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Tecnología lingüística

Con la revolución de las tecnologías de la información y la comunicación que


tuvo lugar en la década de 1980, ha habido una explosión de la necesidad de servicios
de idiomas, no solo en términos de cantidad, sino también de la naturaleza del
contenido (papel, digital, páginas web estáticas y dinámicas) y del número de
combinaciones de idiomas. El trabajo en equipo es muy importe en toda profesión y la
traducción no es la excepción. Podemos asumir que no hay dos personas que tengan
las mismas habilidades y capacidades y es por eso que hay que poder reconocer en
qué se destaca cada una. La clave es la distribución de trabajo eficiente de acuerdo a
las fortalezas de cada miembro del equipo. Se debe aplicar esta misma lógica al campo
de la traducción. Cada equipo de traducción debería tener miembros con distintos
talentos y capacidades. Un equipo debe de tener expertos en idiomas que son
esenciales por su comprensión de los matices tanto del idioma de origen como del
idioma de destino; gestores de proyectos que se encarguen de reclutar a los
profesionales adecuados para cada trabajo y distribuir las tareas; y expertos en
tecnología que sepan resolver los problemas técnicos que puedan surgir. Según la
naturaleza de cada proyecto pueden incluirse otras personas que cumplan otros roles,
como por ejemplo terminólogos o expertos en expertos que puedan ser consultados
acerca del tema que se traduce. Saber trabajar en equipo es absolutamente esencial
para la industria actual. Es muy importante para los profesionales poder dividir las
tareas, comunicarse efectivamente e intercambiar puntos de vista y comentarios. La
diversidad de las partes involucradas en los proyectos en la actualidad hacen que el
intercambio de información entre profesionales sea aún más necesaria ya que los
lingüistas ahora colaboran con ingenieros de localización, con desarrolladores de
software, con consultores y así sucesivamente, es decir, cada experto tiene sus
antecedentes, su forma de hacer las cosas y sus puntos de vista. Es por esto que la
comunicación y el espíritu de equipo son cruciales para una colaboración exitosa.
Como consecuencia de que el mundo se volvió más y más interconectado, hubo
un cambio en la naturaleza de los contenidos con los que trabajamos; hubo una
explosión en la demanda de contenidos digitales y archivos multimedios. Este cambio
en la demanda trajo (y sigue trayendo) cambios en la industria de la lengua. De hecho,
hoy en día, además de traducción e interpretación, la industria también incluye
servicios de globalización, internacionalización y localización. Por lo tanto, ahora la
traducción como actividad es más heterogénea puesto que los equipos de trabajo
involucrados en un proyecto determinado deben estar conformados por desarrolladores
de tecnología y software de idiomas, encargados localización interna, consultores de
globalización y localización y, por supuesto, lingüistas (traductores e intérpretes) que
siguen siendo la base de la industria de la lengua. Los productos lingüísticos ya no se
limitan al texto sino que incluyen datos mixtos, se ha llevado a cabo una redefinición del
perfil de los profesionales de la industria de lengua lo que la ha convertido en una
profesión menos compacta y solitaria.
Los enfoques de traducción que definían el conocimiento de la LM y la LO como
la principal competencia del traductor ya han quedado obsoletos. En la actualidad se
habla de un modelo de múltiples componentes que van mas allá de lo puramente
lingüístico y reconocen la necesidad de conocimientos adicionales como TI,
conocimiento de una tema de especialidad, terminología, entre otros. Los
Tecnología lingüística

extraordinarios avances tecnológicos en las últimas décadas han permitido cambios


radicales en la manera en que la gente hace negocios y por lo tanto en las habilidades
necesarias para tener éxito en este nuevo panorama profesional. Ha habido una
evolución del papel del traductor en la de mediación intercultural. Ahora se tiene en
cuenta la necesidad de desarrollar habilidades en no solo en los idiomas de trabajo
sino también en temas de especialidad (o la capacidad de investigación), la capacidad
para llevar a cabo análisis textuales para determinar las características clave como el
género, registro y función, por ejemplo, además de suficiente conocimiento y
comprensión de las diferencias culturales entre los dos idiomas en cuestión.
Hoy en día se utiliza herramientas y tecnología para hacer la comunicación más
rápida, más barata y más fácil. La industria lingüística está impulsada por la tecnología
que trabaja para innovar nuevas soluciones que resulten en mejores resultados para
todas las partes interesadas. Prácticamente todos los profesionales de la lengua, desde
los lingüistas hasta los gestores de proyectos, utilizan las tecnologías de localización y
traducción en su trabajo diario. Para poder hacer un uso adecuado de recursos
tecnológicos específicos y para optimizar nuestro rendimiento profesional hay que
adaptarse a las nuevas prácticas de la industria. Hay que aceptar que la tecnología es
clave en la industria del lenguaje. El software de localización y traducción soporta todos
los aspectos del trabajo realizado por los profesionales del lenguaje desde la
transcreación y la interpretación hasta la gestión de proyectos. Las tecnologías a
menudo están interconectadas e integradas, y muchas incorporan estándares de la
industria que abordan cuestiones como la calidad y la portabilidad de los recursos.
Un traductor debe conocer todo acerca de la traducción asistida por ordenador
(TAO), debe saber manejar estos programas a la perfección, debe saber sobre gestión
terminológica, sobre traducción automática, y localización, entre otras. Considero que
la versatilidad es un rasgo crucial que debe tener un traductor, ya que a diario nos
enfrentamos a una gran variedad de desafíos puesto que tenemos que trabajar en
contenidos diversos que van desde la traducción de una obra literaria hasta la
internacionalización y localización de un sitio web comercial. Para hacer frente a esta
multiplicidad de situaciones y contenidos, los profesionales del lenguaje necesitan ser
capaces de adaptarse rápidamente y hacer un poco de todo.
Cada vez más, la profesión nos lleva a realizar varias tareas, incluso algunas
más técnicas que lingüísticas, que a menudo requieren conocimientos informáticos o
conocimientos de numerosas herramientas de rápido desarrollo como bases de datos
terminológicas, herramientas TAO u otro software específico para el propósito. Por
ejemplo, mientras tradicionalmente los subtituladores se encargaban tanto de detectar
(es decir, decidir cuándo un subtítulo aparece y desaparece) como de hacer subtítulos,
ahora es una práctica común que las empresas les pidan que realicen tareas más
complejas como codificar contenido audiovisual, convirtiéndolo en diferentes formatos y
creación de un archivo con contenidos audiovisuales y subtítulos. En estos casos, la
versatilidad es definitivamente una ventaja. Además, esta cualidad se aplica a más que
conocimientos técnicos y abarca realmente muchas áreas: conocer los fundamentos de
la gestión de proyectos y de la optimización de motores de búsqueda puede resultar
tan útil para un profesional del lenguaje. Con el fin de estar a la altura de las realidades
del mercado de trabajo, donde las tareas confiadas a los profesionales del lenguaje son
Tecnología lingüística

cada vez más diversas, algunas escuelas han incluido cursos que no son puramente
lingüísticos y preparan a los estudiantes para manejar estos casos.
A modo de conclusión, insisto en el hecho de que las evoluciones recientes han
transformado y diversificado profundamente la posición del especialista en idiomas o
profesional de la industria lingüística, haciendo de la competencia lingüística una
condición necesaria pero no siempre suficiente para el éxito. Hoy en día, muchos otros
rasgos son igualmente importantes: la versatilidad, la creatividad y la curiosidad -por
nombrar sólo unos pocos- y, por supuesto, la pasión son rasgos comunes a todas las
posiciones en la muy heterogénea industria lingüística 2.0.

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