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Popol Vuh

de Francisco Ximénez

Primera página del manuscrito del Popol Vuh, guardado en


la Biblioteca Newberry, Chicago, Colección Ayer.

Género Narrativo

Tema(s) Creación del mundo

Idioma Español

Tipo de Manuscrito eclesiástico


publicación

Ciudad Santo Tomás Chichicastenango


(Chuilá)
País Reino de Guatemala, España

Fecha de 1701-1703
publicación

Formato Folios de columnas paralelas de k'iche'


y español

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Chilam Balam

Páginas del Chilam Balam de Ticul, escritas en el siglo XVIII, que se exhiben en el Museo del Pueblo
Maya en Dzibilchaltún, Yucatán, México.

Chilam Balam es el nombre de varios libros que relatan hechos y circunstancias históricas de
la civilización maya. Escritos en lengua maya, por personajes anónimos, durante los siglos
XVI y XVII, en la península de Yucatán. A ese nombre se le agrega el nombre de la población
en donde fueron escritos, por ejemplo, el Chilam Balam de Chumayel, etc.
Son fuente importante para el conocimiento de
la religión, historia, folclor, medicina y astronomía maya precolombina.
Los libros del Chilam Balam fueron redactados después de la conquista española. Durante la
época colonial, la mayor parte de los escritos y vestigios de la religión maya fueron destruidos
por los misioneros católicos españoles, al considerar que tales vestigios representaban
influencias paganas y por tanto nocivas para la catequización de los mayas. Los libros Chilam
Balam fueron escritos por los mayas después de la conquista, presuntamente propiciados por
los europeos, por lo que en su redacción se nota ya la influencia de la cultura española, sobre
todo en materia religiosa. Los libros en su conjunto relatan acontecimientos de relevancia
histórica consignados conforme a los katunes (períodos de 20 años) del calendario maya. Los
relatos dejan constancia de las tradiciones religiosas del pueblo original, así como de su
devenir histórico. Algunos historiadores piensan que los libros podrían contener cierta
información que habría provenido, a través de la memoria colectiva, de los escritos destruidos
en el auto de fe de Maní del arzobispo Diego de Landa (1524-1579).1
Desde el siglo XVI, indígenas evangelizados recopilaron, en el alfabeto latino, viejas memorias orales
vertidas en códices o dibujos. Así se fueron reuniendo textos de diversa naturaleza: cosmogonías,
calendarios, astronomía, rituales, crónicas y profecías; todos sin estructura unitaria. Entre esas
memorias están los libros del profeta Chilam Balam de la región de Chumayel en Yucatán. En el texto se
dice, es la “Profecía de Chilam Balam, que era cantor, en la antigua Maní”, quien preparaba a los mayas
sobre la llegada de un “Padre, señor del cielo y de la tierra”.2

Se estima que originalmente existían más textos de Chilam Balam, aunque solamente unos
cuantos han llegado hasta nuestros días.

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