Las dimensiones de la sustentabilidad son aquellas
clasificaciones que se le dan al equilibrio y desarrollo en función del
uso de los recursos de su entorno, en aspectos que van más allá del ecológico o ambiental. Las dimensiones de la sustentabilidad han sido difundidas principalmente por la UNESCO, a través de sus programas de desarrollo sustentable para el futuro. Han sido las teorías de desarrollo sustentable a lo largo de la historia las que abordan y desarrollan los conceptos alrededor de cada una de estas dimensiones. Las 4 dimensiones principales de la sustentabilidad 1- Dimensión ambiental También conocida como dimensión ecológica o natural, tiene como objetivo la búsqueda y preservación de los escenarios biológicos y todos los aspectos inherentes a estos. Para el desarrollo sustentable, la base de esta dimensión se encuentra en su capacidad para proveer los recursos naturales necesarios para el hombre. La actuación del hombre en esta dimensión responde a la utilización y distribución equitativa de los recursos naturales. También busca el impulso de la capacidad de renovación y la reducción del impacto y las perturbaciones sobre el medio ambiente Dimensión económica Esta dimensión del desarrollo sustentable demanda la toma de decisiones en función de la distribución equitativa de los recursos económicos entre los miembros de la sociedad en un espacio geográfico determinado. De esta manera podrán responder a las generaciones del presente sin dejar de lado las proyecciones para las generaciones futuras. La dimensión económica también se plantea como objetivo fomentar la inversión en nuevas formas de desarrollo que impliquen tecnologías menos dañinas y beneficios sociales equitativos, que configuren el escenario económico en función de un accionar sustentable. Dimensión social Es la dimensión inherente al hombre y su entorno inmediato, así como su interacción con similares y con niveles superiores de la sociedad. La dimensión social de la sustentabilidad fomenta la adopción de valores y cambios en el ámbito cultural, con el fin de reconciliar el accionar humano con el medio ambiente y optimizar las relaciones sociales para las generaciones futuras. Dimensión política La dimensión política no siempre es incluida cuando se trata del desarrollo sustentable, ya que posee implicaciones estrechamente relacionadas con las dimensiones social y económica. Busca el fomento de los procesos de democratización y gobernabilidad en función de un mejoramiento de las condiciones de preservación del medio ambiente y optimización del desarrollo sustentable. El principal protagonista de esta dimensión es el Estado. Mediante sus instituciones y sus propias acciones debe ser garante de que todos los ciudadanos dentro de sus territorios puedan ser beneficiarios de los resultados del desarrollo sustentable. El desarrollo sostenible es un concepto definido en el Informe Brundtland de 1987, elaborado por distintas naciones, y que se refiere al desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades. De manera general, el concepto de desarrollo está asociado al aumento de bienestar individual y colectivo. Tradicionalmente éste ha sido medido a través de indicadores económicos y políticos ligados al proceso de mayor o menor crecimiento económico y redistribución de la riqueza; asimismo, ha sido vinculado con el nivel de industrialización, lo que ha determinado una categorización en países "desarrollados" o "en vías de desarrollo". A fines de los setenta se integró la dimensión social del desarrollo, aunque siempre privilegiando lo económico. Sin embargo, en la década del ochenta se presenció el estancamiento y retroceso del bienestar en gran parte de la humanidad (Bifani, 1994). Y es que medir el desarrollo priorizando los parámetros económicos no necesariamente deja ver el nivel colectivo de bienestar, pues deja de lado una serie de variables que son parte de lo cotidiano y que condicionan la calidad de vida. En este sentido lo ambiental tampoco ha sido considerado, a pesar de que está comprobado que hay una correlación entre el deterioro ambiental y los niveles de pobreza. El informe de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente reconoce que la pobreza es la mayor causa y efecto de los problemas ambientales. Como una respuesta a ello a mediados de los 80 surgió el concepto de ecodesarrollo, que considera que "se deben cambiar ciertos modelos y estrategias de desarrollo por otros que permitan el uso sostenido de los recursos, respetando los plazos de los ecosistemas para su regeneración biológica" (Crespo, 1994).