Professional Documents
Culture Documents
Por otra parte en los microporos del suelo queda retenida el agua por
fuerzas capilares.
Para el agua del suelo la capilaridad es una propiedad que le confiere la
capacidad de subir por los tubos capilares (<1mm). Depende de su tensión
superficial la cual, a su vez, está regulada por las fuerzas de adhesión y ls
fuerzas de cohesión.
Las moléculas de agua son atraídas por los lados del tubo de vidrio
(adhesión) y comienzan a extenderse a lo largo de las paredes. Al mismo
tiempo, las moléculas del agua se atraen entresí (cohesión) con una fuerza
mayor que la que las une al aire manteniéndose por tanto juntas y creando
una tensión superficial que curva la superficie formando un menisco en la
interfase agua-aire. Como resultado de la adhesión de las moléculas del
agua con las paredes del tubo la presión es más baja debajo del menisco
(P2 en la figura) que por encima (P1) lo que permite que el agua libre (P1)
suba por el tubo hasta que el peso de la columna de agua llegue a
compensar el déficit de presión (P2=P1).
Como es lógico, cuanto más pequeño es el diámetro del tubo capilar
mayor será la presión capilar y la altura alcanzada. La altura alcanzada por
el agua en el tubo es inversamente proporcional al diámetro del tubo.
Potencial osmótico es debido a las sales y por tanto sólo es importante
para los suelos salinos. Cuando se ponen en contacto dos líquidos de
diferente concentración la disolución más concentrada atrae al agua para
diluirse. Sólo es importante en el caso de suelos salinos.
1.3 Métodos de medida de humedades y potenciales
Para medir la humedad del suelo se efectúa por el método de la perdida de
peso de una muestra húmeda tras eliminar el agua en estufa a 105ºC (se
van efectuando sucesivas pesadas tras periodos de calentamientos hasta
obtener valores constantes).
H= [(Ph-Ps)/Ps] x 100
donde, H = humedad; Ph = peso del suelo húmedo; Ps = peso del suelo
seco.
La cantidad de agua que tiene el suelo debe expresarse en función de la
fuerza a que es retenida, ya que su comportamiento va a ser muy distinto
dependiendo de las fuerzas de retención a que se encuentre sometida.
Efectivamente si la mayor parte del agua está debilmente retenida esta se
podrá mover y será asimilable para las plantas, mientras que si toda el
agua está fuertemente retenida, carecerá de movilidad y será un agua inútil
para las plantas.
Para medir el potencial de succión existen varios métodos para utilizar en
el campo o en el laboratorio.
a) Métodos de campo. El más sencillo es el método del tensiómetro.
Consiste en introducir en el suelo una bujía (porosa en su parte inferior,
generalmente cerámica) llena de agua. La bujía tras rellenerla de agua se
cierra herméticamente y lleva acoplada un manómetro. Al succionar el
suelo parte del agua de la bujía a través de su pared porosa se produce en
ella un vacío que se mide en el manómetro. Más que medir potenciales de
succión refleja sus variaciones y sirve para controlar in situ la cantidad de
agua retenida por el suelo y por tanto es un método útil para el control de
riego.
a) Métodos de laboratorio. El más universal es el método la placa de
presión o membrana de Richards.
Se somete a unas muestras de suelo saturadas de agua a una serie de
presiones en una olla metálica conectada a un compresor de aire. Cuando
se iguala la presión suministrada a la fuerza de succión del agua en la
muestra, el agua sale del suelo. Las muestras de suelo se van sometiendo
durante un tiempo suficiente a presiones determinadas hasta alcanzar el
equilibrio, se sacan de la prensa y se pesan inmediatamente, luego se secan
en estufa a 105º y se pesan hasta peso constante; la diferencia de peso da la
humedad a esa presión.
Las medidas de fuerzas de retención del agua del suelo llegan hasta 16.000
gr/cm2. Para simplificar los datos se utilizan unidades de pF que
representan los valores de los logaritmos decimales de las fuerzas de
succión medidas en gr/cm2 (una fuerza de 1000gr/cm2 equivale a un pF de
3). A veces las medidas se expresan en atmósferas. Para una mejor
interpretación, las medidas de humedad del suelo se acompañan de las
fuerzas de retención correspondientes, por ejemplo, 35% de humedad a un
pF de 2,5 y un 20% a un pF de 4,2.
El estudio de la humedad de un suelo es mucho más completo si
calculamos la curva característica que relaciona gráficamente los valores
de humedades y las fuerzas de retención correspondientes.
Pero esta curva no es unívoca. Para una misma muestra de suelo la curva
obtenida no es la misma en una muestra húmeda que se va desecando
(desorción) con respecto a la que se obtiene si se parte de la muestra seca y
la vamos humedeciendo (sorción). Este distinto comportamiento del suelo
según se encuentre en un periodo de desecación o de humectación en
relación con la fuerza con la que el agua está retenida, es el fenómeno de
histéresis. Para un determinado contenido de humedad, cuando vamos
desecando un suelo se necesita aplicar un pF mayor que cuando este se va
humedeciendo. Por norma internacional las medidas de humedad y
retenciones se calculan siempre desecando las muestras de suelo,
previamente humedecidas.
1.4 Tipos de agua en el suelo
Aunque el agua en el suelo constituye un medio continuo, desde el punto
de vista didáctico muchos autores admiten una serie de términos para el
estudio del agua del suelo.
1.4.1 Desde el punto de vista físico
Agua higroscópica. Absorbida directamente de la humedad
atmosférica, forma una fina película de alrededor de 15 a 20 moléculas
que recubre a las partículas del suelo por fuerzas de adsorción. No está
sometida a movimiento, no es asimilable por las plantas (no absorbible).
Está fuertemente retenida a fuerzas superiores a 31 atmósferas, que
equivale a pF de 4,5.
Agua capilar. Contenida en los tubos capilares del suelo. Es retenida
en el suelo debida a la tensión superficial del agua. Dentro de ella
distinguimos el agua capilar absorbible y la no absorbible.
i) Agua capilar no absorbible. Se introduce en los tubos capilares más
pequeños <0,2 micras. Está muy fuertemente retenida y no es absorbible
por las plantas; la fuerza de succión es de 31-15 atmósferas, que
corresponde a pF de 4,5 a 4,2.
ii) Agua capilar absorbible. Es la que se encuentra en tubos capilares de
0.2-8 micras. Es un agua absorbible por las plantas. Es un agua útil para la
vegetación, constituye la reserva durante los períodos secos. Está
fuertemente absorbida; la fuerza de retención varia entre 15 a 1 atmósfera
y se extrae a pF de 4.2 a 3.
Agua gravitacional. No está retenida en el suelo. Se habla de agua
gravitacional de flujo lento y agua gravitacional de flujo rápido en función
de su velocidad de circulación.
.
De flujo lento. La que circula por poros comprendidos entre 8 y 30
micras de diámetro, se admite que está retenida a un pF que varia desde 3
a un valor que varia entre 1,8 y 2,5. Tarda de 10 a 30 días en atravesar el
suelo y en esos días es utilizable por las plantas.
De flujo rápido. La que circula por poros mayores de 30 micras. Es un
agua que no queda retenida en el suelo y es eliminada al subsuelo,
pudiendo alcanzar el nivel freático. Es un agua inútil, ya que cuando está
presente en el suelo los poros se encuentran totalmente saturados de agua,
el medio es asfixiante y las raíces de las plantas no la pueden tomar.
1.4.2 Desde el punto de vista agronómico
Capacidad máxima. Momento en el que todos los poros están
saturados de agua. No existe fase gaseosa. La porosidad total del suelo es
igual al volumen total de agua en el suelo.
Capacidad de retención. Cantidad máxima de agua que el suelo puede
retener. Representa el almacenaje de agua del suelo. Se produce días
después de las precipitaciones atmosféricas cuando el agua gravitacional
abandona el suelo; no obstante, durante ese período se producen pérdidas
por evaporación, absorción de las plantas, etc. Por ello es muy difícil de
medir. Hay una medida equivalente que se realiza en el laboratorio a un
pF=3. Corresponde al agua higroscópica más la capilar, es decir el agua
que ocupa los poros <8 micras.
Capacidad de campo. Surge este término para paliar la dificultad de
medida de la capacidad de retención. Representa un concepto más
practico, que trata de reflejar la cantidad de agua que puede tener un suelo
cuando se pierde el agua gravitacional de flujo rápido, después de pasados
unos dos dias de las lluvias (se habrá perdido algo de agua por
evaporación). La fuerza de retención del agua variará para cada suelo, pero
se admite generalmente una fuerza de succión de 1/3 de atmósfera o
pF=2,5 y corresponde a poros <30 micras (para algunos suelos el pF de 1,8
es más representativo).
Punto de marchitamiento. Representa cuando el suelo se deseca a un
nivel tal que el agua que queda está retenida con una fuerza de succión
mayor que las de absorción de las raíces de las plantas. Es el agua que
queda a una presión de 15 atmósferas o pF=4,2. El agua contenida
corresponde al agua higroscópica más el agua capilar no absorbible.
En la figura te muestro los tipos de aguas presentes en un suelo al irse
desecando progresivamente.
En la siguiente figura puedes ver las relaciones entre el espacio poroso
ocupado por el agua y el correspondiente al aire en cada uno de estos
estados.
Agua útil. Es el agua de gravedad de flujo lento más la capilar
absorbible. Representa el agua en capacidad de campo menos la que hay
en el punto de marchitamiento.
En la siguiente figura te reproduzco los valores típicos para suelos con
distintas granulometrías. En ella destacan hechos muy interesantes.
Suelos arenosos, muy baja capacidad de campo, pero comparativamente el
agua útil frente a la almacenada en el punto de marchitamiento.
Suelos arcillosos, muy alta capacidad de campo, pero con gran cantidad de
agua inútil en punto de marchitamiento.
Suelos de granulometrías equilibradas, buenas características al
compensarse los efectos de las arenas y de las arcillas.
Esta figura con los valores de humedad característicos para dos texturas de
suelo extremas (arcillosa y arenosa) te van a aclarar mejor la idea que te
quiero transmitir.
Los silicatos y los óxidos del hierro y el aluminio se descomponen con mucha
lentitud y apenas se lixivian*. Cuando algunos de estos productos se ponen en
contacto con el aire del suelo, tienen lugar reacciones químicas como, en partícular
la oxidación, que provoca la formación de sustancias químicas más solubles o más
frágiles que las originales. En consecuencia, se aceleran los procesos de
meteorización, aumenta la lixiviación* de las sustancias químicas y se producen
otros cambios en la composición química del suelo.
Los suelos pueden tener una reacción ácida o alcalina, y algunas veces neutral. La
medida de la reacción química del suelo se expresa mediante su valor de pH. El valer
de pH oscila de O a 14, y el pH = 7 es el que indica que el suelo tiene una reacción
neutra. Los valores inferiores a 7 indican acidez y los superiores a 7 alcalinidad.
Mientras más distante esté la medida del punto neutro, mayor será la acidez o la
alcalinidad.
Como indicación general del pH del suelo, se pueden utilizar sobre el terreno el
papel de tornasol y los indicadores cromáticos. El papel de tornasolque adquiere un
color rojo en condiciones ácidas y azul en condiciones alcalinas, es relativamente
poco costoso y, por lo general, se puede comprar en farmacia. Dicho papel se
sumerge parcialmente en una suspensión de suelo que se obtiene mezclando una
parte de suelo y dos partes de agua destilada o, si fuese necesario, de agua de lluvia
pura recogida directamente en un recipiente limpio. También se pueden adquirir
equipos para ensayos de campo, incluidos diversos indicadores crom�ticos. Como se
indica en las instrucciones, normalmente se mezcla una pequeña muestra de suelo
con un poco de agua destilada y una sustancia química, y se agregan varías gotas
de un indicador cromático. El color de la solución cambia y ese nuevo color se
compara con un gráfico que acompafía al equipe de ensayo, a partir de lo cual se
determina el valor de pH.
¿Cuál debe ser el valor del pH
del suelo?
Nota: Es importante mantener húmeda la muestra de suelo para asegurar una elevada
actividad bacteriana y una acidificación más rápida. En las muestras secas, el pH
mínimo no se obtendrá hasta que hayan transcurrido varíos meses.
Cerrar
LA REVISTA
ARTÍCULOS
NOTICIAS
FOTOS
VIDEOS
SUSCRIPCIÓN
CONTACTO
Inicio Artículos
Artículos
12/07/2017
La reacción de un suelo hace referencia al grado de acidez o basicidad del
mismo y generalmente se expresa por medio de un valor de pH del sistema
suelo-agua. El pH es la medida de la concentración de iones de hidrógeno
[H+]. Según este valor, un suelo puede ser ácido, neutro o alcalino. Las
propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo están influenciadas por
la acidez o basicidad del medio, que a su vez condicionan el uso
agronómico del suelo. Así, la mayoría de las plantas prefieren rangos
de pH de 5.5 a 7.5, pero algunas especies prefieren suelos ácidos o
alcalinos. Sin embargo, cada planta necesita un rango específico de pH, en
el que poder expresar mejor su potencialidad de crecimiento.
Festuca Poa
Avellano 6 7 4.5 7 5.5 7.5
pratense pratense
Trébol
Cacahuete 5.3 6.6 Lino 5 7 5.6 7
blanco
Trébol
Calabaza 5.6 5.7 Maíz 5.5 7.5 5.5 7
híbrido
Caña de
6 8 Manzano 5.4 6.8 Trébol rojo 5.5 7.5
azúcar
Trébol
Castaño 5 6.5 Melitoto 6.5 7.5 5.7 7.6
violeta
Como hemos visto, la elección del cultivo depende del valor del pH del
suelo, por ello se recomienda elegir cultivos que estén indicados para el
rango analizado.
Hay varios factores que influyen sobre la acidez de los suelos. El calcio, el
magnesio y el potasio, se eliminan del suelo a través de la erosión, la
lixiviación y la recolección del cultivo, incrementándose la acidez de los
suelos. Además, la utilización de fertilizantes acidificantes incrementa los
niveles de acidez de los suelos. Por ejemplo, la conversión de los
fertilizantes amónicos a nitratos ocasiona la formación de suelos ácidos.
Hidróxido cálcico
(hidratado o cal 39-66 26-39 13-26
muerta) Ca(OH)2
Roca caliza
dolomítica CaMg 49-82 33-49 16-33
(CO3)2
Sulfuro: S 19
ETIQUETAS
Composición química
ph de suelo
Suelos ácidos
Artículo anteriorEl suelo y su estructura física
Artículo siguienteNutrientes presentes en el suelo
ARTÍCULOS RELACIONADOSMás del autor
Lo último
03/05/2018
Los agricultores dedicados a las naranjas, los limones y las mandarinas están aterrados. El dragón
amarillo, la enfermedad más devastadora de los cítricos, aporrea las...
Los huertos “Smart”, una tendencia
03/05/2018
SOBRE NOSOTROS
Revista Infoagro.com
Calle Río Aguanaval #1522, Col. Los Pinos
C.P. 80128 Culiacán (MEXICO)
Teléfono: +52 (33) 3587-3742 y 43
Email: acgarcia@infoagro.com
SÍGUENOS
Suscripción
Publicidad
Politica de Privacidad
Contacto