07.
PSICOLOGÍA DE LA PERSONALIDAD Y DIFERENCIAL
PSICOLOGÍA DE LA PERSONALIDAD
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Y DIFERENCIAL
07.01.13 APROXIMACIONES COGNITIVAS EN EL
ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD
13. 5 La motivación en el sistema de la personalidad
5.1 Teorías motivacionales sobre metas
Los humanos son, por naturaleza, organismos orientados a
meta, por lo que la vida de las personas se estructura alre-
dedor de la persecución de objetivos que aportan significa-
do y propósito en la vida. En las metas confluyen aspectos
cognitivos, emocionales y conductuales, que son centrales
para entender la conducta motivada y así las emociones,
cogniciones y conductas más significativas ocurren en rela-
ción a las metas que se persiguen: las emociones impulsan
y son, a la vez, consecuencia de las metas, los pensamien-
tos se dirigen al entendimiento o planificación de los objeti-
vos y gran parte del comportamiento se realiza para llevar a
cabo las metas valoradas.
Las metas impulsan, seleccionan, dirigen y organizan la
conducta y son dinámicas, puesto que se activan o inhiben
momentáneamente y se reemplazan por otras metas en
función de la situación, es decir, son sensibles al contexto.
Las metas son variables de diferenciación individual, dado
que hay una gran variedad de ellas y existen diferencias
entre los individuos en función de qué metas persiguen, qué
estrategias utilizan para alcanzarlas y en el valor que les
dan.
Una definición actual de consenso sobre el concepto de
meta la considera una representación cognitiva de un esta-
do futuro deseado con el que el organismo está comprome-
tido y que intenta lograr a través de la acción (Elliot y Fryer,
2008). Una propiedad de cualquier estructura de conoci-
miento es su aceptación por parte del individuo como ver-
dadero y válido. Lo que hace que una meta sea válida es
que tenga un valor para el individuo y que sea alcanzable
dados los recursos de los que se dispone, es decir, que se
tenga una expectativa de poder lograrla. Y solo cuando el
organismo se compromete con alguna acción con respecto
a ese estado futuro deseable representado cognitivamente,
podremos hablar de meta. Si no hay acción, no hay meta,
sino solo un deseo.
Organización del sistema de metas
Puesto que los individuos consideran múltiples metas, es
importante conocer cómo se organizan o cómo aparecen
interrelacionadas las mismas. En la actualidad, la concep-
tualización dominante es que las metas de organizan de
acuerdo con un modelo jerárquico en el que existen metas
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supraordenadas y subordinadas (Pervin, Emmons, 1996,
Karoly, 2010). Esta jerarquía implica que las metas abstrac-
tas o de alto nivel se persiguen mediante metas o activida-
des de nivel bajo. Por ejemplo, un estudiante puede tener la
meta de aprobar un examen próximo; una meta superior,
apoyada en la anterior, puede ser terminar el curso con
éxito y otra meta aún más amplia, apoyada en las dos ante-
riores, sería terminar la carrera.
De la misma manera que se considera que las metas entre
ellas se organizan de acuerdo con un modelo jerárquico,
algunos autores también postulan que las relaciones entre
metas y otros constructos motivacionales, como las necesi-
dades y los motivos, también son jerárquicas. De esta ma-
nera, se entiende que las metas, como representaciones
cognitivas de resultados posibles, permitirían la canaliza-
ción y guía de las tendencias motivacionales generales
hacia fines específicos. Así, las necesidades y motivos
estarían en un nivel de la jerarquía más elevado y aporta-
rían energía a la conducta, mientras que las metas, que
estarían en un nivel de la jerarquía más bajo, dirigirían esta
energía de una manera flexible (Elliot y Fryer, 2008). De
este modo, una misma necesidad o motivo puede lograrse
con diferentes metas y diferentes necesidades o motivos
pueden asociarse con la misma meta.
Dimensiones de las metas
Las dimensiones hacen referencia a los parámetros en los
que las metas pueden variar. Algunas de las más estudia-
das, que mantienen entre sí cierto nivel de interdependen-
cia, son:
 Importancia-compromiso: deriva del valor o rele-
vancia que tiene la meta para la persona, de ma-
nera que, a más importancia, mayor compromiso
del individuo, medido por el esfuerzo y la persis-
tencia que emplea para lograr la meta.
 Nivel de dificultad percibido: determinado, a su
vez, por la percepción de autoeficacia del indivi-
duo y que influye a su vez en la necesidad de
desarrollar un plan de acción (las metas más difí-
ciles exigen planificar y desarrollar diferentes es-
trategias para ser alcanzadas) (Caprara y Cervo-
ne, 2000).
 Grado de especificidad o abstracción: las metas
más abstractas (como, por ejemplo, “ser una per-
sona organizada”) son más difíciles pues son
menos claras, mientras que las metas más espe-
cíficas (como, por ejemplo, “estudiar 4 temas al
día”) se asocian con mejor rendimiento (Caprara
y Cervone, 2000).
 Rango temporal: algunas metas duran toda la vi-
da (“conseguir ser mejor persona”), mientras que
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otras sólo duran unos minutos (“correr durante 20
minutos”). Las metas próximas o la combinación
de metas lejanas y próximas generalmente au-
mentan más la motivación que las metas lejanas
solas. Por ello, es recomendable subdividir las
metas lejanas en submetas más próximas.
 Nivel de conciencia: se considera que las metas
son conscientes, frente a los motivos-como los de
logro, intimidad y poder- y las necesidades, que
estarían por debajo de la conciencia. Otro aspec-
to relacionado es el de la activación automática o
inconsciente de las metas, siendo claves los con-
ceptos de disponibilidad y accesibilidad en la
memoria. En este sentido, puede haber muchas
metas pero sólo activarse unas pocas en función
de su disponibilidad o accesibilidad (Elliot y Fryer,
2008).
 Nivel de conectividad-complejidad: se refiere tan-
to al grado de interdependencia entre las metas
como al nivel de integración o cantidad de planes
que se asocian con las metas (Emmons, 1997).
Las metas complejas son las que pueden lograr-
se de diferentes maneras. Y además, cuanto más
vinculada esté una meta con las demás, se la
considera más compleja y tendrá también mayor
accesibilidad que aquellas que tienen pocas co-
nexiones.
 Conflicto entre metas: ocurre cuando la persecu-
ción de una meta interfiere la de otra y puede
darse tanto entre metas triviales (“comprar una
camisa blanca o negra”) como entre metas más
trascendentes (“tener o no tener hijos”). El conflic-
to interfiere la consecución de las metas, puesto
que las personas con conflicto dedican más tiem-
po a rumiar sobre sus metas que a trabajar para
conseguirlas. El conflicto incluye dos procesos
(Emmons, 1996):
o La ambivalencia sobre el logro de una
meta en particular: se definiría como ex-
perimentar rápidos cambios de senti-
mientos positivos y negativos hacia el
mismo objeto o actividad. La ambivalen-
cia puede ser también conceptualizada
como un conflicto entre la aproximación
y la evitación. Por ejemplo, la meta “ex-
presar mis verdaderos sentimientos”
puede generar ambivalencia puesto que
la persona puede creer que la expresión
emocional es positiva porque la ayuda a
mostrarse a sí misma, pero a la vez
creer que puede tener potenciales con-
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secuencias negativas al mostrarse sin-
ceramente ante terceros.
o La interferencia entre metas: por ejem-
plo, la meta “dedicar más tiempo a la
familia” puede interferir en la meta “dedi-
carme en profundidad a mi carrera pro-
fesional”.
Metas y consecuencias emocionales
Todo lo relacionado con el funcionamiento del sistema de
metas tiene consecuencias emocionales y, así, la percep-
ción de progreso hacia la meta se asocia con sentimientos
positivos, mientras que el alejamiento se relaciona con
sentimientos negativos (Emmons, 1996; Little, 1999). En
relación al contenido de las metas, se ha encontrado que
las que más se relacionan con el bienestar emocional son
las metas de intimidad (la capacidad para implicarse en
relaciones cercanas íntimas es una de las claves de la
madurez psicosocial y el crecimiento psicológico), mientras
que las de poder o logro pueden tener una asociación in-
versa con el mismo (el perseguir este tipo de metas puede
interferir en el logro de metas más interdependientes, ya
que para algunos individuos perseguir metas de logro re-
presenta un rechazo explícito de temas afiliativos).
El conflicto entre metas y la ambivalencia se asocian con
menor bienestar psicológico y peor salud física. La ambiva-
lencia relativa a la expresión emocional es especialmente
dañina y se ha sugerido que esta relación estaría mediada
por la reducción del apoyo social. Así, los individuos con
ambivalencia sobre la expresión emocional sentirían mayor
malestar porque fallarían en solicitar y utilizar el apoyo de
terceros.
El ajuste de las metas a las expectativas sociales también
afecta al bienestar, en el sentido de que las metas son más
estresantes cuando no se ajustan a lo esperado socialmen-
te, tanto en lo relativo a la etapa de la vida en que se persi-
guen como al propio contenido de la meta (Caprara y Cer-
vone, 2000).
Diferentes estudios han mostrado que perseguir metas de
evitación se relaciona inversamente con satisfacción vital y
experiencia de emociones positivas y directamente con
síntomas físicos (Elliot y Friedman, 2007). Se postula que
esta relación puede estar mediada por una serie de proce-
sos focalizados en diferentes aspectos negativos: percep-
ción (valoración de la información como amenazante), aten-
ción (incremento de sensibilidad y vigilancia a la informa-
ción negativa), memoria (búsqueda sesgada y recuerdo de
información negativa), emoción (ansiedad y preocupación),
volitivo (sentimiento de estar forzado u obligado a realizar el
esfuerzo) y conductual (escapar de la situación relevante
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para la meta). Además de estos aspectos, las metas de abstractas y supraordenadas que incluyen metas subordi-
evitación implican apartarse de algo, por lo que no permiten nadas funcionalmente equivalentes. Por ejemplo, la aspira-
obtener de forma clara los indicios de progreso hacia la ción “querer progresar profesionalmente”, incluye diversas
meta. Las metas de evitación que más deterioran el bienes- metas como “actualizar mi curriculum”, “buscar nuevas
tar son las que se focalizan en el alejamiento de algo nega- ofertas de trabajo” o “solicitar nuevas responsabilidades
tivo que está presente en la situación actual. Algunas varia- laborales”. Así, una aspiración personal se puede satisfacer
bles que explicarían la orientación hacia este tipo de metas mediante diferentes metas, siendo un constructo unificado
serían la edad, el miedo al fracaso, la baja autoestima o la que incluye diferentes metas con un tema común. Las aspi-
falta de habilidades de autorregulación (Elliot y Friedman, raciones personales no suelen tener una terminación, por
2007). ejemplo, la aspiración consistente en “ver el lado positivo de
las cosas” no suele terminar con su consecución en una
Algunas teorías contemporáneas de metas
sola situación concreta.
Dentro de las modernas teorías de la motivación relaciona-
Las tareas vitales de Cantor destacan las influencias de la
das con la personalidad destacan algunas que desarrollan
cultura, la sociedad y/o la edad del sujeto. De acuerdo con
el concepto tradicional de metas. Algunas de estas teorías
el autor, existen tareas que se persiguen en determinadas
se centran en los conceptos de “aspiraciones personales”
etapas del desarrollo o en ciertas culturas que son diferen-
de Emmons, que se definen como lo que un individuo típi-
tes a las que se intentan conseguir en otros períodos y
camente está intentando hacer (por ejemplo, conocer gente
contextos específicos. Por ejemplo, “hacer amigos” y “apro-
nueva o dar buena impresión a los demás), el de “proyectos
bar” son tareas relacionadas con la adolescencia, mientras
personales” de Little, definidos como una secuencia interre-
que “formar una familia” lo es de la edad adulta. Las tareas
lacionada de acciones personalmente relevantes que tienen
vitales son más sobresalientes en las transiciones vitales,
como finalidad la consecución de una meta personal (y que
con menos útiles para describir diferencias individuales y
pueden ir desde secuencias triviales de un día cualquiera
suelen tener una terminación definitiva, por ejemplo, como
como “hacer la compra” hasta proposiciones trascendentes,
cuando se persigue conseguir “terminar los estudios”.
como “conseguir la justicia en el mundo”), o el de “tareas
vitales” de Cantor que se refiere a la traducción que el indi- De acuerdo con la propuesta de Cantor las metas predomi-
viduo hace de las metas en tareas específicas, en las que nantes son estructuras más estables de la personalidad; sin
trabajar en períodos concretos de la vida y en contextos embargo, que sean estables no significa que necesariamen-
especificados. te se tengan que expresar en patrones estables de conduc-
ta. Si las circunstancias cambian, las metas se pueden
Estas propuestas, aunque con variaciones, tienen semejan-
perseguir con diferentes estrategias. Por ejemplo, encontrar
zas importantes. Un aspecto relevante que comparten es
un trabajo mejor requiere estrategias diferentes en los estu-
que son idiográficas, es decir, propias de cada individuo,
diantes jóvenes que en los adultos con mucha experiencia
tanto en sí mismas como en la manera en que se expresan
laboral.
y se persiguen. También tienen en común su naturaleza
dinámica y contingente y pueden conseguirse, abandonarse Aunque los contextos socioculturales prescriben la perse-
o ser reconsideradas. cución de ciertas tareas, las personas son flexibles en cómo
se aproximan a ellas en línea con sus necesidades y metas
Aunque estos conceptos tienen aspectos semejantes tam-
distintivas. En este sentido, las tareas vitales se persiguen a
bién se observan diferencias entre ellos. Así, teniendo en
través de estrategias que se usan discriminativamente en
cuenta un continuo interno-externo, se podría decir que
función del contexto. Un ejemplo de estas estrategias es el
algunas se regulan principalmente por factores internos,
pesimismo defensivo, como estrategia cognitiva frente a
como las aspiraciones personales, mientras que en otras,
situaciones de logro.
como en las tareas vitales, los factores externos son más
determinantes. Los proyectos personales estarían en un
punto medio.
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA
Las aspiraciones personales de Emmons constituyen cate-
BERMÚDEZ, J.; PÉREZ, A.M.; RUIZ, J.A.; SANJUÁN, P. y
gorías más amplias y abstractas, que se traducen en metas
RUEDA, B. (2011). Psicología de la Personalidad. Madrid:
típicas que la persona tiene en diferentes situaciones. Se-
UNED. Capítulo 5.
rían, por lo tanto, patrones coherentes y recurrentes de
persecución de metas, que se pueden agrupar por su con-
tenido en categorías temáticas. Se podría decir que las
aspiraciones personales organizan e integran las metas del
individuo ya que se pueden conceptualizar como unidades

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