La televisión, los celulares y los computadores son parte de nuestra vida
cotidiana y pueden ser una fuente de conocimiento y aprendizaje, estos aparatos pueden tener un lugar en la vida de los niños como cualquier otra actividad de ocio (jugar, saltar, correr, leer, escuchar música, etc.) pero no deben sustituir estas actividades.
La televisión puede ser un recurso fácil a la hora de lograr mantener a
tranquilos a los niños, incluso estamos acostumbrados a tener el televisor encendido como “compañía” o porque el menor esta aburrido, pero la televisión puede traer muchos problemas a la vida de nuestros hijos, entre ellos, trastornos del sueño, por ejemplo, insomnio, pesadillas. Permite además que los niños puedan aprender cosas inadecuadas de la televisión y los juegos de video. Los niños no saben diferenciar los contenidos que pueden ser “buenos” y los que no lo son, pueden tener dificultades para diferenciar entre la ficción presentada en la televisión y la realidad. Cuando ven televisión los niños están también bajo la influencia de los comerciales, algunos de los cuales anuncian bebidas alcohólicas, comida chatarra, juguetes que pueden no ser adecuados para ellos, etc.
Existen estudios que avalan una relación entre la presencia de violencia en
los medios de comunicación y la conducta agresiva de algunos niños. Al estar el niño constantemente expuesto a escenas de violencia puede generar en él la naturalización y la aceptación de ésta.
Paulina Núñez Soto
Psicóloga Reg. Profesional 98578 Entonces es importante:
- En primer lugar la elección de programas en relación con la edad del niño,
los padres deben conocer siempre los contenidos de los programas a los que están expuestos sus hijos. - Procurar que siempre un adulto vea la televisión con ellos, ver la televisión en familia nos permitirá compartir opiniones y orientar a nuestros hijos. - Evitar programas saturados de violencia y agresividad. - Diferenciar la realidad de la ficción. - Frente a la televisión los niños se limitan a escuchar de forma pasiva, sin participar ni discutir, actitud que se va trasladando a otras actividades de su vida, por eso se deben promover actividades que fomenten la participación activa de los niños. - Ver menos televisión es el primer paso en el camino correcto. En general se recomienda no ver más de una hora al día durante en la semana, y entre dos y tres los fines de semana. - Es importante predicar con el ejemplo y no estar constantemente pendientes de aparatos electrónicos cuando estemos con nuestros hijos. - Nunca utilizar la televisión como premio o castigo; ni tampoco comer con la televisión encendida.