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La penicilina

Todo el mundo sabe que Fleming descubrió la penicilina, pero su forma de obtención a
nivel industrial evidentemente no es apenas conocida. Este proyecto se va a centrar
precisamente en esto. Los antibióticos son productos del metabolismo microbiano que
son capaces de matar o inhibir el crecimiento de otros microorganismos a bajas
concentraciones.

Los antibióticos ß-lactámicos se caracterizan por poseer en su estructura el anillo ß-


lactámico que está compuesto por 3 átomos de carbono y 1 átomo de nitrógeno. Los
antibióticos ß-lactámicos se pueden dividir en cinco clases diferentes:
· Penicilinas
· Clavamas
· Cefalosporinas
· Monobactamas
· Carbapenemas

Las penicilinas y cefalosporinas pertenecen a los más efectivos de todos los agentes
terapéuticos usados en el control de las enfermedades infecciosas.

Como se ha indicado, la penicilina fue descrita por Fleming en 1929. Un grupo de


investigación en Oxford, bajo la dirección de Florey y Chain, la aisló a partir de cultivos
de Penicillium notatum en 1940 y la primera aplicación clínica de la penicilina se realizó
en 1941. Las penicilinas son producidas por muchos hongos, particularmente especies
de Penicillium y Aspergillus.

Las penicilinas naturales son efectivas contra numerosas bacterias Gram +. Son lábiles
en medio ácido y pueden ser inactivadas por hidrólisis del anillo ß-lactámico con
penicilinasas. Debido a su baja toxicidad pueden ser utilizadas grandes dosis de
penicilina, solamente un pequeño porcentaje de pacientes desarrollan alergia (0,5-2%).

Proceso de obtención:
La penicilina G y la penicilina V son producidas utilizando procesos sumergidos en
fermentadores de 40.000-200.000 litros. Debido a las dificultades en el suministro de
oxígeno no pueden ser empleados tanques mayores. La fermentación de penicilina es
un proceso aeróbico con una velocidad de absorción volumétrica de oxígeno de 0,4-0,8
mM/l min. La velocidad de aireación requerida está entre 0,5-1,0 vvm dependiendo de la
cepa, del biorreactor y del tipo de impulsor. Para el mezclado se suelen utilizar varios
impulsores de tipo turbina (120-150 rpm). El rango de temperatura óptima es de 25-27°C.
Las penicilinas semisintéticas han conseguido resolver algunas de las limitaciones que
poseen ciertas penicilinas naturales, como pueden ser la penicilina G o la penicilina V
[1]. Las penicilinas naturales son producidas por gran cantidad de hongos del tipo
Aspergillus o de Penicillium [2] y gracias a la forma de su estructura son capaces de
atacar a ciertas bacterias. El principal problema que presentan es que son ligeramente
inestables en medio ácido y son muy susceptibles al ataque de unas enzimas llamadas
ß-lactamasas, presentes en gran variedad de microorganismos y que destruyen la
estructura de la penicilina, perdiendo así su funcionalidad.

Las penicilinas semisintéticas se obtienen mediante síntesis química a partir del ácido 6-
aminopenicilánico, o también llamado 6-APA [3]. La molécula de penicilina G tiene como
base la estructura del 6-APA a la cual se encuentra unida una cadena lateral (ácido
fenilacético), que es la que determina las diferentes propiedades de las penicilina.
Dependiendo de la cadena lateral que se encuentre unido al 6-APA, tendremos un tipo
de penicilina u otra.
Ahora, ¿pero cómo conseguimos producir este tipo de penicilinas? Tan sólo necesitamos
obtener el 6-APA y adicionarle la cadena lateral que deseemos de cara a la penicilina
que queramos obtener [4]. Por esta razón, la mayor complicación que existe en el
proceso de la fabricación de las penicilinas semisintéticas es la obtención del 6-APA.
Para poder obtener el 6-APA es necesario primero tener penicilina G o penicilina V
(naturales) como precursor. A continuación, es necesario realizar tres etapas:
La fermentación del microorganismo
Recuperación de la penicilina
Obtención del 6-APA
La primera de ellas, la fermentación del microorganismo, se realiza mediante un sistema
llamado de “Fed-Batch” que consiste en realizar el cultivo del microorganismo
(Penicillium chrysogenum) de forma escalonada, pasando de menor a mayor escala,
llegando al volumen del biorreactor. De no hacerse de esta manera (sino cultivando el
microorganismo directamente en el biorreactor), el tiempo de fermentación sería muy
elevado, haciendo el proceso poco viable. Con esta operación lo que se busca es el
crecimiento del microorganismo que va a producir la penicilina, no la producción en sí
del antibiótico.

Una vez tenemos el “caldo de cultivo” en el biorreactor (con un volumen de varios miles
de litros), se realiza una fase de crecimiento, en la que se aportan los nutrientes
necesarios al medio (azúcares, sales, etc.) para que el microorganismo se desarrolle
correctamente y se alcance un volumen de microorganismos suficiente para obtener la
producción deseada.
Es necesario mencionar que los antibióticos sólo son producidos por los
microorganismos cuando se encuentran en una situación de “emergencia”. Esto es, por
ejemplo, cuando un hongo crece en presencia de otros microorganismos, como pueden
ser las bacterias, ambos compiten por el alimento presente en el medio. Por esta razón,
los hongos han desarrollado la producción de los antibióticos. Una muy buena forma de
eliminar la competencia.
Para que los microorganismos que tenemos en el biorreactor comiencen a producir
penicilina, es necesario crear una situación en la que el hongo no se encuentre muy
cómodo, es decir, tenemos que generarle estrés. Para ello, le aportamos menos
nutrientes al medio, comenzándose así la producción de penicilina. En la industria, para
que el proceso de producción se realice mejor, se le añade al medio de reacción el
precursor (la cadena lateral) de la penicilina G, que es el ácido fenil-acético.
La segunda etapa de la producción industrial de penicilinas es la del proceso de
recuperación. Éste se realiza mediante una serie de filtros en la que se va a separar la
parte líquida del medio de reacción de la sólida, que está constituida por el micelio del
hongo. Para evitar tener pérdidas de penicilina, se lava la parte sólida que se ha separado
para poder arrastrar las pequeñas (pero valiosas) cantidades de penicilina que haya
podido quedarse atrapada en el micelio y así juntarlo con las aguas del filtrado. A
continuación, se utiliza una serie de compuestos orgánicos para extraer la penicilina del
agua de filtrado y poder llevarla a purificarla mediante un proceso de cristalización.
Para poder realizar las producción de penicilinas semisintéticas, es necesario ahora
realizar la rotura de la molécula de la penicilina G para la obtención del 6-APA y de la
cadena lateral. Esto hasta hace no mucho tiempo se realizaba mediante métodos
químicos, pero en la actualidad se realiza mediante métodos biotecnológicos, haciendo
uso de una serie de enzimas llamadas “penicilina acilasas”. Este tipo de enzima, cataliza
la ruptura del enlace existente entre el 6-APA y la cadena lateral de la penicilina en
cuestión.
De esta manera, ya estamos en la disposición de fabricar la penicilina que deseemos
sólo adicionando la molécula de 6-APA que acabamos de obtener la cadena lateral que
le corresponde (en forma de cloruro de ácido).

BIBLIOGRAFIA

http://www.uam.es/departamentos/medicina/farmacologia/especifica/F_General/FG_T6
2.pdf
http://www.science.oas.org/Simbio/mbio_ind/cap9_mi.pdf
http://darwin.usal.es/profesores/pfmg/sefin/MI/tema15MI.html
“Enzyme biocatalysis (principles and applications)” Andrés Illanes (2008) Ed. Springer

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