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Debido a que los países más consumidores suelen estar alejados de los países productores, su
transporte tiene gran importancia en el cómputo de los riesgos de contaminación.
Este se lleva a cabo normalmente en barcos de gran tonelaje (más de 100.000 t de crudo), y
por ello, cualquier accidente que pueda ocurrir, da lugar al derrame de un elevado volumen de
crudo en el mar, pudiendo producir desastres ecológicos locales. Entre los accidentes
ocurridos en los últimos años podemos señalar: el “Tampico Maru” cerca de la baja California,
el “Ocean Egole” en el Puerto de San Juan (Puerto Rico), el “Florida” en las costas de
Massachussets, el “Amoco Cádiz” (1978) que derramó 223.000 t sobre las costas de la Bretaña
Francesa en una longitud de 400 km de costa, el “Andros Patria”, “Mar Egeo” (1992) y
“Prestige” (2002) en Galicia, etc. Influyen también los escapes procedentes de torres
extractoras marinas en plataformas continentales, tal como ocurrió en el Golfo de México. Por
el volumen derramado, y por ser muy localizado y en zonas próximas a la costa, estos
accidentes llaman poderosamente la atención de los medios de comunicación y sociedad en
general, ya que sus efectos son fácilmente observables (peces y pájaros marinos muertos,
costas y playas inutilizadas). Una capa de petróleo flotando sobre el mar impide el paso de luz
y la oxigenación del agua, la flora se altera y, en cuanto a la fauna, pueden destruirse larvas y
huevos, lo que daña la economía del área de pesca del litoral.
Los 10 y 11 de noviembre de 2007 una fuerte tormenta golpea el Estrecho de Kerch, que une el
Mar de Azov (norte) con el Mar Negro (sur) entre Ucrania al oeste y Rusia al este. Vientos que
soplan a más de 110 km / h levanta olas de más de 5 metros en un mar donde los fondos van
desde 7 a 12 metros.
Una serie de buques que no tomar en serio el mensaje del servicio meteorológico ucraniano se
encuentran en unas condiciones meteo-oceánicas muy estrañas para esta región.
Estas condiciones causan graves daños a una docena de buques, la mayoría de los cuales están
fondeando. Al menos 4 tripulantes murieron y 19 fueron consideradas como desaparecidas.
- El granelero ruso Volnogorsk yace a 10,6 m de profundidad con 2 500 toneladas de azufre a
bordo. No se observa ninguna fuga de Diesel marino.
- El granelero ruso Kovel, con 2 100 toneladas de azufre a bordo, deriva hacia la costa de
Ucrania y se hundió a la mitad del estrecho a 9,3 m de profundidad. Buceadores examinan el
pecio y observan un ligero escape de combustible debido a la destrucción del compartimento
del motor.
En total, el derrame de petróleo se estima en 1 300 toneladas de fuel-oil pesado, 2,3 toneladas
de lubricantes, 25 toneladas de Diesel marino y 5,5 toneladas de fuel doméstico.
DERRAME DEL PRESTIGE
El Prestige fue un petrolero cargado con 77.000 toneladas de fuel, cuyo hundimiento en el año
2002 frente a las costas españolas produjo una inmensa marea negra, que afectó a una amplia
zona comprendida desde el norte de Portugal hasta las Landas de Francia, teniendo especial
incidencia en Galicia.
El capitán, Apostolus Mangouras, de origen griego, comunicaría que oyeron un ruido muy
fuerte en estribor: un golpe había abierto una grieta en el casco, con el resultado de una vía de
agua en dos tanques de estribor.
En una primera versión se identificará la causa del accidente con una vía de agua por fatiga,
pero, después, tras saberse que ese mismo día un mercante había comunicado la pérdida de
200 troncos (de 17 metros de largo por 30 centímetros de ancho) a su paso por el corredor
marítimo gallego (algunos de ellos aparecerán manchados de fuel días más tarde en diferentes
puntos de la Costa de la Muerte: Lira, Corcubión, Finisterre y Cee, la hipótesis derivará hacia la
posibilidad de que un tronco impulsado por el oleaje pudo haber impactado en el costado
derecho del barco, que ya había sido arreglado, en mayo del pasado año, en un astillero chino,
en el puerto de Wan Souk. Tampoco se descartan como posibles desencadenantes la fuerza de
arrastre de las olas del mar y una mala maniobra.
A partir de ese momento comienzan a producirse una serie de negociaciones entre el armador,
el Gobierno español y las empresas de salvamento. A pesar de que la situación es crítica y
demanda soluciones urgentes, los diferentes sectores implicados no consiguen ponerse de
acuerdo de forma inmediata. Es mucho lo que se arriesga: las 77.000 toneladas de fuel están
valoradas en 60 millones de euros.
Imagen radar del satélite Envisat del derrame del "Prestige". (17-11-1002; 10 h 45 m UTC)