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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SUR DEL LAGO

“JESÚS MARÍA SEMPRUM”


ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS AGROPECUARIAS
NUCLEO LA VICTORIA – ESTADO MÉRIDA

SANCIONES EN LA ADMINISTRACCIÓN PUBLICA Y PERSPECTIVAS DE


LA ADMINISTRACION PUBLICA EN LATINOAMERICA

Yohana Gutiérrez
C.I. 20.829.223

SANTA CRUZ DE MORA, FEBRERO 2016


INTRODUCCION

La administración pública consiste en la organización integrada por un


personal profesional, dotada de medios económicos y materiales públicos que
pone en práctica las decisiones tomadas por el gobierno. Allí se encuentran
trabajando funcionarios públicos, los cuales desde el momento que desempeñan
el cargo tienen responsabilidades y deberes las cuales deben cumplir a cabalidad;
de lo contrario le serán aplicadas sanciones de acuerdo a la gravedad del caso.
Dichas sanciones pueden ser de varios tipos: civil, administrativa, penal, entre
otras.

En Venezuela existe un ordenamiento jurídico que regula la conducta de la


sociedad. El Código Penal de Venezuela establece las penas y sanciones que
deben imputarse a la persona que cometa un delito, siempre y cuando se
encuentre tipificado en el mismo como tal. Así mismo, en el presente ensayo se
hará referencia, de forma general, al modelo de administración pública existente
en Venezuela y Latinoamérica.
PERSPECTIVAS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN
LATINOAMÉRICA.

Iniciaremos, analizando el modelo de administración pública en Venezuela,


el cual es producto de un conjunto de aspectos que se han reproducido en mayor
o en menor medida en tres modelos, vinculados a la burocratización, como
medida de logro de legitimidad característico de la administración pública que se
desarrolló a partir de 1958, dichos modelos son los siguientes:

En primer lugar tenemos el Modelo burocrático populista-centralizado,


este modelo se basa sobre el gasto público y creó un “Estado de Bienestar”, o
Estado proveedor (benefactor) de una gran cantidad de beneficios socio-
económicos financiados por la renta petrolera. Ahora bien, este modelo
desencadenó en Venezuela una administración pública con las siguientes
características:

 Crecimiento burocrático: es decir, “creación de instituciones, participación


en el campo productivo y ampliación de los programas sociales, muy
especialmente en educación y salud” (Córdova, 1996:231).
 La mediación partidista y de ciertos sectores económicos: Los partidos
políticos mediadores eran aquellos con reales posibilidades de poder, los
mismos que integraron el sistema bipartidista (Acción Democrática y
COPEI) que tuvo su desarrollo hasta el año 1998. Dos características
resaltantes derivadas de la mediación partidista las constituyen; en
primer lugar, el clientelismo que se manifiesta en el reclutamiento de
funcionarios de las filas de los partidos para los cargos públicos, y en
segundo lugar la baja calificación técnica profesional del recurso humano
y desarrollo importante de la corrupción del sistema.

 La centralización político-administrativa: la acción planificadora del


Estado se realiza desde el centro de poder ubicado en Caracas.
 Desarrollo de un discurso populista y cultura igualitaria, lo que creó una
base transaccional entre la ciudadanía y el Estado mediante la cual se
resolvían las crisis políticas y la desmovilización ciudadana.

La respuesta a la crisis del modelo Burocrático populista centralizado en


Venezuela, fue la construcción de un “Estado Moderno descentralizado”, sobre
la base de la eficiencia es decir de la gerencia pública, es así entonces como se
inserta el modelo tecnocrático en el proyecto para la reforma del Estado en
Venezuela, que se inicia formalmente desde 1991, en oposición al modelo
burocrático populista-centralizado”. Se trata de la adecuación del Estado
venezolano y de su aparato administrativo a las nuevas corrientes del
pensamiento gerencial y económico. El modelo se inserta y toma su mayor
desarrollo de manera selectiva fundamentalmente hacia aquellas áreas o
infraestructuras asociadas a la economía, vale decir puertos, aeropuertos,
carreteras y minas es decir hacia competencias que la ley venezolana de
descentralización denomina competencias exclusivas. El modelo se expresa
mediante diversas formas de privatización que se concentraron en el otorgamiento
de concesiones para la operación, administración y aprovechamiento de
competencias descentralizadas. Creando una doble institucionalidad, por una
parte diversas formas jurídicas; Asociaciones, Servicios Autónomos, e Institutos
Autónomos, y por el otro lado una institucionalidad social agrupada en por los
ciudadanos que conformaron un tercer sector sobre todo el campo de
competencias sociales, donde la población asumió ciertas actividades que
correspondían al Estado.

Finalmente a partir de 1998, surge El modelo Burocrático Populista de base


militar, La expresión del modelo de administración pública que se observa a partir
de la puesta en marcha de las transformaciones líderizadas por el presidente
Hugo Chávez en Venezuela apuntan, por un lado a la expansión del aparato
público y por el otro, a la creación de un administración paralela a la ya existente,
con funciones que se solapan con la administración tradicional, ello como
mecanismo para la flexibilización y aseguramiento de la política gubernamental en
materia de seguridad social y política en general, la materialización de esta política
se efectúa a partir de 2003 cuando el gobierno inicia su política de creación de las
llamadas “Misiones Sociales”, en diferentes áreas, tales como alfabetización,
educación primaria, educación superior, atención de salud en barrios marginales
(a través de un convenio con Cuba en el que atienden médicos cubanos). Como
respuesta a las necesidades sociales de aquéllos sectores que se vieron excluidos
durante años por la inacción del Estado y fundamentadas en lo que el gobierno ha
llamado revolución y socialismo del siglo XXI.

El desarrollo de una profusa reglamentación y creación de instancias


especializadas para el manejo de áreas clave ha sido acompañado por el
desplazamiento de las mediaciones características del modelo de administración
burocrático populista centralizado de los primeros 40 años de democracia en
Venezuela, los partidos políticos tradicionales que le dieron autonomía política a
dicha administración ha sufrido un cambio significativo, ahora la mediación es
llevada a cabo por sectores militares y ciertos grupos tantos políticos como
económicos conservando líneas tradicionales en la agregación y formulación de
las demandas a la administración central, al estilo de hacer política en Venezuela
heredado de los partidos que ya fueron desplazados. La creación de una gran
cantidad de expectativas en la población que se vio excluida por muchos años al
acceso a servicios sociales y de diversa índole ahora han servido como disparador
para la organización y movilización de la población alrededor de esa nueva
institucionalidad otorgándole niveles importantes de legitimidad a las acciones del
gobierno nacional. Lo cual se ha denominado participación popular.

Otro de los aspectos considerado central y casi definitorio de este modelo de


administración, y donde ha recaído gran cantidad de críticas, es el protagonismo
del estamento militar en la conducción y ejecución de las políticas fundamentales
de lo que se ha llamado revolución Bolivariana, produciendo el desplazamiento de
las mediaciones partidistas que le dieron cohesión política al modelo de
administración Burocrático-populista de los primeros 40 años de la democracia en
Venezuela, incluso colocando a los partidos políticos de la plataforma oficialista en
un segundo plano. La tesis para la participación activa de los militares se
desprende de los cambios que en esa materia se dan desde la Constitución de
1999, cuando se redefine el papel de los militares dentro de la sociedad y entre
otras cosas además de permitirse constitucionalmente el voto a los efectivos de la
Fuerza Armada Nacional, se les coloca al lado del pueblo en la tarea de la
soberanía y la seguridad integral del país, conformando lo que el gobierno ha
denominado un modelo cívico-militar.

La designación de militares tanto activos como retirados en gran número de


cargos públicos, así como la participación de militares retirados en cargos de
elección para posiciones tanto en el poder legislativo nacional, Asamblea Nacional,
como gobernaciones y alcaldías, dan cuenta de la activa participación de
miembros de la Fuerza Armada en los asuntos políticos y administrativos de la
nación. El procesamiento de la crisis provocadas por las decisiones de la
administración pública en Venezuela, no han encontrado vías satisfactorias de
resolución, y han estado marcadas más por el debate político partidista, y la
polarización que por el establecimiento de estrategias que mejoren los problemas
del país.

Ahora bien, en Latinoamérica, el exceso de prácticas como la corrupción o la


incesante intromisión política dentro de la Administración pública generó que se
diera una modernización en el siglo XIX. En esta modernización se planteo la
profesionalización como así como la jerarquización para mejorar las relaciones
entre el mandante-mandatario. Dando origen al modelo jerárquico:

Para mejorar el gobierno este modelo plantea dos estrategias:

1. Control y equilibrio entre los poderes políticos


2. Formas jerarquizadas para organizar la Administración Pública

El modelo jerárquico ha fracasado en la mayoría de los países


latinoamericanos debido a que el político, en la mayoría de los casos busca la
satisfacción privada, y esto provoca que la profesionalización difícilmente penetre
en la política como tal. (Carlos Losada i Marrodán, 1999)

Es por ello que la nueva gestión pública lo que se plantea es que las
organizaciones que estaban jerarquizadas de una manera vertical, se cambie ´por
un modelo en el que al burócrata se le dé más libertades, basándose en un
sistema de incentivos para que este desarrolle una eficiencia mucho mayor
resolviendo de esta manera los problemas de las administraciones de los países
más avanzados. Para la implementación en países emergentes lo que se hizo es
que se tomaron prestados cuatro métodos de gestión del sector privado:

 Delegación de toma de decisiones


 Orientación hacia el desempeño

 Orientación hacia el cliente

 Orientación de mercado

La implementación de estos puntos lo único que generaran son mejoras a


los sistemas de administración pública, la desventaja es que en muchas ocasiones
son proyectos a largo plazo los cuales necesitan de un gran esfuerzo por parte de
los organismos burocráticos.

A pesar de que en la zona latinoamericana y caribeña se ha tratado de


implementar el modelo de la Nueva Gestión Pública, los gobiernos han mostrado
deficiencias a la hora de la ejecución todos esto, debido a que al no querer
abandonar practicas como la centralización excesiva, regulada rígida y
desmotivada. Al ser evaluados por organismos internacionales los gobiernos
latinoamericanos y caribeños se han dado cuenta de que los sistemas
tradicionales de administración pública han fracasado y por lo tanto se debe de
adoptar una postura más reformista en donde lo que debe de predominar es una
cultura de confianza por el sistema. Por eso es que los nuevos enfoques son tan
atractivos para su implementación. (Carlos Losada i Marrodán, 1999)
En América latina y el Caribe aun se posee el modelo jerárquico de manera
muy apegado a la administración pública, cosa que no es mala, ya que en la
mayoría de los países avanzados aun se cuenta con esto, la diferencia es que el
comportamiento burocrático es diferente. El termino informalidad que se maneja
aquí se entiende como la falta de delegación de decisiones, o las excesivas reglas
formales (generadas por la falta de confianza en los servidores públicos). El
oportunismo es otra de las actividades que se tienen que evitar a toda costa ya
que de estas prácticas desembocan cuestiones como la corrupción, evasión de
deberes el uso de influencias políticas para la consecución de logros probados.

La informalidad produce un circulo viciosos en el que se hace notar


claramente la falla del Estado, a lo que este responde con reglas que generaran
reformas oportunistas que se introducirán de manera equivocada y lo único que
generará esto es la consecución de un mayor oportunismo. (Carlos Losada i
Marrodán, 1999)

Así mismo, una de las más grandes preocupaciones de los países


latinoamericanos en los últimos años, sin duda, ha sido el tratar de salvaguardar
las conquistas democráticas de sus sistemas políticos de aquellas amenazas que
pretenden movilizar los centros de decisiones políticas estatales a espacios
sociales ilegítimos e ilegales en detrimento de sus estructuras constitucionales.
Por ejemplo, el terrorismo, el narcotráfico, las migraciones, los conflictos
fronterizos, el subdesarrollo económico, la inflación, la deuda pública externa e
interna, la disminución del salario real, el incremento de la economía informal, el
incesante aumento de la pobreza, el gasto público, la inseguridad, la tecnocracia,
la burocracia, entre otros, erosionan la gobernabilidad del Estado; a lo que la
democracia, la justicia, la institucionalidad, entre otros, son llamados a recurrentes
y exhaustivos análisis por parte de los gobiernos que procuran la solución, el
mejoramiento o el control de estos elementos desestabilizadores que afectan
también la situación de los derechos humanos de sus ciudadanos. No obstante, si
bien se han alcanzado algunas opiniones comunes al respecto, cabe destacar que
el mayor acuerdo se concentra en que de alguna u otra forma estos temas no son
en sí mismos causales; al contrario, son consecuencias.

Las administraciones públicas latinoamericanas tienen por delante en


definitiva un reto de gran complejidad. Existía en la región un Estado que cumplía
roles significativos pero tenía serias deficiencias y patologías que era
imprescindible reformar. La reforma de las últimas dos décadas tuvo un énfasis
distinto, minimizar el rol y el tamaño del Estado, y ahorrar recursos aun
sacrificando instituciones e instrumentos de gestión claves. El proceso de
democratización, y los reclamos vigorosos que surgen por respuestas efectivas a
la extendida pobreza, la desocupación y las grandes desigualdades, presionan por
volver a rehabilitar la acción del Estado. Sin embargo, no se busca un retorno al
pasado, a los 60, sino un salto hacia adelante, construir un Estado eficiente,
participativo y equitativo. Nos hemos permitido llamarlo “un Estado inteligente”
(Kliksberg, 2001). Hay importantes condiciones políticas y de apoyo ciudadano
para marchar en esa dirección, pero los grados de tensión social son muy agudos
por la magnitud de las carencias, lo que crea un clima de urgencia. La población
reclama legítimamente respuestas rápidas ante los intolerables niveles de
exclusión social y sufrimiento actuales. Construir el Estado necesario en América
Latina en estos tiempos de urgencia, es uno de los mayores desafíos históricos
que enfrenta la región e incidirá decisivamente en su futuro. Corresponde darle la
más alta prioridad y sumar las energías colectivas para afrontarlo a fondo.

SANSIONES EN LA ADMINISTRACION PÚBLICA.

Las sanciones administrativas son una clase de acto administrativo que


consiste en una sanción como consecuencia de una conducta ilícita del
administrado. Han sido definidas como cualquier mal infringido por la
Administración a un administrado como consecuencia de una conducta ilegal, a
resultas de un procedimiento administrativo, y con una finalidad puramente
represora.
Existen diversos elementos que determinan las características de la sanción
administrativa:

 Proceden de una autoridad administrativa;


 Producen un efecto aflictivo, refiriéndose a la pena impuesta por los
tribunales de justicia.

 Prosiguen a la realización de un ilícito;

 Cumplen una finalidad represora;

 Su imposición exige la observancia de un procedimiento


administrativo;

Los principios en que se base la potestad sancionadora de la


Administración han sido tomados del Derecho penal, siguiendo los criterio de la
jurisprudencia largamente consolidada, en virtud de la cual se considera que tales
principios son plenamente aplicables al ejercicio de la potestad sancionadora de la
Administración, en cuanto son comunes a toda actividad punitiva del Estado,
cualquiera que sea el órgano que la ejerza. Entre los cuales, se tienen: Principio
de legalidad, Irretroactividad, proporcionalidad, prescripción, tipicidad,
personalidad, culpabilidad, supremacía del orden penal, Presunción de inocencia.

En Venezuela existe un ordenamiento jurídico que regula la conducta de la


sociedad. En consecuencia, de ello, no escapan los funcionarios públicos, quienes
están sometidos a las normas jurídicas civiles, penales y administrativas. El
Código Penal de Venezuela establece las penas y sanciones que deben imputarse
a la persona que cometa un delito, siempre y cuando se encuentre tipificado en el
mismo como tal.

Para que una persona ingresar como funcionario público, debe optar
primeramente a un cargo de la Administración Pública, a través del procedimiento
establecido por la Ley de Estatuto de la Función Pública, que señala que le
compete dicho órgano realizarlo mediante concurso público, donde haya un jurado
calificador que evalúe las diferentes síntesis curriculares de los aspirantes a dicho
cargo, en conjunto con la entrevista y el baremo efectuado, lo cual será el
indicador que arrojará el resultado de el ganador o ganadores en capacidad de
desempeñar el cargo y que por consiguiente reunió los requisitos exigidos para
ello.

Aspectos de la responsabilidad penal de los funcionarios: a) Peculado,


b) Concusión, c) Corrupción: Actos debidos; Actos indebidos; Abuso de autoridad:
Actos arbitrarios, Incitación a la desobediencia de Leyes y Beneficio personal.

El Peculado: Este delito tiene su fundamento legal en el artículo 194 del


Código Penal de Venezuela. El peculado se puede definir como la sustracción de
caudales del erario público hecha por las mismas personas que lo manejan. Es
importante destacar, que el medio de comisión del peculado puede ser cualquiera
que resulte apropiado al funcionario público para sustraer el dinero o los objetos
muebles pertenecientes a la nación o a un Estado, Municipio, o apropiarse de
aquel o de éstos; y el delito se consuma en el momento mismo en que el sujeto
decide usar el dinero o las cosas muebles como su fueran suyos. Este delito no
está contemplado en la Legislación Venezolana como peculado culposo tal como
lo establecen y admiten las leyes penales de otras naciones americanas.

Este delito acarrea una responsabilidad penal al funcionario que lo cometa,


la cual va a depender del grado de gravedad del mismo; es decir, si es grave será
castigado con presidio de tres a diez años. Mientras que si no es grave y el
funcionario repara el daño antes de ser sometido a juicio, la pena se reduce a
prisión de tres a veintiún meses.

La Concusión: Concusión es el delito de todos los que emplean la violencia


contra otros para arrancarles dinero. De igual manera, concusión puede ser
definida como la idea al temor infundido mediante poder público. Tiene su
fundamento legal en el artículo 195 del Código Penal de Venezuela. Así pues, el
funcionario público tiene responsabilidad penal por la comisión de un hecho que
está tipificado como punible en el Código Penal, la cual le genera una condena de
prisión de dieciocho meses a cinco años. Sin embargo, si el hecho punible ha sido
cometido un pequeño valor, la condena es menor, se reduce a un tiempo de tres a
veintiún meses. En sí, la concusión es un delito material y en consecuencia
admite la tentativa. El último aparte refleja claramente una atenuante a este delito
en el caso de que la cosa dada o prometida sea de poco valor, lo que hace
disminuir la pena.

Corrupción de Funcionarios: Comete este tipo de delito aquel funcionario


público que trafica con la autoridad de que está investido para ejecutar, retardar u
omitir un acto de sus funciones o realizar alguno contrario a las mismas, a cambio
de cualquiera retribución que no se le deba o de la simple promesa de ésta. El
acto objeto de la negociación delictuosa puede ser perfectamente conforme a
derecho, pero si su ejecución ha sido determinada por el interés de la retribución,
siempre será punible, pues se sanciona el comercio con la función pública. La
pena establecida para la corrupción pasiva impropia, la tipificada en el artículo
197, es de uno a dos meses de prisión. La señalada para la corrupción pasiva
propia en el artículo 198 en el que aparece descrita, es de presidio por tiempo de
tres a cinco años; y en ésta se agrava la responsabilidad del funcionario y la pena
pasa a ser de cuatro a ocho años de presidio, si el acto ejecutado ha tenido por
efecto alguno de los indicados en los ordinales del único aparte del artículo último
citado.

Abuso genérico de funciones o de autoridad: contemplado en el artículo


203 del Código Penal, se consuma con la presencia de una circunstancia positiva
y dos negativas. La primera que se cometa un abuso de autoridad lo
suficientemente grave como para que deba ser castigado con sanciones penales,
y no meramente disciplinarias. Las negativas, que el funcionario público no haya
sido determinado a cometer el abuso por el interés de procurarse el disfrute de un
provecho apreciable y que el acto de aquél no constituya un delito en su especie,
sino que la realización del acto se tome delictuosa porque el agente haya
abusado, al actuar, de la autoridad derivada del cargo público que desempeñe.
El aparte del artículo 203 se refiere a la acción de excitar a una o más
personas a desobedecer las leyes y la excitación puede ser dirigida al público.
Consecuencialmente cometerá el delito indicado quien incite a otros a
desobedecer las leyes o las disposiciones tomadas por la autoridad o estimule a
sus relacionados y aún a extraños o mueva el ánimo de éstos en tal sentido. El
momento consumativo del delito es el mismo de la excitación sin que haya
necesidad de que sea atendida por los destinatarios. Se requiere la consciente
voluntad de excitar a desobedecer las leyes o las medidas tomadas por la
autoridad.

Según lo estipulado en el artículo 204, con relación a la utilidad personal


que se procure el funcionario público por actos simulados, éstos serán
sancionados con prisión de seis meses a cinco años. Este delito afecta sin duda la
administración pública que se desprestigia en alto grado con el proceder
reprochable del funcionario que se aprovecha de los datos que por razón del cargo
que ejerce le son comunicados, para obtener utilidades de manera irregular e
ilícita, con perjuicio de los funcionarios honorables a los que el público atribuye
luego conducta semejante y con mengua de la buena fama de la administración
ante los ojos de propios y extraños

Por otra parte, hay que significar que el artículo 205 protege el secreto en
lo referente a las funciones legislativa, administrativa y judicial, con excepción, en
lo concerniente al campo administrativo, del secreto político o militar atinente a la
seguridad de Venezuela. La acción comprende dos hipótesis: 1) Representada por
la comunicación o publicación de documentos de los que esté en posesión o en
conocimiento el funcionario por causa de sus funciones y que deba mantener
secretos. 2) El favorecimiento de la divulgación de unos u otros. Comunicar quiere
decir tanto como hacer a otro partícipe de lo que uno tiene o conoce; descubrir,
manifestar o hacer saber a uno alguno cosa. Publicar significa hacer público algún
hecho o noticia; revelar o decir lo que estaba secreto u oculto y se debía callar.
A partir de ahora se consideran los delitos que implican incumplimiento de
los deberes inherentes a las funciones que aquél ejerza. El primero de ellos está
contemplado en el artículo 206, donde el sujeto activo es determinado, ya que ha
de ser necesariamente un funcionario público. Para asegurar el cumplimiento de
tales disposiciones y de otras semejantes, el artículo 207 del Código Penal
sanciona con multa de 50 UT a 1.000 UT.

Responsabilidad Civil de los Funcionarios Públicos: Enriquecimiento ilícito y


la Responsabilidad civil por hecho ilícito.

Se entiende por responsabilidad civil, aquella situación jurídica del


patrimonio de la persona que ha causado un daño injusto, lo cual le genera una
obligación y está obligada a reparar dicho daño. Cuando el hecho ilícito constituye
un delito penal, existen dos acciones distintas, tanto civil como penal y por lo tanto
corresponde conocer de ellas jurisdicciones distintas, en base a la materia, cuantía
y territorio. En ese sentido, el Código Civil de Venezuela, obliga de acuerdo a lo
estipulado en el artículo 1.185, a las personas a reparar cualquier daño que hayan
ocasionado bien sea por negligencia, intención o por imprudencia. No obstante, es
conveniente destacar, que aquella persona que cause daño por actuar en defensa
propia o de otro, no le será aplicada dicha disposición.

La responsabilidad administrativa de los funcionarios públicos:

La Ley de Estatuto de la Función Pública, que es la que se encarga de regir


el ejercicio de funciones de los funcionarios públicos de Venezuela. El funcionario
público una vez que adquiere un cargo de la Administración Pública, adquiere
obligaciones que debe cumplir y llevar a cabo con profesionalismo, ética,
honestidad, eficacia y eficiencia; ya que si incurre en hechos ilícitos,
irregularidades en el ejercicio de sus funciones, debe responder civil,
administrativa, disciplinaria o penalmente. Además, cuando un directivo renuncie o
disminuya o comprometa sus competencias que de una u otra forma ocasione un
daño patrimonial o altere la función pública, será responsable por los daños y
perjuicios causados al estado Venezolano.
Independientemente de dichas responsabilidades, existe un régimen
disciplinario, que consiste en las diversas sanciones que le son impuestas en los
casos que incurran en causales, tales como: la amonestación por escrita y la
destitución. El funcionario debe cumplir con sus deberes contemplados en el
artículo 33 de la Ley del Estatuto de la Función Pública, a los fines de que no se le
apliquen las sanciones a que hubiera lugar según sea el caso.

Ahora bien, la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, en su


artículo 100, consagra las sanciones en aquellos casos en que el funcionario
público incumpla cualquier disposición de ley, o que retarde, omita o distorsione
cualquier trámite o procedimiento. Esa sanción se refiere al pago de una multa que
deriva de la gravedad de la infracción cometida.

CONCLUSION

La Administración Pública se organiza en entes públicos y a su vez crean


institutos autónomos para llevar a cabo de manera eficaz y eficiente la
consecución de los fines del Estado y así prestar a la colectividad y usuarios la
prestación de servicios de mejor calidad.

El modelo de administración pública en Venezuela es el producto de un


conjunto de aspectos que se han reproducido en mayor o en menor medida en los
tres modelos analizados aspectos vinculados a la burocratización. La
Administración Pública que se desprende de la puesta en marcha del proceso de
transformación institucional en Venezuela líderizadas por el presidente Hugo
Chávez, ha introducido de manera clara cambios significativos en la organización
y administración del Estado, pero del mismo modo se reproducen aspectos o
rasgos característicos del populismo y la burocratización.

Por otra parte, entre los delitos que pueden cometer los funcionarios dentro
de la administración pública, se tienen: peculado, concusión, corrupción de
funcionarios, abusos de autoridad, violencia y resistencia a la autoridad y ultraje.
Estos delitos están tipificados en el Código Penal de Venezuela, donde se indican
los medios de comisión que deben existir para que se dé cómo tal cualquiera de
estos delitos. Además, se especifican las sanciones es decir, de arresto, prisión,
presidio, o sanción canceladas por unidades tributarias. Todo ello va a depender
de la gravedad del delito y de acuerdo en donde encaje tomando en consideración
sus elementos característicos.

Es importante destacar que de acuerdo a los Informes anuales presentados


por Organizaciones de Justicia Mundial (World Justice Project), con sede en
Washington, revelan que Venezuela aparece como un país con problemas de
corrupción, crimen y violencia, el documento revela que la falta de transparencia
de las instituciones y la ineficiencia del sistema de justicia criminal son los
problemas que hacen caer al país latinoamericano a los últimos lugares de la lista
del informe internacional. Y lo coloca como el peor en materia de responsabilidad y
controles efectivos sobre el poder ejecutivo. Pero Venezuela no es el único en esta
lista, México muestra un desempeño mixto, aunque recibe especial atención lo
deficiente de su sistema judicial. Argentina también recibió una “mala calificación”
en materia de responsabilidad gubernamental e “interferencia política”. Colombia
por su parte se sitúa en los últimos lugares de la lista en materia de orden y
seguridad, con “problemas significativos” en el apartado de abusos policiales o
violaciones de derechos humanos.

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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

 Revista del CLAD Reforma y Democracia. No. 32. (Jun. 2005). Caracas.
 http://finzferdinandspace.blogspot.com/2012/04/administracion-publica-en-
america.html
 Córdova Jaimes, Edgar. Administración Pública en Venezuela:
Aproximaciones a los cambios y transformaciones, Revista de Ciencias
Sociales v.12 n.3 Maracaibo sep. 2006.

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