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ORÍGENES DEL ESPAÑOL

El castellano o español deriva del latín, la lengua hablada en el imperio


romano, por eso tanto al español como al resto de las leguas europeas que se
originaron a partir del latín- portugués, gallego, catalán, francés, italiano y
rumano, principalmente- se les conoce como lenguas románicas o neolatinas.
Tras siglos de evolución fonética, morfosintáctica y léxica ese latín dialectal fue
transformándose hasta perderse y dar paso a las nuevas lenguas, entre ellas el
castellano, con un sistema fonológico y gramatical singular. Como toda lengua
el castellano desde sus orígenes no ha parado de evolucionar, enriqueciéndose
o perdiendo rasgos, debido a diversas influencias, desde el árabe en plena
Edad Media hasta el inglés en la actualidad.

UN HECHO IMPORTANTE: La llegada de distintos pueblos a la península


ibérica:

 Los Indoeuropeos, que llegaron a través de los pirineos (procedían de

la india y de medio oriente).

 Los Colonizadores, que fundado colonias a lo largo de la costa del mar

Mediterráneo (fenicios y griegos).


 El Imperio Romano.

I. LAS LENGUAS PRIMITIVAS DE LA PENÍNSULA


Esta diversidad de poblaciones conllevó a que hablaran en celta, ligur,
ibérico, vasco, etc. Y como cada pueblo desarrollo su propia lengua, la
península carecía de unidad lingüística.

Organizando estas lenguas según el criterio de su filiación o no al


indoeuropeo, tenemos dos zonas lingüista:
a) Lenguas no indoeuropeas (al sur, este y noreste de la
Península)
 El tartesio o turdetano: Los
textos descubiertos nos muestran
un sistema de representación
semisilábica. (Imag.: Signario tartésico, por Rodríguez Ramos)
 El ibérico: empleaba un sistema de escritura híbrida
(procede de la unión de distintas escrituras), posiblemente
del tartesio.
 El vasco: Única lengua que sigue desarrollándose hasta
nuestros días, su nombre en vasco es EUSKERA.

b) Lenguas de la familia indoeuropea (Centro, oeste y noroeste


de la Iberia primitiva)
 El celtibérico: Lengua tipo celta. A pesar de la más que
posible influencia de otras lenguas autóctonas pre-
indoeuropeas de la península, el idioma celtíbero conservó
la mayor parte de las
estructuras gramaticales
propias de las lenguas
celtas. (imagien: signario
Celtiberico)

 El lusitano: conocida por unas 5 inscripciones e


innumerables topónimos y teónimos hablada en
la Lusitania histórica. Según Ulrich Schmoll fue una rama
independiente dentro de las lenguas ya conocidas del
indoeuropeo occidental a la que denominó galaico-lusitano.

NOTA: A los aportes lingüísticos de los pueblos primitivos


como colonizadores, se les denomina SUSTRATO
II. LOS ROMANOS EN LA PENINSULA:
En el año 218 a. C. desembarco en Ampurias un ejército romano que
venía a combatir contra los cartagineses, en la guerra que la ciudad de
Roma sostenía contra éstos. Así comenzó una denominación que había
de durar más de seis siglos
Los romanos ocuparon la península y comenzaron a imponer a los
pueblos conquistados sus creencias, su cultura y su lengua. El latín era la
lengua de uso formal en Roma, pero en la Península se estandarizaría el
latín vulgar, que mas adelante se constituiría en una lengua madre . En
este proceso de romanización, donde se impuso que toda la gente
hablara latín, las lenguas primitivas comenzaron a extinguirse, con
excepción del vascuence. Posteriormente, la antigua Iberia se convirtió en
Hispania: una provincia romana. Y a medida que el imperio romano fue
extendiéndose, su lengua comenzó a presentar variaciones en las
regiones alejadas de la ciudad de Roma.
En este sentido , los mismos romanos fueron conscientes de la
naturaleza que iba adquiriendo el latín, que se expresó mediante dos
modalidades:
1) El sermo eruditus: el latín culto.
2) El sermo vulgaris: el latín vulgar.

NOTA: Al proceso de consolidación del castellano como lengua romance,


tras la invasión hispana, se denomina ESTRATO.
III. INVASIONES GERMÁNICAS

Las invasiones germánicas en la península ibérica (o invasiones


bárbaras) surgen en el siglo V, en el contexto de las grandes migraciones
(conocidas como invasiones bárbaras) que alteraron la distribución de los
pueblos en Europa y precipitaron el final del Imperio romano de
Occidente.

 TÉRMINO “BÁRBARO”

Los bárbaros era un término muy usado que los romanos copiaron
de los griegos. Lo usaban de manera despectiva, y no se cortaban
en usarla para menospreciar a las culturas de su contorno. Al igual
que los griegos que la usaban para llamar a persas, egipcios e
incluso en un periodo a los macedonios, escitas, celtas y demás
pueblos, el término bárbaro era una aclaración de que su cultura era
mejor en todos los aspectos.

El término también lo consagraron los romanos como ya he dicho,


para designar a sus pueblos de la periferia a su cultura. Por ello
vemos a todos los pueblos que atacaban el “limes” (limite) romano
como bárbaros, unas razas de seres incultas, salvajes y muy fieras,
o por lo menos así lo veían en su época.

El problema surgió que los romanos conocían y conquistaron a unos


cuantiosos pueblos, como el caso de los celtas. Y los pueblos que
les llevaron a replantearse si todos los bárbaros eran iguales, fueron
los germanos. Por lo que emplearon un nuevo término para este
colectivo, el cual fue “germanos”. Este término se acuñó por primera
vez en “el Atleta” Posidonio de Apamea, uno de los primeros en
difundir que el poder de los estados está ligado a su tierra y
geografía, por el simple hecho de la climatología y otros factores.
Sobre todo por la suposición de que un tratado suyo inspiró la obra
“Germania” de Tácito. Así todo el término se difundió con mayor
alcance por César como ya había dicho, al hablarnos de los
Germani Cisrhenani (a este lado del Rin), provenía de los celtas
garmanos, aludiendo a “los que gritan”, no hace falta decir que los
guerreros germanos se lanzaban con gritos estridentes.

 INVASIÓN DE PUEBLOS GERMANOS

En 411 se presentaron varias oleadas de pueblos germánicos,


denominados vándalos y suevos, además de
los alanos (étnicamente iranios), que habían sido violentamente
desposeídos de sus tierras por las invasiones hunas y que, después
de esa expulsión, habían vagado por Europa hacia occidente en
busca de nuevas tierras donde instalarse. Los alanos eran oriundos
de la región del Cáucaso, los vándalos eran de origen escandinavo;
los suevos, también germánicos, estaban emparentados con
los anglo-sajones que en ese tiempo se instalaron en Inglaterra.

Aunque los romanos reconocieron los hechos, llegando a acuerdos


para el asentamiento de estos pueblos en distintas zonas de
Hispania, los suevos fueron los únicos que logran mayor estabilidad y
se organizaron políticamente. Según Orosio, presbítero de Braga,
«rápidamente cambiaron la espada por el arado y se hicieron
amigos». Crearon un reino que abarcaba Galicia y la zona norte del
actual Portugal, con capital en Braga. El reino se expandió luego
hacia el sur del Duero.

Los visigodos, pueblo también germánico que había llegado a


un foedus (alianza o federación) con el Imperio, concertaron con éste
acabar con los invasores y reincorporar Hispania a la autoridad
romana, aunque más bien actuaron como autoridad sustitutiva de la
romana e independiente en la práctica, con una mayor intensidad de
ocupación en la zona central de la Península, a donde los visigodos
arrianos habrían llegado, expulsados de la Narbonense, por la presión
de los francos católicos.

Estos grupos de bárbaros no parecen haber sido numerosos; aunque


pudieron someter a las provincias romanas, carentes de autoridad y
orden, con gran rapidez y, después de instalados, no encontraron
grandes resistencias por parte de las poblaciones, hecho que se
relaciona con la caída del Imperio romano de Occidente. Un desastre
económico terminaría con las clases medias de las ciudades y
agravaría las condiciones de los campesinos. El fin de las conquistas
propias del periodo del Alto Imperio había dificultado la obtención
de esclavos desde la crisis del siglo III, y era en éstos en los que se
asentaba la economía romana. De esta forma, ya había comenzado el
proceso de feudalización, que convertía a las clases altas en
una aristocracia prefeudal y a las bajas, tanto si provenían de
esclavos como si provenían de hombres libres sometidos a colonato,
en una nueva clase precedente de los siervosfeudales, en una
situación de semiesclavitud.

Con las invasiones terminaron todos los sistemas organizativos


estatales aunque se mantuvo la organización eclesiástica. La mayor
parte de la población hispanorromana era cristiana.

IV. LENGUAS ROMANCES


 LA ROMANIA

Estas lenguas se hablaban y se siguen hablando en un territorio que


recibe el nombre de Romania, que cubre en su mayor parte el sur
europeo del antiguo Imperio romano. Los
términos romance y Romania proceden efectivamente del
adverbio romanice, "en romano", desde el adjetivo latino romanicus: se
consideraba que sus hablantes empleaban una lengua tomada de los
romanos, por oposición a otras lenguas presentes en los territorios del
antiguo Imperio, como el fráncico en Francia, lengua de
los francos perteneciente a la familia de las lenguas germánicas.
Pues, romanice loqui, "para hablar en romano" (eso es, el dialecto
vernáculo latin) es en contraste con latine loqui, "para hablar en latín"
(latín medieval, la version conservadora de la lengua usado en escrituras
y contextos formales o como una lengua franca), y con barbarice loqui,
"para hablar en bárbaro" (las lenguas no latinas de los pueblos de los
lugares externos del Imperio Romano)

El primer escrito en que se encuentra el término romano, de una manera


u otra, se remonta al sínodo de Tours del año 813. Es a partir de ese
sínodo cuando se considera que la primera lengua vulgar se separa del
latín, y se designa en efecto como una lengua aparte. Se trata de una
forma de protofrancés que recibe el nombre de romana lingua o román.
No obstante, en los Cartularios de Valpuesta, hay un texto anterior que
data del año 804, y está escrito en un latín muy romanizado.

La evolución del latín vulgar hacia las lenguas románicas se


fecha, grosso modo, de la siguiente manera:

I. Entre el 200 a. C. y el 400 aproximadamente: diferentes formas de


latín vulgar.
II. Entre el 500 y 600: estas formas comienzan a distinguirse entre sí.
III. A partir del 800: se reconoce la existencia de las lenguas romances.

 CARACTERÍSTICAS

Aunque las lenguas romances representan evoluciones divergentes del


latín, sus rasgos comunes de hecho se deben prácticamente siempre al
resultado de retener algún aspecto lingüístico que ya estaba en latín, y
en muchos menos casos al efecto de la influencia común de otra lengua
sobre varias lenguas románicas. Las características principales
presentes en todas las lenguas románicas son las siguientes:

 Las lenguas romances son todas lenguas fusionantes.


 El alineamiento morfosintáctico dominante de estas lenguas es de
tipo nominativo-acusativo.
 El orden básico parece ser SVO, tienen preposición y los
determinantes generalmente preceden al sustantivo (aunque en
rumano el artículo se pospone).
 Presencia de un
sistema de flexión
verbal con numerosas
formas y lleno de
irregularidades. El
verbo incluye las
categorías
de persona,

número, tiempo y modo gramatical, variando en general la forma


flexiva de acuerdo a qué valores de dicha categoría está expresando
la forma verbal conjugada.
 Presencia de al menos dos posibilidades para el género
gramatical (masculino / femenino), dos posibilidades para el número
gramatical (singular / plural).
 Presencia de concordancias gramaticales de género entre
el sustantivo y el adjetivo, y entre el número del sujeto y el número
expresado en el verbo.
 Presencia de artículos desarrollados a partir de demostrativos del
latín.
IV. INVASIÓN ÁRABE

La conquista del reino visigodo por dirigentes musulmanes del Califato


Omeya fue un proceso largo, que duró quince años, del 711 al 726, en el que
se llegó a tomar la península ibérica y parte del sur de la actual Francia; si
bien lo que era el territorio peninsular del reino estaba ya conquistado en
el 720, tras diez años del inicio de la conquista. Un poco antes de acabar la
conquista del reino visigodo en su parte nororiental, los conquistadores fueron
echados de la costa y las montañas de la actual Asturias. Aunque el proceso
en total ocupó todo ese tiempo, la cronología no es exacta en cuanto a los
años y las fechas, sino solo aproximada, pues las fuentes difieren entre sí.

 CONTEXTO

Las primeras conquistas musulmanas nos hace ver que solo la


conquista del actual Magreb fue más costosa (30 años), pues en otros
puntos la acción de los conquistadores musulmanes fue más rápida
que en la península: seis años para dominar toda la península
arábiga (628 al 634); cuatro años Siria (634 al 638); cinco
años Egipto (638 al 643); un año Tripolitania y Cirenaica, Libia (644);
seis Mesopotamia (636 a 642) y ocho años Persia (642 al 650).

Lo largo de este proceso de conquista del reino visigodo, que requirió


numerosas campañas, constantes refuerzos militares y pactos con
núcleos resistentes, se debe a varios motivos: lo escaso de las
fuerzas musulmanas que lo conquistaron, los constantes
levantamientos entre los visigodos, la difícil orografía del territorio y la
fuerte base de asentamiento social del anterior reino visigodo.

Sin embargo, la gran centralización política del reino, la inseguridad


causada por bandas de esclavos fugitivos, el empobrecimiento de la
hacienda real (especialmente durante el reinado de Witiza) y la
pérdida de poder del rey frente a los nobles fueron elementos que
facilitaron la acción de los conquistadores, así como el uso de la
densa red de calzadas romanas, que aún existían y facilitaban los
desplazamientos de su ejército.

Pero el factor quizás más importante para la caída visigoda fue la


grave crisis demográfica del reino, que en los últimos veinticinco años
había perdido más de un tercio de su población. Esto fue debido a las
epidemias de peste y los años de sequía y hambre de finales del siglo
VII, especialmente durante el reinado de Ervigio, y que se repitieron
también con gran dureza bajo el de Witiza, el antecesor de Rodrigo.

Además, existía una fractura política importante entre dos grandes


clanes político-familiares godos en su lucha por el trono, y que llevaba
varios decenios dividiendo políticamente el reino y generando
constantes problemas. De una parte estaba el clan gentilicio
de Wamba-Égica, al que perteneció o al que estaba vinculado Witiza,
y de otra el clan de Chindasvinto-Recesvinto, al que pertenecía
Rodrigo. Los conquistadores musulmanes también contaron con el
apoyo de parte de la población judía, muy numerosa en la Bética, en
la Galia Narbonense y en toda la cuenca mediterránea. Estaba
presente principalmente en los centros urbanos, destacando, entre
otras, las comunidades
de Narbona, Tarragona, Sagunto, Elche, Lucena, Elvira, Córdoba, Mé
rida, Zaragoza, Sevilla, Málaga y de la capital, Toledo.

La ayuda que los judíos prestaron a los conquistadores se debió a


que aquellos, en su mayoría conversos forzados pero fingidos, eran
reiteradamente hostigados por la legislación visigoda (con algunas
excepciones, como bajo los reyes Witerico y Suintila, y contra el
criterio de obispos como el cartagenero San Isidoro, obispo de Sevilla,
que los defendía). Y sabían, por lo que había ocurrido en el norte de
África, que mejoraría su situación al recibir de los gobernantes
musulmanes el mismo estatus que la población cristiana.

Pero además de los judíos étnicamente puros de la diáspora, en el


norte de África había bereberes que profesaban el judaísmo por
proselitismo y mestizaje, muchos de los cuales dieron apoyo a los
musulmanes en su conquista y se unieron a ellos (como muchos
bereberes cristianos) por lazos de clientela. Verdad o pretexto, esta
acusación de traición fue la utilizada contra ellos.

Finalmente, las divisiones dinásticas internas entre los nobles


visigodos sobre la sucesión de Witiza facilitaron aún más el desarrollo
de la conquista.

Una última precisión, previa al relato de los acontecimientos, es que el


reino visigodo tan solo cubría el territorio peninsular y
la Septimania en el sur de Francia. Baleares estaban bajo soberanía
bizantina y quedó excluida del proceso musulmán de conquista.
Siguieron bajo control bizantino algunos años más, para pasar
después a depender, al menos nominalmente, del reino franco (798),
por propia petición, para que los defendiera de los ataques
musulmanes. Estos ataques continuaron y hubo varios tratados de
paz, poco respetados, y cierta sumisión política, hasta la conquista
por el Emirato de Córdoba entre los años 902 (Ibiza y Mallorca)
y 903 (Menorca).
V. HERENCIA CULTURAL Y LINGÜÍSTICA ÁRABE

Es importante destacar que el proceso de conquista no solo tuvo


consecuencias políticas y económicas, sino que existió un fuerte impacto
cultural y lingüístico. Diversas tecnologías fueron llevadas a la península a
través de los musulmanes, además parte del pensamiento griego había
sido asimilado por los musulmanes en Mesopotamia (de pensadores y
traductores árabes cristianos) y lo reintrodujeron en Europa.

Aunque también hubo asimilaciones de la cultura y técnicas visigodas,


como de la arquitectura visigoda, y muy especialmente el arco de
herradura visigodo, que luego ellos fueron modificando con el tiempo. Y
muchos escritos visigodos que recopilaban saberes romanos y griegos
también fueron traducidos y tomados en cuenta.

La presencia de poblaciones musulmanas, iniciaron en el terreno


lingüístico la progresiva, aunque lenta, arabización del Al-Ándalus.

Además de la toponimia y la influencia sobre el romance mozárabe, todas


las lenguas romances de la península tomaron numerosos préstamos
léxicos del árabe andalusí. Se calcula que en el español, el componente
léxico árabe es el componente más numeroso tras el léxico de origen
latino, siendo unas 4000 las formas léxicas (arabismos) usadas todavía
en español moderno (almohada, algarabía...), muchas de ellas
relacionadas con la agricultura (acequia, aljibe, algodón, alcohol) la guerra
(adarga, alfanje, alfoz) el comercio (almádena, arroba, azumbre) y las
matemáticas (algoritmo, álgebra) que tiene su origen en esta etapa y que
se han ido consolidando a través de una evolución hasta nuestros días.

Más notoria aún es la influencia árabe en la toponimia de la península


ibérica, e incluso en los apellidos antroponímicos derivados de topónimos
musulmanes (Aznar, Alcázar, Alcolea, Alcántara, Alcocebre, Benicásim,
Benalmadena,...)
VI. ARTE HISPANOMUSULMÁN

En la época del arte califal la principal obra conservada es la Mezquita de


Córdoba, en el arte taifa el Palacio de la Aljafería de Zaragoza, en el arte
almohade la Giralda de Sevilla y en el arte nazarí la Alhambra de
Granada.

Muy vinculados al arte andalusí están dos peculiares estilos artísticos de


la Edad Media española: el arte mozárabe (el de los cristianos bajo
dominio musulmán, o emigrados desde al-Ándalus a los reinos cristianos
del norte, donde influyeron de forma notable en el pre-románicolocal) y
el arte mudéjar (el de los musulmanes bajo dominio cristiano, muchos de
ellos especializados en artesanías de la construcción -albañiles,
carpinteros, estuquistas-, que caracterizó estilos híbridos
denominados románico-mudéjar y gótico-mudéjar, y dejó una gran
influencia en estilos de transición al renacimiento español -
hispanoflamenco, plateresco, isabelino o "estilo Reyes Católicos" y "estilo
Cisneros"-).

La invasión árabe del reino visigodo (711) significó, en el ámbito artístico y


cultural, un cambio de orientación de los modelos, pero también
un sincretismo del que la civilización árabe es característica;
destacadamente, la reutilización de elementos de iglesias visigodas que
se transformaron en mezquitas, lo que implicó la adopción y
transformación del arco de herradura.

Hasta 1492, en que desaparece


el reino nazarí de Granada, en
al-Ándalus se mantuvieron unas
condiciones culturales peculiares
que le diferenciaron tanto del
Islam oriental como del arte
europeo. Pero, al mismo tiempo,
esta singularidad geográfica y
cultural constituyó uno de los factores que repercutieron decisivamente en
el despertar de Europa tras los siglos de desunión y letargo que siguieron
a la caída del Imperio Romano de Occidente y las invasiones bárbaras.

La conquista árabe no supuso la extinción de las


comunidades cristianas y judías. Unos huyeron al norte, donde formaron
un reducto de oposición al nuevo poder instituido en Córdoba y, con el
tiempo, constituirían el germen de la posteriormente llamada Reconquista;
otros, los cristianos que permanecieron en territorio musulmán, pasaron a
ser conocidos con el apelativo de mozárabes. Tanto esta minoría como la
judía gozaron de la protección estatal, conformando comunidades
numerosas en grandes ciudades como Mérida, Toledo, Valencia,
Córdoba, Sevilla, Granada, Almería, Málaga, etc.

VII. ORIGENES DEL CASTELLANO


El Español también se llama castellano, por ser el nombre de la
comunidad lingüística que hablo esta modalidad románica en tiempos
medievales: Castilla.

Existe alguna polémica en torno a la denominación del idioma; el término


español es relativamente reciente y no es admitido por los muchos
hablantes bilingües del Estado Español, pues entienden que español
incluye los términos valenciano, gallego, catalán y vasco, idiomas a su
vez de consideración oficial dentro del territorio de sus comunidades
autónomas respectivas. Por el contrario, en los países hispanoamericanos
se ha conservado esta denominación y no plantean dificultad especial a
la hora de entender como sinónimos los términos castellano y español.

Pero volviendo a sus orígenes, la primera noticia se tiene de la existencia


de un dialecto castellano corresponde al siglo X. era al principio solo un
dialecto que se hablaba en unos valles al nordeste de Burgos, lindantes
con la región cantábrica y vasca.
¿Cómo creció desde su humilde cuna hasta llegar a ser una de las grandes lenguas
del mundo? La situación de aquella primera Castilla, tierra de fortalezas,
línea defensiva de los reyes León, expuesta constantemente al peligro
enemigo moro, constituida por gentes que no se sentía ligadas a una
tradición romano-visogoda, dio a los castellanos un espíritu
revolucionario, que se reflejó en su política, costumbres y lenguajes.

Mientras el romance de otras regiones pesaba una fuerte romanización,


en el castellano, que nacía en una tierra agreste y malamente
comunicada, no se sentía ligada a ninguna regla ni tradición que
perjudicara su evolución. Esta es la explicación de sus innovadoras
características frente a otros dilectos.
A medida que Castilla aumentaba su poder político y la reconquista
avanzaba, el castellano se enriqueció con numerosos vocablos. Esto
debió ocurrir sobre todo con el mozárabe, vía de penetración del
ingrediente de originalidad del castellano frente a los idiomas románicos
de fuera: el arabismo.
La presencia en la península de los musulmanes durante más de ocho
siglos había de dejar necesariamente la huella de su lengua.

VIII. PRIMERAS MANIFESTACIONES LITERARIAS:

a) Lírica Primitiva:

 Las Jarchas:

Una jarcha es una composición lírica popular de la Hispania


musulmana, que constituía la parte final de la moaxaja, de la que
existen ejemplos desde el siglo X-XI. Las jarchas están compuestas
en dialecto hispanoárabe coloquial, o en la lengua romance que
utilizaban los andalusíes, impropiamente llamada mozárabe. Fueron
escritas por poetas cultos árabes y judíos que tomaban como
modelo la lírica románica tradicional. Pudieron recogerlas del folclore
popular, o bien adaptarlas a sus necesidades métricas (pues debían
integrarse en la moaxaja) o bien componerlas de nueva creación, a
partir de moldes tradicionales. Su importancia radica en que son el
documento más antiguo que se conoce de poesía en lengua
romance.

La moaxaja es un tipo de poema culto que tuvo su momento de


esplendor en Al-Ándalus entre los siglos IX y XII. Los árabes habían
traído consigo un modelo lírico del siglo IV, la qasida, que constaba
de largos versos emparejados monorrimos adecuados para la
trasmisión oral por el maestro. Es el tipo de verso en que está escrito
el Corán. La moaxaja está escrita en versos cortos, debido a
influencias de la lírica popular, pero con temas y estructuras muy
complejas. Aparece en la península y se le cree fruto de la mezcla
de culturas existente derivada de la estrecha convivencia de culturas
en la Hispania musulmana de la época de taifas, (árabe-hebreo-
cristiano). Los propios árabes se referían a veces a las moaxajas
como "cancioncillas al estilo de los cristianos". Fueron descubiertas y
traducidas por primera vez en el año 1948 por el hebraísta Samuel
Miklos Stern. Sucesivas interpretaciones por distintos expertos a lo
largo de los años siguientes nos entregan los textos disponibles hoy
en día. Dada la ambigüedad de las lenguas semíticas, éstas se
prestan a múltiples interpretaciones, las jarchas siguen
constituyendo un motivo para el debate y la investigación
especializada. Las jarchas se imbrican en la moaxaja como un
estribillo de escasos versos en lengua romance, hebreo o árabe
vulgar al final de las moaxaja. Otra manifestación poética de
características similares, el zéjel, se diferencia por dispersar los
versos por todo el poema.

 Las Cántigas:

La cantiga es el género típico de la poesía medieval


gallegoportuguesa (siglos XII-XIV).
Las cantigas son poesías cantadas, cuya letra y música venía
compuesta por trovadores. El que tocaba y cantaba estas poesías
era el juglar, que a veces también era trovador.

Las cantigas gallegoportuguesas están recogidas en los llamados


cancioneros que reunían gran número de trovas. Se conocen tres
cancioneros: el Cancionero de Ayuda, el Cancionero de la Biblioteca
Nacional de Lisboa y el Cancionero de la Vaticana.

La cantiga más antigua que se conoce es la "Cantiga da Ribeiriña",


también llamada "Cantiga da Garvaia", compuesta por Paio Soares
de Taveirós probablemente en el año 1189 (o 1198, existen dudas
en la datación).

Actualmente se considera una composición en verso a la que se le


pone música para ser cantada. Es propia de la música tradicional de
Galicia y también se las conoce como coplas.

b) Los Derivados Castellanos:

 El Villancico:

Un villancico es una composición musical, y la forma poética


asociada, tradicional de España, Latinoamérica y Portugal, país en el
que se denomina vilancete (villancet en catalán). Estas piezas fueron
populares entre los siglos XV y XVIII. Los villancicos eran
originariamente canciones profanas con estribillo, de origen popular
y armonizadas a varias voces. Posteriormente comenzaron a
cantarse en las iglesias y a asociarse específicamente con la
Navidad. Compositores notables de villancicos fueron entre otros
Juan del Enzina, Pedro de Escobar, Francisco Guerrero, Gaspar
Fernandes y Juan Gutiérrez de Padilla.

Actualmente, tras el declive de la antigua forma del villancico, el


término pasó a denominar simplemente una canción cuya letra hace
referencia a la Navidad y que se canta tradicionalmente en
diciembre.

 La Serranilla:

Composición lírico-narrativa en verso de arte menor típicamente


castellana que canta el encuentro amoroso con una mujer de la
sierra o serrana. Su equivalente en la literatura provenzal sería una
pastorela, si bien en este caso el personaje femenino es una
pastora. Poesía rustica amorosa en metros cortos. lirica popular Las
serranas eran personajes de existencia casi legendaria y habitaban
en escondidos puertos o pasos de montaña. Eran de una gran
rusticidad de costumbres y de una tal simplicidad moral que
escandalizaban a personajes más cultivados que, extraviados por la
dureza del camino y el clima hostil, se veían obligados a pedirles
albergue, por lo cual ellas pedían una especie de peaje, bien sexual,
bien en forma de algún regalo. A algunas, incluso, se les atribuían
crímenes o desapariciones de viajeros. Ése es el origen de la
leyenda de La Serrana de la Vera, quien, al parecer, embriagaba a
los viajeros, les hacía el amor y cuando se desmayaban de sueño,
los degollaba y guardaba sus huesos en su cueva. Este argumento
dio origen a no pocos romances y piezas teatrales del Siglo de Oro.

IX. OFICIALIZACIÓN DEL CASTELLANO:

El siglo XIII fue la época en que se dieron los primeros pasos


encaminados a la transformación del castellano en una lengua estándar.
En esa transformación tuvo un papel fundamental la iniciativa regia, pero
no todos los reyes castellano-leoneses de ese siglo, Fernando III (1217-
1252), Alfonso X (1252-1284) y Sancho IV (1284-1295), impulsaron el
proceso en la misma medida: entre los tres sobresale a distancia el rey
Sabio por haber institucionalizado el uso del castellano y haber
promovido la creación de una serie de producciones textuales sin
parangón en su tiempo.
La constitución de una lengua estándar es un proceso plurisecular en
que la intervención consciente sobre la lengua persigue la creación de
un producto escrito, altamente codificado en todos sus niveles, al
servicio de funciones sociales desarrolladas por parte de la comunidad
lingüística en que esa lengua se emplea. Las lenguas nacionales
europeas han experimentado todas ellas procesos de estandarización,
que suelen atravesar etapas parecidas. Un proceso de estas
características siempre se desarrolla en tres frentes, en los que se
deben cumplir ciertos requisitos: en primer lugar, la selección de la
variedad lingüística que será la base de la lengua estándar; en segundo
término, la capacitación de esa variedad seleccionada, esto es, su
utilización en todos los ámbitos funcionales posibles y que sean de
interés social en la comunidad lingüística dada; en tercer lugar, la
codificación o fijación de los empleos lingüísticos de esa variedad. Si
siempre se ha resaltado la importancia del rey Sabio en el proceso de
«normalización» del castellano escrito, es porque durante el reinado de
Alfonso X se avanzó considerablemente en esos tres frentes y se
cumplieron así las condiciones iniciales para que se pusiera en marcha
la larga transformación del castellano en lengua estándar, andadura que
todavía necesitó recorrer varios siglos para alcanzar su meta.

Obras escritas Poema de Mío Cid (1er poema épico que llegó de forma
escrita) Alfonso X El sabio – traduce al castellano obras científicas
organizó centros culturales Antonio de Nebrija: 1492- crea la 1ra
Gramática de la Lengua Castellana. También fue la 1ra gramática de
alguna lengua romance. 1713 – Fundación de la RAE por iniciativa de
Juan Manuel Fernández Pacheco. Matrimonio de los Reyes Fernando II
de Aragón e Isabel de Castilla, unen sus reinos.
El castellano es, según la Constitución de 1978, la única lengua
española
oficial del Estado en el conjunto del territorio español. Sin embargo, en
algunas Comunidades Autónomas, hay también otra lengua española
con carácter oficial, o más bien cooficial con el castellano.
Según los «estatutos de autonomía», cuatro lenguas tienen reconocido
un estatus de cooficialidad: el euskera, en la Comunidad Autónoma del
País.

X. El español de hoy
a) Español Clásico. S. (XVI-XVII)
 Los rasgos lingüísticos más destacados del español son los
siguientes.
 Aspiración y pérdida de la F – inicial: Fierro >hierro>○ierro.
- Simplificación de sonidos: b/v >/b/; s/ss>/s/; grafía “x” para
el sonido/.
 Incorporación del cultismos, italianismos e indigenismos
americanos.
b) Español Moderno. S. (XVIII – XIX)

 Crece la preocupación por las normas y reglas.

 Se enriquece el idioma con galicismos o con nuevos términos de


formación culta: modista, galante, sofá, neceser, etc.

 El cultivo de las ciencias introdujo nuevo vocabulario: mecánico,


termómetro, vacuna.

 Términos relacionado con el pensamiento (tolerancia, filantropía,


fanatismo), los sentimientos (tedio, sensibilidad)

 Jergas: Chaval, parné, endiñar.

c) El Español Actual

 Sistema vocálico simple de cinco vocales.

 Sistema ortográfico bastante sencillo y sobretodo, bastante fiel a la


pronunciación.

 Dispone dos formas de tratamiento: Tú y usted.

 Presenta una morfología verbal y pronominal muy compleja.

 Es influido por otras lenguas, especialmente por el inglés.

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