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EVOLUTIVO HUMANO
DESARROLLO
No fue sino hasta la publicación de El origen de las especies escrito por Charles
Darwin cuando el hecho de la evolución comenzó a ser ampliamente aceptado.
Una carta de Alfred Russel Wallace, en la cual revelaba su propio descubrimiento
de la selección natural, impulsó a Darwin a publicar su trabajo en evolución. Por lo
tanto, a veces se comparte el crédito con Wallace por la teoría de la evolución.
Lamarck, en 1809 en su libro Filosofía zoológica propuso que las formas de vida
no habían sido creadas ni permanecían inmutables, como se aceptaba en su
tiempo, sino que habían evolucionado desde formas de vida más simples.
Describió las condiciones que habrían propiciado la evolución de la vida y propuso
el mecanismo por el que habría evolucionado.
Lamarck defendió que las formas de vida actuales eran las descendientes
de otras formas diferentes existentes en el pasado. Se enfrentó al dogma de la
Creación y a Cuvier que defendiendo el fijismo, impuso en su época que las
formas de vida del pasado diferentes a las actuales, se trataba de formas sin
conexión con éstas, formas extintas en los diferentes cataclismos geológicos
sufridos en la Tierra.
La visión científica del origen del hombre tiene su mayor hito en la obra del
naturalista inglés Charles Darwin que sitúa a la especie humana actual (Homo
sapiens) dentro de la evolución biológica de la selección natural y la selección
sexual.
Charles Robert Darwin fue un naturalista inglés, reconocido por ser el científico
más influyente de los que plantearon la idea de la evolución biológica a través de
la selección natural, justificándola en su obra de 1859 El origen de las especies
con numerosos ejemplos extraídos de la observación de la naturaleza. Postuló
que todas las especies de seres vivos han evolucionado con el tiempo a partir de
un antepasado común mediante un proceso denominado selección natural. La
evolución fue aceptada como un hecho por la comunidad científica y por buena
parte del público en vida de Darwin, mientras que su teoría de la evolución
mediante selección natural no fue considerada como la explicación primaria del
proceso evolutivo hasta los años 1930. Actualmente constituye la base de la
síntesis evolutiva moderna. Con sus modificaciones, los descubrimientos
científicos de Darwin aún siguen siendo el acta fundacional de la biología como
ciencia, puesto que constituyen una explicación lógica que unifica las
observaciones sobre la diversidad de la vida.
La evolución biológica es el cambio en caracteres fenotípicos y genéticos
de poblaciones biológicas a través de generaciones. Dicho proceso ha originado
la diversidad de formas de vida que existen sobre la Tierra a partir de
un antepasado común. Los procesos evolutivos han producido la biodiversidad en
cada nivel de la organización biológica, Incluyendo los de especie,
población, organismos individuales y moleculares (evolución molecular). Toda la
vida en la Tierra procede de un último antepasado común universal que existió
entre hace 3800 y 3500 millones de años.
La palabra evolución para describir tales cambios fue aplicada por primera vez en
el siglo XVIII por un biólogo suizo, Charles Bonnet, en su obra Consideración sur
les corps organisés. No obstante, el concepto de que la vida en la Tierra
evolucionó a partir de un ancestro común ya había sido formulado por varios
filósofos griegos, y la hipótesis de que las especies se transforman continuamente
fue postulada por numerosos científicos de los siglos XVIII y XIX, a los
cuales Charles Darwin citó en el primer capítulo de su libro El origen de las
especies.
Sin embargo, fue el propio Darwin en 1859, quien sintetizó un cuerpo coherente
de observaciones y aportó un mecanismo de cambio, al que llamó selección
natural; lo que consolidó el concepto de la evolución biológica en una verdadera
teoría científica. La evolución como propiedad inherente a los seres vivos no es a
la primera década del siglo XXI materia de debate en la comunidad
científica relacionada con su estudio; sin embargo, los mecanismos que explican
la transformación y diversificación de las especies se hallan bajo intensa y
continua investigación científica.
La existencia de un ancestro común puede deducirse a partir de unas
características simples de los organismos:
Primero, existe evidencia proveniente de la biogeografía. El estudio de las
áreas de distribución de las especies muestra que cuanto más alejadas o
aisladas están dos áreas geográficas más diferentes son las especies que
las ocupan, aunque ambas áreas tengan condiciones ecológicas similares
(como la región ártica y la Antártida, o la región mediterránea y California).
Segundo, la diversidad de la vida sobre la Tierra no se resuelve en un
conjunto de organismos completamente únicos, sino que los mismos
comparten una gran cantidad de similitudes morfológicas. Así, cuando se
comparan los órganos de los distintos seres vivos, se encuentran
semejanzas en su constitución que señalan el parentesco que existe entre
las especies. Estas semejanzas y su origen permiten clasificar a los
órganos en homólogos, si tienen un mismo origen embrionario y evolutivo,
y análogos, si tienen diferente origen embrionario y evolutivo pero la misma
función.
Tercero, los estudios anatómicos también permiten reconocer en muchos
organismos la presencia de órganos vestigiales, que están reducidos y no
tienen función aparente, pero que muestran claramente que derivan de
órganos funcionales presentes en otras especies, tales como los huesos
rudimentarios de las patas posteriores presentes en algunas serpientes.
En consecuencia, Darwin logró reunir suficiente evidencia para demostrar que las
especies cambian, e imaginó un posible proceso de modificación. Su teoría de la
evolución de las especies se puede sintetizar en las siguientes ideas:
3. Las especies están compuestas de individuos que no son idénticos entre sí.
Darwin, Ch. (2009). El origen del hombre, Crítica. Traducción de A. López White.
Valencia-España: F. Sempere y cª, editores. Disponible en:
https://medicina.ufm.edu/images/7/7c/Elorigendelhombre_POR_CHARLES_DA
RWIN.pdf