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DCHO ADMINISTRATIVO
La función administrativa abarca el estudio del sujeto que ejerce dicha función o sea la
administración pública centralizada y descentralizada, a través de sus órganos jurídicos, de los
agentes que se desempeñan en esos órganos y estructurada en forma de administración central
o descentralizada (entres autárquicos empresas del Estado, S.A. del Estado, etc.) con más la
figura del ente independiente regulador de servicios públicos.
La función pública puede ser delegada o atribuida a personas no estatales y aparece en ese
caso el fenómeno de las personas públicas no estatales (algunas sociedades de economía
mixta, corporaciones profesionales, etc.) o a personas que ejercen el monopolio o privilegio
para la explotación de un servicio público.
Forman parte del ejercicio de la función administrativa el estudio de los hechos, actos,
contratos y reglamentos administrativos, el procedimiento administrativo, la licitación pública,
las audiencias públicas, los servicios públicos, etc.
Dentro de esta corriente se hallan las tendencias que consideran a la función administrativa
como toda o la mayor parte de la actividad que realiza el Poder Ejecutivo y los órganos y
sujetos que actúan en su esfera.Si bien hubo quienes en un principio sostuvieron que
Administración era toda la actividad que desarrollaba el Poder Ejecutivo u, la doctrina
actualmente partidaria de la concepción subjetiva considera que aquélla constituye un sector o
una zona de la actividad que despliega el Poder Ejecutivo. En tal sentido, hay quienes incluyen
dentro del concepto de Administración actividades que materialmente no son administrativas
(actividad reglamentaria y actividad jurisdiccional), aun cuando reconocen, al propio tiempo,
que la Administración no constituye la única actividad que ejerce el Poder Ejecutivo, pues
también tiene atribuida la función de gobierno.Se ha sostenido que el fenómeno de la
personalidad jurídica del Estado sólo se da en la Administración Pública, que es como una
constelación de entes personificados. Por consiguiente, esta categoría de persona jurídica
separa y distingue a la Administración de otras actividades del Estado. Esta Administración
Pública (persona jurídica) aparece regulada así por un derecho propio de naturaleza estatutaria:
Las concepciones que fundan la noción de función administrativa en el criterio material tienen
El común el reconocimiento de las actividades materialmente administrativas no sólo del
Poder Ejecutivo, sino también de los Órganos Legislativo y Judicial.Las notas que caracterizan
a la Administración y que permiten diferenciarla de la legislación y de la jurisdicción son
principalmente su carácter concreto, la inmediatez y la continuidad.
C) Otras teorías
3) Función Ejecutiva: reside en la ejecución de todas las decisiones tomadas por el Órgano
Ejecutivo o Legislativo, es decir, la puesta en práctica de la función Administrativa y
Legislativa.
Se dice que el poder Legislativo también ejerce esta función cuando se lleva a cabo un juicio
político en contra del Presidente, Ministros, Jefe de Gabinete de Ministros y miembro o
miembros del P.L.
Podemos señalar que la Administración Pública como parte de la organización del Estado, es el
conjunto de personas y órganos que se estructuran centralizada o descentralizadamente en el
complejo orgánico dependiente del Poder Ejecutivo, para gestionar o administrar en beneficio
de terceros y con el objeto de alcanzar el bien común. Corresponde señalar que ese bien público
que pretende alcanzar la Administración, ya se encuentra dado por el ordenamiento legal, pero
dependiendo de cuáles sean las ideas o concepciones políticas que detentan las personas que en
un momento dado han sido designadas por el pueblo para gestionar, el método o forma del
alcanzar ese objetivo será diferente.
La organización del Estado resulta fundamental para su funcionamiento y desarrollo, por ello es
que se han establecidos diversos criterios que permitan la organización de la Administración
Pública en distintos estratos y esferas que se encuentran unidas por relaciones interorgánicas e
Según Cassagne los órganos se clasifican, según su origen en: órganos constitucionales, que son
aquellos que surgen de la Constitución y órganos meramente administrativos, que nacen de
normas inferiores.Teniendo en cuenta su integración, los órganos se clasifican en unipersonales o
pluripersonales, en donde las decisiones que se adoptan deben verificar para su validez con una
serie de requisitos como son, el quórum, orden de día, mayoría, etc...
De acuerdo a la función que cumple el órgano, se lo designa como órganos activos, que son
aquellos que emiten o ejecutan actos administrativos; órganos consultivos, son aquellos que
mediante su opiniones asesoran a los órganos activos y órganos de contralor, que son los que
fiscalizan y vigilan la actuación de los órganos activos, este control puede ser tanto anterior como
posterior.
Principios de la organización.
Ya dijimos que la organización tiene por objetivo gestionar y administrar sus propios bienes en
beneficio de terceros, ahora, en su funcionamiento la organización administrativa se encuentra
regida por principios, éstos son los que permiten que una estructura sumamente importante y
burocrática como la del Estado pueda funcionar en forma correcta y ordenada y la inobservancia
de estos principios en muchos casos determina una accionar ilegítimo de la Administración que se
encuentra sancionado por la ley.
a) En razón de la materia por la naturaleza del acto conforme al derecho objetivo al que se
encuentra autorizado a realizar el órgano;
b) en razón del territorio, que es el ámbito geográfico dentro del cual el órgano puede actuar; c)
en razón del grado o jerarquía, ya hemos dicho que la organización administrativa se estructura en
un jerarquía piramidal, en consecuencia la jerarquía es la posición en la pirámide que ocupa el
órgano en la estructura pudiendo ejercer sólo las funciones que corresponden a su jerarquía y no
superiores salvo delegación y
d) por último la competencia se clasifica en razón del tiempo, que es el espacio temporal durante
el cual el órgano puede actuar teniendo en cuenta plazo de su designación.Hemos dicho que una
de las características de la competencia es su improrrogabilidad y obligatoriedad, pero existen dos
institutos en el derecho administrativo que de alguna forma atenúan y constituyen la excepción a
éstos principios, ellos son la avocación y la delegación.
El primero de ellos es la avocación que consiste en la asunción por parte de un órgano superior de
las funciones y decisiones - competencias - correspondientes a un órgano inferior, esta avocación
tiene su fundamente en el principio de jerarquía, debe ser necesariamente transitoria y para
actuaciones determinadas y su puesta en práctica permite dinamizar la actuación de la
Administración, por ejemplo la resolución de un recurso administrativo.
En principio la avocación se encuentra autorizada salvo que una norma expresa lo impida, o
cuando la competencia del órgano inferior le ha sido otorgada en virtud de una idoneidad especial.
Jerarquía. Definición.
Relaciones interorgánicas.
Si bien los órganos como tales no cuentan con personalidad jurídica propia, ello no importa que no
existan relaciones entre los distintos órganos que integran la Administración Pública, estas
relaciones se llaman interorgánicas y se clasifican según su contenido en a) de colaboración
(v.gr. propuestas); b) de jerarquía ( órdenes); c) consultivas (dictámenes emitidos por los distintos
servicios jurídicos); d) de control ( que pueden ser tanto dentro del mismo órgano a través de las
unidades de auditoria interna o en forma externa por otro órgano como pueden ser la SIGEN o la
Auditoria General de la Nación.).
Concentración y desconcentración.
La concentración y desconcentración son conceptos que se relacionan con el ejercicio del poder
del Estado, son técnicas de agrupamiento o distribución de competencias entre los órganos de la
Administración Pública. Ambos constituyen principios organizativos que se verifican en el marco
de una misma persona jurídica pública estatal. De este modo, tendremos concentración siempre
que las facultades decisorias se encuentren reunidas en los órganos superiores de la organización,
así podemos decir que existe concentración de poder, de toma de decisiones, etc... Esta
concentración de funciones por supuesto que importa sobre carga de tareas de parte de la
Autoridad que genera importantes dificultades fundamentalmente en cuanto a inmediatez,
celeridad, eficacia y eficiencia. En contrapartida, cuando las competencias decisorias del superior
se asignan a órganos inferiores de la organización centralizada o descentralizada, ello recibe el
nombre de desconcentración, lo que facilita la descongestión del poder central y permite optimizar
el trabajo. Corresponde aclarar que la desconcentración no supone la creación de una nueva
entidad con personalidad jurídica propia sino que es una relación interogánica en donde sigue
existiendo subordinación jerárquica.
Centralización y descentralización
Un tema muy importante es que en las entidades autárquicas no existe relación de jerarquía con el
poder central, aunque si persiste el control administrativo o de tutela, pero este control va a
alcanzar sólo la legitimidad o legalidad del acto dictado, en tanto que el control de oportunidad,
mérito o conveniencia no puede realizarse por parte del órgano central.
También tenemos las empresas del Estado, que cuentan con una conformación particular, en la
que el Estado realiza actividad comercial normalmente tendiente a la prestación de un servicio
público. La característica de estas ―empresas públicas‖ en que en su actuación puede ser en
relación a sus clientes, de derecho privado y en relación a los distintos órganos de la
Administración e incluso de sus empleados, encontrarse regido por el derecho público.
Con el avenimiento del Estado de Derecho apareció la teoría que consideraba la relación como
contractual. Para esta teoría lo importante no sólo es el acto de designación del agente, sino
también el de aceptación por el cual este se compromete a cumplir la función legal y fielmente.
Aquí existe una clara relación bilateral que es lo que da inicio al contrato de empleo público.
El ingreso a la función pública puede ser en forma voluntaria (regular o irregular) o forzosa. El
ingreso voluntario es el que se realiza con el consentimiento del agente o administrado que
ocupará el cargo o la función correspondiente.
El ingreso forzoso es aquel que regularmente se encuentra dado por la ley y que no puede ser
eludido por el ciudadano (ej.: ser designado presidente de mesa en una elección popular).
Otro importante deber es el respeto a la jerarquía, tanto en cuanto a su obligación de aceptar las
indicaciones que se le formulen por sus superiores, lo que podríamos denominar obediencia y
que es considerado por la doctrina como un deber esencial del agente público, en este sentido la
jerarquía también debe respetarse al dirigirse a sus superiores, a que su inobservancia lo hace
pasible de sanciones administrativas.
También son deberes de los agentes públicos la urbanidad, fidelidad y observancia de secreto,
dignidad de conducta tanto dentro como fuera de su lugar de trabajo, respetar el régimen de
incompatibilidades, el deber de declarar sus actividades de carácter lucrativo, de denunciar en
caso de que por sus funciones tenga conocimiento de la supuesta comisión de un hecho ilícito.
Los agentes públicos cuentan con un gran número de derechos en el ejercicio de su función,
éstos derivan de diferentes fuentes normativas: la C.N., las leyes (ej. la Ley de Empleo Público),
de las Convenciones Colectivas de Trabajo.
Estos derechos comienzan a gozarse desde el momento mismo en que el agente inicia el
ejercicio de sus funciones y permanecen con él hasta su desvinculación de la Administración
Pública.
De los derechos constitucionales, el más importante es el que garantiza la estabilidad propia del
agente impidiendo que el agente pueda ser privado de su empleo en forma discrecional.
Otro de los derechos es el sueldo, que atento su carácter alimentario, es inembargable hasta el
porcentaje de ley.
La retribución debe ser justa, debe ser remunerado de acuerdo a la ubicación dentro del
escalafón y de las funciones que desarrolla.
Los agentes públicos también tienen derecho al descanso, esto es la serie de licencias o
vacaciones que se encuentran previstas en el ordenamiento, pudiendo ejercer el derecho de
huelga.
Finalmente también tiene derecho a la jubilación cuando reúna los requisitos para acceder a la
prestación periódica y vitalicia que le brinda el Estado.
Dentro del ejercicio de la función pública es necesario que para el correcto desempeño de la
Administración los agentes deben responder por los hechos u omisiones de su accionar que se
encuentran reñidos con los estatutos o normas en general.
Las sanciones son los castigos que prevén las normas para los supuestos en que los agentes
públicos no cumplan o verifiquen en su conducta dentro de la Administración los deberes que
les impone el ordenamiento jurídico como empleados o funcionarios públicos.
Cargo: Es la posición que una persona física ocupa dentro del escalafón.
Categoría: Son los sucesivos grados en que se subdividen los grupos o clases que
integran el escalafón.
Escalafón: Es una norma emitida por el Estado y/o que surge de un C.C.T. que tiene por
objeto regular los cargos, categorías, clases, funciones, sueldos, condiciones para el ascenso, la
forma de encasillar al personal, etc.
El contrato de empleo público también se puede extinguir por la aplicación de las sanciones
disciplinarias de cesantía y exoneración y por fallecimiento del agente.
El usurpador es aquel que llega al cargo por voluntad propia, generalmente ejerciendo dolo o
violencia y que en consecuencia su objeto no es la satisfacción del interés general, sino el suyo
propio.
La distinción entre los conceptos de derecho subjetivo e interés legitimo e incluso, una tercera
categoría, el interés simple, sobre cuya dilucidación ha debatido muchísimo la doctrina
administrativa sin arribar a una conformidad y claridad plena con relación a estos conceptos.
A diferencia del derecho subjetivo, el interés legítimo "es la facultad de señorío de un titular no
particularizado, sino como integrante de un grupo de sujetos, diferenciables dentro de la
comunidad, que como titulares pueden exigir a un sujeto obligado, que es el Estado, ciertas
calidades de legitimidad de los actos administrativos, de sus órganos, incluso por acciones o
recursos judiciales".
Fiorini destaca como fundamento del derecho subjetivo al orden normativo y la situación
jurídica: "el derecho subjetivo existe donde el derecho crea la posibilidad de que éste exista
como norma y como situación jurídica".
Fácil es advertir las perjudiciales consecuencias que esta doctrina -basada en la distinción entre
derecho subjetivo e interés legítimo- acarrea para la protección jurídica del administrado. En
este sentido, puede analizarse lo que ocurre en los procedimientos de selección del contratista
estatal.En estas condiciones no sólo el oferente se encontrará con una distinta vía procesal para
accionar ante la justicia –o aún, sin posibilidad de accionar ante el Poder Judicial, como se
sostiene, creo que erróneamente, que ocurre en jurisdicción nacional- sino que podrá verse
sometido a un verdadero estado de indefensión frente a un actuar irregular de la Administración
De acuerdo a lo detallado en párrafos anteriores las distintas doctrinas que pretenden explicar la
distinción entre derecho subjetivo e interés legítimo, giran alrededor de dos ideas básicas y
complementarias: el interés -público o privado que se busca proteger y la situación de
exclusividad o concurrencia del administrado que se encuentra facultado para invocar en su
beneficio tal interés.
Sin embargo, en el campo del Derecho Administrativo, la utilidad garantizada, o bien, el interés
que se busca realizar- es siempre el interés público, de tal manera que los intereses privados
sólo recibirán tutela jurídica en la medida que no contradigan las exigencias del Bien Común,
siempre con sumisión a los postulados del llamado Estado de Derecho
La incorrecta conducta de la Administración Pública (que bien puede ser un proceder contrario
al orden jurídico) sin perjuicio de -quizás- perjudicar concretamente a otro u otros
administrados, no se dirige contra el simple denunciante, ni siquiera de manera indirecta.
Por ello, quien no pueda alegar un perjuicio actual o potencial, derivado de la conducta
administrativa, no se encontrará habilitado para ser parte de un recurso administrativo o en una
acción judicial. Sin embargo, como es de interés de la parte de la salud del todo, es decir, como
interesa a todo ciudadano consciente el correcto cumplimiento de las obligaciones de quien
administra al cuerpo social, la costumbre o bien la legislación administrativa, acuerdan al
administrado el derecho de denunciar esa conducta perjudicial para el Bien Común. En este
caso se afirma que el administrado es titular de un "interés simple" que lo habilita a efectuar tal
denuncia, llamada "mera denuncia".
Es posible afirmar que el administrado tiene el derecho de efectuar la mera denuncia (por eso
corresponde utilizar la expresión "titular" de un interés simple) ya que existe la correlativa
obligación de la Administración Pública de recibida, aunque no necesariamente de tramitada ya
que como el Administrado no adquiere la condición de "parte" en el procedimiento
No sólo porque el denunciante no adquiere la calidad de parte, sino que la falta de obligación de
tramitar tal denuncia surge de la propia naturaleza del instituto. Además, una vez admitida por
la Administración la denuncia de ilegitimidad, no cabe duda que debe otorgarle a ésta el trámite
del recurso que hubiere correspondido de haber sido presentado en término. De lo contrario, la
norma antes transcripta carecería de sentido práctico.
Hay casos excepcionales en los que se autoriza la acción y el recurso por parte del titular de un
interés simple. En estos casos la acción y el recurso son "públicos", ya que se "legitima a
cualquier administrado para impugnar un acto administrativo". Son casos de excepción,
justificados por razones muy especiales que no contradicen lo afirmado.En cuanto a intereses
difusos y derecho de incidencia colectiva se encuentran reconocidos en el texto constitucional,
mencionando —a título ejemplificativo— en la primera parte del segundo párrafo del art. 43:
derecho a la no discriminación, al medio ambiente, a la competencia, al usuario y al
consumidor. En efecto, la cláusula final que incluye “a los derechos de incidencia colectiva en
general” es, a texto expreso e inequívoco, genérica. En otras palabras, lo principal y más general
del segundo párrafo es el final de la frase, no su comienzo.
La lectura del segundo párrafo del art. 43 es entonces ―Podrán interponer esta acción en lo
relativo a los derechos de incidencia colectiva en general, cualquier forma de discriminación, a
los derechos que protegen al ambiente, al usuario y al consumidor.‖ Por lo tanto comprende todo
el capítulo segundo dedicado a ―Nuevos derechos y garantías,‖ pues de ello se trata: de
derechos de este alcance genérico, más los que surgen de los tratados de derechos humanos
previstos en el art. 75 inc. 22.
Tenemos con ellos una doble remisión e inclusión en el art. 43: todos los derechos de incidencia
colectiva de los Art. establece que todas las autoridades (por ende tanto legislativas como
administrativas y en su defecto judiciales), deben proveer lo necesario al ―control de los
monopolios naturales y legales.‖
En esto la Constitución está a tono con los nuevos supranacionales del derecho administrativo
europeo, que son precisamente el ―derecho de la competencia‖ o competition law, dentro del
cual se encuadran el control de los monopolios, la prohibición de abuso de posición dominante,
la prohibición de determinadas ayudas estatales, etc.
.Este es el derecho constitucional que debe aplicarse, más allá de las opiniones personales que
puedan sustentarse; no parece sin embargo una solución prima facie irrazonable, habida cuenta
Otra variante del mismo principio es la excesiva onerosidad del contrato en relación a los
usuarios y también el principio de la ecuación económico financiera del contrato: esa
equivalencia honesta o relación razonable no solamente puede verse afectada en perjuicio del
contratante, con el consiguiente reajuste en más del contrato, sino también en perjuicio del
Estado o la sociedad, como ocurre precisamente cuando las ganancias son irrazonables o
excesivas, caso en el cual corresponde el reajuste en menos.
Si existe una ganancia irrazonable o incausada debe no solamente rebajarse la tarifa sino sobre
todo devolverse a los usuarios lo cobrado de más.
El derecho administrativo hoy puede entenderse como la rama del derecho público que regula el
ejercicio de la función administrativa y su control judicial posterior. La función administrativa
se ejerce teniendo como fin el bienestar general o el interés público, pero el interés público no
es el interés del estado, sino el de la sociedad. Es importante entender que el derecho
administrativo regula a la función administrativa con el objeto de que esta se realice conforme
al principio de juridicidad, correspondiendo en caso contrario el control judicial como remedio
ulterior extra-administración.
PRINCIPIOS GENERALES:
Los principios generales del derecho cumplen una función fundamental para el ordenamiento
jurídico, ya que cumplen una función orientadora. Conforman los elementos fundadores de toda
regulación jurídica, porque para el dictado toda ley, reglamento, acto administrativo se deben
Por fuentes del derecho, y en particular del derecho administrativo, deben entenderse
los diversos orígenes posibles de las normas y principios que interesan al derecho
administrativo, tengan o no eficacia normativa expresamente establecida.
En materia de fuentes, todas las ramas del derecho tienen un fondo común:
constitución, ley, doctrina científica, etc., las cuales son, por principio, las fuentes generales
del derecho. Eso mismo ocurre con el derecho administrativo, pero éste, además de las
fuentes generales, tiene algunas fuentes específicas, como los reglamentos administrativos,
los actos y contratos administrativos, etc. Estos lugares de donde brota la regla jurídica
administrativa, constituyen las fuentes dl derecho administrativo, que pueden ser generales o
específicas.
Orden jerárquico de las fuentes del Derecho Administrativo: hablar de jerarquía de las
fuentes implica establecer el orden de aplicabilidad de las normas jurídicas al caso concreto y
el criterio para solucionar las contradictorias prescripciones que se encuentren en normas de
distinto rango. El orden de prelación de las fuentes del Derecho Administrativo, implica
establecer la preferencia con que corresponderá aplicar unas fuentes respecto de otras.
a) Constitución Nacional. Constitución
b) Leyes dictadas en consecuencia de la Constitución. Ley Tratados Internacionales
c) Tratados con potencias extranjeras. Demás leyes inferiores
d) Reglamentos administrativos.
e) Analogía.
f) Principios generales del derecho.
g) Jurisprudencia.
h) Doctrina científica.
En el orden jurídico, la ley está siempre en un plano superior al reglamento, sin
embargo, un reglamento del Ejecutivo puede ser superior a la ley. Ello ocurrirá cuando se trate
de un reglamento autónomo, es decir, dictado en ejecución directa de potestades
constitucionales del Ejecutivo, y cuando la ley en cuestión haya estatuido sobre materias que
la Constitución le atribuye exclusivamente al Ejecutivo, con lo cual la ley formal habría
penetrado indebidamente en la zona de reserva de la administración. Por ejemplo: creación
por “ley” de una entidad autárquica institucional, referente a una materia administrativa
puesta exclusivamente por la Constitución a cargo del Ejecutivo; si en tales supuestos el
Ejecutivo dicta un “reglamento” contrario a esa ley, la primacía jerárquica o la preferente
aplicación le corresponderá al reglamento y no a la ley.
La ley: Constitución, Tratados Internacionales, demás leyes inferiores.
1. CONSTITUCIÓN NACIONAL: es la ley de mayor importancia, la ley fundamental, la que
organiza de un modo particular una forma singular de Estado. Es la fuente primaria de todas
las ramas del derecho y toda norma debe estar de acuerdo con ella. A partir de la Constitución
Nacional se sistematizan las demás normas, entre ellas las administrativas. La C.N. define la
forma de Estado, los órganos esenciales de éste y sus competencias. En el caso particular
argentino, la ley fundamental define como forma de Estado la federal con los dos niveles
normativos, uno nacional y otro provincial que esta forma supone, donde se dan relaciones de
Las Constituciones Provinciales (arts. 5, 122 y 123) también son fuente para su
ordenamiento provincial: dictan su propia Constitución y se dan sus propias instituciones,
eligen a sus gobernadores y funcionarios.
3. LEYES: la ley es toda norma jurídica de carácter general que emana del Poder
Legislativo a través del procedimiento establecido en la CN.
Por otra parte se determinan las condiciones para el ejercicio de la función
administrativa que permite al Ejecutivo cumplir con sus objetivos (construir obras públicas,
prestar servicios públicos, etc.), y regular la actividad privada. Estas condiciones y límites son
los que necesariamente se reflejan en las leyes que se dictan en consecuencia de la
Constitución, de manera que la actividad que se despliega en el ejercicio de la función
administrativa no pase los límites legales. A su vez, estas leyes, deben correlacionarse con la
propia Constitución, por lo que deberán adecuarse a los principios, derechos y garantías
reconocidos a la persona y por tanto, el obrar o accionar del Estado hallará siempre el valladar
que significa la concordancia de la norma secundaria con la norma primaria o constitucional.
A nivel provincial, y dentro de la supremacía y adecuación dispuesta en los arts. 31 y 5
de la CN, al conservar las provincias todo el poder no delegado por la Constitución (art. 121), y
en virtud de lo dispuesto por el art. 122, se dan sus propias instituciones locales y se rigen por
ellas, el orden constitucional que cada provincia se dé, será fuente de legalidad administrativa.
Y a su vez, al disponer la CN en el art. 123 que cada provincia asegura un régimen municipal
autónomo, los Municipios, según lo disponga cada Constitución Provincial, generan un sistema
de organización y de ejercicio de la función administrativa municipal, que importa otra fuente
de legalidad administrativa. Tanto en el nivel provincial como en el municipal, la fuente legal
constitucional generará a su vez un segundo nivel de normas legales que también serán fuente
del derecho administrativo local. Así habrá leyes y ordenanzas dictadas por las legislaturas
provinciales y los consejos municipales, relacionadas con la estructura y funcionamiento de
órganos provinciales y municipales, para la satisfacción de los cometidos propios del nivel
provincial y municipal respectivamente.
Decreto – Ley: Es una norma jurídica dictada por el Poder Ejecutivo de un gobierno de
facto (en los cuales se suspende el Congreso). Se dice que es decreto por su forma y ley por su
contenido. Al concluir el gobierno de facto deben ser ratificados por el Congreso del gobierno
de derecho.
9. LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO: Son aquellos principios que constituyen la
causa y la base del ordenamiento y tratan de impedir las arbitrariedades de los poderes
públicos (ej. enriquecimiento sin causa, buena fe, moral y buenas costumbres, no hay pena ni
crimen sin ley, nadie puede ser acusado dos veces por el mismo delito, continuidad de los
servicios públicos, son irrevocables los actos administrativos que crean derechos subjetivos,
informalismo a favor del administrado, etc.). El art 16 del Código Civil establece que cuando las
controversias o cuestiones jurídicas no puedan resolverse ni por las palabras ni por el espíritu
de las leyes o por las leyes análogas, los jueces deben aplicar el derecho según los principios
generales del derecho.
Hecho jurídico es, por tanto, cualquier evento al que el derecho le asigna una consecuencia
jurídica. Así puede resaltarse como una diferencia fundamental entre hecho y acto a la
circunstancia de que mientras el primero es un simple acontecimiento, el segundo consiste en
una declaración de voluntad. El hecho administrativo es un comportamiento mientras que el
acto implica una declaración de voluntad que va a producir efectos jurídicos directos
Los hechos humanos con relevancia jurídica pueden ser administrativos, corresponden al
comportamiento material de la administración. El ejemplo clásico de hecho humano con
relevancia jurídica es el silencio de la administración, silencio al que se atribuye un efecto
jurídico determinado.
Dentro de los hechos naturales con trascendencia para el derecho administrativo se ubican
principalmente el tiempo, el espacio, el peso, la medida etc.
Centraremos el análisis ahora en el acto administrativo, una de las modalidades por las que la
administración exterioriza su voluntad teniendo como característica principal el hecho de que
tales actos tienen la capacidad de producir efectos jurídicos respecto de los terceros particulares
o administrados. Tal exteriorización o manifestación de voluntad y los efectos jurídicos hacia el
exterior de la administración es lo que caracteriza al acto administrativo como acto jurídico
diferenciándolo del acto de administración cuya eficacia se agota en lo interno.
cuestión respecto de si el acto administrativo solo puede ser unilateral o si puede aceptarse la
existencia de actos administrativos bilaterales. Así parte de la doctrina entiende que el acto
Dentro de los actos administrativos bilaterales, en los que voluntad del particular administrado
se hace necesaria tanto en el proceso de formación del acto como en cuanto a los efectos o
consecuencias del acto, podemos conceptualizar al contrato administrativo.
Conforme a nuestro código civil, artículo 1137: “Hay contrato cuando varias personas se ponen
de acuerdo sobre una declaración de voluntad común, destinada a reglar sus derechos”.A su vez,
el artículo 1197 dispone que las convenciones hechas en los contratos forman para las partes
una regla a la cual deben someterse como a la ley misma.Sabemos que la administración
pública es la función del estado que consiste en una actividad concreta y continuada, que tiene
por objeto satisfacer en forma directa e inmediata las necesidades colectivas y el logro de los
fines del Estado, dentro del orden jurídico establecido y con arreglo a éste.
Sin ánimo de agotar el tema y solo a efectos de arribar a la conceptualización de los contratos
administrativos como actos administrativos bilaterales haremos referencia a que es la Corte
Suprema de Justicia de la Nación a través de diversos fallos la que ha otorgado las bases o
presupuestos para definir al contrato administrativo.
La Corte ha señalado cuales son los distintos elementos que nos permiten advertir que estamos
ante un contrato administrativo, sostiene que los elementos especiales del contrato
administrativo son: “Una de las partes es una persona jurídica estatal, su objeto está constituido
por un fin público o propio de la administración y que llevan insertas explícita o implícitamente
cláusulasexorbitantes de derecho privado”.
Otro de los aspectos diferenciales se dan respecto a la estabilidad del acto administrativo
regular, que imposibilita su revocación en sede administrativa sin responsabilidad para la
administración, cuando del acto han nacido derechos subjetivos para los particulares, no
rigiendo dicho principio de estabilidad para los actos de alcance general o reglamentos que
pueden ser derogados y/o modificados por la administración, ya que nadie tiene derecho al
mantenimiento de las normas.
Por otra parte el acto administrativo se considera simple cuando para su formación es suficiente
la declaración de voluntad de un órgano administrativo, un solo sujeto de derecho. El Complejo
en tanto es el que surge de la voluntad concurrente de varios órganos o sujetos administrativos,
siendo característica a su vez de esta tipología el hecho de que las voluntades no permanecen
autónomas sino que se funden en una sola voluntad; cuestión esta ultima que lo diferencia de
los actos colectivos donde las voluntades se unen en una sola declaración pero permaneciendo
jurídicamente autónomas.
ii) Al alcance del acto en relación a las personas: actos generales o individuales. Tal como se
analizó supra el acto administrativo general y, dentro de esta categoría el reglamento tiene como
objeto la producción de efectos jurídicos respecto de todas las personas indeterminadamente, a
diferencia del acto administrativo individual que se refiere a una o varias personas determinadas
o determinables.
iii) Al ámbito de actuación del Estado: Actos administrativos o Civiles. Actos de Imperio o de
gestión. El origen de esta distinción radica en la aptitud o capacidad del Estado para actuar tanto
en el campo del derecho público como en el campo del derecho privado, en razón del ámbito o
esfera jurídica en que esta actúe. Así cuando la administración emite un acto en ejercicio de sus
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atribuciones o competencias de derecho público estaremos ante un acto administrativo en tanto
cuando la administración actúa en la esfera del derecho privado sus actos serán catalogados
como actos civiles de la administración.
iv) Por la índole de la actividad de la administración: Actos reglados o Discrecionales. Mas allá
del hecho de que la actividad de la administración siempre debe subsumirse al ordenamiento
jurídico la distinción que se analiza parte del margen de libertad que las reglas de derecho dejan
en el caso concreto al órgano administrativo en la emisión de un determinado acto. Así el acto
administrativo se considera reglado cuando la actuación de la administración se encuentra
estrictamente vinculada a una norma que regla y predetermina la conducta administrativa. Por el
contrario podemos hablar de actos discrecionales de la administración cuando esta actúa con
mayor libertad, cuando la decisión a adoptar en el caso concreto no se encuentra predeterminada
obligatoriamente para la administración sino que esta se encuentra facultada para apreciar y
valorar los hechos y realizar un juicio de oportunidad y conveniencia
1.- REGLAMENTO ADMINISTRATIVO: declaración unilateral que causa efectos jurídicos generales en
forma directa.
2.- SIMPLE ACTO DE LA ADMINISTRACIÓN: declaración unilateral interna o entre órganos que causa
efectos jurídicos individuales en forma indirecta.
3.- HECHOS ADMINISTRATIVOS: comportamiento físico que realiza la Administración para ejecutar el
acto administrativo (hacer lo que dice el acto). Ej.: la actividad que realiza un órgano de la Administración para
ejecutar un acto administrativo como demoler un edificio que se está por caer.
4.- CONTRATO ADMINISTRATIVO: declaración bilateral que causa efectos jurídicos entre dos o más
personas, de las cuales una está en ejercicio de la función administrativa.
5.- ACTO ADMINISTRATIVO: declaración unilateral que produce efectos jurídicos individuales en forma
directa. Ej.: son actos administrativos una autorización, una aprobación, un permiso, una concesión, una
renuncia, una admisión.
El análisis de los elementos es importante para saber si el acto es válido o no. Los elementos pueden ser de dos
clases:
ESENCIALES: Si al acto le faltan estos requisitos o si están pero viciados, es nulo de nulidad absoluta (no
pueden subsanarse y entonces vuelve todo a la situación anterior como si nunca hubiera existido dicho acto).
Son: competencia, causa, objeto, procedimiento, motivación, finalidad y forma.
ACCIDENTALES: Sirven para ampliar o restringir el contenido del acto y son: plazo, modo y condición.
Surgen de Art. 7 de la Ley 19.549: Son requisitos esenciales del Acto Administrativo:
a) Ser dictado por autoridad competente. (COMPETENCIA)
b) Deberá sustentarse en los hechos y antecedentes que le sirvan de causa y en el derecho
aplicable. (CAUSA)
a.- Competencia: Es la atribución funcional (aptitud legal) que se le da a un órgano o autoridad para crear
actos administrativos. Es el conjunto de funciones y facultades atribuidas a un órgano, el cual es representado
por un funcionario que debe tener dicha competencia.
Entonces:
Subjetivamente: es la aptitud para actuar
Objetivamente: es el conjunto de funciones que ejerce un órgano.
b.- Causa: Son los antecedentes o circunstancias que llevaron a que se dicte el acto administrativo. Al acto le
falta la causa cuando los hechos y el derecho invocados no existen o son falsos o cuando se viola la ley
aplicable, las formas o la finalidad. La causa responde al ¿por qué? de la realización del acto.
c.- Objeto: Es el contenido del acto, es lo que el acto certifica, decide u opina a través de la declaración
pertinente. Es la resolución que toma la administración para un caso concreto, el contenido del acto, lo que
decide en el acto basándose en su causa y motivo.
Requisitos del objeto:
- debe ser cierto y determinado (o susceptible de determinación).
- debe ser física y jurídicamente posible (que el objeto exista, que pueda llevarse a cabo; la posibilidad
jurídica significa que el objeto sea lícito)
- debe resolver todas las peticiones formuladas (se pueden introducir nuevas siempre que no afecte
derechos adquiridos).
- debe existir el derecho constitucional al debido proceso.
d.- Procedimientos: Son los pasos que deben darse antes de emitir el acto, es decir las formalidades esenciales
que debe tener según la ley (Ej.: previamente a nombrar a un profesor de la Universidad, deben darse los pasos
de procedimiento previstos, como ser, llamar a concurso).
e.- Motivación: Todo acto administrativo tiene que tener una razón para ser emitido, un motivo expresado en
forma concreta porque la Administración no puede obrar arbitrariamente.
La motivación es como la exteriorización de la causa (expresar cuales son los hechos y el derecho que
originaron el acto) y su falta podría dar lugar a considerar que la administración actuó arbitrariamente al dictar
dicho acto.
f.- Finalidad: El acto administrativo debe tener una finalidad surgida de las normas que le dan al órgano las
facultades de emitirlo. La finalidad responde al ¿para qué?
El efecto que la norma atribuye al silencio es una presunción legal y tiene como principal
objetivo la posibilidad de controlar judicialmente la actividad administrativa.
En general las normas establecen que el silencio debe interpretarse en sentido negativo y solo en
supuestos excepcionales se da la situación contraria de establecer que ante el silencio de la
administración debe considerarse una respuesta afirmativa.
Surge del artículo 10 de la Ley nacional que: “El silencio o la ambigüedad de la Administración
frente a pretensiones que requieran de ella un pronunciamiento concreto, se interpretarán como
negativa.
Sólo mediando disposición expresa podrá acordarse al silencio sentido positivo. Si las normas
especiales no previeren un plazo determinado para el pronunciamiento, éste no podrá exceder de
60 días. Vencido el plazo que corresponda, el interesado requerirá pronto despacho y si
transcurrieren otros 30 días sin producirse dicha resolución, se considerará que hay silencio de
la Administración”.
El acto administrativo puede extinguirse por voluntad de la administración, quien haciendo uso
de sus facultades revocatorias, puede dejar sin efecto un determinado acto administrativo tanto
por razones de oportunidad, mérito o conveniencia como por razones de ilegitimidad.
Con respecto a los efectos de la revocación, si la misma se produce por razones de oportunidad
rige solo para el futuro, a partir del acto de revocación y dará lugar a la indemnización de los
daños ocasionados a los particulares. En tanto cuando la revocación se produce invocando la
ilegitimidad del acto, el acto revocatorio surte efectos hacia el pasado, desde la emanación del
acto viciado y el administrado que eventualmente resulte afectado no tendrá derecho reclamar
indemnización alguna .
Procedimiento Administrativo:
Recursos
Los recursos administrativos: Dr. Viale: “el recurso administrativo es el medio jurídico
del que dispone un interesado, dentro de un procedimiento, para impugnar un acto
administrativo en cuanto le afecta una situación jurídica, ante la propia Administración que lo
produjo, para hacer valer las razones jurídicas que le asisten”.
El recurso es la posibilidad con que cuenta el administrado de impugnar una decisión
de la Administración, pero esta posibilidad está dada por la posición jurídica que ocupa ese
administrado, es decir que este sujeto debe verse afectado por el actuar de la Administración
en un derecho subjetivo o un interés legítimo, esto es lo que se conoce como legitimación
activa.
Hay que distinguir el recurso administrativo de la denuncia o el reclamo, en estos
últimos el administrado no es parte en un procedimiento administrativo el que posiblemente
se inicie a partir de ese acto jurídico, en cambio en el caso del recurso el administrado forma
parte de un procedimiento administrativo o al menos la medida impugnada, ya que puede
verse afectado el interés legítimo de un particular que no formo parte en el procedimiento
administrativo pero que la decisión de la administración lo afecta y aún en este caso tiene la
posibilidad de recurrirla.
La decisión de la administración que afecte al administrado debe tener el carácter de
definitiva, es decir, debe ser un acto administrativo ya sea de alcance general o particular a
través del cual la Administración manifieste su voluntad y de esta manera afecte la situación
jurídica del administrado, de allí que la doctrina y la jurisprudencia sostienen que no son
recurribles los actos preparatorios, como tampoco los dictámenes de los órganos de
asesoramiento técnico o legal.
Los recursos administrativos tramitan siempre en sede administrativa, es decir que
quien resolverá la impugnación será siempre un órgano de la Administración, el mismo que
haya dictado el acto administrativo o un superior dependiendo del recurso interpuesto.
El procedimiento recursivo garantiza la posibilidad de discutir una medida dispuesta
por la Administración que afecte el interés de uno o varios administrados, pero no la de
obtener un resultado favorable, de esta manera la protección al administrado es brindarle la
oportunidad de impugnar una decisión, pero no con ello se garantiza que la cuestión de fondo
introducida en el recurso deba ser acogida por la Administración.
Clases de recursos:
1) Recurso de Reconsideración: mediante esta vía recursiva se pretende la impugnación
de un acto administrativo ante la misma autoridad que lo dictó, solicitando la revocación, la
sustitución o la modificación del mismo.
Se procura mediante este medio de impugnación que el órgano administrativo que
dictó la medida revea su decisión, y por contrario imperio anule, modifique o sustituya el acto
dictado.
Nociones generales
Así como en derecho privado el acto jurídico bilateral constituye la esencia de todo contrato
(sea éste unilateral o bilateral), así también en derecho administrativo el acto administrativo
bilateral es la base de todo contrato administrativo y, en general, de todo contrato celebrado por
la Administración Pública.Ahora bien, el contrato administrativo, propiamente dicho, como
dijimos con anterioridad, es una de las especies de contratos de la Administración Pública. Si
bien no es posible establecer un concepto único de contrato administrativo, en razón de que ello
estará determinado por diversos factores, Bercaitz ha elaborado uno que dice: son, por su
naturaleza, aquellos celebrados por la Administración Pública con un fin público, circunstancia
por la cual pueden conferir al cocontratante derechos y obligaciones frente a terceros, o que, en
su ejecución, pueden afectar la satisfacción de una necesidad pública colectiva, razón por la cual
están sujetos a reglas de derecho público, exorbitantes del derecho privado que colocan al
cocontratante de la Administración Pública en una situación de subordinación jurídica.
Asimismo, son contratos de derecho privado de la Administración Pública aquellos que, estando
la prestación a cargo de la misma, dicha prestación no excluya la posibilidad de ser materia de
un contrato entre particulares, circunstancia ésta que entonces aleja la posibilidad de que se trate
de un contrato administrativo de atribución.
b) No obstante lo dicho en el punto anterior, cabe tener presente que en ambos tipos de
contratos de la Administración lo relacionado con la competencia del órgano de la
Administración para emitir el acto se rige por las disposiciones del derecho público
(administrativo en la especie). Lo mismo cuadra decir de la expresión de la voluntad por parte
de la Administración.
A pesar de los ataques que en derecho privado recibió la teoría del cuasi-contrato -que se
considera como una categoría híbrida, desacreditada como fuente de obligaciones- en
derecho administrativo, con acertados argumentos, es propiciada por un calificado sector
doctrinal. Por cuasicontrato se entiende a todo hecho o acto voluntario lícito que produce
efectos semejantes a los contratos, sin existir acuerdo de voluntades ni consentimiento sobre la
materia concreta de tal hecho o acto.
-Procedimientos de contratación
En la licitación privada sólo pueden intervenir, como oferentes o licitadores, las personas
o entidades invitadas al efecto por la Administración Pública. Debe tratarse de personas
o entidades que actúen en el tipo de negocio a que se refiere el contrato a celebrar; deben
estar inscriptas en el Registro de Proveedores del Estado; el número de personas o entidades que
se invitará no debe ser menor de seis; las invitaciones de referencia deben efectuarse en forma
rotativa dentro de las firmas inscriptas en el Registro de Proveedores del Estado.
c) Presentación de propuestas u ofertas: Pueden presentar ofertas, es decir puede actual como
proponentes, oferentes o licitadores, las personas o entidades inscriptas en lorespectivos
registros, o las que, sin estar inscriptas, sean de notoria solvencia o la índole de
lanegociación justifique la exención de tal requisito. Las ofertas o propuestas que se
formulen deben estar de acuerdo con las bases de la contratación; vale decir, su contenido debe
ajustars al pliego de condiciones.
d) Apertura de los sobres que contienen las ofertas o propuestas: En el lugar, día y hora
determinados en los avisos para celebrar el acto, se procederá a abrir los sobres que contienen
las propuestas. Estarán presentes los funcionarios designados por el organismo licitante y los
proponentes que desearen presenciarlo.
Vencido el plazo para la admisión de las propuestas se abrirán los sobres que contienen las
propuestas; éstas se leerán en alta voz por el actuario ante los funcionarios y personas que
presencien el acto. Terminada dicha lectura, del resultado obtenido se procederá a labrar acta,
que deberá ser absolutamente objetiva. El acta será firmada por los funcionarios
intervinientes y por los proponentes que, deseándolo hacer, estuvieren presentes en el
momento de redacción del acta.
El remate -lato sensu- consiste en la venta de bienes, en público, al mejor postor. En ese acto no
hay selección de concurrentes: concurre quien desee hacerlo; lo contrario acaece en materia de
licitación, siendo ésta una de las fundamentales diferencias entre remate y licitación. La
Administración Pública puede intervenir en un remate público vendiendo bienes suyos, o
comprando bienes
e) Rescisión
f) Interpretación unilateral del contrato: Cuestionada por algunos autores, consiste como la
facultad de interpretar los textos contractuales frente a un conflicto de intereses con
elcontratista particular y, sobre la base de ese análisis unilateral, continuar
inmediatamente la ejecución del contrato.
3) La “exceptio non adimpleti contractus”: El art. 1201 C.C. establece que en los contratos
bilaterales una de las partes no podrá exigir el cumplimiento a la otra si no probase haberlo
ella cumplido u ofreciese cumplirlo o que su obligación es a plazo.
Los casos de exención de esa responsabilidad son dos: fuerza mayor y el hecho de la
Administración Pública.
b) imprevisible (es decir que no pudo razonablemente ser considerado por el contratante
en el momento de celebrar el contrato). Algunos expositores dicen que el suceso en cuestión
debe ser extraordinario, presentándose como anormal;
Los hechos o acontecimientos que pueden determinar la fuerza mayor tienen orígenes
diferentes: pueden ser hechos de la naturaleza o responder a una acción humana; de ahí la
clasificación de ellos en hechos naturales y en hechos del hombre.
b) Hechos del hombre, por oposición a los hechos naturales, pueden también constituir casos
de fuerza mayor en las relaciones contractuales cuando reúnan determinados caracteres:
han de ser extraños a la persona y voluntad de las partes contratantes, es decir deben ser
hechos exteriores; deben ser imprevisibles, o sea que no podían razonablemente ser
considerados por el contratante en el momento de celebrar el contrato (suceso
extraordinario y anormal); han de ser inevitables (irresistibles o insuperables) por el
contratante. Concurriendo esos requisitos, el hecho del hombre puede constituir un caso de
fuerza mayor, con todas sus consecuencias jurídicas. Entre tales hechos corresponde
mencionar los siguientes: a) Guerra, b) Revolución, c) Hecho de tercero, d) Actos del
soberano (fait du prince, el “hecho del príncipe”), e) Órdenes o decisiones judiciales, f)
Huelga, g) Lock-out (paro patronal)
La fuerza mayor produce dos tipos de efectos: definitivos y provisionales, que algunos
tratadistas llaman resolutorios y dilatorios, respectivamente. El efecto definitivo se concreta en
No obstante, las estipulaciones contractuales suelen prever y especificar las sanciones que
la Administración Pública podrá aplicarle a su cocontratante cuando éste incurra en faltas;
pero aun entonces las sanciones mencionadas en el contrato carecen de carácter limitativo
o exclusivo: aparte de ellas, la Administración Pública puede aplicar otras sanciones
requeridas por la índole de la falta cometida.
1) Sanciones pecuniarias:
A) Cláusula penal: las partes pueden prever y fijar ab initio el monto de los daños y perjuicios
que representará el incumplimiento. Producido éste, y constituido en mora el
cocontratante, se aplica dicha cláusula.
C) Daños y Perjuicios: Éstos no son otra cosa que una obvia consecuencia de la
responsabilidad contractual en que habría incurrido el cocontratante.
2) Medidas coercitivas provisionales:el objeto de ellas varía según el contrato que las
requiera.
Corresponde indicar ahora cuáles son los contratos administrativos más frecuentes. En
primer lugar, existen contratos administrativos por razón misma de su objeto. Se trata de
contratos en los que necesariamente deben ser parte en su celebración la Administración
Pública. Los particulares o administrados no pueden formalizarlos entre sí, por cuanto la
materia no pertenece a su esfera jurídica. En segundo lugar, hay contratos que sin ser
administrativos por razón de su objeto, lo son a raíz de que contienen cláusulas exorbitantes del
derecho privado, y tales cláusulas están expresamente incluidas en el contrato.
Entre los del primer grupo (contratos que son administrativos por razón de su objeto) pueden
mencionarse:
f) De suministro,
g) De transporte,
i) De locación de servicios,
j) El mandato
k) La fianza
Los contratos administrativos del segundo grupo (o sea los que son administrativos por
contener expresamente cláusulas exorbitantes del derecho común) pueden responder a
tantas especies como cláusulas exorbitantes de la categoría mencionada sean concebibles
jurídicamente. En estos casos, para determinar si el contrato es o no administrativo,
propiamente dicho, debe aclararse previamente si la supuesta cláusula exorbitante de que
se trate es realmente tal, sea por su carácter inusual en el derecho privado, o porque, incluida
en un contrato de derecho privado, ella sería ilícita.
El contrato de obra pública es aquel destinado a la obtención de una obra pública, ya sea esta el
resultado de un proceso de fabricación, instalación, montaje, construcción o elaboración física o
intelectual, solventado directa o indirectamente con fondos públicos o afectados a la disposición
de un ente público, destinada a servir directa o indirectamente a un cometido público y cuya
ejecución es de competencia de un ente público.
El contrato de concesión de obra pública es aquel celebrado entre el Estado y un tercero, donde
éste se obliga a realizar una obra (trabajo público), cuyo pago no le será efectuado
directamente por el Estado, sino por ciertos administrados.
La diferencia con el primero radica principalmente en que en este supuesto la obra será
construida por el concesionario a su costo y a su riesgo, y la Administración le otorga el
privilegio de explotarla durante el lapso necesario para amortizar el capital y obtener intereses
de él, es decir, para cubrir las cargas del capital y poder cubrir también los gastos de
explotación (v.gr., los derivados de la conservación de la obra puesta a cargo del
concesionario, de los gastos de personal indispensable para atender la explotación y la
conservación de algunos locales en los cuales se hace efectivo el importe que percibe el
concesionario por el uso de la obra, etc.)
La forma de pago del precio es uno de los elementos característicos del contrato de obra
pública, que permite diferenciarlo del contrato de concesión de obra pública. En el primero es
pagado por la Administración, y en el segundo por los usuarios mediante el pago de peaje, por
ejemplo, o de la contribución de mejoras. En cuanto a los sistemas de contratación, podemos
relacionar algunos.
Ello se debe a que no existen razones de orden público que lo impidan. Los certificados de
obra pública: Son actos administrativos que, revistiendo forma de instrumento público, prueba
la existencia de un crédito parcial o definitivo, a favor del contratista de obra pública. Es un
instrumento que acredita el monto de la obra cuya existencia la Administración ha
verificado y mensurado y determinado el quantum del crédito a favor del empresario. El
certificado no es un medio de pago, sino que certifica la cantidad de obra realizada y no
implica conformidad de la Administración con lo realizado. Existen distintas clases de
certificados de obra pública según sea el motivo de tal constancia. Así, podemos contar con el
de acopio (cuando se certifica la compra de materiales para el inicio de las obras), de avance
de obra (cuando se certifica el porcentaje de obra ejecutado en el período –normalmente-
mensual), de mayores costos o de variación de costos (cuando se deja constancia de los
incrementos de precio ocurridos en el período correspondiente), de anticipo financiero
(cuando se certifica un monto que se entrega al contratista para financiar el comienzo de los
trabajos); o también según cual sea su carácter: provisorio (todos los certificados
extendidos durante la ejecución de los trabajos) y final (el que se emite cuando se cierran las
cuentas al terminar el contrato).
Contrato de suministro
El contrato de suministro es aquel por el cual una de las partes asume frente a la otra la
obligación de cumplir prestaciones periódicas y continuadas durante un término determinado
o indeterminado en la medida que lo solicite y por un precio fijado o a fijarse.
La prestación del servicio público constituye el objeto esencial de una concreta relación
jurídica con el usuario.
1) por la titularidad del servicio (se puede hacer una primera clasificación entre los servicios
públicos a cargo del Estado-Nación y los servicios o prestaciones a cargo de entidades locales.
Tendríamos, entonces, los servicios nacionales, provinciales y municipales);
5) por razón de su utilización, ya sea necesario (los usuarios se ven forzosamente obligados
a utilizarlos por así imponerlo el interés general, por ejemplo el servicio de educación
primaria) y facultativa (aquellos que pueden o no ser utilizados por el público, por ejemplo:
transporte público de pasajeros);
7) por la determinación de quienes son los posibles beneficiarios los servicios podrán
ser “uti universi” (tienen como destinatario a la población en general) o “uti singuli”
(destinados a determinados individuos);
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8) por el sujeto que presta el servicio podrán ser propios (son los prestados por el Estado
en forma directa o indirectamente por intermedio de concesionarios) y los impropios o
virtuales (prestados por privados pero bajo el control y regulación de la Administración);
El contrato de concesión de servicios públicos es aquel en virtud del cual un ente estatal
encomienda o delega a una persona, temporalmente, la ejecución de un servicio público,
otorgándole el ejercicio de cierta potestad pública para asegurar sufuncionamiento,
efectuándose la explotación a costa y riesgo del concesionario, bajo la vigilancia y control
del ente estatal concedente.
Contrato de empréstito
A) ECONOMÍA DE MERCADO
D) ECONOMÍA DIRIGISTA
El Estado para a ser el único sujeto económico, que elabora un plan de cumplimiento
obligatorio para todos, sin que nadie pueda efectuar algo no contemplado en el plan. Se invierte
el principio de que la capacidad de los individuos y la competencia de los órganos públicos son
la regla en el derecho privado y público, respectivamente. El único sujeto que planifica y
desarrolla procesos económicos es el Estado, y la única libertad de los individuos es
obedecer lo que el Estado ordena.
Si bien nuestra Constitución Nacional no adopta formal y expresamente por ninguno de los
modelos expresados de su articulado surgen numerosas pautas que la identifican, :
-Art. 4: sostiene que el Tesoro Nacional se forma por tributos que deben imponerse de
manera equitativa y proporcional a la sociedad, y que los créditos pueden ser para urgencias de
la Nación o empresas de utilidad nacional.
-Art. 14 y 14 bis: reconoce el derecho a ejercer industria, navegar, comerciar; circular por el
territorio argentino; publicar las ideas por la prensa sin censura previa; usar y disponer de su
propiedad; asociarse, enseñar y aprender, a la vez que protege los derechos del trabajador y la
familia.
-Art. 75 inc. 1, 6, 12, 18 y 19: impone como atribución del Congreso establecer y
reglamentar un banco federal con facultad de emitir moneda, así como otros bancos nacionales,
legislar en materia aduanera, dictar los códigos de fondo, proveer lo conducente a la prosperidad
del país, al adelanto y bienestar de todas las provincias, al progreso de la ilustración, la
industria, la inmigración, la construcción de ferrocarriles y canales navegables, la colonización,
el desarrollo humano, el progreso económico con justicia social, la productividad de la
economía nacional, la generación de empleo, la formación profesional de los trabajadores, la
defensa del valor de lamoneda, la investigación y desarrollo científico y tecnológico, su
difusión y aprovechamiento, promoviendo políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar
el desigual desarrollo relativo de provincias y regiones.
De este principio se desprenden dos límites, uno negativo y otro positivo para el Estado:
-límite negativo: el Estado no puede realizar aquellas actividades que pueden llevar a
-límite positivo: El Estado puede intervenir cuando los particulares no lo hacen, porque no
pueden o no les interesa, para salvaguardar el bien común, corrigiendo -entre otras actividades-
las fallas del mercado.
Teniendo en cuenta que las necesidades y requerimientos del bien común son múltiples,
variables, y transitorias, las técnicas de intervención estatales tendrán los mismos
caracteres, además de ser siempre residuales -tendrán lugar ante la falta o insuficiencia
de actividad por parte de los particulares-, por el principio de subsidiariedad arriba explicado,
y legales, no sólo por el principio de la competencia –siempre excepcional- sino también
porque toda restricción de la libertad debe tener sustento y fundamento en ley del Congreso.
En otros supuestos, el Estado interviene en actividades propias de los particulares, por razones
de interés público, sin sustituirlos, sino compartiendo la actividad que se rige por el
derecho privado, pues no llega a reunir los caracteres propios del servicio público. Ejemplo
típico es la actividad bancaria.
Los servicios sociales son actividades de asistencia, realizadas por el Estado con fin
humanitario, más que económico, que confluye con actividades de igual finalidad que realizan
los particulares. La actividad de estos últimos se va a regir por el derecho privado, en tanto que
la del Estado por el derecho público, por ser el normal ejercicio de la función administrativa, en
ámbitos como el de la salud, educación y asistencia social.
Las formas jurídicas que asume la intervención estatal son variadas y pueden distinguirse en
organizativas y autoritativas. Las primeras son las que utiliza el Estado en todas
Las segundas se utilizan tanto en las actividades de intervención directas como indirectas. La
particularidad consiste en que no consisten en una prestación del estado, sino en actos porlos
cuales el Estado amplía el campo de facultades de los particulares. Estos actos son variados, y
sus alcances varían en cada jurisdicción, aún cuando se utilicen los mismos nombres. Haremos
por tanto una sistematización de ellos, siguiendo el criterio expuesto por los
-autorización: acto por el cual se permite a un particular efectuar una actividad, que no está
prohibida, sino que su inicio está condicionado al previo control del cumplimiento de
determinados requisitos, agotándose la potestad administrativa en el acto de autorización.
Ej.: autorización para iniciar una construcción edilicia.
-habilitación: resume los caracteres de la autorización, pero a ellos se añade que las
facultades del Estado no se agotan en la emisión del acto, sino que perdura en el
tiempo el control estatal y la verificación de que se están cumpliendo los requisitos propios de
la actividad. Ej.: ordenanzas que regulan la habilitación de ascensores, como es en Córdoba la
Ordenanza 10.950, que establece las pruebas periódicas y controles estatales que deben
efectuarse sobre la instalación mecánica.
-permiso: acto por el cual el Estado concede a un particular el derecho de efectuar una actividad
que en general está prohibida para los particulares, sea que levanta la autorización, sea que le
transfiere potestades propias del Estado. Es esencialmente precario, por lo cual, puede ser
retirado sin que corresponda indemnizar al particular, siempre que el retiro sea razonable y no
arbitrario.
-concesión: es una técnica de transferencia temporal del ejercicio de potestades públicas del
Estado a un particular, que se instrumenta a través de un acuerdo voluntario entre ellos, en el
cual se regulan los derechos y obligaciones recíprocos, para la prestación de un servicio
público, o para la realización y explotación de una obra pública.
Privilegios y estímulos
En la Constitución encontramos las cláusulas llamadas del progreso y del nuevo progreso, en
los incisos 18 y 19 de la C.N. Así, el principio establecido en el Preámbulo, de promover el
bienestar general, puede ser ejecutado por el Estado a través de la concesión de privilegios que
permitan promover la prosperidad en todos los aspectos. Los privilegios del inc. 18 son
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ejemplificativos, y pueden ser otorgados otros diferentes según las exigencias de las
necesidades públicas. Los privilegios son derechos que se conceden a particulares que no
gozanla generalidad sino sólo aquellos que se hacen cargo de un emprendimiento, por lo cual,
deben concederse sólo cuando un interés público los exige y deben interpretarse
restrictivamente, pues son una excepción al principio de igualdad del art. 16 de la C.N. Por
esas razones, deben ser ordenados por ley y por tiempo determinado.
-Monopolio: el Estado concede a alguien la facultad de ejecutar una actividad económica con
exclusividad y sin concurrencia. Los monopolios son naturales y legales. Los primeros son
impuestos por la realidad, y el Estado tiende a que se haga un desarrollo racional de la actividad
,en beneficio de todos. Los legales son aquellos que impone la ley.
económica de explotación con exclusividad y sin concurrencia, sin prohibir que otros
particulares ejerzan actividad de igual naturaleza, no con intención de explotarla, sino en
beneficio propio. Ej.:transporte público de pasajeros.
-Subvenciones: son ventajas económicas que concede el Estado a un particular. Pueden ser
directas o indirectas, según que el estado pague o no el aporte económico; previas o
posteriores a la actividad, en beneficio de una persona o de una actividad, en dinero o
en especie, generales o zonales, y concretadas mediante acto o contrato administrativo.
Regulación y desregulación
nuestro país RIGE el principio de la autonomía de la voluntad, que supone la igualdad de las
partes en toda contratación, y por tanto, el respecto irrestricto a la palabra dada. Sin embargo,
con el crecimiento de la industria y el comercio, y particularmente, la irrupción de las
crisis generadas por la primera y segunda guerra mundial, más la crisis de 1930, se percibió
como el sector económico más poderoso, podía imponer condiciones en la contratación a
la parte más débil, con lo cual, se rompía la igualdad original de la contratación.
Ello produjo que interviniera el Estado, de una forma cada vez más paulatina, regulando las
actividades para proteger la parte más débil y así restablecer la igualdad de las partes
contratantes. Así, se reguló el campo del derecho laboral -con jornadas de labor,
vacaciones, equipamiento permanente-, se reguló en materia de precios, fijando en muchos
La regulación fue tal que se convirtió en excesiva, y tuvo como consecuencia, más allá del fin
de promover el interés general, que limitó la competencia, el riesgo, la libertad, y la eficiencia
en la actividad privada. Por ello, la ola reguladora tuvo como contrapartida, a partir de la
década del 80, la ola desreguladora, que consistió, no en eliminar la regulación efectuada, sino
limitarla, desregulando el exceso, a fin de que el Estado pueda asumir con vigor
aquellas actividades que le son esenciales, y los particulares puedan desarrollar libremente su
potencial creador.
Servicio Público
Es la prestación que realiza la Administración (ya sea en forma directa o indirecta) con el fin de
satisfacer necesidades de interés general.
Ejemplos de servicios públicos: proveer de agua, luz, gas, teléfono o prestar servicios de
educación, salud, bomberos, taxis, etc.
Facultativo: cuando el usuario decide si usa o no el servicio (ej. teléfono, agua, transporte) u
Obligatorio cuando el usuario debe tomar el servicio aunque no quiera porque es la forma para
que se resguarde el fin de interés público (ej.: alumbrado, barrido y limpieza es fundamental
4. Generalidad del servicio: El servicio debe prestarse para todos aquellos que lo
exijan y no sólo para unos.
Creación y extinción
Sistemas de prestación
El servicio público puede adoptar tres formas de prestación: directa, indirecta o mixta. En la
primera el Estado ejecuta directamente la prestación, a través de organismos
centralizados, desconcentrados, o descentralizados. En la segunda, el Estado mantiene la
titularidad del servicio, delega en particulares la prestación y las potestades necesarias para
ello, y se reserva las tareas de dirección, control, y fijación de tarifa. El prestador recibe
como contraprestación un pago que puede efectuarlo exclusivamente el Estado (canon),
exclusivamente los usuarios (tarifa), o ambos en forma combinada.
En la forma mixta, el servicio se presta tanto por el Estado como por un particular, cada uno
de manera independiente, por lo cual, la relación jurídica de los usuarios con el prestador
será de derecho público y privado, en el primer caso, y de derecho privado exclusivamente en el
segundo. Para otros, es mixto cuando el mismo servicio se presta en forma asociada por
el Estado y un particular.
El análisis de la situación jurídica del usuario varía según que el servicio público lo preste
directamente la Administración Pública, o indirectamente un particular. En el primer caso, la
relación será de derecho público, en todo lo que haga al régimen exorbitante del servicio
público, salvo las normas de derecho privado que puedan regular expresamente sectores
de la actividad (Ej.: requisitos del flete previstos en el Código de Comercio en un
servicio público de transporte).
Para una primera tesis, la relación es de naturaleza privada y contractual, fundada en que son
dos particulares vinculados entre sí, presentándose el concesionario como un empresario
que vende su producto, y el usuario abona por ello un precio como contraprestación.
Finalmente, quienes sostienen la tesis mixta, diferencian dos clases de relaciones entre usuario
y concesionario, unas de carácter reglamentario (que sería la primordial, y aluden, entre otros
derechos, al de exigir y recibir el servicio) y otras de carácter contractual, que regiría en los
aspectos no contemplados por la reglamentación.
El canon suele ser la retribución que abona el Estado al prestador, y también se designa al
precio que se abona por el uso de un bien de dominio público. El precio es la suma de dinero
que se abona por el efectivo uso del servicio. La tarifa, que usualmente se asimila al precio,
alude estrictamente al conjunto de precios que se han fijado para las categorías variables de
usuarios. Por eso se lo denomina también cuadro tarifario. Su fijación corresponde al Estado
o ente regulador, a través del mecanismo que corresponda, que suele prever la realización de
audiencias públicas. No puede tener como regla efecto retroactivo –salvo caso de morosidad-, y
debe ser justa y razonable.
Los entes reguladores son entidades autárquicas –por tanto, personas públicas y estatales-
creadas con el fin de dictar las normas necesarias para regular la prestación del servicio
(dentro del marco regulatorio), controlarla, proteger los derechos de los usuarios, y
Si bien en principio estos entes deben ser creados por ley, porque implican la limitación y
regulación de derechos fundamentales, existen varios creados por decreto. Cada marco
regulatorio establece en concreto sus funciones, potestades, y procedimientos.
Principios constitucionales
Ello significa que ninguno de los derechos reconocidos tiene un alcance absoluto, sino
que todos deben ejercerse dentro del cauce fijado por la reglamentación que el
Congreso, Legislatura o Consejo Deliberante establezca.
Conforme nuestro nuestra forma federal de Estado, del cual se deriva el carácter local del
derecho administrativo, el ejercicio del poder de policía y de la policía corresponde
tanto al Estado Nacional, Provincial como Municipal, según el reparto de competencias
efectuado por nuestro texto constitucional: a la Nación todo lo delegado expresa o
Fines y límites
El Poder de Policía y la Policía han tenido una marcada evolución en el tiempo en lo quehace a
los fines específicos y materias concretas que comprende. En su origen, dentro de lo que
sería el modelo del estado liberal, se consideraba queregía el principio de autonomía de la
voluntad, por lo cual, las únicas materias que podían serobjeto del poder de policía, eran la
seguridad, moralidad y salubridad. Sin embargo, este concepto se fue ampliando con el tiempo,
y así, principalmente a partirdel comienzo del x. XIX, el Estado comenzó, en aras de promover
el bienestar general, a tener ingerencias en la libertad contractual, a imponer cargas sociales o
económicas a los particulares,a restringir los derechos de propiedad por razones de
emergencia, a regular lo que hace a la competencia, a los derechos del consumidor, la
prestación de servicios públicos, y muchísimos ámbitos de la actividad particular.
. Ahora bien, por más extensión que adquiera el ejercicio del poder de policía no es
incontrolable, sino que tiene dos límites fundamentales que nacen de la misma constitución.
Uno es interno, y es el llamado derecho a la intimidad o privacidad, reconocido en el art.19 de
la C.N., por el cual las acciones privadas de los hombres están exentas de la autoridad delos
magistrados, y por tanto, no pueden ser objeto de regulación.
La falta o contravención
De allí que la sanción debe hallarse establecida en una norma anterior al hecho, debe
darse oportunidad al imputado para defenderse y ofrecer pruebas, y la sanción que se imponga
es susceptible de ser recurrida administrativamente e impugnada en sede judicial. Las sanciones
pueden ser de varias clases. Entre ellas tenemos:
-multa: es una pena pecuniaria que debe ser satisfecha por el infractor abonando una
suma de dinero. El acto administrativo que las impone carece de ejecutoriedad, por lo cual, en
caso de falta de pago por parte del sancionado, el cobro compulsivo debe ser gestionado por el
órgano sancionador ante el Poder Judicial.
-decomiso o comiso: es la pérdida definitiva de una cosa mueble, que por razones de
seguridad, moralidad o salubridad públicas, es incautada por la autoridad administrativa.
El propietario infractor carece de derecho de indemnización, por el carácter nocivo o peligroso
de la cosa decomisada. Se diferencia del secuestro por cuanto éste constituye una medida
cautelar que se dispone para reunir un determinado elemento probatorio (ej.: secuestro de un
arma).
Art. 2339.- Las cosas son bienes públicos del Estado general que forma la Nación, o de los
estados particulares de que ella se compone, según la distribución de los poderes hecha por la
Constitución Nacional; o son bienes privados del Estado general o de los estados particulares.
Art. 2340.- (*VS) (Texto según ley 17711 ) Quedan comprendidos entre los bienes públicos:
3 Los ríos, sus cauces, las demás aguas que corren por cauces naturales y toda otra agua que
tenga o adquiera la aptitud de satisfacer usos de interés general, comprendiéndose las aguas
subterráneas, sin perjuicio del ejercicio regular del derecho del propietario del fundo de extraer
las aguas subterráneas en la medida de su interés y con sujeción a la reglamentación;
6 Las islas formadas o que se formen en el mar territorial o en toda clase de río, o en los lagos
navegables, cuando ellas nopertenezcan a particulares;
7 Las calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra pública construida para
utilidad o comodidad común;
Art. 2341.- (*VS) Las personas particulares tienen el uso y goce de los bienes públicos del
Estado o de los estados, pero estarán sujetas a las disposiciones de este Código y a las
ordenanzas generales o locales.
El criterio para distinguir las categorías de dominio público y dominio privado del estado reside
en el uso asignado al bien. Los bienes de dominio público son un conjunto de bienes
consagrados al uso público, al goce y disfrute común de todos los habitantes. Los privados, no.
La principal diferencia entre unos y otros está en el régimen jurídico que los regula: mientras
que los bienes privados del Estado están sometidos, en general, a las reglas del derecho privado,
el dominio público tiene un régimen público particular con características propias.
b) objetivo: está referido a los bienes que integran el dominio público. Dejando aclarado que
por analogía de derecho rige en el derecho público la clasificación de bienes y cosas del derecho
civil, decimos que el dominio público se ejerce sobre idénticos bienes a aquellos sobre los que
se ejerce el derecho de dominio privado. Hay completo acuerdo en que la enunciación del art.
2340 es meramente enunciativa, lo cual surge del mismo inc. 7mo. de dicho artículo, que se
refiere a “cualquier otra obra pública construida para utilidad o comodidad común”.
c) normativo: el carácter público de un bien depende de la norma jurídica que así lo establece,
ya que no existen bienes públicos por naturaleza.
Los bienes de domino público están sometidos a un régimen de derecho público particular, que
los diferencia del dominio privado, y que tiene los siguientes caracteres básicos:
Se puede ver una explicación de las diferencias entre la analogía -como procedimiento de
adaptación y elaboración de normas-, y la subsidiariedad -como técnica de aplicación directa de
La inalienabilidad se funda en que son bienes extra comercium. Así lo disponen los Art. 936,
2336 y 2604 del Código Civil. Por el primero, el objeto de los actos jurídicos deben ser cosas
que estén en el comercio; por el segundo, están en el comercio las cosas cuya enajenación no
fuere expresamente prohibida o dependiente de una autorización estatal; por el tercero, el
derecho de propiedad se extingue de una manera absoluta cuando la cosa es puesta fuera de
comercio.
Estrictamente, los bienes de dominio público están fuera del comercio de derecho privado, no
así del derecho público, pues pueden ser objeto de los llamados derechos reales administrativos,
e incluso, ser expropiados. No pueden ser vendidos, hipotecados, embargados, ni ejecutados.
La imprescriptibilidad implica que el dominio público no se pierde por el no uso. También tiene
su fundamento en las normas del derecho civil. Así, el art. 2400 establece que todas las cosas
que están en el comercio son susceptibles de posesión; el 3952, que pueden prescribirse todas
las cosas cuyo dominio o posesión puede objeto de adquisición. Por ende, si los bienes de
dominio público no son susceptibles de posesión, nadie puede adquirir por prescripción
adquisitiva los mismos, y resultan imprescriptibles para el Estado.
Para comprender los distintos modos de adquisición de un bien al dominio público, debe
distinguirse, por un lado, entre la asignación del carácter público a una categoría de bienes, y la
afectación, y por otro, entre los bienes públicos artificiales y naturales. La asignación del
carácter público a un bien resulta de la ley que así lo establece. En nuestro caso lo hacen los Art.
2339 y 2340 del C.C..
En los primeros, la afectación se da de pleno derecho desde el momento en que así lo establece
la ley que les asigna el carácter público a un bien.En el segundo caso, la afectación requiere de
una ley, de un acto administrativo general, o de un hecho de la Administración, salvo aquellos
que existen con anterioridad a la sanción del Código Civil, que se asimilan en lo que hace a la
forma de su afectación a los bienes naturales. El hecho consiste básicamente en dejar expedita
efectivamente una cosa propiedad del Estado al uso público, con el asentimiento expreso o
virtual de la Administración Pública. Es siempre una actividad estatal, y no de los particulares.
Ejemplos de estos hechos son la inauguración de una obra dejándola abierta al uso público, la
utilización de una construcción como edificio administrativo, el retiro de vallados que impiden
el uso público, e incluso, el uso público continuado, que puede haber dado lugar a la adquisición
del bien o cosa y a su correlativa afectación, por prescripción adquisitiva o uso inmemorial
(vetustas), siempre con el asentimiento del Estado. Como excepción tenemos el caso de las
servidumbres públicas discontinuas o no aparentes, que no pueden adquirirse por el uso
inmemorial (art. 3017 y 4015 C.C.).
La autoridad competente para asignar a un bien el carácter de público es la Nación, porque sólo
ella puede legislar sobre una cuestión substantiva o de fondo: la atinente a la naturaleza o
condición jurídica de las cosas..
El uso del dominio público puede ser común o especial. El uso común es el que pueden realizar
todas las personas por su sola condición de tales, observando la reglamentación que sobre tal
uso haya efectuado la autoridad administrativa. Tiene los siguientes caracteres: general: no está
sujeto a autorización administrativa previa alguna;
La mayoría de la doctrina sostiene que el particular tiene un interés simple respecto del uso
común de los bienes de dominio público21. subjetivo está superada, debemos concluir que
todos tenemos un derecho subjetivo a usar y gozar de los bienes de dominio público.
El uso especial es aquel que sólo pueden realizar las personas que hayan adquirido dicha
facultad previo cumplimiento de los requisitos fijados por la reglamentación. Tiene los
siguientes caracteres:
-personal: el usuario adquiere un status jurídico particular diferente de cualquier persona común
que no puede ejercer este uso especial;
-limitado en el tiempo.
Según Marienhoff, los bienes de dominio público pueden ser utilizados por el público en forma
directa o indirecta, y cada uno, en forma individual o colectiva.
Los usos especiales (que emplean las figuras jurídicas del permiso y la concesión) son formas
de uso directo individual; los usos comunes (como puede ser el uso de las vías públicas) son
formas de uso directo colectivo.
La utilización indirecta es el caso del uso de los bienes afectados a un servicio público –en la
concepción amplia que da a este concepto el autor citado-, y según las características del
mismo, será individual (caso del servicio público de ferrocarriles) o colectivo (caso del servicio
público de defensa).
El uso común, siendo general e indeterminado, reviste múltiple formas de ejercicio, y puede
manifestarse en usar la vía pública –transitar, estacionar, etc.-, las aguas fluviales -navegar,
pescar, etc.-, pasear por las plazas públicas, volar por el espacio aéreo, etc.-
El permiso es un acto administrativo de carácter precario, que puede ser revocado sin derecho al
resarcimiento, por el cual la Administración, de manera unilateral, otorga a un particular el uso
especial de un bien de dominio público, que puede estar condicionado al cumplimiento de
determinadas obligaciones, cuya inobservancia determina su caducidad. La concesión es un
derecho subjetivo perfecto, exclusivo y estable de uso especial de un bien de dominio público.
Puede nacer en un acto administrativo, si bien generalmente se acuerda a mérito de un contrato.
Se caracteriza por no ser precario, y por tanto, generar derecho a indemnización en caso de ser
revocado por razones de oportunidad, mérito o conveniencia. Ocurre algunas que la
Administración, a los fines de convenir con un particular las condiciones del uso especial de un
bien de dominio público recurre a figuras del derecho privado, como es el caso del alquiler o el
comodato. En estos casos, más allá del nomen iuris empleado, se debe aplicar a dichas
relaciones los principios y normas previstos para el uso especial de los bienes del dominio
público, en tanto, por ser público el bien objeto de la contratación, se encuentra fuera del
comercio, y por tanto, strictu sensu, no pueden ser objeto de contratos regidos por el derecho
privado. Se aplicarán por tanto a las relaciones contractuales mencionadas las previsiones de la
concesión, y en su caso, si se pactó precariamente, del permiso.
La extinción del régimen de dominio público sobre un bien se produce por su destrucción total
o porque manteniendo su individualidad cambia su condición jurídica y pasa a ingresar el
dominio privado, sea del Estado sea de los particulares. Para que se produzca la extinción, si el
bien no se destruye, debe operarse la desafectación, que es la sustracción del bien al uso
público. La desafectación se produce por la sola sanción de una ley si se trata de un bien
natural, o en virtud de una ley, un acto administrativo o un hecho de la Administración, si se
trata de un bien artificial.
A) terrestres: comprende las calles, caminos, plazas, parques, puentes, y otra obra pública
destinada al uso común, entre los cuales están los edificios de la Administración que usa para el
cumplimiento de sus funciones. Las islas formadas o que se formen en el mar territorial, en toda
clase de ríos o lagos navegables, salvo que pertenezcan a particulares;
C) aéreo: en sentido vertical corresponde a este dominio todo el espacio aéreo comprendido
entre el límite práctico de los propietarios de los fundos, hasta donde llega la fuerza gravitatoria
de la tierra; en sentido horizontal llega hasta el límite que marca el mar jurisdiccional o la línea
fronteriza del país.
SERVIDUMBRES ADMINISTRATIVAS.
-es un derecho real administrativo: es derecho real porque se constituye sobre un bien
determinado, en función del desmembramiento del derecho de propiedad que sobre el mismo
tiene su dueño, y tiene carácter administrativo porque su titular es una entidad pública o
delegada por la misma, su finalidad es el uso público y su régimen jurídico es el derecho
público;
-el titular es una entidad pública, estatal o no estatal, o un particular que ejerza alguna facultad
delegada por una entidad pública, caso de las servidumbres constituidas a favor de los
concesionarios de servicios públicos, en los términos de los Art. 83 ley 24065 o 22 ley 24.076.
-el objeto de la servidumbre recae sobre bien ajeno, que puede ser un bien de un particular, o del
Estado, en este caso, privado o público, pero nunca de la entidad a favor de la cual se constituye
la servidumbre. Es decir, aún cuando el bien sobre el que recae la servidumbre pertenece al
Estado, aquella se constituye con miras a un uso público distinto a aquél a que está afectada la
cosa. 34 cdechegaray@gmail.com
-la finalidad de la servidumbre es servir a un uso público: el bien gravado no sirve a otra
heredad o inmueble determinado, sino a una entidad pública. Ergo, las servidumbres
administrativas no son reales sino personales por esencia.
-es indemnizable: el titular del bien gravado con la servidumbre administrativa tiene derecho a
ser indemnizado, por el menoscabo que sufre su patrimonio al ver desmembrado su derecho de
dominio, que pierde el carácter de exclusivo. La procedencia de dicha indemnización tiene su
fundamento en el art. 17 de la C.N.
Las servidumbres del derecho privado tienen varias diferencias con las de derecho
administrativo. Por un lado las primeras se rigen exclusivamente por el derecho privado,
mientras que a las administrativas les resulta aplicable el derecho público. La finalidad también
es distinta, siendo obvio que las privadas se crean en el sólo interés particular, mientras que las
administrativas con una finalidad pública. En cuanto al objeto, las servidumbres privadas no
pueden constituirse sobre bienes de dominio público, que están fuera del comercio.
Finalmente, las servidumbres privadas lo son siempre reales, a favor de un fundo ajeno
dominante, en cambio las administrativas son siempre personales, a favor de una entidad
pública o una entidad privada en ejercicio de facultades delegadas por aquella.
Son varias las formas jurídicas por las cuales se puede constituir una servidumbre.
a) por ley, nacional, provincial, o municipal; es el instrumento ordinario, por cuanto toda
afectación de la propiedad particular debe tener origen en la ley;
b) por acto administrativo fundado en ley, de imposición, que materialice lo previsto en una
ley,o acepte una liberalidad, donación o disposición testamentaria;
d) por accesión: cuando existiendo una servidumbre civil, el fundo dominante pasa a propiedad
de una entidad pública;
e) por usucapión o prescripción adquisitiva. Se rige por las normas de derecho civil, aplicables
por analogía ante la ausencia de normas de derecho público. Por lo tanto, para que opere la
usucapión, la servidumbre debe reunir los caracteres de continua y aparente, y tener una
duración de veinte años (conf. 3017 del C.C.). Exige el ejercicio de la servidumbre durante
veinte años, manifestada por el uso continuado y pacífico que de manera visible y efectiva
importe la ejecución de actos posesorios por parte de una entidad pública respecto al contenido
de la servidumbre pública de que se trata. Los modos de extinción son:
b) por extinción del objeto principal de afectación (caso en que se desafecta un aeródromo, se
extinguen las servidumbres aeronáuticas impuestas a heredades vecinas);
c) por confusión, en los casos en que la heredad sirviente pasa al dominio de la entidad
beneficiaria;
f) por renuncia: en los casos de servidumbres adquiridas por convenio, acto de liberalidad o
prescripción
11.3.2.- Indemnización
Como ya vimos, uno de los caracteres de las servidumbres públicas es el que son
indemnizables, lo que significa que el titular del bien gravado con la servidumbre administrativa
tiene derecho a ser indemnizado, por el menoscabo que sufre su patrimonio al ver desmembrado
su derecho de dominio, que pierde el carácter de exclusivo. La procedencia de dicha
indemnización tiene su fundamento en el art. 17 de la C.N. Si la servidumbre es creada por ley,
y ésta excluye la indemnización, puede ser tachada de inconstitucional, y hacer valer la
responsabilidad del Estado
fundamento
Exclusivo porque el dominio total de una persona sobre una cosa excluye la injerencia de un
tercero: dos personas no puede tener en el todo el dominio de una cosa.
Perpetuo, porque nadie puede ser privado de su propiedad.
Ahora bien, estos caracteres deben adecuarse a las prescripciones constitucionales.
Entre ellas, la más importante en lo que nos toca, es que ningún derecho reviste el carácter de
absoluto. En efecto, todos pueden y deben ejercerse conforme las leyes que los
reglamentan, conf. Art. 14 de la C.N., con los límites del art. 28.
Esto significa entonces que ni hay derecho que no sufra limitaciones, por imperativo
constitucional, que permiten incluso su ejercicio. En el caso del derecho de propiedad, éste sufre
dos clases de limitaciones: unas que procuran preservar intereses particulares, contenidas en el
Código Civil, y cuya sanción corresponde al legislador federal, y otras prescriptas en el interés
de la comunidad, que están previstas en el derecho administrativo de cada jurisdicción, por ser
un derecho local. Así lo reconoce el mismo art. 2611 del C.C.
Las limitaciones impuestas en interés público inciden sobre cada uno de los caracteres del
derecho de propiedad. El carácter absoluto es atemperado por las meras restricciones
administrativas; el carácter exclusivo por las servidumbres administrativas, y el carácter
perpetuo por la prescripción.
Las meras restricciones administrativas son condiciones legales del ejercicio normal y
ordinario del derecho de propiedad, impuestas en el interés público, que se concretan en
obligaciones de no hacer, y aún pueden ser de hacer. Ejemplos de servidumbres administrativas
son: la imposición de un cartel en la propiedad, la obligación de soportar una ochava, la
obligación de albergar instalaciones eléctricas, etc.
-generales: son obligatorias para todos los propietarios que se encuentren en igualdad de
condiciones, a diferencia de la expropiación y las servidumbres, que se aplican a bienes
determinados.
Cada día cobra mayor importancia una especie particular de restricciones que son las que
conforman las normas de urbanismo. Estas son un conjunto de “principios y normas que tienen
por finalidad establecer patrones de habitabilidad y ocupación del suelo”
Comprende normas que regulan las superficies mínimas de los terrenos, alturas máximasde los
edificios, distancias mínimas de retiros (de frente, fondo y laterales), superficies
edificables, etc., según las distintas zonas en que se divide a las ciudades. Dado su objetivo,
edictado de estas normas es de preponderante competencia municipal, a través de los Códigos
deEdificación y de Uso del Suelo.
-Límites
-el titular es una entidad pública, estatal o no estatal, o un particular que ejerza alguna facultad
delegada por una entidad pública, caso de las servidumbres constituidas a favor de los
concesionarios de servicios públicos, en los términos de los Art. 83 ley 24065 o 22 ley 24.076.
-el objeto de la servidumbre recae sobre bien ajeno, que puede ser un bien de un
particular, o del Estado, en este caso, privado o público, pero nunca de la entidad a favor de la
cual se constituye la servidumbre. Es decir, aún cuando el bien sobre el que recae la
servidumbre pertenece al Estado, aquella se constituye con miras a un uso público distinto a
aquél a que está afectada la cosa.
-la finalidad de la servidumbre es servir a un uso público: el bien gravado no sirve a otra
heredad o inmueble determinado, sino a una entidad pública. Ergo, las servidumbres
administrativas no son reales sino personales por esencia.
-es indemnizable: el titular del bien gravado con la servidumbre administrativa tiene
derecho a ser indemnizado, por el menoscabo que sufre su patrimonio al ver desmembrado su
derecho de dominio, que pierde el carácter de exclusivo. La procedencia de dicha
indemnización tiene su fundamento en el art. 17 de la C.N.
Las servidumbres del derecho privado tienen varias diferencias con las de derecho
administrativo. Por un lado las primeras se rigen exclusivamente por el derecho privado,
mientras que a las administrativas les resulta aplicable el derecho público. La finalidad también
Son varias las formas jurídicas por las cuales se puede constituir una servidumbre.
a) por ley, nacional, provincial, o municipal; es el instrumento ordinario, por cuanto toda
afectación de la propiedad particular debe tener origen en la ley;
b) por acto administrativo fundado en ley, de imposición, que materialice lo previsto en una
ley, o acepte una liberalidad, donación o disposición testamentaria;
d) por accesión: cuando existiendo una servidumbre civil, el fundo dominante pasa a
propiedad de una entidad pública;
e) por usucapión o prescripción adquisitiva. Se rige por las normas de derecho civil,
aplicables por analogía ante la ausencia de normas de derecho público. Por lo tanto, para que
opere la usucapión, la servidumbre debe reunir los caracteres de continua y aparente, y
tener una duración de veinte años (conf. 3017 del C.C.). Exige el ejercicio de la servidumbre
durante veinte años, manifestada por el uso continuado y pacífico que de manera visible
y efectiva importe la ejecución de actos posesorios por parte de una entidad pública respecto al
contenido de la servidumbre pública de que se trata.
c) por confusión, en los casos en que la heredad sirviente pasa al dominio de la entidad
beneficiaria;
f) por renuncia: en los casos de servidumbres adquiridas por convenio, acto de liberalidad o
prescripción
Indemnización
Como ya vimos, uno de los caracteres de las servidumbres públicas es el que son
indemnizables, lo que significa que el titular del bien gravado con la servidumbre
administrativa tiene derecho a ser indemnizado, por el menoscabo que sufre su patrimonio al
ver desmembrado su derecho de dominio, que pierde el carácter de exclusivo. La
procedencia de dicha indemnización tiene su fundamento en el art. 17 de la C.N. Si la
servidumbre es creada por ley, y ésta excluye la indemnización, puede ser tachada de
inconstitucional, y hacer valer la responsabilidad del Estado.
Marienhoff define a la expropiación como “el medio jurídico en cuyo mérito el Estado
obtiene que un bien sea transferido de un patrimonio a otro por causa de utilidad pública, previa
indemnización”.
El Estado, para la consecución del bien común, que es la causa final de su existencia, necesita
de bienes, sean estos materiales o inmateriales, y puede ocurrir que éstos no estén ensu poder ni
los pueda crear o fabricar, sino integren el patrimonio de sujetos jurídicos distintos a él. En este
último caso, goza de la facultad de utilizar diversas técnicas a través de las cuales puede
incorporar dichos bienes, como por ejemplo, la celebración de un contrato de compra -venta
o el ejercicio del poder tributario, pero existen circunstancias en que la Administración
necesita de un bien particular perfectamente individualizado, con independencia de la
voluntad de su propietario de desprenderse de él, y entonces, en la consideración de la
prioridad del bien común por sobre cualquier otro individual, se concede al Estado esta
herramienta jurídica de la expropiación, que tiene la particularidad de permitir, por un lado, la
satisfacción del bien común, y por otro, salvar los derechos fundamentales de los
ciudadanos, como es el de la propiedad, protegido debidamente en el art. 17 de la C.N..
Los sujetos de la relación jurídica expropiatoria son tres, el sujeto expropiante, el sujeto
expropiado, y el beneficiario. El sujeto expropiante es aquel que debe ejecutar la
declaración de utilidad pública e impulsar el trámite para lograr que la expropiación se
perfeccione. Es la parte actora del procedimiento de expropiación regular, y la parte
demandada del procedimiento de expropiación irregular.
La Nación y la Provincia son los únicos entes con facultades para declarar la utilidad
pública mediante ley del Congreso o la respectiva legislatura. Sin embargo, la ejecución de
dicha declaración la pueden llevar adelante dichos entes u otros, como entidades
descentralizadas, municipios, e incluso particulares, autorizados por ley o acto administrativo
fundado en ley (art. 2 ley 21.499 y art. 3 ley 6394 de la Provincia de Córdoba).
El sujeto expropiado es el titular del bien objeto de la expropiación. Puede ser cualquier clase
de personas, públicas –estatal o no estatal- o privadas –físicas o jurídicas- (art. 3 ley 21499 y
art. 5 ley 6394). Es la parte demandada del procedimiento de expropiación regular, y la parte
actora del procedimiento de expropiación irregular.
Objeto
La expropiación puede recaer sobre cualquier derecho patrimonial. Comprende por tanto a
todos los bienes, sean o no cosas, públicos o privados (art. 4 de la ley 21499 y art. 4 de la ley
6394). Quedan por tanto excluidos los derechos personalísimos: a la vida, al honor, la salud,
la libertad, el nombre, etc.
Los bienes pueden ser del Estado nacional, provincial y municipal, si bien en los casos en que
una Provincia quiera expropiar bienes de la Nación, o un Municipio de la Provincia o Nación,
se requerirá justificar concretamente la preeminencia en el caso concreto de la finalidad
de utilidad pública expropiatoria por sobre la finalidad de utilidad pública que se
encuentran satisfaciendo dichos bienes. Pueden ser objeto de expropiación los bienes
inmuebles, incluso sometidos al régimen de propiedad horizontal, el subsuelo con
Pueden ser expropiados no solo los bienes necesarios para el cumplimiento de la utilidad
pública, sino también aquellos que convenga, y cuya razonable utilización en base a planos
y proyectos convenga a ese efecto (art. 7 ley 21499; Art. 6 y 7 ley 6394). La expropiación debe
referirse a bienes determinados, aunque también puede referirse genéricamente a los
bienes que sean necesarias para una obra a realizar. Si la declaración genérica comprende
a inmuebles, deberá especificarse las zonas o áreas que serán afectadas por la declaración (art.
5 ley 21499; art. 2 ley 6394).
Puede ocurrir también que no se necesite expropiar la totalidad de un bien, sino parte del
mismo. Frente a ese supuesto, pueden ocurrir dos alternativas: que la parte restante resulte
inútil, o que conserve la aptitud para una explotación racional. En el primer caso, se deberá
expropiar la parte restante, y si no lo hace el Estado, el particular afectado puede iniciar
la expropiación irregular (conf. Art. 9 y 51 ley 21.499; Art. 8 y 32 ley 6394). La superficie
inadecuada podrá ser determinada por las partes mediante convenio, y si no, deberá fijarla el
juez. A su vez la ley fija criterios para determinar si un sobrante es inadecuado: si el
inmueble es urbano, cuando no cumple los requisitos de frente, fondo o superficie previstos
para edificar; si el inmueble es rural, se deberá tener en cuenta la explotación a que lo destinaba
el expropiado (art. 8 ley 21499; art. 8 ley 6394).
Asimismo, “Cuando la expropiación de un inmueble incida sobre otros con los que
constituye una unidad orgánica, el o los propietarios de estos últimos estarán habilitados para
accionar por expropiación irregular si se afectare su estructura arquitectónica, su aptitud
funcional o de algún modo resultare lesionado el derecho de propiedad en los términos
del artículo 51 incisos b y c” (art. 9 ley 21499; art. 33 ley 6394).
Causa expropiatoria
La única causa por la cual el Estado puede expropiar es la utilidad pública. Esta
comprende todos los casos en que se procura el bien común. El bienestar general perseguido
con la expropiación puede ser tanto material como espiritual o cultural (conf. art. 1 ley 21.499;
art. 1 ley 3694). Esta finalidad de bien común es permanente, y debe por tanto existir
tanto al momento de la sanción de la ley, como con posterioridad a la transferencia de la
propiedad al sujeto beneficiario de la expropiación.
Indemnización
El valor a pagar es el existente al tiempo de la desposesión (art. 20 ley 21499; art. 13 ley 6394).
Mucho se ha escrito en relación a cual debe ser la justa indemnización. En la opinión de
Cassagne, que compartimos, la ley regula la indemnización con arreglo a pautas y principios
que son propios del derecho público, y diferentes del sistema y categorías fijadas en el derecho
privado.
Alude a dos rubros fundamentales: el valor objetivo del bien, y las consecuencias directas e
inmediatas de la expropiación. El valor objetivo del bien es el valor general del mercado,
con indiferencia del valor subjetivo que pueda atribuirle el propietario.
Las consecuencias directas e inmediatas de la expropiación son aquellas que tienen causa
próxima con la misma, conforme el art. 901 del C.C., y están comprendidos el costo de
mudanza, honorarios de quienes proyectan la nueva construcción que debe levantar el
propietario, etc. Según la doctrina mayoritaria, también comprende el valor llave -entendido
como la situación de preferencia otorgada por la clientela de una empresa en relación
con sus competidoras-, y el valor empresa en marcha –valor de los activos de una
empresa en plena producción, superior al de los de otra similar que esté por iniciarse-;
la jurisprudencia ha sido reacia en concederlos, asimilándolos al concepto de lucro cesante.
Respecto de las mejoras, sólo son indemnizables aquellas necesarias realizadas en el bien
objeto de la indemnización luego de la declaración de utilidad pública. No se indemnizan
otro tipo de mejoras (art. 11 ley 21499; art. 13 ley 13694). El carácter de previa de la
indemnización, impuesto por la Constitución, ha motivado la declaración de
inconstitucionalidad de las normas de emergencia que consolidaban las obligaciones de
abonar una indemnización expropiatoria-
El monto indemnizatorio no está sujeto al pago de impuestos o gravamen alguno (art. 20 ley
21499; art. 13 ley 6394).
El trámite expropiatorio
La primera forma en que debe procurarse abonar la indemnización –y por ende, mensurar la
misma-, es mediante concertación directa o avenimiento con el propietario del bien
expropiado. La Administración no puede ofertar en este supuesto un valor que sea mayor en un
10% al máximo que fije el Consejo General de Tasaciones de la Provincia (conf. art. 14 de la
ley 6.394) o el Tribunal de Tasaciones de la Nación (art. 13 ley 21499). Este es sin duda un
límite legal a la capacidad de concertar de la Administración.- También prevé la ley local que el
sujeto expropiante, una vez autorizada la expropiación,adquiera el bien en remate público.
Lo ordinario es que el ente expropiante inicie la acción expropiatoria regular, como actor,que
por ley debería tramitar por el procedimiento de juicio sumario a nivel nacional, y verbal a
nivel local (Art. 19 y 15 leyes 21499 y 3694); no estando vigentes estos procedimientos,
deben tramitar por el juicio ordinario en ambos casos.
El ente expropiante debe consignar ante el juez el importe de la valuación que al efecto
hubiere practicado el Tribunal de Tasaciones de la Nación u oficinas técnicas pertinentes, en
la Nación, o Consejo General de Tasaciones, en la Provincia (art. 22 ley 21499 y 20 ley
6394),aumentado en un 10% en el procedimiento local si el bien es inmueble, tras lo
cual el juez otorgará la posesión judicial del bien. La litis se anotará en el Registro de la
Propiedad si el bienes inmueble, siendo desde ese momento indisponible e inembargable el bien
(Art. 24 ley 21499 y 20 ley 6394).
Otorgada la posesión judicial del bien, quedan resueltos los arrendamientos, acordándose a los
ocupantes un plazo de treinta días para el desalojo (art. 26 ley 21499 y 27 ley 6394).
El expropiado puede retirar la suma depositada una vez que justifique que es de su
dominio, que el bien no reconoce hipoteca u otro derecho real, que no está embargado y que no
pesan sobre él restricciones a la libre disposición de sus bienes (art. 23 de ambas leyes).-
A nivel nacional se establece como obligatoria, si el bien es inmueble, la pericial a cargo del
Tribunal de Tasaciones de la Nación, y a nivel local, la única prueba legalmente admisible es
una tasación a cargo del Consejo General de Tasaciones, en el cual puede intervenir el
expropiado a través de un representante técnico33
La acción del expropiado para exigir el pago de la indemnización prescribe a los seis
años, contados desde el que el monto queda determinado con carácter firme y definitivo (conf.
art. 31 ley 21499).
[Escribir texto] Página 87
Desistimiento y abandono
No rige el instituto del abandono en dos supuestos: cuando se trata de una Municipalidad
autorizada a expropiar para la apertura, rectificación o ensanche de calles, caminos,
plazas, puentes o desagües; cuando se efectúa reserva de inmuebles para obras o planes de
ejecución diferida.
La expropiación irregular
La ley permite al expropiado interponer la acción expropiatoria irregular cuando existiendo una
ley que declara la utilidad pública un bien, el Estado lo toma sin haber cumplido con el pago de
la respectiva indemnización, o de hecho resulta indisponible por evidente dificultad para
disponer de ella en condiciones normales; cuando el Estado impone al derecho del titular una
indebida restricción que importe una lesión a su derecho de propiedad (art. 51 ley 21.499;
art. 32); , cuando la expropiación de un inmueble incida sobre otros con los que
constituye una unidad orgánica, y si se afectare la estructura arquitectónica, su aptitud
La acción prescribe a los cinco años computados desde que tienen lugar los
comportamientos del Estado que tornan viable la acción.
Retrocesión
Como requisito sustancial del derecho de retrocesión, el expropiado deberá devolver la suma
recibida, sin intereses, en su valor actualizado, menos el importe correspondiente a las
inutilizaciones del bien, más las mejoras necesarias o útiles, todo ello, dentro del plazo que fije
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la sentencia, bajo apercibimiento de caducidad del mismo (conf. art. 42 ley 21499 y art.
40 ley 6394).
Esta acción prescribe a los tres (3) o dos (2) años, a contar según lo dispuesto en los arts. 50 de
la ley 21499 y 39 de la ley 639434
Concepto: Hay responsabilidad del Estado cuando un particular sufrió un daño (moral o
material) causado por aquél.
El Estado es una persona jurídica integrada por sus órganos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial).
Cuando dichos órganos al ejercer sus funciones, causan un daño a particulares (o cuando el
daño es causado por objetos de su propiedad), la responsabilidad será del Estado y la sanción
será siempre de carácter pecuniario (reparar el daño) nunca de carácter penal.
A) Por Actividad Legítima: Significa que los actos estatales son legítimos, por no
tener vicios ni defectos (tiene todos los requisitos exigidos por el ordenamiento
jurídico vigente).
- Que exista relación de causalidad entre ese daño y la conducta del Estado.
3) Actos Judiciales: Someterse a la justicia y acatar lo que ella decide en sus sentencias
es un deber de todo habitante. Si dicha sentencia no lo favorece debe igualmente
soportar ese daño (ej.: pagar indemnización por “ 1000; ser privado de su libertad,
etc.). La Corte manifestó que el Estado no es responsable por actos judiciales
cuando su actuación es legítima.
La indemnización debe ser integral (daño emergente y lucro cesante) porque no es justo
que los administrados soporten los daños causados por actividades ilegítimas y no por el
interés público.
-Antes del caso Devoto (Incendio provocado por el Telégrafo Nacional que incendió varios
campos, entre ellos el de Tomás Devoto) el Estado era responsable por sus actos privados o
de gestión, pero no lo era por sus actos de autoridad o de imperio.
-Después del caso Devoto surge la responsabilidad indirecta a través de la aplicación que
hizo la Corte de los arts. 1109 y 1113 del C.C...
Art. 1109: Todo el que ejecuta un hecho que por su culpa o negligencia ocasiona un
daño a otro, está obligado a la reparación del perjuicio.
Art. 1113: La obligación del que ha causado un daño se extiende a los daños que
causaren los que están bajo su dependencia, o por las cosas de que se sirve o que tiene a su
cuidado.
3) Actos Judiciales: Se deben indemnizar los daños surgidos del error judicial o arbitrariedad
de las medidas tomadas por los órganos que ejercen el poder judicial. Ej.: cuando se realiza
un secuestro o embargo pero no se toman las previsiones exigidas y se causa así un daño en
el patrimonio de los particulares (se le secuestra otra cosa o la rompen al llevársela);
cuando a través de una sentencia judicial se condena a una persona que luego resulta
inocente.
Una vez comprobada la causalidad entre acto y daño, el Estado debe indemnizar al
damnificado. Si la responsabilidad del Estado es por actos lícitos, se indemniza el daño
emergente (el sufrido), pero no el lucro cesante (aquello que el damnificado dejó de ganar a
causa del daño), y si la responsabilidad es por actos ilícitos, se indemnizan daño emergente y
lucro cesante.
Tienen 2 años desde que el damnificado supo de los daños que reclama (ej. si el daño se
ocasionó el 1 de julio de 2002, pero el damnificado se enteró recién el 15 de agosto de 2002, a
partir de esta última fecha empiezan a correr los dos años)
Se encarga del control interno de la administración pública; depende del P.E.N., tiene
personalidad jurídica propia, autarquía administrativa y financiera.
Funciones: Control contable y financiero del sector público, es decir que los recursos públicos
sean obtenidos y aplicados cumpliendo con principios de regularidad, legalidad, economicidad
y eficacia.
2) Dentro del P.L.: AGN (Externo porque no pertenece al Poder que se controla)
Pero NO co administra porque examina hechos-actos y documentos una vez finalizados los
ejercicios contables de los entes que se haya decidido auditar.
- Audita y emite dictámenes sobre los estados contables financieros del Banco Central
independientemente de cualquier auditoría externa-
- Puede exigir la colaboración de todas las entidades del sector público, las que están
obligadas a suministrar los datos, documentos, antecedentes e informes relacionados
con el ejercicio de sus funciones.
Función
Régimen exorbitante: Es la nota peculiar del derecho administrativo por el cual posee una gama
de poderes o potestades jurídicas. Su origen obedece a una situación de exorbitancia donde el
derecho administrativo era una suerte de derecho especial o de excepción.
Hoy en día el contenido de régimen exorbitante además de las prerrogativas de poder público,
está integrado con las garantías que el ordenamiento jurídico atribuye a favor de los particulares
para compensar el poder estatal y armonizar los derechos individuales con los intereses públicos
que persigue el Estado a través de la Administración Pública.
De este modo el régimen exorbitante se configura como el sistema propio y típico del derecho
administrativo.