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Escuela de Psicología
Alumnos:
Bahamondes, Mariam
Castillo, Daphne
Peralta, Constanza
Pinto, Iara
Rojas, Dariel
Saavedra, Konstanza
Veas, Constanza
Asignatura:
Psicopatología II
Docente:
Natalia González Oporto
B. Concepto de normalidad
Etiológicamente, la normalidad significa dar cumplimiento a la norma, por lo tanto,
para entenderlo debemos saber cómo se usa el término de la norma en la
actualidad, la cual, tiene dos significados según el autor, una referida a la norma
ideal y la segunda a una norma descriptiva o estadística o modal.
1. Norma ideal:
Hace referencia al modelo o norma (de perfección) al que las personas debemos
aspirar para poder considerarse como normal. Existen dos normas ideales.
1.1 Norma ideal prescriptiva o del deber:
Lo normal está estrechamente ligado con lo que debe ser, estando esto relacionado
con cómo sería el funcionamiento óptimo de la persona. Por lo tanto, se considera
normal a todo lo que es como debe ser. Y se considera anormal o desviado a todo
lo que no es como debe ser.
Limitaciones:
a) El criterio que se utiliza es subjetivo, arbitrario y selectivo.
b) Termina siendo un ideal ficticio, ya que al ser una norma considerada
como perfecta, se vuelve inalcanzable, por lo que todos somos anormales.
c) Su utilidad clínica se vuelve ineficiente porque no permite discriminar bien
sobre quien necesita ayuda.
1.2 Norma ideal natural, constitutiva o funcional:
Lo considerado como normal está basado en cuán adecuado y eficiente es el
comportamiento del individuo según sus características y objetivos.
Limitaciones:
a) Es un criterio subjetivo y arbitrario.
b) Tiene dificultades en cuanto a señalar que es y que no es natural.
2. Norma descriptiva, estadística o modal:
Lo normal está determinado por lo que se observa más frecuentemente, por lo cual,
se basa en diferencias cuantitativas, de acuerdo con las distribuciones de la curva
de Gauss para determinar qué es lo anormal o patológico y lo normal. Siendo los
extremos lo considerado como patológico y el rango medio como normal.
Limitaciones:
a) No siempre lo que sucede con más frecuencia es lo normal.
b) Lo considerado normal en un contexto y tiempo determinado no lo va a ser
en otro lugar y momento.
c) La curva de Gauss al no tener definido el punto en el que lo normal pasa a
ser anormal, pasa a ser un instrumento que carece de precisión para indicar
quién necesita ayuda.
C. Relatividad de la norma
La American Psychiatric Association (DSM II, 1968) clasificaba la homosexualidad
como un trastorno mental que caía en la categoría de desviaciones sexuales, el en
grupo de los trastornos psíquicos no psicóticos. El 15 de diciembre de 1973, se
elimina la homosexualidad del, en ese entonces, DSM III y desde ese día los
homosexuales se curan casi por encanto.
Los indios Kwakitutl de la Isla de Vancuver basaban su cultura en el “Potlatch”, es
decir, la lucha por el prestigio. Ruth Benedict dice que la paranoia se desarrolla más
en criaturas que carecen de sistema educativo, donde lo pacífico se considera
anormal.
En el otoño del 79 en Italia se promulgó la ley que permitía el consumo de
Marihuana y Haschich tan normal como el consumo de té, café o alcohol. En Grecia
la homosexualidad era normal para los filósofos, pero no para la gente común. La
estabilidad de los parámetros permitía distinguir entre lo normal y lo patológico.
Mientras que, en ciertos lugares, como en la zona andina, era normal el consumo de
coca, en otros lugares era motivo de arresto. El comportamiento anormal es solo
aquel que se desvía de la norma de una cierta cultura, en un momento histórico
dado.
El cuestionamiento de la norma rígida y opresora genera una actitud relativista de
esta e ilustra un tránsito hacia un relativismo más respetuoso. Levi-Strauss declara
que se pasa de evaluar todas las culturas a considerar que ninguna cultura es
superior a la otra y no debe enjuiciarla y manifiesta que es un error del sujeto querer
enjuiciar una civilización con criterios de la propia. El relativismo étnico habla de que
no existe una cultura superior a otra.
En conclusión, cualquier parámetro, norma o paradigma se origina en una cultura
determinada, por lo que tiene un sentido y una coherencia interna y se hace
imposible demostrar la superioridad o inferioridad de esta frente a otros.
En la cultura “Roñogüe” está prohibido tener floreros sobre las mesas. Romper los
floreros que están sobre una mesa es una buena acción dentro de esta comunidad.
Esto estaría apoyado por los roñugües, dado que sus creencias e ideales se basan
en que tener floreros en las mesas es una ofensa hacia los visitantes y -en algunos
casos- amenazas de muerte. En cambio, en la cultura occidental los floreros sobre
las mesas no tienen ningún significado.
La etnopsiquiatría rechazaría parcialmente# el #Puesto que se adscriben a él de
otra forma. En donde consideran
concepto de norma ideal y se atribuiría al
como la norma ideal el
concepto de norma estadística, descriptiva o relativismo. Lo ideal, lo deseado.
modal.
Como plantea Foley, “El juicio de normalidad de una cierta cultura puede y debe
fundarse sólo sobre criterios estadísticos […]. En suma, la cultura es la norma […].”
(Citado en Capponi, 1998, p. 21)
El nihilismo desde una postura se traduce en una actitud valorativa sin la cual su
ontología no puede entenderse desde sus raíces. Ontología que ha cuestionado la
metafísica tradicional y que la ha llevado a enfrentarse con su contrario, la nada,
resaltando la importancia del acto ético de valorar.
La praxis ética del médico con relación a considerar tal condición como
enferma o no, se ve exigida sólo en forma excepcional. En cambio, el psicólogo o
psiquiatra se ve a menudo enfrentado al dilema de considerar si un sujeto está
normal o anormal o si está enfermo o sano. → Si aceptamos que esta decisión
implica un juicio ético, debería preocuparnos nuestra formación ética. Es por esto,
que el psicólogo o psiquiatra debe tener un acceso a una formación en los
conceptos fundamentales de la ética y preocuparse por una continua reflexión en
torno a ellos.
El juicio ético no sólo surge en el proceso diagnóstico, sino que está continuamente
presente en el quehacer terapéutico, en una praxis que, al pretender cambiar, está
continuamente enjuiciando esto o a lo otro como inferior o indeseado, para
transfórmalo en algo más valorado y deseado.
Referencia
Capponi, Ricardo. (1998). Fundamentos de los conceptos normalidad-
anormalidad, Salud-enfermedad. En Capponi, Ricardo. (Ed.), Psicopatología y
semiología psiquiatrica. (pp. 17-39). Santiago, Chile: Universitaria.