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Como la intensidad de un sonido se define como la cantidad de energía (potencia acústica) que
atraviesa por segundo una superficie, a mayor potencia, por tanto, mayor volumen. Sin embargo,
no hay que confundir volumen con sonoridad, que es la percepción subjetiva de la intensidad.
Como la percepción del volumen sigue una escala logarítmica, el nivel de volumen se mide en
decibelios y viene dado por el denominado nivel de potencia acústica.
La principal diferencia que tenemos entre ambos es que la intensidad del sonido es un valor
absoluto invariable y el volumen del sonido es una cualidad relativa que varía de persona a
persona. Por ejemplo si tenemos en cuenta el sonido que emite una televisión, siempre va a tener
una intensidad de 60 decibelios si lo ponemos al 30(por ejemplo), sin embargo, el volumen va a
variar según la persona, según lo cerca o lejos que estemos del televisor o según nuestra
capacidad auditiva. A personas que estén acostumbradas a oír las cosas bajas, les parecerá un
volumen alto, al que está medio sordo, le parecerá un volumen bajo, al que está pegado al
televisor le parecerá un volumen alto y al que está lejos le parecerá un volumen bajo. Si te fijas,
ambos están relacionados, ya que la intensidad y el volumen son proporcionales(en la misma
persona, si subes la intensidad subirá el volumen), pero la intensidad nunca varía de una persona a
otra, ya que 60 decibelios siempre serán 60 decibelios, sin importar quien está escuchando el
sonido, variando únicamente el volumen.
CONCLUSION
Siempre necesitamos que un elemento vibre para producir una onda
sonora, la cual se propagará y llegará a los oídos de las personas que se
encuentran en una zona cercana al instrumento emisor de sonidos.