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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA Sala Civil y Penal

SENT Nº 1230

CASACIÓN
San Miguel de Tucumán, 25 de Noviembre de 2008.-
Y VISTO: Llega a conocimiento y resolución de esta
Excma. Corte Suprema de Justicia, Sala en lo Civil y Penal, que integran los
señores vocales doctores Antonio Gandur, Alberto José Brito y la señora vocal doctora Claudia
Beatriz Sbdar, presidida por su titular doctor Antonio Gandur, el recurso de casación interpuesto
por la defensa técnica del imputado Héctor Antonio Fecha, contra la sentencia dictada por la
Excma. Cámara Penal, Sala Iª del 12/3/2008 (fs. 1125/1132), el que es concedido por el referido
tribunal mediante auto interlocutorio del 08/4/2008 (cfr. fs. 1140). En esta sede no se ha
presentado memoria sobre el recurso de casación (fs. 1146), mientras que el Sr. Ministro Fiscal
se expide por el rechazo de la impugnación casatoria (cfr. fs. 1147/1148). Pasada la causa a
estudio de los señores vocales, y establecidas las cuestiones a dilucidar, de conformidad con el
sorteo practicado el orden de votación será el siguiente: doctor Alberto José Brito, doctora
Claudia Beatriz Sbdar y doctor Antonio Gandur. Luego de la pertinente deliberación, se procede a
redactar la sentencia.
Las cuestiones propuestas son las siguientes: ¿Es admisible el
recurso?; en su caso, ¿es procedente?

A las cuestiones propuestas el señor vocal doctor Alberto José


Brito, dijo:

1.- Viene a conocimiento y resolución del Tribunal el recurso de casación interpuesto por la
defensa técnica del imputado Héctor Antonio Fecha, contra la sentencia de la Sala Iª de la
Excma. Cámara Penal, del 12/3/2008 (fs. 1125/1132), que lo condena como autor voluntario y
responsable del delito de homicidio en perjuicio de Verónica del Valle Sánchez, y le impone la
pena de doce años de prisión, accesorias legales y costas (arts. 12, 29 inc. 3°, 40, 41, 79 y conc.
CP y arts. 421, 551 y conc. CPP). El recurso fue concedido por auto interlocutorio del 08/4/2008
(fs. 1140).
2.- Invoca como motivo de casación la errónea aplicación del art. 79 CP, por considerar que la
conducta de su defendido debió encuadrarse en la figura del homicidio con exceso en la legítima
defensa (arts. 35 y 79 CP); y la arbitrariedad de la sentencia por déficit en la valoración del
cuadro probatorio producido en el proceso, lo que descalificaría al pronunciamiento como acto
jurisdiccional válido.
Se agravia con fundamento en que aunque el Tribunal dice que los testimonios receptados son
poco confiables por provenir de familiares, vecinos y allegados a los protagonistas del hecho que
generan una razonable incertidumbre sobre ciertas circunstancias; luego, al momento de analizar
lo actuado, otorga a estos dichos una importancia relevante para desechar la versión exculpatoria
de su representado. En tal sentido destaca que los dichos de la testigo Rojas, que motivaron
reacciones del Tribunal y del Ministerio Público respecto a su confiabilidad, son tenidos en cuenta
para afirmar que la víctima no portaba cuchillo u otra arma, y que las mujeres se trenzaron en
lucha a mano limpia. Advierte que dicha conclusión aparece desvirtuada por la herida que sufrió
en la mano Graciela Uncos de Fecha, por la que fue llevada al Hospital Padilla. De ello hace
derivar que existe una duda cierta y razonable sobre la posibilidad de que la víctima también
portara un cuchillo, pese a la versión contraria de la testigo Rojas.
Por otra parte afirma que no existe prueba contundente de que su defendido haya tomado un
cuchillo de su pertenencia para apuñalar a la víctima, toda vez que el hecho de que el cabo con
fragmento de hoja haya sido secuestrado en el interior de la casa no resulta suficiente por sí para
acreditar tal extremo. Como, asimismo, que tampoco el Ministerio Público ha logrado demostrar
que la hoja y el cabo secuestrados correspondan al arma homicida (cfr. fs. 1137. 1° párrafo).
Desde otro enfoque señala que no se han respetado las reglas de la lógica y de la sana crítica
racional en la fijación de los hechos. En esa dirección puntualiza que la conclusión del Tribunal
que considera que el imputado apuñaló a la víctima con el arma fragmentada secuestrada, no
resulta fundada si se tiene en cuenta que, conforme surge del acta de fs. 36, dos días después de
ocurrido el hecho, apareció el mango con el resto de la hoja en la casa del encartado. Indica que
de ser cierta la hipótesis del Tribunal, lo razonable sería que el acusado se hubiera llevado
consigo el arma homicida; y que, en realidad, la circunstancia descripta en el acta de fs. 36 viene
a respaldar la hipótesis de que dicho fragmento fue colocado en ese lugar después de ocurrido el
evento.
En sentido similar considera que la arbitraria valoración del cuadro probatorio del proceso queda
evidenciada cuando el a quo sostiene que las heridas mortales provocadas a la víctima, a estar al
resultado de la autopsia y a lo relatado por el testigo presencial Cisneros, fueron inferidas cuando
aquella estaba de espaldas, lo que lleva a descalificar la concurrencia de legítima defensa
invocada por su parte. Luego de transcribir parcialmente el informe autópsico (cfr. fs. 1137),
señala que de éste surge claramente que la herida fue producida estando el atacante de frente a
la víctima, “pues el sentido de la acción es de adelante atrás y cuando refiere de derecha a
izquierda es de acuerdo a la posición de la víctima”; y añade “Confirma esta manifestación el
hecho de que la puñalada impacta en el cuadrante inferior interno de la mama izquierda” (cfr. fs.
1137 vta.). En suma afirma que el Tribunal se equivoca en el análisis de la posición de la víctima
y del atacante de acuerdo al informe pericial, y que ello basta para invalidar el fallo.
Cita las normas que estima violadas, formula reserva del caso federal, y solicita que
oportunamente se haga lugar al recurso tentado.
3.- La conclusión positiva sobre la autoría material del imputado Héctor Antonio Fecha en el
hecho ilícito que se le atribuye, que es la acusación de homicidio en perjuicio de Verónica del
Valle Sánchez (art. 79 CP), ha sido fundada por el Tribunal a partir de la valoración integral y
relacionada de todos los elementos de prueba existentes en el proceso.
En relación con las circunstancias esenciales inmediatamente anteriores y posteriores al hecho
imputado, las estimó acreditadas con las declaraciones testimoniales rendidas en el Debate;
informe autópsico (fs. 91/93 vta. y anexo de fs. 193/196); reconocimiento legal (fs. 132),
certificado de defunción (fs. 126), acta de procedimiento, inspección ocular y secuestro (fs. 1 y
vta.), croquis ilustrativos (fs. 2 y 81) y parte del destacamento policial del Hospital Centro de
Salud (fs. 14).
Puntualizó que, aunque amparándose en la legítima defensa, Héctor Antonio Fecha reconoció
haber infligido las puñaladas que causaron la muerte de la víctima; y su declaración aparece
corroborada por el secuestro en su domicilio de uno de los cuchillos empleados en la comisión del
ilícito (fs. 36 y vta.), y de un fragmento de la hoja del mismo encontrada en el lugar del hecho
(fs. 1 y vta.). Y que de los informes de fs. 60/62 surge que el referido fragmento de la hoja del
cuchillo presentaba vestigios de sangre humana; como, asimismo, que tanto el mango con parte
de la hoja como el fragmento en cuestión forman una pieza única de aproximadamente 15,5 cm.
de largo, 3 cm. de ancho máximo (fs. 62), 12 cm. de mango (fs. 36) y con filo suficiente (fs. 60).
Tuvo en cuenta, además, los informes psicológicos de donde surge que el imputado tiene
capacidad y discernimiento (fs. 227), que se trata de un individuo impulsivo con tendencia a la
auto o heteroagresión, sin culpa ni sentido de responsabilidad (fs. 936). Y también el testimonio
de Manuel Francisco Cisneros, quien lo sindicó como el sujeto que junto a su progenitora (Uncos
de Fecha) apuñaló a la víctima, y describió con precisión y en concordancia con los resultados de
la autopsia, la cantidad y localización de las heridas inferidas a la víctima, destacando la relevante
circunstancia del quiebre de la hoja del cuchillo durante la agresión, extremo que resulta
corroborado por los informes de fs. 60 y 62.
Valoró también como prueba indiciaria la resultante de su fuga posterior al hecho y sus
antecedentes de conducta atendiendo a lo informado a fs. 98/99, 203/204, 995, 1083, 1085 y
1087.
Con relación a la causa de justificación invocada, examinó detalladamente la versión exculpatoria
de Héctor A. Fecha y proporcionó sólidos fundamentos para explicar las razones por las que
consideró que carecían de entidad para demostrar que había obrado en legítima defensa. En esa
dirección analizó los dichos del acusado, las pruebas merituadas para fijar su participación en el
hecho –referidos precedentemente-, y los dichos de los testigos Angélica E. Sánchez, Manuel
Francisco Cisneros y Marta I. Rojas, y sostuvo que ese conjunto de elementos autorizan a tener
por mendaces las explicaciones del imputado, quien intervino armándose de un cuchillo de su
pertenencia con el que apuñaló repetidas veces a la víctima ya indefensa que luchaba y también
fue herida con arma blanca por Uncos de Fecha, en momentos en que ya no representaba peligro
alguno para los agresores. A lo que añadió que de la autopsia y de la versión de Cisneros se
desprende que las heridas letales provocadas a la víctima fueron infligidas estando esta última de
espaldas, todo lo cual priva de eficacia desincriminatoria a las alegaciones de la defensa.
4.- El examen del fallo demuestra que el desarrollo lógico del discurso que lo motiva halla
adecuado respaldo en los elementos probatorios y en las constancias de la causa. Por su parte,
los argumentos invocados en el recurso de casación no rebaten eficazmente los fundamentos de
la sentencia.
El razonamiento del recurrente, basado en que no existe prueba alguna de que el acusado haya
empleado un cuchillo ni de que la hoja y el cabo secuestrados correspondan al arma homicida,
carece de fundamentos jurídicos y fácticos válidos. Las alegaciones de la defensa, que trata de
disminuir la eficacia probatoria de las constancias del acta de fs. 36 con el argumento de que lo
razonable hubiera sido que el acusado se llevara el arma homicida, constituyen meras
afirmaciones hipotéticas o conjeturales, que carecen de aptitud para desvirtuar las conclusiones
de la sentencia fundadas en la valoración de pruebas específicamente referidas a tales hechos
(cfr. fs. 1129/1131), que han sido directamente ignoradas por el impugnante
En orden a la prueba de testigos, la sentencia contiene un análisis integrado y completo de las
declaraciones testimoniales rendidas en la causa, con indicación de las razones en las que se
fundó la eficacia conviccional que se atribuyó a cada una de ellas. La impugnación de
arbitrariedad basada en que se asignó importancia relevante a los dichos de testigos poco
confiables, deviene inadmisible a tenor de lo dispuesto por el art. 474 CPP. Ello así por cuanto el
Tribunal valoró de modo coherente los dichos de la testigo Rojas, y sin variar su versión explicó
con claridad cuál era la eficacia que revestía como elemento demostrativo de que la pelea entre
las mujeres fue a mano limpia; pero también, de qué modo ese mismo testimonio -no modificado
ni alterado por el a quo-, resultaba idóneo para justificar el encuadramiento de la conducta de la
coimputada Graciela Uncos en la figura del homicidio con exceso en la legítima defensa. De allí
que resulta inadmisible por inexacto el agravio basado en la pretensa contradicción en que habría
incurrido la Sala de instancia, quien -a estar a los dichos del recurrente- habría considerado
simultáneamente que “los testimonios receptados son poco confiables por provenir de familiares,
vecinos y allegados...” y luego les habría otorgado (a estos mismos testimonios) una importancia
relevante para desechar la versión exculpatoria del acusado. De igual modo resulta inadmisible el
agravio fundado en la pretensa falta de consideración de la herida sufrida por la coimputada
Uncos (cfr. fs. 7 vta.). La cuestión fue expresamente tratada por el Tribunal; a lo que se añade
que no constituye un extremo que por sí mismo sea apto para demostrar -como pretende el
quejoso-, que la víctima también estaba armada con un cuchillo.
El denunciado error en la interpretación del informe autópsico no tiene eficacia suficiente para
invalidar la sentencia en tanto considera que no concurre la causa de justificación invocada por la
defensa. Ello así por cuanto el Tribunal desestimó la existencia de legítima defensa o de su
exceso a partir del análisis completo de las pruebas reunidas, entre ellas las declaraciones de los
testigos Sánchez, Cisneros, Rojas, Domínguez y la falta de credibilidad de la versión del acusado;
concluyendo que la víctima se hallaba desarmada y que el encartado munido de un cuchillo la
apuñaló intencionalmente cuando ya no existía peligro ni para su madre ni mucho menos para él.
A lo que añadió el argumento vinculado con la localización de las heridas.
El informe autópsico da cuenta de las numerosas heridas producidas en la parte anterior,
posterior y lateral del cuerpo de la víctima. Pero aunque se prescinda de este elemento, lo cierto
es que la sentencia desestima la concurrencia de legítima defensa o de su exceso apoyándose en
una serie de elementos probatorios, que fueron analizados por el Tribunal de conformidad con las
reglas de la lógica y de la sana crítica racional –entre los que cabe destacar el testimonio del
testigo presencial Cisneros- que proveen adecuado fundamento a la subsunción de la conducta
del acusado en la figura típica del art. 79 CP. El agravio se desestima (art. 474 CPP).
De conformidad con lo expuesto, las declaraciones testimoniales, la versión del acusado, los
informes médicos, los croquis ilustrativos, y demás indicios y presunciones valorados por el
Tribunal del juicio, conforman un cuadro probatorio de cargo eficaz para tener al procesado como
autor penalmente responsable del delito de homicidio simple del art. 79 CP, por lo que cabe
desestimar la queja fundada en la falta de motivación del pronunciamiento y su consecuente
descalificación como acto jurisdiccional válido.
A lo dicho cabe añadir que la sentencia contiene un relato objetivo y subjetivo del suceso; las
circunstancias de las personas, de tiempo y de lugar en que el hecho ha sido cometido han sido
descriptas de modo que posibilita la comprobación del principio de congruencia, no advirtiéndose
transgresión a la garantía de la defensa en juicio. A su vez, el pronunciamiento cuenta con
fundamentos suficientes, no verificándose el quebrantamiento de las reglas de la lógica y la sana
crítica racional, ni la omisión de considerar pruebas conducentes arrimadas a la causa. No se
advierte la inobservancia de las normas que el CPP establece bajo pena de nulidad respecto de la
sentencia (art. 413 CPP), y dentro de las que quedan abarcadas las que imponen la obligación de
valorar las pruebas de conformidad con las reglas de la sana crítica racional (art. 413 inc. 4° CPP
y 398 CPP).
4.- Desde otra perspectiva, analizado el caso de conformidad con lo resuelto por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación en los autos “Casal, Matías Eugenio y otro s/robo simple en
grado de tentativa”, del 20/9/05, en el sentido de que el tribunal de casación “...debe agotar el
esfuerzo por revisar todo lo que pueda revisar, o sea, por agotar la revisión de lo revisable...el
art. 456 del Código Procesal Penal de la Nación debe entenderse en el sentido de que habilita a
una revisión amplia de la sentencia, todo lo extensa que sea posible, al máximo esfuerzo de
revisión de los jueces de casación, conforme a las posibilidades y constancias de cada caso
particular...”; y que “...lo único no revisable es lo que surja directa y únicamente de la
inmediación”, cabe efectuar las siguientes precisiones.
En esa dirección no cabe sino reiterar que el detenido examen de las pruebas y de las
constancias de autos y su cotejo con los fundamentos de la sentencia demuestra que el Tribunal
ha analizado de modo completo, detallado y relacionado el cuadro probatorio producido, sin que
se advierta violación a las reglas de la sana crítica en la valoración de la prueba. Asimismo, no se
ha incurrido en omisiones y falencias respecto de la verificación de los hechos conducentes para
la decisión del litigio, y los fundamentos del fallo han sido desarrollados de conformidad con los
principios de la lógica y la experiencia.
Los elementos probatorios reunidos en la causa y en los que se sustenta la decisión de condena,
apreciados conforme a las reglas de la lógica y de la sana crítica racional, conforman un grave
cuadro probatorio que conduce a establecer la existencia del hecho ilícito investigado en su
materialidad y la participación que le cupo al condenado del modo explicitado en la sentencia.
5.- De acuerdo a lo considerado, la sentencia impugnada exhibe adecuada y debida motivación,
encontrándose ajustada a las prescripciones contenidas en los artículos 142 y 413 inciso 4° CPP.
La decisión de condena aparece sustentada en razones que constituyen derivación razonada del
derecho aplicable, con pertinente referencia a las circunstancias probadas de la causa, no
advirtiéndose motivos que descalifiquen al pronunciamiento como acto jurisdiccional válido.
En consecuencia, corresponde desestimar el recurso de casación interpuesto por la defensa del
imputado, con costas por aplicación del principio general en la materia (art. 551 y conc. CPP).

A las cuestiones propuestas la señora vocal doctora Claudia


Beatriz Sbdar, dijo:

Estando conforme con los fundamentos dados por el señor vocal


preopinante, doctor Alberto José Brito, en cuanto a las cuestiones propuestas, vota en igual
sentido.
A las cuestiones propuestas el señor vocal doctor Antonio
Gandur, dijo:
Estando conforme con los fundamentos dados por el señor vocal
doctor Alberto José Brito, sobre las mismas cuestiones, vota en idéntico sentido.
Y VISTO: El resultado del precedente acuerdo, la Excma. Corte
Suprema de Justicia, por intermedio de su Sala en lo Civil y Penal,

RESUELVE:

I.- NO HACER LUGAR al recurso de casación interpuesto por la defensa técnica


del imputado Héctor Antonio Fecha, contra la sentencia de la Sala Iª de la Excma. Cámara Penal,
del 12/03/2008.
II.- COSTAS, como se consideran.
III.- RESERVAR pronunciamiento sobre regulación de honorarios para su
oportunidad.
HÁGASE SABER.

ANTONIO GANDUR

ALBERTO JOSÉ BRITO CLAUDIA BEATRIZ SBDAR

ANTE MÍ:

MARÍA C. RACEDO ARAGÓN DE LUNA

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