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EDWARDO CAMACHO
Abril de 2018
Es maravilloso saber que el teatro parte del comportamiento del hombre, sin éste no existiría
ninguna manifestación artística. Sin embargo, el hombre tiene muchas facetas, es decir,
diferentes estados de ánimo, formas de pensar y de ser. Para mí ha sido revelador que Emmanuel
Kant, Carl Schmitt y J. W. Goethe hayan analizado su comportamiento desde enfoques muy
similares.
lucha de poder y del dominio son ejemplo de los problemas políticos de la época, en especial
entre las diferentes naciones. Las discrepancias entre los españoles y los neerlandeses me llevan
Carl Schmitt menciona que la tarea de un Estado normal consiste en lograr, por sobre
todo, una pacificación completa dentro del Estado y su territorio (23). Al incluir la palabra
territorio me remite a pensar en las diferencias entre naciones, culturas y países. En el texto de
Goethe se menciona a Francia, España e Irlanda, países en los que se manifiesta una
Con base en lo anterior, deduzco que ninguna religión ha sido suficiente para cancelar
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alguna guerra, es como si Dios no ha sido o haya sido suficiente para que alguien ceda en
terminar las batallas, como si ambas partes que están en conflicto no fueran capaces de terminar
Sin embargo, algo que me gusta de esta dramaturgia es la vinculación de los temas ya
también se pueden llevar a cabo mediante las ideas de Kant, Schmitt y Goethe, que en esencia
especial de un pueblo (9) y que considera a una organización social (12); situación que se
presenta en el texto dramático, dado que se aprecian diferentes formas de gobierno y jerarquías,
es decir, diferencias en la implementación del poder, por ejemplo, Orange, Egmont, Margarita,
Duque de Alba y Felipe II funcionan en sus cargos de autoridad de maneras muy diferentes. A su
vez, Schmitt vincula al Estado con el pueblo diciendo que es una situación en la cual la sociedad
debe autointegrase para constituirse en Estado (12). Por lo tanto, en un estado hay habitantes que
forman un pueblo que son mandados por una autoridad, el Estado mismo; y en caso de la obra
Dentro de todo este contexto, como punto de partida está la corriente artística del
hombre rómantico. Menene Gras Balaguer considera que el romanticismo supone una ruptura
con una tradición, con un orden anterior y con una jerarquía de valores culturales y sociales, en
caracteriza por la separación entre razón y sentimiento, entre lo real y lo irreal [CITATION
del hombre moderno entre el <<yo>> y la alteridad; de alguna manera hace una nueva
Este inconformismo me hace entrar en el análisis de la obra Egmont de J.W. Goethe. Este
texto tiene en apariencia una anécdota simple pero contiene trasfondos políticos, sociales,
religiosos y económicos muy complejos. Es impresionante conocer que esta obra, a pesar de ser
una tragedia, vincula a dos grandes creadores artísticos de la historia, es decir, Goethe y
Bethoveen; éste último admiró tanto la obra que compuso la música incidental para su
Egmont es el protagonista inconforme de esta historia y funge como uno de los príncipes
de Flandes que está interesado por la libertad de su pueblo. Por ejemplo, Kant describe el poder
como liberación y madurez (14), por lo tanto, se busca liberar el pensamiento para que se
conviertan los hombres en ilustrados, de modo que se llegue a una independencia intelectual. El
único personaje que logra dicha independencia en su ideología y pensamiento es Egmont, al cual
terminan asesinando por mostrar públicamente su opinión y su interés por generar un cambio en
su pueblo; el resto de los personajes son parte del sistema del que Egmont quiere modificar.
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piensan libremente, es decir, ninguno pretende volverse ilustrado; él es el único que se atreve a
cuestionar el mundo que observa, el resto no tienen libertad de pensamiento, por ende, necesitan
que les digan cómo vivir. Esta libertad de pensamiento Kant la define como la salida del hombre
de su culpable minoría de edad (26). Aludiendo que también la Ilustración es la salida del
la Ilustración significó una reordenación del mundo, una apertura del saber filosófico y un
impulso al progreso de las ciencias, pero la rebeldía del hombre romántico es consecuente
con el descubrimiento de los límites que a la vez los pensadores ilustrados imponen al
conocimiento.
el modo de pensar de un jefe de Estado que favorece la Ilustración va todavía más lejos y
comprende que no es peligroso permitir que sus súbditos hagan uso público de su propia
pensamientos sobre una mejor concepción de aquélla, incluso cuando contienen una
Esto es lo que Egmont anhelaba con su pueblo, una libertad. Los siguientes diálogos de la
obra de Goethe muestran la simpatía del pueblo hacía Egmont y cómo éste buscaba su progreso.
EL PUEBLO. ¡Aun tenemos a Egmont! ¡Aun tenemos a Orange! Esos cuidan de nuestro
bien.
(47)
humanas. De este modo, tiene uno que oír por muchas partes que la intención del rey,
menos que la de regir las provincias conforme a las leyes uniformes y claras, asegurar la
propiedades, limitar los hermosos derechos de la nobleza, solamente por los cuales el
noble quiere servir al rey, consagrarse a él en cuerpo y alma. La religión, se dice, es sólo
como un tapiz magnífico, detrás del cual se preparan tanto más fácilmente aquellos
peligrosos proyectos. El pueblo está de rodillas, adora las santas figuras trazadas en el
tapiz, y desde detrás acecha el cazador que quiere atrapar a las gentes.
(115-116)
como un villano, después como héroe y al final como un ser humano vulnerable. Estas facetas lo
hacen ser un personaje complejo, además, sus opiniones denotan un personaje que no es lineal en
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misoginia y de subestimación hacia la mujer como figura de autoridad; al demostrar su amor por
Clara expone su lado vulnerable que, independientemente de ser príncipe, ama como cualquier
persona; y, por último, la traición a la que es puesto exalta el lado más humano de esta figura de
autoridad como alguien sobajado. Aunque también, Egmont se preocupa por su apariencia con el
EGMONT.- Mira, Clarita... Déjame que me siente. […] Ese Egmont es un Egmont
malhumorado, tieso y frío, que tiene que dominarse y poner ahora esta cara y luego
aquella otra; hostigado, mal conocido, lleno de confusiones, mientras las gentes lo tienen
por alegre y contento; amado por un pueblo que no sabe lo que quiere; venerado y
exaltado por una muchedumbre con la cual nada puede hacerse; rodeado de amigos en
quienes no le es dado confiar; vigilado por hombres que por todos los medios querrían
igualarse con él; que trabaja y se fatiga, con frecuencia sin objeto, casi siempre sin
recompensa... […] Pero este otro, Clarita, que es sereno, franco, feliz, amado y conocido
por el mejor de los corazones, al cual también él conoce por completo y estrecha contra sí
Entrando en materia de religión y economía, se sabe que el Estado debe tomar en cuenta
todos estos ámbitos, sabiendo que a éste le importa el orden. En el texto de Goethe se habla de lo
SOEST. […] Éste hablaba con su corazón; decía que el clero hasta ahora nos ha llevado
cogidos por las narices y nos ha mantenido en la ignorancia y que podíamos recibir
(13)
MAQUIAVELO. Una única palabra: jamás ahogaréis la nueva doctrina. Dejadla vivir,
separadla de los ortodoxos, dadles iglesias, hacedlos entrar en el orden civil, imponedles
(18-19)
el clérigo goza de una libertad ilimitada para servirse de su propia razón y hablar en
nombre propio. En efecto, pretender que los tutores del pueblo (en asuntos espirituales)
sean otra vez menores de edad constituye un absurdo que desemboca en la eternización
de las insensateces.
(20-21)
Se aprecia que todos estos autores coincidian en que la religión era un arma de
manipulación social y que las autoridades hacían de su uso para efectuar una mayor influencia
sobre el pueblo.
Para finalizar, los términos de amigo y enemigo son algo fundamental para poder ligar a
Schmitt con Goethe. Éstos dos tienen que ver con la moral, por ejemplo, a veces se toma al
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amigo como algo bueno, bello y útil; y al enemigo se le toma como todo lo contrario, es decir,
malo, feo e inútil (Schmitt 14). Específicamente se está hablando de una polaridad, enemigo de
un lado y amigo del otro, pero qué sucedería si se intenta buscar un equilibrio, ¿se podrá?
(Schmitt 13)
y lo que es moralmente bueno no es sinónimo de ser amigo. Aprecio que el enemigo de la obra
de Goethe es Egmont porque actúa con ética y moral ante la autoridad, tomando en cuenta que el
poder no se puede llevar bien con lo moralmente bueno. A su vez, Egmont como enemigo
público tiene un cargo jerárquico alto e influye por su opinión en la del pueblo y también le da el
valor de enfrentarse al Duque de Alba, es decir, iguales con iguales. Aunque el Duque de Alba
podría fungir como un enemigo del pueblo, en un sentido real, pero no significa que por esto lo
odien o lo amen, y si es que existe un odio, el pueblo no hace nada para que le quiten el cargo.
Sin duda alguna, releer a estos autores me hace contemplar el contexto histórico del
Romanticismo con otra perspectiva, incluso, me llevo varias resonancias de alguna frases de
estos autores, en especial las de Kant. Específicamente, me hace cuestionarme hasta dónde estoy
La respuesta que me dí es que me he dejado llevar por varias creencias a las que tengo
Obras citadas
<https://www.britannica.com/topic/Egmont>.
Goethe, Johann Wolfgang. Egmont. Trad. Juan Villoro. México, Editorial Jus, S. A. de C. V.,
2009.
<http://10millibrosparadescargar.com/bibliotecavirtual/libros/LETRA%20G/Goethe,
%20Johann%20W.%20von%20-%20Egmont.pdf>.
<http://mariajoseguerra.webcindario.com/el_hombre_romantico.htm>.
Kant, Emmanuel. ¿Qué es ser ilustrado? Trad. Dulce María Granja. México, UNAM, 2010.
Schmitt, Carl. El concepto de lo político. Trad. Dénes Martos. 1932. Marzo de 2018.
<http://campusmoodle.proed.unc.edu.ar/pluginfile.php/23308/mod_folder/content/0/Sch
mitt_Carl_-_El_Concepto_de_lo_Politico.pdf?forcedownload=1>.