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Las 5 consecuencias (psicológicas

y relacionales) de una adicción


Llega un punto en el que la necesidad de consumir se adueña del
adicto.
por Melina N. Gancedo

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Varios efectos de las drogas. Unsplash.









Las razones y circunstancias por las que una persona consume sustancias de
forma compulsiva y adictiva son tantas como personas consumen. Cada uno
tendrá sus motivos, causas y efectos, diferentes en cada ser humano. Sin embargo
se pueden establecer similitudes en las consecuencias en los casos graves de
adicción a sustancias. Justamente de esto hablaremos en este artículo.
 Artículo relacionado: "Tipos de drogas: conoce sus características y efectos"

Las consecuencias de la adicción


A continuación puedes encontrar un repaso a las principales consecuancias del
consumo de sustancias.

1. Falta de sentido vital


Uno de los aspectos que se suele repetir en, al menos la mayoría de los casos,
es el sentimiento de que la vida no tiene sentido, así como la falta de
motivación para progresar, sostener un trabajo, estudio o lazos sociales; o,
también, la idea de que no se podrá cambiar y mejorar la calidad de vida, como si
la adicción estuviera impuesta y la persona no pudiera tener incidencia en ella.
En definitiva, sentirse abatido, sin fuerzas, “perdido”.

 Quizás te interese: "Crisis existencial: cuando no encontramos sentido a


nuestra vida"

2. Baja autoestima y sentimiento de autoeficacia


Consumir sustancias para callar o detener el angustioso pensar, evadir, calmarse,
¿escapar?, ¿de qué? Probablemente de uno mismo, de los propios miedos, las
angustias acumuladas durante años, frustraciones, dolor… escaparse de ser quien
uno realmente es, escondiéndose detrás de la “máscara protectora” que va
construyendo una adicción.

Generalmente experimentando escasa autoestima y un pobre concepto de sí


mismas, las personas adictas se perciben como no merecedoras de cosas
buenas, se catalogan como "perdedores". Sienten que han perdido la dignidad,
sienten que son “nadie”. Consideran que deberían quedarse solos, como si no
merecieran tener una digna compañía, (aunque verdaderamente le generen
escalofríos pensarse en soledad).

Para que el consumidor compulsivo comience el camino de alejamiento de las


drogas, será necesario llegar a la idea de que se está atravesando un problema de
salud, algo que escapa a su control y voluntad. Poder hacer un cambio depende
de querer hacerlo, y para esto muchas veces se necesita de un “tocar fondo” que
ayuda a reflexionar.

De hecho, mientras un debilitamiento subjetivo persista, será muy difícil que la


persona tome la fortaleza necesaria para decidir hacer cambios en el estilo de
vida que está llevando, porque hay vulnerabilidad, confusión, dependencia,
ausencia de control sobre la vida propia.

3. Crisis en los lazos sociales y pérdida de control


Aparecen las ausencias. Para poner un ejemplo, faltas en eventos familiares, giras
(ausencias) de varios días, desinformación de las familias respecto al paradero
y estado de salud. Los consejos, los reproches o el deseo de que la persona
adicta abra sus ojos y decida alejarse del consumo, muchas veces no son
suficientes.

4. Complicaciones a nivel laboral


A medida que va avanzando gradualmente una adicción, se hacen presentes
dificultades en distintas áreas de la vida de la persona. El área laboral también
puede verse afectada. Llegadas tarde que se suceden con ausencias, accidentes
en el trabajo por cansancio o como efecto residual de ese consumo que no se
pudo evitar antes de empezar la jornada laboral. O incluso, en una instancia
avanzada del consumo problemático, optar por consumir sustancias dentro del
mismo horario y contexto laborales, cuando ya los límites autoimpuestos son
mínimos o nulos.

5. Efectos en el cuerpo
En casos graves de adicción, las personas no logran tomar en serio las
consecuencias de la ingesta de sustancias dañinas para el organismo. Y
muchas veces ocurre que se toma conciencia del cuerpo y los daños cuando éstos
ya son avanzados y graves. Como ejemplos podemos dejar planteados
cardiopatías, problemas de circulación, disfunciones y patologías en diversos
órganos, en especial el hígado, formación de úlceras, deterioros en el sistema
nervioso.

Será importante aquí comprender que se trata de un problema de salud,


acompañar en la medida de lo posible hasta que la persona en cuestión pueda
reconocer que tiene un problema y que ese problema tiene solución, por lo cual
deberá pedir y aceptar ayuda. Poco a poco la persona dejará de sentirse nadie
para volver a ser, incorporando herramientas para empezar a poder ser, sin
drogas.

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