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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior

Universidad Nacional Experimental "Rómulo Gallegos"

Escuela de Medicina "Dr. José Francisco Torrealba"

San Juan de los Morros Estado-Guárico

3er Año Sección 10

Vitaminas Liposolubles

Bachilleres:

Gamarra Daniel CI 25.617.206

Lima adriano CI 085717

Mirabal Jonaidys CI 25.750.660

Pérez Maryury CI 25.730.100

Reyes Yusbeidy 25.782.780

San Juan de los Morros, Septiembre de 2017


Concepto:

Las vitaminas son sustancias orgánicas presentes en cantidades muy pequeñas en los alimentos,
pero necesarias para el metabolismo. Se agrupan en forma conjunta no debido a que se
relacionen químicamente o porque tengan funciones fisiológicas semejantes, sino porque,
como lo implica su nombre, son factores vitales en la dieta. Las vitaminas son muy importantes
para el organismo, ya que le aportan al cuerpo físico los nutrientes necesarios para su correcto
funcionamiento y adecuado desarrollo de cada aparato y sistema. De manera particular, existe
la necesidad imperativa de resaltar la importancia de las vitaminas liposolubles, ya que están
involucradas en funciones corporales básicas del organismo y del sistema nervioso de una
manera directa; y para ello debemos empezar respondiendo a la interrogante planteada:

¿Qué son las vitaminas liposolubles y en qué se diferencian de las vitaminas hidrosolubles?

Las vitaminas liposolubles son las que se disuelven en aceites y grasas. A diferencia de las
hidrosolubles, las liposolubles se almacenan en tejidos adiposos del cuerpo y en el hígado, por
lo que no es necesario un consumo diario de alimentos ricos en vitaminas liposolubles.
Realizando una diferenciación explicita de cada grupo vitamínico, se puede evidenciar que las
vitaminas liposolubles son menos variadas, ya que se trata de cuatro vitaminas reales y una
falsa, mientras que hidrosolubles son nueve. Asimismo, las hidrosolubles al disolverse en agua
se pierden rápidamente en la cocción y se eliminan por la orina, mientras que las liposolubles se
acumulan en el organismo como reserva para los momentos en que no ingresan vitaminas
nuevas.Las vitaminas liposolubles son las vitaminas A,D,E,K y F. Estas vitaminas ingresan al
organismo a través de la nutrición y dietas equilibradas. Cuando estas sustancias, junto a otras
vitaminas hidrosolubles y nutrientes, se encuentran en equilibrio, el cuerpo se halla preparado
para combatir y prevenir múltiples enfermedades.

Descubrimiento, clasificación, fuentes alimentarias y relación en salud:

Cuando se clasificó a las vitaminas por primera vez, todas se descubrieron en relación con las
enfermedades que causan su carencia. Más aún, no encajan en otras categorías de nutrientes
(carbohidratos, grasas, proteínas y minerales o metales traza; a cada una se la denominó con
una letra del alfabeto ipso facto. Después, ha habido la tendencia a cambiar las letras por
nombres químicos.

Cada una de las vitaminas liposolubles cumple funciones complementarias que permiten un
funcionamiento correcto tanto físico como psíquico.

La vitamina A, también denominada retinol, se descubrió en 1913, cuando los investigadores


encontraron que ciertos animales de laboratorio dejaban de crecer si la manteca (hecha con
grasa de cerdo) era la única forma de grasa presente en la dieta, pero, si se suministraba
mantequilla en vez de manteca (la dieta en otros aspectos permanecía igual) los animales
crecían y se desarrollaban. Los estudios posteriores con animales demostraron que la yema de
huevo y el aceite de hígado de bacalao contenían el mismo factor alimenticio vital, que se
denominó vitamina A. La misma se encarga de la protección de la piel y de la visión. Además
contribuye a la formación de enzimas del hígado y de la producción de hormonas. La vitamina A
se suele dar en suplementos dietarios a personas que sufren infecciones respiratorias,
problemas en la vista o en la piel gracias a sus propiedades reconstructivas. Se encuentra en
alimentos de origen animal, verduras como las zanahorias y la espinaca,como bien se menciona
en la manteca, y otros alimentos.

La vitamina D, también se denomina calciferol, y recibe este nombre porque contribuye a la


absorción del calcio y el fósforo. La vitamina D se asocia con la prevención del raquitismo y su
homólogo en el adulto la osteomalacia o ablandamiento de los huesos. Durante muchos años se
sospechó que el raquitismo se debía a carencias nutricionales, y en ciertas partes del mundo se
utilizó para su tratamiento aceite de hígado de bacalao. En efecto, en 1919 Sir Edward Mellanby,
en estudios efectuados en cachorros de perro, señaló sin dudas que la enfermedad era de
origen nutricional y que respondía a la vitamina D contenida en el aceite de hígado de bacalao.
Más adelante se demostró que la acción de la luz solar en la piel producía la vitamina D utilizada
por los seres humanos. Las propiedades absorbentes hacen que esta vitamina sea muy
necesaria para los niños en edad de crecimiento, por lo que se venden leches y productos
alimenticios reforzados. Algunos alimentos ricos en ésta vitamina son las sardinas, el atún,
margarina, huevos y quesos altos en grasa.

La vitamina E, o tocoferol, cumple funciones relacionadas con la producción de glóbulos rojos y


formación de tejidos musculares; los seres humanos la obtienen principalmente de aceites
vegetales y cereales de grano entero. Se la denominó «vitamina anti-esterilidad» o inclusive
«vitamina del sexo» porque las ratas alimentadas con dietas deficientes en tocoferol no se
pueden reproducir: los machos desarrollan anormalidades en los testículos y las hembras tienen
abortos espontáneos.Asimismo, lo planteado se sustenta en la consideración de que una de sus
funciones principales es la producción de hormonas y permitir la maduración de
espermatozoides y óvulos, por lo que esta vitamina se relaciona con el favorece tal acción.
También tiene ejerce labores antioxidante, lo que ayuda a la regeneración de los tejidos y evita
el envejecimiento celular, por lo que suele utilizarse para tratamientos estéticos. Algunos
alimentos ricos en vitamina E son el aceite de girasol, de maíz y soja, los frutos secos, el coco, la
manteca y otros alimentos grasos.

La vitamina K o antihemorrágica onvitamina de la coagulación, recibe esta denominación


porque se relaciona con la protrombina y la coagulación de la sangre. Debido a esto se utiliza
con éxito para tratar las hemorragias de los recién nacidos (enfermedad hemorrágica del recién
nacido). Los seres humanos obtienen algo de vitamina K de los alimentos y, además, una parte
la sintetizan ciertas bacterias en el intestino. Los recién nacidos tienen un intestino libre de
microorganismos, y, por lo tanto, no obtienen la vitamina K a partir de la síntesis bacteriana.
Ahora se sabe que los pacientes alimentados por vía endovenosa o en ayuno, y que han
recibido antibióticos de amplio espectro que acaban con la flora intestinal, pueden sangrar
debido a la falta de la vitamina K. En muchos hospitales se suministra vitamina K de rutina a los
recién nacidos para prevenir la enfermedad hemorrágica. Sus deficiencias suelen asociarse con
problemas para la absorción de grasas. Algunos alimentos ricos en vitamina K son los vegetales
de hoja verde, el hígado, aceite y yema de huevos.

La vitamina F no es una verdadera vitamina liposoluble, sino que se denomina de esta forma al
conjunto de ácidos grasos esenciales que deben provenir de alimentos externos ya que no los
produce el cuerpo automáticamente. Cumplen funciones estructurales de las membranas, se
encargan del trasporte de oxígeno, de la coagulación y nutren las células dérmicas. Estos ácidos
son los famosos Omega 3 y Omega 6, que también cumplen la función de dispersar el colesterol
para que no se tapen venas y arterias.

Es determinante conocer que el exceso de vitaminas liposolubles es perjudicial para la salud,


por lo que es necesario consultar la dosis apropiada según el historial médico propio a la hora
de su aplicabilidad en cada paciente, más importante aún, el paciente no debe consumir
suplementos dietarios sin consultar a un profesional de la salud con anterioridad. Las vitaminas
liposolubles se acumulan en tejidos grasos y en el hígado, por lo que una cantidad excesiva se
convierte en una toxina para el organismo. Por ejemplo, el exceso de vitamina A puede producir
alteraciones óseas o hemorragias en tejidos y el exceso de vitamina E produce trastornos
metabólicos. Asimismo, se sabe que la hipervitaminosis D, conlleva a la pérdida de apetito,
trastornos digestivos, vómitos y estreñimiento.

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