You are on page 1of 7

HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Introducción

Al observar la evolución de la lengua española nos preguntamos ¿cuál es la diferencia


entre llamar la lengua castellana o española? Tal pregunta está en la dificultad de un
extranjero, como yo, de saber cómo denominar el nombre de la lengua.

Manuel SECO [2] presenta una respuesta muy sencilla y esclarecedora:

El nombre de español conviene más adecuadamente a la lengua común de los


españoles (y de los hispanoamericanos) que el de castellano, el cual designa con propiedad la
variedad regional del español hablada en Castilla. En cualquier caso, ninguna de las dos
denominaciones es repudiable. (p.34-35, grifos míos)

Seco resuelve la cuestión mientras decir qué el nombre castellano remite a Castilla y el nombre
español a los españoles, tenemos que considerar que uno no es indiferente del otro. Pero,
¿cómo? ¿Por qué decir lengua castellana/española es lengua española/castellana? ¿Qué
memoria está funcionando en este enunciado?

Tales preguntas nos llevan a pensar la historia. Y, todavía a la historia de la lengua.

La Historia de la lengua española [3]

El primer vislumbre que tenemos de la existencia de un dialecto castellano corresponde al siglo


X. Era al principio solo el dialecto que se hablaba en unos valles al Nordeste de Burgos,
lindantes con la región cantábrica y vasca. (Seco 2001: 58, 59)

En los siglos IX al XI pasaba un período de bilingüismo. No existía una escritura


(literaria) y, todavía, tampoco había una norma (lingüística) única. Tratase de un período en
que el romance está formándose y el latín es, aún, la lengua de (la) cultura.

En los siglos XII y XIII la reconquista tornase un movimiento más fuerte y evidente. Según
Seco (2001) Castilla fue el primer condado que inició la Reconquista.

En este período es significativa la toma de Toledo, en 1085 – núcleo cultural mozárabe.

Iniciase un proceso en el cual el castellano se hará sinónimo de español o lengua española.

Otra información, muy interesante, es que trata-se de la época de auge de la épica. En ésta
época se produce el Cantar de Mio Cid, de autoría anónima, considerado “el primer texto
literario escrito íntegramente en castellano.” (Ghio, Hechim y Cornú, orgs.: 72)

En el siglo XIII “Alfonso X promovió el castellano a la lengua ‘oficial’.” (ídem, p.72)

En este período traducciones de todas las obras consideradas importantes para la cultura son
producidas; Alfonso X publica, en prosa, en castellano, en vez de latín, Grande e General
Estoria de España; el clérigo, con el Concilio de Letrán, impulsa la enseñanza de literatura y de
gramática; “aparece” la escuela literaria, considerada la más importante, el Mester de Clarecía;
creación y consolidación de la escuela de traductores de Toledo.

Considerase que con Alfonso X el castellano se modela como lengua nacional.

En el siglo XIV y XV los movimientos humanista y renacimiento se producen. Las resonancias


son sentidas en toda Europa. El ejemplo, en España, en el movimiento de la lengua castellana
como lengua nacional, es de Antonio de Nebrija [4] que publicó Introductiones
latinae y Gramática Castellana.

Otro hecho muy significativo, y que produce efectos, principalmente en España, es lo


descubrimiento de América. Tal hecho produce una difusión del idioma.

El siglo XVI es importante, pues es la época de los Reyes Católicos. Ellos impusieron el
castellano como lengua de España y unificaron los reinos.

La escritura, y la escrita, tiene su historia marcada con la creación de la imprenta. Este hecho
importantísimo, tiene efectos muy significativos en la lengua castellana como lengua moderna
y, todavía, como lengua nacional.

Además, Seco (2001: 64) nos acrecenta, nos agrega, un dado muy importante:

Es casi por estos años cuando comienza a difundirse el nombre de español como sinónimo
de castellano. Acababa de consumarse la unidad nacional, y ya empezaba a ser llamada
<<española>> la lengua castellana; empezaba a serle reconocida la categoría de lengua
general en que podían entenderse todos los españoles.

El siglo de Oro, a saber siglos XVI y XVII, tiene hechos determinantes para el establecimiento y
para el proceso de estandarización de la lengua.

Lapesa [5] señala los siguientes puntos:

1º. Fin de la presencia musulmana. El éxito militar añadía prestigio. En este período
traducciones y producciones literarias son difundidas y son ejemplos para toda Europa;

2º. Hablar castellano en Francia y en Italia era una galantea;

3º. Muchas gramáticas y diccionarios “aparecen”;

4º. En Flandes tornase la lengua de las cosas públicas;

5º. Se producen hispanismos en las otras lenguas;

6º. El emperador Carlos V consideraba que el castellano debía ser hablado por toda la gente
cristiana.

Para la Real Academia Española [6] fue una extensión de la “Edad Dorada” de España. “(...) es
la etapa más fecunda y gloriosa de las Artes y las Letras españolas. La novela alcanzará su
más alto nivel de universalidad y expresión con Don Quijote de Miguel de Cervantes (...)”.
Destaca también las obras La Celestina, de Fernando de Rojas, Lazarillo de Tomes, la poesía
de Fray Luís de León y San Juan de la Cruz, y la prosa de Santa Teresa. También sobresale
Luiz de Góngora y Francisco de Quevedo.

En el siglo XVIII, en 1713, se fundó la Real Academia Española, que publicó, entre 1726 –
1739, el Diccionario de Autoridades, en 1741 la Ortografía y en 1771 la Gramática.
“El español presenta ya una configuración absolutamente moderna.” (Ghio, Hechim, Cornú,
orgs.: 78)

Hacer Historia de la lengua (española): una mirada otra

El proyecto Historia de las Ideas Lingüísticas, sobre la coordinación de la Eni Puccinelli


Orlandi (IEL/Unicamp; Labeurb/Unicamp) y Sylvain Auroux (ENS/Paris VII) y Diana Luz
(FFLCH/USP) tiene como objetivo construir un saber sobre la constitución de teorías/ideas que
sustentan la edificación de una lengua [7] .

En su primer fase, llamada “La construcción de un saber metalingüístico y la constitución de la


lengua nacional”, las investigaciones, basadas en una perspectiva discursiva-materialista [8] ,
nos muestra la relación indisociable entre lengua/Estado/ciudadanía. El proyecto de una
lengua, de su constitución, no es indiferente al proyecto de nación.

Pensando la historia como un proceso y no como un producto (la historia reclama sentidos –
Paul Henry [9] ), yo tomo la lengua española, o mejor, la lengua castellana como un hecho
discursivo. Tomala en su discursividad remitimos a la historia, a los sujetos. Todavía, no se
pretende hacer análisis de contenido o análisis lingüístico. En Análisis de Discurso, la lengua
es tomada en su autonomía relativa, o sea en su materialidad histórica.

Orlandi (2002a) trabajando contra lo que llama “conteudismo”, “(...) que supone una relación
termino a termino entre pensamiento/lenguaje/mundo, (...) que está en la base de la
constitución de la relación entre verdadero/falso en el dominio de la producción de sentidos”
(p.99), logra mostrarnos que en el proceso ideológico (“que representa la saturación, el efecto
de complitud, de tal manera que produce el efecto de “evidencia”, sostenido sobre lo ya-dicho,
los sentidos institucionalizados, admitidos por todos como “natural” ”[p.100]), a través del
“conteudismo”, se da el resultado de que las cosas fabricadas por la historia son naturales. En
Análisis de Discurso, la secuencia cronológica se constituye de factores que reclaman
sentidos. [10]

El Análisis de Discurso [11] trata del discurso, y con el estudio del discurso observase el hombre
hablando; la lengua haciendo sentido, mientras trabajo simbólico. En ella el lenguaje es
mediación necesaria entre el hombre y el real (el natural y el social). Esa mediación es el
discurso y en ella el hombre (y su realidad) dislocase y transformase.

En Análisis de Discurso las condiciones y los procesos de producción del decir son
considerados en la relación lenguaje y su exterioridad. Así el sentido es pensado en el tiempo y
en el espacio de las prácticas del hombre. Historia y sociedad significan.

¿Cómo pensar entonces la historia de la lengua?

En Análisis de Discurso, la materialidad especifica de la ideología es el discurso y la


materialidad especifica del discurso es la lengua. De ese modo, no hay discurso sin sujeto y
tampoco hay sujeto sin ideología: el individuo es interpelado en sujeto por la ideología (M.
Pêcheux), y es así que la lengua hace sentido. (Orlandi, 2003:17)

Observando la historia encima trazada tenemos un fenómeno evidente: el pasaje de los


hablantes de Castilla de una posición de habla fea, que suscitaba risa (Seco, 2001:58), para la
posición de habla de prestigio, con una lengua científicamente tratada.

Castilla fue en pueblo que (según Seco) inicia la Reconquista y que expulsa los musulmanes.
Ella presenta todo un proceso de legitimación y éxito que refleja en el lenguaje. Y también hay
la instauración de una escritura [12] – producción de las obras literarias. Ellas configuran
espacios discursivos para el establecimiento de una norma, una escrita, una lengua: la
española.

Partiendo del principio teórico de que la relación entre lenguaje y su exterioridad es constitutiva,
observamos las condiciones de producción de un imaginario de (la) lengua castellana.
Imaginario que se configura como un preconstruido en el proceso de estandarización –
instauración de la lengua imaginaria – de la lengua castellana como lengua española.

Los hechos históricos y sociales descritos determinan las condiciones de producción de


discursos que hacen eco en la memoria discursiva – interdiscurso - esa historia. Por el
funcionamiento del interdiscurso sumprimise la exterioridad inscribiendola en la textualidad,
especificando las condiciones en las cuales un acontecimiento histórico es susceptible de venir
a inscribirse en el espacio de coherencia propia a una memoria [13] .

Pensando, entonces, en el proceso de estandarización de la lengua y la configuración de su


“forma moderna”, yo voy al siglo de Oro, considerado como el momento en que la lengua toma
su forma moderna.

1º.) Con el fin de la presencia musulmana España tornase la gran potencia que regía los
destinos de Europa: ideal ecuménico. El ejemplo español instaura en efecto de modelo que
actúa en la literatura y en el lenguaje de toda Europa. El éxito militar añadía prestigio. En este
período traducciones y producciones literarias son difundidas y produjeran efectos de modelos
en Europa;

2º.) Hablar castellano en Francia y en Italia era una galantea;

3º.) En Flandes tornase la lengua de las cosas públicas;

4º.) Durante el siglo XVI y XVII, para todo, muchas gramáticas y diccionarios “aparecieron”;

5º.) Hispanismos se producen en otras lenguas;

6º.) El emperador Carlos V consideraba que el castellano debía ser hablado por toda la gente
cristiana;

7º.) Triunfo de la lengua literaria – castellana.

En el trayectoria que va del sin sentido en dirección al sentido, el movimiento de la construcción


de la significación se logra del siguiente modo: “a.) su apagamiento por una memoria ya
establecida de los sentidos (el ya-dicho), b.) la resistencia al apagamiento y a la consecuente
producción de otros sentidos, y c.) el retorno del “recalque” (o sea, de lo que fue excluido por el
apagamiento) sobre un mismo, desplazamiento.” (Orlandi, 1993:11)

En la ruptura hay instauración de una nueva orden de sentidos, caracterizándolo como


fundador – que resignifica lo que vino antes e instituye ahí una memoria otra [14] .

El proceso de instalación del discurso fundador “irrumpe por el ritual que no hay ritual sin fallas,
y él aprovecha fragmentos del ritual ya instalado – de la ideología, el nuevo.” (Orlandi, 1993:13)

Aquí hablo del discurso Renacentista.

El ideal ecuménico se afilia a formaciones discursivas – que se definen como aquello que en
una formación ideológica dada (o sea, a partir de una posición dada en una coyuntura socio-
histórica dada) determina lo que puede y debe ser dicho. (Orlandi,2003)

Las palabras reciben sus sentidos en dada formación discursiva. El sentido siempre puede ser
otro. Y en esta errancia de los sentidos, la heterogeneidad, la dispersión del sujeto, que pensé
el ideal ecuménico en Renacimiento. Las condiciones de producción, discursivas, el éxito
militar, el fin de la presencia musulmana determinan otras formas de relación de los sujetos con
sus diceres. Añadido a eso el ideal antropocéntrico y renacentista determinan condiciones
nuevas y desplazan posiciones de los sujetos en la sociedad, produciendo una discursividad en
la producción de la forma sujeto-de-derecho [15] .

Pudiendo decir y no pudiendo decir en su lengua, la castellana, es determinante de una


posición (discursiva – configuradas por las formaciones imaginarias y de poder) en la sociedad.
Saber hablar castellano es saber hablar la lengua de los cristianos, la lengua de las “cosas
públicas”, la lengua elegante. La instauración de los hispanismos atestan el funcionamiento
(discursivo) del nuevo (apagamiento y instauración en movimiento).

Todo ese proceso marca la memoria discursiva, interdiscurso, y determinan el formulable – el


intradiscurso.

“La constitución determina la formulación, pues sólo podremos decir (formular) si lo ponemos
en la perspectiva de lo decible (interdiscurso, memoria).” (Orlandi, 2003:32, mi traducción) Es el
movimiento metafórico, el deslizamiento de sentidos.

Aun hay la difusión de los discursos sobre la lengua castellana con la producción de un
proceso de gramatización [16] : gramáticas, diccionarios, manuales.

El proceso de gramatización camina para la constitución de una lengua imaginaria,


configurándose como preconstruido. La lengua imaginaria es definida por Orlandi [17] como los
artefactos, objetos-ficción creados por los analistas del lenguaje en el cual se confunden
objetos y métodos. La lengua imaginaria tiene un retorno sobre el real modelándolo. En la
historia de la lengua “(...) colocase como paradigma y controla el uso y la forma de la lengua.”
(Orlandi, 1988:30)

De ese modo, termino diciendo que los discursos sobre la lengua, que producen sentidos en
sus sujetos hablantes en dirección a lo sentimientos de ciudadanía, añadidos con la producción
de artecfatos/tecnologías lingüísticos(as), hispanismos, una lengua literaria producen efectos
de igualdad, que es tiránica (Pfeiffer [18] ), que configuran un lugar de buen decir, de poder decir
en un determinado territorio, que van a producir la idea de lengua nacional, lengua dominante,
lengua de Estado, de UNA lengua y no de LA lengua. Producción que no es indiferente a
estandarización de una norma culta, una normatividad, o mejor, un lugar de buen decir. Pienso
aquí el papel de las Academias y de la creación de una Real Academia de la Lengua (1713). O
sea, pienso, hablo de sujeto, de lengua, de ideología.

La RAE, por fin, atesta el movimiento de los discursos sobre la lengua y su funcionamiento fija
una escrita, estableciendo, por definitivo, lo ideal homogenizador ( y tiránico) de los efectos de
una lengua, ahora, española. Por tanto, en la memoria discursiva que funciona, los efectos de
estandarización de la lengua refleja todo el proceso de imposición de la lengua castellana como
lengua de los españoles. Proceso que intenta apagar las diferencias y la variedad lingüística en
España y que, todavía, sobrevive hasta hoy. [19]

De esta forma estoy de acuerdo con Lagazzi (1988) que nos muestra que es en el
lenguaje que el sujeto encuentra resistencia, redistribuyendo la tensión colocada, trabando una
batalla por el derecho de colocarse, de no aceptar la coerción (marcada por el “juridismo” [20] ).
“Es la batalla por ‘un lugar en el cual el sujeto se encuentra un poder de decir’, con o sin el
respaldo de la jerarquía.” [21] (p.97) Batalla del sujeto en la (su) historia discursiva e en la (su)
historia con el otro y con la lengua.

Conclusión
Al observar el proceso de consolidación de la lengua castellana como lengua española
podremos verificar que el ideal de nacionalización, en el período de los Estados Nacionales,
fueran determinantes para el establecimiento de una escritura-escrita en lengua castellana. Los
ideales de homogeneización de la población, teniendo su expresión máxima con la creación de
la Real Academia, configuran enunciados que producen efectos discursivos en la memoria que
funciona. Los discursos hacen eco y hacen sentido, pero la memoria de otros pueblos, que no
están insertos en la memoria constitutiva de la edificación y legitimación de la lengua, produce
una resistencia a la lengua. Estos movimientos se perciben en los discursos homogenizadores,
como el artículo 3 de la Constitución de 1978. Los sentidos deslizan, y en la censura el otro
significa, en su silencio, produciendo sentidos en otro sitio. Este es el poder del lenguaje, el
poder de poder decir no y de simbolizar.

CARACTERÍSTICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Antes de iniciar un proyecto de traducción, es necesario que conozca ciertas realidades


lingüísticas del español. De este modo podrá abordar determinadas cuestiones que
surgirán (por ejemplo, con la expansión del texto) y por las cuales su proyecto de
traducción al español podría verse afectado.

A continuación, se detallan algunos aspectos básicos del idioma español:

 El español utiliza el alfabeto latino, con algunas letras especiales: vocales con
acento agudo (á, é, í, ó, ú), la “u” con diéresis (ü) y la “n” con tilde (ñ).

 La ortografía del español, gracias a una gran cantidad de modificaciones, es casi


“fonética” por excelencia y, por lo tanto, es más fácil de aprender que la
mayoría de los idiomas. El español se pronuncia fonéticamente; sin embargo,
hay que tener presente la 'r' vibrante, que es un poco compleja de pronunciar.
Las letras 'b' y 'v' prácticamente no se diferencian. La letra 'h' no se pronuncia.
La puntuación en el lenguaje español es muy parecida a la del inglés, aunque
difiere. Existen algunas diferencias esenciales. Por ejemplo, en español las
oraciones exclamativas e interrogativas llevan signos de interrogación y de
exclamación de apertura, por ejemplo: ¿Habla usted inglés? (Do you speak
English?) o ¡Qué lástima! (What a pity!). Además, en un diálogo en español, se
indica el cambio de interlocutor mediante una raya (–), mientras que, en inglés,
los comentarios de cada interlocutor se colocan en párrafos aparte. Las
traducciones formales presentan varias características diferentes de las
informales. La deferencia y cortesía se expresan mediante el uso de la segunda
persona “tú” y “usted”. “Ser” en contraposición a “estar”: ambos verbos
denotan el concepto de traducción de “to be”. “Ser” se usa para denotar
estados permanentes, mientras que "estar" se usa para describir situaciones
temporales e indicar transición. La inflexión, declinación y el género gramatical
son aspectos importantes del español.
 Por lo general, hay un 20% más de palabras en la versión en español de una
traducción del inglés.

 En español, existen diversas cuestiones de formato que pueden afectar


directamente a la traducción. Por ejemplo, los títulos en español llevan
mayúscula sólo en la primera letra de la primera palabra de un título. En inglés,
generalmente la primera letra de casi todas las palabras lleva mayúscula.

 En el caso de los números en español, los puntos reemplazan a las comas y


viceversa. Si no se resuelve correctamente, este aspecto podría dar a lugar a
una gran confusión y, potencialmente, podría incurrir en una responsabilidad
económica.

Trusted Translations, Inc. trabajará junto a usted y le indicará todas estas diferencias
para quede completamente conforme con cada aspecto de su traducción al español.

You might also like