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CARGA DE LA PRUEBA.-
Expresa o implícitamente en todo proceso, por primitivo que sea, existe e problema
de la carga de la prueba, esto es, de determinar a quién corresponde demostrar la existencia
o inexistencia de los hechos investigados o discutidos. Problema trascendental, como que
de su solución depende el sentido y alcance de la sentencia, e incluso, de muchas decisiones
previas. Pero en cada época ha habido un concepto diferente sobre la regulación y el
alcance de este principio.-
En la edad media y por obra especialmente de los juristas de Bolonia, que reviven el
derecho romano, reaparece la carga de la prueba basada en el principio de que incumbe al
actor, pero complementando con el principio que le asigna este carácter al demandado que
excepciona. Por esa razón, no es exacto que las negaciones estaban exentas siempre de
prueba, sino solamente cuando eran indefinidas. Cuando el demandado se limitaba a negar
que fueran ciertos los hechos afirmados por el actor, estaba exento de probar esa negativa,
porque a este le correspondía sustentar su afirmación.-
En España aparecen estos principios en “Las Partidas”. En efecto, la ley 1º título 14,
de la Partida 3ra., decía que “pertenece la prueba al demandador cuando la otra parte le
negare la demanda o la cosa o el hecho sobre que le hace la pregunta”, y exigía la prueba
de la negación, cuando entrañaba una afirmación de otro hecho, por el cual la ley 2da.,
título 14, de la citada partida, habla de “cosas señaladas en que la parte que las niega es
tenida de dar prueba sobre ellas”. Se le da así una correcta interpretación al principio
romano según el cual debe probar qui decit non qui negat.-
Siglos más tarde advino la Revolución Francesa y con ella el Código de Napoleón,
en el cuál se introdujo un principio similar en el artículo 1.315, este se encuentra mejor
redactado en el artículo 1.757 del Código Civil colombiano y en el artículo 1.698 del
Para saber con claridad qué debe entenderse por carga de la prueba, es indispensable
distinguir los dos aspectos de la noción: 1) por una parte, es una REGLA PARA EL JUEZ o
REGLA DE JUICIO, porque le indica cómo debe fallar cuando no encuentre la prueba de
los hechos sobre los cuales debe basar su decisión, permitiéndole hacerlo en el fondo y
evitándole el proferir un NON LIQUET, esto es, una sentencia inhibitoria por falta de
pruebas, es decir viene a ser un sucedáneo de la prueba de tales hechos; 2) por otro
aspecto, es una REGLA DE CONDUCTA para las parte, porque indirectamente les señala
cuáles son los hechos que a cada una le interesa probar, para que sean considerados como
ciertos por el juez y sirvan de fundamento a sus pretensiones o excepciones.-
El primer aspecto implica una norma imperativa para el juez, quien no puede
desatenderla sin incurrir en violación de la ley. El segundo significa un principio de
autorresponsabilidad de las partes, meramente facultativo, porque si bien les otorga poder
para aducir pruebas, les deja en libertad para no hacerlo, sometiéndose en ese caso a las
consecuencias adversas, aunque nadie puede exigirles su observancia.-
No obstante, la carga de la prueba no significa que la parte sobre quien recae deba
ser necesariamente quien presente o solicite la prueba del hecho que fundamenta su
pretensión o excepción, sino que señala apenas a quién interesa la demostración de ese
hecho en el proceso. De ahí que Devis Echandía considera incorrecto decir que la carga de
la prueba determina quién debe probar cada hecho, pues únicamente señala quién tiene el
interés jurídico en que resulte probado, porque se perjudica o sufre la consecuencia
desfavorable de su falta de prueba; solo cuando no se aduce esta, conviene determinar la
parte que debía evitar su omisión. En opinión que compartimos el citado jurista expresa:
Bibliografia: Teoria Gral. De la Prueba Judicial T. I – Devis Echandía
Teoria de la Prueba y Medios Probatorios – Jorge Kielmanovich
puede decirse que dicha carga indica quien debe evitar que falte la prueba de cierto
hecho; más exactamente: a quién corresponde evitar que falte la prueba de cierto hecho,
si pretende obtener una decisión favorable basada en él. Si el juez o la contraparte la
suministra, queda cumplido el interés de quien era sujeto de tal carga y satisfecha esta; si es
un hecho exento de prueba, no existe interés en probarlo.-
Si no existiera esta regla de juicio que faculta al juez para evitar el non liquet
cuando falte la prueba, sería muy frecuente el fracaso del proceso y la consiguiente pérdida
de tiempo, trabajo y dinero para el estado y las partes. Se fomentaría la incertidumbre
jurídica en las relaciones sociales, la repetición indefinida de procesos para el mismo
litigio, y se permitiría que quienes tengan interés en esa situación caótica puedan fácilmente
burlar los fines de interés público del proceso y la jurisdicción, ocultando pruebas y
entorpeciendo la actividad oficiosa del juez.-
Para Rosenberg esta noción es la espina dorsal del proceso civil y un postulado de
seguridad jurídica, extendiéndose a los procesos inquisitivos y dispositivos.-
Contiene una regla de juicio para el juez y una pauta para la actividad probatoria
de las partes. La primera permite y ordena al juez decidir de fondo, a falta de prueba o
certeza sobre los hechos, prohibiendo el non liquet, la segunda les señala a las partes los
No determina quién debe llevar la prueba, sino quién asume el riesgo de que no
se produzca. Esto es consecuencia del principio de comunidad de la prueba, es decir, sin
considerar la parte de quien provenga la prueba e inclusive su obtención oficiosa por el
juez, no altera su valor probatorio, que es igual quienquiera que resulte favorecido por ella.-
Debe ser una regla objetiva consagrada en la ley. Los legisladores, por lo común,
regulan la aplicación de la carga de la prueba, y, en consecuencia, no se modifica por la
contestación que dé una parte de las afirmaciones de los hechos de la otra, ni por la mayor o
menor dificultad en que se encuentra la parte gravada para suministrar la prueba. Cuando la
ley y la doctrina eximen de prueba un hecho, como sucede con los notorios y las
negaciones o afirmaciones indefinidas, no imponen a la parte contraria la carga de probarlo,
sino la de demostrar los otros hechos que alegue para desvirtuar o modificar aquel. De dos
maneras puede ser regulada por la ley esta carga: consagrando un principio general único
(como es el caso del Art. 249 del Código Procesal Civil del Paraguay), difícil de
enunciar, o estableciéndola para casos especiales. Es frecuente que se combinen estos
sistemas, porque los legisladores se inclinan a contemplar casos determinados a pesar de
que exista una regla general (Ver. Art. 225 Inc. “a” Código Civil).-
Si la ley le otorgara al juez la facultad de determinar los hechos que debe probar
cada parte, es decir, la facultad de distribuir libremente la carga, se convertiría en una regla
subjetiva y singular. Esta libre distribución no ha sido acogida en forma favorable por los
legisladores y por la doctrina porque equivale dejar al arbitrio del juez la decisión sobre los
hechos del litigio, lo cual debe hacerse mediante normas jurídicas, cuya aplicación puede
ser revisable por el superior.-
Este criterio es, sin duda, muy útil y cierto en la mayor parte de los casos, pero no
alcanza a constituir una regla general para todos, es incompleto e insuficiente. En efecto, no
es cierto que el demandante deba probar todos los hechos, positivos y negativos, que sirven
de base a sus pretensiones; esto equivaldría a exigirle también la prueba de la ausencia de
los hechos extintivos o impeditivos.-
Por otra parte, la segunda máxima que le asigna carácter de actor al demandado que
excepciona, es contraria al moderno concepto de la excepción como defensa u oposición
específica a la pretensión del demandante, pero no de pretensión del demandado, esto es,
que el demandado que excepciona no ejercita una acción, sino su derecho de contradicción,
y solo formula pretensiones cuando reconviene.-
Tampoco es cierto que el demandado deba probar siempre los hechos de sus
excepciones. Es la regla general, pero puede ocurrir que la excepción resulte de los mismos
hechos afirmados por el demandante. Por ejemplo cuando el demandante reclama un
derecho personal contra el demandado y alega que lo tenía como exigible desde un tiempo
mayor que el consagrado en la ley para la prescripción. En este caso el demandado puede
proponer la excepción de prescripción con base a esa afirmación del demandante y ninguna
otra prueba es necesaria.-
Tesis que impone a las partes probar los presupuestos fácticos de la norma. Teoría
defendida por el jurista alemán Leo Rosenberg y acogida en forma favorable por Guasp,
Fenech, Carnelutti, Couture. Quienes formula la regla general y dicen que cada parte debe
probar los hechos que sirven de base a sus pretensiones o excepciones, en el fondo están de
acuerdo con esta nueva teoría, pues, esos hechos son precisamente los presupuestos de las
normas legales que regulan tales pretensiones o excepciones. Se utiliza un criterio diferente
que consiste en considerar la posición que el hecho ocupa en relación con el fin jurídico
perseguido por cada parte, es decir, con la norma legal que lo contempla como
Bibliografia: Teoria Gral. De la Prueba Judicial T. I – Devis Echandía
Teoria de la Prueba y Medios Probatorios – Jorge Kielmanovich
presupuesto de su aplicación, y de tal premisa se deduce la regla general: quien resulta
favorecido por esa norma, porque consagre el fin jurídico que persigue, soporta la carga de
probarlo (a menos, naturalmente, que por estar admitido o confesado por la otra parte no
requiera más prueba, o que esté exento de esta por gozar de presunción o de notoriedad).-
Es la doctrina contenida en nuestro Código Procesal Civil en el Art. 249 que dice:
incumbirá la carga de la prueba a la parte que afirme la existencia de un hecho
controvertido o de un precepto jurídico que el juez o tribunal no tengan el deber de
conocer…
Quienes pueden pedirlas y que pruebas pueden pedirse Art. 270 C.P.C: los que
pretendan demandar o crean que van a ser demandados, podrán pedir, antes de la
demanda:
a.- que se verifique un reconocimiento judicial de los lugares o las cosas que habrán de ser
motivo de prueba en el juicio y que están expuestas a transformarse o desaparecer en
breve plazo;
c.- que se reciba declaración de algún testigo de muy avanzada edad, o que se halle
gravemente enfermo o próximo a ausentarse de la República.-
Las pruebas así obtenidas no perderán validez por la circunstancia de que el pleito
radique en definitiva ante otro juez, ni por el transcurso del tiempo
2.- expresar las acciones (pretensiones) que se propone deducir o el litigio cuya iniciación
teme, todo a los efectos de que el juez pueda hacer lugar a lo solicitado si de dichas
referencias resulta admisible el pedido.-