias técnicas.
R.S.
Seher/o K4
JAZZ
Scherzo 90
harmonía
mundi
IBÉRICA mvoN O V E / D A D E S
Chanclos
hfymotv
Tesoros del renacimiento W. A. Mozart N. Rlmsky-Korsakov/
hispánico Conoerto para dármele en la mayor M. Glinka
Oíxas Oe Gueirerc. Lobo y Viuanco K622 Ouinleto para piano e instrumentos
irVestminaei Calhedral Ctwir Ojinrero oara clarinere en la mayor de viento en si bemol mayor
David HiH. drrector K58I Gran Sexteto en mi sostenido mayor
LP A 66168 Thea King, clarinete LP A 66163
Enghsh Chamoer Oicneslra
T. L. de Victoria Gabnelí Slnng Ouartet W. A. Mozart
Misa i Mótele -O Magnum Jeífrey Tale, director Cuanetos de cuerda K421 -f K465
Mystenumi. LP A 66199 Salomón Stnng Ouarlel
Misa y Wolele «Ascendeos Cnnstus LP A 66170
m atium» L. Van B«*thoven
Weslrninseí Cettedral Cnoir Tilos p * d pidrtg Op 1 N" 1 y N* 2 F. Florlllo/G. B. Vtottl
Ofluifl H4I. diredor The London Fortepiano Tno Concierto N° 1 en la mayor
LP A 66190 LP A 66197 Condeno N a 13 en La mayor
i Todos los discos también L. Spohr Adelina Oprean. violin
C. Monteverdi European Communty Cnamber
en cassette y C.D. Cántale Dommum Cuanrüos doUes N° 1, H" 2. H' 3 Orcneslra
Mtsa a cuatro y N» 4 Jorg Faerber. direclor
Misa -In iHo lampore* Coniunto de Camaia de la Academy LP A 66210
» Para mayor información The Sixleen ot St MBrtm-in-ihe-Fields
Marry Cinslophsrs, aBector LPA66141Í42 F. Mendelasohn
sobre estos catálogos Sntonias paia orquesta de cuerda
LP A 66214 F. LJazt
dirigirse a: N- 9 N° 10 y N" \¡
A. Vlvaldl Loe valses combletos Tne LonOon Festival Orchesua
Harmonía Mundi Ibérica Vanaoones sobre -La Folia- Leste Howard. piano ROES Popie, otiectoi
Avda. Pía del Vent, 24 Trio Sonalas HV7*. RV60. RV754 LP A 66201 LP A 66196
08970 Sant Joan Despí
The Purcell Ouanel
LP A 6619.1
ALTA FIDEUDAD
Scherzo 92
ALTA FIDELIDAD
al consumidor. Naturalmente el circuito tisfacer a unos y oíros, hasta apostar de- el grave riesgo de pasar inadvertido y
de comercialización que deberá recorrer cididamente por las posturas más puris- no llegar a quien sepa apreciarlo.
el producto también debe sintonizar con las de un reducido sector. Salvo excep- En las sucesivas colaboraciones habla-
esta actitud para que el círculo quede ciones, la mayoría son pequeñas empre- remos exclusivamente de esta Alta Fi-
completo y terrado- sas conscientes de que su cuota de mer- delidad, auténtica y sin necesidad de ca-
Afortunadamente existe un considera- cado es pequeña, pero fiel y en aumen- lificativos extras, para los que conside-
ble y reconfortante número de construc- to, pues saben perfectamente que siem- ran que el equipo reproductor es un me-
tores que han apostado por mantenerse pre habrá quien no se conforme con su- dio y no un fin en si mismo, puesto que
fieles a unos objetivos mas coherentes cedáneos. También en este caso es ne- el verdadero ñn es conseguir en un en-
respecto a lo que debe ser la Alta Fide- cesario para que el producto llegue al torno doméstico el disfrute de una cali-
lidad y en este caso su actitud oscila desde usuario final que el circuito a través del dad de escucha que nos haga revivir las
emociones del directo.
lanzar un produao lo suficientemente dig- cual se canaliza su comercialización simo-
no a la vez que atractivo como para sa- nice con esta actitud. De no ser así corre Josep Vicent Suriñach
Svliex/o V.t
ALTA FIDELIDAD
Audio, el cable alemán lucas, uno de los He realizado las pruebas con una longitud do tres modelos de cápsula de las de élite,
más recomendados por Hiraga, el famoso de 5 metros. En los aspectos tfmbrico y así como un pre-previo para hacer sonar
y legendario Leonische, el ya clásico Mons- de imagen y focalizar ion sonoras también correctamente las capsulas de bobina mó-
ter, el japonés Audionix. el británico QAS, el Krell-Symo ha demostrado unas presta- vil. En Inglaterra le llaman The Atchemist
hasta llegar a los muy actuales lanzamien- ciones magníficas. El p.v.p. de este cable seguramente intentando aludir al hecho de
tos de Thorens. Ya en este terreno de ca- no es precisamente barato; excede de las que este científico eminente trabaja en ese
bles, científicamente concebidos y elabo- 2.000 pías, el metro. Quien necesite, por sector de la Alta Fidelidad dedicado a re-
rados, las diferencias son realmente muy ejemplo, 4 metros habrá de desembolsar finar lo que ya existe, o bien, a crear úti-
sutiles; llegan a apreciarse, a veces, a lo una cantidad próxima a las 9.000 ptas. per- les y componentes de absoluta excepción.
largo de semanas y semanas de escucha fectamente acorde con la mejora que se in- Presumo que no será ésta la última vez que
y observación. Entre los cables citados llegué nos ocupemos de los trabajos de este acre-
troduce en el equipo y generalmente muy ditado personaje.
a experimentar una cierta preferencia por inferior a lo que se sude desembolsar cuando
el germano Leonische del que tengo noti- se cambia un componente o varios, en oca- Volviendo al tema del cable hay que de-
cias, además, que es muy utilizado por los siones para no conseguir nada práctico. Un cir que éste es de una factura increíble;
japoneses para realizar las conexiones in- cable de esta envergadura ofrece además semeja un objeto de los que se utilizan en
teriores de las cajas acústicas Yamaha la ventaja de poder calibrar seriamente las cirujia o en aeronáutica. De enorme gro-
NS-1000-M y NS-1000-X. De todos mo- facultades y posibilidades del amplificador sor debe ser rematado con conectores ad
dos esa preferencia a favor del Leonische y de las cajas acústicas. hoc. como los WBT, por ejemplo. Musi-
se produjo a lo largo de bastante tiempo calmente la introducción en un equipo del
y en aspectos muy sutiles del sonido. D-300-S se aprecia básicamente en una ma-
yor firmeza del sonido y, sobre todo, en
Los dos grandes descubrimientos a que El IW0O-S una mayor aireación; la música sale mu-
antes aludí son el cable de altavoces Krell- cho más de las cajas acústicas lo que re-
Symo y el de conexión previo-etapa Van El segundo descubrimiento ha sido el in- sulta de una importancia suma, sobre to-
den Huí D-300-S. En ambos casos he po- lerlink Van den Huí D-300-S para la co- do, por ejemplo, en disco de ópera. Esta-
dido constatar la importancia enorme del nexión entre previos y etapas de potencia. blezco estas afirmaciones después de ha-
entramado de cables en una cadena de so- La sorpresa ha sido aún mayor que la pro- ber escuchado durante meses con el famo-
nido. El cable Krell-Symo ha sido elabo- ducida por el cable Krell-Symo. El D-300-S so Vecteur y el Thorens de hilo de plata.
rado por un laboratorio suizo a demanda es un objeto realmente extraordinario ca- Pese a ello la superioridad del Van den
y especificaciones del famoso fabricante nor- paz de cambiar el comportamiento de una Huí se puso de manifiesto en seguida. Es-
teamericano de electrónicas. Es un cable electrónica de un modo más que notable. te cable resulta también costoso, bastante
tipo cinta de cobre purísimo, libre de oxí- El señor Van den Huí es un físico holan- más costoso que el Krell, pero doy fe de
geno. Los beneficios que produce este ca- dés que ha volcado todo su saber, que no que su empleo en un equipo de Alta Fide-
ble se dejan oír ya desde el principio, es es poco, en contribuir para que escuche- lidad produce mejoras verdaderamente in-
decir, hay una superioridad claramente per- mos mejor a Mozari. Ha diseñado más de creíbles. Se puede cambiar una electróni-
ceptible sin necesidad de procesos de prueba dos docenas de tipos de cable para toda ca entera y no conseguir tales diferencias.
largos y complicados. Parece como si este Ello sirve de base para establecer que la
una serle de aplicaciones; phono. turner. relación calidad-precio en este caso es
cable filtrase el sonido; quiero decir con equipos de cinta, lectores de compacto, extraordinaria.
esto que el sonido llega más limpio de rui- etc. . Es d creador del famoso diamante
dos e impurezas. Ahí está, en mi opinión, Van den Huí, adaptado por muchos fabri-
el punto más fuerte del cable Krell-Symo. cantes de cápsulas, y él mismo ha diseña- Alfredo Orozco
Scherzo 94
PROYECTO
FENIH
í
SISTEMA DE PLANIFICACIÓN
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CARLOS III, 1
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Tels.: 241 30 09 - 241 31 06
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