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Universidad Santo Tomás

Responsabilidad Social Empresarial


Guía de conceptos
Pablo Fernández I.

Orígenes y evolución de la RSE

1. Definición

Responsabilidad social empresarial (RSE) o inversión socialmente


responsable, se define como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento
social, económico y ambiental por parte de las empresas Responsabilidad social
empresarial es una forma de gestión

Los antecedentes de la RSE se remontan al siglo XIX, y se tiene que una empresa
es socialmente responsable, cuando en su proceso de toma de decisiones valora
el impacto de sus acciones en las comunidades, en los trabajadores y en el medio
ambiente e incorpora efectivamente sus intereses en sus procesos y resultados

Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la responsabilidad social de


la empresa es el conjunto de acciones que toman en consideración las empresas,
para que sus actividades tengan repercusiones positivas sobre la sociedad y que
afirman los principios y valores por los que se rigen, tanto en sus propios métodos
y procesos internos, como en su relación con los demás actores

Las principales responsabilidades éticas de la empresa con los trabajadores y la


comunidad son:

 Servir a la sociedad con productos útiles y en condiciones justas.


 Crear riqueza de la manera más eficaz posible.
 Respetar los derechos humanos con unas condiciones de trabajo dignas
que favorezcan la seguridad y salud laboral y el desarrollo humano y
profesional de los trabajadores.
 Procurar la continuidad de la empresa y, si es posible, lograr un crecimiento
razonable.
 Respetar el medio ambiente, evitando en lo posible cualquier tipo de
contaminación, minimizando la generación de residuos y racionalizando el
uso de los recursos naturales y energéticos.
 Cumplir con rigor las leyes, reglamentos, normas y costumbres, respetando
los legítimos contratos y compromisos adquiridos.
 Seguimiento de la gestión de los recursos y los residuos.
 Revisión de la eficiencia energética de la empresa.
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 Correcto uso del agua.


 Lucha contra el cambio climático.
 Diseño e implementación de estrategias de asociación y colaboración de la
empresa.

La ética de la empresa aparece también como la forma para obtener una


legitimidad social, la cual la empresa para conseguirla debe “lograr a la vez
producir los bienes que de ella se esperan y respetar los derechos reconocidos
por la sociedad en la que vive y los valores que esa sociedad comparte”18 . Esta
visión aporta a la discusión desde dos ámbitos: el primero es comprendiendo a la
empresa como un ciudadano corporativo quien posee como tal derechos y
deberes y segundo, tomando el contexto valórico social particular en la que la
empresa se inserta. Tema fundamental de cualquier discusión ética.

Otra interpretación de la RSE, es abordada por Roitter, quien señala que la


empresa además de sus contratos económicos establece otros contratos bajo un
nuevo concepto de razón social, a través del cual “la empresa adquiriría su razón
de existencia para el medio social en que se desenvuelve”.

2. Beneficios

La escala y el carácter de los beneficios que puede otorgar la aplicación de


responsabilidad social en una empresa, es relativo a la naturaleza de la misma y
es difícil de cuantificar. Algunos autores (Orlitzky, Schmidt, and Rynes )
encuentran que hay una relación directa entre el desempeño social/ambiental y el
financiero. Sin embargo, aquellas empresas que aplican RSE no buscan un rédito
financiero en el corto plazo.

3. Fundamentos

Un programa de responsabilidad social empresarial en la empresa se fundamenta


en:

i. Recursos Humanos

Un programa de RSE puede apuntar al reclutamiento y retención de talentos,


especialmente considerando el alto grado de competitividad del mercado,
asimismo un programa de RSE ayuda a mejorar y promover una buena imagen de
la compañía en el personal interno, especialmente en casos donde los empleados
resultan directamente involucrados a través de actividades generadas por el
programa.
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ii. Filantropía corporativa estratégica

Las empresas han comenzado a adoptar la RSC no solo como resultado de


presiones de los consumidores, los proveedores, la comunidad, las organizaciones
de activistas, los inversionistas, etc. (llamados en conjunto stakeholders); sino
también como una actividad estratégica adicional en la competencia comercial.

Las empresas pueden desempeñar un papel muy importante en la vida de las


personas, no solo como proveedoras de empleo y de riqueza, sino como agente
de desarrollo en las comunidades en la que están insertas. Muchas grandes
empresas son conscientes de ello y han tratado de aprovechar las expectativas
que genera la RSC para obtener ventajas competitivas (ayudan ayudándose). La
filantropía corporativa ha dejado de ser una actividad autónoma confiada a una
fundación y va formando parte, cada vez más, de las estrategias que contribuyen
a realizar el objeto social de la empresa.

4. Diferencias de conceptos clave


i. Responsabilidad social corporativa (RSC) y de la responsabilidad social
empresarial (RSE),

Se distingue entre la empresa y la corporación, entendiendo que esta última


incorpora a todas las organizaciones, empresariales o no, independientemente de
su tamaño,

ii. RSE y (RS). La responsabilidad social se entiende como el compromiso


que tienen todos los ciudadanos, las instituciones –públicas o privadas– y
las organizaciones sociales, en general, para contribuir al aumento del
bienestar de la sociedad local o global

Esto plantea un dilema: las empresas multinacionales son tan poderosas que es
peligroso que se inmiscuyan en temas sociales y políticos, pero también lo es que
solamente se dediquen a maximizar sus ganancias.

En consecuencia, si entrando en temas sociales y políticos, tienen posibilidades


ciertas de aumentar sus ganancias, simplemente lo harán.

5. Historia

En el siglo XIX, algunos empresarios industriales en Europa y en los EE.UU., se


preocuparon por la vivienda, el bienestar y la caridad hacia sus empleados. Por
otro lado, aparecen agrupaciones que consideraban poco ético lucrar con
productos perjudiciales para la sociedad, como tabaco, alcohol, etc. y aparecen
también movimientos contrarios a esas agrupaciones.
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En el siglo XX, con el desarrollo del Estado de Bienestar, el sentimiento


filantrópico se volcó en relaciones formales integrales dentro de las instituciones;
cuando hasta entonces el único objetivo empresarial había sido aumentar la
productividad y los beneficios económicos.

Aunque la expresión RSE surge entre los 50-60 en EE.UU., no llega a


desarrollarse en Europa hasta los 90, cuando la Comisión Europea utilizó el
concepto, para implicar a los empresarios en una estrategia de empleo que
generase mayor cohesión social, puesto que en la sociedad europea había cada
vez más problemas en torno al desempleo de larga duración y la exclusión social
que eso suponía. Más tarde, en 1999, el secretario general de la ONU durante el
Foro Económico Mundial de Davos, pidió al mercado mundial que se adoptasen
valores con rostro humano.

Desde los años noventa, este concepto ha ido cobrando fuerza y evolucionado
constantemente, tras la llegada de la globalización, el aceleramiento de la
actividad económica, la conciencia ecológica y el desarrollo de nuevas
tecnologías.

Hay organismos de carácter internacional que se encargan de delimitar, en lo


posible, el concepto teórico de la RSC, cuyas directrices sirven como orientación
para las empresas que se deciden a transitar por este camino. Dentro de los más
destacados se podría citar a los siguientes:

 Global Compact (Pacto Mundial) de Naciones Unidas


 Global Reporting Initiative (Iniciativa para la Rendición de Cuentas Global)

Además, existen otras entidades e iniciativas nacionales con una especialización


en el tema de la RSC, que están contribuyendo de forma determinante a la
creación y difusión de una cultura responsable, entre las organizaciones que
forman el tejido empresarial de cada país.

Como documento decisivo en Europa, destaca el llamado sobre RSC. El artículo


116, de la ley francesa sobre nueva reglamentación económica del 2001, incluso
impone la obligación jurídica a las empresas, de informar acerca de sus acciones
de índole social.

En Brasil, la coalición presidida por el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, en la


que participan numerosos empresarios, ha promovido la RSC y existe un proyecto
de Ley de Responsabilidad Social de octubre del 2003.

Existen normas oficiales acerca de la RSC como la norma SA 8000 (Social


Accountability Standard 8000) impulsada por el Council on Economic Priorities y
aplicada por SAI, así como la norma SGE 21 de Forética, norma que certifica
globalmente la RSC en todos sus ámbitos. En noviembre de 2010 fue publicada la
norma-guía ISO 26000, desarrollada con la participación de 450 expertos
participantes y 210 observadores de 99 países miembros de ISO y 42
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organizaciones vinculadas. La ISO 26000 no tiene por finalidad ser certificable ni


un sistema de gestión, sino orientar las organizaciones en la introducción de
prácticas socialmente responsables.

Según la ONG Accountability en un ranking de los 108 países cuyas empresas


tienen un mayor grado de desarrollo de la Responsabilidad Social Empresarial, los
líderes son Suecia, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Reino Unido, Noruega y Nueva
Zelanda.

En 1999 y como iniciativa de Kofi Annan (entonces secretario de las Naciones


Unidas), se lanzaron una serie de iniciativas las cuales identificaron lineamientos o
principios que debían ser considerados por las empresas, para contribuir al
desarrollo de la sociedad, comunidades y los mercados. Las medidas establecidas
en esta iniciativa involucran temas de derechos humanos, laborales, del cuidado al
medio ambiente así como medidas anti-corrupción, temas que abarcan los "Diez
Principios" con que cuenta el Pacto Mundial, conocido como «UN Global
Compact». Si bien las empresas no se encuentran obligadas de forma jurídica
alguna a la implementación y seguimiento de dichos principios, son lineamientos
aspiracionales que dentro de su gestión, operaciones u estrategias, deben de
tomar en cuenta para actuar y cumplir dentro de un marco de Responsabilidad
Social Corporativa establecido a nivel mundial.

En la actualidad, el trabajo de los gobiernos e instituciones oficiales se centra en la


difusión de la importancia

El Ranking de Sustentabilidad Empresarial PROhumana es una metodología de


gestión y evaluación de la Sustentabilidad que se usa como herramienta de
aprendizaje para empresas,

6. Ética en los negocios

La misma frase define con claridad la idea tras Ética de Negocios —un conjunto
de conceptos, valores, creencias, de las que se concluyen comportamientos
empresariales que pueden ser evaluados como buenos o malos, debidos o
indebidos.

• Suele cometerse el error de interpretar literalmente la frase Ética de Negocios y


pensar que el sujeto de las normas derivadas es la empresa o la institución —la
firma en palabras de economistas. El sujeto de las reglas éticas no es la empresa,
sino las personas que la forman: propietarios, administradores, empleados,
trabajadores.

• El punto de origen de la Ética de Negocios es el mismo del que parte cualquier


norma ética: la posibilidad de actos reprobables que pueden realizarse cuando la
persona actúa buscando un beneficio personal.
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En este caso, las personas que forman la empresa realizan una serie de actos que
en lo general tienen un objetivo común: el buscar la supervivencia del negocio y su
éxito dentro de un ambiente económico en el que existe competencia por los
mismos recursos y los mismos consumidores. Como en el caso de cualquier otra
conducta humana, debe enfrentarse la posibilidad de acciones indebidas o
reprobables.

• La Ética de Negocios es un caso especial de normas éticas, de índole universal,


que aplican a todas las personas, pero que aquí entran en detalle en campos
como el pago de impuestos, el reparto de dividendos, las compensaciones
ejecutivas, frenos a la competencia, calidad de productos, prácticas monopólicas,
espionaje industrial, discriminación en el trabajo y otras más relacionadas con
actividades empresariales y de trabajo. Intenta tener un campo de acción más
grande que el de la ley —no basta con estar dentro de la ley, sino ir más allá de
ella y su reducido círculo de autoridad.

En lo general, esta ética y la promoción que ella ha recibido son una reacción ante
escándalos empresariales de consideración y con efectos muy dañinos en la
sociedad —conductas francamente reprobables, como engaños en cifras
financieras, fraudes enormes que, convertidos en escándalos en medios, dieron
origen a la creación de cursos sobre el tema.

• La Ética de Negocios es una buena instancia que demuestra la universalidad de


la ética y sus principios absolutos —lo que niega el relativismo moral que ha
querido aplicarse a otras conductas humanas, pero no de negocios.

En resumen, la Ética de Negocios está formada por un conjunto de principios,


valores y creencias aplicables a todas las personas en todas sus acciones y que
pone especial énfasis en la conducta humana empresarial, económica y de
trabajo. Aplica a todos los integrantes de la empresa, accionistas, emprendedores,
ejecutivos y trabajadores bajo el gran principio de tratar a los demás como uno
quisiera ser tratado.

En el fondo es el resultado de tomar reglas éticas, aplicables a toda conducta


humana, y establecer su aplicación concreta a decisiones propias de las personas
que forman una empresa o negocio —sin cometer el error de creer que sólo
aplican a accionistas y ejecutivos, pues también comprenden a trabajadores y
obreros. A todos los que intervienen en la empresa.

La gestión responsable de la empresa implica que ésta actúe conciliando (punto


de equilibrio) los intereses del negocio con las expectativas que de ella tiene la
comunidad (particularmente sus grupos de interés o stakeholders)

Generalmente con el objetivo de mejorar su situación competitiva, valorativa y su


valor añadido. El sistema de evaluación de desempeño conjunto de la
organización en estas áreas es conocido como el triple resultado.
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7. Triple resultado o triple cuenta de resultados es un término relativo a los


negocios sustentables, que hace referencia al desempeño de una empresa
expresado en tres dimensiones:

 social,
 económica
 ambiental.

Las evidencias de desempeño en relación con el triple resultado se manifiestan en


los informes de sustentabilidad o responsabilidad social corporativa. Hasta 2009 la
elaboración y publicación de los mismos seguían siendo de carácter voluntario y
evolutivo en todo el mundo. La responsabilidad social corporativa va más allá del
cumplimiento de las leyes y las normas, dando por supuesto su respeto y su
estricto cumplimiento.

El cumplimiento de estas normativas básicas no se corresponde con la


responsabilidad social, sino con las obligaciones que cualquier empresa debe
cumplir simplemente por el hecho de realizar su actividad.

Bajo este concepto de administración y de gestión se engloban un conjunto de


prácticas, estrategias y sistemas de gestión empresariales que persiguen un
nuevo equilibrio entre las dimensiones económica, social y ambiental.

8. Visiones de RSE

No tenemos una definición única y generalmente aceptada de la (RSE) y la


proliferación de diferentes versiones nos lleva a pensar que no nos pondremos de
acuerdo sobre este tema. Esto corresponde a lo que podríamos llamar la “visión” o
la “concepción” de la RSE, especialmente para el directivo de alto nivel de la
compañía –el Presidente, el Consejero Delegado o el Director General.

No se trata de explicaciones o justificaciones ¿por qué mi empresa ha de ser


socialmente responsable? ¿Cómo explico a mis accionistas que debemos ser
socialmente responsables? sino más bien “visiones”:

¿cómo veo yo la RSE en mi empresa? ¿Qué es para mí la RSE? Son la visión


ética, la social, la estratégica y la instrumental

1) La “R” en la Responsabilidad Social Corporativa tiene un contenido ético. La


empresa es responsable de sus acciones y de los impactos (previsibles) que
tienen (y de sus omisiones) sobre todos sus stakeholders. Si esta es la visión del
Director General, probablemente pensará: “Mi empresa debe hacer frente a todas
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sus responsabilidades por las acciones y omisiones pasadas y por sus


consecuencias, debe estar en condiciones de hacer frente a las obligaciones que
se le presenten ahora y en el futuro, y debe dar cuenta de sus acciones y de cómo
ha hecho o va a hacer frente a esas obligaciones en el futuro”. Pero la empresa
tiene más responsabilidades que las recogidas bajo el título de Responsabilidad
Social de la Empresa. Esta nomenclatura incluirá una parte de aquéllas, las que la
empresa reconoce públicamente ante la sociedad y ante sus stakeholders y se
compromete a vivir ante ellos.

2) La RSE desde un punto de vista social entiende que es una respuesta a las
demandas o expectativas de la sociedad y de los stakeholders. ¿Qué esperan de
mí mis trabajadores, mis clientes, mis proveedores, la comunidad local en que me
muevo, mis accionistas? Que cumpla la ley, claro, pero también algo más.
Entendida de esta manera, la RSE no es una obligación moral, sino de otro tipo:
algo que me conviene (quedar bien con mis empleados, con mis clientes, con mis
vecinos) y que me produce beneficios o me evita costes (ganar la lealtad de mis
clientes, ahorrar conflictos con los grupos de intereses, conseguir una buena
reputación). Lleva a preguntas adicionales: ¿ante quién tengo que comportarme
responsablemente? ¿Y por qué? ¿Basta que ellos me lo pidan? ¿Tienen derecho
a pedirlo? ¿Quiénes? ¿Hasta dónde? ¿Puedo negarme? ¿Tengo que escucharles
a todos? Y otras muchas.

3) Cuando el alto directivo tiene una visión estratégica de la RSE, busca aquellos
proyectos, internos o externos, que cumplan los criterios sociales o
medioambientales propios de la RSE, pero que también creen valor para la
empresa. O, lo que es lo mismo, que creen valor para todos, sin excluir a la
empresa: por eso es estratégica. Frecuentemente, supondrá un análisis coste-
beneficio de las acciones que se propone llevar a cabo: ¿cuánto cuesta para la
empresa, por ejemplo, una donación a la comunidad local? ¿Cuánto reporta a la
empresa (en términos no necesariamente económicos: en reputación, en atracción
de inversores o de empleados, en menores conflictos, en lealtad de los clientes)?
¿Y cuánto reporta a la sociedad o a los stakeholders que se beneficiarán de ella?

El análisis no tiene por qué aportar siempre un beneficio económico máximo para
la compañía, ni siquiera un beneficio positivo, pero, en la visión estratégica, debe
tener ventajas, a corto o a largo plazo. Por ejemplo, aumento de la cuota de
mercado, desarrollo del aprendizaje corporativo, implicación de los empleados,
mejores relaciones con los inversores, creación de reputación, etc. Otra cosa es
que esa actuación estratégica cree una ventaja competitiva sostenible y sólida:
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esto no es seguro, pero desde luego, es lo que pretende el enfoque estratégico de


la RSE.

4) Hay, finalmente, una RSE que podemos llamar instrumental o administrativa,


cuando el Director General la concibe como un conjunto de instrumentos o medios
para conseguir unos objetivos, que pueden ser los señalados en los párrafos
anteriores o no. Lo que cuenta aquí son los resultados: ¿hemos reducido el
impacto medioambiental de nuestra producción, el consumo de agua y de
energía? ¿Ha aumentado la satisfacción de los empleados? ¿Hemos mejorado
nuestra calificación en alguno de los rankings nacionales o internacionales de
RSE? Por eso, esta manera de ver la RSE se fija, principalmente, en la medición
de los resultados: somos responsables en la medida en que nuestros números
sean suficientes y somos más responsables cuando nuestros números son
mejores que los del año anterior. Aquí, la RSE se conceptualiza en términos
instrumentales: es una manera de hacer frente a problemas definidos. Los motivos
no cuentan, o cuentan poco.

No cabe duda de que la RSE necesita instrumentos: los principios éticos, si no se


concretan en resultados, pueden quedarse en buenas intenciones, en resultados
anárquicos o ineficaces. Pero la RSE meramente instrumental, sin principios,
puede acabar convirtiéndose en rellenar un cuestionario: hay que ir poniendo una
cruz en cada casilla y, cuando se ha puesto la última, hemos conseguido nuestro
objetivo, ya somos socialmente responsables.

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