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INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO I
AGRICULTURA ORGÁNICA
Requisitos para una Agricultura Orgánica
Reglamentación de una Agricultura Orgánica
Principales ventajas y limitaciones
Agricultura ecológica
Tipos de Cultivos
Control de plagas y enfermedades
Feromonas, atrayentes y repelentes
Fertilización
Mantenimiento del suelo

CAPÍTULO II
REVOLUCIÓN VERDE
Introducción
¿Por qué hubo esa revolución?
Costos de la revolución
Una revolución sostenible
Impactos de la revolución verde
Propuesta
La Revolución Verde: algunas lecciones

CAPITULO III
PLANTAS TRANSGÉNICAS
Introducción
Sistemas de transformación de plantas
Transformación de protoplastos
Transformación biolística
Transformación con Agrobacterium
Selección de transformantes
Ejemplos de plantas transgénicas
Resistencia a herbicidas
Resistencia a plagas y enfermedades
Mejora de las propiedades nutritivas y organolépticas
Resistencia a estrés ambiental
Los riesgos ecológicos

CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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INTRODUCCIÓN

La agricultura orgánica reconoce que la naturaleza es un ecosistema uniforme, sin embargo,


consiste en muchas diferentes áreas ecológicas, cada una hecha de redes de especies de
animales y plantas interdependientes, numerosas y locales. Así que cada granja orgánica
necesita encajar en su vecindad ecológica local. Cuando encajamos las prácticas de siembra
en un sistema natural diverso, el sistema mismo cuida de los problemas de producción. En
la agricultura orgánica, el terreno se ve como un organismo, no como una fábrica.
La Revolución Verde apareció en los años 60 en el entorno de los alimentos y la agricultura
como solución para atenuar el hambre en el mundo y consistió en la obtención de
variedades agrícolas muy productivas pero con el uso de tecnologías altamente
dependientes y costosas; este incremento se ha conseguido, principalmente, sin poner
nuevas tierras en cultivo, sino aumentando el rendimiento por superficie, es decir
consiguiendo mayor producción por cada hectárea cultivada. Para conseguirlo, se
implementaron medidas, entre las cuales aparecen como principales la aplicación de
fertilizantes químicos, pesticidas, herbicidas y técnicas de riego.
El objetivo de este movimiento era aumentar la producción de alimentos gracias a la magia
de los productos químicos y la ingeniería genética, introduciendo nuevas tecnologías
agrícolas.
El mito de la Revolución Verde es éste: las semillas milagrosas que produce multiplican la
cosecha de cereales y por lo tanto son la clave para terminar con el hambre en el mundo.
Mayor rendimiento significa mejores ingresos para los agricultores pobres, que así podrán
salir de la miseria, y más cantidad de alimentos implica menos hambre en el planeta.
Ocuparse de encontrar las causas que llevan a la pobreza y al hambre lleva demasiado
tiempo y la gente está muriendo desnutrida ahora. Así que debemos hacer lo que podemos
en lo inmediato: incrementar la producción.
Cruce de las plantas transgénicas, no sólo plantea los posibles riesgos medioambientales,
puede también problemas para los agricultores y productores de alimentos.
Muchos países tienen legislaciones diferentes para las plantas transgénicas y
convencionales, así como los alimentos y piensos derivados, y los consumidores exigen la
libertad de elección para comprar transgénicos o derivados de los productos
convencionales. Por lo tanto, los agricultores y los productores deben separar las dos
cadenas de producción. Esto requiere medidas de coexistencia en el terreno, así como las
medidas de trazabilidad en toda la comida y la cadena de los piensos. Proyectos de
investigación tales como la Co-Extra, SIGMEA y Transcontainer investigar cómo los
agricultores pueden evitar la polinización cruzada y la mezcla de transgénicos y cultivos no
transgénicos, y de cómo los procesadores pueden controlar y garantizar la separación de
ambas cadenas de producción.

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CAPÍTULO I
AGRICULTURA ORGÁNICA

La agricultura orgánica es un sistema de producción que trata de utilizar al máximo los


recursos de la finca, dándole énfasis a la fertilidad del suelo y la actividad biológica y al
mismo tiempo, a minimizar el uso de los recursos no renovables y no utilizar fertilizantes y
plaguicidas sintéticos para proteger el medio ambiente y la salud humana. La agricultura
orgánica involucra mucho más que no usar agroquímicos.
Requisitos para una Agricultura Orgánica
Existen requisitos específicos para certificar la producción orgánica de la mayoría de los
cultivos, animales, cría de peces, cría de abejas, actividades forestales y cosecha de
productos silvestres. Las reglas para la producción orgánica contienen requisitos
relacionados con el período de transición de la finca (tiempo que la finca debe utilizar
métodos de producción orgánicos antes de que pueda certificarse; que es generalmente de 2
a 3 años). Entre los requisitos están la selección de semillas y materiales vegetales; el
método de mejoramiento de las plantas; el mantenimiento de la fertilidad del suelo
empleado y el reciclaje de materias orgánicas; el método de labranza; la conservación del
agua; y el control de plagas, enfermedades y malezas. Además, se han establecido criterios
sobre el uso de fertilizantes orgánicos e insumos para el control de plagas y enfermedades.
Con respecto a la producción de animales, normalmente hay requisitos sobre la sanidad de
los animales, su alimentación, reproducción, condiciones de vida, transporte y
procedimientos para sacrificarlos.
Reglamentación de una Agricultura Orgánica
Las normas para la agricultura orgánica son creadas principalmente por agencias
certificadoras privadas, pero también muchos países han creado normas nacionales. En
Centroamérica, el gobierno de Costa Rica ha establecido sus propias reglas y los otros
países están en el proceso de crear y poner en práctica las suyas, con el fin de apoyar al
sector de la agricultura orgánica. Europa, Estados Unidos y Japón tienen normas nacionales
y si los productores desean exportar sus productos a estos mercados deben cumplir los
requisitos de etiquetado orgánico de los países importadores.
La selección de la agencia certificadora es muy importante. La agencia que escoja el
productor debe estar reconocida oficialmente y ser de confianza para el comprador en el
país importador. Las agencias certificadoras nacionales a menudo son menos costosas que
las agencias internacionales, pero podrían no ser tan conocidas en algunos mercados
extranjeros. El período de transición de la finca para obtener la certificación orgánica a
veces resulta costoso para el productor, ya que mientras pasan los 2-3 años el producto se
vende a su precio convencional, pero el productor tiene que cumplir con los principios de la
producción orgánica, lo cual puede aumentar sus costos de producción y disminuir su
productividad, al menos al principio. Para bajar el costo de la certificación, los productores
pueden agruparse y crear un sistema de control interno, siempre y cuando cumplan con
ciertos requisitos. Al hacer esto, es importante que los productores tengan en cuenta que
deben confiar y trabajar juntos, ya que dependerán mucho unos de otros.

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Principales ventajas y limitaciones
Los productores se cambian a la agricultura orgánica por varios motivos. Algunos
consideran que el uso de agroquímicos sintéticos es malo para su salud y para el medio
ambiente, otros se sienten atraídos por los precios más altos y el rápido crecimiento del
mercado, para muchos productos orgánicos, en los últimos años. La agricultura orgánica
puede representar una oportunidad interesante para muchos productores centroamericanos y
puede convertirse en una herramienta importante para mejorar su calidad de vida y sus
ingresos.
El cambio a la agricultura orgánica puede ser más fácil y más rentable para algunos
productores, dependiendo de algunos factores tales como, por ejemplo, si el agricultor
utiliza agroquímicos sintéticos de forma intensiva o no, si tiene acceso a mano de obra (la
producción orgánica suele requerir más mano de obra), si tiene acceso a fertilizantes
orgánicos y a otros insumos permitidos, y si es propietario de su tierra, etc.
Por lo general, en Centroamérica los productos orgánicos se venden en las ferias del
agricultor y, más recientemente, en supermercados. A pesar de la creciente demanda
nacional, los principales mercados para los productos orgánicos centroamericanos son
Norteamérica, Europa y Japón. En un principio, la agricultura orgánica le interesaba sobre
todo a los pequeños productores, hombres y mujeres, pero con el crecimiento del mercado,
algunos grandes productores han empezado a producir de manera orgánica. Esto ha creado
una mayor presión competitiva sobre los precios y la calidad de los productos.
Existen limitaciones técnicas con algunos productos orgánicos en algunas situaciones
donde todavía no hay buenas alternativas por el uso de agroquímicos. La mayoría de los
productos orgánicos reciben un precio más alto en comparación con los productos
convencionales. Sin embargo, aunque es difícil generalizar, se espera que en un futuro esta
diferencia de precio se reduzca debido a un aumento en la producción orgánica de algunos
productos, con lo que se podrá satisfacer la demanda del mercado. Por otro lado, si bien
existe el riesgo de que disminuya el sobreprecio que reciben los productos orgánicos y que,
en algunos casos, incluso desaparezca, los productos orgánicos certificados son bien
reconocidos en la mayoría de los mercados y, como tales, pueden ser preferidos sobre los
productos convencionales.
Sin lugar a dudas, la agricultura del futuro es la Agricultura ecológica u orgánica, ello en
razón de la importancia creciente del consumo de alimentos libres de pesticidas y su
impacto en la salud; a ello se añade los servicios ambientales que este tipo de agricultura
genera al no contaminar el ambiente, en particular el agua y el suelo. Por otro lado, el
dinámico y atractivo mercado de los alimentos orgánicos a nivel mundial está estimulando
fuertemente la reconversión de la agricultura convencional a la agricultura orgánica. Este
proceso de reconversión sin embargo, no es tan sencillo y requiere un conocimiento sólido
de las condiciones agroecológicas en dónde se va a desarrollar este tipo de agricultura, así
como de los procesos biológicos que se dan en los agroecosistemas que se manejan sin uso
de agroquímicos. El conocimiento de la agricultura ecológica u orgánica se nutre por un
lado del saber tradicional y local, y por otro lado, de la investigación científica. Es en este
sentido que una institución de investigación de nivel nacional como es el Instituto Nacional
de Investigación y Extensión Agraria al desarrollar un Programa de Investigación en
Agroecología, puede contribuir de manera valiosa al avance y fortalecimiento de la

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agricultura ecológica en el país y a través de ella lograr el desarrollo sustentable del agro,
tan venido a menos en los últimos tiempos.

Agricultura ecológica
La agricultura ecológica, o sus sinónimos orgánica o biológica, es un sistema para cultivar
una explotación agrícola autónoma basada en la utilización óptima de los recursos
naturales, sin emplear productos químicos de síntesis, u organismos genéticamente
modificados (OGMs) -ni para abono ni para combatir las plagas-, logrando de esta forma
obtener alimentos orgánicos a la vez que se conserva la fertilidad de la tierra y se respeta el
medio ambiente. Todo ello de manera sostenible y equilibrada.
Los principales objetivos de la agricultura ecológica son: trabajar con los ecosistemas de
forma integrada; mantener y mejorar la fertilidad de los suelos; producir alimentos libres de
residuos químicos; utilizar el mayor número de recursos renovables y locales; mantener la
diversidad genética del sistema y de su entorno; evitar la contaminación a resulta de las
técnicas agrarias; permitir que los agricultores realicen su trabajo de forma saludable.
La agricultura biodinámica, la permacultura, la agricultura natural, la agricultura indígena,
la agricultura familiar, la agricultura campesina, son tipos de agricultura natural que buscan
el equilibrio con el ecosistema, son sistemas agrícolas sostenibles que se han mantenido a
lo largo del tiempo en distintas regiones del mundo buscando satisfacer la demanda de
alimento natural y nutritivo a las personas y los animales, de manera que el agroecosistema
mantenga el equilibrio.
Las principales prácticas agrícolas que llevan a la sostenibilidad se describen a
continuación.
Tipos de Cultivos
Uno de los cultivos más usado por su practicidad es el empleo de bancales. Este sistema es
básico de la agricultura biodinámica, establecida por Rudolf Steiner en 1919. En este modo
se hacen divisiones en el terreno de 1 m aprox de ancho y el largo que deseemos. Al no
dejar más de 1 m de ancho tiene la ventaja de que podemos trabajar el bancal sin tener que
pisarlo, y así no apelmazamos la tierra de cultivo. Es conveniente por tanto dejar entre
bancal y bancal un paso adecuado.
Han de estar en función de la adaptación al medio, su resistencia/tolerancia a las plagas y
enfermedades y de su rentabilidad económica. En la medida de lo posible se ha de mantener
una diversidad biológica, alternando o mezclando variedades distintas.La biodiversidad
viene dada por la integración de componentes a distintos niveles:-Edáfico ( lombrices,
bacterias beneficiosas, hongos, nódulos de rhizobium) -Especies silvestres (un 30% de
plantas adventicias )-Rotación de cultivos. Esta biodiversidad dentro del ecosistema agrario
proporciona estabilidad, resistencia y sostenibilidad frente a sequías, plagas,etc...
Los agricultores pueden utilizar semillas cuyo origen pueden ser de cultivo convencional,
debido a la dificultad para encontrar semillas producidas con criterios ecológico. Las redes
de semillas, cada vez más extensas, se ocupan de recuperar variedades de semillas locales,
bien adaptadas al entorno y sin modificaciones genéticas.
Control de plagas y enfermedades

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El cultivo ecológico debe estar basado en métodos preventivos, potenciando el buen
desarrollo de las plantas y por tanto su resistencia natural a plagas y enfermedades. Debe
potenciarse al máximo la prevención mediante unas adecuadas prácticas de cultivo que
aseguren el buen desarrollo de las plantas y, por tanto, que éstas sean más resistentes. Las
especies autóctonas y un abonado adecuado hacen las plantas más resistentes.
Evitando el cultivo de una única especie, al diversificar las especies plantadas se dificulta la
aparición de plagas, utilizando para ello una adecuada rotación y asociación en los campos.
El abonado debe ser equilibrado, para obtener plantas fuertes y se utilizarán variedades
adaptadas a la zona.
Es aconsejable promover el desarrollo de la fauna auxiliar autóctona, mediante el uso de
setos y la suelta de insectos útiles (parásitos o depredadores), como los parasitoides del
pulgón Toxoptera aurantii.
En última instancia se podrán utilizar diferentes productos de origen natural, como las
piretrinas que se obtiene de las flores secas del crisantemo o el Bacillus thuringiensis que
son unas bacterias aerobias que atacan predominantemente a los insectos dañinos.
Feromonas, atrayentes y repelentes
El extracto de ajo es biodegradable y sirve para repeler la mosca blanca, los pájaros y
distintos tipos de chupadores. Se basa en un enmascarador del olor del alimento, de las
feromonas (evita la reproducción de las plagas) y en los pájaros los desconcierta porque el
ajo es irritante para los pájaros. No evita que en períodos de mucha hambre este método
pueda ser ineficaz para los pájaros, se pueden usar otros métodos como el de los
ultrasonidos o el de las explosiones de gas con detectores de movimiento.
El extracto de ajo puede enmascarar el olor de las trampas de feromonas de algunas plagas
y puede hacerlas más ineficaces.
Fertilización
La fertilización del terreno dedicado a la agricultura ecológica es uno de los pilares de esta
forma de cultivo. Es muy práctico que el fertilizante sea de producción propia, uno de los
más utilizados es la producción de compost.
En la agricultura ecológica no se pretende nutrir directamente la planta, sino estimular el
conjunto, es decir el suelo y la planta, manteniendo o mejorando la fertilidad del suelo
«favoreciendo el complejo arcillo-húmico y el desarrollo de los microorganismos del
suelo».
La materia orgánica es la base de la fertilización, aunque también se pueden utilizar como
fertilizantes el abonado en verde que consiste en cultivar y enterrar una planta, para que al
descomponerse se convierta en abono, especialmente utilizando leguminosas, éstas
enriquecen el suelo especialmente en nitrógeno gracias a bacterias que viven en sus raíces y
que fijan el nitrógeno atmosférico, y que la planta al ser enterrada cede al suelo en forma de
abono.
Contrariamente a lo que se cree, mantener el suelo cubierto, ayuda a conservarlo mejorando
el aprovechamiento del agua y los nutrientes. Se emplearán cubiertas vegetales vivas,
acolchado, etc.

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Los abonos minerales que se pueden utilizar son los procedentes de fuentes naturales que
hayan sido extraídos por procesos físicos.
Mantenimiento del suelo
Biológico
En el suelo hay de forma natural una infinidad de organismos vivos que efectúan un
«laboreo» continuado: las raíces al explorar en busca de agua y nutrientes; las lombrices,
insectos y roedores, con sus galerías; otros organismos con sus exudaciones y residuos que
ayudan a unir las partículas de arcilla y humus.
Tampoco hay que despreciar la gran cantidad de materia orgánica que aportan estos
organismos así como la conversión de la materia orgánica en material asimilable por las
plantas.
Diversas experiencias realizadas han demostrado que el laboreo biológico posee ventajas
sobre el mecánico. Como son:
 No apelmaza el suelo al pasar por el suelo, lo que comúnmente ocurre al trabajar la
tierra con maquinaria y que obliga a realizar cada cierto tiempo un trabajo más
profundo.
 Al cortar la hierba y dejarla como acolchado se producen varias mejoras, por un
lado el sol no seca el terreno conservando la humedad y por otro lado sirve de
protección a los microorganismos y demás organismos.
 Por otro lado, las plantas adventicias, o también «malas hierbas», sirven de huésped
a los insectos útiles, absorben el nitrógeno que de otra forma se perdería al
evaporarse a la atmósfera y que luego vuelven a ceder al suelo al convertirse en
compost. Y si la planta tiene raíces profundas como la alfalfa, lo que come la vaca,
entonces extrae nutrientes que de otra forma resultan inaccesibles para otras plantas
con sistemas radiculares menos capaces de profundizar. Para evitar que el campo se
llene de adventicias, se realizan rotaciones de cultivo con falsas siembras y
programas de abonado equilibrado.
Mecánico
La principal condición que debe cumplir un apero, es no voltear el suelo en profundidad
para no alterar el orden natural del suelo, trabajando con tempero y no abusando de los
mismos, evitando en parte de esa forma los efectos indeseables del laboreo mecánico como
la mineralización del suelo y la compactación del mismo por el peso de la maquinaria.
Atendiendo a razones prácticas e históricas, las razones para utilizar el laboreo mecánico
son:
 Realizar más rápido los trabajos en el campo, tanto de siembra, recolección como
los tratamientos.
 Eliminar la competencia que provocan las adventicias.
 El transporte de las producciones desde el mismo campo a su destino.

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Rotación de cultivos
Imagen de campos de cultivo circulares en Kansas, fin de junio de 2001. Saludables, en
verde los cultivos en crecimiento. Maíz en prefloración. Sorgo, muy parecido al maíz, crece
más despacio (más pequeño, posiblemente + pálido). Trigo oro brillante al cosecharse,
boreal, en junio. En castaño, lotes recientemente cosechados y arados, en barbecho por el
año
Consiste en alternar plantas de diferentes familias y con necesidades nutritivas diferentes en
un mismo lugar durante distintos ciclos, evitando que el suelo se agote y que las
enfermedades que afectan a un tipo de plantas se perpetúe en el tiempo.
De esta forma se aprovecha mejor el abonado (al utilizar plantas con necesidades nutritivas
distintas y con sistemas radiculares diferentes), se controlan mejor las malas hierbas y
disminuyen los problemas con las plagas y las enfermedades, (al no encontrar un huésped
tienen más dificultad para sobrevivir).
También se debe introducir regularmente en la rotación una leguminosa y alternar plantas
que requieren una fuerte cantidad de materia orgánica, y la soportan parcialmente o incluso
sin fermentar (papa, calabaza, espárragos, etc.), con otras menos exigentes o que requieren
materia orgánica muy descompuesta (acelga, cebolla, guisantes, etc.).
En esta práctica se debe evitar que se sucedan plantas de tipo vegetativo diferente pero que
pertenezcan a la misma familia botánica, por ejemplo: espinaca y remolacha =
Quenopodiáceas, apio y zanahoria = Umbelíferas, papa y tomate =
Asociación de cultivos
La asociación de cultivos consiste en cultivar en la misma parcela varias especies distintas,
de forma que se obtenga una sinergia entre ellas.
Esta práctica muy extendida en el cultivo ecológico, pueden obtener diversos tipos de
mejoras, por un lado podemos poner dos especies que se complementan en su sistema
radicular (uno es profundo el melon y el otro superficial la lechuga), o una planta defiende
a la otra con su aroma (como ejemplo tenemos la cebolla entre zanahorias evita la mosca de
la zanahoria ). Este tipo de plantas recibe el nombre de planta insectaria que atrae y
beneficia a insectos predadores o parásitos de los insectos plaga.

Mientras que la agricultura orgánica trabaja con la naturaleza, conservando la


biodiversidad, la agricultura industrial busca controlar a la naturaleza promoviendo
siembras uniformes.
Practicar la agricultura orgánica es cada vez más difícil ya que los conglomerados
agroquímicos buscan poseer y alterar los genes de todas las semillas que producen el
alimento de los pueblos.

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Sus medios para un control total incluyen acabar con la producción tradicional de semillas a
favor de las semillas transgénicas o genéticamente modificadas, las cuales son patentables.
Para acelerar esto, algunas compañías están promoviendo nuevas regulaciones.
Los campesinos orgánicos también están teniendo cada vez más dificultad para proteger a
las siembras genéticamente naturales que cultivan de la polinización cruzada al estar cerca
de siembras transgénicas.
Estas alteraciones en nuestro sistema alimenticio ignoran los principios fundamentales de la
agricultura y la alimentación ecológicas y esto puede causar estragos impredecibles.
Muchos científicos concuerdan en que a largo plazo, el incremento en los monocultivos,
por ejemplo de variedades de frijol de soya provenientes de sólo unas pocas cepas genéticas
aumentará la vulnerabilidad de las siembras a las enfermedades.
Además de enfocarse en una sola inmensa siembra, la agricultura industrial elimina los
elementos indeseables en un sistema de producción (como una plaga) al ejercer una fuerza
externa (como un pesticida) sin tomar en cuenta el costo ecológico, tal como el
envenenamiento de los polinizadores.
Cuando fue introducida la agricultura orgánica a principios de 1900, los proponentes como
Rudolph Steiner y otros estaban preocupados por el rompimiento de conexiones ecológicas
vitales que estaban siendo ignoradas por la entonces emergente agricultura industrial. Ellos
sabían que si no manteníamos la salud del ecosistema completo, entonces la agricultura no
podría mantenerse productiva a la larga.
La mayoría de los cambios dramáticos en las sociedades, como el movimiento de los
derechos civiles, fueron iniciados por gente local. Se necesita iniciar conversaciones acerca
de los sistemas alimenticios sustentables en las comunidades locales.
Según la organización RAFI, los agricultores que usen semillas genéticamente modificadas
serán atrapados en sistemas de control biológico que inevitablemente llevarán a la
bioservidumbre. La capacidad de insertar y manipular externamente secuencias vitales de
ADN en los cultivos (y posiblemente en insectos y ganado) amenaza la soberanía nacional
sobre los recursos agrícolas y otros recursos biológicos.
Hay un rechazo Europeo al maíz y a la soya transgénicos americanos debido a la resistencia
de los consumidores. Dentro de los últimos 3 meses, grandes procesadores multinacionales
de alimentos y proveedores de productos de primera necesidad, tales como Nestle,

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Cadbury, Unliever, Cargil y ConAgra han decidido dejar de vender alimentos
genéticamente modificados en Europa. Sin embargo, siguen distribuyéndolos en el mercado
de los EE.UU. Los Europeos no sólo evitan los alimentos hechos a partir de semillas
transgénicas sino también están luchando contra las exportaciones americanas de otros
organismos genéticamente modificados, particularmente la leche y las reses de ganado que
ha sido tratado con hormonas. Debido a que esto podría dañar los agro negocios,
aparentemente el gobierno americano está preocupado por la aceptación pública de estos
productos.
Un nuevo reporte de la Asociación Médica Británica, "la biotecnología, las armas y la
humanidad" advierte que la tecnología para habilitar a los científicos a hacer armas
biológicas, las cuales solamente afectarían poblaciones específicas, podría estar lista dentro
de 5 años. Se está incitando a los biólogos Británicos a tomar mayor responsabilidad por
los riesgos potenciales de su trabajo.
Los debates sobre la biotecnología se han concentrado en la posibilidad de riesgos
dietéticos imprevistos por los cambios genéticos en los alimentos y por lo tanto en los
productos alimenticios.

CAPÍTULO II
REVOLUCIÓN VERDE

Introducción
El mejoramiento de semillas a través de la experimentación es algo que se intenta hacer
desde el comienzo de la agricultura, pero el nombre de Revolución Verde fue acuñado en la
década del 60 para destacar que se había encontrado una solución particularmente eficaz.
En buena medida, estas "variedades modernas" producían más que las tradicionales gracias
a un riego más controlado y al uso de fertilizantes petroquímicos, lo cual hizo posible una
conversión más eficaz de los insumos industriales en alimento. Las semillas "milagrosas"
se difundieron rápidamente en Asia gracias al importante apoyo de los Centros
Internacionales de Investigación Agrícola creados por las Fundaciones Ford y Rockefeller,
y al poco tiempo también se desarrollaron nuevos tipos de arroz y de maíz.
Luego de tres décadas de rápida expansión de los milagros de la Revolución Verde, en la
década del 90 aún había cerca de 786 millones de personas con hambre en todo el mundo.
Desde principios de los años 80, a través de las imágenes que empezaron a mostrar los
medios de comunicación, Occidente es consciente de que hay hambrunas en Africa. Pero
hoy vive en ese continente menos de la cuarta parte de los habitantes del mundo que tienen
hambre. En Asia, precisamente donde las semillas de la Revolución Verde tuvieron más
éxito, viven dos tercios de las personas subalimentadas del mundo.
El total de alimentos disponibles por persona en el mundo en desarrollo creció 11 por ciento
en esas dos décadas, mientras que el número de personas desnutridas bajó de 942 millones
a 786, una disminución de 16 por ciento.
Estos fueron los logros, y los defensores de la Revolución Verde asumieron alegremente la
responsabilidad.

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La Revolución Verde o cualquier otra estrategia de aumento de la producción de alimentos
para aliviar el hambre en el mundo depende de las reglas culturales, económicas y políticas
de los pueblos. Estas normas son las que determinan quién se beneficia como proveedor del
incremento de producción.
Es decir, hay que saber la tierra y los cultivos de quién prosperan y quién se beneficia como
consumidor de dicho incremento, lo cual equivale a saber quién consigue los alimentos y a
qué precio.
La Revolución Verde convierte a la agricultura en petrodependiente. Algunas de las
semillas desarrolladas últimamente rinden más aún sin insumos industriales, pero los
mejores resultados requieren cantidades adecuadas de fertilizantes químicos, plaguicidas y
agua. Así que, a medida que se extiende el uso de las nuevas semillas, los petroquímicos se
vuelven parte de la agricultura. La cantidad de producción agrícola por tonelada de
fertilizante utilizado disminuyó dos tercios durante los años de la Revolución Verde.
Los agricultores necesitan cada vez más fertilizantes y plaguicidas para lograr los mismos
resultados con el paso del tiempo porque los métodos de producción altamente
dependientes de los abonos químicos no conservan la fertilidad natural del suelo y porque
los plaguicidas generan plagas cada vez más resistentes. Además, quienes obtienen
ganancias por el incremento en el uso de dichos productos químicos temen a las
organizaciones sindicales y aprovechan su riqueza para comprar tractores y otras máquinas,
aunque las nuevas semillas no lo requieren. Este cambio lleva a la industrialización de la
producción.
Una vez alineada en el camino industrial, la agricultura cuesta más cara. Por supuesto,
puede ser más rentable, pero sólo si los precios que consiguen los productores por lo que
ofrecen son más altos que el costo de los petroquímicos y la maquinaria. Los defensores de
la Revolución Verde aseguran que los agricultores de todo tipo de tierras obtienen
ganancias netas una vez que adoptan las semillas más rendidoras. Pero los últimos estudios
muestran otra cosa: la inversión en fertilizantes y plaguicidas parece aumentar a mayor
velocidad que las cosechas.
Existen cada vez más pruebas de que el modo de producción que promueve la Revolución
Verde no es ecológicamente sustentable, ni siquiera para los grandes productores. Los
propios investigadores de esta corriente avisaron en la década del 90 que algo alarmante
sucedía. Luego de un crecimiento muy importante en las primeras etapas de la
transformación tecnológica, las cosechas empezaron a disminuir en varias partes donde se
había implantado dicho estilo.
El fenómeno se debe a cierto tipo de degradación del suelo a largo plazo que aún no ha sido
entendido por los científicos.
Allí donde el rendimiento no empezó a decrecer, el crecimiento se está enlenteciendo o
anulando.
Algunos de los logros más espectaculares de la revolución verde fueron el desarrollo de
variedades de trigo, arroz y maíz con las que se multiplicaba la cantidad de grano que se
podía obtener por hectárea. Cuando a lo largo de los años 1960 y1970 se fueron
introduciendo estas mejoras en Latinoamérica y Asia, muchos países que hasta entonces
habían sido deficitarios en la producción de alimentos pasaron a ser exportadores. Así la

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India, país que sufría el azote de periódicas hambrunas, pasó a producir suficiente cereal
para toda su población; Indonesia que tenía que importar grandes cantidades de arroz se
convirtió en país exportador, etc.
En esos decenios, en muchas regiones del mundo, especialmente en Asia y América Latina,
la producción de los principales cultivos de cereales (arroz, trigo y maíz) se duplicó con
creces. También aumentó mucho la producción de otros cultivos.
¿Por qué hubo esa revolución?
Se debió sobre todo a que los gobiernos de los países desarrollados y los países en
desarrollo invirtieron mucho en investigación agrícola. Se utilizó la ciencia moderna para
encontrar formas de producir más alimentos, lo que revolucionó la actividad agrícola.
La cría intensiva y la selección genética permitieron producir variedades de alto
rendimiento de cultivos y razas más productivas de ganado. También hubo grandes
innovaciones en la agroquímica, para producir nuevos plaguicidas y fertilizantes.
Y para llevar la revolución directamente al campo, los gobiernos apoyaron a los
productores fomentando el uso de estas nuevas técnicas y tecnologías agrícolas.
Al principio se consideró un éxito enorme la revolución. Con el crecimiento demográfico y
de la demanda de alimentos, aumentó el suministro de alimentos y sus precios se
mantuvieron estables.
Pero desde el decenio de 1990 se ha observado que el auge de la revolución verde en la
productividad tuvo un alto precio.
Costos de la revolución
Por una parte, se ha perdido una gran parte de la biodiversidad agrícola. Cuando los
agricultores decidieron producir las variedades mejoradas de cultivos y de ganado, se
abandonaron muchas variedades tradicionales, locales, que se extinguieron. Infórmate sobre
la biodiversidad.
Además, en muchos países el gran uso de plaguicidas y otras sustancias agroquímicas causó
un grave deterioro del medio ambiente y puso en peligro la salud pública. Entérate de los
plaguicidas.
Los sistemas agrícolas de la revolución verde también requieren una abundante irrigación,
lo que ejerce una presión enorme en los recursos hídricos del mundo. Lee sobre la
agricultura y el agua.
Por último, a pesar de que aumentó la productividad agrícola, sigue habiendo hambre. Para
aprovechar los adelantos de la revolución verde, los agricultores necesitan tener dinero y
acceso a recursos como la tierra y el agua. Los agricultores pobres que no tenían estos
recursos quedaron excluidos de la revolución verde. Muchos se hicieron todavía más
pobres.
Una revolución sostenible
El cometido de la FAO es ayudar a los países a garantizar que el suministro de alimentos se
mantenga al paso de la demanda.

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Pero la revolución verde mostró que no basta incrementar la productividad. Para poner fin
al hambre de una vez por todas, es necesario que la producción sea sostenible. Esto
significa asegurar que nadie quede excluido de sentarse a la mesa y que las generaciones
futuras no corran el peligro de pasar hambre.

Impactos de la revolución verde


La humanidad se enfrenta a importantes desafíos que se focalizan en: un incremento de la
población mundial sin precedentes, la cual pone en tensión la producción de alimentos; el
agotamiento de la energía fósil, sobre la cual se han desarrollado las tecnologías de todo
tipo de la sociedad moderna; la necesidad de un desarrollo social conjuntamente con el
económico que permita a millones de personas garantizar sus necesidades alimentarias, de
viviendas, creativas, asistenciales y espirituales y a un fuerte deterioro del ambiente
provocado por la actividad del hombre, su expansión y los métodos tecnológicos
desarrollados en los últimos 150 años.
La agricultura moderna implica la simplificación de la estructura ambiental de vastas áreas,
reemplazando la biodiversidad natural por un pequeño número de plantas cultivadas y
animales domésticos.
La tendencia al monocultivo crea ecosistemas simplificados y por lo tanto muy inestables
que están sujetos especialmente a las enfermedades y a las plagas.
El resultado neto de la simplificación de la biodiversidad para propósitos agrícolas es un
ecosistema artificial que requiere de una constante intervención humana. En la mayoría de
los casos, ésta intervención ocurre en la forma de insumos (agrotóxicos, fertilizantes
químicos, etc), los cuales, además de aumentar los rendimientos (en el corto plazo),
resultan en una cantidad de costos ambientales y sociales indeseables.
Con el progreso de la modernización los principios agroecológicos son continuamente
desestimados. Como consecuencia, los agroecosistemas modernos son inestables y sus
quiebres se manifiestan como rebrotes de plagas recurrentes de plagas en muchos sistemas
de cultivo y también en forma de salinización, erosión de suelos, contaminación de aguas y
suelos, pérdida de la biodiversidad, residuos de agrotóxicos en los alimentos de origen
agropecuario, etc. A su vez la falta de rotación y diversificación eliminó mecanismos
autorreguladores, convirtiendo el monocultivo en el agroecosistema más vulnerables por su
fuerte dependencia en insumos químicos.
Según el paradigma dominante, la diversidad atenta contra la productividad, que crea la
necesidad imperiosa de uniformidad y monocultivos. Esto ha generado la paradójica
situación en la cual el mejoramiento de las plantas termina provocando la destrucción de la
diversidad biológica que se emplea como materia prima.
Las consecuencias de la reducción de la biodiversidad son particularmente evidentes en el
campo del manejo de plagas agrícolas. La inestabilidad de los agroecosistemas se
manifiesta a través del empeoramiento de la mayoría de los problemas de plagas y está
ligada con la expansión de los monocultivos a expensas de la vegetación natural.
Lamentablemente y desde la llamada revolución verde, la dependencia a los agroquímicos
ha puesto en riesgo los recursos genéticos de nuestro país a partir de la introducción de

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pesticidas y asimismo de semillas foráneas, híbridas, etc. que no han resuelto la
problemática de producción de alimentos, sino que han agudizado creando resistencia en
las plagas y contaminando la salud y el medio ambiente.
En general tanto técnicos como productores adoptaron las premisas de la Revolución Verde
(o agricultura moderna, convencional o industrial) en forma acrítica. Este modelo, que se
puede caracterizar como basado en la gran escala, el monocultivo, uso intensivo de insumos
(fertilizantes químicos sintéticos, agrotóxicos, alto grado de mecanización, alta dependencia
con el mercado) comienza a implementarse con fuerza en el país a partir de los setenta. En
muchos sectores productivos estas propuestas no se adoptaron en su totalidad. La granja
como en otros sectores intensivos, incorporó algunas características como uso intensivo de
insumos y especialización en aquellos sectores más capitalizados. Se pasó a caracterizar a
esta tecnología como mejorada y se explicaba la no adopción como una deficiencia de los
productores que podía ser superada con créditos y más y mejor extensión.
Los efectos sociales de la adopción de éste paquete fueron el de marginar a gran parte de la
población rural, incrementar la diferencia entre los campesinos pobres y los ricos y
aumentar la dependencia de los predios agrícolas. Debido a la degradación de los recursos
naturales, en especial la erosión de los suelos, se observa que la productividad agrícola
comenzó a declinar en algunos granos para los últimos años, denotando cierto agotamiento
del modelo.
Propuesta
Intercambiar y lograr el acercamiento entre Organizaciones de base, ONGs ambientalistas,
grupo de productores que permita avanzar en una propuesta alternativa para el sector
agropecuario, tomando a la Agroecología como la ciencia que podrá sacar al sector
agropecuario de la crisis en la que se encuentra.
La parte de la ecología que tiene por objeto de estudio los sistemas agrícolas de cualquier
tipo y nivel jerárquico, es la Agroecología. La Agroecología se centra en las relaciones
ecológica de los sistema agrícolas y su propósito es esclarecer la estructura, las funciones y
la dinámica de estos ecosistemas.
La agricultura sustentable es un modelo de organización social y económico basado en una
visión participativa y equitativa del desarrollo que reconoce al ambiente y los recursos
naturales como fundamentos de la actividad económica.
La agricultura es sustentable cuando es ecológicamente adecuada, económicamente viable,
socialmente justa, culturalmente apropiada y se funda en un enfoque científico holístico.
Es claro que se necesita adoptar un enfoque totalmente nuevo en el desarrollo agrícola y
rural para asegurar la autosuficiencia alimentaria, la conservación de los recursos naturales,
la equidad social y la viabilidad económica.
Un modelo sustentable tiene que reducir la dependencia de insumos externos de las granjas,
para así ayudar a los agricultores a salir de la crisis y recrear las condiciones para una
agricultura basada en un modelo de granjas pequeñas más justo, distributivo y
verdaderamente productiva.
El énfasis está en el diseño de sistemas agrícolas complejos en los cuales las interacciones
ecológicas y sinergismos entre los componentes biológicos reemplazan insumos para

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mantener los mecanismos que patrocinan la fertilidad del suelo, su productividad y la
protección del cultivo.

La Revolución Verde: algunas lecciones


Ahora que hemos visto que la producción de alimentos avanza pero el hambre se extiende
cada vez más, podemos preguntar: ¿Qué condiciones hacen que cosechas cada vez mayores
no sirvan para eliminar el hambre en el mundo?
Primero, si la tierra cultivable se compra y se vende igual que cualquier otro producto
básico y la sociedad permite que unos pocos acumulen tierras en forma ilimitada, los
establecimientos familiares desaparecen, suplantados por las super granjas, y la sociedad
entera sufre las consecuencias. Segundo, cuando los principales productores de alimentos,
que son los pequeños agricultores y los trabajadores rurales, no tienen poder de negociación
frente a los proveedores de insumos agrícolas ni a los vendedores de alimentos, obtienen
una parte demasiado pequeña de las ganancias de la producción. Tercero, cuando la
tecnología dominante destruye las bases de la producción futura al degradar el suelo y
generar problemas por plagas y maleza, mantener un buen rendimiento se vuelve cada vez
más difícil y costoso. Bajo estas tres condiciones, montañas de alimentos adicionales no
sirvieron para eliminar el hambre, tal como lo recuerda siempre la situación de América.
La alternativa es crear una agricultura viable y productiva, de pequeñas unidades de
producción donde se apliquen los principios de la agroecología.
Este es el único modelo eficaz para eliminar la pobreza rural, alimentar a todos, proteger el
ambiente y conservar la productividad de la tierra para las generaciones futuras.

CAPITULO III
PLANTAS TRANSGÉNICAS

INTRODUCCIÓN
La tecnología de transformación de plantas se ha convertido en una plataforma excelente
para conseguir la mejora de cultivos así como para llevar a cabo el estudio de la función de
los genes en las plantas. Este éxito representa la culminación de muchos años de esfuerzos
en mejorar las técnicas de cultivo de tejidos, las técnicas de transformación y la ingeniería
genética.
Los cultivos modificados genéticamente se han creado con los siguientes fines:
Aumentar la productividad de los cultivos mediante resistencia a plagas,
enfermedades, herbicidas, sequías, suelos de elevada salinidad, etc.

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Incrementar la calidad del producto mediante la mejora de su aspecto, de su
contenido nutricional o retrasando la maduración de los frutos para conseguir dilatar
el tiempo de almacenamiento
Regeneración de suelos contaminados por metales pesados con plantas transgénicas
tolerantes a concentraciones elevadas de estos elementos.
Producción de medicamentos. Se ha investigado la producción de anticuerpos
monoclonales, vacunas y otras proteínas terapéuticas en plantas transgénicas de
maíz y soja.
La obtención de plantas transgénicas es posible gracias a una característica propia de los
vegetales: la totipotencia, según la cual cualquier célula de un vegetal tiene el potencial de
regenerar una planta completa. En 1956, se descubrieron las hormonas vegetales, las
citoquininas, lo que permitió desarrollar el cultivo de tejidos vegetales in vitro. Las células
vegetales se pueden cultivar en un medio artificial y en condiciones estériles (para evitar
infecciones de patógenos) que aporte los nutrientes necesarios para las divisiones celulares
y la proliferación vegetativa. Existen tres aproximaciones para regenerar plantas completas
in vitro:
El cultivo de embriones: Aislamiento de embriones zigóticos propiciando su
crecimiento como planta en un medio artificial
La embriogénesis somática o asexual: Generación de embriones a partir de tejidos
somáticos, como microesporas o hojas
La organogénesis: Generación de órganos como tallos o raices a partir de diversos
tejidos
Dado que la manipulación genética requerida para introducir los transgenes actúa a nivel
celular, es necesario desarrollar una tecnología de cultivo de tejidos in vitro adecuada para
cada especie vegetal. De este modo, las células inicialmente transformadas regenerarán,
mediante propagación vegetativa, una planta completa donde todas las células contendrán
el transgen. Precisamente este paso es el factor limitante en la obtención de plantas
transgénicas de determinadas especies.
Sistemas de transformación de plantas
Hoy en día existen tres técnicas que permiten obtener plantas transgénicas:
Transformación de protoplastos
Transformación biolística (o bombardeo de microproyectiles)
Transformación mediante Agrobacterium
El uso de cada técnica viene condicionado por el tipo de planta, ya que no siempre se han
conseguido éxitos con los tres sistemas. Cada técnica se ha desarrollado con sistemas
modelo, es decir con especies de plantas en las que las condiciones de manipulación y
regeneración están bien establecidas, y para cada nueva especie es necesario establecer
empíricamente las condiciones más efectivas y el mejor método de transformación.
Transformación de protoplastos

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Se denominan protoplastos a las células vegetales desprovistas de pared celular. Su
obtención se lleva a cabo mediante procesos mecánicos y enzimáticos de eliminación de la
pared celular. Por ejemplo, se pueden obtener protoplastos de tabaco o petunia a partir de
hojas, mediante la retirada de la epidermis y el tratamiento con celulasas y pectinasas
(enzimas que digieren los componentes de la pared celular vegetal) en medio isotónico,
para evitar su rotura (al carecer de pared no son capaces de soportar cambios osmóticos).
Mediante este proceso se obtiene una suspensión con millones de células individuales
susceptibles de ser transformadas. Los protoplastos se mantienen en un medio de cultivo y
se adiciona el gen que se ha de transferir. Para conseguir la penetración del transgen es
necesaria la permeabilización de la membrana, que se lleva a cabo mediante distintos
procesos:
Electroporación: Consiste en aplicar al protoplasto descargas eléctricas de manera
que la membrana se despolariza y se crean diminutos poros por los que puede
penetrar el ADN
Tratamiento con polietilenglicol para desestabilizar la membrana celular
Fusión con la membrana de liposomas que contengan el ADN a transferir
Una vez incorporado el DNA, se requiere cultivar los protoplastos para permitir su división,
y en las condiciones que permitan conseguir la regeneración de la planta que ha
incorporado el transgen.
Transformación biolística
Se denomina biolística o bio-balística a la introducción de DNA en células mediante la
aceleración (disparo) de proyectiles de muy pequeño tamaño (microproyectiles).
Generalmente los microproyectiles tienen alredededor de una micra (10 -6 m) de diámetro, y
son de un material inerte (oro o tungsteno). Los microproyectiles se pueden recubrir de
DNA, y se pueden acelerar mediante pólvora, una descarga eléctrica, o utilizando gases a
presión (por ejemplo helio comprimido). De esta forma se puede introducir DNA en
prácticamente cualquier tejido de cualquier especie vegetal.
No obstante, el proceso tiene una desventaja, la falta de control sobre la integración del gen
en el genoma de la planta. Puede suceder que el transgen se rompa durante el proceso y por
tanto se integren fragmentos del ADN de partida, o que se integren demasiados transgenes
y por tanto la planta reaccione silenciandolo, es decir, impidiendo que el gen se exprese.
Transformación con Agrobacterium
El co-cultivo de células o tejidos con Agrobacterium tumefaciens es el procedimiento más
utilizado para transformar plantas dicotiledóneas. Hasta hace muy poco no era posible
emplearlo en monocotiledóneas, grupo que abarca a las gramíneas, muy importantes en la
nutrición humana, pero ya se ha conseguido con arroz y maíz.
Las bacterias del género Agrobacterium son patógenos de plantas capaces de inducir una
malformación llamada tumor de agalla. Penetran en los espacios intercelulares a traves de
pequeñas heridas presentes en la planta, atraída por sustancias que la planta excreta en sus
zonas abiertas. La formación del tumor tiene lugar por la transferencia a los nucleos de las
células infectadas de un segmento de ADN presente en un plásmido del Agrobacterium, el
T-DNA. De esta forma, la bacteria establece con la planta una especie de "colonización

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genética", obligándola a fabricar una sustancia de la que sólo se puede nutrir el
Agrobacterium y que es segregada en el tumor.
El estudio del plásmido mencionado, permitió observar la existencia de genes de virulencia
y de genes inductores de tumores. Estos últimos están flanqueados por unas secuencias de
nucleotidos características en el borde izquierdo y derecho. Mediante manipulación
genética se consiguió obtener cepas de Agrobacterium sin genes tumorales pero
manteniendo los bordes izquierdo y derecho. De esta forma, cualquier gen integrado dentro
de estos bordes será transferido a las células de la planta.
Una vez introducido el transgen en el Agrobacterium, es necesario proceder a co-cultivar
las células de la planta con la bacteria. Para ello se emplean tejidos vegetales que deben ser
heridos con el fin de activar los genes de virulencia bacterianos y así inducir la introducción
del transgén. Los tejidos vegetales empleados pueden ser de hoja, de cotiledones,
fragmentos de tallo o incluso semillas en germinación.
Este sistema es más fiable que otros ya que la transformación es más estable y sólo se
introduce una copia del transgen
Selección de transformantes
Todos los sistemas de transformación desarrollados hasta el momento requieren seleccionar
aquellas plantas que contengan el transgén introducido, eliminando el resto. El sistema más
sencillo es incorporar al transgen otro gen con resistencia a un antibiótico o a un herbicida,
de forma que, al realizar el cultivo in vitro en presencia del agente de selección (antibiótico
o herbicida), se garantiza que únicamente sobrevivirán aquellas que hayan sido
transformadas.
Este método de selección ha provocado el rechazo por parte de ciertos sectores de la
opinión con el argumento de que su uso haría proliferar la presencia en la Naturaleza de
genes de resistencia a antibióticos o herbicidas. Para evitar esta crítica en los últimos años
se han desarrollado técnicas de selección que no necesitan del uso de estos genes de
resistencia. Por ejemplo se han utilizado genes que confieren a los tejidos transformados la
capacidad de utilizar como nutrientes fuentes de carbono diferentes a las habituales. De esta
forma, si en el medio de cultivo se incluye únicamente la fuente de carbono selectiva, sólo
prosperarán aquellas células que contengan el transgen.
Ejemplos de plantas transgénicas
Las plantas transgénicas tienen en potencia múltiples aplicaciones y muchas de ellas ya
están implantadas en cultivos agrícolas. Por ejemplo, los cultivos de maiz, soja y algodón
transgénico resistentes a insectos ocupaban 50 millones de hectáreas en el 2001 (datos de la
FAO)
Algunos de los ejemplos más importantes son:
Resistencia a herbicidas
La resistencia a herbicidas se basa en la transferencia de genes de resistencia presentes en
bacterias y algunas especies vegetales como la petunia. Así se ha conseguido que plantas
como la soja sean resistentes al glifosato, a glufosinato en la colza y bromoxinil en algodón.

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La resistencia a herbicidas de estos cultivos simplifica el control de las malas hierbas para
el agricultor sin perjudicar a las plantas.
Resistencia a plagas y enfermedades
Hace varios años que se descubrió en la bacteria Bacillus thurigiensis la presencia de una
proteina que resultaba tóxica para muchos insectos, pero no para otros organismos. La
introducción del gen que codifica esta proteína en algunos cultivos aporta una serie de
ventajas muy importantes para el agricultor, consumidores y medio ambiente. Se reduce el
consumo de insecticidas para el control de plagas, se disminuye el empleo de envases
dificilmente degradables, y se aumentan las poblaciones de insectos beneficiosos.
Los casos más avanzados de plantas resistentes a enfermedades son los de resistencias a
virus en tabaco, patata, tomate, pimiento, calabacín, soja, papaya, alfalfa y albaricoquero.
Existen ensayos avanzados en campo para el control del virus del enrollado de la hoja de la
patata, mosaicos de la soja, etc.
Mejora de las propiedades nutritivas y organolépticas
El conocimiento del metabolismo de las plantas permite mejorar e introducir mejoras en sus
características, como por ejemplo en el tomate se ha logrado mejorar la textura y la
consistencia impidiendo el proceso de maduración, al incorporar un gen que inhibe la
formación de pectinasa, enzima que se activa en el curso del envejecimiento del fruto y que
produce una degradación de la pared celular y la pérdida de la consistencia del fruto.
También se han desarrollado plantas transgénicas en las que sus propiedades alimenticias
están mejoradas, como el arroz dorado de Potrikus, que aumenta la producción de
precursores de vitamina A, o las patatas transgénicas creadas por científicos hindúes, con
genes que la hacen más rica en aminoácidos esenciales
Resistencia a estrés ambiental
La productividad de muchos cultivos se ve comprometida por gran variedad de presiones
ambientales, como sequía, heladas, etc. A menudo la resistencia a las condiciones adversa
suele venir determinada por varios genes, siendo pues dificil de conseguir, por el momento,
mediante la biotecnología.
Un ejemplo de mejora de la resistencia de la planta a una condición adversa como son las
heladas se ha llevado a cabo mediante las bacterias Pseudomonas syringae y Erwinia
herbicola, cuyos hábitat naturales son las plantas. Estas bacterias son en gran parte
responsables de los daños de las heladas y el frío en muchos vegetales, al facilitar la
producción de cristales de hielo con una proteína que actúa como núcleo de cristalización.
La separación del gen implicado permite obtener colonias de estas bacterias que, una vez
inoculadas en grandes cantidades en la planta, le confieren una mayor resistencia a las bajas
temperaturas.
Otras aplicaciones
La ingeniería genética también se ha aplicado en horticultura para obtener variedades
coloreadas imposibles de obtener mediante cruzamiento o hibridación, como por ejemplo la
rosa azul obtenida a partir de la introducción de un gen de petunia responsable de la síntesis
de delfinidinas (pigmento responsable del color azul).

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Otra aplicación es la producción de plásticos biodegradables mediante plantas en las que se
les ha introducido genes codificadores del poli-b-hidroxibutirato.
Por último, tambien se han desarrollado plantas transgénicas capaces de producir vacunas
frente enfermedades como el tétanos, malaria (en plantas de banana, lechuga o mango) etc

Los riesgos ecológicos


El posible impacto en los ecosistemas cercanos es una de las mayores preocupaciones
asociadas con las plantas transgénicas.
Transgenes tienen el potencial de impacto ecológico significativo si las plantas pueden
aumentar en frecuencia y persistir en las poblaciones naturales. Estas preocupaciones son
similares a las que rodean a las razas de plantas criados convencionalmente. Varios
factores de riesgo deben ser considerados:
 Es la planta transgénica capaz de crecer fuera de un área cultivada?
 ¿Puede la planta transgénica pasar sus genes a especies silvestres locales, y son los
descendientes también fértiles?
 ¿La introducción de los transgenes confieren una ventaja selectiva a la planta o para
los híbridos en la naturaleza?
Muchas plantas domesticados pueden hibridar con la pareja y sus parientes silvestres que
se cultivan en cercanía, y lo que los genes de la planta cultivada había entonces se puede
pasar a los híbridos. Esto se aplica igualmente a las plantas transgénicas y plantas criados
convencionalmente, como en cualquier caso, hay genes favorables que pueden tener
consecuencias negativas para el ecosistema en su lanzamiento. Normalmente no es una
preocupación significativa, a pesar de los temores sobre "la vida silvestre local
supermalezas mutantes overgrowing: a pesar de las plantas híbridas están lejos de ser poco
común, en la mayoría de los casos, estos híbridos no son fértiles debido a la poliploidía, y
no se multipliquen o persistir mucho tiempo después de la original nacional la planta se
elimina del medio ambiente. Sin embargo, esto no niega la posibilidad de un impacto
negativo.
En algunos casos, el polen de una planta de interior puede recorrer muchos kilómetros en
el viento antes de otra planta de fertilizantes. Esto puede hacer que sea difícil evaluar el
daño potencial de los cruces, muchos de los híbridos pertinentes están lejos del sitio de
prueba. Entre las soluciones en estudio de esta preocupación son los sistemas diseñados
para evitar la transferencia de transgenes, como la tecnología Terminator, y la
transformación genética del cloroplasto único, para que sólo la semilla de la planta
transgénica llevaría el transgén. Con respecto a la primera, existe una cierta controversia de
que las tecnologías pueden no ser equitativas y podría obligar a la dependencia de los
productores de semillas válidas en el caso de los agricultores pobres, mientras que el
segundo no tiene esa preocupación, pero tiene limitaciones técnicas que todavía hay que
superar. Las soluciones se están desarrollando programas de investigación financiados por
la UE como Co-Extra y Transcontainer.
Hay al menos tres posibles vías de hibridación que conduce a escapar de un transgén:

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 De la hibridación con plantas no transgénicas de cultivos de la misma especie y
variedad.
 De la hibridación con plantas silvestres de la misma especie.
 La hibridación con plantas silvestres de las especies estrechamente relacionadas,
generalmente del mismo género.
Sin embargo, hay una serie de factores que deben estar presentes para los híbridos que se
creará.
 Las plantas transgénicas debe ser lo suficientemente cerca como para las especies
silvestres para el polen para llegar a las plantas silvestres.
 Las plantas silvestres y transgénicos deben flor, al mismo tiempo.
 Las plantas silvestres y transgénicos deben ser genéticamente compatibles.
Con el fin de persistir, estos descendencia híbrida:
 Debe ser viable y fértil.
 Debe llevar el transgén.
Los estudios sugieren que una posible ruta de escape para las plantas transgénicas se hará a
través de la hibridación con plantas silvestres de las especies relacionadas.
1. Se sabe que algunos cultivos se han encontrado en la hibridación con sus
contrapartes silvestres.
2. Se entiende, como parte fundamental de la genética de la población, que la
propagación de un transgén en una población silvestre estarán directamente
relacionados con el efecto de fitness del gen, además de la tasa de afluencia de los
genes de la población. Genes ventajosa se extendió rápidamente, los genes neutrales
se extenderá con la deriva genética, y los genes de desventaja sólo se extenderá si
hay un flujo constante.
3. Los efectos ecológicos de los transgenes no son conocidos, pero es generalmente
aceptado que los genes que sólo mejorar la salud en relación con los factores
abióticos que dan a las plantas híbridas ventajas suficientes para convertirse en
maleza o invasoras. Factores abióticos son parte del ecosistema que no están vivos,
como como el clima, la sal y el contenido de minerales, y temperatura. Genes de
mejorar el estado físico en relación con los factores bióticos podrían perturbar el (a
veces frágil) equilibrio de un ecosistema. Por ejemplo, una planta silvestre que
reciben un gen de resistencia a las plagas de una planta transgénica podría llegar a
ser resistentes a uno de sus plagas naturales, por ejemplo, un escarabajo. Esto
podría permitir a la planta para aumentar la frecuencia, mientras que al mismo
tiempo, los animales más arriba en la cadena alimentaria, que son al menos
parcialmente dependientes de este escarabajo como fuente de alimento, podría
disminuir en abundancia. Sin embargo, las consecuencias concretas de un transgén
con una ventaja selectiva en el medio ambiente natural son casi imposibles de
predecir de forma fiable.
También es importante hacer referencia a las acciones de exigir que el gobierno de
los países en desarrollo han estado acumulando entre las últimas décadas.
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CONCLUSIONES

De la Agricultura Orgánica
La historia nos demuestra que los sistemas donde los terrenos agrícolas están diseñados
para encajar en las inmediaciones ecológicas locales, para alimentar gentes locales, son los
más sustentables y productivos.
Tal vez la actividad de agricultura y alimentos más esperanzadora hoy es aquella que la
industria orgánica ha ignorado enormemente - un movimiento de raíces -- que
dramáticamente reduce la distancia entre los agricultores y los consumidores. Este nuevo
sistema alimenticio incluye la agricultura por subscripción o la agricultura apoyada por la
comunidad, en la cual los ciudadanos locales contratan directamente con los agricultores
para que cultiven ciertos alimentos orgánicos para ellos. El objetivo es asegurar un
suministro adecuado de semillas genéticamente naturales.
De la Revolución Verde
La revolución verde que empezó en el decenio de 1960 se considera generalmente un logro
tecnológico mundial cuyos efectos todavía se perciben hoy en día. La introducción de
variedades mejoradas, el riego y el empleo de plaguicidas y fertilizantes minerales en los
cultivos básicos, junto con las inversiones en infraestructuras institucionales y los
programas de investigación en curso, aumentaron enormemente la producción de alimentos
y la productividad.
El incremento de la productividad ha sido especialmente significativo en el cultivo del
arroz y el trigo en Asia, si bien muchos agricultores de otras regiones han conseguido
incrementar también la productividad durante los últimos tres decenios. No obstante, dado
el crecimiento demográfico constante y la reducción de la superficie disponible para
producir alimentos, sigue vigente la necesidad de tener que incrementar la productividad e
introducir los instrumentos necesarios para ello en los países más pobres expuestos a la
inseguridad alimentaria.
Desde la revolución verde hasta el momento actual, la ciencia y la tecnología han venido
ocupando una posición destacada facilitando instrumentos para incrementar la producción
de alimentos. Hoy en día, como parte del proceso continuo y constante de aprendizaje, se
está en situación de abordar además diversos factores sociales, económicos y ambientales
que afectan al proceso de producción de alimentos. La experiencia y los conocimientos
acumulados durante los últimos 30 años confirman la enorme influencia que las fuerzas del
mercado, las políticas gubernamentales y las fuerzas sociales y culturales dominantes tienen
sobre los paquetes tecnológicos. Ello debe tenerse en cuenta para que los progresos
alcanzados puedan sostenerse.
En efecto, se ha empezado ya a ampliar las investigaciones a una variedad mayor de
cultivos y animales, con inclusión de los sistemas de cultivo; a hacer hincapié en el manejo
integrado de plagas y la nutrición vegetal, y a adoptar criterios de investigación
ecorregionales con el fin de tener en cuenta las limitaciones biológicas y físicas existentes.

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La productividad de los principales cereales (trigo, arroz, maíz) aumentó con procesos
científicos aplicados a la fitogenética junto con tecnologías que permitieron aprovechar al
máximo el rendimiento de los cultivos. Además los progresos científicos se vieron
favorecidos por los beneficios comerciales de la nueva agricultura.
Para los próximos decenios se prevé que si bien la producción agrícola aumentará más
rápidamente que la población mundial, este aumento será más lento que el actual. Esta
disminución refleja algunas tendencias positivas.
En muchos países la gente come hoy todo lo que desea, por lo que ya no hace falta
aumentar la producción. Pero también refleja la triste realidad de centenares de millones de
personas que necesitan desesperadamente más alimentos pero que no pueden comprarlos a
los precios que animarían a los agricultores a producir más.
El problema radica en que la población humana crece y en la presión sobre la tierra agrícola
existente. Pero no todo son problemas, y es cierto que la revolución verde ha evitado en
grandes partes del mundo, principalmente en Asia grandes hambrunas y ha salvado la vida
a muchísima gente que no hubiera podido sobrevivir si no se hubiese dado.
Sin embargo, según la FAO, el hambre en el mundo no solo no descendió sino que aumentó
y tuvo otras consecuencias como fueron el empobrecimiento del ecosistema, y el
empobrecimiento también de los pequeños agricultores que no podían competir con
aquellos que sí disponían de la tecnología necesaria. Así mismo la revolución verde
provocó la aparición de nuevas plagas y enfermedades cada vez más resistentes a los
pesticidas y antibióticos químicos.
La revolución verde ha representado un importante logro tecnológico, y sus consecuencias
han sido duraderas.
De las Plantas Transgénicas
Las plantas transgénicas poseen un gen o genes que han sido transferidos de una especie
diferente. Aunque el ADN de otras especies puede ser integrado en un genoma de la planta
de procesos naturales, el término "plantas transgénicas" se refiere a las plantas creadas en
un laboratorio utilizando la tecnología de ADN recombinante. El objetivo es el diseño de
plantas con características específicas por la inserción artificial de genes de otras especies o
reinos a veces completamente diferentes. Véase también la genética, la lista de temas de
ingeniería genética.
Variedades que contienen genes de dos especies de plantas diferentes se crean
frecuentemente por los criadores clásicos que deliberadamente vigor la hibridación entre
especies de plantas diferentes al llevar a cabo interespecíficos o intergenéricos
cruzamientos con la intención de desarrollar la enfermedad de las variedades de cultivos
resistentes. Fitomejoradores clásica utilizar una serie de técnicas in vitro tales como la
fusión de protoplastos, rescate de embriones o la mutagénesis para generar la diversidad y
producir plantas que no existen en la naturaleza.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

www.ambienteecologico.com

www.wikipedia.com

www.monografias.com

http://www.fiagro.org.sv/archivos/0/548.pdf

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