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Es de conocimiento general que las negociaciones entre la partes no son meramente de tipo
económico, aun cuando pareciese ser el eje central sobre el cual gira la dinámica de los
negocios, sino que la gran influencia de las relaciones publicas y sociales pesan sobre las
decisiones de trabajar o no con cierto personaje simplemente por la empatía que existiese lo
cual le otorga a este aspecto un plus importante al leer este caso pues según se destaca
existían conflictos de carácter personal entre los directores de Disney y Pixar desde la
primera firma del documento original que con los años se ha modificado ciertas cláusulas
tratando de hacer llevadera la relación de intereses que los ataba por varios años. Este
podría ser un aspecto a considerar cuando se habla de si fue acertado el involucrarse y si la
forma de llevar los negocios de una y otra compañía podrían compaginar en el clima
laboral, lo cual resulta lógico concluir, pues desde los directivos no lo lograban. Esto da
como resultado que, a los pocos años del compromiso entre las partes, los directivos de
Disney solicitaran la suplencia del Director Eisner por Robert Iger quien logró reanudar las
relaciones de negociación con Pixar y es en este marco donde la importancia de una buena
relación personal influye drásticamente en las concesiones durante los acuerdos y esto se ve
reflejado en los números de recaudaciones.
Durante el documento también se habla de las facultades creativas y tecnológicas. Pero
antes de entrar en ese punto se debe resaltar que Disney no es una empresa dedicada al
desarrollo de software o hardware y que su proceso creativo ha sido, por así llamarlo,
tradicionalista y en este punto es donde Pixar se volvería pieza fundamental del proceso
pues regresando al punto inicial esta compañía otorgaba a Disney un proceso Creativo
diferente a través del desarrollo de nuevas tecnologías que suplan años de preparación de
un largometraje animado en 2D a mano y con cientos de personas involucrada en la
producción mientras que Disney contaba con los recursos económicos que Pixar requería
para su uso y expansión. De este dato surge otra cuestión ¿Por qué Disney únicamente no
compro la tecnología? Para muchos puede sonar lógico pero no olvidemos que detrás de
ello se requiere operadores de la misma que sepan cómo funciona y también gente
capacitada artísticamente.
Disney no cuenta con el equipo requerido por si solo para incursionar en el uso de nuevas
tecnologías para realizar películas animadas así que en ese contexto puede abrirse tres
opciones o hacer una reingeniería, continuar con el proceso de dibujo a mano o arreglar los
términos con Pixar para no incurrir en un proceso extendido de reinvención o proponer la
compra de la compañía. El tema es que más allá de las futuras ganancias existe un conflicto
de modus operandi pues el proceso creativo de ambas empresas es diferente pues Jobs tiene
un enfoque más artístico, sensorial y de fidelización que difiere de la dinámica de trabajo de
Disney aun cuando existen evidencias de querer generar estos patrones entre su personal sin
embargo los resultados no fueron los esperados y para ejemplo tenemos el proceso de
creación del departamento de animación CG donde varios profesionales debieron recibir
capacitaciones sobre manejo de nuevas tendencias para películas animadas lo cual afectó la
moral del estudio. Esta razón, desde un punto de vista personal, es un punto a favor de la
compra de Disney sobre Pixar que según es evidente suple esas necesidades imperantes y
no implica recurrir nuevamente a un proceso de creación de departamentos cuando ya
existe una compañía que hace todo lo que Disney necesita y en sentido rentable esto evoca
en una optimización de tiempo y recursos en un mundo globalizado que no espera y
remplaza rápidamente cuando otra compañía ofrece nuevas tendencias sin importar
significativamente si la compañía ha sido un referente del cine durante años. Es decir si el
producto no cubre las expectativas creativas simplemente desaparece en la dinámica cruel
de tendencias de allí la dificultad, de las empresas dedicadas al entretenimiento, para
mantenerse en el mercado. Si Disney debería comprar o no Pixar hasta el momento parece
una buena opción sin embargo ¿Qué tanto le conviene un trato de este tipo a Pixar? Y desde
un enfoque económico ¿es rentable la decisión? ¿Puede el aspecto social ser requisito
suficiente para tomar una decisión que alteraría la economía de Disney? Sinceramente aun
cuando los social es importante no puede ser fuente única de análisis cuando los intereses
giran en torno a una decisión medida por el dinero.
Ya desde el punto de vista de Pixar y desde un marco legal los acuerdos firmados no
recompensaban económica y creativamente a la empresa pues al terminar de filmarlas
Disney, quien aportaba todo el dinero para la producción sin embargo había una clausula
que dice que Pixar se haría cargo de los costos de producción que se generen fuera del
presupuesto y aun así Disney merecía el 50% de las ganancias más derechos sobre secuelas
y cualquier otro rubro fuera de taquilla más un 12,5% por cuota de distribución.
Todos estos acuerdos previamente pactados con el pasar delos años y sobretodo el
crecimiento de Pixar dejaron de ser suficientes pues se había demostrado que la empresa
tiene gran potencial y que ahora, gracias de cierta forma a Disney, cuentan con un prestigio
y una valoración muy alta entre las empresas cinematográficas lo cual le otorga la autoridad
para exigir mejores condiciones de remuneración a Disney pero sobretodo el manejo de
secuelas, que al ser producidas por otras personas, sin importar su capacidad creativa, e
inclusos con la misma tecnología no podría hacerse una secuela con la misma línea gráfica
pues el sello creativo de Pixar como el de cualquier empresa no es vulnerable. Entonces en
este orden ya se ven involucrados criterios de prestigio o fama de la marca, poder
adquisitivo, desarrollo de nuevas tecnología e ideologías artísticas. En consecuencia desde
esta perspectiva sería un tanto atrevido pensar que a pesar de existir o no el deseo de
compra por parte de Disney es Pixar quien no debió tener como opción la venta.
Otra alerta que Disney debió considerar antes de tomar cualquier decisión sobre Pixar es la
especulación que se generó en el medio pues el que la Warner Brother, al enterarse de los
conflicto entre estas empresas, pensó en asociarse con Pixar inmediatamente. Este hecho no
es aislado pues ese tipo de decisiones se dan después de un estudio amplio de las posibles
ganancias y beneficios que Warner Brother podría haber obtenido de Pixar lo que nos
regresa a la reflexión sobre repensar los acuerdos con la compañía sin sacrificar el dinero
proyectado pero dando mejores condiciones para Pixar. En este sentido considera que la
estrategia de incluir a Jobs al departamento directivo de Disney implica una muestra de
confianza para Pixar sin dejar de ser un riesgo por la personalidad y capacidades de Jobs y
en este punto del análisis no sería exagerado decir que podría darse el caso de ver a Pixar
sobre Disney.
Si se desea entender mejor el tema de ganancias basta con observar los estados financieros
de los anexos donde los analistas del Deutsche Bank calcularon que Disney podría hacer 65
secuelas de los éxitos de Pixar por el precio de compra propuesto de 6,5 billones de dólares
es decir una ganancia promedio de 1 billón de dólares por cada secuela. Una ganancia de la
que Pixar no podría disfrutar pues los derechos son 100% de Disney. Otra razón para que
Pixar exija re-evaluar los términos de derechos que se reflejarían en los ingresos para
ambas empresas.
En fin, Disney debe comprar Pixar pero aun cuando Pixar pueda obtener ganancias con ello
no debería venderle.